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UNIVERSIDAD 

ABIERTA PARA ADULTOS
(UAPA)

 
Asignatura:
Neurociencia y aprendizaje   
 
Facilitador:
                    Ely Carolina Rivas MA

Participante:
   Yageidy Batista              
                        
Matrícula
100019233
Tarea:
7
INTRODUCCIÓN
Educar la inteligencia emocional de los estudiantes se ha convertido en una tarea
necesaria en el ámbito educativo y la mayoría de los docentes considera primordial
el dominio de estas habilidades para el desarrollo evolutivo y socio-emocional de
sus alumnos.
Sin embargo, a veces se piensa de forma errónea que las competencias afectivas y
emocionales no son imprescindibles en el profesorado. Mientras que para enseñar
matemática o geografía el profesor debe poseer conocimientos y actitudes hacia la
enseñanza de esas materias, las habilidades emocionales, afectivas y sociales que
el profesor debe incentivar en el alumnado también deberían ser enseñadas por un
equipo docente que domine dichas capacidades.
En este artículo analizaremos algunos datos que demuestran que la inteligencia
emocional es un conjunto de habilidades que el docente debería aprender por dos
razones: (1) porque las aulas son el modelo de aprendizaje socio-emocional adulto
de mayor impacto para los alumnos y (2) porque la investigación está demostrando
que unos adecuados niveles de inteligencia emocional ayudan a afrontar con mayor
éxito las contratiempos cotidianos y el estrés laboral al que se enfrentan los
profesores en el contexto educativo.

1. Redacta un ensayo breve o resumen, de no más de una hoja, sobre el


desarrollo de la inteligencia emocional tanto en docentes como en alumnos, y
la incidencia en su comportamiento.

La Inteligencia Emocional es algo fundamental en el profesorado; es una cualidad


que todo docente debe poseer, pues la educación es un proceso fundamentalmente
humano en el que se necesitan una serie de habilidades específicas que optimicen
el proceso de enseñanza-aprendizaje.
EL DOCENTE COMO MODELO Y PROMOTOR DE LA INTELIGENCIA
EMOCIONAL DEL ALUMNO:
Una de las razones por la que el docente debería poseer ciertas habilidades
emocionales tiene un marcado cariz altruista y una finalidad claramente educativa.
Para que el alumno aprenda y desarrolle las habilidades emocionales y afectivas
relacionadas con el uso inteligente de sus emociones necesita de un “educador
emocional”.
El alumno pasa en las aulas gran parte de su infancia y adolescencia, periodos en
los que se produce principalmente el desarrollo emocional del niño, de forma que el
entorno escolar se configura como un espacio privilegiado de socialización
emocional y el profesor/tutor se convierte en su referente más importante en cuanto
actitudes, comportamientos, emociones y sentimientos. El docente, lo quiera o no,
es un agente activo de desarrollo afectivo y debería hacer un uso consciente de
estas habilidades en su trabajo.
Los profesores son un modelo adulto a seguir por sus alumnos en tanto son la figura
que posee el conocimiento, pero también la forma ideal de ver, razonar y reaccionar
ante la vida.

2. Ilustra con ejemplos cómo el profesor puede contribuir al desarrollo de la


Inteligencia Emocional:

Algunas estrategias para estimular el desarrollo de la Inteligencia Emocional


en los educandos son:
1. Dejar que los educandos expresen sus sentimientos y emociones y, como adulto,
escuchar y expresar las propias. El autoconocimiento y autoconciencia, capacidad
de saber qué está pasando en nuestro cuerpo y qué estamos sintiendo, son dos de
los pilares fundamentales para desarrollar la Inteligencia Emocional. Se debe
estimular la afectividad a través de la expresión regulada del sentimiento positivo y,
más difícil aún, de las emociones negativas.
2. Mostrar que la persona con la que está tratando es importante. A veces las cosas
más sencillas de hacer son las que mayor impacto causan en los demás: dar un
abrazo, dedicar unos minutos sin mostrar que se está apurado para irse, escuchar
con atención y comprensión.
3. Enseñar que en la vida no siempre se puede tener lo que queremos. A veces es
posible, aunque es probable que cueste mucho esfuerzo y trabajo. Enseñarles a los
niños a esperar hasta que llegue el momento de tener lo que se quiere y, que
mientras tanto, tenemos que seguir viviendo. Otros pilares de la Inteligencia
emocional son el autocontrol y el autodominio: regular la manifestación de una
emoción y modificar un estado de ánimo.
4. Enseñar que cuando se tiene un problema, lo primero que hay que hacer es
reflexionar y luego actuar de una forma pacífica, sin lastimar a otras personas para
solucionar el problema. Enseñarle al educando cómo afrontar emociones negativas
como la ira, el enojo, la rabia, etc. Está bien expresar que uno está enojado, siempre
y cuando se haga de una manera saludable y sin herirse ni hiriendo a otra persona.
5. La capacidad de automotivarse y de motivar a los demás. Tener la habilidad de
despertar en uno mismo y en otras personas la estimulación para llevar a cabo
acciones o tareas está íntimamente ligada al optimismo y autoestima. Un educando
que recibe reconocimiento raramente será agresivo o pesimista.
6. Cuando se reconocen las actitudes y acciones positivas que tus educandos
realizan, también se debe señalar con firmeza que algo está mal cuando una acción
es negativa. Ayuda a los educandos a ponerse en el lugar de la otra persona y a
pensar cómo se sentiría él en aquella situación. De esta manera estarás
favoreciendo el desarrollar la empatía. Enséñale a pedir perdón. La enseñanza de
habilidades empáticas se logra mostrando a los educandos cómo prestar atención,
saber escuchar y comprender los puntos de vista de los demás.
7. En las relaciones sociales, enseña a tus educandos que la mejor manera de
solucionar conflictos es conversando, no agrediendo ni física ni verbalmente a la
otra persona. Una buena charla puede achicar brechas, enseñarnos a ver las cosas
desde otro punto de vista, aprender y aceptar que quizás lo mejor es lo que la otra
persona propone. De no ser así, enseñar a expresar lo que siente para que pueda
lograrse la solución del conflicto. También puedes enseñar que su influencia
personal puede servir para inspirar a otros a comunicar y expresar lo que sienten.
8. Dialoga con tus educandos. Comentar con ellos temas variados les ayudará a
comprender la realidad y a desarrollar el juicio crítico.
9. Felicita al educando cada vez que enfrente una emoción negativa de manera
adecuada. Además, ayudará a desarrollar su optimismo y autoestima.
10. No olvides nunca que la mejor manera de enseñar y educar es mediante el
ejemplo.

Conclusión
Con estas actividades el estudiante descubre la diversidad emocional, fomenta su
percepción y comprensión de los sentimientos propios y ajenos, observa cómo los
sentimientos motivan distintos comportamientos, percibe la transición de un estado
emocional a otro (del amor al odio), es consciente de la posibilidad de sentir
emociones contrapuestas (sorpresa e ira, felicidad y tristeza) y cómo los personajes
literarios o de cine resuelven sus conflictos o dilemas personales.
Seguramente con la práctica se logren trasladar estas formas de tratar y manejar las
emociones a la vida cotidiana, aprendiendo a reconocer y comprender los
sentimientos de los otros; enfatizando con las emociones de los demás compañeros
de clase, regulando el estrés y malestar, optando por resolver y hacer frente a los
problemas sin recurrir a la violencia, en definitiva, enseñando a los niños a prevenir
comportamientos violentos, desajustados emocionalmente, tanto fuera como dentro
del aula.

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