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Diversidad Sexual
Joseph Jaick Flores Medrano, Abdul Sebastián Gianfranco Molina Salamanca, Melissa
Milagros Gálvez Panduro, Jessica Judith García Ale
7 de abril de 2023
3
Índice
Índice ..............................................................................................................................3
Introducción ....................................................................................................................4
1 Capítulo I ..................................................................................................................5
1.1 Antecedentes ......................................................................................................5
1.1.1 Antecedentes Internacionales ........................................................................5
1.1.2 Antecedentes Nacionales ..............................................................................6
1.2 Conceptos generales ...........................................................................................6
1.2.1 Diversidad sexual .........................................................................................6
1.2.2 Identidad de genero ......................................................................................9
1.2.3 Genero ........................................................................................................ 10
1.2.4 Expresión de genero ................................................................................... 11
1.2.5 Orientación sexual ...................................................................................... 14
1.2.6 Sexo biológico ............................................................................................ 18
2 Capitulo II ............................................................................................................... 20
2.1 Marco Teórico .................................................................................................. 20
2.1.1 Contexto histórico ...................................................................................... 20
2.1.2 Aspectos sociológicos ................................................................................. 24
2.1.3 Actitudes o creencias hacia la diversidad sexual.......................................... 25
2.1.4 Influencias que construyen la sexualidad: familia, escuela, cultura, creencias
religiosas, grupo de iguales, etc. ........................................................................................ 27
3 Conclusiones ........................................................................................................... 32
4 Referencias Bibliográficas ....................................................................................... 34
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Introducción
El termino diversidad sexual, acuñado por el claro designio de aplacar las minorías
sexuales que no son bien tomadas por la sociedad heteronormativa es también una forma de
simbolizar la voz de todas las categorías sexuales existentes.
Con respecto a identidad de género es cuando cada individuo tiene consciencia de su
propio género y actúa de acuerdo a él. Esto se puede constatar por ejemplo en su forma de vestir,
caminar, hablar, etc.
Hoy en día la orientación sexual, el género y la expresión de género viene a ser uno de
los puntos clave para hablar sobre diversidad sexual, ya que se basará en el desarrollo de cada
individuo, por lo tanto, hará que cada persona sea diferente y único y llegue a diferenciarse de
los demás. El ser hombre o mujer antiguamente se decía que cada sexo determina que tareas
biológicas realizará, pero en la actualidad todos compartimos las mismas oportunidades y
derechos sin necesidad de que alguien nos diga “que somos o que debemos hacer”.
Chile ha tenido problemas de diversidad durante las últimas tres décadas ganó fama,
estuvo acompañada de cambios importantes problemático, comenzando con la despenalización
de la sodomía en 1991, hasta discusión continua del acuerdo de asociación (A.V.P)2, que
permitiría incorporarse a la fundación entre personas del mismo sexo (y heterosexuales) y cierta
protección derechos, como la salud y la herencia, a la llamada ley de Zamudio o ley.
Por otro lado, la familia con sus múltiples análisis y definiciones entendida como una
institución social, una comunidad de individuos, como construcción o sistema social, sufre un
cuestionamiento como establecer márgenes estrechos que excedían la realidad personas que no
se ajustan al modelo de familia propuesto por la institucionalidad. De esta intersección de
fenómenos sociales surge la necesidad de explorar significados Activistas chilenas en torno al
concepto de familia de la diversidad de género Se observó que el estatus social de la familia debe
cambiar democratización e inclusión de cada miembro de la composición parte de la sociedad y
por lo tanto pertenece a una familia, sea o no reconocido por el estado
Por otro lado, la familia con sus múltiples análisis y definiciones entendidas como una
institución social, una comunidad de individuos, como construcción o sistema social, sufre de
cuestionamiento pone márgenes estrechos más allá de la realidad personas que no siguen el
modelo de familia propuesto por las instituciones. De esta intersección de fenómenos sociales
surge la necesidad de explorar significados Activistas chilenas en torno al concepto de familia de
la diversidad de género Se comprendió que el estatus social de la familia debe cambiar
democratización y el compromiso de cada asambleísta parte de la sociedad y por lo tanto
pertenece a la familia sea o no reconocido por el estado.
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1 Capítulo I
1.1 Antecedentes
1.1.1 Antecedentes Internacionales
Sarria (2016) llevo a cabo un estudio con el titulo, “Diversidad sexual y trabajo : formas
de afrontamiento de la orientación sexual en el contexto laboral en Argentina, Colombia y Chile”
con el objetivo de analizar las estrategias de afronamiento de las personas en diversidad sexual y
generos en el campo laboral en tres paises de America latina: Colombia, Argentina y Chile. El
metodo de investigacion usado fue cualitativo de tipo descriptivo comparitvo. La poblacion
esuvo conformada por 32 sujetos de estudio entre los 21 y 59 años, siendo la edad promedio 32
años en diversidad sexual en Colombia, Argentina y Chile. Como resultado en Argentina
presenta el mayor índice de empleo público de América Latina, el que corresponde a un total del
14,8% según datos de OECD/BID, en su informe del año 2014, en ese sentido aquellas personas
que son activistas LGTB, logran vincularse laboralmente en organizaciones de defensa de
derechos de esta población. En Chile al ser un país con un modelo de desarrollo Neoliberal,
presenta un índice de empleo público del 9,2% según datos de la OCDE y el BID (OECD/BID,
2014), así la mayor parte de los trabajos son proporcionados por el sector privado, la búsqueda se
da por recomendaciones, o el voz a voz. En Colombia el trabajo en su mayoría es proporcionado
por el sector privado, En tanto que según las cifras de OECD/BID. Colombia se constituye en
uno de los países con menor empleo público 3,9%, sin embargo, el participar en un partido
político abre posibilidades de vinculación laboral, la búsqueda de trabajo se da principalmente a
través de las bolsas de empleo y como segundo canal el voz a voz. Se tiene por ultima instancia
como conclusión que en Argentina se encontró que cuatro (4), de las doce (12), personas
entrevistadas en Argentina no son visibles en su trabajo, debido al clima laboral, en tanto que, si
bien reconocen la existencia de leyes antidiscriminación, como mecanismo de protección,
reconocen que el entorno social en el que se desenvuelven en ocasiones suele ser hostil, lo que se
refleja por medio de la “violencia simbólica”. En Chile, no se facilita los procesos de
visibilizacion de la población en diversidad sexual; el silencio suele ser el principal elemento de
discriminación o de exclusión, en tanto que se interpreta como aquello de lo que no se habla y de
lo que debe permanecer oculto; el silencio aparece en algunas entrevistas, como el deber ser, de
lo políticamente correcto; pero que implícitamente estaría, dentro de la inexistencia de lo que no
se nombra.
Chávez et al. (2018) en su trabajo de investigacion, “La diversidad sexual y sus
representaciones en la juventud” con el objetivo de indagar la percepción de la diversidad sexual
a partir de las representaciones que, a través del discurso, los jóvenes expresan. El método de
estudio fue de diseño no experimental, de corte transversal/transaccional de alcance descriptivo.
Como instrumento se utilizó la técnica de Redes Semánticas Modificadas; trabajándose los
siguientes indicadores: tamaño de la red, peso semántico, diferencia semántica cuantitativa y
núcleo de la red. La muestra se integró por 250 jóvenes de ambos sexos, con edades entre los 19
y los 29 años. Se empleó un muestreo no probabilístico, cuyos criterios de inclusión fueron: la
disponibilidad y el consentimiento informado. Los resultados de la investigación demuestran que
los sujetos refieren construcciones cada vez menos rígidas en torno a la diversidad sexual,
revelando en algunos casos discursos contradictorios en torno a ésta; por un lado, emociones
negativas como el miedo y por otro, mayor apertura a la igualdad y al respeto. Y como
conclusión se tiene que es necesario considerar que, a pesar de haberse observado una tendencia
al cambio en las respuestas de los participantes de este estudio, se debe continuar monitoreando
esta tendencia y sus implicaciones en generaciones pasadas y futuras.
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La diversidad sexual como concepto, hoy en día goza de un relativo consenso dentro de
los movimientos de liberación homosexual, en tanto representa un número amplio de
personas que inicialmente quedaban fuera de la lucha, invisibilizados/as por el concepto
de “liberación homosexual” que evoca, dentro de un marco cultural patriarcal y
androcéntrico por un lado, solamente a los hombres homosexuales, y por otro, invisibiliza
no sólo a mujeres lesbianas sino también a todos/as aquellos/as que presentan un deseo
erótico y una conducta sexual que no responde, esta vez, al canon homonormativo el que
tradicionalmente asocia la homosexualidad con hombres gays y masculinos. De esta
forma, la noción de diversidad sexual aportaría en el intento de escapar al
encapsulamiento y limitación que generan las identidades sexuales […]. Es por esta razón
que hemos preferido hablar de personas con orientación sexual no heterosexual en vez de
homosexuales, en tanto no todos/as quienes están contenidos/as en esta categoría se
sienten cómodos con ser definidos así (Muñoz, 2013, p.26).
Nuñez (2011 citado en Rivera, 2017) sostiene que el significado “diversidad sexual” es
un término que se impelió desde los pronunciamientos de oposición a ese significado imperante
de la sexualidad. Es una palabra moderna con el cual busca construir una lucha sociocultural y
política en el área de relaciones sociales, que ha mantenido en la sumisión, discriminación,
agresión, sometimiento y rechazo hacia las minorías sexuales (p.48).
El vocablo de diversidad sexual es utilizado de tres formas. El primero es utilizado como
moderación para los términos, gay, lesbiana, transexual, u otros términos como “marica”,
“mostacero”, “marimacha”, que son vulgares y no son apropiados para la divulgación político -
social, es así que como suple la palabra “diversidad sexual” (Nuñez, 2011 citado en Rivera,
2017, (p.49).
El segundo uso de la palabra “diversidad sexual” es como término sombrilla, esto quiere
decir que esta palabra cuyo concepto cubre muchas otras palabras que son clases específicas de
la misma, es decir representa muchas otras categorías referidas a la palabra “diversidad sexual” y
su punto de vista heterodoxo en el área sexual hacia las ideología sexuales y de género impuestos
por la sociedad (Nuñez, 2011 citado en Rivera, 2017, p.49).
Por otro lado Nuñez (2011 citado en Rivera 2017) enfatiza en el siguiente ejemplo para captar
mejor la concepción del término diversidad sexual:
El concepto diversidad solo puede ser usado para caracterizar a una totalidad de unidades
de una especie: de canicas, de vestidos, de sombreros, de personas o de cualquier otra
categoría, no a una parte del todo. Cuando decimos, por ejemplo, “la diversidad de
canicas” nos referimos a la totalidad de canicas, a que estas son diversas entres sí, una
rojas, otras verdes, otras amarillas con rojo, entre otras, pero sería absurdo decir “es una
canica del grupo de la diversidad de canicas”. Todas son canicas y todas son diversas
entre sí. No existe grupos de la diversidad, existen miembros de una totalidad diversa. Lo
mismo sucede con las personas y la sexualidad. Todas son personas y todas tienen una
sexualidad diferente, son miembros de una totalidad que es diversa: las personas (p.50).
Nuñez (2011 citado en Rivera, 2017) también expone que sin embargo, tanto por el uso
para moderar los términos de los distintos géneros que existen, esto puede provocar que no se
reconozca a todos estos géneros frente a los dispositivos de poder y la sociedad. Si bien es cierto
este término acarrea a todos los diferentes géneros existen, en un afán de representarlos, está
también puede generar una conmoción pues este término surgió para supeditar u encubrir a los
llamados gay’s, lesbianas, transexuales, etc. (50).
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La forma de emplear el término “diversidad sexual” que hace referencia solo a ciertos
grupos, manteniendo así a la identidad heterosexual hegemonizada (Nuñez, 2011 citado en
Rivera, 2017, p.50).
Así pues en la sociedad desde el principio desde los primeros días de vida es impuesto de
forma dicotómica del sexo de las personas así como también su identidad, sin tomar en cuenta la
propia creación de sus ideales respecto a su identidad. Y es así pues los individuos, no adaptados
o encasillados al sistema binario de género se ven discriminados y marginados por la hegemonía
heterosexual (Nuñez, 2011 citado en Rivera, 2017, p.50).
El termino diversidad sexual no solamente tiene el debate de luchar por la igualdad y el
reconocimiento del homosexualismo, lesbianismo o transexualidad, sino que también se busca
poder dar a conocer estas minorías sexuales para poder concientizar acerca de ellas a través de su
conocimiento (Escobar, 2007 citado en Rivera, 2017, p.51).
Con mucha frecuencia se tiene la noción de que existe solo una manera buena de vivir la
sexualidad, descartando las otras orientaciones. Esta creencia está arraigada por de la iglesia o
por la cultura, estableciendo así los tabús que limita la experiencia de vivir una mejor sexualidad
(Rial, 2003 citado en Rivera, 2017, p.52).
También Weeks (2000 citado en Chávez et al, 2018) nos habla del término divesrsidad
sexual, que refiera a la diferencia que existe con la heterosexualidad y la normatividad que existe
respecto a sus conductas (p.63).
De acuerdo con lo anterior acerca de la diversidad sexual existe una desigualdad de lo que
se considera normal conllevando una reacción de repulsión en algunos grupos colectivos que no
están de acuerdo con esas disimilitudes. Manifestándose así en los individuos comportamientos de
marginación y violencia contra la diversidad (Chávez Martínez et al, 2018).
La diversidad debe asimilarse como una obra de la naturaleza sexual de las personas, más
no, como algo fuera de lo normal. Este término debe ser utilizado como derecho a ser único y
diferente de cada ser humano en su sexualidad. Existen otros componentes que se desconocen de
la diversidad sexual que la imposición dicotómica de la sexualidad desconoce. Y por ello surten
los movimientos que buscan el reconocimiento de las mismas (Escobar, 2007).
Según Gómez (2012) la diversidad es aquello de lo que se puede hacer una diferencia de
cosas entre si. En el contexto sociocultural por ejemplo, se encuentran diferentes tipos de divesidad
como la: social, ambiental, sexual, etc (p.6).
La Diversidad Sexual se plantea como el conjunto amplio de conformaciones,
percepciones, prácticas y subjetividades distintas asociadas a la sexualidad, en todas sus
dimensiones biológicas, psicológicas y sociales, ellos no pueden llevar a entenderse, a la
diversidad sexual como la multiplicidad de deseos y de los modos de resolución en las
relaciones afectivas y eróticas existentes en la humanidad; de esta forma la diversidad
sexual correspondería, entonces, de manera más focalizada, a los campos de la
intersexualidad, el transgenerismo y la orientación afectivo-erótica homosexual y bisexual
(Gómez, 2012, p.7).
Respecto a lo anterior se puede entender la diversidad sexual entonces como las distintas
preferencias sexuales que acogen y ejercen las personas (Gómez, 2012, p.7).
Según Careaga (2014) uno de los autores que más aporto a la diversidad de la sexualidad
fue Freud, quien aludio que la sexualidad se ve manifestada en las distintas etapas de la vida y
estas son multiformes. Asimismo asigno ciertos comportamientos como perversos, cosa que
cambio a dia de hoy (p.1).
También Careaga (2014) declara que:
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Siguiendo el pensamiento de (Pérez, 2002) quien plantea que “ante el temor de no ser
apreciadas, comprendidas y queridas, las adolescentes “deciden” ocultar su capacidad y centrarse
en los roles que el grupo les demanda”. En esta línea, resulta una afirmación la triste realidad
respecto a la doble discriminación que sufren las mujeres, una doble “carga” por su singular
condición, como mujeres y como personas especialmente dotadas (Domínguez, 2010); (Sánchez,
2010). En este sentido, muchas veces nos cuesta descubrir, y aceptar la posibilidad de nuevas
maneras de relacionarnos entre hombres y mujeres. Reconocer la valía femenina cuando la
sociedad marca valores que son justamente lo contrario. Ello conlleva una información y
educación en la igualdad que es preciso ir conquistando y aprendiendo continuamente, no solo
para las niñas, adolescentes y jóvenes con altas capacidades, sino para todas y todos en su
conjunto, aunque como sostiene (Jiménez, 2006) si algún grupo paga un alto precio de los
estereotipos y mensajes contradictorios, quizás sea el de las niñas y mujeres con capacidad alta.
Las teorías de género rechazan aquellas que ven diferencia sexual como un hecho natural,
como una necesidad de la producción de la especie, como una ley evolutiva invariable y
universal o como voluntad de Dios. (Scott, 1990) Existe un análisis fundamental planteado por la
teoría de género, se trata de la división sexual del trabajo, implica que el ordenamiento social se
requiere que solamente los padres se dediquen a trabajar mientras que las madres se ocupen de la
crianza de los hijos, Scott releva la importancia que representa el género a través del lenguaje, las
normas y las relaciones sociales que ayudan a construir significados a las experiencias.
Las teorías feministas se enfocan más en las relaciones de poder que se generan dentro de
y en relación a la familia.
Una de las teóricas (Marie Withers Osmond y Barrie Thorne , 2013), dio aportes de
estudia de la familia, principalmente:
Tomar el género como una categoría fundamental de análisis, desagrupando la familia en
estructuras subyacentes de sexo, género y engendramiento. Reformar la noción que se
tiene de la familia, como la división sexual del trabajo, la heterosexualidad, el dominio
masculino y la maternidad desde un punto social e histórico.
Cuestionar el modelo de familia “monolítica” haciendo referencia a que el esposo es
quien se encarga de ganar el pan de cada día mientras que la esposa se encarga de ser
madre y ama de casa a tiempo completo, siendo esto mostrado como algo normal y
legítimo.
El haber hecho preguntas acerca de los límites de la familia: han demostrado las
consecuencias molestas de familias, en las que las mujeres y los niños están aislados del
contacto y apoyo externos. Una de las autoras que aporta a este respecto es Celia
Amorós quien afirma: “lo valorado socialmente está en el espacio público y se lo
adjudican los varones, y lo no valorado está en el espacio privado y ese espacio se nos
adjudica a las mujeres”.
Explorar las diferencias individuales en la experiencia de la familia, tanto las mujeres, los
hombres, los niños y niñas no experimentan la vida al lado de la familia de la misma
manera, ya que también va relacionada con el género y la edad. Las feministas han
planteado múltiples experiencias que cuestionan esta noción de familia como asilo
emocional, puesto que la existencia del dominio masculino y la sumisión de la mujer
dentro y fuera de la familia, la existencia de conflictos, violencia e inequidad en la
distribución del trabajo, desbaratan la idea de familia como espacio de armonía y
protección emocional.
1.2.4 Expresión de género
La expresión de género es la forma en que uno manifiesta su género mediante el
comportamiento y la apariencia de sí mismo. Esta puede ser masculina, femenina, andrógina o
cualquier combinación de las tres. Pará muchos la expresión de género se ajustan a las ideas que
la sociedad considera apropiadas para su género, mientras que otras personas no. Las personas
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que cuya expresión no se adecua a las normas y expectativas sociales, como los varones suelen
ser percibidos como "afeminados" o a las mujeres se les considera como "masculinos", siendo así
objetos de duros castigos, como el acoso, agresiones físicas, sexuales y psicológicas. La
expresión de género de una persona no siempre está vinculada con su sexo biológico, su
identidad de género o su orientación sexual. Algunas personas están contentas con el género que
se les asignó al nacer, ya sea masculino o femenino; pero otros no se identifican ni como hombre
ni como mujer y tienen una identidad de género no binaria. Otros son fluidos entre géneros, no
identificándose con uno u otro, se les llama género fluido. (Borisonik, 2017)
Para ser claros, el género no tiene nada que ver con el sexo, y nada que ver con la
orientación sexual, como explica (Ciccia, 2019)"es importante aclarar los términos que a menudo
se superponen. La identidad de género es el género con el que una persona se identifica; algunos
se identifican como hombres, otros como mujeres y otros no se identifican ni como hombres ni
como mujeres, pero consideran que el género no es binario". Lo que llamamos expresión de
género tiene más que ver con cómo me expreso en términos de vestimenta, hábitos,
comportamiento y no es equivalente a la identidad de género. Por ejemplo, me identifico como
mujer, pero mi expresión de género no se ajusta a lo que llamamos estereotipos "femeninos".
Otro ejemplo son las personas no binarias cuyas expresiones son multimodales y no se
ajustan a los estereotipos femeninos o masculinos. “Creo que en general todos nos expresamos
de forma multimodal. Es decir, no tenemos comportamientos “homogéneos” asociados a uno u
otro estereotipo, y al mismo tiempo siguen siendo -femeninos y masculinos- un eje de referencia
que se mueve” interior" (como a quién identificamos como hombre o mujer) o "afuera" (como en
el caso de las personas no binarias).
"No hemos considerado otras formas de habitar nuestra materialidad, nuestros cuerpos.
Esa es una gran parte del trabajo del feminismo: crear historias que permitan a otros, aún
inimaginables, expresar nuestra existencia". (Ciccia, 2019)
El género se entiende como una categoría que fluye y se moldea en las interacciones
sociales, respecto de lo que se entiende como masculino y femenino, apuntando a la naturaleza
situacional e histórica del género, más que a su naturaleza inherente, esencialista e individual
(Zimmerman y West, 1987). En este marco, la Comisión Interamericana de Derechos Humano
ha definido la “expresión de género” como “la manifestación externa de los rasgos culturales que
permiten identificar a una persona como masculina o femenina conforme a los patrones
considerados propios de cada género por una determinada sociedad en un momento histórico
determinado”. (CIDH, 2008)
En muchos lugares donde las relaciones entre personas del mismo sexo son más
aceptables, las personas también experimentan discriminación y violencia debido a su identidad
o expresión de género. Los crímenes de odio, las agresiones y las agresiones contra las personas
transgénero son comunes. La violencia basada en el odio tiene un impacto negativo
particularmente a largo plazo en las víctimas. También fomenta un clima de miedo entre las
personas, los grupos y las comunidades LGBTI y, especialmente cuando los Estados no hacen
que los perpetradores rindan cuentas, fomenta una desconfianza general en las autoridades.
(CIDH, 2008)
1.2.4.1 Acrónimo LGBTI
LGBTI según (CIDH, 2015) es un acrónimo que se usa colectivamente para referirse a
lesbianas, gays, bisexuales, transgénero (la palabra trans se refiere a travesti, transgénero y
transgénero) e intersexuales:
Lesbiana: Una mujer tiene una relación emocional sexual con una mujer. Se utiliza
como sinónimo de feminidad homosexual. Es una construcción de identidad y una
manera de nombrarse.
Gay: Otra expresión de la homosexualidad favorecida por su contenido político y uso
popular. Se usa como sinónimo de la identidad masculina gay, aunque algunas mujeres
también lo usan. Es una construcción de identidad y una manera de nombrarse.
Bisexual: Atracción erótico-afectiva y manera de autodefinición que se dirige hacia
hombres y mujeres por igual. Esto no implica que sea con la misma intensidad, al mismo
tiempo o de manera indiscriminada.
Travesti: Un travesti es una persona que expresa su identidad de género -permanente o
temporalmente- al usar la ropa y las actitudes del sexo opuesto, social y culturalmente
asignadas a su sexo biológico. Esto puede o no implicar un cambio de cuerpo.
Persona Trans: Una persona nace con un sexo biológico cuya identidad de género (género
psicológico) difiere de la identidad de género con la que "coincide". El estatus
transgénero no depende de la reasignación de género.
Transgénero: Condición humana en la que una persona tiene características y
comportamientos relacionados con el género (masculino o femenino) que son
incompatibles con su género según los patrones sociales y culturales con los que se
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determina su sexo hasta que reacciona con las hormonas andrógenos y estrógenos. Las teorías
hormonales y psicológicas sugieren que la estructura cerebral de los homosexuales tiene las
mismas características cerebrales y psicológicas que los homosexuales.
La estructura cerebral de las mujeres heterosexuales es similar a la estructura cerebral de
las mujeres homosexuales y los hombres heterosexuales. (Campos, 2000)
El estado hormonal se determina en el útero, pero se desencadena durante el desarrollo
sexual de la pubertad. El modelo muestra una pequeña correlación entre la identidad de género y
el atractivo sexual de un individuo. No hay pruebas suficientes que vinculen los programas de
orientación sexual prenatal con los trastornos de identidad de género en los niños. La teoría del
efecto del orden de nacimiento de los hermanos muestra que los hombres tienen más
probabilidades de ser homosexuales que las mujeres. Provienen de la cadena de nacimiento de
otros individuos masculinos, es decir, si este individuo es el más joven en una serie de
nacimientos masculinos anteriores (hermano), es más probable que sea homosexual. (Campos,
2000)
1.2.5.5 Origen ambiental
El origen ambiental es una teoría que relaciona la determinación de la orientación sexual
de un individuo con los factores socioculturales que dan forma a su entorno. En el contexto
familiar se desconocen las posibles consecuencias para la relación con los padres. Asegurar que
las personas sexualmente desarrolladas tengan un desarrollo del pene adaptado a su entorno
familiar y así desarrollar su identidad de género y orientación sexual. La inconformidad de
género infantil es un fenómeno psicológico en el que los preadolescentes se identifican con
modelos sociológicos y psicológicos de su propio género, pero en cambio se identifican con el
sexo opuesto. De esta forma, este fenómeno es visto como una advertencia sobre la
homosexualidad, cambiando la identidad de género del individuo.
Varios factores ambientales están relacionados con la orientación sexual, como la
relación con los padres, la relación de la madre, la influencia en las etapas del desarrollo
psicosexual y las relaciones familiares poco sanas. (Campos, 2000)
1.2.5.6 ¿Qué causa la orientación sexual?
No está claro qué hace que una persona sea heterosexual, gay, lesbiana o bisexual, pero
las investigaciones sugieren que la orientación sexual se basa en factores biológicos que existen
antes del nacimiento. Sabemos que la orientación sexual a menudo se establece mucho antes de
la pubertad. Aunque la orientación sexual puede comenzar a formarse antes del nacimiento,
algunas personas descubren que cambia con el tiempo. Lo que está claro es que la orientación
sexual no es algo que las personas puedan decidir por sí mismas o por los demás. La orientación
sexual es parte de un proceso de definición del objeto al que se dirigirá la pulsión sexual que
constituye el desarrollo psicosexual sin tener que limitarse a esto. Según (Money, J. & Ehrhardt,
A., 1972), el desarrollo psicosexual se considera el proceso de desarrollo de la identidad de
género, los roles de género y la orientación sexual. Sin embargo, tratar de "etiquetar" a una
persona en función de su orientación sexual puede ser complejo y difícil, porque esta "tendencia"
no siempre es constante en la vida y puede aplicarse a tres áreas distintas de la sexualidad: el
contenido de la sexualidad, el deseo sexual y las fantasías sexuales.
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Podemos referirnos a (Gorguet, 2008) que explica que la sexualidad: “Es la forma en que
cada individuo expresa sus deseos, pensamientos, fantasías, actitudes, prácticas y relaciones y es
el resultado de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos, religiosos,
espirituales y comunicativos.
Como las personas, la sexualidad tiene múltiples manifestaciones” (Gorguet, 2008). En
relación con lo anterior, Foucault ofrece “una nueva visión de la sexualidad, ya no una
consecuencia de la biología, sino una construcción social histórica”, y esto también ha influido
en la forma de pensar y entender el cuerpo en la historia. nuestro discurso (Mogrojevo, 2008). La
"transformación" del paradigma descrito permitió aclarar varios conceptos para un análisis más
robusto de los datos obtenidos, ya que el interactuar con condiciones socio-históricas lleva a que
los conceptos se tornen más complejos y maleables con el pasar de los años. La historia social a
lo largo de los años hace que los conceptos sean más complejos y maleables.
La Asociación Americana de Psicología (APA, 2017), define la orientación sexual como
“una atracción emocional, romántica, sexual o afectiva duradera hacia otros”, que se diferencia
de la conducta sexual, porque se refiere a los sentimientos y al concepto de uno mismo”. “Las
personas pueden o no expresar su orientación sexual en sus conductas”. Según la misma fuente,
la orientación sexual “existe a lo largo del continuo que va desde la heterosexualidad exclusiva
hasta la homosexualidad exclusiva e incluye diversas formas de bisexualidad”. Ella se moldea a
una edad temprana y como resultado de una interacción compleja de factores biológicos,
cognitivos y del entorno, por lo que se entiende que no es una elección personal, ni puede
cambiarse a voluntad o con terapia. La definición indicada, concuerda con la entregada por la
Organización Panamericana de la Salud, la Organización Mundial de la Salud y la Asociación
Mundial de Sexología. Estos organismos definen orientación sexual como “la organización
específica del erotismo y/o el vínculo emocional de un individuo en relación al género de la
pareja involucrada en la actividad sexual.
La orientación sexual puede manifestarse en forma de comportamientos, pensamientos,
fantasías o deseos sexuales, o en una combinación de estos elementos” (OPS-OMS, 2000). Esta
definición ha sido usada en diversos convenios internacionales, como la Convención Europea de
los Derechos Humanos y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones
Unidas (Lamas, 2005). Por su parte, los Principios de Yogyakarta, definen la orientación sexual
como “la capacidad de cada persona de sentir una profunda atracción emocional, afectiva y
sexual por personas de un género diferente al suyo, o de su mismo género, o de más de un
género, así como a la capacidad mantener relaciones íntimas y sexuales con estas personas”.
Una clasificación popular identifica tres tipos:
Orientación sexual: heterosexual (atraído por el sexo opuesto), homosexual (atraído por
personas del mismo sexo) y bisexual (atraído por personas de ambos sexos). En 1942, el biólogo
y sociólogo estadounidense Kinsey (Mirabeti-Mullol, A., 1985) inició una serie de estudios sobre
el sexo. Su investigación lo llevó a ver la orientación sexual como un continuo desde la
heterosexualidad xenófoba hasta la homosexualidad xenófoba.
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2 Capitulo II
2.1 Marco Teórico
2.1.1 Contexto histórico
Todos saben que el comportamiento sexual humano tiene como base la estructura
biológica, aunque esta no es exclusivamente determinada por ella, debido a que esta es inseparable
de la dimensión social humana, quien, por naturaleza, se necesita vivir en relación con otras
personas para existir, aprender, y desarrollarse. Se sabe que, en este contexto, las normas sexuales,
al igual que los roles se encuentran influidos tanto por las políticas del estado, como por las
condiciones sociales, económicas y las enseñanzas religiosas. De este modo tenemos en cuenta
que, la sexualidad se socializa de acuerdo a los patrones culturales en base a la relación entre
hombres y mujeres, el atractivo sexual, el placer y la reproducción (Careaga, 2004)
En la naturaleza biológica y social del ser humano se hace posible que los comportamientos
e impulsos sean regulados también por funciones psicológicas, estas pueden ser inconscientes y
espontáneas, aunque estas, no son lo suficiente para el desarrollo y la integración de la sexualidad.
Esta integración requiere de los procesos relacionados, valórico, moral, al desarrollo afectivo, y
conductas atribuidas a un determinado sexo donde una persona, pasa a ser un sujeto consiente,
responsable, protagónico, libre de sus comportamientos y roles dentro de esta sociedad, por ello,
es que lo moral también forma parte tan inseparable de la naturaleza humana. Con esto se puede
decir, entonces, que la sexualidad es un fenómeno sociocultural que está influenciado por la calidad
de nuestras relaciones interpersonales y por el contexto en que vivimos (Gauthier, 2004)
Como producto de un contexto social, político e histórico, la sexualidad es el resultado de
un largo proceso a través del cual se definen sus expresiones y acciones. Comprender la expresión
actual de la sexualidad es un reto importante, incluso para el reconocimiento y aceptación de la
propia sexualidad. En el imaginario cultural de diferentes grupos, emergen contradicciones que
dificultan la comprensión de la sexualidad en toda su dimensión y dinámica, ya que esta refleja los
referentes culturales de la visión construida a lo largo de su historia. Además, la significación
atribuida a esta palabra no es un acontecimiento sencillo, ya que convoca imágenes, símbolos y
representaciones que acompañan al ser sexuado en su cotidianidad (Castro, 2003)
(Castro, 2003), también se señala, que, en el intento por desentrañar las verdades del sexo,
se establecen categorías y conceptos que organizan el comportamiento sexual, al definir qué es
“correcto o incorrecto, saludable o dañino, normal o anormal”, llenando un vacío conceptual que
situó́ a la sexología en el status de una disciplina imprescindible, para el estudio de las distintas
expresiones de la sexualidad y de la diversidad sexual, las cuales comenzaban a exteriorizarse de
a poco en la sociedad.
A partir de un análisis histórico, se coincide que la sexualidad como el producto de un
proceso sociocultural que se refiere a los aspectos erótico-amorosos de nuestras propias vivencias,
más allá de la genitalidad. Esto nos implica a el reconocimiento de relaciones y significado con el
cuerpo, esto desde las tradiciones y valoraciones culturales y religiosas. Por ello, esto no es posible
la comprensión de la diversidad sexual sin contemplar la diversidad cultural (Careaga, 2004).
Se puede decir que la diversidad sexual es el conjunto de expresiones de la sexualidad que
involucra tres dimensiones para su análisis y su definición: la identidad sexual, según la definición
sexual que adoptan las personas; la orientación sexual, de acuerdo a la dirección erótico-afectiva
del objeto amoroso; y los comportamientos sexuales que se adoptan en la persona, ya que
adquieren significado en cada una de las culturas. Por otra parte, esta diversidad es expresada a lo
largo del tiempo a través de las diferentes etapas del desarrollo de la persona y que, además, estas
21
no son lineales sino que estas se superponen e interactúan de manera cambiante a lo largo del
tiempo en todas las diferentes etapas de vida (Caeraga, 2004).
Nuevamente, este autor señala que si bien la diversidad de expresiones de deseo es
reconocible, los cambios en la orientación sexual y la identidad sexual aún conllevan un estigma
que impide una sana exposición al potencial, y señala que es más difícil de reconocer porque
cambiar. Además, reconocer y comprender estos aspectos a través de la interpretación de las
expresiones culturales de la sexualidad puede ayudar a identificar no solo las dificultades de
aceptación de la diversidad sexual, sino también las diversas manifestaciones de racismo y
discriminación que aún existen, lo que plantea un desafío insuperable que permite.
Uno de los aportes más importantes de la historia a la percepción de la diversidad sexual
se debe a la controvertida obra de Freud, quien según algunos autores es el creador de la diversidad
sexual infinita, tomó una posición que podría verse como contradictoria en cuanto sembró las
semillas de una visión moderna. Pues señaló que la sexualidad tiene síntomas distintos a lo largo
de las etapas de la vida y que estos son polimórficos, desafió la idea de la heterosexualidad como
conducta. Desde entonces, el psicoanálisis ha demostrado que el deseo sexual busca sus objetos
independientemente del sexo anatómico, y que las necesidades humanas se satisfacen, a diferencia
de los instintos animales. Este deseo no es autónomo. Porque se mueve a través de decisiones
impuestas al individuo desde adentro por deseos inconscientes y decisiones impuestas desde afuera
por prescripciones sociales de orden cultural, es decir, ley social. (Lamas, 2004).
Cualquier análisis histórico de la sexualidad debe mencionar al sociólogo británico Jeffrey
Weeks. Él postula que la cultura moderna tiene una estrecha relación entre ser biológicamente
hombre o mujer y la forma correcta de comportamiento erótico, es decir, el coito entre hombres y
mujeres. mujer. Al hacerlo, reconoce que existen parámetros de normalidad que muchas veces dan
lugar a clichés del comportamiento humano que han impedido e incluso impedido la expresión de
la sexualidad a lo largo de la historia por temor a ser etiquetados negativamente en la sociedad
(Weeks, 1998).
En el intento de analizar como nuestra cultura ha llegado a valorar negativamente la
diversidad sexual, (Lamas, 2004)sugiere que se incluyan los aportes de otros autores importantes
sobre la historia de la sexualidad, entre ellos Foucault, quien provocó un escándalo con la
publicación de su libro Historia de la sexualidad en el siglo XIX. No siempre ha habido una
oportunidad de caracterizar y construir una identidad con el poder que tiene ahora, como ahora se
practica. La sexualidad hoy se refiere tanto a la actividad sexual como a una especie de núcleo
mental que da sentido a la identidad de cada persona, moldea la sexualidad y la transforma en una
forma de acción.
El autor también explica cómo Foucault hizo una importante discontinuidad histórica entre
los regímenes sociopolíticos anteriores al siglo XVIII en los que el sexo era visto como un atributo.
Y el sistema moderno en el que se estableció el sexo como una identidad es válido desde ese
momento hasta el presente. Hacia fines del siglo XVIII, el derecho se convirtió en un ejemplo de
poder, creó una identidad controlada y fomentó el crecimiento de los regímenes normativos. Y
para Foucault, fue esta “reproducción disciplinada de la vida” lo que hizo natural la
heterosexualidad. Los autores también argumentan que estos paradigmas fueron interiorizados y
ampliados con la llegada de los conquistadores españoles a América Latina, por lo que, a pesar de
la existencia de otras prácticas y conceptos, impusieron sus modelos y la Iglesia Católica señala
que jugó un papel importante. en socialización. El dogma esencialista y universalista de la
sexualidad sólo como medio de reproducción.
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produce en gran medida gracias a la contribución de la ética a la reflexión sobre los diversos
síntomas y sus percepciones. Esto permitió que la discusión sobre la sexualidad humana se moviera
más allá de la moralidad hacia el derecho humano a la libertad. Y es precisamente en este contexto
que los aportes de los movimientos feminista gay y lésbico han sido trascendentes.
También destaca la existencia actual de investigaciones sobre gays y lesbianas que buscan
establecer la centralidad del sexo y la sexualidad en varios campos de estudio y promover los
intereses de lesbianas y gays. Investigan la producción, difusión y transformación cultural de los
significados sexuales inscritos en diversas formas de expresión cultural, y se enfocan en descifrar
los significados culturales de los discursos y prácticas de género. Los esfuerzos de lucha política
han llevado incluso a las fuerzas conservadoras a llamar cada vez más a la guerra, mientras que la
visibilidad diaria de otras formas de sexualidad no solo fortalece, sino que impone derechos.
La identidad, la sexualidad y el estilo de vida de los hombres lesbianas y gays también
desafiaron el sistema de género dominante e incluso fueron comentados para crear nuevas
tendencias en las relaciones sociales; la decisión de formar o no pareja y de considerarse realizado
en todo sentido, de formar pareja sin contrato matrimonial, cuyos miembros se dice que tienen
mayor igualdad. La lucha por el deseo y el placer sexual, la satisfacción y el placer de estar juntos
que forma la base de su unión, decidiendo si vivir bajo un mismo techo, ser sexualmente exclusivos
o tener otras oportunidades, puedes abrirte y construir fuertes lazos sociales o forma una nueva
familia fuera de la tuya. Todos estos aspectos nos permiten construir formas de relación
innovadoras y creativas sobre el modelo heterosexual tradicional (Sierra, 2004)
Para asumir la diversidad sexual, debemos considerar categorías construidas sobre la
sexualidad y reconocer sus insuficiencias. Además, date cuenta de que estos no son estáticos ni
definitivos, siempre están en movimiento y se cruzan sin que te des cuenta. Además, nos desafía a
mirar hacia un mundo libre de categorías donde todas las expresiones de la sexualidad tengan
cabida y puedan ser plenamente disfrutadas Medios alternativos para romper los estereotipos y
prejuicios impuestos a las prácticas de género y ejercer la sexualidad plenamente en el marco de
la libertad. y el respeto a la vida en sociedades democráticas, valores básicos y fundamentales de
los derechos humanos, es un camino que tiene el potencial de brindar (Careaga, 2004).
2.1.3 Actitudes o creencias hacia la diversidad sexual
El concepto “diversidad sexual” es un término que ha sido impulsado desde los
movimientos de resistencia a esa concepción dominante de la sexualidad, este término busca
construir una lucha social, cultural y política en este campo de relaciones sociales que ha
mantenido en la opresión, segregación, violencia, marginación, dominación y desprecio a
mujeres que aman a otras mujeres, hombres que transgreden los estrechos límites de lo que se
considera masculino o femenino en su comportamiento, a seres humanos que nacen con una
variedad de configuraciones cromosómicas, gonadales o genitales (Nuñez, 2011).
En los últimos tiempos, se hace uso de la palabra “otredad” para referirse a la
heterosexualidad, en este sentido, el concepto diversidad solo puede ser usado para caracterizar a
una totalidad de unidades de una especie: de canicas, de vestidos, de sombreros, de personas o de
cualquier otra categoría, no a una parte del todo. Cuando decimos, por ejemplo, “la diversidad de
canicas” nos referimos a la totalidad de canicas, a que estas son diversas entres sí, unas rojas,
otras verdes, otras amarillas con rojo, entre otras (Nuñez, 2011)
El contexto social y político es predominantemente discriminatorio respecto de las
personas cuya orientación sexual es diferente a la heterosexual, el primer concepto a revisar es la
diversidad sexual, cuyo término refiere al hecho de ser diferente y/o desigual, sugiriendo una
distancia respecto de “la norma” que es la heterosexualidad. La diversidad implica un continuum
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de conductas en el que un elemento no tiene valor más fundamental que cualquier otro (López,
Castillo , & Jerves, 2014).
La preferencia sexual, no es la única característica que define la sexualidad humana, hay
personas cuya identidad de género puede diferir de su sexo biológico. Estas personas, que se han
denominado como “trans” (por transgéneros, transexuales o travestis) están entre las más
discriminadas por la sociedad y por los “cuerpos de seguridad”, como la policía o los
reglamentos de “buenas costumbres” y los “bandos de policía y buen gobierno” que rigen en
ciertos municipios de la nación. Estos abusos 14 han provocado, un fuerte movimiento por la
reivindicación de la “diversidad sexual” de los no heterosexuales, y del derecho a ejercerla, a
pesar de los prejuicios y de los grupos sociales que intentan limitar las expresiones de la
sexualidad que difieren de lo que ellos consideran “lo correcto”, es decir, la heterosexualidad
como norma y el binarismo de género (hombre-mujer, sin posibilidades de cambio o situaciones
intermedias) (Villanova & Fernández, 1997).
A principios de la década del cuarenta, se realizó un estudio de la diferencia sexual a
partir del contraste de estatus, el autor señala cómo todas las personas aprenden a situarse en un
estatus sexual específico y cuáles serían las conductas esperadas y socialmente demandadas para
dicho estatus. de esta forma, tanto la masculinidad como la feminidad se transforman en
identidades psicológicamente constituidas, como proceso que deviene de la infancia, la mayor
parte de las personas coinciden o están de acuerdo tácitamente con el estatus asignado, aunque
no siempre sea así. En diversas sociedades, la antropología ha estudiado la existencia de un
tercer género: mujeres en algún grado masculinizadas y hombres feminizados en algún grado y
se han documentado los hallazgos etnográficamente. (López, Castillo , & Jerves, 2014).
La diversidad sexual, debido a esa distancia de lo que se considera normal, implica una
respuesta de rechazo en algunos grupos sociales que no aceptan esas diferencias. Surge así el
fenómeno de la intolerancia, el cual acarrea a su vez conductas de discriminación y agresión
hacia la diversidad. (Lippman, 1922)
A raíz de lo mencionado anteriormente, se han generado una gran variedad de debates
donde, a pesar de la lucha porque la preferencia sexual sea reconocida en las instituciones del
matrimonio y el concubinato, hay un sector importante de la población que se resiste a aceptar
esto aduciendo argumentos de carácter religioso, moral, social y cultural. (Barberá & Martínez,
2004)
El respeto a la diversidad identitaria debe ser fomentada y respetada siendo vista desde
todos los aspectos sociales y de la vida en el núcleo familiar y en todas sus etapas, desde la
infancia hasta la vejez, debemos crear a una sociedad abierta, tolerante y amistosa, donde no
tenga cabida la negación de la diversidad humana (Villanova & Fernández, 1997).
La sociedad mexicana, predominantemente de la religión católica, aún no normaliza y
acepta de una manera muy lenta el tema de la diversidad sexual, está influida y determinada por
los prejuicios y pensamientos discriminativos, pese a todos los esfuerzos realizados para lograr
una transformación de las ideas culturales, sociales y muchas veces ingresar hasta el ámbito
político para conseguir la tan ansiada igualdad y la democracia de una sociedad abierta y libre
(Barreiro & Marcuello, 2003).
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La adolescencia es una etapa del desarrollo en la que las personas construyen su sentido
de identidad y por tanto, de su sexualidad; en esta etapa, la conducta sexual de los adolescentes
refleja diversos aspectos del desarrollo biológico, psicológico, social y cultural. Desde esta
perspectiva integral, la cultura es el ámbito que influye en la manifestación de ciertas prácticas,
en las que la actividad sexual tiene un lugar (Uribe, Covarrubias, & Andrade, 2008).
En este ámbito, la cultura se refleja en lo que las personas piensan y sienten respecto al
mundo, algo o a alguien, es lo que se vive y lo que se apropia como resultado de la interacción
cotidiana en la vida de las personas. La conducta sexual es, entonces, parte de la cultura en la
cual las personas comparten lo que se cree, lo que se dice, lo que se piensa, lo que se hace, lo que
se experimenta respecto a la actividad sexual; pero, la diferencia entre varones y mujeres
respecto a esta actividad sexual es también parte de la cultura (Uribe, Covarrubias, & Andrade,
2008).
Asimismo, la cultura también es norma: nos permite distinguir lo correcto de lo que no es
correcto, lo permitido de lo no permitido, sobre todo en aspectos que tienen que ver con la
conducta sexual, en donde lo no permitido y lo incorrecto es construido y vivido como culpa
dentro de las familias, por lo cual se entiende entonces qué es lo que no se permite. Observamos
entonces que la cultura a través del núcleo familiar ejerce influencia en los adolescentes
generando tantas culpas (por tener actividad sexual) y, a la vez, diversas emociones y afectos por
parte de los amigos (en este caso) por creer que la actividad sexual es permitida (por los amigos)
sino además deseada, esperada, por ser algo natural (Uribe, Covarrubias, & Andrade, 2008).
2.1.4.7 Las creencias religiosas
Las creencias religiosas históricamente han llegado a ejercer un control de la conducta
sexual de los seres humanos a través de la vigilancia, el castigo y la estigmatización. En el
proceso de socialización, estos controles son internalizados como normas y se convierten en
criterios de autorregulación (Ellingson. et al., 2004).
En este sentido, la religión constituye un aspecto de creencias y de identidad social de
gran peso en la sexualidad, de ahí que el estudio de la conducta sexual, sin considerar la religión,
cae en una limitación importante. La convicción (fe) y la frecuencia con que se siguen los
rituales religiosos (práctica) son las variables religiosas más estudiadas, siendo la práctica
religiosa la variable más relacionada con una actitud más conservadora hacia la sexualidad y una
menor frecuencia de conductas sexuales de riesgo (Moral, 2010).
La contradicción entre lo que creen y cómo se comportan puede provocarles angustia y
llevarlos a elegir desviarse de las normas religiosas. Así como inducirlos/as a la eliminación o
disminución de la conducta o alterar sus creencias religiosas, incluyendo abandonarlas (Heardy
& Raffaelli, 2003). Sin embargo, estos sentimientos contradictorios pueden variar cuando los/as
adolescentes santifican las relaciones sexuales al visualizarlas como una manifestación directa de
Dios (Murray, Pargament , & Mahoney, 2005).
2.1.4.8 Grupos de iguales
El grupo de iguales desempeña un papel fundamental en la vida de los adolescentes. Para
profundizar esta dimensión se ha generalizado la categoría iguales o pares, cuyo significado
corresponde a “aquellos hombres, mujeres o adolescentes que tiene aproximadamente la misma
edad o nivel madurativo”. La forma en que los adolescentes son percibidos y aceptados por sus
pares es determinante para su armonía y estabilidad emocional. Experiencias negativas como la
exclusión y desaprobación, o positivas como la aceptación y acogida en los grupos a los que
pertenecen, representan una dimensión completamente significativa en su desarrollo social y
afectivo (Santrock, 2004).
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La apariencia personal obtiene una relevancia descomedida por parte de los adolescentes,
se comparan o identifican con los tipos perfectos que se muestran en las revistas, y aunque no
manifiesten reconocimiento alguno acerca de todo lo que les afecta, son muy vulnerables. No
resulta nada extraño que al mirarse en el espejo se logren sentirte cómodos con su cuerpo y que
eso paulatinamente les deprima, esta es una etapa en la que necesariamente buscan adoptar un
propio estilo que los defina y distinga del resto, es aquí en donde el tipo de ropa, los tatuajes, el
peinado y abusar de las extravagancias los lleva a tener conflictos dentro del entorno familiar.
(MORCILLO ÁLVAREZ, 2017).
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3 Conclusiones
En resumen, la diversidad sexual, es una palabra muy controversial, pues abarca una gama
categorías de las minorías sexuales, pues se tiene el afán de representarlas con este término. Que,
si bien es aprovechable bajo contextos socio-políticos, puede no ser el adecuado para aludir a todos
los géneros y categorías sexuales existentes. Pero aun así es posible que sea un comienzo para salir
del encasillamiento de un solo género y tener muchos más medios para poder expresar la
sexualidad de manera plena.
En definitiva, todos los individuos tienen la libertad de poder escoger con que genero
reconocerse, pese a que hegemónicamente ya se establecen identidades desde la concepción de las
personas, pues ni la biología, ni los factores socioculturales pueden intervenir en una identidad ya
establecida.
La orientación sexual, la identidad y la expresión de género es un tema polémico, que
plantea muchos retos como el respeto, la protección y la promoción de los derechos humanos.
Pero podemos ver que las personas aún en la actualidad siguen sexualizando y criticando a las
personas que tienen una identidad de género distinta provocando así la discriminación y el
rechazo ante ellos no teniendo en consideración el daño psicológico que puede causar, confiamos
en que los años siguientes se pueda superar esto, aceptando a las personas con su identidad de
género su orientación sexual, una sociedad que las acepte como son y tengan una vida como
cualquier otra persona sin ser discriminado y ser libres de sentirse como tal.
De todo lo anterior mencionado pordemos decir, que todo comportamiento sexual
humano tienen como base aspectos biológico. La diversidad de género incluye todas aquellas
expresiones de la sexualidad que difieren de la heterosexualidad y esta última se define social y
culturalmente como la norma, por lo que es importante ver la diversidad de género como una
expresión adicional de la diversidad humana, así como de la diversidad cultural, religiosa y
política. p.ej. Por lo tanto, el marco de esta investigación se basa principalmente en la toma de
conciencia de los entendimientos y la subjetividad construidos en torno a la sexualidad y sus
diversas formas de expresión, y la influencia de las normas socialmente establecidas en esos
entendimientos, para lo cual los informantes utilizaron su propia opinión. yoes más profundos.
ideas y creencias sobre el tema, lo que en ocasiones conduce a confusión y prejuicios, como
muestra este estudio. Entre los principales resultados de esta investigación, se puede mencionar
sobre todo que los informantes son conscientes de la existencia de la diversidad sexual como una
realidad cercana, como una forma de vida cada vez más común de la sexualidad, que se observa
cada día en diversos ámbitos sociales. . Por otro lado, hay que destacar que en este estudio hay
una valoración positiva de las expresiones de la diversidad de género. Esto se refleja en el
discurso de los informantes, que también tiene en cuenta el vínculo entre la aceptación de la
diversidad de género y las experiencias de vida, por ejemplo, una valoración positiva se refiere a
experiencias que reflejan una comunicación adecuada con personas con discapacidad de
diferente orientación sexual.
Por otro lado, un tema que complica el análisis sociológico y legal es la falta de una
legislación federal mexicana que permita cuantificar las muertes homofóbicas. La actual
categorización de los crímenes homofóbicos como “crímenes pasionales” no se presta a la
claridad e impide seriamente soluciones serias. Creemos que estos deberían clasificarse como
"crímenes de odio" como otros países. De esta manera, se gana más objetividad y es posible
acceder a las cifras reales de delincuencia, cuantificarlas y producir una imagen precisa.
Combatir y erradicar la homofobia requiere acciones urgentes para incidir en cambios en
los patrones culturales que han establecido la heterosexualidad como la única opción viable para
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4 Referencias Bibliográficas