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Se han formulado diversas teorías sobre el estudio y conceptualización de las

emociones (especialmente el amor) debido a las dificultades para medir y evaluar


los resultados y generadores, así como los factores que intervienen en cada
respuesta psicológica. Es así como se conforma la teoría del triángulo amoroso,
estructura conceptual creada por R. Sternberg, con la que se pretende
caracterizar el amor a través de la conexión de tres elementos: cercanía, pasión
y compromiso. Según Sternberg, estos tres componentes crean todas las
relaciones, dependiendo de si uno o más de ellos están presentes. Sternberg
introdujo una escala de medición, la "escala triárquica o triangular del amor", que
consta de aproximadamente 45 elementos de calificación que ponderan cada
componente de la relación según los resultados. De esta forma es posible
determinar qué componente domina, cuál une, desvía o aliena, y así determina
el tipo de relación.
Esta teoría integra los 3 componentes o tipos de amor, y de acuerdo a sus
combinaciones posibles, se puede identificar siete (7) formas de amor o relación,
las cuales son: Cariño, Encaprichamiento, Amor vacío, Amor romántico, Amor
sociable o de compañía, Amor fatuo o loco y el Amor consumado. Una forma
bastante simplificada de acuerdo a los ejemplos comportamentales que se han
podido observar a lo largo de la historia y la evolución del ser humano, en relación
con las características medibles de los sentimientos. Puesto que en nombre del
“amor” se han cometido gran cantidad de hechos, de diferente índole, magnitud
y con diferentes resultados.
Esta teoría ha tenido resultados que trascienden los contextos de tipo de
relación, ubicación, cultura tradicional, y circunstancias. Sin embargo, al tenerse
en cuenta para ser determinantes de la escala de medición, se busca la
perspectiva de los componentes desde su forma pura. A su vez, Sternberg,
afirma que cada componente tiene una línea evolutiva independiente, y que la
relación puede variar estructuralmente de acuerdo al nivel de participación de
cada componente en su formación. Es por esto que en situación de equilibrio
perfecto; el cual sería el amor consumado (Pasión, intimidad y compromiso), se
puede presentar el caso de que, la pasión decrezca, al ser un componente que
tiende a crecer al inicio de una relación, a medida que el compromiso se
fortalece, esta puede ceder y disminuir, convirtiendo el amor consumado en un
amor de compañía. Así mismo, el equilibrio entre pasión, intimidad y
compromiso, tiene una imagen contrapuesta, la cual sería La ausencia de amor,
o carencia, y falta de amor, la cual se presenta en ausencia de cualquiera de los
tres componentes determinados.
Según esta teoría, las relaciones basadas en un solo elemento o componente
son menos estables que las relaciones compuestas. Aunque no cabe duda de
que los factores más importantes que se pueden describir en una relación
“perfecta” son las emociones involucradas, esta tiene un proceso evolutivo en el
que entran en juego aspectos muy diferentes, formando triángulos según las
expectativas, las percepciones. y realidad Esto se debe a que cada persona tiene
un esquema psicológico diferente con reacciones diferentes y conceptos
alternativos de lo que es emocionalmente satisfactorio para cada persona. A
menudo, lo que vemos en los sentimientos de nuestra pareja no es realmente lo
que la persona está expresando, por lo que el triángulo esperado crea
variaciones en el triángulo real debido a la actividad del triángulo observado.
Las relaciones en las que solo tiene uno de estos elementos tienen muchas
menos probabilidades de durar. Según este triángulo, Sternberg sugiere
diferentes tipos de amor:
• Cariño o afecto: solamente in1midad.
• Encaprichamiento: pasión
• Amor román1co: predominan in1midad y pasión (atracción <sica y emocional)
• Amor fatuo: pasión y compromiso.
• Amor consumado: combina los tres componentes
Pero además de lo anterior, también es importante saber qué sucede en nuestro
cerebro cuando nos enamoramos, porque es importante conocer el origen de
nuestras emociones y ver cómo la estructura neuronal interfiere en este proceso.
Varios estudios apuntan a una base neurológica para el amor y la lealtad, siendo
importantes los neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y la
norepinefrina cuando se trata de entender por qué nos enamoramos. La hormona
oxitocina, también conocida como la hormona del amor, es la que los secreta, y
cada uno tiene un papel específico en el romance y la euforia.

Con base en este último aspecto, podemos concluir que la teoría se basa en
resultados subjetivos, declaraciones optimistas en contra de la relación, porque
no se toman en cuenta otros aspectos importantes, por ejemplo, el nivel de
compatibilidad de los personajes, que acertadamente llevó al autor de Sternberg.
para completar su trabajo sobre la teoría del triángulo en 1998, señalando que la
base de la relación es la compatibilidad o complementariedad de los factores
psicológicos del desarrollo similar de los componentes del amor. Así, tendemos
a formar vínculos o relaciones con personas que tienen muchos patrones
similares a nosotros, pero también con personas que muestran una completa
diferencia. Circunstancias creadas de acuerdo a lo que tradicionalmente se
espera de una conexión personal entre dos individuos. Por tanto, el compromiso
(compromiso responsable para superar las dificultades) corresponde al amor
vacío, y cuando se completa con la intimidad, podemos definir el amor de
compañerismo. En cambio, cuando el sentimiento es a nivel personal, privado y
privado, como ocurre con la pasión, puede desembocar en el romance, donde la
pasión desemboca en una relación, como el amor romántico. En general, la
teoría ignora la importancia de las narrativas, en las que la investigación debe
centrarse en los signos de formación y cambio de dinámicas negativas debido a
la influencia del pasado y la forma.

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