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CREACIÓN DEL ESTADO FRANQUISTA (1939 – 1959)

La guerra civil termina el 1 de abril de 1939, día en que se firma el último parte de guerra. En los casi tres años de
contienda han muerto 300000 personas, bien en el frente, bien represaliados en ambas retaguardias. Parecía que
había llegado la paz, pero lo que en realidad había llegado era lo que el régimen llamaba la victoria.
La represión política y la marginación social de los vencidos marcaron, con el hambre, los inicios de la posguerra.
De las primeras actuaciones del nuevo régimen, al amparo de la Ley de Responsabilidades Políticas (1939) será la
instrucción de expedientes de depuración, con los que serán encausadas todas aquellas personas y asociaciones que
no apoyaron el alzamiento. El resultado fue cientos de miles de personas condenadas a cárcel y a campos de trabajo
(en 1945 había todavía unos 100000 españoles encarcelados, un número indeterminado de ejecutados - se calcula
que 60.000 entre 1939 y 1945 - y entre 300.000-5000.00 exiliados forzosos.
El control social e ideológico del régimen se basó en tres pilares:  censura, educación y propaganda. Franco manda
y España obedece” resume a la perfección el nuevo estado de cosas. En medio del proceso de depuración cerca del
90% de intelectuales abandono el país - entre ellos, la mayor parte de la “generación del 27”- dejando
prácticamente sin maestros a los españoles.
El franquismo se apoyó en una serie de fundamentos ideológicos, sociales y políticos:
 Como fundamentos ideológicos mencionaremos la Dictadura personal del Caudillo (“Franco manda, España
obedece”), con concentración de poderes en su figura; la oposición al liberalismo y al comunismo; la
eliminación de la pluralidad de partidos políticos y establecimiento de un único partido, Falange Española
Tradicionalista y de las JONS; la no existencia de una Constitución, sino Leyes Fundamentales; la adopción de
determinados aspectos ideológicos del falangismo (en los primeros años), de un catolicismo a ultranza, de un
Nacionalismo español (España, una, grande y libre) y el Nacionalsindicalismo como vía intermedia entre
capitalismo y comunismo; y el uso en determinados momentos de la exaltación de las masas:
 Fundamentos sociales serán la Iglesia (la guerra fue una “Cruzada.), en un estado confesional, con facilidades y
privilegios para la Iglesia, donde ser español es ser católico; el Ejército, elemento básico para el régimen, tuvo
especial importancia durante todo el Franquismo, pero sobre todo en los primeros años,; la Falange, con el
apoyo de Pilar Primo de Rivera; y, para acabar, grandes terratenientes, empresarios, financieros, pequeña
burguesía de provincias (que soportaban la falta de libertades a cambio de bienestar económico), campesinado
católico del norte y centro del país, obreros apolíticos (estómagos agradecidos), y la alta burguesía catalana y
vasca (transigen con el régimen a cambio del proteccionismo económico del Régimen).
 Por último, los fundamentos políticos son las Leyes Fundamentales. Tras la primera ley que fue el Fuero del
Trabajo (1938), de este período son la Ley Constitutiva de las Cortes (1942), aconsejada por la evolución del
conflicto europeo, que ya empezaba a decantarse a favor de las democracias; el Fuero de los Españoles (1945),
que en apariencia era una declaración de derechos pero no era sino una operación de maquillaje del régimen
ante las exigencias democráticas de los vencedores; la Ley del Referéndum (1945) pretendía mostrar que en Es-
paña estaba reconocido el sufragio universal (esta Ley d fue aplicada en tres ocasiones: en 1947 para sancionar
la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado; en 1966 para refrendar la Ley Orgánica del Estado; y en 1976 para
someter a consulta la Ley Fundamental de Reforma Política); la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado
(1947), sometida a referéndum y aprobada en un auténtico pucherazo por más del 93 % de los votantes, con solo
una abstención del 18 %, declaraba a España como “reino” por su tradición monárquica y reservaba a Franco el
derecho de nombrar a su sucesor; por último, la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958) reconocía a
Falange Española Tradicionalista (FET) como único partido, lo que suponía la incorporación institucional de la
doctrina falangista (“España es una unidad de destino en lo universal”), exigiendo para el desempeño de todo
cargo público el juramento de los Principios del Movimiento. Quedaría una ley más, la Ley Orgánica del Estado
(1967), que marca la separación de la Jefatura del Estado y de la Presidencia del Gobierno
Podemos dividir este período en dos grandes fases: de 1939 a 1950 es el momento de la posguerra y aislamiento
internacional; de 1951 a 1959, la “década bisagra”, son los años de reconocimiento internacional:
A) Posguerra (1939-1950): aislamiento internacional:
A la neutralidad en la II Guerra Mundial (1939-1945) - aunque mostrando simpatía por el Eje, con el envío al
frente soviético de la División Azul - le sucede después de 1945 un auténtico aislamiento internacional, plasmado
en el cierre de la frontera francesa hasta 1948 (tras el fusilamiento del guerrillero comunista Cristino García, héroe
de la resistencia francesa), la no entrada en el Plan Marshall y un bloqueo diplomático tras la condena de la ONU al
régimen (resolución 39) y la retirada de embajadores. Solo se cuenta con el apoyo de Perón (Argentina).
1. Economía: Comenzaremos diciendo que España es un país en ruina, tras la destrucción material provocada
por la guerra (ciudades, carreteras, ferrocarril, centrales eléctricas, agricultura y ganadería, industria), lo que
provoca un descenso del Producto Nacional y la quiebra de la Hacienda Pública, con las reservas de oro del
Banco de España en Moscú (se gastaron en pagar las armas soviéticas durante la guerra para los republicanos)
y el endeudamiento con Italia y Alemania (pago por su apoyo al bando nacional).El hambre es generalizada,
más en las ciudades que en los pueblos, lo que provoca una vuelta a la ruralización. Para paliar la situación se
recurre a las cartillas de racionamiento (limitación del consumo, pago de un precio razonable) y también al
mercado negro (estraperlo).
La necesidad de reconstruir el país (lentamente) se plantea a través de una doble vía:
 Una política de autarquía favorecida por el aislamiento y para la que España no estaba preparada.
 Intervencionismo del estado, con varios objetivos: promoción de la industrialización (de octubre de 1939 es
la Ley de Protección y Fomento de la Industria Nacional; todo ello en detrimento de la agricultura,
eliminando las reformas de la República), construcción de fábricas de aluminio, nitratos, astilleros y
refinería; creación del INI (Instituto Nacional de Industria-1941); nacionalizaciones (comunicaciones
telefónicas, transporte aéreo - Iberia, creada en 1927 - o explotaciones mineras); nacimiento de RENFE
(1941); políticas de obras públicas (pantanos, saltos de agua).
A partir de 1948 la firma de tratados comerciales con Francia e Inglaterra alivia un tanto la situación.
2. En política interior es esencial el apoyo de los militares (principales ministros), con un progresivo descenso
de la influencia falangista a partir de 1945 (depuración de falangistas duros y de monárquicos);
La oposición al régimen nos trae en primer lugar al “maquis”, una forma de guerrilla formada a partir de
núcleos que subsistían en zonas de montaña desde finales de la Guerra Civil y que será apoyado más tarde por
unidades que habían luchado victoriosamente contra los alemanes en Francia. Su acción más espectacular fue
la ocupación del valle de Arán. El aislamiento entre los diferentes grupos, la represión militar, la Guardia Civil
y el recuerdo de la guerra que la población no quería repetir, explican su fracaso.
En los años 40 se oponían también al régimen pequeños grupos clandestinos del PCE, PSOE y CNT.
Incrementaron su presión con huelgas en la industria de Cataluña, Madrid o Vizcaya, a mediados de los 40.

B) Reconocimiento internacional (1951-1959).


1. El reconocimiento internacional viene de la mano de tres hechos:
 Acercamiento definitivo a EEUU , que ve a España como país anticomunista y estratégicamente bien
situado. Tras los acuerdos de defensa (1953) y la instalación de bases en Rota, Morón, Zaragoza y
Torrejón; España recibe ayuda económica (leche en polvo, mantequilla, aceite de soja, materias primas
para la industria) que suponen el fin del racionamiento. Eisenhower visitará España a finales de 1959.
 El Concordato de 1953 marca los acuerdos con el Vaticano: confirmación de la confesionalidad católica del
régimen; jurisdicción propia para el clero; pago del salario de los sacerdotes por el Estado; amplios
derechos en la enseñanza; el Estado, a cambio, puede intervenir en el nombramiento de obispos. En esos
años surge la oposición de los sacerdotes del País Vasco al régimen (cartas-denuncia).
 Entrada de España en la ONU (Resolución 386, de 1955).
2. En cuanto a la sociedad y la política interior, se vive una cierta estabilidad interna, pero se observa también
desarrollo y organización de la oposición al régimen franquista, desde el movimiento obrero (labor del Partido
Comunista y Comisiones Obreras y huelgas en 1957-1958), las universidades e intelectuales (a partir de 1956,
en contra del modelo educativo y oponiéndose al SEU, sindicato único universitario), el nacionalismo catalán
y vasco (fundación en 1959 de ETA (escisión del PNV de Eusko Gaztedi). Ante ello, el régimen endure la
represión, con la Ley contra el Bandidaje y el Terrorismo (1958) y la Ley del Orden Público (1959).
Se vuelve a plantear el inacabable problema de Marruecos. Independiente de Francia en 1956, España concede
la soberanía a sus territorios marroquíes en abril del mismo año, tras la guerra de Ifni. El Acuerdo con
Marruecos marca el fin del conflicto (independencia en 1969).
3. Economía: crecimiento industrial y despegue económico. A pesar del fin del aislamiento, de la ayuda
económica de EEUU del relanzamiento industrial y agrícola y del desarrollo del turismo (empezamos a hablar
de importantes ingresos y de entrada de divisas que serán la base del “milagro” económico, en 1957 España
está al borde de la bancarrota y con una galopante inflación que hace necesario el Plan de Estabilización de
1959, basado en una política de austeridad, recorte del gasto público, congelación salarial, devaluación de la
peseta y reforma fiscal (persecución del fraude). El Plan acabaría sentando las bases del desarrollismo español,
pero también tuvo consecuencias negativas, como el deterioro en las condiciones de trabajo y nivel de vida de
los trabajadores, lo que a su vez derivaría en el incremento de la emigración campo-ciudad-extranjero.

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