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Etapas de la
dictadura y características de cada una de ellas. El contexto internacional.
La primera de ellas, el Primer Franquismo (1939-1959) estuvo dominada por los militares y
los falangistas, como Serrano Suñer, pero tras las victorias aliadas en la 2º Guerra Mundial,
se redujo el peso político del falangismo, aumentando el poder político de los católicos. Al
principio, Franco se alineó con las potencias del Eje, pero declarándose no beligerante,
aunque con las derrotas del Eje, en 1943 Franco recuperó la neutralidad. Tras la Segunda
Guerra Mundial, el régimen franquista fue sometido a un duro aislamiento internacional
(prohibición de ingreso a la ONU, retirada de embajadores, exclusión del Plan Marshall).
Este aislamiento retrasó la recuperación económica del país.
Tras la Guerra Civil, se desarrolló una política económica autárquica con el fin de hacer que
España fuera una nación autosuficiente. Esta política consistió en una intensa intervención
económica del Estado, que pasaba por la creación de un sector industrial público, la
regulación de precios y las importaciones. Los resultados de la autarquía fueron
desastrosos ya que no hubo crecimiento económico durante los años 40 y durante los años
50 España estuvo al borde de la quiebra. Finalmente, en 1957, Franco formó un gobierno
dominado por tecnócratas, que diseñaron en 1959 un programa para la liberalización de la
economía. Este programa consistió en un Plan de Estabilización, que consistió en el
saneamiento de la economía mediante la disminución del gasto público, el fomento de las
exportaciones, y el encarecimiento del crédito y la congelación de los salarios para reducir
la inflación, junto con ciertas medidas de liberalización económica.
Las medidas económicas liberalizadoras, junto con otros factores como la expansión
económica de Europa Occidental, la existencia de una mano de obra abundante procedente
del éxodo rural y la instalación de empresas extranjeras dieron lugar a un gran crecimiento
económico durante los años 60, conocido como desarrollismo. Pese a sus logros, el
desarrollismo tuvo ciertas carencias importantes. Entre dichas carencias podemos destacar
la emigración de miles de españoles a países de Europa Occidental por no poder asumir la
demanda de empleo, los bajos salarios, la insuficiencia de recursos públicos para crear un
estado del bienestar y los desequilibrios territoriales, ya que la industrialización se concentró
en zonas de Madrid, País Vasco y el Levante.
Para corregir estos desequilibrios regionales, el Estado puso en marcha en 1962 los Planes
de Desarrollo. Se implantaron en zonas rurales poco desarrolladas, ofreciendo importantes
ventajas fiscales y crediticias para las empresas que se acogieran a estos planes, pero no
tuvieron éxito en corregir las desigualdades territoriales. Finalmente, la Crisis del Petróleo
de 1973 acabó con el desarrollismo, provocando una crisis económica al final de la
dictadura.
Hasta los años 60, la estructura social española era de carácter inmovilista, con la Iglesia
como institución más influyente. El desarrollismo de los 60, junto con el auge económico
provocó importantes cambios en la sociedad española. Los principales cambios
demográficos fueron un alto crecimiento natural de la población española (baby boom), el
crecimiento del sector terciario y secundaria, lo que provocó una caída del sector primario,
la fuerte emigración de españoles fuera de España y el éxodo rural, por la que miles de
españoles abandonaron las zonas rurales en beneficio de las zonas urbanas e industriales
como Cataluña o Madrid-. Esto provocó el predominio de la población urbana, la expansión
descontrolada de las ciudades y el aumento de la infravivienda. También aumentó la clase
media urbana, que pasó a convertirse en el principal sostén del régimen.
La oposición a la dictadura siempre sufrió una dura represión durante toda la etapa
franquista, cuyo objetivo era establecer un régimen democrático y descentralizado,
evolucionando a lo largo de la dictadura. Podemos destacar tres etapas en la evolución de
la oposición y fue liderada por el PCE (Partido Comunista de España).
La primera etapa fue la posguerra, en la que el régimen desencadenó una brutal represión
política (Ley de Responsabilidades políticas, ley sobre la Represión de la Masonería y el
comunismo) donde hubo miles de muertos y fusilados, lo que hizo que la oposición
antifranquista en España se limitara a partidas de guerrilleros (el maquis), dirigidas por el
PCE. Su principal acción guerrillera fue la Invasión del Valle de Arán (1944). En el exilio,
podemos destacar la oposición del gobierno republicano, que reclamaba la restauración de
la democracia y la de los monárquicos, que defendían el restablecimiento de una monarquía
constitucional con Juan de Borbón como rey (Manifiesto de Lausana).
Durante los años 50 y 60, la oposición se reorganizó. El PCE renunció a la lucha armada,
concentrando sus esfuerzos en reivindicaciones pacíficas (revuelta universitaria de Madrid,
huelga de tranvías en Barcelona). En los años 1960 la oposición se intensificó, con la
creación del sindicato Comisiones Obreras (CC.OO), que lideró las reivindicaciones obreras
y la celebración de la Conferencia de Munich, un congreso europeísta en el que participaron
todos los partidos democráticos. También se reavivó el nacionalismo vasco y catalán,
destacando el nacimiento de la organización terrorista ETA.
Al final del franquismo, la oposición al franquismo aumentó por las contradicciones del
desarrollismo. Siguió siendo liderada por el PCE, quien organizó huelgas obreras, protestas
estudiantiles y conflictos vecinales. Tras el Concilio Vaticano II y los cambios sociales del
desarrollismo, la Iglesia se distanció del régimen, con una actitud crítica liderada por
Enrique Tarancón. También destacaron los dos grupos terroristas comunistas (FRAP y
GRAPO) y la unión de la oposición en dos grupos, la Junta Democrática (Liderada por el
PCE) y la Plataforma Democrática, liderada por el PSOE.
En junio de 1973, con el nombramiento de Carrero Blanco como jefe de gobierno se inició la
cesión de poderes por parte de Franco. Carrero Blanco fue asesinado por ETA, y Franco
nombró presidente a Arias Navarro, que promovió una tibia reforma política (Espíritu del 12
de Febrero, Ley de Asociaciones políticas), que dividieron al régimen entre aperturistas, y
los miembros del búnker. Las reformas políticas nunca llegaron a desarrollarse, y se ejecutó
en cambio una fuerte represión con el fusilamiento de miembros de ETA y del FRAP. Franco
designó, finalmente a Juan Carlos como sucesor para poder conservar el régimen dictatorial