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Constitución Española de 1978 (29-12-1978)

El texto a comentar es un fragmento de la Constitución española de 1978, aprobada por las Cortes y el pueblo español.
Para comentarlo seguiremos el siguiente procedimiento: localización del texto, análisis del mismo y contextualización.
Finalizaremos con unas breves conclusiones, señalando la importancia que tuvo el texto.

1- TIPO DE TEXTO (CLASIFICACIÓN COMPLETA).


Al ser un extracto de una Ley, clasificamos al texto como informativo, de lenguaje técnico e impersonal; y jurídico (o
legal), por ser una Ley desarrollada con su correspondiente articulado y de obligado cumplimiento.
Se trata de un texto de contenido político, como corresponde a una “ley Suprema” que recoge las bases de la organización
político-administrativa de España, marcada por la impronta de la Transición.
Por su origen, diremos que estamos ante una fuente histórica, al estar manejando un documento coetáneo: son los
artículos de la propia Constitución. En cuanto a la época y el tiempo, la fecha de 1978 nos coloca en la Transición. Dos
años después de la muerte de Franco, las elecciones de 15 de junio de 1977 marcaban claramente el espíritu del
proceso conocido como Transición. Año y medio después, el 6 de diciembre de 1978, los españoles volvían a marcar
claramente su apuesta de futuro al aceptar esta Constitución que ahora estamos comentando.
Su autor es colectivo: las Cortes. No obstante, es una comisión la encargada de elaborar este texto constitucional. Y el
destinatario de esta Constitución es público: toda la nación española.

2- ANÁLISIS DEL ARTICULADO:


El tema central del texto es la exposición de algunos principios fundamentales de la Constitución y las principales
ideas hacen referencia al Estado de derecho, sujeto de la soberanía, la Monarquía Parlamentaria como forma política
del Estados, posibilidad de configurar autonomías y el respeto de los derechos históricos de algunos territorios. Se aña-
den dos disposiciones finales que afecta a la foralidad de Vizcaya, Álava y Guipúzcoa. Ampliamos brevemente cada
una de estas ideas.
El artículo 1 hace referencia a la configuración de España como un Estado social y democrático en el cual existen una
serie de derecho como la libertad, la igualdad, el pluralismo político… este es, el reconocimiento de los derechos indi -
viduales de la persona. Se reconoce, por otra parte, al pueblo español como único depositario de la soberanía nacional y
a la Monarquía Parlamentaria como la forma política de organizar el Estado.
Los artículos 66.1, 98,1 y 117,1 hacen referencia a los tradicionales “poderes” del Estado. Se indica que están separa -
dos. El poder legislativo se aplica a las Cortes generales como representación del pueblo aceptando un sistema “bica-
meral”. El poder ejecutivo queda en manos del gobierno compuesto, especialmente, por el Presidente y los ministros.
El poder judicial estará en manos de unos jueces independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al
imperio de la ley.
El artículo 143.1 es uno de los más significativos por cuanto indica que los territorios pueden constituirse en Comuni-
dades Autónomas señalando algunas de las características (“provincias limítrofes con características históricas, cultura -
les y económicas comunes”) que deben reunir y la normativa a la que deben someterse “a lo previsto en este Título y
en los respectivos Estatutos”.
Las dos Disposiciones Finales hacen referencia a Euskadi y Navarra. En la primera de ellas (la Adicional) se reconocen
los derechos históricos de estos territorios (sin especificar en qué consisten) y la posibilidad de acomodarlos al momen-
to presente dentro de los límites de la Constitución y del propio Estatuto. La segunda disposición (la Derogatoria) hace
referencia a los Decretos emanados tras la primera y tercera Guerra Carlista y que supusieron algunos retoques (1839)
y la supresión (1876) de los Fueros.

3.- CONTEXTUALIZACIÓN.
Origen de la Transición (cronología, protagonistas, contexto político. Dimisión de Arias Navarro, nombramiento de Adolfo Suárez, Ley para La
Reforma Política, convocatoria de elecciones. Constitución de 1978: preliminares y aprobación y aspectos esenciales

Nuestra actual Constitución se enmarca en la Transición española: período intermedio que va desde la muerte de Fran -
co en 1975 hasta el golpe de Estado de Tejero en 1981.Durante este período, se llevan a cabo la sustitución del régimen
franquista por un sistema político plenamente democrático.
Tras la muerte de Franco se puso en marcha la Operación Lucero para evitar la alteración del orden, y dos días des-
pués, Juan Carlos era coronado Rey de España, iniciando su reinado, así, dentro del sistema político integrado por las
llamadas Leyes Fundamentales del anterior régimen, pero valiéndose de ellas para ir hacia un nuevo sistema democrá -
tico. En estos primeros compases de la nueva etapa sería de nuevo Arias Navarro quien asumiría la presidencia del
Gobierno, aunque pronto dimitiría siendo su sucesor Adolfo Suárez (1976), que formá un gobierno con objetivos cla-
ros: promover en las Cortes la reforma democrática del país, posibilitar la participación política mediante la legaliza -
ción de los partidos políticos y contar con la voluntad del pueblo.
El 18 de noviembre de 1976 las Cortes Españolas aprobaron la Ley para la Reforma Política, en un ambiente muy
crispado por las diferentes fuerzas políticas - partidos de extrema derecha y de extrema izquierda – y la escalada terro -
rista. Tras la aprobación del proyecto, se prosiguió con la legalización de los partidos políticos para convocar las
elecciones a Cortes, celebradas el 15 de junio de 1977, que habrían de elaborar y aprobar la Constitución hoy vigente.
El partido que ganó las elecciones fue la UCD de Suárez, y uno de los primeros asuntos en tratar fue la elaboración de
una Constitución - ésta de 1978 - para lo cual se tuvieron en cuenta cuatro principios: moderación de los
planteamientos. aceptación de la Monarquía Parlamentaria. Lealtad y consenso.
Formadas las nuevas Cortes,se eligió la Comisión Constituyente del Congreso, que, a su vez, designó la Ponencia inte -
grada por los diputados señores Gabriel Cisneros (UCD), Manuel Fraga (AP), Miguel Herrero Rodríguez de Miñón
(UCD), Gregorio Peces-Barba (Socialistas del Congreso), José Pedro Pérez Llorca (VCD), Miguel Roca Junyent (Mi-
noría Catalana) y Jordi Solé Tura (Grupo Comunista). La Ponencia redactó dos proyectos, el segundo después de reci -
bir 3100 enmiendas. Discutido el texto correspondiente por la Comisión mencionada y el Pleno del Congreso, por los
mismos organismos del Senado y por la Comisión Mixta encargada de resolver las discrepancias entre ambas
Cámaras, fue definitivamente aprobado por éstas y por la ciudadanía en el referéndum de 6 de diciembre de 1978.

Con un preámbulo, 169 artículos divididos en 11 títulos -uno de ellos preliminar -y varias disposiciones adicionales y
transitorias, la actual Constitución es, tras la de 1812, la más extensa de la historia española.
La Constitución de 1978 proclama como principio originario la soberanía del pueblo español, constituido en un Estado
social y democrático de derecho.
En cuanto a los instrumentos de gobierno, la Monarquía es aceptada en su modalidad parlamentaria y obviamente
entendida como forma de Estado más que como forma de Gobierno. El protagonismo político corresponde al Gobierno,
juntamente con las Cortes Generales (Congreso y el Senado), elegidas por sufragio universal, en los que el pueblo
aparece representado por los partidos políticos, que por primera vez figuran explícitamente en una constitución
Aspecto esencial de la Constitución de 1978, y que nos retrotrae a la de 1931, es el reconocimiento pleno de las Co-
munidades Autónomas a las que se refiere ya en su artículo segundo que fundamentado en "la indisoluble unidad de
la Nación española, (. . .) reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la inte -
gran". A diferencia de lo que sucedió con la Segunda República, en la que sólo se aprobaron tres Estatutos de
Autonomía, el proceso de descentralización política y administrativa ha sido total existiendo en la actualidad diecisiete
Comunidades Autónomas y dos ciudades (Ceuta y Melilla) de rango autonómico.
En el aspecto religioso la aconfesionalidad del Estado y la libertad de culto muestran el pluralismo de la sociedad.
Por último es de destacar la ampliación declaración de derechos-deberes y libertades que la Constitución de 1978
encierra. Aspectos políticos, sociales, económicos, laborales, familiares, culturales y educativos caben en esta
Constitución: derecho a la vida, libertad religiosa e ideológica, derecho a la libertad personal, derecho a la intimidad y
al honor, protección judicial y legalidad penal, libertad de residencia, derecho a la libre circulación, derecho de reunión
y asociación, libertad de expresión, derecho a la educación y a la libertad de enseñanza, derecho y deber del trabajo,
derecho a la propiedad, matrimonio y protección a la familia y a la infancia, etc. Todo ello con las consiguientes
garantías de las libertades y derechos fundamentales (art. 53).

4.-CONCLUSIONES
Tras la muerte de Franco, una de las principales tareas que se impone el nuevo Gobierno, presidido por Adolfo Suárez,
es la reconstrucción de la vida democrática de España. La Ley para la Reforma Política, los Pactos de la Moncloa y la
legalización de la mayoría de los Partidos Políticos hicieron posible la convocatoria de las elecciones de 1977. Consti-
tuidas estas, se dedicarán a la elaboración de la Constitución.
De acuerdo a lo ya comentado se aceptan los más esenciales derechos democráticos, tanto individuales como colecti -
vos o territoriales, una monarquía parlamentaria, la soberanía popular, un sistema bicameral y la división de poderes
Para tranquilizar a la minoría vasca se aprobarán las dos Disposiciones finales que no lograrán, en el referéndum poste -
rior, el voto positivo en Euskadi donde la abstención alcanzó más del 55% de la población con derecho a voto.
La Constitución de 1978, que no olvidemos que ha servido de base para la articulación de España actual, permanece in -
tocable desde entonces, a pesar de algunos tenues intentos, aunque en nuestros días se alzan muchas voces requiriendo
algunas modificaciones. Es el debate de la reforma constitucional, hoy más que nunca vigente.

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