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Desarrollo del Derecho Internacional Público

El actual sistema de derecho internacional público puede definirse como el conjunto de normas jurídicas y principios que las jerarquizan
y coordinan coherentemente. Estas están destinadas a regular las relaciones externas entre sujetos soberanos, los Estados, y otros sujetos,
a los cuales también se les confiere calidad de sujetos de derecho internacional. El propósito es armonizar sus relaciones, construyendo
un ideal de justicia mutuamente acordado por ellos, en un marco de certeza y seguridad que permita realizarla y cuidarla para un bien
mejor.
Se trata de un conjunto de normas jurídicas con una estructura especialmente adecuada a los destinatarios del sistema y a las necesidades
del mismo. La estructura del derecho internacional público es de coordinación, lo que le diferencia de las estructuras de subordinación de
los sistemas internos, dónde los sujetos están sometidos a poderes que los condicionan. Esta estructura de coordinación responde a que
sus principales sujetos, los Estados, son soberanos, razón por la cual no admiten sometimiento a poder material ajeno que les condicione,
aunque sí se subordinan, sin perder su atributo, a reglas jurídicas que le obligan sin excepción.
El derecho internacional está integrado por acuerdos entre Estados tales como tratados internacionales, con diferentes denominaciones
según el caso (tratados, pactos, convenios, cartas, memorándum, declaraciones conjuntas, intercambios de notas, etc.) como también por
la costumbre internacional, que se compone a su vez de la práctica de los Estados, que estos reconocen como obligatoria, y por
los principios generales del derecho.
Uno de los problemas con los que se ha hallado el derecho internacional es el de que muchos autores han puesto en tela de juicio el
carácter jurídico de esta disciplina. Es decir, muchos han sido quienes han negado que el derecho internacional sea derecho. Es el caso
de John Austin, quien le negó el mencionado carácter y lo definió como un "conjunto de mecanismos de fuerza que regulan las relaciones
entre los Estados
Esta negación tenía su base en la comparación que se realizaba entre los derechos nacionales y el derecho internacional. Comparación
gracias a la cual se aprecian las siguientes diferencias:

 Mientras en los derechos nacionales existe un legislador central que dicta las leyes que han de cumplir los ciudadanos, en el
derecho internacional las normas jurídicas son fruto de la voluntad de los Estados, pues tiene una naturaleza esencialmente
voluntaria. Lo más parecido a un órgano de este tipo es la Asamblea General de las Naciones Unidas.

 La creación del derecho internacional tiene lugar de una forma muy diferente a como se hacen las leyes en los sistemas políticos
nacionales, pues tiene lugar de una manera muy inconexa:
Primero nos encontramos con las principios imperativos del derecho internacional (normas ius cogens) que no podrán ser modificadas ni
derogadas a no ser que sea por otra norma con carácter imperativo
De igual manera, los tratados internacionales se aplican solamente a los Estados que los han ratificado. Las leyes nacionales, en cambio,
se aplican a todos los ciudadanos por igual.
Por otra parte, la [costumbre internacional] consiste en una serie de usos que los Estados han venido repitiendo de una manera constante
con la convicción de que son obligatorios.
Por último tenemos los principios generales del derecho que se utilizarán cuando no exista una determinada norma (sean tratados o
costumbres) para un determinado hecho, es decir cuando haya lagunas en el derecho internacional.
Problemas especiales del Derecho Internacional Público.
Las realidades políticas también cambian, junto con las condiciones tecnológicas y otros factores, con lo cual crece las presiones para
alterar la ley, esto para reflejar mejor las nuevas circunstancias. Existen tres problemas específicos propios del derecho internacional
contemporáneo:

 El Derecho a la Guerra:
De igual manera que existen las leyes de paz, también hay leyes de la guerra, esto abarca la iniciación y conducción de la guerra, esto es,
las circunstancias sobre las cuales se considera legal que un Estado acuda al uso de la fuerza armada contra otro Estado, y el tipo de
comportamientos que son legalmente permisibles por parte de los gobiernos, una vez que se inicia la contienda, cualquiera que sea la
forma como ésta comience. La fuerza armada puede ser legalmente utilizada sólo bajo tres condiciones: en defensa propia, cuando se ha
puesto al servicio de las Naciones Unidas como parte de una operación de "seguridad colectiva" o "fuerza de paz" y por último cuando se
coloca al servicio de una organización regional encargada del mantenimiento de la paz.

 El tratamiento a los extranjeros:


El derecho internacional ha estipulado que en ciertos aspectos los extranjeros tienen derecho a ciertos tratamientos especiales de parte del
país anfitrión, diferentes de aquellos aplicables a los nacionales. Los gobiernos pueden invocar el derecho legal de que sus ciudadanos
tengan un mínimo estándar internacional por parte del Estado anfitrión donde se encuentren por una u otra circunstancia sin importar cuál
sea el estándar de justicia en ese país.

 Los derechos humanos:


Tras la segunda guerra mundial, se ha procurado hacer obligatorio para todos los gobiernos nacionales la observación de mínimos
estándares internacionales de justicia, no solo para extranjeros, sino que también para los nacionales, se ha venido presentando un
movimiento para extender la protección de los derechos humanos contemplada en el derecho internacional a todos los individuos del
mundo, cualquiera que sea su situación.

La importante contribución del continente americano al desarrollo del Derecho Internacional es un hecho indiscutible. Reconocido por la
comunidad internacional, por los estudiosos del derecho y de las relaciones internacionales, sus aportes se convierten en elementos
fundamentales del desarrollo del derecho universal. Testigo de ésto es el sostenido proceso de codificación sobre los más diversos tópicos
que justifica plenamente la existencia de la Organización de los Estados Americanos.

La Organización facilita la elaboración y aprobación de instrumentos jurídicos de interés colectivo, a través de su foro internacional, que
ofrece para el efectivo diálogo comparativo entre todos los países miembros, a los fines de fortalecer la cooperación y de canalizar sus
diferencias. Así, se reconoce en la Declaración de Panamá: "La Organización de los Estados Americanos constituye el principal e
insustituible foro donde los Estados miembros, en igualdad de condiciones, adoptan normas jurídicas, tanto de derecho internacional
público como de derecho internacional privado, para regular sus relaciones en el ámbito hemisférico... ello ha permitido la constitución
de un rico patrimonio regional que ha representado una valiosa contribución de la Organización de los Estados Americanos a la
consolidación de un orden internacional pacífico, justo e igualitario".

Es por ello que la cooperación jurídica y la codificación siempre han jugado un papel fundamental en la Organización de los Estados
Americanos, lo cual se ve reflejado en la importancia que se le ha dado a los asuntos jurídicos en el marco institucional de la misma y en
las numerosas convenciones aprobadas sobre los mas diversos temas. Así vemos, entre las disposiciones contenidas en la Carta de Bogotá
(1948) que se relacionan con la codificación de Derecho Internacional, aquella que ordena crear el Consejo Interamericano de
Jurisconsultos y le atribuye la función de "...promover el desarrollo y la codificación del derecho internacional público y privado y
estudiar la posibilidad de uniformar las legislaciones de los diferentes países americanos..." (art. 67 de la Carta de la OEA).

El Protocolo de Reforma de la Carta, suscrito en Buenos Aires en 1967, introduce varias reformas institucionales de importancia: elimina
el Consejo Interamericano de Jurisconsultos, pero mantiene la Comisión Permanente del Consejo y la eleva a la categoría de órgano
principal de la Organización atribuyéndole las funciones que venía desempeñando el Consejo Interamericano de Jurisconsultos y
denominándolo Comité Jurídico Interamericano. Se le encarga "del estudio de los problemas jurídicos referentes a la integración de los
países americanos" (art. 105), y se le otorga la facultad de organizar la celebración de conferencias jurídicas especializadas (art. 106).

También regula la designación a título personal, de los miembros que integran el Comité Jurídico, quienes dejan de ser representantes de
los gobiernos de sus respectivos países para convertirse en juristas elegidos por la Asamblea General, de ternas presentadas por los
Estados miembros (art. 107). Con ello se busca lograr una real representación global de los Estados miembros de la Organización, así
como el ejercicio de la mas amplia autonomía técnica (art. 108).

La labor del Comité ha sido muy variada. Cabe destacar, entre otros, la elaboración de múltiples estudios y dictámenes, así como de
sendos proyectos de convenciones para las Conferencias Especializadas Interamericanas sobre Derecho Internacional Privado.

En el Protocolo de Cartagena de Indias (1985), se incorpora a la Carta de la OEA una serie de disposiciones con las cuales se busca
promover la cooperación internacional para lograr el desarrollo del sistema interamericano. El Protocolo de Washington, de 1992,
reafirma, como uno de los propósitos fundamentales de la OEA, la cooperación jurídica. La OEA deberá ser, como ya lo fuera en el
pasado, el foro por excelencia para la elaboración de los instrumentos jurídicos que garanticen no sólo convivencia armónica de los
Estados miembros, sino progreso, bienestar y seguridad de nuestros pueblos.

CODIFICACION INTERAMERICANA EN EL MARCO DE LA OEA.

Los grandes temas discutidos en el foro de la OEA han sido determinantes para mantener vivo el interés por la codificación, cuya primera
expresión se encuentra recogida en la Convención para la Formación de Códigos de Derecho Público y Derecho Internacional Privado de
América, suscrita en México, 1902 y en la Convención sobre Derecho Internacional, suscrita en la Conferencia Interamericana de Río de
Janeiro en 1906. En ambas convenciones se trazan métodos y procedimientos destinados a facilitar el proceso de codificación
interamericana. El conocer el contenido de esta codificación permitirá entender el comportamiento legislativo del continente.

Contenido Temático. Derecho Internacional Público.

En materia de Derecho Internacional Público destacan los temas de tanta relevancia como asilo diplomático y territorial; solución pacífica
de controversias, sistema de seguridad colectiva, protección a los derechos de la mujer, extradición y otros. En los años más recientes se
ha dado importancia especial a la protección y defensa de los derechos humanos a través de un sistema integrado por una comisión
(1967) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (1979). Otro tema de relevancia es la lucha contra la corrupción. La Convención
Interamericana contra la corrupción, aprobada en Caracas en 1996, está concebida como un instrumento para coordinar acciones a fines
de combatir eficazmente, con el auxilio de la sociedad civil, todos los aspectos de la corrupción: consagra la cooperación en la toma de
medidas apropiadas para prevenir, detectar, sancionar y erradicar los actos de corrupción en el ejercicio de las funciones públicas.

La codificación del Derecho Internacional Público ha tenido un desarrollo más lento en los últimos años. Esto obedece, principalmente, a
la realidad interamericana actual en la que se ha logrado cierta estabilidad política y se ha dado paso a la prioritaria consideración de las
relaciones jurídico-privadas.

Sin embargo, la regulación de problemas que interesan al Derecho Internacional Público, lejos de estar en desuso, ha adquirido nuevos
contenidos, que responden al interés de la comunidad interamericana. Entre los temas de mayor desarrollo encontramos la promoción y
consolidación de la democracia representativa, la integración económica y libre comercio, el fortalecimiento de la administración de
justicia, la protección del medio ambiente, el combate al lavado de dinero proveniente del narcotráfico, enriquecimiento ilícito y soborno
transnacional y delito cibernético.

Conclusiones.

El proceso de codificación en materia de Derecho Internacional Privado en el continente americano ha alcanzado considerables logros.
Mantenerlos y continuar la unificación de las regulaciones jurídicas en los ámbitos de mayor relevancia para nuestros países es la labor de
todos los juristas de América. Cada uno de los Estados americanos tiene el deber de fomentar, tomando en cuenta la codificación común,
su rol en la eliminación de obstáculos para la exitosa integración. Cada uno tiene que contribuir para ello con sus ideas, preparación de
proyectos de convenciones y con el firme compromiso de apoyar el proceso ratificando las convenciones aprobadas y divulgando la
doctrina y jurisprudencia respecto a ellas.

Por ello son tan importantes las iniciativas como la que nos reune en el suelo colombiano.

Desde los comienzos del proceso codificador del Derecho Internacional Privado, Colombia ha jugado un papel preponderante en su
desarrollo. Juristas como Joaquín Caicedo Castilla, Marco Gerardo Monroy Cabra, su discípulo y seguidor y toda una pléyade de juristas
jóvenes testimonian el interés de Colombia por la difícil materia del conflicto de leyes.

Muchos fueron los aportes de Caicedo Castilla, en su condición de Presidente del Comité Jurídico Interamericano, especialmente para
que la primera CIDIP se hiciera realidad. Notable fue su participación en los primeros cursos de Derecho Internacional organizados por el
Comité Jurídico. Los cursos por él dictados se refieren a la importancia de la codificación y su relación con el desarrollo del Derecho
Internacional Privado. Insistía en sus exposiciones en la necesidad de continuar el proceso, a pesar de todas las dificultades que se
presentaban en el camino. Su seguidor, Dr. M. G. Monroy Cabra, hace suya la meta trazada por el maestro. Ojalá, la nueva generación de
juristas colombianos se convierta en el motor de los futuros desarrollos del Derecho Internacional Privado en América.

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