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Magistrada Ponente: Doctora FRANCIA COELLO GONZÁLEZ

El 18 de octubre de 2016, se recibió en la Secretaría de la Sala de Casación Penal


del Tribunal Supremo de Justicia, escrito que contiene la SOLICITUD DE
AVOCAMIENTO interpuesta por el abogado Víctor Hugo Barreto Tacoronte, Fiscal
Provisorio Cuadragésimo Octavo del Ministerio Público a Nivel Nacional con
Competencia Plena, en relación con la causa penal signada con el número 659-15, que
según refiere el proponente, cursa ante el Tribunal Cuadragésimo Segundo de Primera
Instancia en Función de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, respecto de los ciudadanos ARÍSTIDES ROBERTO MARTÍNEZ
MALDONADO, titular de la cédula de identidad número 7.815.003, VÍCTOR
ALEJANDRO BONILLA MONROY, cuyo número de cédula de identidad no se
específica, JOSÉ ANTONIO GÓMEZ ESCALONA, titular de la cédula de identidad
número 5.975.574, MARY DE JESÚS GRATEROL PETTI, titular de la cédula de
identidad número 8.190.429, FREDDY RICARDO DÍAZ PINZÓN, titular de la
cédula de identidad número 16.301.639, MANUEL ALFREDO YÁNEZ
VILLEGAS, titular de la cédula de identidad número 3.816.440, VÍCTOR JOSÉ
ZAMORA TERÁN, titular de la cédula de identidad número 4.819.725, AÍDA LUCÍA
HERRERA SALINAS, titular de la cédula de identidad número 1.833.362,
y LUZMARY SILVEIRA, titular de la cédula de identidad número 10.466.033, por los
delitos de ASOCIACIÓN, CAPTACIÓN INDEBIDA DE FONDOS y ESTAFA.

El 19 de octubre de 2016, se dio entrada a la Solicitud de Avocamiento y, el 20


de octubre de 2016, se dio cuenta de haberse recibido el expediente a los Magistrados y
Magistradas que integran la Sala de Casación Penal; en la última fecha, previa
distribución y de conformidad con lo establecido en el artículo 99 de la Ley Orgánica
del Tribunal Supremo de Justicia, según el cual “... [e]n los asuntos que sean sometidos
al conocimiento del Tribunal Supremo de Justicia, el Presidente o Presidenta de la Sala
respectiva, designará un Magistrado o Magistrada ponente, dentro de los tres días
hábiles siguientes, computables desde el momento en que se hubiere dado entrada al
asunto...”, se asignó la ponencia de la causa a la Magistrada Doctora FRANCIA
COELLO GONZÁLEZ, quien con tal carácter suscribe la presente decisión.

Una vez examinado el expediente, esta Sala de Casación Penal pasa a decidir en
los siguientes términos:

I
DE LA COMPETENCIA

Esta Sala de Casación Penal debe determinar, en primer lugar, si es competente


para conocer de la presente solicitud de avocamiento y, en tal virtud, se observa que la
potestad para que el Tribunal Supremo de Justicia solicite algún expediente y se avoque
a conocerlo está expresada en el artículo 31, numeral 1, de la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia, en concordancia con el artículo 106 de la misma ley, los cuales
establecen lo siguiente:

“Competencias comunes de las Salas

Artículo 31. Son competencias comunes de cada Sala del Tribunal Supremo de
Justicia:
1. Solicitar de oficio, o a petición de parte, algún expediente que curse ante otro
tribunal y avocarlo en los casos que dispone esta Ley”.

“Competencia

Artículo 106. Cualesquiera de las Salas del Tribunal Supremo de Justicia, en


las materias de su respectiva competencia, de oficio o a instancia de parte,
con conocimiento sumario de la situación, podrá recabar de cualquier tribunal,
en el estado en que se encuentre, cualquier expediente o causa para resolver si
la avoca y asume el conocimiento del asunto o, en su defecto, lo asigna a otro
tribunal”.

De las disposiciones transcritas, se sigue que esta Sala de Casación Penal, como
parte del Tribunal Supremo de Justicia, está habilitada para conocer de las solicitudes
de avocamiento que se le formulen, siempre que dichas peticiones se refieran a un
proceso que se lleve ante un tribunal cuya competencia abarque los asuntos que, en
abstracto, sean también del conocimiento de esta Sala.

En esta oportunidad, se observa en el escrito presentado que el juicio a cuyo


conocimiento se pretende que se avoque esta instancia judicial lo constituiría el proceso
penal que presuntamente se sigue respecto de los ciudadanos Arístides Roberto
Martínez Maldonado, Víctor Alejandro Bonilla Monroy, José Antonio Gómez Escalona,
Mary de Jesús Graterol Petti, Freddy Ricardo Díaz Pinzón, Manuel Alfredo Yánez
Villegas, Víctor José Zamora Terán, Aída Lucía Herrera Salinas y Luzmary
Silveira, ante el Tribunal Cuadragésimo Segundo de Primera Instancia en Función de
Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, identificado por
el proponente con el número 659-15, por una serie de hechos presuntamente
subsumibles en los delitos de Asociación, Captación Indebida de Fondos y Estafa, como
expresó el solicitante. Siendo así, puede concluirse, a los solos efectos de pronunciarse
esta Sala sobre su competencia, que la materia ventilada en dicho trámite es afín con los
asuntos de los cuales, en la medida de las atribuciones que les han sido concedidas,
conoce esta Sala.

Por lo tanto, de acuerdo con lo establecido en el artículo 31, numeral 1, y en el


artículo 106, ambos de la referida ley orgánica, esta Máxima Instancia Judicial se declara
competente para conocer de la petición interpuesta. Así se establece.

II
DE LOS HECHOS

En el escrito en el cual se planteó la solicitud de avocamiento, en el aparte


titulado “FUNDAMENTACIÓN”, el solicitante refirió lo siguiente:

Que “… [e]n el presente caso, cabe destacar, se dio la promesa por parte del
Presidente de la Inversora Bicentenario 200 C.A., ciudadano Manuel Yanez (sic)
Villegas, de otorgar créditos y financiamiento de los vehículos que resultarían
cancelados en el momento de su entrega, pero para lograr el mencionado objetivo se
debían cancelar previamente los impuestos ante el Instituto Nacional de Transporte
Terrestre, utilizando su investidura como Militar retirado y valiéndose de relaciones de
confianza en los entes del estado para convencer a los particulares, cediendo ante tales
maniobras los supuestos beneficiarios, confiando en la buena fe de los investigados y
realizando los depósitos en cuentas de la enunciada Inversora, pero a su vez, las
aseveraciones realizadas por el ciudadano Yanez (sic) Villegas, refuerzan la supuesta
existencia de los vehículos y por ende de los fondos para las ayudas sociales que serían
otorgadas vía crédito por órganos del Estado para ser invertidas en actividades socio
productivas y la inversión en créditos para la obtención de los vehículos a aquellos que
no contaban con suficiente disponibilidad económica…”.

Que “… el ciudadano MANUEL YANEZ (sic) VILLEGAS, captó directamente


personas con el ofrecimiento de vehículos manifestando fechas de entrega, manteniendo
esperanzadas a las personas acerca de la pronta adquisición de vehículos, quienes
depositaban directamente en las cuentas suministradas por éste (incluso cuentas de
personas naturales) a sabiendas que tales vehículos no existían y menos aún se
encontraban en territorio nacional, contando con el dominio funcional del hecho por
cuanto giraba las instrucciones destinadas a captar víctimas, manifestando contar con
relaciones de confianza en instituciones del estado generando confianza en los
particulares y valiéndose de igual forma de su condición de Militar, logrando a través
de estos medios que las personas depositaran en las cuentas bancarias de la sociedad
mercantil Inversora Bicentenario 200 C.A., con el pleno conocimiento que la entrega
de dichos vehículos nunca se realizaría dada la inexistencia de éstos”.

Que “[e]n el caso particular de los ciudadanos JOSÉ ANTONIO GÓMEZ


ESCALONA, y FREDDY DÍAZ PINZÓN, conjuntamente con Yanez (sic) Villegas,
conformaron la Compañía Anónima Inversora Bicentenario 200, en cuyo (sic) estatutos
se observa que cuentan con capital pagado de cuatrocientas (400) acciones, cada uno,
con un valor nominal de cuatrocientos mil bolívares (400.000); teniendo para ello las
más amplias facultades de administración, siendo que tal facultad le corresponde a la
junta directiva conformada por un (1) Presidente, y cuatro (4) directores, siendo el
Presidente el imputado Yanez (sic) Villegas, y designados como directores los
ciudadanos JOSÉ ANTONIO GÓMEZ ESCALONA, y FREDDY DÍAZ PINZÓN,
conjuntamente con los ciudadanos Aída Herrera y Arístides Martínez Maldonado,
figura jurídica creada a los efectos de realizar la venta de vehículos aún cuando tales
vehículos de acuerdo con evidencia documental no se encuentran en el país, y sin haber
efectuado trámite alguno para operar como concesionario, menos aún para captar
fondos públicos con tal fin”.

Que “… los ciudadanos JOSÉ ANTONIO GÓMEZ ESCALONA, y FREDDY


DÍAZ PINZÓN, contaban con participación en la compañía anónima creada;
ostentando al efecto amplias facultades de administración y en conocimiento de las
actividades a desplegar además actuando de forma concertada con Yanez (sic) Villegas
en aras de continuar la ejecución del engaño a gran cantidad de personas que pusieron
sus esperanzas y buena fe en las gestiones realizadas por las asociaciones y compañías
creadas, realizando de forma conjunta el delito…”.

III
DE LOS FUNDAMENTOS DE LA SOLICITUD DE AVOCAMIENTO

Los argumentos expuestos por el solicitante con el propósito de que la Sala de


Casación Penal de este Alto Tribunal se avoque al conocimiento de la causa seguida
contra los ciudadanos Arístides Roberto Martínez Maldonado, Víctor Alejandro Bonilla
Monroy, José Antonio Gómez Escalona, Mary de Jesús Graterol Petti, Freddy Ricardo
Díaz Pinzón, Manuel Alfredo Yánez Villegas, Víctor José Zamora Terán, Aída Lucía
Herrera Salinas y Luzmary Silveira, son los siguientes:

Que “… la decisión [dictada el 7 de junio de 2016, al término de la audiencia


preliminar] generó un daño irreparable a las víctimas y al Estado, toda vez que
favoreció evidentemente a los imputados y a la defensa de los mismos, cuando aprueba
un acuerdo reparatorio de tales características (totalmente desnaturalizado), y aunado
a ello, deja en situación de menoscabo a una gran cantidad de víctimas, las cuales no
pueden desconocer ya que la misma, posee una lista de víctimas que le fue remitida por
el Ministerio Público en tiempo oportuno”.

Que “… llama la atención que al momento de la realización de la audiencia de


presentación de los imputados de autos, la juez de instancia, acordó la precalificación
de los delitos imputados en la misma a dichos ciudadanos, entre ellos los delitos de
Asociación para delinquir y Captación Indebida de Fondos, toda vez que de acuerdo a
las actas conformadas para el momento, las cuales forman parte de la investigación
que concluyo (sic) en el escrito acusatorio sustentaban dicha investigación. Asimismo
el hecho de existir una separación de causas en el presente caso, no menoscababa la
participación de los imputados en la comisión de los hechos punibles, toda vez que
estamos en presencia de un estructurado grupo de DELINCUENCIA ORGANIZADA
(…) no comprende esta representación fiscal, como de acuerdo a ello y a la totalidad
del cúmulo de pruebas presentadas tales como (…) haya sido objeto de desestimación
de la calificación de los ya mencionados delitos a todos los imputados (…) siendo el
caso que con dicha decisión, se favorece la impunidad, y la misma adolece de un
basamento cierto”.

Que “… al instante de la decisión en la Audiencia Preliminar, la Juez de Control,


en relación al imputado Manuel Yánez, sólo admitió la acusación por el delito de Estafa
y captación (sic) Indebida de Fondos, y en el caso de los coimputados: José Antonio
Gómez Escalona y Freddy Díaz Pinzón, sólo admitió la acusación por el delito de
Estafa, procediendo estos 2 últimos prenombrados a admitir los hechos, imponiéndose
una pena de 3 años de prisión, manteniendo la medida privativa de libertad en (sic)
sobre los mismos, así como en el caso de Manuel Yánez, se mantuvo la medida de
coerción personal vigente, ordenándose el pase a juicio oral y público. Por otra parte,
los Defensores de los Imputados José Antonio Gómez Escalona y Freddy Díaz Pinzón,
ofrecieron un acuerdo reparatorio del daño patrimonial a un reducido número de
víctimas (58) únicamente, desnaturalizándose dicha figura procesal, toda vez que al
término de la audiencia la Juez de Control, admitió dicho acuerdo, no estableciendo
plazos de cumplimiento, y los efectos que comporta un posible incumplimiento, por
parte de los imputados, debiendo tomarse en cuenta además, que en esta causa existe
con hechos probados y ciertos un grupo estructurado de Delincuencia Organizada…”.

Que “… sorprende al Ministerio Público, que al momento de analizar los


extremos del Artículo 308 del Código Orgánico Procesal Penal, relativo a los requisitos
de la Acusación, la Juzgadora incurra en contradicciones, que generen como efecto un
posible gravamen irreparable, impunidad y peligro a la colectividad, cuando supuestas
debilidades en la calificación del escrito acusatorio, cuya explicación y fundamentos
fueron oralmente explicados, debidamente expuestos con claridad y precisión,
estableciendo todos los elementos que vinculan a los imputados con los hechos objeto
del proceso, no sean apreciados de esa manera, y sin analizar la gravedad de los delitos
imputados y objeto de la acusación, se proceda a desestimar gravemente el delito de
Asociación para Delinquir, lo cual ésta demostrado totalmente”.

IV
DE LA ADMISIBILIDAD

La Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia procede a analizar


la admisibilidad de la Solicitud de Avocamiento, teniendo en cuenta las consideraciones
que se expresan seguidamente:

En primera lugar, debe tomarse en cuenta que la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia establece los requisitos y condiciones de procedibilidad del
avocamiento, al disponer lo que a continuación se transcribe:

“Procedimiento
Artículo 108. La Sala examinará las condiciones de admisibilidad del
avocamiento, en cuanto a que el asunto curse ante algún tribunal de la
República, independientemente de su jerarquía y especialidad o de la etapa o
fase procesal en que se encuentre, así como que las irregularidades que se
aleguen hayan sido oportunamente reclamadas sin éxito en la instancia a través
de los medios ordinarios. Cuando se admita la solicitud de avocamiento, la Sala
oficiará al tribunal de instancia, requerirá el expediente respectivo y podrá
ordenar la suspensión inmediata del curso de la causa, así como la prohibición
de realizar cualquier clase de actuación. Serán nulos los actos y las diligencias
que se dicten en desacato a la suspensión o prohibición que se expida”.

Expuesto lo anterior, y luego de efectuar una atenta lectura y un ponderado


ejercicio de interpretación sistemática y teleológica del dispositivo legal anteriormente
transcrito, la Sala concluye fundadamente en el carácter excepcional que tiene la figura
del avocamiento, y en que habrían de ser admitidas las solicitudes en las que se proponga
una pretensión de este tipo cuando se satisfagan los siguientes requisitos:

a) Cuando la solicitud verse sobre un conflicto que, para el momento en que se


examine la misma, esté siendo tramitado ante un órgano judicial; es decir, que serán
inadmisibles los requerimientos atinentes a procesos que ya hubiesen culminado;

b) Cuando el solicitante esté legitimado para plantear el avocamiento, por tener


interés en la causa, o cuando sea manifiesta la representación o mandato de quien afirma
actuar en nombre de otro u otra;

c) Cuando las irregularidades que se alegan hubiesen sido oportunamente


reclamadas en instancia a través de los medios ordinarios, o cuando, al albur de tales
reclamos, no se hubiera satisfecho la pretensión interpuesta, sea que hubiese sido
desestimada en cuanto a lo pedido, o que no hubiere sido respondida.

De igual manera, es preciso recordar que el avocamiento es una figura jurídica


de carácter extraordinario, legalmente atribuida al Tribunal Supremo de Justicia en sus
distintas Salas, que excepcionalmente otorga la potestad de conocer y decidir, ya sea de
oficio o a petición de parte, cualquier causa que curse ante los órganos que integran la
jurisdicción penal, tanto respecto de la materia ordinaria como de las especializadas,
previo cumplimiento de los requisitos legales o jurisprudenciales inherentes a su
admisibilidad.
En orden a la verificación de las exigencias señaladas
anteriormente, específicamente en el indicado literal a), se observa que, de acuerdo con
lo expresado por el solicitante, el proceso judicial con relación al cual se interpuso la
presente solicitud de avocamiento versaría sobre el asunto penal que, respecto de los
ciudadanos Arístides Roberto Martínez Maldonado, Víctor Alejandro Bonilla Monroy,
José Antonio Gómez Escalona, Mary de Jesús Graterol Petti, Freddy Ricardo Díaz
Pinzón, Manuel Alfredo Yánez Villegas, Víctor José Zamora Terán, Aída Lucía Herrera
Salinas y Luzmary Silveira, se identifica con el número 659-15, que según refiere el
proponente, cursa ante el Tribunal Cuadragésimo Segundo de Primera Instancia en
Función de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas;
asunto que en la actualidad estaría en trámite –fase intermedia– como se afirma en el
escrito presentado por el abogado Víctor Hugo Barreto Tacoronte, en su invocado
carácter de Fiscal Provisorio Cuadragésimo Octavo del Ministerio Público a Nivel
Nacional con Competencia Plena. No obstante, la ausencia de algún recaudo o
documento relativo a la causa principal que sirva de soporte probatorio de la existencia
de dicho proceso, impide a esta Sala verificar el cumplimiento del primer requisito, por
el cual, se exige que exista un proceso judicial específico, de carácter penal, aún no
concluido por sentencia definitiva, seguido a las personas indicadas como imputadas por
el proponente de autos. En tal virtud, en el presente caso no se acredita la existencia del
referido proceso penal, por la razón ya expuesta.

En lo concerniente al literal b) de los anotados requisitos, aprecia la Sala de


Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia que el solicitante, abogado Víctor
Hugo Barreto Tacoronte, tal como se señaló anteriormente, no acompañó a la solicitud
interpuesta documento o recaudo alguno –en copia certificada o simple
correspondiente– a las actuaciones realizadas en el asunto penal principal al que hace
alusión la solicitud de avocamiento, y en el que la persona que se identifica como
solicitante fungiría como Fiscal del Ministerio Público encargado de investigar el asunto
penal referido en la solicitud. Por esta razón, no consta en forma fehaciente la condición
de parte del proponente de la misma, en el asunto principal antes referido; requerimiento
que constituye el presupuesto indispensable para fundar en él la legitimación en el
presente trámite jurisdiccional. Por vía de consecuencia, en el caso bajo examen, no
resulta acreditada la legitimación del ciudadano Víctor Hugo Barreto Tacoronte para el
ejercicio de la solicitud de avocamiento cuya admisión se examina, incumpliéndose así,
el requerimiento establecido en el literal b) citado antes.

En lo que corresponde a la causal de inadmisibilidad analizada en el literal c)


arriba señalada, relativa a “… que las irregularidades que se alegan no hubiesen sido
oportunamente reclamadas en instancia a través de los medios ordinarios, o cuando
como consecuencia de tales reclamos se hubiera satisfecho la pretensión interpuesta,
sea que hubiese sido estimada en cuanto a lo pedido, o que hubiere sido respondida”,
observa la Sala de Casación Penal que, si bien es cierto que el solicitante hizo mención
en el escrito de avocamiento a una serie de desaciertos presuntamente cometidos en la
decisión dictada por el Tribunal Cuadragésimo Segundo de Primera Instancia en
Función de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas al
término de la audiencia preliminar, y en el que se hace referencia al ejercicio del recurso
de apelación por parte del solicitante, medio recursivo de carácter ordinario dirigido,
precisamente, a la corrección de las eventuales ilegalidades a que hubiere lugar; y siendo
que el motivo de inadmisibilidad que acá se examina está relacionado con la falta de
reclamo oportuno de las circunstancias denunciadas, es necesario que la Sala tenga la
posibilidad de acceder a la documentación que dé cuenta de ello, con el fin de constatar
si los hechos, actos u omisiones presuntamente lesivos de los derechos del reclamante
fueron oportunamente objetados, en orden a determinar si es admisible o no la presente
solicitud de avocamiento.

En este sentido, y para el caso concreto, la Sala de Casación Penal del Tribunal
Supremo de Justicia se encuentra impedida de cumplir con dicho examen, en virtud de
la falta de presentación, por parte del interesado, de algún documento o recaudo que
permita examinar las actuaciones verificadas en el asunto principal antes señalado,
omisión que impide dar cuenta del cumplimiento de tal requisito, de acuerdo con lo
expuesto en el literal c) antes mencionado.

En atención a las consecuencias jurídicas de la interposición de solicitudes de


avocamiento sin el debido y oportuno acompañamiento de los soportes que acrediten la
satisfacción de las exigencias de admisibilidad que demanda la ley, conviene recordar,
por su conexión con el punto bajo examen, lo expresado por la Sala Constitucional en
su sentencia número 168, del 23 de marzo de 2010, al ocuparse del requisito general
previsto en el artículo 19 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, en la que
expuso lo que sigue:
“Ahora bien, del texto citado se observa que la parte solicitante no especificó cuál
es la causa que pretende que esta Sala avoque, ni ante cuál Juzgado cursa; así
como tampoco acompañó copias simples o certificadas de las actas que
conforman dicho juicio y de las que se pudiera extraer tal información; requisitos
indispensables para verificar su admisibilidad, tal como lo ha establecido de
forma reiterada y pacífica la doctrina jurisprudencial que emana de esta Sala
Constitucional.
“En ese sentido, constituye causal de inadmisibilidad de las demandas,
solicitudes o recursos que se interpongan ante cualesquiera de la Salas que
integran este Alto Tribunal, no anexar al respectivo escrito los documentos
indispensables para verificar la admisibilidad de la solicitud, acción o recurso
interpuesto, tal como lo dispone el párrafo quinto del artículo 19 de la Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia [derogada], en los términos que
siguen:

Artículo 19. Se declarará inadmisible la demanda, solicitud o recurso cuando así


lo disponga la ley; o si el conocimiento de la acción o recurso compete a otro
tribunal; o si fuere evidente la caducidad o prescripción de la acción o recurso
intentado; o cuando se acumulen acciones o recursos que se excluyan
mutuamente o cuyos procedimientos sean incompatibles; o cuando no se
acompañen los documentos indispensables para verificar si la acción o
recursos es admisible; o cuando no se haya cumplido el procedimiento
administrativo previo a las demandas contra la República, de conformidad con la
Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República; o si contiene conceptos
ofensivos o irrespetuosos; o es de tal modo ininteligible que resulte imposible su
tramitación; o cuando sea manifiesta la falta de representación o legitimidad que
se atribuya al demandante, recurrente o accionante; o en la cosa juzgada (negrillas
del fallo).
Por tanto, visto que la parte solicitante sólo se limitó a solicitar avocamiento ante
el Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil, del Tránsito, Bancario y de
Protección del Niño y del Adolescente de la Circunscripción Judicial del Estado
Táchira, incumpliendo con su carga de señalar siquiera de qué juicio se trataba o
ante cuál Juzgado cursa; así como de anexar al respectivo escrito los documentos
indispensables para verificar la admisibilidad de su solicitud, esta Sala declara
inadmisible la solicitud de avocamiento, de conformidad con lo establecido en el
aparte quinto del artículo 19 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia
[derogada]. Así se decide”.

En adición a los requisitos antes considerados, es oportuno y pertinente reiterar


que la Sala de Casación Penal ha establecido también respecto a la admisión del
avocamiento, el requisito fundamental del cual deriva la perentoria necesidad de
verificar “… que se denuncie la existencia de graves desórdenes procesales o
escandalosas violaciones al orden jurídico que originen un perjuicio contra la imagen
del Poder Judicial, la paz pública o la institucionalidad democrática venezolana” (vid.
decisión número 278, del 8 de mayo de 2015).

En el caso bajo examen, se observa que las denuncias que sirven de fundamento
a la solicitud de avocamiento están referidas, básicamente, al cuestionamiento de la
calificación jurídica dada por el Tribunal Cuadragésimo Segundo de Primera Instancia
en Función de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas a
los hechos objeto de acusación fiscal, y la aprobación del acuerdo reparatorio que, a
decir del solicitante, fue alcanzado entre los ciudadanos José Antonio Gómez Escalona
y Freddy Díaz Pinzón con un número determinado de víctimas, sin señalar el plazo para
el cumplimiento de la prestación y sin previa advertencia acerca de las consecuencias
de su incumplimiento.

Dichos pronunciamientos, según también afirmó el mismo proponente, fueron


objeto del recurso de apelación ejercido en el proceso principal (con resultados no
precisados en la solicitud). Al respecto, este Máximo Tribunal estima que tales
cuestiones son materia de la competencia general de los tribunales de la jurisdicción
penal en las diversas fases del proceso, y respecto de las cuales a las partes les asiste el
derecho a la tutela judicial efectiva (artículo 26 constitucional); por tanto, pueden ser
objeto de impugnación a través del ejercicio del correspondiente recurso judicial, de
carácter ordinario, previsto en el Código Orgánico Procesal Penal, pues se trata de
incidencias recursivas que de acuerdo con el principio de impugnabilidad objetiva
(artículo 423 del Código Orgánico Procesal Penal) constituyen el medio o la vía jurídica
idónea para la discusión de la legalidad ordinaria del fallo que se afirma fue
oportunamente impugnado.

De los términos de la solicitud de avocamiento se evidencia, en fin, la


disconformidad del solicitante con los pronunciamientos dictados por el Tribunal
Cuadragésimo Segundo de Primera Instancia en Función de Control del Circuito
Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas al término de la audiencia preliminar;
ante ello, esta Sala de Casación Penal debe recordar que el interesado no puede utilizar
la vía del avocamiento como medio para impugnar decisiones que le resulten adversas,
pues el carácter excepcional del avocamiento implica, en todo caso, el cumplimiento de
las condiciones y circunstancias que legalmente se exigen para que prosperen las
solicitudes formuladas con fundamento en tal figura jurídica.

En esta ocasión, de la adecuada interpretación de las normas que informan esta


institución, cabe destacar, que ésta no se erige ni puede configurarse en la práctica como
un recurso extraordinario cuya admisión convierta a la Sala de Casación Penal en una
tercera instancia, y ello en menor medida se justificaría en el supuesto de pendencia de
la decisión que deba resolver un recurso judicial ejercido para impugnar determinadas
actuaciones judiciales, como se desprende de lo afirmado por el proponente de la
solicitud de avocamiento, puesto que tal como recordó esta Sala, en reciente fallo
signado con el número 367, del 13 de octubre de 2016,

“… ha sido criterio reiterado de esta Sala de Casación Penal que la solicitud de


avocamiento debe ser ejercida previo agotamiento de los recursos ordinarios
oportunamente interpuestos ante la autoridad competente, sin el resultado
esperado, pues las partes deben agotar los trámites, incidencias y recursos
existentes para reclamar las infracciones que consideren han sido cometidas por
los órganos de investigación o jurisdiccionales y no pretender acudir a la vía del
avocamiento para separar momentáneamente la causa de su juez natural,
subvirtiendo así las formas del proceso, por cuanto la figura bajo análisis “(…) no
constituye una nueva instancia judicial o administrativa, para emitir un nuevo
pronunciamiento a las partes, en cuanto a la resolución de una causa que no le
favorezca (…)” [Cfr. Sentencia N° 313 del 17 de octubre de 2014 de la Sala de
Casación Penal].

Bajo estos supuestos, en el presente caso, los solicitantes del avocamiento


fundamentan su petición en la supuesta irregularidad cometida por el Juzgado
Décimo Tercero de Primera Instancia en Funciones de Juicio del Circuito Judicial
Penal del Área Metropolitana de Caracas, al haber anulado la decisión dictada, el
19 de diciembre de 2013, por el Juzgado Décimo de Primera Instancia en
Funciones de Control de ese mismo Circuito Judicial Penal, que declaró
extemporáneo el escrito de excepciones presentado por la defensa del imputado.

No obstante, esta Sala de Casación Penal advierte que la referida decisión


invocada como lesiva de los derechos del ciudadano Vittorio Di Stefano
Vivenzio, fue debidamente impugnada a través del ejercicio del recurso de
apelación de autos, el cual cursa ante la Sala 5 de la Corte de Apelaciones
del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, tal como lo
expresaron los hoy solicitantes en su escrito, de lo que se colige que la víctima
hizo uso del mecanismo procesal consagrado en la ley penal adjetiva para
impugnar el fallo desfavorable a sus intereses, por lo que no puede pretender
mediante la figura del avocamiento que esta Sala de Casación Penal asuma para
sí la función constitucional y legal que le corresponde cumplir a los órganos
jurisdiccionales, con arreglo al principio del juez natural, toda vez que el
avocamiento es una institución de carácter excepcional que, por mandato legal,
debe ser ejercida con mucho comedimiento y moderación”.

Por argumento en contrario, cabe reiterar acá que “el avocamiento [sí] procede
cuando no exista otro medio procesal idóneo y eficaz, capaz de restablecer la situación
jurídica infringida (…) mediante el planteamiento de una incidencia o de un recurso
ante cualquier instancia competente” (vid sentencia número 45, del 1° de febrero de
2016, criterio reiterado en el mencionado fallo número 367, dictado por la misma Sala
el 13 de octubre de 2016).

De acuerdo con los criterios jurisprudenciales antes reseñados, la presente


solicitud deviene igualmente inadmisible en razón de la pendencia de resolución del
recurso de apelación incoado por el solicitante de avocamiento, del cual dio cuenta en
el escrito presentado ante esta Sala de Casación Penal cuando afirmó que la causa “[s]e
encuentra en fase preparatoria, y pendiente [de] decisión del recurso de Apelación
interpuesto…” (vid. parte final del folio 6 del expediente).

Por otra parte, el carácter excepcional y especial del avocamiento requiere, en lo


sustancial, que se interponga respecto de notorias distorsiones en la tramitación
ordinaria de los asuntos penales, y que tales distorsiones deriven en graves desórdenes
procesales o escandalosas violaciones al orden jurídico, en perjuicio de la imagen del
Poder Judicial, la paz pública o la institucionalidad democrática venezolana,
presupuestos que en modo alguno se verifican en las denuncias presentadas. En efecto,
aparte de la señalada disconformidad del solicitante con la decisión atribuida al Tribunal
de Primera Instancia en Función de Control que presidió la audiencia preliminar, no se
evidencia en forma fehaciente la existencia de las distorsiones enunciadas por el
proponente del avocamiento, pues se trata de apreciaciones particulares de quien alegó
e invocó la materialización de “desórdenes procesales que en caso de no solucionarse,
pudiera ser una causa de favorecimiento de la impunidad, generando un gravamen
irreparable a la totalidad de las víctimas y al Estado”, sin respaldo probatorio alguno
que acredite la objetividad de lo denunciado.

En resumen, los extremos procesales y legales antes explicados, requeridos como


requisitos de procedibilidad para la admisibilidad de la solicitud de avocamiento,
derivados del contenido del artículo 108 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de
Justicia y de la jurisprudencia que al respecto ha desarrollado esta Sala de Casación
Penal, constituyen presupuestos fundamentales cuyo cumplimiento procede de modo
estricto y concurrente en todo caso, en resguardo de su especial naturaleza jurídica, que
en modo alguno puede ser usada como vía supletoria o complementaria de los medios y
recursos ordinarios con que cuentan las partes durante las distintas fases del proceso.
En atención a los razonamientos precedentemente expuestos, la Sala de Casación
Penal debe declarar Inadmisible la solicitud de avocamiento propuesta por el abogado
Víctor Hugo Barreto Tacoronte, en su señalado carácter, con relación al proceso penal
que se le seguiría a los ciudadanos Arístides Roberto Martínez Maldonado, Víctor
Alejandro Bonilla Monroy, José Antonio Gómez Escalona, Mary de Jesús Graterol Petti,
Freddy Ricardo Díaz Pinzón, Manuel Alfredo Yánez Villegas, Víctor José Zamora
Terán, Aída Lucía Herrera Salinas y Luzmary Silveira, bajo el número 659-15, que
según refiere el proponente, cursa ante el Tribunal Cuadragésimo Segundo de Primera
Instancia en Función de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas. Así se decide.

V
DECISIÓN

Por las razones antes expuestas, el Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de


Casación Penal, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de
Venezuela y por autoridad de la ley, declara INADMISIBLE la SOLICITUD DE
AVOCAMIENTO propuesta, por el abogado Víctor Hugo Barreto Tacoronte, en su
señalado carácter, con relación al proceso penal que se le seguiría a los
ciudadanos Arístides Roberto Martínez Maldonado, titular de la cédula de identidad
número 7.815.003, Víctor Alejandro Bonilla Monroy, cuyo número de cédula de
identidad no se específica, José Antonio Gómez Escalona, titular de la cédula de
identidad número 5.975.574, Mary de Jesús Graterol Petti, titular de la cédula de
identidad número 8.190.429, Freddy Ricardo Díaz Pinzón, titular de la cédula de
identidad número 16.301.639, Manuel Alfredo Yánez Villegas, titular de la cédula de
identidad número 3.816.440, Víctor José Zamora Terán, titular de la cédula de identidad
número 4.819.725, Aída Lucía Herrera Salinas, titular de la cédula de identidad número
1.833.362, y Luzmary Silveira, titular de la cédula de identidad número 10.466.033, el
cual se identifica con el número 659-15, que según refiere el proponente, cursa ante el
Tribunal Cuadragésimo Segundo de Primera Instancia en Función de Control del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas.

Publíquese, regístrese y ofíciese lo conducente.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias del Tribunal Supremo de


Justicia, en Sala de Casación Penal, en Caracas, a los VEINTIÚN (21) días del mes
de NOVIEMBRE de 2016. Años 206° de la Independencia y 157º de la Federación.
El Magistrado Presidente,

MAIKEL JOSÉ MORENO PÉREZ

La Magistrada Vicepresidenta,

FRANCIA COELLO GONZÁLEZ


Ponente

La Magistrada,

ELSA JANETH GÓMEZ MORENO

El Magistrado,
JUAN LUIS IBARRA VERENZUELA

La Magistrada,

YANINA BEATRIZ KARABIN DE DÍAZ

La Secretaria,

ANA YAKELINE CONCEPCIÓN DE GARCÍA

Exp: AA30-P-2016-000352

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