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Autogestión del aprendizaje: concepto, características, ejemplos

La autogestión del aprendizaje, también llamado aprendizaje autogestivo,


aprendizaje autorregulado o auto gestionado, es el proceso activo y
constructivo por el que los estudiantes establecen y trabajan en pro de unas
metas de aprendizaje a través del seguimiento, regulación y control de la
motivación, la cognición y la conducta.
En otras palabras, se entiende que el propio estudiante gestiona todos estos
aspectos de sí mismo para conseguir los objetivos que se ha propuesto y,
además, los objetivos también se van retroalimentando con aspectos
personales del estudiante. Por lo tanto, se trata de un proceso dinámico en el
que los diferentes componentes se influyen los unos a los otros.
El estudio de la autogestión del aprendizaje es complejo, debido a que ha
sido un concepto construido a partir de aportaciones desde diversas teorías
de la psicología educativa y a lo largo de muchos años.
¿Qué es la autogestión del aprendizaje?
El proceso de aprendizaje autogestivo es un proceso dinámico que implica
que el estudiante está activo en el ámbito cognitivo (y metacognitivo),
motivacional y conductualmente en su propio aprendizaje.
Para entender esta definición de aprendizaje autogestivo hay que conocer
primero los subcomponentes dentro de este:
Motivación
Es el concepto central del modelo y corresponde a la energía (fuerza,
intensidad y persistencia) autogenerada que dirige la conducta hacia un
objetivo.
Atributos autor reguladores
Características de aprendizaje personales del estudiante (autoeficacia,
autoconsciencia y recursividad).
Procesos autor reguladores
Procesos de aprendizaje del estudiante: atribuciones, metas y
monitorización.
Modelos de aprendizaje autogestivo
Se han propuesto diferentes modelos para explicar la autogestión del
aprendizaje. Algunos de esos modelos son los siguientes:
 Modelo de procesos y habilidades subyacentes de McCombs.
 Modelo de cuatro etapas de aprendizaje autorregulado de Winne y
Hadwin.
 Modelo metacognitivo-motivacional.
 Modelo de los componentes motivacionales y cognitivos de García y
Pintrich.
 Modelo heurístico del aprendizaje autorregulado de Boekaerts.
 Estructura de las fases cíclicas y subprocesos del aprendizaje
autorregulado de Schunck y Zimmerman.
Sin embargo, hay algunos puntos que son claves y que comparten estos
modelos sobre cómo debe enfocarse este tipo de aprendizaje autogestión.
Por un lado destaca el protagonismo del estudiante, ya que es él quien
controla realmente el proceso de autogestión de su aprendizaje.
Por otro lado, resalta el dinamismo del proceso, en el que los diferentes
componentes influyen unos sobre otros y se retroalimentan entre sí.
Características necesarias para la autogestión del aprendizaje

– En primer lugar, el estudiante debe tener un interés por aprender una


información o dominar una habilidad (meta y automotivación).
– Debe tener una perspectiva de las causas y resultados del proceso
(atribuciones) y  la capacidad de hacer un seguimiento al proceso (auto
monitorización).
– Debe tener creencias positivas sobre sí mismo (autoeficacia), consciencia
sobre su proceso de aprendizaje (autoconsciencia) y controlar los recursos a
su disposición para el aprendizaje (recursividad).
– El estudiante debe tomar una serie de elecciones para llegar a esa meta de
forma independiente y proactiva. Por ejemplo, elecciones sobre cómo
participar en el proceso, sobre su estrategia de aprendizaje elegida y sobre
cuándo considera que ha logrado la meta.
– Si el estudiante encuentra problemas, podrá llevar a cabo distintos
reajustes. Por ejemplo, podrá ajustar las metas, cambiarlas por otras o
incluso abandonarlas, y también podría cambiar la estrategia de estudio.
Fases previas
Para llegar a ser autorregulado, el estudiante ha tenido que cumplir con una
serie de etapas o fases previas en cuanto al desarrollo de sus habilidades
cognitivas aplicadas al aprendizaje.
En primer lugar, el estudiante tendrá que observar a un modelo experto,
quien le mostrará cómo se debe realizar esa destreza o capacidad que se
busca enseñar.
A continuación, el estudiante deberá imitar a esta persona modelo, quien irá
retroalimentando al aprendiz.
En tercer lugar, el estudiante aprenderá a realizar la actividad aprendida por
sí mismo, pero todavía de una forma rígida y apegada a lo que aprendió
inicialmente del experto.
Por último, el estudiante será capaz de autorregularse, pudiendo adaptar lo
que ha aprendido a diferentes contextos y cambios en el ambiente. Además,
podrá hacerlo de forma más automática.
Ejemplos de autogestión del aprendizaje

Un estudiante que autorregula su aprendizaje será uno que tenga una visión
clara de su objetivo, que pueda determinar qué necesita aprender y de qué
forma controlar su ambiente de aprendizaje.
El estudiante deberá ejecutar su plan y saber cómo pedir ayuda, hacer
seguimiento a su proceso y, finalmente, evaluar si está avanzando hacia la
meta establecida.
Por ejemplo, si un estudiante autorregulado decide estudiar unos temas para
una clase, hay varias cosas que deberá tener en cuenta:
– Tener deseos por aprender el contenido (motivación).
– Establecer un objetivo específico: “Quiero entender bien estos 4 temas
para noviembre”. Esto es el establecimiento de metas.
– Tener en mente las situaciones similares previas en las que tuvo éxito: “Yo
puedo hacer esto si lo intento, como hice en el curso anterior”. Esto
corresponde a la autoeficacia y atribuciones internas de control.
– Estar consciente de cuáles son sus fortalezas y debilidades, y saber ajustar
su estrategia para esto: “Me distraigo con facilidad cuando hay ruido, así que
mejor estudiaré en la biblioteca”. Esto responde a la autoconsciencia y
elecciones en cuanto a la estrategia de aprendizaje.
– Saber dónde buscar ayuda si la necesita: “No estoy entendiendo esta parte,
voy a pedirle una tutoría al profesor”. Esto sería recursividad y también
autoconsciencia del proceso.
– Planificar cómo llegar a ese objetivo y cómo ir monitorizando el proceso:
“Iré poniéndome a prueba regularmente con exámenes de práctica para ver
cómo voy con el contenido de los temas”.
– Ir haciendo seguimiento al proceso: “Los exámenes de práctica no están
dando los resultados que esperaba, no voy a un buen ritmo. ¿Qué puedo
hacer para mejorar esto? He notado que cuando estudio de noche no me
concentro tanto como de tarde; podría intentar cambiar esto”. Esto es la
monitorización.
– Si es necesario, debe ajustar la meta inicial: “Tras ver mi progreso, creo que
no es realista aprender esta cantidad de temas para noviembre, así que
cambiaré la fecha límite”.
Importancia del acompañamiento
Es importante destacar que el proceso no solo depende del estudiante, y el
profesor también puede influir para mantener o propiciar la motivación en el
alumno, servir de modelo y dar retroalimentación constante, entre otras
formas de acompañamiento.
¿Autogestión del Aprendizaje, Autonomía o Meta
cognición?
Desde mi perspectiva, la autonomía es una competencia global, compleja,
expresada en un comportamiento independiente de la persona para saber
aprender a lo largo de la vida, asumir decisiones sobre sí misma y hacer uso
efectivo de esa independencia. Esto implica haber aprendido procesos y
herramientas a fin de aplicarlas consciente e intencionalmente para
administrar su actuación frente a cualquier situación.
La meta cognición por su parte, es un proceso que capacita a una persona a
tomar la debida distancia del objeto de aprendizaje para comprender su
significatividad y darle sentido (representación) en función del contexto
histórico cultural en el que se desenvuelve, disponiendo de estrategias
(acción) que le permitan también comprender nuevas situaciones[i].
Es en otras palabras, una toma de conciencia de qué, cómo y para qué se
aprende. ¿Estamos de acuerdo? ¿Puede aportar otra visión?
En tanto que, siendo el aprendizaje un proceso que se da en el interno de
cada persona como producto de la interacción con mediadores (ella misma,
docentes, compañeros, expertos…), su autogestión va encaminada a la
organización, administración y monitoreo de ese aprendizaje Por lo que se
plantea objetivos, planifica acciones, administra sus propios recursos,
encauzándolos hacia el logro de esos objetivos, evalúa su actuación y el
cumplimiento de todo el proceso para ajustar según corresponda, mediante
la activación de mecanismos motivacionales, cognitivos y meta cognitivos.

Podríamos decir entonces que esta autogestión del aprendizaje es


parte esencial de la autonomía y uno de sus componentes
fundamentales es la meta cognición.
En resumen, la autogestión del aprendizaje es un proceso de control
intencional que ejerce el aprendiz sobre los mecanismos que motivan,
orientan y regulan su aprendizaje. Es un proceso aprendido, reflexivo,
exteriorizado en forma gradual y ante las situaciones a las que se enfrenta.
¿Cuáles son las características básicas de la autogestión del aprendizaje que
deben ser consideradas en la formación?
Los elementos representados en la motivación, orientación y regulación
caracterizan a la autogestión del aprendizaje [ii]. Todo lo cual debe tomar
una presencia importante como ejes de la enseñanza y aprendizaje.
La motivación engloba: compromiso, persistencia y responsabilidad;
elementos fundamentales en el estudiante para vincularse con las
actividades que realiza y sentir que cubren sus expectativas en razón a su
desarrollo personal-laboral-social, a que cada paso ejecutado lo lleva a
satisfacer sus necesidades e intereses de aprendizaje, la participación y el
progreso.
Con respecto a la orientación, ésta brinda al estudiante las formas y vías de
cómo aprender, sobre el conocimiento y manejo de los objetivos, la tarea y
los procedimientos. Esto es lo relativo a los elementos cognitivos.
Finalmente, la regulación viene expresada en la posibilidad del estudiante de
hacer seguimiento de sí mismo, de los procesos y los productos, así como de
la misma situación del aprendizaje, a partir de la toma de conciencia sobre su
motivación y de cómo se conoce. Proceso que conlleva mecanismos meta
cognitivos.
En consecuencia, el proceso formativo debe imbricarse de estrategias
motivacionales, cognitivas y meta cognitivas. Con las primeras se pretenderá
inducir al aprendizaje, relacionando éste con la importancia de realizar las
tareas y la expectativa de logro del estudiante, así como con el conocimiento
de las propias capacidades para culminar con éxito esas tareas, entre otras
consideraciones.
Las cognitivas y meta cognitivas podrían relacionarse con las llamadas por
Díaz-Barriga y Hernández [iii] de enseñanza y de aprendizaje
respectivamente; por cuanto, con las primeras el docente enseñará
contenidos, saberes y procedimientos activando los procesos que permiten
aprenderlos y con las segundas, el estudiante aprenderá a usarlos en las
situaciones correspondientes al movilizar e impulsar intencionalmente ese
aprendizaje en forma más expedita.
Fundamental para el logro en el estudiante de la autogestión del aprendizaje
es no sólo saber indagar, acceder a la información y utilizarla en diferentes
escenarios sino también la evaluación de sí mismo, la toma de conciencia
sobre su actuación cierta o errónea, de sus propios recursos y del entorno
para el aprender, por lo que la atención debe estar centrada en actividades
que promuevan la autorregulación (auto indagación, autocorrección,
autodirección).
Desde esta perspectiva, en la escuela, los profesores deben apropiarse de ese
concepto, enseñar no solo contenidos sino procesos para que una vez
internalizados por los estudiantes puedan aplicarlos en cada nueva situación.
Las estrategias en general deben abarcar intencionalmente tres fines:
1. Identificar la situación, lo que el estudiante tiene y lo que se busca
2. Administrar y controlar tanto lo existente como el procedimiento para
lograr el objetivo
3. Valorar procesos, productos y recursos.

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