Para el humanismo, podemos considerar la enfermedad como una afectación negativa que daña

tanto al cuerpo como a la mente y a las proyecciones y abstracciones subjetivas que esta genera.
Esto debido a que vemos al ser humano como un todo y a todas sus partes relacionadas y
conectadas entre si, lo que provoca que una enfermedad mental afecte al cuerpo y viceversa.
También puede percibirse el sufrimiento como una afectación abstracta, subjetiva y definible solo
para el que la padece pues la realidad y el como afecta un suceso a un individuo es diferente según
la persona con la que se trata.

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El humanismo no tiene un proceso cerrado o un “paso a paso” para curar, pues considera que
todos los individuos tienen las suficientes diferencias subjetivas como para que un único proceso
sea válido. Aun así, aprovecha su nacimiento del conductismo y del psicoanálisis para generar
mecanismos únicos que puedan ayudar a los clientes, esto según considere el psicólogo de cuales
funcionaran mejor o peor.

Su objetivo es la comprensión y curación de la afectación negativa, primero buscando que tanto el

psicólogo como el paciente logren identificar tanto la causa como el que significa essta afectación
para el cliente, todo desde un punto en el cual se pone por delante la personalidad del individuo y
mas que “curar” busca “guiar o apoyar”.

La relación entre el psicólogo y el cliente no es muy distinta que para los otros enfoques, pues el
humanismo nació de estos, siempre se busca una relación de respeto y confianza donde el cliente
pueda hablar y expresarse sin tapujos o tabúes con el fin de que el psicólogo pueda comprender
su subjetividad y guiarlo lo mejor posible, aunque el Humanismo no trata al individuo como un
“paciente” “enfermo” o “examinado” sino como un “cliente”.

La actitud del Humanismo no es tratar todas las afectaciones como una enfermedad ni a todos los
clientes como enfermos, esta corriente comprende que el dolor y el sufrimiento mental son partes
naturales de la vida y considera que la mejor forma para aliviarlos es, para empezar, no hacer
sentir al cliente como si lo que sintiera estuviera “mal”, sino buscandole hacer comprender que es
natural y cotidiano tener malas etapas o afectaciones negativas y buscando hacer lo mejor para
guiar al cliente a solucionar esas problemáticas.

Finalmente, no existe un procedimiento riguroso para el Humanismo por el motivo expresado con
anterioridad, por lo que para guiar a sus clientes, el psicólogo se ocupa de utiliza los mecanismos
que el mismo considera adecuados para evaluar, diagnosticar e intervenir, aprovechando la
entrevista, las pruebas psicológicas y las actividades y modelos de intervención de la forma que
considera correctas