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LOS PROFESORES Y EL
SABER DIDÁCTICO
Alicia R. W. de Camilloni

«Las convicciones sólidas requieren fuentes sólidas.»


CHARLES TAYLOR

Un tema recurrente en la didáctica de las últimas décadas ha sido el


análisis de las relaciones de los profesores con el saber didáctico, esto es,
con Jo que aquí denominaremos «didáctica erudita». Es manifiesta la cre­
ciente importancia que ha adquirido esta cuestión en razón de que la pro­
blemática de la formación didáctica de los profesores, tanto de los futuros
docentes cuanto de los docentes en servicio, no se puede reducir a presen­
tarles el saber didáctico disciplinario a través de una versión enseñable y
adaptada a una rápida transmisión, sino que debe centrarse en la necesidad
de producir en ellos cambios conceptuales, en algunos casos muy impor­
tantes, de modo de lograr desarrollar su capacidad para traducir los principios
fundamentales del discurso didáctico en un proyecto y una práctica pedagó­
gica. Así como el propósito de la didáctica es que los estudiantes de estos
profesores aprendan el saber erudito y no una versión manipulada y simpli­
ficada de ese saber, la formación didáctica de los docentes se plantea la
necesidad de brindar orientación a los profesores para el aprendizaje del
saber disciplinario sabio que ofrece la didáctica como disciplina teórica
dedicada a estudiar la enseñanza.
42 EL SABER DIDÁCTICO
Los profesores y el saber didáctico
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LA UTILIDAD DE LAS TEORÍAS PARA LA ENSEÑANZA de las ideas más generales y abstractas prop
ias de los planteas teóricos en
un programa de prácticas cotidianas.
¿·Son u'tiles las teorías? Ante esta pregunta, que es fundamental para la Las teorías, por último, no pueden ser inefi
didáctica, encontramos en Jerome Bruner (1987)_1 una respuesta af'irmat1va. . caces en la práctica para lo­
grar los fines que se persiguen de acuerdo
Éste sostiene que las teorías de la enseñanza son, sm duda, necesanas, aunque con las urgencias sociales del
momento. Los criterios de pertinencia soci
también observa, con reservas, que esto no significa que las teorías, todas y al de las teorías son, en última
_ instancia, los que definirán su utilidad para
siempre, tengan un alto valor. Su utilidad depende, en pnmer lugar, de la la enseñanza en el marco de una
clara y propositiva definición de los fines
naturaleza y la calidad de la teoría (Bruner, 1987: 111 Y 112) .. y objetivos que debe perseguir la
escuela.
Las teorías no son útiles cuando están equivocadas o son mcompletas.
Preocupado por este tema, Joseph Schwab (1958: 169� 189), en su mom,ento, , Varios riesgos existen en la concreción de la relación teoría-práctica.
Estos resultan fundamentalmente del nivel
ya había señalado el daño producido en la educac10n por la adop;'10n de de comprensión que el docente
alcanza de la teoría o las teorías en cuestión
teorías psicológicas parciales cuando se les otorgaba d valor de teon as tota­ . «Buenas» y probadas teorías pe­
, dagógicas pueden ser mal comprendidas por
les. Un error causado por la pretensión de apartar o ignorar ese caracter de quienes se proponen llevarlas
a la práctica en situaciones o instituciones
explicación sectorial que les era propio y de cubrir todo el campo d� la determinadas. Es necesario, sin
embargo, no sacar conclusiones apresuradas.
educación mediante la aplicación de una ·mterpretac10n ·' que so'lo hab'ia s1do La mala comprensión y el empo­
brecimiento del significado de la teoría
concebida para explicar una clase de conducta o un aspecto parcial de la por parte de algunos sujetos de la
enseñanza, esto es, algunos docentes, no
conducta. permiten inferir que esas teorías
deban ser desechadas. Ante estos peligros
Tampoco son útiles las teorías cuando son inadecuada: para el logro del de aceptación o rechazo indebido
de las teorías, la didáctica, por el contrario,
fin para el que se las quiere emplear. Es importante senalar que la ade­ invita a lograr una mejor com­
_, _ _ prensión de las teorías. Para ello, revisa sus
cuación no se debe limitar a la efectividad de la aphcacio� de los pnnc1p10s principios, relaciona sus concep­
tos principales e identifica sus raíces. Efectúa
de la teoría para la obtención de los resultados deseados, smo que son 1gual- , por ende, una cuidadosa y
consciente profundización de sus significa
mente i·mportantes para el aprendizaje los procesos y. los, resultados, ya que dos, realiza una revisión rigurosa
de la consistencia teórica de las acciones prog
nunca se insistirá demasiado en el principio de que Jamas en educac10n ·, «e1 ramadas e implementadas y
hace una evaluación tanto de los procesos com
fin justifica los medios». Los medios y no sólo los fimes tmen · - e1 result ado o de los resultados obtenidos.
alcanzado y definen el alcance y el significado de\º aprendido por el alum�o.
_ _
Las teorías tampoco son útiles cuando son dific1les de aplicar en la prac­
tica. Las teorías didácticas están destinadas a describir, explicar Y configurar LAS CREENCIAS DE LOS DOCENTES
, _
las prácticas de la enseñanza. Son teo�as para fa acc'.on. Si la difi�ultad es
muy importante e insuperable, la� teonas didá�ticas pierden su sentido pues Las teorías de los docentes han sido estudiadas por diferentes autores
_ que se han interesado por conocer los contenidos y valores de esas teorías e,
se distancian demasiado de la practica, colocandose fuera del horizonte de
la acción docente. Sin embargo, esto tampoco supone que deban presentar igualmente, por explicar las modalidades epistemológicas de su formación
y las posibilidades de su transformación. Las teorías comprenden concep­
condiciones de «facilidad» de empleo por parte . .
de los docentes. Seguramente
-
toda teoría implica un desafío para la creat1Vidad en 1a ensenanza, para 1a ciones acerca de cómo se enseña y cómo se aprende, así como los principios
, que sustentan las decisiones acerca de vari'iidas cuestiones tales como la
dedicación al estudio de los docentes, para su capacidad de transformac10n
relación entre la enseñanza y las modalidades de la evaluación de los apren­
dizajes que eligen y cómo se visualizan las posibilidades de aprendizaje de
1 B ner (1987: 28) caracteriza a la teoría afirmando que «es algo más que una cada alumno, las funciones que como docentes deben cumplir y las misiones
descri�ci�� general de lo que ocurre[ ...]. Incluye, explí�it� o implícitamente :n modelo de que la escuela tiene como resultado de su compromiso con la sociedad y
aquello sobre lo cu al uno t�o�iza, un conjunto de propos1c1ones que, tomadas tilobalmente, con cada individuo. Estos estudios constituyen un capítulo importante del
dan lugar y ocasión a pred1cc1ones acerca de las cosas»). área de trabajo sobre el pensamiento del profesor y, asimismo, pertenecen
44 EL SABER DIDÁCTICO Los profesores y el saber didáctico
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al dominio de estudio de los procesos de formación de los docentes. En buen docente se emplean para evaluar las nuevas idea
s que se enseñan e 1
ellos encontramos una coincidencia en cuanto a que las creencias de los p�rí?do de forrnació� docente acerca de la escuela,
la enseñanza y el apr:;_
docentes tienen efectos sobre la enseñanza y que es imprescindible ocuparse d1zaJe. Estas nuevas ideas son confrontadas con las
previas y, si son dife­
de ellas, ya que los alumnos pueden ser las víctimas de ideas erróneas y rentes_, son rechazadas. Pero no todas las creencia
s tienen la misma fuerza
prácticas inadecuadas. Las teorías de los docentes y futuros docentes reciben de res1stenc1a. hmes Raths (2001) diferencia entre cree
ncias más importantes
en la literatura especializada diversas denominaciones, según se acentúe uno y otras menos importantes y señala que cuanto más
importantes son las
u otro aspecto del objeto en estudio. Encontramos, de este modo, que algunos creencias, más difíciles son de cambiar. En los estud
ios sobre autobiografías
autores las denominan «creencias», «conocimiento práctico», «teorías implí­ de maestros reahzados por Raths, éste halló que las
ideas sobre ser maestro
citas», «teorías personales», «concepciones del profesor» o «principios de y enseñar se forman muy tempranamente, se asocian
con la construcción de
práctica». Sanders y McCutcheon definen las teorías prácticas como «las la identidad y se e?cuentran entre los conceptos «bás
_ icos» que se desarro­
estructuras conceptuales y las visiones que proporcionan a los docentes llaron en la mfancia, porque están referidos, en parti
cular, a la asunción de
razones para actuar como lo hacen y para elegir las actividades de enseñanza los roles de escolar, decisivos en el establecimiento
de relaciones con ]os
y los materiales curriculares que eligen con el objetivo de ser efectivos» adultos. Concluye, entonces, que el cambio de las cree
ncias debe efectuarse
(1986: 50-67). Estas teorías o creencias no siempre son conscientes o cohe­ temprano en la forrna�ión para que tenga resultados posi
tivos. Pr0pone que
rentes. Por esta razón, algunos autores señalan con mayor énfasis su carácter el proceso de formac10n para la docencia, más que en
las creencias, se con­
implícito ( «teorías tácitas» o «conocimiento tácito»). Otros acentúan su cuño centre en la formación de disposiciones, entendida
s como conjuntos de
subjetivo ( «teorías personales» o «creencias») y algunos se centran en su acc:ones que pueden ser observadas. En tanto las cree
ncias, q ue, por cierto,
implicación con la acción ( «teorías prácticas», «teorías-en-acción» o «princi­ estan sostemendo las disposiciones, no son explícita
s y son difíciles de cam­
pios de práctica»). Otros autores registran, fundamentalmente, la modalidad biar, alg;mas disposiciones pueden ser «reforzadas»
en el nivel de las con­
de su formación («teorías ingenuas», «teorías del sentido común» o «teorías ductas. Estas se relacionan con el conocimiento que
el docente debe poseer,
folk»). Por tanto, si bien todos se refieren en general a las ideas que los su capacidad para trnbaJar con colegas, y su acción en
favor de la justicia, la
docentes tienen acerca de su labor, en cada estudio se analiza este complejo honesadad y la eqmdad. Cada disposición conduce a
desarrollar conjuntos
objeto desde una perspectiva diferente. de acc10nes que resultan menos discutibles u opinables
que las creencias.
Una cuestión fundamental es la que relaciona la formación o el origen Encontramos, pues, en la materia, posturas pesimistas
-«el cambio de las
de estas concepciones con sus posibilidades de cambio en el transcurso del creencias previas es imposible», «es una labor muy
dificultosa» -y posturas
proceso de formación de los docentes. Un trabajo clásico sobre este tema es opl!m1stas -«el futurn docente d be asumir una postu
: ra constructivista y
el publicado por Zeichner y Tabachnick (1981: 7-11), en el que sostienen que ser cayaz de constrmr nuevas teonas y reconstruir sus
teorías previas»-. En
las creencias se han configurado en las miles de horas que los docentes han este ultimo caso, la formación del docente debe
ría ser coherente con las
pasado como alumnos en el sistema escolar. Estas creencias, marcadamente concepciones que se procura que él desarrolle y
pono"a en práctica en el
conservadoras, permanecen latentes durante el período de formación docente ejercicio profesional.
y reaparecen con gran fortaleza cuando el docente se encuentra ante su
propia clase y debe iniciar su trabajo. Tambié n, según Mary M. Kennedy
(1997, 1999) las creencias de los docentes se forman prematuramente y desa­ LA DIDÁCTICA ORDINARIA úDEL SENTIDO COMÚN
rrollan conceptos que dejan una marca indeleble: qué es enseñar, cómo se
explican las diferencias individuales que existen entre los alumnos, qué es La didáctica ordinaria incluye mitos arcaicos sobre eL papel de los
lo bueno y lo malo en una clase. Sin embargo no está claro cuál es su origen. docentes, sobre los tipos de docentes y los tipos de alumnos (Bruner, 1996:
Pueden ser producto de la crianza, de las experiencias en la vida fuera de la 44 Y 55). Plantea de mo�o firme ideas acerca de qué es enseñar y cuáles son
escuela o de las experiencias escolares. En concordancia con las conclus.iones sus pos1b1hdades y sus hm1tes. Se presenta como un conjunto de ideas gene­
de Zeichner y Tabachnick, afirma que las creencias acerca de qué es ser un rales que se expresan como macroteorías sobre el desarrollo y el aprendí-
EL SABER DIDÁCTICO
Los profesores y el saber didáctico 47
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gador de su pr opi a práctica», «los contenidos socialmente s1· oan1·ficat.lVOS» y
so re el destino y el fin de
la edu cación Y_ los fin es de la -
«ensenanza centrada en e l al�mno», entre otros. También se usan metáforas
zaj e y tam bié n
generahzac10nes y afirma­
b

escuela. Tiene
una marcada tendencia a hacer ot ga u n
que e�globan un mund o _de significados: «maestro jardinero», «adaptar los
ón de que muchos docente_s suekn m _ ;
ciones categóricas. En raz ciones, a las que no somete n m a revlS!on m conoc1m1entos» y «as1m1lar los conocimientos» ' «construir los conoci·m1en-
· ·, d
cep .,
carácter natural a estas con c1on tos», «apropiac 1?� e los con ocimientos», «capital cultural», entre muchos
a crítica,tienden a pen sar que las c r eencia s qu e dan lugar a la construc
scripción objetiva de la realidad.
,
otro� cuya apanc1on se : ucede en d tiempo sin que pie rdan vigencia las
á cti rdin ari a constituy e n una d e metáforas antenores. As1 se siguen mvocando refran es y p roverbios como
de ]a did ca o do de
de és ta tal cual ella es y actúan ens�ñan
creen que están dando cuenta , lejo s e ser «la letrncon sangre entra» y «lo que natura non d a, Sala manca non presta»
as. Por esta razón, sus concepcio
nes d
acuerdo con esas c reenci verdad normativa s, nq ue q�e enc1er_:an cad � uno una t� oría acerca del aprender y del enseñar, d;
explicativas, son en
au
ram e t des crip tiva s y como ensenar Y cuáles son los hmites de la educación. Su carácter metafórico
m ir y explicar lo que curre
e n e o
sor s c ean qu e se limitan a desc rib ue�: un alto po der evocador de i m ágenes que parecen facilitar Ja interpre­
sus d e fen e r
, con frecuencia, se pre­
e . En estas creencias
cuand o se enseña y se aprend en el educando y, particu­
tac10n de la re ahdad y que, al mismo tiempo, pr oducen una descontextua­
,
en el edu cador cuanto
supone racionalidad tanto ntre ambos, por cons1gmente, el edu­
hzac10n de las s it ua ciones de ense ñanza y de apre ndizaj e haciéndolas
nte , n la re lación que se entabla e atemporales Y aespaciales. Lo mismo oc urre con el doce nte y el alumno que
larm a, el alumno aprende. S1 el
e
e
en y, en consecuenci
_
cador si sab e, nse ña bi so� convertidos en p erson ajes de una acción que pretende re presentar ¡0
e
Según u na u
indicado por el docente, aprende .
alum�o estudia entonces lo d se en- umversal. La naturaleza de las metáforas cambia se""ún las ép ocas,pnmero
docente, los límites de la educ lida abi ,
b"10]'og1· c as: despues administrativas, lue go económicas , s u re fere ncia
otra concepción, uno y otro ación, o en el interio del alumno,
r
an en el xte ri or del alumno,en su situ . d��c1plmana se_ a socia al pre stigio que se otorga al c oncepto acuñado , Tam­
cu entr e ·1o o' gia
como caractenzaba De nnett a 1a p
s1c
apt it d s. Al igu al que _ b1en la ?onc lS!ón de los p roverbios, res ultado de una condensación de ideas
en sus u e
rac10nal1dad:
inaria tiene la índole de una norma de
ordinaria, la didáctica ord D e ste m odo , la
Y trad 1c10n�s, Y su_ e vidente perten encia al reservorio de la s fra ses aprendidas
y, e n c onsecuencia, prevé. e
describe y explica por qué nosticable en lo po­
de m em ona Y fijadas de una vez p ara siempre les otoraan un c arác ter

e nseñanza se con
vierte en una actividad calculad a, pro permane�t� e indiscutible. En todos estos casos encontra�os representa­
y siempre j ustificable por
el docente en su decurso y
sitiv o y e n lo n e gat ivo c10nes teoncas construidas sobre la base de u n pensamiento analo' 0a·co que1

sus resultados. se onenta a alcanzar un alt1 s1m o grado de generalización que habilita a las
. , .

ordinaria se exponen
lemas pedagógicos
En el discurso de la didáctica Son una ex­ person�s: docentes, alumnos y padres para interpretar las diversas situaciones
práctic os de pensamiento y acción.
que consisten en esquemas los refranes y los proverbios ,
pedagog¡cas de modo similar, si resulta conveniente o, de modo diferente si
con ntra da d e la cultura que, como esto se considera pre ferible.
pre sió n ce
os lemas han sido esw
­
me táfo a e imp li can juic ios de valor. Est La did áctica ordi�aria cambia según las épocas pero sus concepciones
emplea n r s
e el lengu aje
líticos que, entre su� estud10s sobr
diados p or los filósofos ana educac10n c?mo un cas
o part;cular. se acumulan arqueolog1camente. Lo más antiguo parece q uedar sepultado
rmal , inc luy eron el lenguaje en la cuando aflora s ólo lo nuevo o novísimo. Pe ro Jo antiguo no se des vanece
info
r, p r ej emplo, les asigna un dob
le caracter, afect.Jvo Y pract.Jco. totalmente Y vuelve a aparecer en la superficie cuando la voluntad de e xplicar
Georg Kn e 11 e o
suscitar emo­
afirma que «La función de éstos es
e
Refiriéndose a ]os lemas, ig que Israel los procesos que a�a ecen en el aula así lo exige . Que da guard ado, d e este
información» (1969: 221) y, a l ual
ciones más que transmitir a tiene un propósito prác , aunquetico
modo, en la memona para s u uso en las situaciones en que resulte conveniente
heffl er, sos tien e que , si bien cada lem ap el�r_a esa no?ión, momentáneamente abimdonada hasta que sea opo rtuno.
S c
cto rio s, sus propósitos prácti co
s pueden no serlo.
dos l m s sea n co ntr adi , pueden E_s fac1l �d vertt r, ento nces, la falta de cohesión de las teorías en uso, que, si
to es que dado su carácter ambiguo
e a
La razón de este extraño efec d asu �ir un
bien est_an fuertemente arrmgadas en el pensamiento y la acción, no son
contextos sin perder su capacida
de
ser empleados en diferentes s en forma de de alogos nece�anam ente �oherentes. P ueden, simultáneament e, contradecirse y
e introducen e nunciado
c
sentido. En a lgunas épocas s osamente», «de lo_ simpk
coexistir. La d1dact1ca ordmana ofrece un abanico de explicaciones entre
com o «to do en su m edida y armoni . las que en cada caso es posi ble encontrar una repuesta ad ecuada, que tiene
O expr esi one s
te mvest1-
de enseñanza-aprendizaje», «el docen
a lo complejo», «el proces o
48 EL SABER DIDÁCTICO Los profesores y el saber didáctico
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el valor reconocido de lo que está consagrado por la tradición. En la didáctica discurso corriente. Producto del desconocimiento de la teoría original O de
ordinaria hallarnos, pues, un esquema normativo idealizado que no diferencia su mala comprensión, se produce, en consecuencia, un empobrecimiento
lo natural de lo cultural. Tiene la pretensión de verdad que presenta el cono­ del significado de esa teoría original. De esta manera se construye una didác­
cimiento del sentido común. Los principios a los que recurre no se ponen en tica pseudoerudita que parece estar al día con relación al desarrollo de la
duda, no hay voluntad expresa de lograr coherencia entre ellos y, por esta didáctica erudita y que se presume distanciada, a la vez, de la didáctica
razón, puede navegar de un extremo al otro cuando resulta ventajoso, con el ordinaria.
propósito de encontrar un principio de razonabilidad que permita ju�t!ficar
sean las palabras o las acciones. Fuertemente relac10nada con las trad1c1ones
del pensamiento pedagógico -más bien, con algunos pensamientos peda­ LA DIDÁCTICA PSEUDOERUDITA
gógicos gestados en la historia- la didáctica ordinaria no es ciertamente una
creación de cada docente. Si bien carece de cohesión en cuanto a las con­ Una característica saliente de la didáctica pseudoerudita es que está
cepciones que le dan origen, no se trata de una creación individual. Las fuertemente afectada por las modas pedagógicas. Una corriente de pensa­
ideas propias de esta didáctica son compartidas por muchos docentes e, miento es súbita e inexplicablemente sustituida por otra. Lo «antiguo» -ideas
incluso, se observa que son corrientes entre padres y alumnos. Cabe que y autores que habían sido enseñados, aplicados en la práctica y defendidos-,
nos preguntemos, entonces, si no se trata de una creación individual, ¿e� el se deja de lado, los libros se olvidan en los anaqueles de las bibliotecas y se
producto de un proyecto cultural colectivo? Podemos responder que, cier­ adopta, acríticamente, la palabra de los nuevos expertos, sus conceptos, sus
_
tamente, la didáctica ordinaria es la expresión de concepciones en las que obras, sus metáforas, sus amigos y, también, sus enemigos, que, con fre­
las culturas han dejado sucesivamente su impronta. En ella se manifiestan cuencia, han sido antiguos amigos, defendidos y enseñados en otros tiempos.
ideas acerca de cómo se produce la transmisión de conocimientos y su apren­ La didáctica pseudoerudita, a diferencia de la didáctica ordinaria, no presenta
dizaje, del papel de los docentes .en esa relación y de la visión optimista o contradicciones internas sino que, en razón de su carácter dogmático, tiene
pesimista de cada época y situación social que se expresan claramente en una fuerte cohesión de ideas y, si es débil, lo es como producto de los meca­
las ideas circulantes con respecto a la educación. Entre éstas encontramos nismos de construcción del conocimiento que se han empleado en los
esquemas abstractos que parecen naturales y que guían la acción, como por procesos de su adopción y asimilación. Carece de raíces y, aun cuando puede
ejemplo, el supuesto de que «si el alumno lo dice o lo escribe, lo sabe». ser llevada a la práctica durante un cierto tiempo, su reemplazo por una
Quien acepta esta afirmación sin discusión omite preguntarse si aquello nueva postura didáctica constituye su destino cierto. Un reemplazo que tiene
que el alumno dice o escribe en clase o en una instancia de evaluación del tan escasos fundamentos como su adopción previa. Es esta carencia de
aprendizaje es lo que cree realmente o si sólo repite lo que sabe que se fortaleza de sus bases teóricas, la modalidad rápida de la sustitución de una
espera que él diga o escriba. El docente tampoco se interroga acerca de qué convicción por otra, la que determina su distancia respecto de lo que deno­
es saber. ¿Hay saberes más profundos y otros más superficiales? Si se afirma minamos acá didáctica erudita y que se caracteriza por contar con bases
que «lo que el docente enseña es verdad», ¿ésta es toda la verdad?, ¿parte de la científicas y filosóficas sólidas y con una historia que permite explicar la
verdad?, ¿una interpretación?Y si es una interpretación ¿de quién es obra?, aparición de tendencias y corrientes, de principios y conceptos, de estrategias
¿del docente?, ¿del autor de un libro?, ¿de la ciencia? O ¿es que la realidad de construcción del conocimiento y de justificación y validación de sus
es, simplemente, de esta forma? El lenguaje que usa con frecuencia la didác­ discursos. ,.,
tica ordinaria es el lenguaje cotidiano. Pero adopta términos de la jerga Encontramos expresiones de la didáctica pseudoerudita en discursos de
científica, aunque sin el marco teórico en el que ésta tuvo su origen. Reem­ docentes, en programas de enseñanza de la didáctica, en discursos y docu­
plaza ese marco por una interpretación en la que lo nuevo se integra, sin mentos oficiales y en libros de texto. Es una modalidad de construcción del
colisión, en la estructura de las creencias preexistentes. De esta manera, conocimiento que ataca las bases mismas de la constitución de la didáctica
aunque incluye conceptos que poseen precisos significados técnicos, éstos como disciplina. Afectada por la necesidad de resolver difíciles cuestiones
se deslizan hacia una interpretación propia que les permite incorporarse al prácticas, debil teóricamente, y con la urgencia de poner al día posturas
EL SABER DIDÁCTICO Los profesores y el saber didáctico 51
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ubicamos a la didáctica en el campo de las ciencias sociales, en atenc1na·6
y estrategias de enseñanza, sin el tiempo
ideolócricas, contenidos curriculares
. . . .
que tiene como objeto de conoc1m1ento a la enseñanza, que es una acción
que la falta de vigilancia conlleva con­ .
neces;io de decantación, los riesgos social, una dase esp�cífic� de acción de intervención social con un propósito
«antiguo» se pierda y que mucho de lo
ducen a que mucho de lo bueno de lo propio, la onentac10n hacia la producción de aprendizajes sionificativos
La didáctica como disciplina parece
«nuevo» resulte ineficaz o inadecuado. Para ubicar la didáctica en una clasificación de las cienci:s , podríam.m
agueante, no permite su consolidación
carecer de madurez y su rumbo, zigz tamb.éI n empl�ar, adicionalmente, la nueva categoría de ciencia desarrollada
que la madurez deba provenir de una
teórica. No se trata, sin embargo, de por Herbert S1mon (1978) y colocar la didáctica entre las ciencias de lo arti­
nía momentánea de una .te?ría di­
aparente solidez producto de la hegemo ficial o del diseño, ya que presenta también las características que corres­
es producto de la superficial!dad de
dáctica sobre las demás. La inmadurez ponden a este tipo de ciencias.
tan. La solidez sólo podrá provenir de la
las decisiones teóricas que se adop Las teorías de la enseñanza no son teorías fragmentarias, aunque puede
erija. Denominarnos didáctica erudita
seriedad de las fuentes sobre las que se que alg��as lo sean, pero el trabajo de construcción de la didáctica exige su
tes serias y rigurosas.
a la disciplina que se apoya en fuen mtegrac1?� en una teoría global. Debe pretender conocer la totalidad, al
menos mit1camente, y contar con las mejores garantías de rigurosidad.
LA DIDÁCTICA ERUDITA
LA DIDÁCTICA COMO DISCIPLINA TEÓRICA
La didáctica erudita es una teoría de la acción pedagógica; una teoría de
la enseñanza. Cuando nos preguntarnos qué clase de teoría, encontramos
¿Cuáles el objeto de conoc'.miento de la didáctica? Respondemos que el
diversas respuestas en distintos autores. ¿Es una teoría práctica? ¿Es una .
obJeto es la ensenanza. La d1dact1ca es una teoría de la enseñanza O ' meio
ciencia? La respuesta depende del concepto de ciencia que se asuma y de la . � �
concepción que se tenga acerca de las relaciones que se ent�blan entre te?ría es un conJunto de teorías de la enseñanza con enfoques diversos; la didáctica
se propone describir la enseñanza, explicarla y establecer normas para la
y práctica. Cuando nos alejamos de las rnncepc10nes pos1t1V1stas de la c1�n­
acción de enseñar. S� discurso se compone, entonces, no sólo de teorías que
cia, cuando aceptamos que en una ciencia pueden coexistir diferentes teo? as,
responden a concepciones diferentes, sino, también, de enunciados de dife­
cuando éstas cuentan con evidencia fáctica y desarrollan nuestra capacidad
rente carácter. Cuando describe trata de presentar una realidad objetivada y
para interpretar e intervenir en los procesos relacionados con la enseñanza,
. conceptualizada que abarca tanto los actos que se observan en los otros
cuando aceptarnos que la ciencia no es necesariamente desmteresada, cuando
cuanto los procesos me?tales y afectivos que se infieren a partir de la com­
entendemos que las cuestiones relacionadas con la práctica no son ajenas a ,
prens10n e mterpretac10n de lo observado en uno mismo y en los demás.
la ciencia, este concepto de ciencia puede ser aplicable a la didáctica.
Cuand? explica, la didáctica se ocupa de los componentes de la acción y la
Pero no toda disciplina es científica ni toda teoría tiene las características
s1tuac1on de enseñanza, de las relaciones entre los componentes, de la natu­
que se demandan al conocimiento científico_. Ciencia y conocimiento cientí­
fico en sus variadas manifestaciones, reqmeren ser construidos de manera raleza y los alcances de esas relaciones, así como de la incidencia de las
variables y l?: rasg�s de los factores que se logra identificar y que interactúan
rigu�osa. El conocimiento es cie ntífico cuando es un p�nsamient? fundado, .
. �n la s1tuac10n d1dact1ca. Procura predecir cuál ha de ser el resultado del
cuando es integral y no acepta incoherencias. Su caracter c1ent1fico exige
comprobación de las teorías y la posesión de una base empírica. De acuerdo Juego entre esos factores, aunque como váemos, esta tarea encuentra los
límites propios del tipo de relación estudiada. La enseñanza se revela en
con nuestro concepto de ciencia, el conocimiento, el interés y la intervención
tanto objeto de conocimiento, con caracteres de impredictibilidad e inc�rti­
en la práctica, así como la pluralidad teórica y el carácter normativo pueden
conjugarse sin contravenir principios epistemológicos. Afirmamos: por ende, dumbre que no parece que se puedan descartar en los modelos explicativos.
que la didáctica es, o al menos puede ser, una c1en�ia (C�m1llom, 1994)_. Por otra parte, la teoría y la investigación didáctica no se aootan en la des­
De acuerdo con la comúnmente empleada clas1ficac10n de las ciencias cripción y explicación de las acciones y las situaciones d; enseñanza. El
discurso de la didáctica es, como decía Jerome Bruner (1996), prescriptivo y
en formales y fácticas, y la división de estas últimas en naturales y sociales,
52 EL SABER DIDÁCTICO Los profesores y el saber didáctico 53
normativo. La didáctica no consiste sólo en describir y explicar sino que supone rrollo como disciplina requiere validar el objeto en los términos en los cuales
necesariamente un compromiso con la acción práctica. Su discurso normativo su enfoque teórico define el objeto y que depende del modo en que se
está enderezado a orientar la acción, nos dice qué y cómo debemos hacer para construye el conocimiento didáctico, las herramientas conceptuales con las
que la enseñanza sea efectiva, exitosa, lograda, en su intención educativa. que opera, los problemas que aborda y procura resolver, las formas de enun­
El discurso de la didáctica configura, de esta manera, un texto complejo. ciación de los discursos teóricos que la constituyen, y, dado el carácter propio
En él conviven diversas teorías generales y parciales, descriptivas, explica­ de la disciplina, las relaciones que establece entre la teoría y la práctica.
tivas, interpretativas y normativas referidas a los procesos de enseñanza y a Es útil, para efectuar un análisis de las características de la disciplina,
sus relaciones con el aprendizaje. emplear los criterios que usa Michel Foucault y tratar de definir el conjunto
Como hemos visto al presentar los contrastes entre lo que denominamos de enunciados que la constituyen, los conceptos propios que emplea, los
didáctica pseudoerudita y didáctica erudita, las condiciones en las que se temas, el estilo de enunciación y las formaciones discursivas de su discurso.
produce el desarrollo histórico de las ideas didácticas es un criterio funda­ ¿Se caracteriza la didáctica por estudiar a un objeto? El análisis de Michel
mental para determinar el carácter de la disciplina. Como en toda ciencia Foucault en La arqueología del saber, en el que procura encontrar principios
social, el pluralismo teórico es esencial. Por esta razón, en el estudio de la que permitan interpretar la historia de una disciplina, nos puede auxiliar en
didáctica, resulta de gran importancia organizar y estructurar de manera la búsqueda de una respuesta. El objeto del que se ocupa una disciplina no
racional las teorías. Pero cuando procuramos dar cuenta de su constitución permanece inalterado a través del tiempo. Sufre cambios significativos. Sus
diacrónica y sincrónica y ordenar el campo, se nos plantea la cuestión de la transformaciones son tan importantes que nos señalan que con mayor peso
elección de una unidad de análisis que nos permita no sólo organizar las que la de la singularidad y permanencia del o los objetos que estudia, la
teorías de modo de abarcar integralmente la disciplina, sino disponer también disciplina se ocupa de los espacios en los que los diversos objetos (o cons­
de un esquema conceptual fértil para comprender, prever y contener futuros trucciones de los objetos), «se perfilan y continuamente se transforman»
desarrollos. Así, pues, nos preguntamos cuál ha de ser, desde un punto de (1970: 53 y 55). Por lo tanto, se trata de «describir la dispersión de los obje­
vista epistemológico, la unidad de análisis que resultaría más adecuada en tos, los intersticios que los separan, medir las distancias que reinan entre
este caso. De acuerdo con la tradición de la epistemología del siglo XX, ellos».
¿debería ser la teoría de Karl Popper, el paradigma kuhniano, el programa De este modo, podemos pensar que estudiar las transformaciones del
de investigación científica de Imre Lakatos o la tradición de investigación de objeto de conocimiento de la didáctica, esto es, de la enseñanza, es estudiar
Larry Laudan? las diversas teorías didácticas al tiempo que identificar Jo que constituye Ja
En el proceso de elegir entre estas unidades de análisis, consideramos identidad profunda de la disciplina.
que teorías y programas de investigación científica son herramientas útiles ¿Cómo se ha construido la didáctica? Si bien nuestra disciplina tiene
y que pueden presidir nuestra tarea de ordenamiento del trabajo teórico en como objeto de conocimiento la enseñanza, ésta ha sido definida y redefinida
el campo de la didáctica. en cada nna de las teorías, corrientes o enfoques que se han sucedido o que
La didáctica está fundada sobre teorías tomadas de diversos campos conviven en la historia de la disciplina. ¿Es un mismo objeto o son objetos
científicos y filosóficos. Cada teoría didáctica global adopta una postura en diferentes? Los espacios históricos sociales y culturales Je otorgaron signi­
el dominio de las teorías del conocimiento, de la naturaleza del conocimiento ficados tan diferentes que sólo adoptando una perspectiva histórica es posible
en cada disciplina, del aprendizaje, del desarrollo, del origen y el desarrollo comprender su devenir y restituir a la didáética el carácter de una disciplina
de las cualidades personales, de las misiones de la escuela, de los fines y única.
alcances de la educación. Foucault también se pregunta si es posible afirmar que la unicidad de
La didáctica, en tanto tiene como objeto de conocimiento la enseñanza, una disciplina deviene del carácter de sus enunciados, de un determinado
y ésta se ocupa del aprendizaje de conocimientos, se relaciona con todas las estilo constante de la enunciación. Y cuando éste no existe, como en el caso
posibles fuentes de conocimiento y, en especial, con todas las disciplinas. de los objetos de una disciplina, afirma igualmente que «habría que carac­
En términos generales, su objeto de conocimiento es la enseñanza. Su <lesa- terizar la coexistencia de esos enunciados dispersos y heterogéneos».
54 EL SABER DIDÁC'TICO Los profesores y el saber didáctico
55
En el caso de la didáctica, a partir del análisis de los textos que contienen cepción positivista de la ciencia que postula que
quedan excluidos los valores
lo que podríamos denominar «el discurso didáctico», surge una variedad de en la ciencia. Y, por el otro, la idea de que la ense
_ ñanza es arte y no puede
estilos de enunciados. Encontramos descripciones, apelac10nes a la auto­ suJetarse a normas o reglas de procedimiento.
ridad religiosa, filosófica o psicológica, explicaciones, ejemplos, referencias Si nos posicionamos en otra concepción de la cien
a resultados de trabajos experimentales, consejos, reglas y preceptos espe­ cia, y atendiendo a los
aportes que otras ciencias hacen a la didáctica y al
_ cono cimiento que la disci­
cíficos e, igualmente, normas ge nerales. No aparece un estilo único de enun­ plma ha ido desarrollando a lo largo de su historia,
ciados, pero en el heterogéneo conjunto de formas de expresió� Y de el proo-rama de construc­
ción de una didáctica como ciencia social es una
perspe,;;iva abierta que ya
justificación, los enunciados preceptivos y normativos siempre estan pre- va atravesando e tapas que muestran el crecimie nto
de un corpus con tenden­
sentes. cia a la consolidación y al enriquecimiento progresiv
Como una tercera hipótesis, Foucault se pregunta si no podrían esta- o. Desde esta postura,
en consecuencia, es posible sostener que hay una
relación circular entre
blecerse grupos de enunciados que determinan los sistemas de conceptos saber y actuar, entre conocimiento e interés, entre
teoría y práctica, entre cono­
permanentes y coherentes que están en juego. En la didáctica, a pesar de la cimiento y decisión. Como afirma Jürgen Haberma
s, «la racionalidad es un
diversidad de interpretaciones y de variados usos de las palabras, algunos medio para farealización de valores» (1966: 96).
_ Es verd ad que con él, pode­
conceptos se emplean con un sentido arquitectónic? de inter�ep�ndencia mos d1ferenc1ar diversas clases y grados de racio
nalidad. Pero en el caso
mutua, lo cual ha ido configurando estructuras que, sm ser m 1dent1cas m de particular de la didáctica, y en relación con los valo
res, no puede hablarse
sentido unívoco, convocan problemas teóricos que presentan cierta consis­ de «valores independientes» ni de «automatización
delas decisiones». Dado
tencia. Las relaciones entre el desarrollo, el aprendizaje y la enseñanza, por el caráct�r a la vez práctico e interesado en valores
adscriptos a la libertad
ejemplo, se plantean como problemas que tienen un elevado grado de perma­ de los suJetos mtervm1entes, la incertidumbre y la
creatividad esenciales del
nencia. La necesidad de definir cuestiones referidas a los contemdos Y los acto de la enseñanza, es necesaria para el profe
sor la sabiduría del hombre
métodos de enseñanza, resueltas de diferente manera, plantea, sin embargo, práctico de Aristóteles, con una modalidad que
pone en juego los ins­
a nuestro juicio, esquemas conceptuales con rasgos claros de :finida�. El trumentos de la racionalidad limitada, en los térm
inos de Herbert Simon y
me nsaje didáctico, dirigido a quienes tienen a su cargo la ensenanza, tiene Pierre Bourdieu (1986).
una referencia a la práctica que también constituye un rasgo común de la
. Estos autores _afirman que en los procesos de planificación, sería prác­
problemática abordada por la disciplina. t1camente 1mpos1ble procurar analizar cada curs
. _ o de acción posible en
Estas cuestiones se asocian a la cuarta h1pótes1s de Foucault, que se func1on de sus efectos positivos o negativos. Ese
tipo de tarea, que consideran
refiere a la posible existencia de temas que son persistentes, de tal modo que de hecho 1mpos1ble, pretendería alcanzar una racio
nalidad absoluta. Pero la
una disciplina se configura en tomo a temáticas que se hgan y que mantienen práctica tiene exigencias de acción en tiempos acot
ados y, en ella, la urgencia
la unidad disciplinar al modo de un organismo con componentes mterrela­ en la adopción de decisiones impediría ese estudio
_ exhaustivo. La propuesta
cionados. Sin embargo, debemos reconocer, también, que temas iguales de S1mon y de Bourd1eu es que se adopte un
decisión basada sobre una
reciben diferentes tratamientos, y al igual que en la consideración de los ob­ racionalidad limitada, consistente no en buscar
la mejor de las acciones sino
jetos, de los conceptos y de las formas de enunciación, lo característico s?n en analizar opciones hasta que se encuentre una
en la que los efectos' sean
las rupturas y no sólo la continuidad, el pensamiento controvernial Y no solo aceptablemente positivos y coherentes con los
logros buscados, detener el
la concentración, el movimiento no acabado, las mterrupc10nes, lo que análisis, de cidir y actuar. ',,
Foucault denomina «los sistemas de dispersión». La didáctica ha sido postulada por diversos
autores como una teoría
Con frecuencia, la didáctica ha sido considerada una «teoría práctic�», preceptiva y normativa. «Precepto» y «norma»
son dos términos conside­
sin estatus científico, sobre la base del argumento de su fuerte compromiso rados, en algunos casos, como sinónimos y, en
otros, como diferentes por su
con la práctica, interesado en la consecución intencional d� determin�dos alcance. Ambos aluden al carácter ordenado
, y mandatorio de las propo­
valores en la educación. Subyacen a esta postura de negac1on del caracter s1c10nes que componen el discurso. Así, «norma»
es una regla que se debe
científico de la didáctica, dos fundamentos diferentes. Por un lado, una con- seguir o a la que se deben ajustar las cond
uctas, tareas o actividades y
56 EL SABER DIDÁCTICO
Los profesores y el saber didáctico
57
«precepto» es cada una de las instrucciones o reglas que se d_an o establecen formulación de un discurso destinado a doc
para el conocimiento O manejo de un arte o facultad. Sus sigmficados son entes concretos, ni universale
ni empíricos o individuaJes, con enunciados de un s
ciertamente semejantes, pero cuando se encuentr!n d'f . en e1 uso o
i erencias cierto grado de generaJidad
que los docentes individuales, ante la necesida
en los diccion arios, ellas se refieren al carácter mas general ? l� norma Y al
e d de resolver cotidianamente
los problemas de la enseñanza, deben interpre
!canee más analítico y específico del precepto. Ambos termmos pueden tar. Llamamos «docentes
concretos» a los sujetos de los que se ocup
:ecibir, sin embargo, definiciones programáticas, e� :1 sentido que �s:gna a la didáctica. No son sujetos
abstr.actos o universales. Tampoco los doce
Israel Scheffler a este tipo de definición. Las defimciones programaticas, ntes considerados individuaJ­
mente. Son los docentes situados en con
según Scheffler, poseen un propósito moral. Proponen que el obJeto de la textos histórico-sociales que
_ determinan las condiciones de su práctica. El
definición sea de una manera determinada; por lo tanto, debe ser Juzgado discurso de la didáctica es
teórico pero se refiere a la práctica. En este
por el valor de los programas que representa (1960: 15). sentido, «Frente a un discurso
, . preñado de reglas, como es el discurso didáctico
Con el propósito de distinguir entre dos modalidades teor'.cas de la , el intérprete, sujeto y desti­
natario a la vez, debe penetrar a través de los
didáctica que en el curso del siglo XX se enfrentaron y deJar�n i1:1prontas contenidos manifiestos, para
reconstruir su significado teórico-práctico, en
importantes en los sistemas educativos, adoptaré las denom:naciones de términos que le permitan ilu­
. minar la situación particular y la interpretaci
«didáctica preceptiva» y «didáctica normativa». La pnmera, esta constltmda, ón que de ella se hace»
_ (Camilloni, 1988).
en su faz práctica, por enunciados del tipo: «Si se propone akan_z� x obJetlvo, La didáctica es una disciplina estrechamente
reaJice y acciones de enseñanza, siga estas reglas,'.. E_s una did�ctica no com­ relacionada con los pro­
yectos sociales y educativos. Tiene un carácter
prometida con vaJores determinados, con aprendizaJes de caracter defimdo, significativamente político,
comprometido con la formación de un modelo
con un proyecto social educativo de aJcance especiaJ. Se trata de s�r eficaz en de hombre y la constitución
de un tipo de sociedad. Así, por ejemplo, Roberto
el logro de los objetivos, cualesquiera que ellos sean. Las cuest10ne� rela­ Maragliano (1986) señala
que en el proyecto de la construcción de la
cionadas con los valores son propias de la filosofía de la educacion, no didáctica, el modo en que se
concibe al sujeto de la educación y la función
pertenecen aJ campo de la didáctica.' social de la escuela son deter­
minantes centrales de la construcción teórica de
La didáctica normativa, en cambio, en los aspectos relac10nados con la la didáctica. Tres diferentes
concepciones de la escuela tienen el poder de
práctica, está constituida por enunciados del tipo «La �nseñanza debe pers:­ definir el enfoque pedagógico
didáctico. Las denomina «escuela clásica», «esc
uela de masas» y «escuela
guir ciertos objetivos, la enseñanza debe p'.omover cier�o tipo de aprendi-
zaJ'es , por eiemplo,
, aprendizajes significativos, la ensenanza debe ser m- de élite». En la primera, la enseñanza cons
renciada y colectiva de contenidos, se dirige a
iste en la transmisión indife­
un único modelo implícito
elusiva de los variados tipos de alumnos». Es una d'd' · comp'.ometida
i actica de alumno y el aprendizaje se concibe como
con un proyecto social de política educativa y se propone solucionar _los un proceso individual. En la
escuela de masas no hay preselección, no hay ester
problemas que éste plantea encontrando las mejores soluciones para facilitar eotipo de aJumno, pero la in­
diferenciación de la enseñanza convierte a la
la buena enseñanza. escuela en parte de un sistema
. . . de diferenciación social, sobre todo en fran
La didáctica como disciplina es una fuente de conocimientos destm�da jas etárias que corresponden a
las etapas de educación obligatoria. En la escu
a apoyar la tarea del profesor, a ayudarlo a tom�r decisio�es _en su acción ela de elite, en cambio, hay
selección previa, y la enseñanza es unifo
con grupos específicos de aJumnos que deben reaJizar aprendizaJe� e:p:ciaJes rme para los distintos tipos de
alumno. Esa escuela es manifiestamente func
contextos particulares y en momentos determinados. La didactica no ional a la diferenciación y
estratificación social. '·'
;:ede resolver cada uno de estos casos, pero puede brindar apoyo desde la La escuela clásica, como la denomina Maragli
ano, corresponde a la fun­
ción de socialización de Kieran Egan (1997),
esto es, a la escuela de trans­
misión de la cultura general. La escuela de
. elite es la escuela que según
Egan responde al ideal platónico de transmis
2. Así Robert Mager (1980: VIII) se adelanta a afinnar qtie no se ocu?,ará de cuáles han ión y está destinada sólo a los
que están dotados de capacidad para aprehend
de ser los objetivos, porque ésa es cuestión de la fi�os?fia de la educac1on. El tema de su er la verdad. La escuela de
libro se reduce a la técnica de fonnulación de los objetivos. masas, por su parte, genera desigualdad soci
al de manera semejante a la que
58 EL SABER DIDÁCTICO Los profesores y el saber didáctico
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denuncia Pierre Bourdieu en sus análisis críticos acerca de las funciones auténtica, no sólo la enseñanza de su disciplina a sus alum
nos, sino también
que cumple la escuela en la sociedad. A esas clases de escuela según su pro­ su propio desarrollo profesional.
pósito general, Egan agrega en su clasificación la de una escuela para el
desarrollo personal, diferente para cada alumno, que correspondería, en la
tradición, a la propuesta de Rousseau. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
A distintas concepciones del alumno y de la escuela les corresponden
diferentes enfoques de la didáctica. Esta diversidad de enfoques tiene su Bruner, Jerome (1966): Hacia un teoría de la instrucción,
México,
origen en la incoherencia de los propósitos de la educación que, como dice --(1987): La importancia de la educación, Barcelona, Paidó UTEHA.
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Egan, son la verdadera causa de la crisis actualde la educación: formación --{1996): «Folk Pedagogy», The Culture ofEducation, Harv
ard University
general para todos, transmisión de la verdad para los talentosos, desarrollo Press, Massachusetts.
personal de cada individuo, ¿qué fines persigue la escuela? Camilloni, Alicia R. W. de (1994): «Epistemología de la
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¿Cuál o cuáles son los fines que la didáctica debe postular? La didáctica Ciencias Sociales como Ciencia Social», en S. Alderoqui
y B. Aisemberg
debe proponerse no sólo resolver esa incoherencia sino construir una pro­ (comps.), Didáctica de las Ciencias Sociales, Buenos Aires
, Paidós.
puesta que sea consistente con el tipo de sujetos de la enseñanza (los do­ --(1998): «El sujeto del discurso didáctico», Praxis Educ
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centes), la concepción de sujetos del aprendizaje (los alumnos) y el modelo nº 3, febrero.
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Tools shape our
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en cantidad y más heterogéneos. Habermas, Jürgen (1966): Teoría y praxis, Buenos Aires,
Sur.
En síntesis: la didáctica es una ciencia social pero no es una ciencia autó­ Kennedy Mary M. (1997): Defining an Ideal Teacher Educ
: ation P rogram,
noma. No es desinteresada, porque está comprometida con proyectos sociales Washmgton, DC, National Council for the Accredita
tion of Teacher
y con la instalación y el desarrollo de los valores de la humanidad en cada Education (NCATE).
uno de los alumnos. Siendo la enseñanza una acción social de intervención, --(1999): "The problem of evidence in teacher education
", en R. Roth
está fuertemente comprometida con la práctica social. Es el resultado del (ed.): The Role ofthe University in the Preparation ofTeache
rs, Filadelfia,
esfuerzo por resolver problemas concretos que se presentan en la práctica Falmer Press (pp. 87-107).
social de la educación. Es producto de esfuerzos analíticos de teorización Kneller George K. (1969): La lógica y el lenguaje en la
educación Buenos
de las acciones y situaciones de enseñanza y sus relaciones con el aprendizaje Aires, El Ateneo.
de los alumnos y los docentes. Se sustenta sobre investigación empírica. --(] 969): La lógica y el lenguaje en educación, Buenos Aires
, El Ateneo.
No es autónoma, porque se relaciona con otras disciplinas con las que com­ Mager, Robert (1980): Formulación operativa de objet
ivos didácticos
parte, necesariamente, teorías. Presenta teorías en común con otras ciencias Madrid, Morava.
sociales pero también adopta teorías en común con las ciencias naturales. Maragliano, Roberto y Vertecchi, Benedetto (1986): «Teo
ria da Didática,
Es descriptiva y explicativa. Es hermenéutica. Es normativa. Es verificable. Escola de massa e Reforma», en AA.VV.: Teoría da Didá
tica' San Pablo '
Es factible. Es científica y es política. Tiene carácter proyectual. Cortez Editora. 'ó
Es ésta nuestra propuesta, una didáctica que asume el compromiso de Raths, James (2001): «Teacher's beliefs and teaching belie
fs», Early Child­
que los aprendizajes que teóricos y profesores se propongan orientar desde hood Research and Practice, vol. 3, nº J, primavera.
la enseñanza sean aprendizajes significativos, profundos y auténticos, con Sanders, D. P. y McCutcheon, G. (1986): «The developme
. nt of practica]
capacidad para resolver problemas de la vida real y que constituyen la base theones of teachmg», Journal ofCurriculum and Supervisio
n, 2: 50-67.
para la prosecución del aprendizaje durante toda la vida. Pensamos, entonces, Scheffler, Israel (1960): The Language ofEducation, Thom
as, Springfield ,
en un profesor que encare de la misma manera, significativa, profunda y m.

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