Instituto Carolina Tobar García

Problemáticas contemporáneas de la educación especial

Profesorado de Educación Especial - 1er año

Docente: Gianera, Silvina.

Alumnas: Aranda, Micaela. Franchina, Agustina. Kozul, Selene.

Rodriguez, Paula.

Fecha de entrega 11/05/2023

Concepción del Uruguay, E.R

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 Analisis de la película “El milagro de Anna Sullivan”

La maravillosa historia de Helen Keller, nacida en 1880, siglo XIX, que en aquel
tiempo las posibilidades de aprender y de educabilidad para los niños dependerían
de la economía de su familia, Helen fue una niña privilegiada. Siendo sus
personajes principales Helen Keller, que tan solo con 17 meses de vida queda
ciega, sorda y muda tras una enfermedad y su maestra Ana Sullivan egresada de
una escuela para ciegos.

La película comienza contando la historia de Hellen desde que aparece su maestra,

en ese entonces tenía 7 años, y Anna 20.

Hellen era una niña con muchos caprichos, sus padres la consentían en todo, con
tal de que no haga sus berrinches. La madre de Helen, no hacía mucho desde que
había tenido su último bebe, y uno de los reclamos de su marido era que no atendía
como debía a el bebe por prestarle demasiada atención a Helen. El coronel quería
llevar a la niña a un asilo, donde pudieran darle la atención que necesitara. La
madre se opuso a esto, y su último recurso fue contratar a Anna, la maestra.

Cuando Anna llegó, sus deseos eran enseñarle el lenguaje, pero luego ve que nadie
ha tratado de disciplinar a la niña (rompía cosas, tenía ataques de furia cuando no le
daban lo que deseaba, la calmaban siempre dándole un caramelo). El primer día
que estuvo con Helen, quería enseñarle la palabra “muñeca”, en esta escena vemos
como es su forma de enseñar. Cuando Kate y el coronel vieron como la maestra
trataba a la niña, se mostraron alarmados, ya que podía ser considerada un tanto
brusca.

Ellos no le daban tanta autoridad a Anna y había cosas que le hacía a la niña que
sus padres no lo permitían. Entonces la maestra opta por llevársela lejos de su
madre Kate Adams Keller que pone todas sus expectativas en Ana y su padre
Arthur Henley Keller, que no ve posibilidades de que la niña entendiera algo. Así la
niña lejos de sus padres la obedecería y dependería de ella.

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Su objetivo principal (aparte de disciplinarla), es que Helen a partir del tacto,
siguiendo sus manos que mostraban el lenguaje y con la otra mano tocando los
objetos, aprenda que cada objeto tiene su nombre. Todo va bien durante dos
semanas, Hellen logra ya reconocer algunas palabras con sus manos, ha logrado
que coma como se espera y a comportarse , hasta que los padres de la niña se
interponen porque no están acostumbrados a estar sin ella, por lo que Ana se ve
muy frustrada porque al fin estaba viendo buenos avances en la niña y ruega que se
la dejen más tiempo para que no pierda sus hábitos,que tanto había costado que
aprenda. Esa sobreprotección que los padres tenían con Helen perjudicaba su
aprendizaje y el trabajo de Ana. La sobreprotección nunca suele ser positiva ya que
los padres tratan al sujeto con cierta lastima, que lo ven como un bien, pero en
realidad están limitando su aprendizaje.

Al volver la niña no se comporta de la misma manera, en la mesa no obedece y tira

el agua. Ana se la lleva a la fuerza, a lo que el padre se opone. El hermano mayor
de Helen le dice que la deje (este respalda la idea de educar a Helen de esa manera
y confía, al igual que Ana, en que ese enfoque dará buenos resultados), y el padre
accede.

Al sacarla afuera, la lleva hacia la bomba de agua, para que Helen cargue
nuevamente la jarra con agua, y en ese momento logra que la niña, además de
reconocer el agua, logre decirlo con su boca. Luego de eso, aprendió más y más
palabras sucesivamente.

Pudo reconocer a su mamá, papá y maestra con solo 7 años. Poco después logra
dominar cientos de palabras, también logró aprender a leer los labios de las
personas tocándolas con sus dedos, sintiendo el movimiento de su boca, nariz y
garganta, se graduó en la universidad, entre otros logros... todo gracias a Ana que
nunca se dio por vencida y creyó en Helen. “Si están afectados sus sentidos y no su
mente debe tener lenguaje. El lenguaje es más importante para la mente que la luz
para los ojos” (Ana Sullivan). Ana y Helen estuvieron juntas hasta el día de la
muerte de su maestra, hasta ese entonces siempre fue su acompañante.