Está en la página 1de 10

Universidad Autónoma de Guerrero

Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia No.2

Unidad de aprendizaje: Fisiología

Dra: Maria Bottini Luzardo

FISIOLOGIA DEL DOLOR

Alumnos:

Herrera Hilario Juan Carlos

Merlos Diaz Alexa Dannae

Morales Valle Marbella Guadalupe


Dolor umbral nociceptivo:

Es aquel dolor que aparece en los individuos normales después de un estímulo


que produce daño o lesión de órganos somáticos o viscerales. Se denomina
también dolor normal o sensorial, y es el resultado último de la activación de un
sistema sensorial específico que abarca nociceptores específicos, vías
ascendentes y córtex cerebral.

Ej. El dolor percibido ante un pinchazo con una aguja.

Umbral del dolor:

 Intensidad mínima a partir de la cual un estímulo se considera doloroso.

Escalas del dolor en animales:

Escala de Andersen. Cuando es imposible comunicarse con el paciente se puede


utilizar la escala de Andersen, que mide el dolor desde el punto de vista dinámico.
Se cuantifica la intensidad del dolor en relación con el reposo, los movimientos o
con la tos. Tiene buena correlación con otras escalas y es muy útil en el dolor
agudo postoperatorio, debido a su asociación con la disminución de la actividad
física que provoca el dolor en el período postoperatorio

Si bien la entrevista clínica es insustituible en cualquier proceso de evaluación del


dolor, ha de ser complementada con otra serie de medidas adecuadas a las
características de cada paciente. Las manifestaciones verbales o escritas son
técnicas específicas para valorar las impresiones subjetivas de los individuos,
cuyo denominador común sería la elevada objetividad en el procedimiento de
cuantificación.

Métodos unidimensionales.

Consideran al dolor como una dimensión única o simple y valoran exclusivamente


su intensidad. Las escalas verbales son el resultado de diversos estudios
encaminados a cuantificar la intensidad del dolor. Su objetivo es medirlo mediante
formatos descriptivos, numéricos, análogos visuales, de valoración conductual o
de representación de expresiones faciales. Las escalas cuantitativas o de
intensidad se utilizan para que el paciente realice una valoración global de su
dolor. Son fáciles de aplicar y relativamente fiables. Su principal defecto es que no
contemplan la naturaleza multidimensional del dolor, por lo que deben ser
utilizadas junto a otros sistemas de evolución.

Las escalas categóricas atribuyen un calificativo a la intensidad dolorosa, al cual


se le puede asignar un porcentaje. Son simples de utilizar, pero pueden sugestivas
para el paciente y dependen del evaluador, que puede incitar u orientar las
respuestas, incluso inconscientemente.

Escalas verbales:

Se han utilizado para hacer una descripción simple del dolor subjetivo. Estas
escalas sólo requieren que el paciente tenga un lenguaje adecuado para la
descripción. Melzack y Torgerson presentaron la siguiente escala para la
clasificación de la intensidad del dolor: leve, incómodo, angustioso, horrible e
insoportable.

Presentan una serie de inconvenientes:

- Falta de sensibilidad para detectar pequeñas variaciones en la eficacia de un


tratamiento. Esto se debe al número limitado de categorías que componen las
escalas, lo que se traduce en un número limitado de respuestas posibles.

- Difícil precisión del tamaño de cada una de las categorías. Asimismo, el espacio
entre las distintas categorías no se conoce, razón por la cual no se puede asumir
que las diferencias entre categorías sean iguales.

- Valoración únicamente de variaciones cuantitativas del dolor, sin tener en cuenta


las cualitativas.

- Importantes variaciones en la interpretación de los términos propios de estas


escalas Frank et al. desarrollaron una escala con 8 expresiones faciales para la
graduación del dolor que iban desde una cara de completa felicidad hasta otra de
dolor, la cual representaba una alternativa a las escalas descriptivas. Aunque
específicamente diseñada para niños, podría ser usada en pacientes con dificultad
en el lenguaje o problemas mentales.

Escala de valoración verbal.

En 1948, Keele propuso la primera escala de valoración verbal, que consistía en


una escala de cuatro graduaciones: 0 no dolor, 1 dolor leve, 2 dolor moderado, 3
dolor grave y 4 dolor angustiante. Es el abordaje más básico para medir el dolor y
es muy fácil de aplicar. El inconveniente es que la misma palabra puede tener
diferente significado para distintos pacientes; además, los intervalos entre los
distintos puntos no son iguales. Se utiliza con frecuencia; no obstante, tiene ciertas
limitaciones, es inespecífica, no muy sensible y no siempre reproducible.

Escala verbal simple.

La escala verbal simple contempla 10 grados de intensidad y 5 de malestar. Los


de intensidad corresponden a dolor ausente, muy débil, débil, muy moderado,
moderado, moderadamente severo, severo, muy severo, extremadamente severo
y máximo. Los grados de malestar son: nulo, soportable, molesto, penoso e
insoportable.

Escala ordenada.

En 1968, Loan, Morrison y Dundee introdujeron la escala a ordenada de 5 niveles:


1 ningún dolor, 2 leve, 3 moderado, 4 fuerte y 5 muy fuerte. Se basa en el poder
analgésico de la morfina en pacientes con fuerte dolor postoperatorio. El test
puede ser alterado por la influencia que el médico puede tener sobre un paciente
de bajo nivel cultural.

Escala descriptiva simple.

La escala descriptiva simple presenta los valores de: no dolor, dolor leve, dolor
moderado, dolor severo, dolor muy severo y máximo dolor posible. Esta escala
también se puede utilizar para valorar el alivio del dolor: no alivio, alivio ligero,
alivio moderado y alivio completo. Las escalas de alivio del dolor permiten valorar
la eficacia de una pauta terapéutica. Se han utilizado en diversos estudios sobre
dolor postoperatorio y son fáciles de entender por la mayoría de los pacientes. Sin
embargo tienen algunas desventajas: carecen de sensibilidad para detectar
pequeñas variaciones en la eficacia del tratamiento, es difícil precisar el tamaño de
cada una de la categorías y el espacio existente entre las diversas categorías no se conoce.
Estas escalas son unidimensionales (son cuantitativas, no tienen en cuenta las
variaciones cualitativas), existiendo grandes variaciones en la interpretación de los
diversos términos de estas escalas.

Escalas numéricas.

En 1978 Downie introdujo la escala numérica, que es el método más simple y


utilizado con mayor frecuencia para establecer los grados subjetivos de dolor. El
paciente tiene que indicar la intensidad de su dolor en números de una escala del
0 a 10 (o de 0 a 100), en la cual el 0 representa “ausencia de dolor”, y el 10 “el
peor dolor imaginable” 7, 3. Permite conseguir una variedad de definiciones, lo
cual aumenta la sensibilidad del instrumento. Las palabras claves son arbitrarias y
pueden muy bien ser reemplazadas por otras, en ambos extremos de la escala .

Escala visual analógica.

Ideada por Scott Huskinsson en 1976, consiste en una línea horizontal o vertical
con los extremos marcados con dos líneas verticales, que representan la ausencia
de dolor y el máximo dolor, respectivamente. Su principal ventaja es que no
contiene número o palabras descriptivas. El paciente debe indicar , sobre una
línea continua, la intensidad de su dolor en relación con los extremos de la misma.
Aunque es un método relativamente sencillo, hay algunos pacientes (7-11%) que
son incapaces de completar la EVA, o la encuentran confusa; además no puede
aplicarse a pacientes en estado confusional o con déficits intelectuales. La EVA
también se puede utilizar para evaluar el grado de alivio de dolor; para ello en los
extremos de la línea se colocan la palabras “alivio completo” y “no alivio”. La EVA
es u método sencillo, sólido, sensible, fiable y reproducible, resultando útil para
reevaluar el dolor en el mismo paciente en diferentes ocasiones (figura 5). Hay dos
puntos importantes con respecto al uso del EVA y de las escalas descriptivas:
- El EVA proporciona mayor sensibilidad en la medición, aunque algunos autores,
aún aceptando esto, encuentran una consistencia estadística superior con las
escalas descriptivas.

- Las dos escalas muestran un grado de correlación significativo, sin hallar


diferencias entre ambos sexos.

Puntuación total de alivio del dolor.

La puntuación total de alivio del dolor ordinal es el parámetro más fiable para
diferenciar la eficacia analgésica de otros efectos relacionados con el fármaco. Se
obtiene sumando las puntuaciones de alivio del dolor realizadas por los pacientes
en cada observación y según la escala descriptiva 7.

Escala de estimación de magnitud.

En este método, tras un primer estímulo (considerado como estímulo estándar) se


produce una primera respuesta valorada a la que el sujeto asigna un número,
constituyendo el modelo de partida. Posteriormente, tras los estímulos siguientes,
asigna nuevos números, comparándolos con el primer número (por ejemplo si es
el doble de intensidad de la primera sensación se le da un número que lo indique).
Este método permite obtener una escala de tipo intervalo-nivel, proporcionando
información sobre los espacios entre categorías de respuestas. Es un método
menos sensible a las influencias asociadas a las “respuestas cerradas” de las
escalas categóricas 2.

Escala táctil. Westerling y cols.

Proponen la utilización de una escala táctil con 10 escalones, para la medición del
dolor postoperatorio en pacientes sometidos a cirugía oftalmológica. Asimismo,
podría ser útil en pacientes con dificultades en la visión, que les entorpeciera la
utilización de la EVA.
Escala de Branca-Vaona.

Estos autores proponen un método de medida, basado en la eficacia de la terapia


antiálgica. Para ello es necesario rellenar un diagrama compuesto por cuatro
segmentos paralelos con una longitud de 10 cm cada uno.

Los dos primeros representan la escala de Scott-Huskinson y están separados


por un centímetro. Los dos últimos segmentos representan una forma simplificada
de la escala de Performance Status de Karnofsky. El valor numérico 100 indica
normalidad, el valor 90 indica que el paciente puede realizar una actividad normal
y muestras leves signos de enfermedad; el valor 80 indica actividad normal con
esfuerzo; el valor 70 se vale el enfermo por sí mismo pero no realiza actividad
normal; el valor 60 necesita asistencia temporal; el valor 50 necesita asistencia
médica frecuente; el valor 40 paciente encamado a domicilio; el valor 30 necesita
ser hospitalizado; el valor 20 hospitalización en condiciones graves; el valor 10
rápida progresión de la enfermedad; el valor 0 muerte inminente. Sobre los dos
segmentos de la izquierda (escala numérica 0 a 100 mm) se trasladan los valores
relativos del VAS, el VAS inicial (Vi) en el segmento situado más hacia la izquierda
y el VAS realizado después del tratamiento antiálgico (Vf) en el segmento situado
a la derecha del anterior. En los segmentos de la derecha, escala numérica de 100
a 0 mm, dividida a intervalos de 10 mm, se traslada la puntuación de autonomía
inicial (Ki) y la final (Kf). Uniendo los dos valores iniciales y finales, obtenemos una
idea del perfil del caso clínico y de la respuesta terapeútica obtenida.

Alodinia:

Percepción de un estímulo sensorial no dolorosos como dolor.

Hiperalgesia:

respuesta aumentada a un estímulo doloroso.


Pregunta 5

Los cuerpos celulares (somas) de las fibras aferentes primarias que inervan los nociceptores
periféricos están emplazados en los ganglios raquídeos y sus ramas centrípetas llegan a través de
las raíces dorsales a la médula espinal (sustancia gris del asta posterior) donde establecen
interconexiones neuronales antes de ascender hacia centros superiores. Sin embargo, el 30% de
las fibras mielíticas que acceden a la 36 médula por el asta anterior son también fibras
nociceptivas, un 70% de ellas somáticas y el 30% restante viscerales.

Transmitir la información sensorial

La función principal de las neuronas del ganglio de la raíz dorsal (GRD)


es transmitir la información sensorial desde la periferia hasta el sistema nervioso
central. Fisiológicamente, hay una relación directa entre el tamaño, el diámetro de
las fibras nerviosas y la velocidad con que conducen el impulso nervioso.
1.- IASP Pain terms: a current list with definitions and notes on usage. Pain 1986; (Suppl. 3): S215-
S221

2.- Raja SN, Meyer RA, Ringkamp M, Campbell JN. Peripheral neural mechanisms of nociception.
In Wall PD, Melzack R Eds. Textbook of pain (4th edition). Churchill Livingstone, Edinburgh 1999;
11-57

3.- Cervero F, Laird JMA. Fisiología del dolor. En Aliaga L, Baños JE, Barutell C et al Editores.
Tratamiento del dolor. Teoría y práctica (2ª ed.). Publicaciones Permanyer. Barcelona, 2002: 9-26
4.- Gracely RH, Lynch SA, Bennett GJ. Painful neuropathy: Altered central processing maintained
dynamically by peripheral input. Pain 1992; 51:175-94

5.- Treede RD, Meyer RA, Raja SN, et al. Peripheral and central mechanisms of cutaneous
hyperalgesia. Prog Neurobiol 1992; 38: 397-421

6.- Devor M, Seltzer Z. Pathophysiology of damaged nerves in relation to chronic pain. In Wall PD,
Melzack R Eds. Textbook of pain (4th edition). Churchill Livingstone, Edinburgh 1999; 129-64

7.- Puerta AJ, Peña A, Gil P, Prados JL, Alfonso J, Riaño M. Estudio de conjunto de las vías del
sistema nervioso central. En Puerta Fonolla AJ ed. Neuroanatomía. Luzan 5 SA de ediciones.
Madrid 1986; Tomo II, 317-52

Barbero, R. P. M. (2014). ¿Qué es el umbral del dolor? [Dolor.2014]-Medes.

1. Guevara U, Olivares-Durán EM. Medición del dolor. En: Aldrete JA, editor. Tratado de Algiología.
México D.F.: Ciencia y Cultura Latinoamericana; 1999. p. 123-147. 2. Serrano-Atero MS, Caballero
J, Cañas A, García-Saura PL, SerranoÁlvarez C, Prieto J. Valoración del dolor (I). Rev Soc Esp Dolor.
2002;9:94-108. 3. Miralles F, González-Darder JM, Vaca JM, Failde I, Zafra J. Investigación en el
dolor, dolor experimental, medición y valoración del dolor. Calidad de vida. En: Torres LM, editor.
Medicina del Dolor. Barcelona: Masson; 1997. p. 19-33. 4. González-Darder JM. Modelos animales
de dolor y aspectos éticos de la experimentación animal. Rev Soc Esp Dolor. 2000;7:313-318. 5.
Ortega A, Roca A, Micó JA. Modelos animales de dolor. Una visión crítica. Rev Soc Esp Dolor.
2002;9:447-453. 6. Garzón JC. Medición y valoración del dolor. Sistemas de inteligencia de
aplicación en el dolor. En: Muriel C, Madrid JL, editores. Estudio y Tratamiento del Dolor Agudo y
Crónico. Madrid: Editorial Libro del Año; 1985. p. 43-75. 7. Ortega JL, Neira F. Prevalencia,
medición y valoración del dolor postoperatorio. En: Torres LM, editor. Tratamiento del dolor
postoperatorio. Madrid: Ergon; 2003. p. 31-55. 8. Serrano-Atero MS, Caballero J, Cañas A, García-
Saura PL, SerranoÁlvarez C, Prieto J. Valoración del dolor (II). Rev Soc Esp Dolor. 2002;9:109-121.
9. Estivill E. Métodos de exploración del sueño. Dolor. 2005;20:125-131. 10. Beilin Y, Hossain S,
Bodian CA. The numeric rating scale and labor epidural analgesia. Anesth Analg. 2003;96(6):1794-
1798. 11. Van Tubergen A, Debats I, Ryser L, Londono J, Burgos-Vargas R, Cardiel MH, et al. Use of

También podría gustarte