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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA CONDUCTA

LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA

“ADVERSIDAD, SENTIDO Y RESILIENCIA”

ALUMNOS:
-AYALA GALÁN VANESSA MISHELL
-GARCÍA COSTILLA BRISA ITZEL
-MARTÍNEZ GUADARRAMA ALEJANDRA
-PÉREZ ROJAS HÉCTOR

UNIDAD DE APRENDIZAJE:
SEMINARIO DE FUNDAMENTOS DE TANATOLOGÍA

DOCENTE:
DRA. EN C. DE LA S. JOVITA OCAMPO CONTRERAS

TOLUCA, ESTADO DE MÉXICO, 14 DE MAYO DE 2022


AFRONTANDO LA ADVERSIDAD. RESILIENCIA, OPTIMISMO Y SENTIDO DE
LA VIDA

Capítulo I. ¿Qué es una crisis?

Para explicar de mejor manera qué es una crisis, pasemos a recordar que todo ser
humano sin excepción alguna se ha enfrentado a lo largo de su vida a circunstancias
adversas como la pérdida de un ser querido o de una mascota, desempleo, una
ruptura amorosa, etc. Son estas circunstancias las que hacen que en el individuo
posea competencias y habilidades que lo hagan sobrevivir en el medio adaptándose.

Una situación adversa afecta tanto de manera psicológica como física o inclusive
ambas refiriéndonos a las situaciones donde una persona se encuentra enferma y el
personal médico resalta y obliga al paciente a contar con un punto de apoyo que lo
motive a seguir viviendo a pesar de las circunstancias pues tras ocurrir una falla
orgánica la parte psicológica viene a ser la más afectada por no saber lo que ocurrirá
estando a la deriva de lo que se vendrá.

Es cierto que a lo largo del tiempo se han creado estrategias para apoyar a las
personas tras pasar por un momento de crisis, pero también recordemos uno de los
principales fundamentos de la psicología que nos dice que no todas las mentes son
iguales, puesto cada una se ha desarrollado en diferentes entornos y no han
vivenciado las mismas cosas, o incluso si la persona vivencia de nueva cuenta una
situación pasada ésta no va a reaccionar o actuar de la misma manera puesto que
las capacidades, los recursos, las estrategias y los mecanismos personales de
afrontamiento de la experiencia adversa siguen enriqueciéndose por la experiencia
ya tenida.

Existen muchos casos donde el ser humano no se siente capaz de llegar a ese cambio
que trae consigo la adversidad puesto que se encuentran involucrados diversos
elementos y buscan ayuda de un profesional que pueda servirles darles ese
acompañamiento a lo largo de su proceso para poder encontrar las respuestas que
por sí solo no sabe sacar a la luz y trabajar sobre de ellas. Es aquí donde la labor del
psicólogo entra en juego y que muchas veces es mal vista por la sociedad pues la
persona cuando decide asistir a un proceso terapéutico va a enfrentarse con eso que
tanto le causa dolor y sufrimiento, que por más que uno quiera hacerlo solo es casi
imposible pues en momentos de más oscuridad el estar en compañía de alguien que
puede ayudarle hace más amena esa carga tras verlo desde otro punto de vista.

Todo esto mencionado anteriormente, pretende hacer referencia al tema de la


resiliencia que es referida a cuando un individuo posee recursos que lo ayuden a
resolver las crisis, afrontar positivamente la adversidad y crecer como persona, o en
otras palabras del lenguaje popular “Estado: sobreviviendo”.

Por el contrario, cuando una persona no es resiliente ésta puede llegar a desarrollar
un proceso patológico que puede manifestarse tanto en el plano físico (enfermedades,
dolor, fatiga, como mental ansiedad, depresión, social aislamiento, incomunicación) y
espiritual (vacío existencial, cansancio vital, pocas o ninguna gana de vivir).

El hecho de vivir una crisis hace que el ser humano tome decisiones, decisiones que
de acuerdo a esa circunstancia producirán un cambio radical en su futuro y que por
la carga emocional puede conducirlo por otro camino diferente a lo que se esperaba
conseguir.

Igualmente la actitud viene tomando un gran papel especialmente en la crisis, en


donde cada persona vivirá su proceso dependiendo de su actitud. Si una persona
cree que no conseguirá nada o que todo lo que haga será en vano o que no le servirá,
de inmediato ya no va a poner todo de su parte para poder salir adelante. Esto de
debido a que si al cerebro le decimos no puedo aunque sea de broma este lo va a
tomar como una verdad puesto que el cerebro no entiende el sarcasmo, es válido
dudar pero si uno tiene en mente que puede lograr cualquier cosa a pesar de sentir
miedo o incertidumbre sabrá un poco de hasta dónde es capaz de llegar. Es por eso
que existe la frase “El único enemigo que tienes en la vida eres tú mismo”.

Las situaciones adversas nos vienen a dar un cambio a la vida debido a que es donde
la persona se da cuenta de que los únicos límites que tiene se los ha puesto a sí
misma. Todas las experiencias vienen acompañadas de un mensaje y depende de
cada uno de nosotros verlo y darle un sentido a nuestra vida con él.

En esos momentos donde uno se siente más mal es cuando se arrepiente de no haber
disfrutado y valorado aquellos momentos donde se sentía bien y que ahora va en
busca de volver a ellos pero ahora sabiendo la importancia y el significado que tiene
para sí mismo… O resumido en una palabra: Disfrutar.
Para concluir este capítulo, recapitulamos que una experiencia de crisis será
afrontada de la manera en cómo la persona lo decida y que ésta puede ser detonada
por un acontecimiento positivo o negativo. Es a través de la crisis que viene consigo
sentimientos como la desesperanza haciendo alusión a la ruptura de algo que se debe
de resolver para lograr una adaptación de la realidad y saber cómo seguir a través de
la inteligencia, puesto que se ve comprometida la persona misma como su existencia.
Y dependiendo de la reflexión obtenida es cómo irá creciendo el sentido que tiene la
vida que preparará al ser humano para encarar todo lo que se venga por delante aún
por muy alta que sea la adversidad.

Capítulo II. ¿Qué es la resiliencia?

El término «resiliencia» procede del latín resilientia, que puede tener varios
significados: rebotar, resistir, volver al estado original, recuperar la forma
originaria tras experimentar una torsión, un golpe, una deformación. Implica, por
tanto, las ideas de resistencia, plasticidad, flexibilidad, adaptación, fortaleza, entre
otras de similar naturaleza semántica.

Fue adoptado por las ciencias sociales para caracterizar a aquellas personas que a
pesar de nacer y vivir en condiciones de alto riesgo experimentan un desarrollo
psicológico sano y llegan incluso a ser personal y socialmente exitosas.

Considerando estas acepciones, la resiliencia sería el conjunto de capacidades


-cognitivas, emocionales, actitudinales-y características personales y contextuales
en virtud de las cuales una persona o comunidad vuelve a su cauce normal tras
experimentar una desviación provocada por una experiencia negativa, por la
adversidad (Peñacoba y Moreno, 1998).

Los especialistas señalan la existencia de dos grandes corrientes o perspectivas


en el estudio de la resiliencia: la americana -por ejemplo, Werner, Rutter, Grotberg-
y la europea -por ejemplo, Cyrul-nik, Manciaux-. La primera entendería la resiliencia
en términos de «resistencia-frente-a», fundamentalmente, y la segunda la entendería
más en clave de «construcción-a-partir-de».

La resiliencia es un conjunto de habilidades y competencias que capacitan para


enfrentar positivamente acontecimientos negativos, desestabilizadores y condiciones
vitales difíciles, los cuales son reconocidos y afrontados de forma constructiva; la
resiliencia remite a procesos de adaptación y crecimiento personal.

La resiliencia se entiende globalmente como un proceso dinámico que da lugar


a la adaptación positiva en contextos de gran adversidad, y en el que se distinguen,
genéricamente, tres componentes:

(1) La noción de adversidad,

(2) La resistencia, adaptación positiva o superación de la adversidad, y

(3) El proceso que considera la dinámica entre mecanismos emocionales,


cognitivos y socioculturales.

La resiliencia es fruto de la interacción entre procesos personales y contextuales,


tanto próximos-familia, iguales, escuela-como distales -ciudad, comunidad, cultura.

No obstante, hay que tener en cuenta que, obviamente, los factores de riesgo -por
ejemplo, dinámica familiar disfuncional, maltrato, abuso, circunstancias familiares
negativas, pobreza, problemas crónicos de salud, amenazas vitales como las
guerras, entre otros-y los factores de vulnerabilidad no pueden ignorarse, con lo que
la perspectiva de riesgo, vulnerabilidad y resiliencia, más que oponerse se
complementan.

Como diría Viktor Emil Frankl (2004), fundador de la logoterapia, las circunstancias
condicionan, pero no determinan.

El concepto de «oxímoron» es usado por Boris Cyrulnik para indicar esta


característica de la resiliencia: no es una simple resistencia al golpe o herida de la
adversidad, es la capacidad de reconstruirse, transformarse y crecer aprovechando
la adversidad como una oportunidad: El oxímoron revela el contraste de aquel
que, al recibir un gran golpe, se adapta dividiéndose.

La resiliencia no es reducible al coping, ya que “aunque éste se repita, sólo


responde a una situación muy concreta y no implica un proyecto de vida más allá del
suceso”.
Siguiendo a Rutter, el concepto de invulnerabilidad contiene ciertas facetas que
lo hacen poco apropiado:

(...) Parecía implicar una resistencia absoluta al daño.

El término sugiere que esa resistencia se aplica a todos los sucesos de riesgo;
pero eso es imposible, pues las características que forman la resiliencia varían en
función del suceso desfavorable.

Por otra parte, una persona no es siempre y absolutamente resiliente -es decir,
no es inmune frente a la adversidad-, sino que puede experimentar momentos
de flaqueza y alta vulnerabilidad. Eso hace que el medio, el contexto social,
sea importante -en ciertas ocasiones, determinante-en el proceso de resistencia y
superación de la adversidad por parte de un individuo.

En relación con la promoción de la salud, que implica la resiliencia -promover


personas resilientes-, junto a un nivel personal es necesario considerar un nivel
comunitario en sentido global. Sin dejar de considerar la dimensión individual,
la resiliencia tiene, pues, un carácter eminentemente relacional, tanto «micro» -
relaciones persona a persona-como «macro» -grupo de referencia, sociedad,
administración.

Según el psiquiatra español Luis Rojas Marcos (2010), hay dos factores que dificultan
el proceso de resiliencia:

(1) Haber sido víctima de sucesos traumáticos, especialmente cuando ha sido


de manera repetida y

(2) Padecer enfermedades físicas o psicológicas graves debilitantes y que


agotan la fuerza vital necesaria para afrontar sucesos negativos, entre estas
enfermedades se encuentran:

Pánico: Emoción intensa y abrumadora de pavor; combinación de terror e


indefensión; miedo irracional, descontrolado, disfuncional, desadaptativo.

Aturdimiento: Perturbación psicofísica de la conciencia, los sentidos, la


memoria y la atención que desorienta y dificulta la capacidad para percibir y
comprender una situación, para reconocer las señales o menajes y para evaluar con
racionalidad.

Depresión: Tiene múltiples efectos negativos desde el punto de vista


cognitivo, emocional, motivacional y social, a corto, medio y largo plazo.

Estancamiento: Bloqueo en estados emocionales negativos y destructivos


que inhabilita para una vida satisfactoria tras la adversidad.

El pánico y el aturdimiento afectarían principalmente la capacidad de responder


eficientemente al primer golpe, al primer impacto de la adversidad y sus inmediatas
consecuencias. La depresión también y, además, lesionaría la capacidad de
recuperación a largo plazo. El estancamiento incapacitaría para la recuperación una
vez pasada la adversidad, haciendo difícil rehacer la propia vida dentro de unos
márgenes aceptables.

Werner y Smith, (1992) hacen referencia al término invulnerabilidad como la


capacidad de desarrollarse saludablemente en circunstancias perjudiciales.
Posteriormente se observó que este concepto era extremo y que podía cargarse de
connotaciones biológico-deterministas, por lo que se creyó conveniente utilizar otro,
concretamente el concepto de capacidad de afrontamiento.

La diversidad de conceptualizaciones y aspectos a tener en cuenta cuando se habla


de la resiliencia, Greene y Conrad, 2002 señalan los cuatros aspectos:

1. Variaciones en las definiciones y en el uso de la terminología: la


literatura de investigación y la teoría; discrepancias en las conceptualizaciones;
escaso consenso en torno a términos centrales usados en los modelos sobre la
resiliencia.

2. Multidimensionalidad de la resiliencia: La inclusión de diversos dominios


de adaptación, y la evidencia de inconsistencias a través de los mismos.

3. La robustez de la evidencia sobre la resiliencia: presupone la exposición


a riesgos significativos, hallazgos de las investigaciones sobre resiliencia pueden ser
con frecuencia inestables.
4. Problemas teóricos: progreso en el área de la resiliencia se mantendrá
gravemente limitada mientras los estudios sean sobre todo de naturaleza empírica
como opuestos a los basados en la teoría.

A este diagnóstico, estos autores añaden una terapéutica, que descansaría sobre los
siguientes pilares:

(1) Claridad y consistencia en el uso de definiciones y terminología,

(2) Reconocimiento de la naturaleza multidimensional de la resiliencia,

(3) Atención a los aspectos de estabilidad y coherencia conceptual, y

(4) Consideraciones teóricas.

Luthar (1993) propone distinguir lo que podría denominarse dominios de resiliencia


siendo los dominios específicos en los que las personas se adaptarían con éxito.
Algunos de estos dominios podrían ser: el social propio de personas con
competencias sociales adecuadas, el escolar propio de individuos competentes en el
dominio de lo cognitivo y todos los procesos de aprendizaje implicados en la actividad
escolar, el emocional relacionado con el bienestar psicológico o a la ausencia de
perturbaciones psicológicas y frecuentemente caracterizada por la ausencia de
sintomatología clínica.

1ª etapa: estudios clásicos en resiliencia

Descripción: Identificación de las cualidades de las personas resilientes, que


hacían frente positiva y madurativamente a la adversidad y superaban los factores de
riesgo.

Objetivos/Logros: Lista de cualidades, valores o factores de protección que


ayudan a las personas a crecer a través de la adversidad

Estudios de referencia: Werner (1982), Werner y Smith (1992), Rutter (1979,


1985), Garmezy, Masten y Tellegen (1984), Garmezy (1991), Benson (1997)

Principales resultados: Identificación de 40 valores de desarrollo que los


jóvenes manifestaban para funcionar óptimamente en la vida: (1) externos: recibir
apoyos familias, adultos, vecindario, escuela, sentido de poseer valores,
autodeterminación, conocer límites y expectativas y encontrar un uso del tiempo
constructivo; (2) internos: compromiso educativo motivación de logro, valores
positivos ser cariñosos, honestidad, responsabilidad, integridad, competencia social
e identidad positiva autoestima, control interno, habilidades de resolución(Benson,
1997).

2ª etapa: proceso y teoría de resiliencialidad

Descripción: Los intereses de la investigación se centraron en conocer el


proceso de adquisición de las características resilientes, desarrollándose lo que
podríamos considerar una teoría de la resiliencialidad (como modelo más importante,
Richardson, Neiger, Jensen y Kumpfer, 1990).

Objetivos/Logros: Descripción de los procesos de disrupción y reintegración


en la adquisición de las cualidades de resiliencia descritas en la etapa anterior.

Estudios de referencia: Richardson et al. (1990), Grotberg (1995), Flach


(1988, 1997), Luthar y Cushing (1999), Rutter (1999), Masten (1999), Kaplan (1999),
Bernard (1999)

Principales resultados: propuesta del «modelo de resiliencialidad»


(Richardson et al., 1990): la resiliencia se presenta como un modelo simple lineal que
describe una persona o grupo pasando a través de etapas: (1) homeostasis
biopsicoespiritual; interacciones con movimientos de la vida; (3) crisis; (4) preparación
para la reintegración; (5) elección para reintegrar a) de forma resiliente, b) vuelta a la
homeostasis, c) reintegración con pérdida o d) reintegración disfuncional.

3ª etapa: fuerzas motivacionales y resiliencia innata

Descripción: Profundización en el constructo teórico y en las distintas “fuerzas


motivacionales” que en cada persona pueden obrar para llevarla a alcanzar la
sabiduría la autoactualización y el altruismo, y estar en armonía con una fuente de
fuerza espiritual.

Objetivos/Logros: Ayuda a usuarios y profesionales a descubrir y aplicar la


fuerza que conduce a las personas hacia la autoactualización y hacia la reintegración
resiliente de las dificultades y obstáculos de la vida.
Principales resultados: La resiliencia se equipara a energía, en el sentido de que la
reintegración resiliente exige un incremento de energía para el crecimiento personal.
COMENTARIOS

● Ayala Galán Vanessa Mishell

Estos dos capítulos nos vienen a hablar de lo que es enfrentarse a una experiencia
de crisis y cómo es que logra la resiliencia a través de estos acontecimientos puesto
que se busca encontrar un sentido de vida. El ser humano no está nunca exento de
que no va a pasar por alguna circunstancia que le genere dolor o sufrimiento pues
son este tipo de eventos donde se adquiere madurez, habilidades y conocimientos
para aprender a tomar decisiones en situaciones difíciles y obtener experiencia que
lo hagan seguir adelante.

Es por eso que cuando se habla de crisis viene en conjunto la resiliencia que nos dice
que cada persona vive las experiencias de vida como decidan de acuerdo a la actitud
con la que se enfrente y su postura ante la realidad. De las cosas negativas como de
las buenas se pueden sacar cosas que al ser humano le van a servir a futuro pero
teniendo en cuenta que el ser humano tiene la capacidad de adaptarse al medio y
que muchas veces es un proceso complicado pero que con punto de apoyo puede
lograrse.

● García Costilla Brisa Itzel

Dentro del primer capítulo, concuerdo que dentro de la resiliencia tiene que ver las
experiencias y el entorno en el que el individuo se fue desarrollando, y que a pesar
de eso, ya sea que cuente con algún apoyo moral o emocional al momento de superar
un duelo es recomendable tener la ayuda de un profesional en el área, esto con la
finalidad de que el proceso de superación sea de forma eficaz y evitar a que vuelva a
recaer.

En el segundo capítulo teniendo en cuenta que la resiliencia es la capacidad de


reconstruirse, transformarse y crecer aprovechando la adversidad como una
oportunidad; sin embargo depende de la teoría, el enfoque, el autor, claridad,
consistencia y hasta la época en la que se haga el estudio, el concepto de sobre la
resiliencia va variando.
● Martínez Guadarrama Alejandra

Esta lectura me hizo pensar en las situaciones tan complejas por las que pasa tanta
gente, estas mismas situaciones provocan ciertas crisis en las personas y relacionado
a ellas también existe la resiliencia para superar las adversidades, sin embargo
también entiendo que estas complicadas situaciones no afectan de manera igual a
todas las personas, hay quienes tienen cierta resistencia mayor o menos a cómo
enfrentan las crisis y adversidades, no solo depende de la persona en sí, sino también
de los factores bio-psico-social en los que se encuentran las personas y considero
que es algo importante para tomar en cuenta para tratar casos de duelo o en el área
psicoterapéutica.

● Pérez Rojas Héctor

Considero que la crisis en el ser humano es la que le brinda habilidades y estrategias


que lo ayudan a sobrevivir y adaptarse a las situaciones difíciles ya que se ve
amenazada su existencia y su bienestar físico y emocional. Es así como se puede
decir que una persona es resiliente debido a las experiencias obtenidas que le han
dado la oportunidad de mejorar y crecer al encontrarle un sentido a la vida que lo
motive a tomar decisiones de manera más segura y que aporten al futuro que desea
llegar.

Referencias

García, J. (2016). Afrontando la adversidad. Resiliencia, optimismo y sentido de la


vida. Cuadernos de Psicología. Sociedad Latina de Comunicación Social, vol.4, pp.
15-45.

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