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Objetivo particular

Al finalizar este módulo lograrás:

Identificar los diferentes mecanismos que existen para satisfacer la


exigibilidad y la justiciabilidad de los derechos humanos en la vida cotidiana
con el propósito de fomentar una cultura de la denuncia ciudadana.

Presentación

Através de las actividades de este módulo, podrás comprender que, para


proteger los derechos humanos en la vida cotidiana es necesario
conocerlos, exigirlos y empoderarnos con ellos.

Esto nos invita a crear una ciudadanía capaz de generar alternativas


organizativas y operativas que incidan en la gestión e intervención en la
toma de decisiones –en lo individual y lo colectivo– sobre asuntos públicos
en un contexto democrático. Es decir, una ciudanía participativa que pueda
generar una cultura de la denuncia, para que cada vez más sean exigibles
todos y cada uno de los derechos humanos.

Lo anterior, es parte de los principales temas que podrás revisar y analizar


durante el módulo, con los que concluirás el recorrido del curso sobre el
ABC de los derechos humanos.

1. Exigibilidad y justiciabilidad de los derechos


humanos

En los módulos anteriores hemos trabajado aspectos básicos de los


derechos humanos, como su conceptualización, composición y
reconocimiento en los sistemas de protección, es decir, hemos generado
conocimiento sobre el marco de protección de los derechos humanos de las
personas a través de los principios de igualdad y no discriminación.
Además, hemos reflexionado sobre los derechos humanos como guía de la
vida social. Ahora es momento de abordar la importancia y relevancia de la
protección de los derechos humanos en la vida cotidiana para coadyuvar en
el desarrollo integral de las personas.

1.1 Obligaciones del Estado

Existen diversas leyes que observan los derechos humanos a nivel


internacional, nacional y estatal. Revisa los siguientes contenidos para
conocer las obligaciones del Estado.

Existen diversas leyes que observan los derechos humanos a


nivel internacional, nacional y estatal, como es el caso de la
Constitución Política de la Ciudad de México, que reconoce
tales derechos a todas las personas que habitan y transitan la
ciudad, independientemente de la situación y la condición en
la que se encuentren. Es decir, todas las personas somos
titulares de derechos, por ende, podemos y debemos exigir al
Estado y a sus autoridades que los garanticen.
Seguramente recordarás cuáles son las obligaciones que
estudiamos en el módulo anterior, y que se pueden exigir ante
las autoridades. 
El derecho internacional y el derecho interno reconocen que
existen cuatro obligaciones generales por parte de los Estados.
En el caso de México, tales están contempladas en el artículo
1º, tercer párrafo, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos:
Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias,
tienen la obligación de promover, respetar, proteger y
garantizar los derechos humanos de conformidad con los
principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad
y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir,
investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos
humanos, en los términos que establezca la ley.
Profundicemos en estas obligaciones generales en materia de
derechos humanos, las cuales deben ser cumplidas por todas
las autoridades en el ámbito de sus competencias:
Promover

Se refiere a la obligación de los Estados de difundir y hacer del conocimiento de


todas las personas cuáles son sus derechos y los mecanismos de exigencia para su
cumplimiento. Esto implica que el Estado debe establecer acciones de difusión y
promoción de una cultura de respeto a los derechos humanos en todos los niveles,
con el propósito de lograr el empoderamiento de las personas a partir de que se
reconozcan como sujetas de derechos, asegurando, además, el acceso a la
información sobre los estándares y principios de estos derechos.

Por ejemplo, en la Constitución Política de la Ciudad de México, artículo 7º, inciso


c, se reconoce el derecho a la libertad de expresión, por lo tanto, las autoridades
están obligadas diseñar estrategias de promoción para que todas las personas
tengan el conocimiento sobre el contenido, los alcances y los mecanismos por los
cuales puede exigir el respeto y cumplimiento de este derecho.
Proteger

Las autoridades, gobierno o agentes estatales, tienen la obligación de crear, en el


ámbito de sus funciones, el marco jurídico y maquinaria institucional necesarios
para prevenir violaciones a los derechos humanos o, en su caso, afectaciones a
estos derechos por parte de terceras personas. Se requieren recursos efectivos
para la protección de los derechos fundamentales provenientes de los propios
agentes del Estado y particulares. Por ejemplo, la atención y protección que deben
brindar el Ministerio Público y las policías cuando una mujer presenta una denuncia
por violencia de género.
Respetar

Consiste en cumplir directamente la norma establecida, ya sea absteniéndose de


actuar o dando una prestación. Esto sucede porque el ejercicio de la función
pública tiene límites, ya que los derechos humanos son atributos inherentes a la
dignidad humana y, en consecuencia, superiores al poder del Estado.

En la protección de los derechos humanos está necesariamente comprendida la


noción de restricción al ejercicio del poder estatal. Por ello, podemos afirmar que
la obligación de la autoridad es abstenerse o no actuar, para no afectar o vulnerar
los derechos humanos.

En este sentido, el contenido de la obligación estará definido a partir del derecho o


libertad concretos. Entre las medidas que el Estado debe adoptar para respetar
dicho mandato se encuentran las acciones de cumplimiento, que pueden
ser positivas o negativas y estarán determinadas por cada derecho humano.
Corte IDH, Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras (Fondo), Sentencia del 29 de julio de
1988, serie C, núm. 4, párr. 166, disponible en Sentencia Caso Velásquez Rodríguez Vs.
Honduras , página consultada el 06 de febrero de 2020.

Esto significa que el Estado tendrá la obligación de no hacer, evitando conductas


de acción u omisión, para no vulnerar los derechos humanos. Por ejemplo, no
puede poner en riesgo a las personas que tiene bajo su protección realizando actos
de tortura o tratos crueles, inhumanos o degradantes, ya que afectan los derechos
humanos de las personas, así como su integridad y dignidad humana.
Garantizar

Implica que los Estados organicen todo el aparato gubernamental y, en general,


todas las estructuras para que a través de ellas se manifieste el ejercicio del poder
público, de manera que sean capaces de asegurar jurídicamente el libre y pleno
ejercicio de los derechos humanos.

Por ejemplo, el artículo 3° constitucional señala que toda persona tiene derecho a
la educación, esto implica que el Estado debe establecer, organizar y financiar una
serie de instituciones, normas, políticas públicas y programas que aseguren que
todos los niños, niñas y adolescentes asistan a la escuela y con ello puedan gozar
de este derecho.

Derivada de esta obligación, en el sistema regional de derechos humanos, también


conocido como sistema interamericano, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (Corte IDH) destacó que como consecuencia de esta obligación los
Estados deben de prevenir, investigar y sancionar toda violación a los derechos
reconocidos por la Convención Americana. Además, debe procurar el
restablecimiento, de ser posible, del derecho infringido y, en su caso, la reparación
de los daños producidos por la afectación a tales derechos.

Véase Corte IDH, Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras (Fondo), Sentencia del 29 de julio de
1988, serie C, núm. 4, párr. 167.

1.2 Exigibilidad de los derechos humanos

La exigibilidad es la forma y medida en que un Estado (titular de


obligaciones) cumple con sus obligaciones en materia de derechos
humanos, las cuales están establecidas en normas como el artículo 1º de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Es decir, nos
referimos a la exigibilidad en su dimensión legal, que hace referencia e
implica las exigencias por parte de los titulares de derechos para la defensa
de los derechos humanos ante tribunales y órganos jurisdiccionales o, en su
caso, autoridades no jurisdiccionales. En este sentido, la justiciabilidad
implica que existan los medios, los mecanismos y las autoridades para que
cualquier persona titular de derechos humanos reconocidos en la norma
pueda hacerlos valer.

Sin embargo, es importante reconocer que la exigibilidad es también un


proceso social y político que se da a través de la movilización social, de la
organización e incidencia en política pública y de los programas
gubernamentales en materia de derechos humanos que impulsan leyes y
reformas que buscan garantizar los derechos humanos.

Gloobal, “Exigibilidad de derechos y rendición de cuentas”, disponible en ,


página consultada el 06 de febrero de 2020.

Conozcamos más sobre la Exigibilidad y Justiciabilidad, veamos el siguiente


video, cuidando de identificar los siguientes elementos:

1.-¿Qué nos permite la exigibilidad a las personas?


2.-¿Qué necesitamos para reclamar el cumplimiento de un determinado
derecho?

Identificar el derecho humano que se requiere garantizar o se encuentra


vulnerado, afectado o, en su caso, violado por actos u omisiones por parte de las
autoridades responsables de cumplirlo.  

Identificar a las y los titulares de derechos, es decir, a las personas o grupo de


personas que requieren se les garanticen los derechos humanos.

Las personas titulares de obligaciones son todas aquellas autoridades o servidoras


y servidores públicos que garantizan los derechos humanos a los titulares de
derechos. La seguridad está establecida en un marco normativo de protección y
garantía de los derechos humanos. Por ejemplo, para cumplir con el derecho a la
salud existe el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o el Instituto de
Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), así como
la Secretaría de Salud federal o local, estas instituciones aseguran el pleno acceso
y disfrute del derecho.

Los procedimientos de justiciabilidad ofrecen la posibilidad de hacer viables los


derechos humanos de las personas ante las autoridades responsables de
garantizarlos. Para esto se requiere tener la disponibilidad de recursos judiciales y
administrativos eficaces para hacer realidad la exigencia de los derechos humanos,
así como los recursos no jurisdiccionales de su protección.  

1.3 Mecanismos de exigibilidad y justiciabilidad


Mecanismos
En este sentido contamos con diversos mecanismos que a
continuación mencionamos, recuerda que en otros cursos se
desarrollan los contenidos con mayor profundidad. 
Mecanismos Jurisdiccionales de protección de derechos humanos en México. 
Juicio político
Controversia constitucional
Juicio de amparo: procedencia de actos y omisiones de autoridades de interés
legítimo
Acciones de inconstitucionalidad

Mecanismos No Jurisdiccionales de protección de derechos humanos en


México 
Comisión Nacional de los Derechos Humanos 
Organismos públicos autónomos de derechos humanos

En el caso de la Ciudad de México, su Constitución Política


contempla: 
Mecanismo Jurisdiccional de protección de derechos humanos en la Ciudad de
México
La Sala Constitucional 

Mecanismos No Jurisdiccionales de protección de derechos humanos en la


Ciudad de México
Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.
La mediación y conciliación jurídica y el modelo de mediación social bajo los
principios básicos de la justicia restaurativa. 

EXIGIBILIDAD
Y JUSTICIA
De la exigibilidad y justiciabilidad de los derechos tenemos una
posibilidad más, debido a que en los estándares internacionales se
contempla la reparación integral a la o las víctimas que han
sufrido la violación de algún derecho por parte de un Estado, que
es un derecho que permite, en la medida de lo posible, anular
todas las consecuencias del acto ilícito y restablecer la situación
que debió haber existido con toda probabilidad, buscando la no
repetición de los hechos.
En los casos donde la Corte IDH ha sentenciado al Estado
mexicano al contenido de éstas, se le imponen obligaciones de
derecho internacional, las cuales no se pueden modificar ni
suspender por el Estado obligado. Estas sentencias establecen los
modos específicos de reparación que atienden al análisis y las
particularidades de los casos en concreto, y en las que se
contemplan las siguientes:

Medidas de Reparación
Integral
2. Rehabilitación. Medidas brindadas a la persona en situación de víctima
que facilitan hacer frente a los efectos sufridos por causa del hecho victimizante y
que pueden ser: servicios médicos, psicológicos, sociales o financieros para el
restablecimiento de su independencia física, mental, social y profesional para su
inclusión y participación dentro de la sociedad.
1. Restitución. Medidas que buscan devolver a la persona en situación de
víctima, en la medida de lo posible, al estado anterior al hecho victimizante.

4. Indemnización o Compensación. Medidas que se otorgan a la persona


en situación de víctima por los perjuicios, sufrimientos y pérdidas económicamente
evaluables, que sean consecuencia de la violación de Derechos Humanos o
considerados como delitos graves contra la vida, la libertad y la integridad física o
mental.
3. Satisfacción. Medidas de acceso a la justicia y a la verdad, de carácter público o simbólico
que tienen la finalidad de reconocer la dignidad, nombre y honor de la persona en situación de
víctima.
5. Medidas de no repetición. Acciones que se adoptan, para la persona en
situación de víctima, no vuelva a ser objeto de violaciones a sus derechos o delitos
considerados como graves.

2. Mecanismos alternativos de resolución de


controversias

Uno de los derechos sustantivos de toda persona es gozar de la potestad


de acceder a la justicia ante cualquier hecho que vulnere su integridad y
dignidad humana, ya sea por parte de otra persona particular o de alguna
servidora pública.

El hecho de que este acceso sea transparente, efectivo y expedito favorece


a que la voz de las personas en conflicto, en especial la de las víctimas se
escuche y hagan frente a las vulneraciones, a la vez que tengan la
posibilidad de acceder al ejercicio de sus derechos

Ante esta situación, los mecanismos alternativos de resolución de


controversias son una opción importante para propiciar, a través del diálogo,
la solución de conflictos mediante la participación activa de las y los
ciudadanos en la gestión de sus controversias, y con ello obtener
respuestas rápidas y satisfactorias a sus demandas, esto debido a la
flexibilidad para llegar a acuerdos y lograr su cumplimiento.

Estos mecanismos los encontramos en una amplia gama de materias como,


la comercial, civil, familiar, administrativa, laboral, penal entre otras, donde
son un vehículo adecuado para acceder a la justicia en todo tipo de
problemáticas, vecinales, comunitarias, interpersonales, etc.

2.1 Fundamento normativo


Los mecanismos alternativos de solución de controversias (MASC)
tienen su antecedente en el Tratado Americano de Soluciones
Pacíficas, mejor conocido como Pacto de Bogotá, suscrito en abril
de 1948.
A nivel nacional, el artículo 17 de nuestra Constitución Política
federal, en su párrafo quinto, establece que las leyes preverán
mecanismos alternativos de solución de controversias (reforma de
junio de 2008).
Como, recordaras los MASC pueden emplearse en diferentes ramas
del derecho, pero en México aún está pendiente legislar a nivel
nacional para su aplicación en materias que no sean la penal.
En abril de 2018, la Cámara de Diputados aprobó el dictamen de
Ley que expide la Ley General de Mecanismos Alternativos de
Solución de Controversias, pero, lamentablemente, ese dictamen
aún no ha sido aprobado por la Cámara de Senadores.
La posibilidad de aplicación ampliada de esta figura la podemos
encontrar en las legislaciones locales, como la Ley de Justicia
Alternativa del Tribunal Superior de Justicia para el Distrito Federal,
publicada en enero de 2008 y su última reforma de agosto de 2015.
Con respecto a la Ley Nacional de Mecanismos Alternativos de
Solución de Controversias en Materia Penal, publicada el 29 de
diciembre de 2014. Esta ley, que se circunscribe al tema penal,
establece siete principios de los mecanismos alternativos (artículo
4°): voluntariedad, información, confidencialidad, flexibilidad,
imparcialidad, equidad y honestidad.
Asimismo, expresa que las personas intervinientes lo harán por su
propia decisión, libre de toda coacción; con la mayor información
sobre los mecanismos alternativos, sus consecuencias y alcances.
Señala que a toda la información tratada se le dará la mayor
confidencialidad, se evitarán los formalismos innecesarios y se
empleará un lenguaje sencillo.
Además, refiere que los mecanismos serán conducidos con
objetividad, propiciarán condiciones de equilibrio y se apegarán a
la verdad.
Dicha ley contempla tres mecanismos alternativos:
Esta Ley contempla tres mecanismos alternativos:
Mediación (art. 21)
Es el mecanismo voluntario mediante el cual las personas intervinientes, en el libre
ejercicio de su autonomía, buscan, construyen y proponen opciones de solución a
la controversia, con el fin de alcanzar la solución de ésta. La persona facilitadora
durante la mediación propicia la comunicación y el entendimiento mutuo entre las
personas intervinientes.
Conciliación (art. 25)

Es el mecanismo voluntario por el cual las personas intervinientes, en el libre


ejercicio de su autonomía, proponen opciones de solución a la controversia en la
que se encuentran involucrados. Además de propiciar la comunicación entre las
personas intervinientes, la persona facilitadora podrá, sobre la base de criterios
objetivos, presentar diversas alternativas de solución.
Junta restaurativa (art. 27)

Es el mecanismo mediante el cual la víctima u ofendido, el imputado y, en su caso,


la comunidad afectada, en libre ejercicio de su autonomía, buscan, construyen y
proponen opciones de solución a la controversia, con el objetivo de lograr un
acuerdo que atienda las necesidades y responsabilidades individuales y colectivas,
así como la reintegración de la persona víctima u ofendida y del imputado a la
comunidad para la recomposición del tejido social.

La ley también contiene los derechos y las obligaciones de las personas


intervinientes (artículos 7° y 8°), los requisitos de los acuerdos (artículo 33), los
contenidos del seguimiento de los acuerdos (artículo 36) y las obligaciones de las y
los facilitadores.

2.2 La conciliación, la mediación y la justicia


restaurativa

Realiza la siguiente actividad en la cual existen tres breves lecturas, la


primera aborda el tema de 2.2 La Conciliación, la Segunda el de 2.3 La
Mediación y la tercera 2.4 Justicia Restaurativa.

Curso:

ABC de los derechos

humanos
Módulo 4

Actividad 2.2 La Conciliación

2.2 La Conciliación

La expresión conciliar se deriva del vocablo latino conciliare, que según el


Diccionario de la

Real Academia de la Lengua Española significa componer, ajustar los


ánimos de quienes

estaban opuestos entre sí.

La conciliación es un acuerdo para solucionar conflictos con la intervención


de un tercero

imparcial al que se denomina conciliador, quien actúa porque así lo han


decidido las partes;

este propone soluciones, pero no las impone por la fuerza.

La conciliación, es el proceso en donde las partes recurren a un tercero


neutral e imparcial

(conciliador), quien además de promover el reinicio del diálogo, puede


sugerir alternativas

de solución, las cuales son evaluadas por las partes y, de considerarlas


adecuadas, pueden
ser acordadas libremente. La decisión también recae en las partes, el
conciliador sólo hace

propuestas, las partes pueden aceptarlas o no.

Ahora bien: la conciliación como mecanismo alternativo de resolución de


conflictos busca

solucionar los conflictos de manera pacífica y sin acudir al Poder Judicial.


Se trata de un

mecanismo que busca una solución directa y amistosa de las diferencias


que puedan surgir

de una relación o situación.

¿Qué más conoces sobre la Conciliación? Es uno de los Mecanismo


Alternativo de Solución

de Controversias

¿Qué hay detrás de la conciliación?

 Es el mecanismo voluntario mediante el cual las personas Intervinientes,


en libre ejercicio

de su autonomía, proponen opciones de solución a la controversia en la que


se encuentran

involucradas.

 La Conciliación, al igual que la Mediación y la Junta Restaurativa, permite


que las partes

identifiquen las soluciones, generando reflexiones y espacios de diálogo en


un marco de

tolerancia y respeto.
 A diferencia de la Mediación, en la Conciliación la persona facilitadora
tiene un papel más

activo pues estará autorizada para proponer soluciones basadas en


escenarios posibles y

discernir los más idóneos para las personas Intervinientes, siempre con
respeto a los

principios establecidos en la Ley Nacional de Mecanismos Alternativos de


Solución de

Controversias en Materia Penal.

 Además de propiciar la comunicación, la persona facilitadora podrá, sobre


la base de

criterios objetivos, presentar alternativas de solución diversas y proponer la


alternativa que

considere más viable para la solución de la controversia.

 Quien realiza la facilitación deberá ser imparcial, mantener la


confidencialidad de la

información y vigilar en todo momento que se respeten y garanticen los


derechos humanos

de las personas que intervienen.

 La persona facilitadora explicará el propósito de la Conciliación, el papel


que desempeñará,

las reglas y principios que rigen la sesión, así como sus distintas fases.

 Las personas intervinientes exponen el conflicto, plantean sus


preocupaciones y
pretensiones e identifican las posibles soluciones a la controversia
existente. La persona

facilitadora deberá clarificar los términos de la controversia de modo que se


eliminen todos

los aspectos negativos y las descalificaciones entre quienes intervienen,


para resaltar las

áreas en las que se puede propiciar el consenso.

 Si quienes intervienen logran alcanzar un Acuerdo que resuelva la


controversia, la persona

facilitadora lo registrará y lo preparará para la firma de conformidad con las


disposiciones

aplicables previstas en la ley.

En definitiva, los MASC permiten que las partes en conflicto vean resultados
en menor

tiempo. La negociación entre las partes facilita la reparación del daño e


impiden que se

escale la controversia al ámbito de carácter judicial.

Características de la Conciliación

Podemos señalar como principales características las siguientes:

4.1 Conflicto existente.

4.2 La conciliación es fundamentalmente una negociación. Sin negociación


no existe

conciliación.
4.3 Participación de un tercero. En la conciliación el tercero interviene dando
especial

importancia en recuperar la relación entre las partes, para ello utiliza sus
cualidades con el

fin de logra que las partes consigan una solución propia. El tercero no es
juez ni árbitro.

4.4 Aceptación. Las partes deciden libremente acudir a este proceso. Lo


que las partes

aceptan será al tercero neutral.

4.5 El procedimiento flexible e informal. Los procesos de conciliación no


suponen etapas

obligatorias ni instancias. Las pruebas no requieren de las formalidades


propias del proceso

judicial, dado que no existe un juez que les tenga que dar mérito. La
participación activa de

las partes hace de la conciliación un proceso informal y práctico, donde se


llegará a un

acuerdo según la voluntad de las mismas.

4.6 Llegar a un acuerdo no es obligatorio.

4.7 El proceso es coordinado por el conciliador. El llegar a un acuerdo


supone el resultado

del papel facilitador, del conciliador y de la decisión de las partes.

5 ventajas
5.1 Comunicación entre las partes

El conflicto puede ser sano, pero no resuelto es un peligro. En la medida en


que la

conciliación constituye una alternativa para solucionar conflictos crea un


clima de paz, aun

cuando producto del proceso de conciliación no se hubiera llegado a un


acuerdo, sí se ha

logrado un entendimiento entre las partes, restaurándose la comunicación


entre ambas.

5.2 Economía

Al adoptarse un acuerdo con rapidez los costos de proceso son bajos,


debiéndose pagar

tanto al conciliador como los honorarios del centro de conciliación. El


proceso judicial y

arbitral son más caros.

5.3 Rapidez

La conciliación es un proceso rápido que puede concluir en una o varias


sesiones.

5.4 Protagonismo de las partes

Las partes son protagonistas de sus decisiones. Las partes controlan el


proceso, así como el

resultado que es producto exclusivo de sus decisiones. A diferencia de lo


que ocurre con el

proceso judicial y el arbitraje, la solución no es delegada a un tercero sino


que es retenida
por los propios interesados. Las posibilidades de solución dependen de las
partes.

5.5 Flexibilidad

En la conciliación se utiliza un lenguaje sencillo y directo, a diferencia de lo


que ocurre en

los procesos judiciales. En muchos casos es preferible recuperar las


relaciones que

mantener las formas, lográndose una solución de mayor permanencia, dado


que se

sustenta en los intereses y no en las posiciones.

5.6 Informalidad

En la conciliación no existe ningún tipo de requisito formal dado que cada


parte participa

voluntariamente y el conciliador hace uso de técnicas y herramientas que


refuerzan la

comunicación entre las partes.

5.7 Solución realizable

Por tratarse de una solución adoptada por las partes, en la conciliación las
decisiones

adoptadas logran un 95% de eficacia. Es decir, son pocos los casos en los
que las partes no

cumplen con los acuerdos que ellos mismos han adoptado. Se trata de
soluciones propias,

producto de la creatividad de las partes, más que de soluciones formales


que se adoptan
por imposición de un tercero y que se sustentan en la ley y en la
jurisprudencia. No se trata

de encontrar quién tiene la razón sino más bien buscar entre las partes,
utilizando su

disponibilidad e inteligencia, las fórmulas más apropiadas al caso materia


del conflicto.

Texto obtenido de los siguientes enlaces:

https://www.gob.mx/fgr/es/articulos/que-conoces-sobre-la-conciliacion-es-
otro-mecanismo-alternativo-de-solucion-de-

controversias?idiom=es

https://www.esan.edu.pe/apuntes-empresariales/2017/03/la-conciliacion-un-
mecanismo-alternativo-para-resolver-

conflictos/

https://www.javeriana.edu.co/biblos/tesis/derecho/dere4/Tesis-15.pdf

file:///C:/Users/avillasenorg/Downloads/Dialnet-
MecanismosAlternativosDeSolucionDeControversiasEnL-4062805.pdf

revistas.pucp.edu.pe › index.php › derechopucp › article › download.

Curso:
ABC de los derechos

humanos

Módulo 4

Actividad 2.3 Mediación

2.3 LA MEDIACIÓN

En México, la mediación es un procedimiento autocompositivo de solución


de conflictos, es

decir, se trata de una negociación asistida por un tercero imparcial


(mediador o facilitador)

que auxilia a los participantes (mediados) para que éstos logren una
comunicación

constructiva que les permita negociar sus intereses y necesidades de


manera satisfactoria

y dentro de los límites de la legalidad y dentro de un ambiente de confianza


que permita

discutir pacíficamente las diferencias y encontrar espacios de acuerdo.

El tercero no tiene facultades para proponer soluciones al problema


suscitado, tan sólo
debe velar por la correcta comunicación entre los mediados. Al tratarse de
una negociación

asistida, se suelen seguir los pilares fundamentales de una negociación


colaborativa, el

mediador o tercero imparcial debe conducir a las partes para que:

a) Separen a las personas de los problemas; es decir que se den cuenta de


que, por un lado,

ambas partes tienen percepciones válidas pero distintas del asunto y por
ello han

desgastado su relación y que, por el otro, existe una realidad objetiva que
es problemática

y que les afecta negativamente;

b) Centren la discusión en los intereses de las partes y no en sus


posiciones;

c) Sean creativos e imaginen distintas situaciones que pueden colmar sus


intereses, y

d) antes de acordar la mejor solución, para ambas, comparen ésta con


criterios objetivos

que les permitan tomar una decisión realista.

La mediación tiene un sentido cooperativo y creativo. El mediador no busca


respuestas

preestablecidas que resuelvan el objeto en conflicto, sino el acercamiento


de las partes

hacia disposiciones libres y voluntariamente concertadas que aligeren sus


diferencias
previas. La idea es eliminar la noción de que el otro es necesariamente un
adversario por

derrotar, y considerarlo como alguien con quien han de encontrarse


coincidencias, pues con

él debemos continuar una relación y convivencia social. Tal vez este


procedimiento sea el

más flexible, creativo y abierto de la justicia alternativa, ya que al igual que


en la

negociación, lo que se pretende es hacer compatibles los intereses de las


partes en conflicto

para generar soluciones en las que ambas resulten ganadoras.

Principios como la voluntariedad indica que ya existe un acuerdo entre las


partes para

buscar alternativas de solución de sus conflictos. La honestidad da a


entender que ambas

partes se manejan con buena fe y sin vicios en su consentimiento que


puedan afectar la

mediación. Otros principios como la legalidad, confidencialidad,


imparcialidad y equidad

otorgan una esfera de seguridad a las partes dentro de la mediación


además de dar a un

entorno de conflicto un ambiente amigable y de confianza para las partes.


Los principios de

la mediación son las reglas mínimas para el procedimiento, son necesarias


debido a que dan
celeridad e inmediatez a la mediación.

Las ventajas de la mediación como medio alternativo de solución de


conflictos se pueden

resumir en los siguientes puntos: a) Utiliza un lenguaje sencillo; b) Es


flexible, gracias a su

relativa formalidad, de modo que permite adecuarla a las circunstancias y a


las personas; c)

procura preservar la relaciones entre las personas participantes, en vez de


destruirlas; d)

genera acuerdos creativos; e) diseña soluciones ad hoc; f) las partes


pueden mantener el

control de sus intereses y de los procedimientos durante todo el tiempo de


la mediación; g)

es justa y neutral; h) evita el lento proceso legal y i) en términos de costos y


tiempo, es

menos gravosa que un juicio.

Una mediación tiene éxito cuando las personas en conflicto han llegado a
formalizar sus

acuerdos, a través de un convenio en el que se haya resuelto la totalidad o


parte de los

puntos del conflicto. Si bien es cierto que lo ideal es que ocurra lo anterior,
también se

estima que la mediación es exitosa cuando las partes llegan a acuerdos


verbales aun cuando

no consten por escrito. En algunas ocasiones, las partes acuerdan


cuestiones que tienen
que ver más con la convivencia entre ellos que con el cumplimiento de
obligaciones legales.

En estos casos, lo que ha logrado el procedimiento de mediación es mejorar


las relaciones

entre las partes, lo cual tiene un efecto positivo desde el punto de vista
moral y puede

prevenir controversias legales en el futuro.

Los objetivos de la Mediación:

 Reducir la hostilidad y establecer una comunicación eficaz.

 Ayudar a los participantes a comprender las necesidades e intereses


propios y de la

otra persona o personas.

 Explorar formulando preguntas que pongan de manifiesto los intereses


reales de

cada parte.

 Plantear y aclarar cuestiones que han sido pasadas por alto, o que no
han recibido

la suficiente atención.

 Ayudar a las personas a concebir y a comunicar nuevas ideas

 Ayudar a reformular las propuestas en términos más aceptables Moderar


las

exigencias que no son realistas.

 Comprobar la receptividad a nuevas propuestas.


 Ayudar a formular acuerdos que resuelvan los problemas actuales,
salvaguarde las

relaciones y prevean necesidades futuras.

En síntesis, la Mediación...

 Es una técnica no- adversarial de resolución alternativa de conflictos, en


la cual un

tercero neutral (mediador) ayuda para que los participantes, en forma


cooperativa.

puedan llegar a un acuerdo mutuamente aceptable.

 Es cooperativa y facilita la comunicación entre los involucrados en la


disputa, con

miras a que se resuelva el conflicto de manera tal que se intente que


ninguno

"pierda", o que ambos “ganen".

 En ella es preferible que hablemos de "participantes" y no de "partes".


Partes es la

palabra utilizada en procesos adversariales y competitivos, donde resulta


necesario

que uno pierda para que la otra gane. Participantes se utiliza en mediación y

Negociación, pues son ellos los que "participan" en la solución conflicto y


buscan

ganar los dos.


 Es una negociación llevada a cabo con la ayuda de una tercera parte
llamada

Mediador, que no es un árbitro, ni juez, pues no tiene el poder de imponer


un

resultado a las partes en conflicto, no tiene poder para tomar decisiones y


los

participantes pueden o no llegar a un acuerdo.

 Favorece la asunción de responsabilidades evitando hablar de culpas.

 La Mediación, no está cumplimentada hasta que los participantes en el


proceso

hayan reflexionado e incorporado nuevas respuestas posibles ante una


situación

similar en el futuro.

 Por otro lado, también se recurre a la Mediación para resolver diferencias


que se

producen en familias y comunidades vecinales, educativas, etc., en lugares


de

trabajo y en el ámbito gubernamental. Para Deborah Kolb, una de las


razones a las

que se debe esta creciente popularidad consiste en que muchas personas


creen que

la Mediación ofrece a la sociedad una mejor manera, más satisfactoria,


eficaz y tal

vez menos costosa, de abordar conflictos.


 Respecto del acuerdo, en Mediación, este permite elegir: llegar a un
acuerdo o no

hacerlo. Los participantes, luego de comprender la situación, los pro y


contra de

acordar, son libres de decidir lo que les conviene.

Texto obtenido de las siguientes ligas:

http://www.asadip.org/v2/wp-content/uploads/2013/12/NURIA-El-ABC-de-la-
mediacion-en-Mexico.pdf

http://www.pa.gob.mx/publica/rev_32/ayala.pdf

https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5316301.pdf

https://www.santafe.gov.ar/index.php/web/content/download/71289/345896

https://www.gob.mx/fgr/es/articulos/conoces-como-se-desarrolla-la-
mediacion-en-los-mecanismos-alternativos-de-

solucion-de-controversias?idiom=es

https://moodle2.unid.edu.mx/dts_cursos_mdl/pos/DP/MASC/S05/
MASC05_Lectura.pdf

EL PEQUEÑO LIBRO DE LA

Justicia Restaurativa
Howad Zehr

(Fragmentos)

1. la Justicia restaurativa: una

Mirada panorámica

¿Cómo debemos responder como sociedad ante el

delito? ¿Cuál debería ser la respuesta ante un crimen o un

acto de injusticia? ¿Qué se requiere para hacer justicia?

La forma en que el sistema legal o de justicia penal de

occidente implementa la justicia cuenta con algunas

fortalezas importantes. Sin embargo, se reconocen cada

vez más sus limitaciones y defectos. Es frecuente que las

víctimas, los ofensores y los miembros de las comunidades

afectadas perciban que esta justicia no responde

adecuadamente a sus respectivas necesidades.

La justicia restaurativa es un intento de responder a


algunas de estas necesidades y limitaciones.

La justicia restaurativa surgió como una forma de tratar

los delitos considerados como de menor gravedad

(valoración que muchas veces es errónea), tales como los

robos y otros delitos contra la propiedad. Sin embargo, hoy

en día algunas comunidades cuentan con alternativas

restauradoras para tratar las formas más graves de

violencia criminal: muertes provocadas por conducir bajo

la influencia del alcohol, asaltos, violaciones e, incluso,

homicidios. Estos enfoques y prácticas restaurativos

también se están difundiendo a contextos que van más allá

del sistema de justicia penal; por ejemplo, lugares de

trabajo, instituciones religiosas y escuelas.

Aunque el término “justicia restaurativa” abarca una

diversidad de programas y prácticas, en esencia consiste en

El pequeño libro de la Justicia restaurativa

6
una serie de principios, una filosofía, un conjunto

alternativo de “preguntas guía”.

La justicia restaurativa no es...

• La justicia restaurativa no es un programa orientado

principalmente hacia el perdón y la reconciliación.

Algunas víctimas y personas que abogan por sus

derechos manifiestan un rechazo hacia la justicia

restaurativa porque se imaginan que el propósito de

estos programas es motivarles, e incluso obligarles, a

perdonar a los ofensores o a reconciliarse con ellos.

• La justicia restaurativa no es una mediación.

Al igual que los programas de mediación, muchos

programas de justicia restaurativa se organizan en torno

a la posible realización de un encuentro dirigido entre las

víctimas, los ofensores y quizás otros miembros de la

comunidad. Sin embargo, a veces la opción de un

encuentro no es la más apropiada, o las partes

sencillamente no la aceptan.

Para participar en encuentros restauradores, los

ofensores siempre tienen que aceptar en alguna medida


la responsabilidad por su delito, puesto que un

componente importante de tales programas consiste en

identificar y reconocer el mal causado. El lenguaje

neutral usado en los procesos de mediación puede ser

engañoso y a veces hasta puede resultar ofensivo para

las víctimas.

una Mirada panorámica

• La justicia restaurativa no es una estrategia diseñada

principalmente para bajar las tasas de reincidencia

delictiva.

Reducir la reincidencia criminal no es la razón de ser

de los programas de justicia restaurativa. La reducción

de la tasa de reincidencia es un subproducto; pero la

justicia restaurativa se implementa antes que nada

debido a un imperativo moral. Las necesidades de las

víctimas deben ser atendidas, los ofensores deben ser


motivados a asumir su responsabilidad, las personas

afectadas por un delito deben tener participación en el

proceso, independientemente de si los ofensores

recapacitan y disminuyen la frecuencia de sus delitos.

• La justicia restaurativa no es un programa ni un

proyecto específico.

La justicia restaurativa no es un mapa, pero sus

principios nos pueden servir como una brújula para

saber hacia dónde dirigirnos. La justicia restaurativa

siempre nos invita al diálogo y la exploración.

• La justicia restaurativa no está dirigida principalmente

a la atenciónde delitos menores ni de delincuentes

primerizos.

Puede ser más fácil conseguir apoyo de la comunidad

para programas dedicados a tratar los llamados “delitos

menores”. No obstante, la experiencia nos ha enseñado

que las prácticas restaurativas pueden tener su mayor

impacto en los casos más graves.

• La justicia restaurativa no es una panacea ni tampoco

es necesariamente un sustituto del sistema legal.


El pequeño libro de la Justicia restaurativa

La justicia restaurativa no es de ninguna manera la

respuesta para todas las situaciones. Tampoco está claro

si debiera reemplazar al sistema legal, aun en un mundo

ideal.

• La justicia restaurativa no es necesariamente una

alternativa al encarcelamiento.

Si se tomara en serio la justicia restaurativa, no

dependeríamos tanto de las prisiones y se modificaría de

manera significativa la naturaleza del encarcelamiento.

Sin embargo, también es posible aplicar prácticas

restaurativas de manera conjunta o en paralelo con las

sentencias en prisión. No son necesariamente una

alternativa al encarcelamiento.

La justicia restaurativa es un enfoque

que considera necesidades y roles


El movimiento de la justicia restaurativa se inició

originalmente como un esfuerzo por replantear las

necesidades generadas por los crímenes, así como los roles

implícitos en ellos.

La justicia restaurativa amplía el círculo de los

interesados—es decir, aquellas personas con algún interés

o rol directo en un caso o situación determinados—,

incluyendo no sólo al estado y al ofensor, sino también a la

víctima y a otros miembros de la comunidad.

Las víctimas

La justicia restaurativa tiene un especial interés por

aquellas necesidades de las víctimas que no son atendidas

adecuadamente por el sistema de justicia penal. Es

frecuente que las víctimas se sientan ignoradas,

una Mirada panorámica

abandonadas e, incluso, hasta atropelladas por los


procesos judiciales. El crimen es definido como un perjuicio

contra el estado, de modo que éste toma el lugar de la

víctima. Sin embargo, las verdaderas víctimas tienen

necesidades específicas que la justicia debe satisfacer.

1. Información. Las víctimas necesitan que sus preguntas

acerca del crimen sean respondidas (¿Por qué sucedió?

¿Qué ha sucedido con posterioridad a la ofensa? )...

2. Narración de los hechos: es importante que la víctima

tenga la oportunidad de narrar los hechos repetidas

veces. Hay buenas razones terapéuticas para ello. Parte

del trauma causado por el crimen se debe a que

trastorna el concepto que tenemos de nosotros

mismos y de nuestro mundo, así como nuestra historia

de vida.

3. Control. Es frecuente que las víctimas sientan que los

delitos sufridos les han arrebatado el control de sus

vidas (el control sobre sus propiedades, sus cuerpos,

sus emociones, sus sueños). La oportunidad de

involucrarse en su propio caso en el transcurso del

proceso judicial puede ser un aporte importante para


que las víctimas recuperen un sentido de control.

4. Restitución o reivindicación. De hecho, la restitución

es un signo o síntoma de una necesidad más básica: la

necesidad de reivindicación. La restitución es sólo una

de muchas formas de satisfacer esta necesidad de

“quedar a mano”. El acto de pedir perdón también

puede aportar a satisfacer esta necesidad de que se

reconozca el daño sufrido por la víctima.

El compromiso de considerar seriamente estas

necesidades de las víctimas ha influido profundamente

El pequeño libro de la Justicia restaurativa

10

sobre la teoría y la práctica de la justicia restaurativa, tanto

en su origen como en su evolución.

Los ofensores otra área de interés que fue importante en

el surgimiento de la justicia restaurativa es la que se

refiere a la responsabilidad activa del ofensor.


Esta responsabilidad activa requiere que el ofensor

reconozca el mal que ha causado. implica, además,

motivarle para que comprenda el impacto de sus acciones

(los daños ocasionados) e instarle a dar pasos concretos

para reparar los daños en la medida de lo posible. Esta

responsabilidad activa, según se afirma, es mejor para las

víctimas, para la sociedad y para los ofensores.

Lo que los ofensores necesitan de la justicia:

1. Responsabilidad activa.

2. Motivación para una transformación personal.

3. Motivación y apoyo para reintegrarse a la comunidad.

4. Reclusión temporal o permanente para algunos de

ellos.

La comunidad

Los miembros de la comunidad también tienen

necesidades como consecuencia del crimen y tienen roles

específicos que asumir. Las comunidades sufren el impacto

del crimen y, en muchos casos, deberían ser consideradas

como partes interesadas en su calidad de víctimas

secundarias. Los miembros de la comunidad tienen roles


importantes que desempeñar y también es posible que

tengan responsabilidades que asumir ante las víctimas, los

ofensores e incluso ante sí mismos.

Lo que las comunidades necesitan de la justicia:

1. Atención a sus necesidades como víctimas.

una Mirada panorámica

11

2. Oportunidades para desarrollar un sentido de

comunidad y responsabilidad de los unos por los otros.

3. Motivación para asumir sus responsabilidades en pro

del bienestar de todos sus miembros, incluidas las

víctimas y los ofensores, y fomentar las condiciones

para crear y sostener comunidades sanas.

La justicia

restaurativa

se centra más

en
necesidades

que en

castigos.

12

2. los principios restaurativos

Dos Perspectivas Diferentes

Justicia Penal Justicia Restaurativa

• El crimen es una ofensa

contra la ley y el estado.

• El crimen es una ofensa

contra las personas y las

relaciones

interpersonales.

• Las ofensas generan


culpabilidad

• Las ofensas generan

obligaciones

• La justicia requiere que el

estado determine

culpabilidades e imponga

castigos.

• La justicia involucra a

víctimas, ofensores y

miembros de la

comunidad en un

esfuerzo por enmendar el

daño.

• Eje central: que los

infractores reciban su

justo merecido.
• Eje central: las

necesidades de las

víctimas y la

responsabilidad activa

del ofensor en la

reparación del daño.

Tres Preguntas Diferentes

Justicia Penal Justicia Restaurativa

los principios restaurativos

13

• ¿Qué leyes se violaron? • ¿Quién ha sido dañado?

• ¿Quién lo hizo? • ¿Cuáles son sus

necesidades?

• ¿Qué castigo merece? • ¿Quién tiene la

responsabilidad de

atender estas
necesidades?

Los tres pilares de la justicia restaurativa

Hay tres conceptos fundamentales o pilares que merecen

ser tratados con mayor profundidad: los daños y necesidades,

las obligaciones y la participación.

1. La justicia restaurativa se centra en el daño.

La justicia restaurativa concibe el crimen, antes que nada,

como un daño ocasionado a las personas y a las comunidades.

El pEquEño libro dE la Justicia rEstaurativa

14

2. Las ofensas conllevan obligaciones.

Por lo tanto, la justicia restaurativa resalta la importancia

de la responsabilidad activa del ofensor y de las

obligaciones que ésta conlleva.

3. La justicia restaurativa promueve el compromiso o la

participación

El principio de la participación implica que las partes que


se han visto afectadas por el crimen—víctimas, ofensores,

miembros de la comunidad—puedan ejercer roles

importantes en el proceso judicial.

los principios restaurativos

15

La justicia restaurativa promueve resultados que

fomenten la responsabilidad, la restauración y la

sanación de todos.

Un lente restaurativo

La justicia restaurativa se propone aportar un marco o

lente alternativo para abordar cuestiones relacionadas con

el crimen y la justicia.

Principios

Esta lente o filosofía restaurativa tiene cinco principios

clave:

1. Centrarse en los daños y en las consiguientes


necesidades de las víctimas, pero también de las

comunidades y de los ofensores.

2. Atender las obligaciones que estos daños

conllevan, tanto para los ofensores como para las

comunidades y la sociedad.

3. Usar procesos incluyentes y colaborativos.

4. involucrar a todos aquellos que tengan un interés

legítimo en la situación, lo que incluye a las víctimas, los

ofensores, otros miembros de la comunidad y a la sociedad

en general.

5. Procurar enmendar el mal causado.

El pEquEño libro dE la Justicia rEstaurativa

16

Usando una imagen más orgánica, podríamos

representar la justicia restaurativa como una flor. En el

centro se halla el núcleo principal: enmendar el mal

causado. Cada pétalo representa uno de los principios


necesarios para reparar exitosamente el daño.

el daño hay

los principios restaurativos

17

Justicia restaurativa: Una definición

Entonces, ¿cómo debería definirse la justicia

restaurativa? Aun cuando hay un consenso general en

cuanto a sus lineamientos básicos, quienes se dedican a

este campo no han logrado ponerse de acuerdo en torno a

una definición específica. Aunque reconocemos la

necesidad de contar con principios y puntos de referencia,

nos preocupa la arrogancia y el carácter definitivo que

implicaría una definición rígida. Teniendo en cuenta estas

preocupaciones, ofrezco la siguiente sugerencia como una

definición operativa.
La justicia restaurativa es un proceso dirigido a

involucrar, dentro de lo posible, a todos los que

tengan un interés en una ofensa particular, e

identificar y atender colectivamente los daños,

necesidades y obligaciones derivados de dicha

ofensa, con el propósito de sanar y enmendar los

daños de la mejor manera posible.

Directrices de la justicia restaurativa

1. Centrarse en los daños ocasionados por el delito, más

que en las reglas violadas.

2. Demostrar el mismo interés y compromiso hacia

víctimas y ofensores, involucrando a ambas partes en

el proceso de justicia.

El pEquEño libro dE la Justicia rEstaurativa

18

3. Trabajar por la restauración de las víctimas,


ayudándoles a recuperar su sentido de control y

atendiendo las necesidades que ellas mismas vayan

percibiendo.

4. Apoyar a los ofensores, junto con motivarles para

que entiendan, acepten y cumplan con sus

obligaciones.

5. Reconocer que, aun cuando las obligaciones de los

ofensores puedan ser difíciles de cumplir, éstas no

deben ser concebidas como castigo y deben ser

realizables.

6. Generar oportunidades para el diálogo directo o

indirecto entre víctimas y ofensores cuando sea

apropiado.

7. Encontrar medios efectivos para comprometer a la

comunidad y abordar las condiciones que dan origen

al crimen dentro de la comunidad.

8. Estimular la colaboración y la reintegración, tanto de

víctimas como de ofensores, en lugar de la coerción

y el aislamiento.

9. Prestar atención a las consecuencias imprevistas de


nuestras acciones y programas.

10. Demostrar respeto hacia todas las partes: víctimas,

ofensores, colegas del sistema de justicia.

3. las prácticas restaurativas

Los principales modelos a menudo incluyen

un encuentro entre las partes

Hay tres modelos diferentes que han tendido a dominar

la práctica de la justicia restaurativa: las conferencias

víctima-ofensor, las conferencias familiares y los círculos.

Cada uno de estos modelos incluye un encuentro entre

las principales partes involucradas, víctima y ofensor como

mínimo, y tal vez con otros miembros de la comunidad y

del sistema judicial también. A veces, si resulta imposible o

inapropiado realizar un encuentro entre una víctima

específica y su ofensor, se puede usar representantes o

sustitutos. A veces se usan cartas o grabaciones de video a

modo de preparación para un encuentro directo o como

una forma alternativa de realizarlo.

No obstante, todos estos modelos contemplan algún


tipo de encuentro; de preferencia, uno que sea cara a cara.

Estos encuentros se realizan bajo la dirección de

facilitadores que guían y supervisan el proceso, buscando

siempre el equilibrio entre los intereses de las distintas

partes. A diferencia de los árbitros, los facilitadores de las

conferencias y círculos no imponen acuerdos. Cada modelo

les brinda a los participantes la oportunidad de explorar

hechos, sentimientos y resoluciones. Se les anima a

compartir sus historias, hacer preguntas, expresar sus

sentimientos y esforzarse por lograr resultados aceptables

para todos.

Ron Claassen, quien ha trabajado en el campo de la

justicia restaurativa durante muchos años, dice que, para

resolver cualquier tipo de injusticia, hay que lograr tres

cosas:

1. Que se reconozca el daño o la injusticia.

2. Que se restaure la equidad.

3. Que se discutan los planes y expectativas para el

futuro.
Un encuentro ofrece la oportunidad para que las

víctimas expresen la injusticia sufrida y para que los

ofensores la reconozcan. Resultados como la restitución o

las expresiones de arrepentimiento ayudan a que las

personas “queden a mano”, es decir, se restaure la

equidad.

Generalmente, es necesario discutir las interrogantes o

dudas acerca del futuro, como por ejemplo: ¿Volverá el

ofensor a cometer el mismo delito? ¿Cómo viviremos

juntos en la misma comunidad? ¿Cómo podremos seguir

adelante con nuestra vida? Todos los modelos de

conferencia restaurativa permiten que estas preguntas

sean abordadas en el contexto de un encuentro mediado

por un facilitador.

En todos estos modelos, la participación de la víctima

debe ser enteramente voluntaria. Todos plantean como

requisito que el ofensor reconozca por lo menos algún

grado de responsabilidad. Normalmente, las conferencias

no se realizan si el ofensor se niega a admitir su culpa o

responsabilidad. Se trabaja para maximizar la participación


voluntaria del ofensor. De ninguna manera debe realizarse

una conferencia si el ofensor no está dispuesto a participar.

En un contexto real, es frecuente que el ofensor sienta

cierta presión para escoger el menor de los males. En las

entrevistas, los ofensores expresan muchas veces que les

resulta difícil e intimidante encontrarse cara a cara con las

personas a quienes han dañado. Por cierto, la mayoría de

nosotros trataría de evitar tales obligaciones si fuera

posible.

Los actuales programas para la realización de encuentros

entre víctimas y ofensores en casos de violencia grave,

muchas veces son independientes del sistema de justicia

formal y están diseñados para que las propias partes

interesadas los inicien, generalmente las víctimas.

Los modelos se diferencian en el

“quién” y el “cómo”

Aunque se parezcan en su estructura básica, los modelos

de prácticas restaurativas se diferencian en la cantidad y


categoría de sus participantes y, en algunos casos, en el

estilo de trabajo adoptado por el facilitador.

Conferencias Víctima-Ofensor

Las conferencias víctima-ofensor involucran

principalmente a las víctimas y a los ofensores. Después de

remitido el caso, se trabaja individualmente con cada una

de las partes. Luego, una vez obtenido su consentimiento,

se reúnen en una conferencia. Un facilitador capacitado

organiza y dirige la reunión y guía el proceso de manera

equitativa.

Muchas veces se logra la firma de un acuerdo de

restitución, pero esto no es tan frecuente en casos graves

de violencia. Algunos representantes de la comunidad

pueden servir como facilitadores y/o supervisores del

programa acordado, pero generalmente no participan en

las reuniones.

Conferencias familiares

Las conferencias familiares amplían el círculo de

participantes, incluyendo a familiares u otras personas que


sean importantes para las partes directamente

involucradas. Como se ha tendido a usar este modelo para

ayudar a los ofensores a asumir la responsabilidad por sus

acciones y a cambiar su comportamiento, los familiares del

ofensor son particularmente importantes, al igual que

otros miembros relevantes de la comunidad. Sin embargo,

la familia de la víctima también es invitada a participar. En

algunos casos, y especialmente cuando las conferencias

tienen la posibilidad de influir en el fallo final del caso,

también puede estar presente un representante de la

justicia penal (un oficial de policía, por ejemplo).

Al igual que el mediador de una conferencia víctima-

ofensor, el coordinador de una conferencia familiar debe

tratar de ser imparcial, manteniendo siempre el equilibrio

entre las inquietudes e intereses de ambas partes. Sin

embargo, él tiene la responsabilidad adicional de asegurar

el desarrollo de un plan que se ocupe tanto de las causas

como de la reparación de la ofensa, que establezca


adecuadamente la responsabilidad del ofensor y que sea

realista en cuanto a su ejecución.

Aunque la comunidad no está incluida de manera

explícita, estas conferencias son más incluyentes que las

del modelo víctima-ofensor. Los miembros de la familia del

ofensor son esenciales y tienen roles muy importantes en

las conferencias familiares (de hecho, se le considera como

un modelo de potenciación de la familia). Las víctimas

pueden traer a sus familiares o a alguien que defienda sus

derechos.

Círculos

En este proceso, los participantes se ubican en un

círculo. Luego se van pasando un objeto conocido como

“pieza para hablar” para asegurarse de que todas las

personas hablen, una a la vez, siguiendo el orden del

círculo.

Como parte del proceso, muchas veces se enuncia una

lista de valores, o incluso una filosofía, que enfatice el

respeto, el valor de cada participante, la integridad, la


importancia de hablar de corazón y otros aspectos más.

Uno o dos “guardianes del círculo” ofician como

facilitadores del proceso. En las comunidades indígenas,

los ancianos asumen un rol importante, dirigiendo el

círculo o impartiendo consejos y sabiduría.

Los círculos pretenden ampliar al máximo el espacio de

participación, que junto con incluir a víctimas, ofensores y

familiares, a veces comprende a funcionarios del sistema

judicial. Además, los otros miembros de la comunidad

también constituyen una parte esencial del proceso. A

veces se les invita debido a su interés en el caso o por la

relación o interés que puedan tener en la ofensa, la víctima

y/o el ofensor; otras veces, participan como parte de un

círculo permanente de voluntarios de la comunidad.

Conclusiones

Este enfoque contextualizado de la justicia nos recuerda

que la verdadera justicia es producto del diálogo y toma en

consideración las tradiciones y necesidades locales.

El argumento presentado aquí es muy sencillo: no


podremos servir a la justicia mientras nos sigamos fijando

exclusivamente en las preguntas que guían nuestro actual

sistema de justicia: ¿Qué leyes se violaron? ¿Quién lo hizo?

¿Qué castigo merece?

En cambio, la verdadera justicia requiere que

preguntemos: ¿Quién ha sido dañado? ¿Qué necesita?

¿Quién tiene la obligación y la responsabilidad de

responder a estas necesidades? ¿Quiénes son las partes

interesadas en esta situación? ¿Qué proceso puede

involucrar a todas las partes en la búsqueda de una

solución? La justicia restaurativa requiere que cambiemos

no sólo los lentes por los cuales miramos el delito, sino

también nuestras preguntas.

Sobre todo, la justicia restaurativa es una invitación a

conversar con el fin de apoyarnos mutuamente y aprender

los unos de los otros. Nos recuerda que, en efecto, somos

todos interdependientes, partes de una gran red de

relaciones humanas.

La cultura de la denuncia ciudadana

Revisa la información estadística sobre la cultura de la denuncia.


3. La cultura de la denuncia
ciudadana
Denuncias
Nueve de cada diez delitos cometidos no se denuncian.

ENVIPE
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y
Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), de 2017
93.2% de los delitos no son denunciados.
Inpunidad
Alrededor de 93 de cada 100 delitos quedan impunes.
Participación ciudadana

Revisa la siguiente presentación. La cual aborda los temas 3.1 Participación


ciudadana, 3.2 La cultura de la denuncia ciudadana y 3.3 La educación en
derechos humanos.

La participación ciudadana está estrechamente relacionada con el ejercicio de


los derechos establecidos en los ámbitos legal y ético, los cuales norman el
desarrollo de la democracia.
Ciudadanía como pertenencia en el sentido de nacionalidad nos habla de las reglas que permiten a
un país aceptar a alguien como un nacional, es decir, como un ciudadano con plenos derechos,
fundados esos derechos en el otorgamiento de un reconocimiento de pertenencia al Estado-
nación.

Esto conlleva al ejercicio de una ciudadanía integral basada en el disfrute de todos sus derechos a
partir del conocimiento, acceso a la información y al uso de programas y servicios públicos,
establecimiento de quejas, solicitudes de información, procedimientos jurídicos para ejercer
derechos y hacerlos posibles en el cotidiano.
El empoderamiento es el ejercicio de la ciudadanía es un proceso que transforma la visión
individual del ejercicio de derechos a una visión colectiva, en donde a partir de lo individual se
transforma en una exigencia colectiva. En otras palabras, el empoderamiento implica hacer uso de
los derechos propios para la transformación individual y colectiva.

Se convoca a las y los ciudadanos, las agrupaciones sociales y a la sociedad en su conjunto a


participar para dirimir problemas específicos, para encontrar soluciones comunes y reunir
voluntades dispersas en una sola acción compartida.

Participación política

La participación política se efectúa mediante el ejercicio de la ciudadanía y se concreta con la


relación positiva entre los ciudadanos y el marco legal (las leyes garantizan los derechos de todas
las personas y es la forma con la que el Estado hace cumplir dichas leyes).

La participación es siempre un acto social que nadie puede realizar de manera exclusiva y privada
para sí mismo. Quien no participa en absoluto, en realidad con su actitud está dando un voto de
confianza a quienes toman decisiones.

En este sentido, es sumamente importante que las y los ciudadanos asuman una ciudadanía activa
que les permita constituirse y auto observarse como parte de la vida política, atender los rezagos
que históricamente han definido sus roles y valorar el trabajo que aportan a la sociedad.

3. 2 La cultura de la denuncia ciudadana

En estricto sentido, la denuncia es la manifestación que se hace ante la autoridad competente, el


Ministerio Público o la policía, acerca de la realización de ciertos hechos o acontecimientos que
podrían constituir una falta o un delito con implicaciones sancionatorias, esto en caso de que en el
descargo de pruebas y en las indagatorias se identifique a un responsable concreto.

La denuncia es un pilar fundamental y un instrumento que tienen las y los ciudadanos para el
cumplimiento de las leyes y el actuar de los entes responsables de impartir justicia. La denuncia
fundada y motivada permite castigar a los culpables y develar hechos delictivos. Es el mecanismo a
través del cual un hecho delictivo que está ocurriendo se anuncia y prueba ante la autoridad
competente para iniciar el proceso de investigación y sanción respectivo.

La denuncia es un método con el cual la autoridad obtiene información respecto a la probable


comisión de un acto ilícito o una falta, para ello la persona denunciante provee los hechos
cometidos y señala a quien es supuestamente responsable de éstos. Es así que se activa un
protocolo de investigación e indagatorias para esclarecer el caso y descargar las pruebas
conducentes al desechamiento del mismo o a la sanción, conforme a derecho, de los presuntos
culpables.

La debilidad de la cultura de la denuncia se ve reflejada en la baja tasa de denuncias de los actos


delictivos y en la frágil disposición de las y los ciudadanos para defender sus derechos, ya sea por
temor a represalias, por la sensación de que es inútil o por la falta de información sobre cómo
hacerlo, entre otras razones.
La denuncia es un instrumento muy importante que la ciudadanía debe ejercer para activar los
procesos y protocolos que permitan la identificación de cualquier delito. De ahí la importancia de
generar mecanismos idóneos para afrontar y sancionar cualquier hecho fuera de la ley, y con lo
cual se puede generar una cultura de prevención con un sistema eficaz de denuncias, que sea
capaz de prever situaciones de peligro para las y los ciudadanos.

El fortalecimiento de la cultura de la denuncia sólo será posible con la participación ciudadana y la


difusión de los medios de denuncia al alcance de las y los ciudadanos, así como de los resultados
tangibles obtenidos.

La ciudadanía tiene un papel fundamental en este proceso al denunciar los delitos o las prácticas
que permiten actos ilegales, ya que esto posibilita el inicio de la investigación y sanción a los
responsables, así como el diseño y la implementación de políticas públicas que permitan erradicar
prácticas delictivas.

Educación en Derechos Humanos

La participación ciudadana es un proceso cultural, pedagógico y político, centrado en el ciudadano


como ser moral y sujeto de derechos, capaz de la transformación social y política orientada hacia
el respeto a los derechos humanos, cuyo objetivo es promover la autonomía personal, la
cooperación social y la participación, así como dotar de las competencias cívicas y capacidades
necesarias a la ciudadanía y a las y los futuros ciudadanos para el ejercicio pleno de sus derechos.

Con la participación ciudadana podemos lograr la reconstrucción del tejido social mediante el
fortalecimiento y la democratización de la sociedad civil, también es posible el desarrollo de una
cultura de participación social y política que despierte el interés de participar en la vida pública, así
como la recuperación de la confianza en las instituciones y en los procesos democráticos.

La educación en derechos humanos, planteada desde la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés), busca lo siguiente: la
formación práctica del sujeto político consciente de su realidad, empoderado para que tenga
mayor control sobre su vida al constituirse en un sujeto con el poder y la capacidad de transformar
sus circunstancias por sus propios medios, habilitado con herramientas y valores para intervenir
en la construcción de una sociedad justa y respetuosa de los derechos humanos, mediante el
cuestionamiento y la transformación de las prácticas y estructuras que constituyen formas de
dominación y de violación a la dignidad humana. En esta educación política se forma a un sujeto
crítico, que –si bien respeta las normas– cuestiona la obediencia pasiva y acrítica, es capaz de
oponerse a sistemas normativos injustos y buscar modificarlos a través de la participación activa,
con plena conciencia del poder ciudadano que emana de sus derechos.
Actualmente, la educación en derechos humanos enfrenta la lucha ante nuevos desafíos como la
migración, la exclusión, la escalada de violencia vinculada con el narcotráfico, las ejecuciones
extrajudiciales, la violencia hacia las mujeres y la violación de los derechos humanos, en aras de la
seguridad. Es así como el contexto nos debe mover a ser consientes de nuestro entorno y a
realizar la exigencia como ciudadanos sobre nuestros derechos individuales y colectivos en pro de
la dignidad humana.

Denuncia Anónima 089

Se atiende a las y los ciudadanos que desean reportar, sin proporcionar datos personales, algún
acto ilícito que se ha cometido en su entorno, por ejemplo:narcomenudeo, secuestro y violencia
intrafamiliar.

911

En este número telefónico se atienden y canalizan de manera inmediata los reportes de delitos y
emergencias como incendios, robos, accidentes automovilísticos, urgencias médicas, entre otros.
Funciona las 24 horas, los 365 días del año.

Denuncias ante la Fiscalía General de la República

Si conoces de un hecho delictivo de carácter federal puedes presentar ante el Ministerio Público
de la federación tu denuncia en forma oral o escrita sobre hechos que pueden constituir un delito.

Es recomendable tener a la mano la mayor cantidad de información, lo cual permitirá tener


eficacia en los procesos de investigación.

Cómo denunciar un delito en CDMX

Si quieres saber cómo denunciar un delito en la Ciudad de México, lo primero es acudir al


Ministerio Público directamente. Si se desea levantar una denuncia a través de internet, la
Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México dispone de también de la dirección
electrónica de un Ministerio Público Virtual.

Delito cibernético

Teléfono: 52425100 ext. 5086

Email: policía.cibernetica@ssp.df.gob.mx
Twitter: @UCS_CDMX

Comisión Nacional de los Derechos Humanos

Es un organismo público autónomo del Estado mexicano, su misión es la defensa, promoción,


estudio y divulgación de los derechos humanos reconocidos en la Constitución Mexicana, los
tratados internacionales y las leyes. Su función es recibir quejas de presuntas violaciones a
derechos humanos por acciones u omisiones de las autoridades administrativas de carácter
federal.

Periférico Sur 3469.

Col. San Jerónimo Lídice

Alcaldía Magdalena Contreras,

C.P. 10200. Ciudad de México

Teléfonos: (55) 56 81 81 25

Lada sin costo 01800 715 2000

Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México

La CDHCM es la institución encargada de conocer sobre quejas y denuncias por presuntas


violaciones a los derechos humanos cometidas por cualquier autoridad o persona que desempeñe
un empleo, cargo o comisión en la administración pública de la Ciudad de México o en los órganos
de procuración y de impartición de justicia que ejerzan jurisdicción local en la Ciudad de México.
Avenida Universidad 1449, Colonia Pueblo Axotla,

Alcaldía Álvaro Obregón, C.P. 01030 Ciudad de México.

Teléfono: 52 29 56 00,

https://cdhcm.org.mx

e-mail: cdhdf@cdhcm.org.mx

Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación

El Consejo Nacional para Prevenir La Discriminación, CONAPRED, es un órgano de Estado creado


por la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación; así mismo, se encarga de recibir y
resolver las quejas por presuntos actos discriminatorios cometidos por particulares o por
autoridades federales en el ejercicio de sus funciones.

Dante 14, Anzures, Miguel Hidalgo, 11590 Ciudad de México, CDMX

Teléfono: 55 52 62 14 90.

Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México

El Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED), es un


organismo descentralizado sectorizado a la Secretaría de Desarrollo Social del Distrito Federal, con
personalidad jurídica y patrimonio propios. El cual busca prevenir y eliminar la discriminación en la
Ciudad de México, a través del análisis y evaluación de la política pública, legislativa y los entes
públicos, y la atención a la ciudadanía.
Calle General Prim 10, Colonia Centro (Área 2), Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06010, Ciudad de
México.

https://www.copred.cdmx.gob.mx/

contactocopred@gmail.com

(55)55-12-86-39

(55)53-41-30-10

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