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El rol docente en tiempos de pandemia

Por Pablo Poblete, estudiante de quinto año de Educación Básica UAH

Sin duda que estamos viviendo un tiempo único. Desde que el Coronavirus llegó a
instalarse en nuestro mundo y comenzamos a tener los primeros infectados hasta
el día de hoy han transcurrido ya varios meses. La experiencia del confinamiento
que hemos vivido ha ido transformando las distintas realidades de nuestra vida: la
educación, el trabajo, la vida familiar, la vida social, política y económica. Todas
las dimensiones de nuestras vidas se han visto transformadas en este tiempo de
largas cuarentenas y confinamientos que afectan a nuestro mundo.
En este contexto, la situación de la educación escolar se ha visto desafiada y
cuestionada de múltiples maneras. Hoy, nos vemos enfrentados a encontrar una
nueva forma de ejercer nuestro “rol docente” y a repensar lo que veníamos
haciendo hasta el momento. Esta crisis, como todas, pueden ser una ocasión
propicia para hacer un alto en nuestras vidas y para replantearnos nuevos
caminos de cara al futuro.
A nosotros, como futuros docentes, la experiencia que estamos viviendo no nos
puede dejar indiferentes. Debemos atrevernos a pensar lo que esta pandemia
puede dejarnos como aprendizaje a cada uno de nosotros y, sobre todo, aprender
a valorar lo importante y distinguirlo de lo urgente y menos esencial en nuestro rol
docente.
Escribo estas palabras con la finalidad de aproximarme a unas primeras
conclusiones sobre cómo esta pandemia está afectando al rol docente, en
específico, al rol de la interacción formador-formando. En esta caída de la
“presencia” mencionada por Rivas, creo que lo más relevante tiene que ver
precisamente con la perdida de la interacción cara a cara entre profesor y alumno.
Ello nos desafía como futuros docentes a buscar nuevos caminos para lograr que
esa interacción de aula no se pierda, a pesar de la distancia física.
El contexto de la pandemia como una experiencia de aprendizaje
El tiempo que se nos presenta lo podemos vivir de diferentes formas: como un
paréntesis en lo que hemos estado viviendo, como un tiempo perdido o como una
oportunidad de aprendizaje nunca antes vista. Los que trabajamos en el ámbito
de la educación no podemos dejar de involucrarnos con esta última forma. Desde
nuestra experiencia como educadores podemos afirmar que “todo es una
oportunidad de aprendizaje”. Como diría Paulo Freire: “todos aprendemos en
interacción con el mundo” y ese mundo hoy nos está invitando a aprender de esta
situación.
En la escuela, este escenario nos está invitando a redescubrir un nuevo modo de
ser docentes y una nueva forma de relacionarnos con los contextos sociales y
familiares de nuestros estudiantes. Tal como afirma Hirmas y Cisternas, “La
pandemia nos plantea una posibilidad inédita para abrir las ventanas hacia el
mundo y derribar los cercos de la escuela”. Hoy, las puertas de las casas de
nuestros alumnos se han abierto para dejarnos entrar y, así poder acercarnos aún
más al contexto familiar y social en que ellos viven. A través de las clases en línea
se nos ha abierto la posibilidad de asomarnos a un mundo que desde la escuela
física había estado oculto. La pregunta, es: ¿qué haremos con esa oportunidad
única que se nos abre? ¿la utilizaremos esta para acercarnos cada vez más a
nuestros estudiantes?
Por otro lado, hoy se nos ha hecho aún más visible la enorme desigualdad e
inequidad que tiene nuestro sistema escolar chileno. Todos sabemos que, así
como hay muchos estudiantes se han podido conectar desde sus casas sin
mayores problemas, así también hay miles de estudiantes que no han podido
hacerlo debido a sus grandes dificultades económicas. Al respecto, creo que la
escuela también tiene que hacer su propio aprendizaje. No podremos seguir
avanzando en el futuro sin preocuparnos por los últimos, por aquellos que se van
quedando atrás, no por sus méritos, sino simplemente por la gran desigualdad
que hay en nuestro país.
Estoy convencido de que esta experiencia que estamos viviendo puede ser una
muy buena noticia para el futuro de la educación. Como bien afirma Hirmas y
Cisternas, “por muchas razones, nos hemos desconectado del sentido de nuestro
quehacer, se han automatizado nuestros actos, nos ha inundado un activismo
alienante, donde perdemos de vista lo importante, lo esencial”. Hoy, tenemos la
oportunidad de volver a lo esencial y poner a nuestros estudiantes al centro de
nuestras preocupaciones.
El rol docente en tiempos de pandemia
Para los docentes, el teletrabajo ha significado una fuerte carga laboral. Hirmas y
Cisternas señalan que “no solo se han visto desafiados por el uso de las nuevas
tecnologías, de las redes sociales y su apropiación en función de lo educativo, sino
también por diseñar materiales de enseñanza que prescindan de la mediación docente,
que estén contextualizados al ámbito familiar, a la diversidad de estudiantes, que
consideren la ausencia de recursos tecnológicos, de materiales de aprendizaje y las
condiciones de vulnerabilidad en que se encuentran los niños”,
El contexto de pandemia ha obligado a los profesores a pasar a una modalidad
totalmente distinta y para la cual no estaban preparados. Acostumbrados a estar en
medio de las salas de clases y de tratar a sus alumnos cara a cara, han pasado al
distanciamiento y a las clases virtuales de un día para otro. Todo esto se ha vivido en
medio de situaciones de mucho stress y tensión. Muchos profesores han comentado lo
duro que ha sido no poder tener ese contacto físico y cotidiano que llena el corazón y la
vida de un profesor. También muchos se han visto sobrepasados con la presión externa
de apoderados y de las mismas instituciones educativas que les ha costado entender la
flexibilidad que el contexto nos exige.
Sin embargo, no todo ha sido tan malo. Para muchos docentes este tiempo ha significado
también una gran oportunidad para reinventarse y buscar distintas maneras de innovar en
sus prácticas pedagógicas que en muchos ya venía desgastada por los años. El contexto
ha puesto a los docentes ante el gran desafío de sacar lo mejor de cada uno de ellos y
demostrar todo el talento y creatividad con la que cada uno cuenta. En estos meses de
confinamiento he escuchado numerosas historias de profesores que siguen su contacto
con los estudiantes de una manera virtual y esto les ha permitido acercarse también a la
realidad familiar de cada uno de sus estudiantes.
El desafío del rol docente del futuro
Este escenario nos invita a reflexionar y a repensar la educación del futuro. El
docente debe repensar su lugar dentro del engranaje del sistema educativo y, tal
como nos propone Hirmas y Cisternas, buscar como ensayar nuevos caminos por
donde transitar en el futuro. Me atrevo a decir que el actual contexto nos desafía a
nosotros a repensar la educación y el rol docente en 4 sentidos: en lo emocional,
en lo familiar, en lo social y en lo humano.
En primer lugar, nos invita a repensar la labor docente y la preocupación por el
desarrollo emocional y el cuidado personal de cada uno de sus estudiantes. La
enseñanza virtual ha hecho muy visible la labor que el docente realiza en la
contención y escucha. En el futuro, una vez que acabe la crisis sanitaria, habrá
que ver cómo poder seguir en este camino de una manera más intencionada.
En segundo lugar, se manifiesta la necesidad de volver a poner al centro la
preocupación por los que se van quedando al margen. La pandemia ha dejado al
descubierto una herida profunda en el sistema educacional chileno que tiene que
ver con la gran desigualdad y la brecha entre los colegios y escuelas de sectores
más favorecidos y aquellos que están en lugares más pobres. Esto no es nuevo,
sin embargo, creo que después de la pandemia tendremos que abocarnos a
trabajar en el emparejamiento de un tiempo que lo único que ha hecho es
agrandar la brecha que ya existía antes.
En tercer lugar, este tiempo nos invita a repensar la alianza familia-escuela. La
enseñanza virtual ha generado la oportunidad de entrar en la casa de sus
estudiantes, de conocer más de cerca a sus familias, y por parte de las familias,
conocer más de cerca y valorar el trabajo de los docentes. Esta alianza vive un
momento de mucha promesa y no hay que desaprovecharlo. Este es un gran
desafío para el futuro.
En cuarto y último lugar, es tiempo para repensar el foco en lo importante y no en
lo urgente, especialmente en el aprendizaje de todos y todas y en la preocupación
por transmitir humanidad. El mayor desafío está en “humanizar la educación”. Es
solo la humanidad del docente la que puede transmitir esa humanidad, no las
máquinas, computadoras y demás aparatos tecnológicos.
Conclusiones
El contexto mundial de la pandemia ha transformado las distintas dimensiones de
nuestra vida. Y el mundo de la educación no se ha visto ajeno de estas grandes
transformaciones. Ante el cambio y de cara al futuro tenemos varias opciones:
seguir haciendo lo mismo, vivirlo como pura pérdida o aprender de las grandes
transformaciones que nuestra sociedad ha vivido fruto de esta crisis sanitaria.
Tiendo a pensar que los que estamos en educación no podemos desentendernos
de esta última opción y que esta crisis puede ayudarnos a fortalecer nuestro rol
docente y a cambiar lo que hasta el momento no había funcionado tan bien.
En esto es muy importante que nosotros, como futuros docentes, nos
preguntemos por los aprendizajes. Hoy se nos regala una oportunidad única de
aprender a partir de lo vivido y formarnos para el futuro teniendo presente este
gran desafío. Las principales transformaciones tienen que ver con la relación
familia-escuela, la preocupación por la inteligencia emocional de nuestros
estudiantes, por los que se van quedando al margen y por la formación humana.
Si logramos hacernos cargo de estas transformaciones y aprender de ellas, el
futuro de la educación tendrá muy buen pronóstico y esta crisis sanitaria que
estamos viviendo se puede convertir en una gran oportunidad.
Diez desafíos de la formación
docente en tiempos de
pandemia y pospandemia
Victoria Zorraquín plantea una serie de desafíos que estaban presentes antes de la
pandemia, pero que se resignifican en este contexto de emergencia y deberán ser
abordados de maneras novedosas en el escenario educativo que viene.

Por Victoria Zorraquín, escritora y especialista en educación.


Celebramos que las escuelas estén volviendo a la presencialidad de formas
novedosas y variadas en las diferentes provincias argentinas. Este proceso
presenta grandes desafíos e interrogantes, pero, a la vez, este gran
paréntesis (que algunos especialistas vaticinan será de 24 meses) es un
tiempo fértil para repensar la formación docente.
Diversos estudios e informes en América Latina muestran interés y
preocupación por los resultados de la formación inicial y continua de
docentes (Aguerrondo y Vezub, 2003), (Vezub: 2002 y 2007), Ávalos
(2009), Vaillant (2013). Además, hacen hincapié en la necesidad de que
los docentes puedan contextualizar la enseñanza.
Para la gran mayoría de los docentes, el oficio de enseñar exige responder
a necesidades complejas y variadas que emergen de alumnos que vienen
de entornos de exclusión social profunda (Rodríguez-Sosa, Cáceres-Cruz,
Rivera-Gavilano, 2017). Es decir, aparecen nuevas demandas en las
comunidades, así como otras exigencias políticas y académicas. Estos
escenarios educativos diferentes, se alejan progresivamente de aquellos a
los que las escuelas y la formación docente inicial y continua, tal y como
fueron concebidas, buscaban dar respuesta.

Lea Vezub expresa que “los contextos, las instituciones y los sujetos de
enseñanza han transmutado notablemente, mientras que la formación
parece hacerlo lentamente”. La formación docente aparenta ser insuficiente
para lograr el perfil de docente que la sociedad demanda. En este sentido,
Inés Aguerrondo afirma que no basta con que el profesor sepa lo que va a
enseñar y que tenga una buena formación acerca del proceso de
enseñanza-aprendizaje, porque la tarea es tan, pero tan compleja, que
requiere de muchos otros elementos.
Si en lugar de estar escribiendo estos párrafos hoy, noviembre de 2020, lo
estuviéramos haciendo el 20 de febrero de este mismo año ¿Cuáles serían
los desafíos? Seguramente volveríamos a decir que es necesario formar a
los docentes en un currículum que desarrolle tanto los conocimientos
profundos de las áreas de contenido, como la comprensión pedagógica
eficaz, incluyendo de un modo transversal las tecnologías digitales. Se
hablaría, por supuesto, de tener objetivos claros de aprendizaje que
incluyan saberes, habilidades y actitudes docentes. El trabajo en equipo y
el aprendizaje colaborativo aparecerían como centrales, lo mismo
sucedería con la empatía y la capacidad de enseñar en contexto. Se tocaría
la necesidad de lograr experiencias clínicas en un formato más parecido a
las residencias médicas, con continuidad y la posibilidad de un ida y vuelta,
algo diferente a las residencias que, en general, hacemos en los
profesorados.

Desafíos renovados y potenciados tanto para la formación inicial


como continua
Los desafíos que teníamos hasta febrero siguen vigentes, pero se han
potenciado con el cambio del contexto al que nos obliga el COVID. En esta
nota los invito a repasar 10 desafíos clave para seguir definiendo las
prioridades de la formación docente.
Trabajo en equipo e interdisciplinario
El trabajo en equipo y colaborativo en la educación superior siempre fue
algo que se repetía cual mantra, pero, como todos sabemos, es muy difícil
de plasmar en propuestas concretas. Sin embargo, luego de unas semanas
iniciales de mucho desconcierto, fue el trabajo en equipo lo que mostró la
vida de las escuelas. Enseguida se empezaron a activar reuniones
colectivas y de planificación conjunta de docentes. Espacios como los
talleres integradores interdisciplinarios (TAIN) en los profesorados de inicial
y primaria, que muchas veces quedaban en manos del área de práctica y
que no lograban su cometido, han resurgido con fuerza en los Zoom y los
Meet. Estas formas de trabajo son claves y no deberían perderse.
El trabajo en equipo es fundamental para la formación docente en sí, y
para que los docentes en formación aprendan, desde un comienzo, que el
trabajo en solitario no alcanza para abordar los contextos variados,
complejos y difíciles que hoy son una constante en las escuelas. Pero,
además, la falta de trabajo interdisciplinario en la formación docente
muestra, muchas veces, su ineficacia. En muchos ámbitos de la formación
docente inicial se sigue insistiendo en dividir la formación en la práctica y
la teoría, como si fueran compartimentos estancos. Esto reviste una
profunda gravedad y los tiempos COVID son una oportunidad para
subsanarlo. El objetivo es conseguir que el trabajo interdisciplinario sea
parte de la realidad cotidiana de todos los docentes, que hilvane práctica y
teoría, siempre atravesado por la tecnología, para una formación docente
renovada.
En la formación continua ocurre lo mismo, los espacios se han flexibilizado
un poco, pero siguen, en su mayoría, comportándose como
compartimentos estancos. El concepto de áreas en la formación docente
inicial y continua debe ser revisado y aggiornado en forma urgente.

2. Lenguaje claro

3. Que la tecnología de un salto en los planes y programas

4. Ampliar las lecturas

5. Cambiar nuestra mirada sobre las prácticas y residencias

6. Es urgente que la formación esté cerca de la realidad escolar

7. Profundizar las habilidades para enseñar en contexto

8. La formación docente inicial y continua debe incluir el desarrollo profesional de


directores e inspectores.

9. Incluir de un modo más contundente en la formación inicial y continua la


educación emocional; los avances científicos sobre las neurociencias aplicadas al
aprendizaje; y la relación con las familias

10. Pensar en un nuevo sistema que aliente la formación continua


Alliaud, A. (2014). “Formación de profesores para la calidad de la enseñanza”,
En: Revista Política
Educativa, 4, 51-73.
Belluscio Mariana (2020) Seminario Pensamiento Computacional,
Especialización en Tecnologías
Digitales y Educación del ISEP:
http://isep-cba.edu.ar/web/2020/04/08/pensamiento-computacional-
eldesafio-que-debe-enfrentar-la-escuela-tradicional/
Dussel Inés (2020) Revista Científica EFI · DGES Volumen 6 · N° 10 Julio 2020
¨La formación docente y los desafíos de la pandemia¨.
Declaración de Bogotá (2020) Coalición latinoamericana para la excelencia
docente.
Gardner Lee (2020) What Higher Ed Has Learned From Covid-19 So Far .
Recuperado de: https://www.chronicle.com/article/what-higher-ed-has-
learned-from-covid-19-so-far
Perrenoud, Ph. (2004). Diez nuevas competencias para enseñar. Barcelona:
Graó.
Vezub, L.(2016). Los saberes docentes en la formación inicial. La
perspectiva de los formadores. Pensamiento Educativo. Revista de
Investigación Educacional Latinoamericana, 53(1), 1-14.
Zimmerman, J. (2020). Coronavirus and the Great Online-Learning
Experiment. Chronicle of Higher Education.

Educar en la pandemia: la
transformación del rol docente
La directora del Instituto de Educación e Innovación, Mgter. Melania
Ottaviano, brindó el lunes 13 de abril una charla sobre “innovación educativa y
transformación del rol docente“, en el marco del ciclo Charlas online 21 desarrolladas
a raíz de la ausencia de clases presenciales por el aislamiento obligatorio por
la pandemia del coronavirus.
“Con esta coyuntura nos empujaron al futuro, nos pusieron en un lugar donde tuvimos
que utilizar todos esos recursos de los que veníamos conversando. Un desafío clave es
cómo los docentes están haciendo un gran esfuerzo porque tenemos la responsabilidad y
el compromiso de seguir sosteniendo la educación.
Esta situación abre una oportunidad para transformar e innovar en educación. Por
primera vez en un hogar están los padres trabajando, los chicos estudiando y los
docentes haciendo el esfuerzo de adaptarnos a los diferentes escenarios”, subrayó
Ottaviano, quien consideró que “es muy importante conocer profundamente las
diferentes realidades de nuestros alumnos y familias para ver qué podemos
proponer desde lo educativo”.
En ese marco, los docentes “podemos empezar a ver qué funciona y qué no y qué cosas
vamos a seguir sosteniendo cuando volvamos al aula”, una vez que se retomen las
clases en las instituciones educativas, suspendidas por la pandemia del coronavirus que
tiene en vilo al mundo entero.
“Esta coyuntura da cuenta de que Internet es un espacio que nos permite seguir
con el proceso de enseñanza y aprendizaje, poniendo en valor al rol del educador
y vincularnos desde otro lugar con las familias“.

Recursos digitales
“Es importante tomar conciencia pasado este momento de incertidumbre que al momento
de seleccionar un recurso digital debemos validar el por qué y para qué lo estoy
seleccionando dentro de mi planificación, si es posible o no realizar algún proceso de
evaluación, que no sea seleccionar un recurso porque otro lo está usando sino evaluar
por qué y para qué en mi espacio. También hay que ver qué tiene sentido priorizar a nivel
contenidos. Es interesante trabajar algunas cuestiones que no estén en Internet. Hoy se
habla mucho de habilidades y competencias. Cuando elijo un recurso digital ¿qué
competencias y habilidades estoy trabajando? Acá tenemos un desafío más, en algunos
espacios, que es cómo puede estar atravesado ese contenido por alguna emoción.
Estamos viviendo con las emociones a flor de piel. Es bueno saber qué les pasa a los
alumnos con este contexto y ver cómo podemos hacer que las planificaciones estén
atravesadas por emociones o actividades donde se pueda trabajar con éstas”, agregó la
especialista en innovación educativa.

https://www.facebook.com/lasiglo21/videos/526300598278496/

Además, consideró que es importante tener en cuenta que “esto es un proceso. Algunos
padres dicen que les exigimos mucho, otros poco. El tiempo en esta situación es
totalmente diferente. No podemos dar 4 u 8 horas de clase cuando hay familias que
tienen un solo dispositivo u otro hijo que también debe acceder a su clase virtual. Al usar
plataformas virtuales podemos proponer actividades que se hagan en otros
momentos; no todas las clases tienen que ser sincrónicas. Se están utilizando
muchos formatos y tienen que ver con los recursos de cada uno. Cuando se habla
del aula expandida tiene que ver con esto, el aula en cualquier momento y lugar.
Es importante utilizar algunas estrategias como aprendizaje basado en proyectos,
donde pueda haber una propuesta que se pueda realizar entre varios, un proceso de
maduración de los contenidos, un espacio donde se pueda reflexionar”.
Al mismo tiempo, indicó que es importante “analizar con otros colegas el trabajo para los
alumnos; el trabajo interdisciplinario entre varios docentes cobra sentido y también el
trabajo grupal con los alumnos”. En ese marco, invitó a los asistentes a la charla virtual a
que investiguen la propuesta de aula invertida, ya que “ayuda mucho a que no sea
solamente la clase sincrónica; es clave”.
“Traten de pensar los recursos con su propio ecosistema; docentes y alumnos son
recursos -recomendó Ottaviano-. Con mis alumnos hago el festival de talentos, por
ejemplo. Organicemos algunas actividades que no sean contenidos educativos sino que
puedan generar otro tipo de vínculo y despertar otras curiosidades o intereses en los
alumnos, algo divertido.

Repensar el aula
Tenemos una oportunidad de repensar el aula, las prácticas y sumar
voces: preguntar a nuestros alumnos, poder escucharlos. Se habla del aprendizaje
centrado en el alumno. En cuanto a la palabra tarea, que tiene mala prensa, podemos
involucrar a los alumnos desde otro lugar, poder trabajar distintos formatos, con
flexibilidad en cuanto a cómo presentan las actividades. Es importante al seleccionar una
página web saber qué tengo que tener en cuenta al utilizarla. Cuando hablamos de
selección de recursos digitales, no necesitamos ser expertos en el manejo porque los
chicos se apropian enseguida de la tecnología; sí es importante conocer el por qué y
para qué”.
En ese contexto, les pidió a los docentes que “no se angustien” por no llegar a conocer
en detalle los recursos a utilizar durante este proceso. “Internet nos da la posibilidad de
explicarnos para qué sirven, cómo se usan, si son gratuitos, el idioma. Hay un tiempo de
conocer este recurso. Ténganlo en cuenta al planificar”. A su vez, consideró de suma
importancia “la claridad, cómo comunicamos el proyecto, los objetivos, si va a haber o no
evaluación, qué recursos vamos a usar, cuánto tiempo va a llegar”.

Generar nuevas redes


“Estamos generando nuevos vínculos; es muy importante tener en cuenta que se habla
mucho de educación mediada por la tecnología pero es el docente el que la
resignifica. La invitación es a no descuidar el vínculo con los alumnos, familias,
colegas, con los directivos. Es una gran oportunidad de generar nuevas redes. Y si
ya había trabajo colaborativo, es un muy buen momento para fortalecer la identidad de
la institución, de retomar la misión y ver cómo en este contexto cobra otro sentido,
qué valores teníamos y cómo podemos sostenerlos en esta coyuntura. Es como
nuestro norte. Estamos planificando y dándole sentido. Es importante recuperar esa
mirada y saber por qué y para qué, qué vale la pena enseñar pero también qué tiene
sentido para la institución, para cada docente, guardar la coherencia. Como institución
debemos tener claro cómo nos está transformando esta coyuntura.
Al mismo tiempo, es un buen momento para recabar datos y documentar lo que va
pasando para ver qué cosas vamos a sostener después y cuáles no, ver qué
estamos aprendiendo, cómo nos estamos sintiendo, qué cosas estamos aprendiendo y
desaprendiendo”, resumió.

La directora del Instituto de Educación e Innovación, Mgter. Melania


Ottaviano, brindó una charla sobre “innovación educativa y transformación del rol
docente“
Melania Ottaviano es directora del Instituto de Educación e Innovación de Universidad
Siglo 21, coordinadora de Informática Educativa del campus virtual del colegio Benito
Nazar y otros colegios de la congregación y coordinadora del proyecto inclusión de
Minecraft en clase en el colegio Benito Nazar Argentina. Además, es capacitadora en
Microsoft de Argentina sobre inclusión de Minecraft Edu en clase, asesora sobre
inclusión de Minecraft en educación Escuela Sueños y progresos de la Provincia de San
Luis.
Es docente de la diplomatura de Innovación educativa
de la Universidad Siglo 21, miembro del equipo Tedx Rio de la Plata Educación y
coordinadora de CLUBES TED Ed en provincias de Argentina. Tiene un Doctorando en la
Universidad de Extremadura de España sobre TIC en Educación

La educación expandida en tiempos de


burbujas
Revista Colegio dialogó con Melania Ottaviano, docente de la Universidad Siglo 21,
referente en innovación educativa, gamificación y entornos virtuales de aprendizaje,
quien se refirió a “La educación expandida en tiempos de burbujas”.
Melania recordó que durante la Jornada de innovación, gestión y capacitación
“Un giro copernicano en la educación”, realizada en febrero de 2020 -antes de
la pandemia- “hablábamos del gran desafío de la innovación en distintos
escenarios, de cómo la educación está en crisis. La pandemia ha visibilizado
algunas de esas cosas, como la necesidad de generar comunidades de
aprendizaje. Es un momento para reflexionar juntos de todo lo que nos está
movilizando hoy por hoy en esta vuelta a clases o nueva normalidad que nos está
desafiando y mucho a todos los educadores”.

¿Cómo viviste el año pasado? ¿Qué considerás que servirá para proyectar y
mejorar condiciones relacionadas con las formas de enseñar y aprender?

Fue y sigue siendo un gran aprendizaje. Si bien a algunos nos encontró más
preparados que a otros, no dejó de desafiarnos. Venimos hablando desde hace
mucho de innovación, de cómo la educación necesita una actualización. La
pandemia dejó visible que la educación está en una crisis de sentido. Y si bien
venimos en un proceso de transformación, también es importante tener en cuenta
las certezas que tuvimos. En lo vertiginoso de la transformación a veces
perdemos el norte o dejamos de resignificar el gran trabajo, esfuerzo o
aprendizaje que venimos haciendo en la innovación y transformación. Eso es algo
que dejó visible también esta coyuntura: uno vio quiénes estaban más preparados
para enfrentar esta incertidumbre que tiene que ver con la formación y con la
capacitación, lo necesario que es y la importancia de estos espacios para
reflexionar sobre esta crisis que a todos nos moviliza y nos invita a
transformarnos.
Creo que en este caso tenemos la oportunidad de transformar la
educación; cada uno de nosotros es parte de ese ecosistema y cada uno de los
aprendizajes tiene que ver con pensarnos como agentes de cambio. Y también
lo importante de visibilizar ese ecosistema educativo donde están las familias,
alumnos y docentes. Fue muy valioso aprender a escuchar a cada uno de estos
actores para construir juntos esa educación con sentido para cada uno de ellos.
Es uno de los grandes aprendizajes que tuvimos. Ahora, leyendo los protocolos
de regreso a clase, se ve que actores que antes no estaban articulando con la
escuela cobran un rol fundamental, como puede ser un Ministerio de Salud, una
ONG, los clubes de barrio, en el caso de que las escuelas no cumplan con las
condiciones que piden los protocolos. Creo que la educación durante muchos
años estuvo fuera de este ecosistema y hace unos años venimos haciendo
un gran esfuerzo para estar a la altura de todas las transformaciones que sí
están sucediendo en otros ecosistemas. El ecosistema digital impacta en el
educativo y nos dimos en cuenta en esta pandemia esa necesidad.
Necesitamos una educación más cuestionadora…

Es clave poder escuchar a las generaciones actuales para esa búsqueda de


sentido, conocer cuáles son las demandas que el mundo actual nos propone para
formar a estos futuros líderes o ciudadanos globales.  
Con esta gran crisis estamos preguntándonos mucho día a día sobre el
sentido de la escuela. Es una oportunidad para hacerlo. Es interesante mirar
hacia adentro de cada institución educativa para encontrar el significado propio y
ver cuál es el sentido de esa planificación que hicimos. Es clave poder tomar la
misión que las instituciones acuerdan a través del PEI (Proyecto Educativo
Institucional) y que conversan con las familias que se acercan a las escuelas para
inscribir a los hijos.
LA EDUCACIÓN EXPANDIDA
La educación expandida tiene que ver con esto. Hoy se puede aprender en
cualquier momento y lugar. Es importante que la escuela empiece a darse cuenta de
que no solo se aprende en el aula o en un entorno académico, sino que también nuestros
alumnos y nosotros aprendemos todo el tiempo. En este contexto, la educación
expandida es esta combinación de poder sostener esa trayectoria educativa en el aula
física como en un aula virtual.
Algo clave es el desafío de los educadores de poder enseñar los contenidos que no están
en Internet (competencias y habilidades que preparan a las nuevas generaciones para el
mundo actual, las habilidades del siglo XXI).  Esto habla de la evolución de la
educación que antes estaba centrada en los contenidos y hoy en el desarrollo de
habilidades y competencias para poder procesar o categorizar, refutar o
preguntarnos; tener un pensamiento crítico sobre esos contenidos. Hoy en día para
las nuevas generaciones lo que está en Internet es verdad y eso no es así. Hay
plataformas como Chequeado, que nos hacen generar un pensamiento crítico para poder
validar o no un contenido. Eso es importante para docentes, familias y alumnos poder
prepararnos frente a la gran cantidad de información disponible, desarrollar indicadores al
momento de la búsqueda que validen los diferentes sitios web para ver si son referentes
o no para el contenido que queremos trabajar a nivel educativo.
PLATAFORMAS VIRTUALES
Fue un gran aprendizaje para las escuelas poder seleccionar qué plataforma
virtual era la adecuada o necesaria. Se empezaron a generar comunidades de
aprendizaje dentro de las instituciones educativas. Todo lo que podemos hacer
en un aula física se puede hacer en un aula virtual: generar actividades para
que los alumnos puedan hacer y compartir con los docentes, foros de intercambio.
Es muy importante tener en cuenta las posibilidades de interacción que nos
permite entre pares. Quedó muy en evidencia lo necesario que es generar
vínculos para que no se de la gran deserción que lamentablemente se dio en
esta pandemia.
Al principio pusimos el foco en los contenidos y luego nos dimos cuenta de
la importancia de humanizar la tecnología para poder gestionar las
emociones. La virtualidad nunca va a reemplazar lo presencial. Todos
extrañamos un buen abrazo, correr en el patio, jugar con otros, trabajar en equipo,
pero una buena plataforma también nos lo permite.
Algo que generó debate es que los alumnos no encendían las cámaras. Muchas
plataformas nos dan la posibilidad de poder moderar esto, aunque a veces esto
ocurra por la baja calidad de internet. Debemos conocer los recursos con los que
cuentan los alumnos y el equipo docente.
Además, la plataforma virtual nos da la posibilidad de los espacios
asincrónicos para poder acceder a los contenidos en cualquier momento.
Las plataformas expanden las paredes del aula y suman herramientas.
¿Qué recursos, aplicaciones gratuitas y juegos recomendarías?

 Google Classroom: para utilizarla solo hay que crear una


dirección de Gmail.
 Moodle: es gratuita, pero debe instalarla alguien que sepa y
mucho en un servidor. Es de código abierto y tiene toda una comunidad
de desarrolladores que escuchan a los usuarios y van haciendo mejoras.
 Padlet: es una plataforma colaborativa que nos permite que
cualquiera al que compartimos el enlace pueda subir fotos, videos, etc.
Es muy ágil; la podemos usar a nivel transversal con cualquier contenido.
 Kahoot
  Mentimeter: sirve para hacer encuestas rápidas y tener feedback.
Ya estaban estas plataformas, pero no se usaban. ¿Por qué tuvimos que
esperar una pandemia para que las podamos utilizar?

La formación docente es clave, que haya una actualización de los programas


de actualización. En su formación no están presentes estas herramientas
digitales. Por otro lado, los docentes no están tan acostumbrados a incluir los
recursos digitales, aunque estén alfabetizados digitalmente. La clave es ver
cómo lo puedo integrar en mi planificación.
Hay una idea de que el alumno sabe más porque ya nació inmerso en el
mundo digital; el temor a decir no lo sé. Sin embargo, nos dimos cuenta de que
ellos valoran el esfuerzo del docente para aprender a usar recursos. Esto de
poder generar comunidad y aprendizajes en forma conjunta es clave.
Los videojuegos pueden ser utilizados con fines educativos, pero a veces
tienen mala prensa porque se dice que generan violencia o distracción. Debemos
preguntarles más qué recursos usan para poder llevarlo al aula virtual o
presencial.

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