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A continuación el texto completo:

“Hoy nos toca despedir el ciclo lectivo 2020. Fue un año largo, pero se nos
pasó volando. Fue terrible, pero de mucho aprendizaje. Sobre todo de
hacernos fuertes a pesar de las circunstancias.

Fue un año de aislamiento, pero estuvimos más cerca que nunca, en esos
abrazos virtuales, en audios y videos llenos de amor contenido.

Tuvimos miedo, angustia, dolor e incertidumbre. Estuvimos perplejos,


aburridos, asustados, enojados. Pasamos por miles estados de ánimo:
lloramos, reímos, aplaudimos, gritamos, nos ayudamos, hicimos lo que
pudimos…

La seño, aprendió a usar mucho más la computadora, a hacer videos, video


llamadas y a trabajar sin horarios.

Los papás, aprendieron a ser maestros en casa, apoyaron y acompañaron a


los pequeños en cada aprendizaje.

Y ustedes, mis pollitos, aprendieron a trabajar solitos, a reciclar, a leer,


escribir, a bailar y actuar sin límites ni vergüenza. ¡Estoy orgullosa de cada
uno de ustedes!

¡CRECIMOS Y APRENDIMOS!

Compartimos momentos increíbles e inolvidables entre todos.

Nunca nos pasó tanto en tan poco tiempo y aquí estamos… somos
sobrevivientes de un tiempo duro que nos llegó de golpe sin pensarlo.

Es diciembre y al despedirnos tenemos derecho a emocionarnos, a llorar, a


abrazarnos en silencio por tantos abrazos que no nos dimos, a besarnos con
el alma, a acariciarnos con las miradas.

Llegamos al final y solo es el principio.

No fue un año perdido, fue distinto, de aprender en forma virtual y


acompañados por la familia.

¡GRACIAS! La palabra más linda del año.

Gracias… por compartir este año de vivencias especiales.


Gracias… por participar cada vez que la señorita se los pidió.

Gracias… por la paciencia y el cariño cotidiano.

Gracias… por los audios y mensajes que me llenaron el alma.

Gracias por estar al pie del cañón… ¡Siempre!

Y no perdamos el tiempo, tratemos de ser mejores cada día.

SUMANDO esfuerzos, RESTANDO preocupaciones, MULTIPLICANDO


buenos actos y DIVIDIENDO nuestro amor para que no falte en ninguno de
nuestros hogares.

Fue un año distinto, pero de un gran aprendizaje.

Estoy feliz y orgullosa de todos y cada uno de ustedes".

 El reto más trascendente no es concluir el ciclo


escolar o agotar los programas de clases. Es más
profundo: aprendamos de las circunstancias,
trabajemos juntos, aprovechamos los recursos y
valoremos el privilegio de la vida.

 Decirle adiós a las aulas es un acto responsable. Las escuelas


son espacios donde explotan las ideas, la inspiración, donde
se desarrollan los lenguajes, el pensamiento y la belleza, pero
también son focos inigualables de infección en situaciones
como las que ahora sufre el mundo.
 Decirle adiós a las aulas es un gesto aplaudible cuando
todavía siguen creciendo los infectados y las muertes se
acumulan dramáticamente. Pero tenemos que seguir
aprendiendo. Los maestros debemos procurar las estrategias,
contenidos y actividades relevantes (subrayo, relevantes) para
que los estudiantes consigan aprendizajes. Pero solos no
pueden; el trabajo docente es siempre en equipo, hoy está
más claro que nunca.
 Los retos son colosales: México perdió décadas con
experimentos fallidos en distintos gobiernos federales. La
inversión millonaria tendría que haberse reflejado en mejores
resultados. Si así hubiera sido, la pandemia nos habría
tomado un poco menos desprovistos. Pero no hay tiempo para
lamentos ni reproches, no ahora; solo nos queda intentar un
esfuerzo inusitado para que los niños y jóvenes
individualmente, y las instituciones y sistemas educativos
aprendamos de la contingencia. La oportunidad de
aprendizajes es extraordinaria.
 Es posible educar en cuarentena, nos contaban en un
seminario web hace algunas semanas dos expertos: Mariano
Narodowski desde Argentina, y Mariano Fernández Enguita,
desde España.
 Un peligro que nos acecha es tratar de trasladar la rutina del
aula a la casa. La casa no es el aula, y la experiencia del
aprendizaje en casa no puede equipararse a la rutina de la
escolarización. Educar en contingencia sanitaria es un desafío
pedagógico inédito.
 El primero de los retos que tenemos enfrente es el del acceso
al mundo digital. El baile de cifras respecto al equipamiento
tecnológico revela las disparidades entre niños, familias y
escuelas. Si no todos tienen acceso a computadoras e
internet, ¿cómo circularán las tareas, los contenidos, los
programas de la casa de las maestras y maestros a la de los
niños? Pero también entre los maestros hay desiguales
accesos y usos.
 Entonces se vuelven importantes dos tecnologías que en
México se habían olvidado de la buena educación, en general;
la radio y la televisión. Televisión y radio pueden jugar un
papel crucial, que no sustituirá al mundo dominante de las
otras tecnologías, pero podría ser un puente para que unos
niños no se queden varados en la otra orilla.
 El gran reto, para mí el más importante, es pedagógico. El
proyecto educativo. La Secretaría de Educación Pública lanzó
una estrategia nacional de educación a distancia sin probarse
previamente, montada sobre dos gigantes del mundo
tecnológico: Google y YouTube. ¡Quién diría que serían los
vehículos sobre los que oficialmente se acercaría la
instrucción a los niños mexicanos que tengan esa posibilidad!
 Seguramente la experiencia tendrá buenos resultados en
algunas escuelas; en otras, menos buenos, y en algunas,
inevitablemente, malos o desastrosos. Dependerá de distintos
factores. A la tecnología y al proyecto debemos sumar dos
ingredientes: la actitud y preparación de los maestros, así
como la voluntad y posibilidades en el hogar.
 La pandemia es campo para aprendizajes de otra naturaleza,
esos que llamaríamos “para la vida”, que es así como tendría
que ser toda la educación. Porque la educación siempre
tendría que prepararnos para la vida, porque las matemáticas,
la historia, la literatura, la educación física o las ciencias tienen
ese sentido final.
 Cambio de tema para soñar un poco.
 Quisiera pensar que cuando pase la cuarentena el campo
pedagógico no quedará como las playas después del tsunami;
o las casas, luego del terremoto.
 Quiero imaginar que la pandemia desafió lo mejor de las
maestras y maestros; que no lo vieron como más trabajo, sino
como oportunidad para aprender enseñando, y mientras
enseñaban, dándose cuenta de su ignorancia, trataron de
remediarla.
 Deseo que las maestras y maestros que habían perdido la
ilusión que los llevó a una escuela por primera vez, la
recuperen ante la necesidad de lograr que sus estudiantes,
lejos, en otro lugar, sin muchos recursos, puedan aprender de
forma significativa.
 Me gustaría que los maestros en la secundaria o el
bachillerato descubrieran que estudiar biología, química o
ciencias puede despertar más interés ahora, para entender el
funcionamiento del cuerpo humano, de las enfermedades, de
las vacunas, del trabajo científico.
 Que es un buen momento para entender la geografía, la
historia de China y universal, o las disparidades delirantes en
el país más poderoso del mundo, cuyo centro financiero,
Nueva York, se derrumba por un bicho invisible.
 Es un buen momento, también, para estudiar con las palabras
generadoras de Paulo Freire, a partir de las cuales se analice
una realidad y se aprenda uniendo textos y contextos;
palabras como virus, solidaridad, globalización, transmisión,
tecnologías, salud, cambio climático, humanidad.
 Es el momento más apremiante que nos tocó a las
generaciones de hoy. Un momento que nos exhibe en nuestra
vulnerabilidad y que hace tener más claro que nunca, que los
pueblos de la tierra, por encima de banderas y fronteras, nos
necesitamos para la sobrevivencia.
 Que es el mejor momento para desarrollar las emociones y
valores de la solidaridad, la generosidad, el cuidado del otro, la
responsabilidad por lo colectivo, la alegría, la resiliencia, el
amor.
 El reto más trascendente no es concluir el ciclo escolar o
agotar los programas de clases. Es más profundo:
aprendamos de las circunstancias, trabajemos juntos,
aprovechamos los recursos y valoremos el privilegio de la
vida.
 La cuarentena no debe ser pretexto para que profesores y
directores llenen reportes y evidencias para informes
institucionales inútiles. O para recargar de tareas y tareas y
tareas a los estudiantes.
 Hoy más que nunca resuenan potentes aquellas palabras del
maestro Paulo Freire: la educación tienen que ser una
aventura, un desafío, no una canción de cuna, ni la tortura que
perjudicará a los que menos tienen y más necesitan.

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