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Decamerón

Para la película homónima de Pier Paolo Pasolini, véase El Decamerón (película).

Decamerón

de Giovanni Boccaccio 

Ilustración de la edición de Il Decameron publicada enVenecia h. 1492

Editor(es) Filippo y Bernardo Giunti

Género Novela 

Edición original en italiano 

Título original Il Decameron, cognominato Prencipe


Galeotto 

Filippo and Bernardo Giunti 


Editorial

País Italia 

Fecha de 1350 
publicación

Edición traducida al español

Texto en español Decamerón en Wikisource

Libros

 Day One, Tale One of the Decameron

[editar datos en Wikidata]

El Decamerón (Decameron o Decamerone, en italiano), subtitulado Príncipe Galeoto (Prencipe


Galeotto en italiano antiguo) es un libro constituido por cien cuentos, algunos de ellos novelas cortas,
escritos por Giovanni Boccaccio entre 1351 y 1353. Desarrolla tres temas principales: el amor, la
inteligencia humana y la fortuna. Los diversos cuentos de amor en el Decamerón van de lo erótico a
lo trágico. Son relatos de ingenio, bromas y lecciones vitales.
Para engarzar las cien historias, el libro está construido como una narración enmarcada. La obra
comienza con una descripción de la peste bubónica (la epidemia de peste negra que golpeó
a Florencia en 1348), lo que da motivo a que un grupo de diez jóvenes, siete mujeres y tres hombres que
huyen de la plaga, se refugien en una villa en las afueras de Florencia. Probablemente, Boccaccio
concibió el Decamerón después de la epidemia de 1348, y lo terminó en 1353.
Además de su valor literario y amplia influencia (por ejemplo en los Cuentos de
Canterbury de Chaucer), documenta la vida de la época. Escrito en el vernáculo dialecto florentino, está
considerada una obra maestra de la prosa temprana en italiano.1

Índice
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 1Título
 2Argumento
o 2.1Narración enmarcada
o 2.2Personajes
o 2.3Temas de las jornadas
o 2.4Estructura gótica
 3Temas y características
 4Censura
 5Fuentes literarias
 6Legado
o 6.1En literatura
o 6.2En música
o 6.3En el cine
o 6.4En pintura
 7Referencias
 8Enlaces

Título[editar]
El título principal del libro ejemplifica el cariño de Boccaccio por
la filología griega: Decameron combina dos palabras griegas, δέκα, déka ("diez")
y ἡμέρα, hēméra ("día"), para formar un término que significa "[acontecimiento] de diez días".2 Diez
días es el tiempo en el que los personajes de la narrativa que enmarca relatan sus cuentos.
El título es una referencia al Hexamerón (los "seis días" de la Creación) de San Ambrosio, una
reformulación en verso del relato bíblico del Génesis. La intención de Boccaccio es construir
una analogía entre su propia obra y la de San Ambrosio: como el santo narra la creación del mundo y de
la humanidad, de la misma manera el Decamerón narra la recreación de la humanidad, que se produce
mediante los diez protagonistas y sus cuentos, tras la desolación que la peste ha producido
en Florencia en el año 1348.
El subtítulo de Boccaccio, Prencipe Galeotto (Príncipe Galeotto o Galehaut), se refiere a Galeotto, un
rey ficticio retratado en el Lanzarote-Grial a quien a veces se le denomina por el título de haut
prince ("alto príncipe"). Galeotto fue amigo íntimo de Lanzarote del Lago y un enemigo del rey Arturo.
Cuando Galeotto supo que Lanzarote amaba a la reina Ginebra, esposa de Arturo, organizó un encuentro
entre su amigo y Ginebra. En este encuentro la reina primero besa a Lanzarote, y así comienza su affair.
En el Canto V del Infierno, Dante compara a estos dos amantes ficticios con los enamorados de la vida
real Francesca da Rimini y Paolo Malatesta, cuya relación él dramatiza. En el Infierno, Francesca y
Paolo leen sobre Lanzarote y Ginebra, y la historia los apasiona hasta el punto de ponerse a hacer el
amor.
La descripción de Dante de la munificiencia de Galeotto y su benevolencia en medio de la intriga
impresionó a Boccaccio. Al invocar el nombre Prencipe Galeotto en el título alternativo a Decamerón,
Boccaccio alude a un sentimiento que expresa en el texto: su compasión por las mujeres privadas de
libertad a la hora de hablar, y también social, confinadas en sus casas y, a veces, sufriendo mal de
amores. Contrasta su vida con la de los hombres, que disfrutan de entretenimientos como la caza, la
pesca, cabalgar y la cetrería.3

Argumento[editar]
IV Jornada, "Apologo delle Papere", por Meli Valdés Sozzani.

Narración enmarcada[editar]
El Decamerón empieza con un breve proemio,4 preámbulo en el que el autor habla en nombre propio.
Por cuestiones de amor decide consagrar un poco de su tiempo a los placeres de un público lector
principalmente femenino.
La primera jornada viene precedida de una descripción de la peste y del relato de cómo se produjo el
encuentro fortuito de los narradores de estas historias. El Decamerón contiene así una descripción de los
efectos físicos, psicológicos y sociales que la peste bubónica ejerció en esa parte de Europa.
¡Cuántos valerosos hombres, cuántas hermosas mujeres, cuántos jóvenes gallardos a quienes no otros
que Galeno, Hipócrates o Esculapio hubiesen juzgado sanísimos, desayunaron con sus parientes, compañeros y
amigos, y llegada la tarde cenaron con sus antepasados en el otro mundo!
5

Mientras Florencia sufre la muerte, siete jóvenes (amigas, parientes o vecinas) de la alta sociedad
florentina se encuentran por azar un martes por la mañana reunidas en la desierta iglesia de Santa María
Novella. Después de la misa, se pusieron a charlar.
Evocando la situación sanitaria, Pampinea lanza la idea de retirarse de Florencia y marchar a una villa
abandonada en el campo de Fiesole durante dos semanas. Todas aprueban la idea, aunque Filomena
advierte del peligro de dejar la sociedad sin ningún hombre que las rija. Y la joven Elisa la apoya:
En verdad los hombres son cabeza de la mujer y sin su dirección raras veces llega alguna de nuestras obras a un fin
loable: pero ¿cómo podemos encontrar esos hombres? Todas sabemos que de los nuestros están la mayoría muertos,
y los otros que viven se han quedado uno aquí otro allá en distinta compañía, sin que sepamos dónde, huyéndole a
aquello de que nosotras queremos huir, y el admitir a extraños no sería conveniente; por lo que, si queremos correr
tras la salud, nos conviene encontrar el modo de organizarnos de tal manera que de aquello en lo que queremos
encontrar deleite y reposo no se siga disgusto y escándalo. Boccaccio
Decamerón, Primera jornada.6

Entraron entonces en la iglesia tres jóvenes, "que no lo eran tanto que no fuese de menos de veinticinco
años la edad del más joven": Pánfilo, Filostrato y Dioneo. Introducen a los jóvenes en su proyecto.
Pasado el primer instante de sorpresa, aceptan acompañarlas, como voluntarios y porque uno de ellos
ama a Neifila, precisa Boccaccio. Pampinea es designada reina de la jornada y organiza la partida.
Al día siguiente, miércoles, abandonan Florencia y se refugian en una campiña idílica a unas dos
millas.7 Boccaccio describe el lugar como un paraíso terrenal:
Estaba tal lugar sobre una pequeña montaña, por todas partes alejado algo de nuestros caminos, [...]; en su cima
había una villa con un grande y hermoso patio [...], con pradecillos en torno y con jardines maravillosos y con
pozos de agua fresquísima8

La Naturaleza es omnipresente en la descripción y ocupa un lugar central para los personajes. En otros
momentos del relato mencionará pájaros cantores, hierbas húmedas de rocío, una guirnalda de laurel y
un delicioso jardín.9
Para pasar las tardes, cada miembro del grupo narra una historia cada noche, excepto un día a la semana,
que hay que dedicarla a hacer labores, y los días sagrados en los que no se trabaja en absoluto, lo que da
lugar a diez noches de narración a lo largo de dos semanas. De esta manera, al terminar la quincena, han
contado cien cuentos. Aunque, en realidad, la obra comprende un total de 101 cuentos, pues en la
introducción a la cuarta jornada, Boccaccio introduce otra historia.
Personajes[editar]

A Tale from Decameron por John William Waterhouse, 1916, Lady Lever Art Gallery, Liverpool.

Boccaccio indica que los nombres que dio a estos diez personajes son de hecho seudónimos «elegidos
apropiadamente de acuerdo a las cualidades de cada uno». Los nombres italianos de las siete mujeres, en
el mismo orden significativo según el texto original
son: Pampinea, Fiammetta, Filomena, Emilia, Laureta, Neifile, y Elissa. Los nombres de los varones
son: Panfilo, Filostrato, y Dioneo.
... les daré un nombre apropiado, en todo o en parte, a su carácter y a sus cualidades.10

Sus nombres son:

 Pampinea ("la exuberante"), reina de la primera jornada. Es la mayor de la brigada, con veintisiete
años. Toma siempre la iniciativa.
 Filomena ("amante del canto" o quizá "aquella que es amada"), reina de la segunda jornada, es
optimista y vital.
 Neifile ("nueva amante"), reina de la tercera jornada. Destaca por su belleza.
 Filostrato ("vencido por el amor"), reina en la cuarta jornada. Es un joven profundamente
melancólico.
 Fiammetta (la dama amada por Boccaccio), reina de la quinta jornada. Hay quien ve en ella el
retrato de una mujer real, María de Aquino. Inteligente, bella y decidida, según algunos estudiosos,
es una figura que se repite en Boccaccio y que equivaldría a la Beatriz de Dante o la Laura
de Petrarca.
 Elisa (otro nombre de Dido, reina de Cartago en la Eneida de Virgilio) reina en la jornada sexta.
Docta y prudente, de una dignidad no exenta de aristocracia, considera que la mujer necesita estar
bajo el mando de un hombre para obrar correctamente.
 Dioneo ("lujurioso", de Dione, madre de Venus, spurcissimus dyoneus se definía Boccaccio a sí
mismo en una carta juvenil), rey de la jornada séptima. Muchos autores han argüido que Dioneo
expresa las opiniones del propio Boccaccio.11 Resulta ser un personaje muy transgresor. No se
adapta al tema de cada jornada sino que explica una historia libremente, sin relación con los relatos
de los otros.
 Lauretta, reina de la jornada octava. Es paradigma de la justicia y la sumisión femenina al hombre.
 Emilia, reina la novena jornada, es muy narcisista. Da señales de un cierto egocentrismo y tiene una
peculiar relación con Dioneo, tan sólo insinuada por el autor.
 Pánfilo, el último rey. Su nombre en griego significa "el que lo ama todo" y efectivamente, da
señales de un gran "amor por el amor", de un cierto apasionamiento. Sus historias acostumbran a
tener un marcado mensaje y se prestan a múltiples interpretaciones.
Siguiendo una interpretación alegórica influida por la numerología medieval, las siete jóvenes
representarían las cuatro Virtudes cardinales y las tres Virtudes teológicas (Prudencia, Justicia,
Templanza, y Fortaleza; Fe, Esperanza, y Caridad). Los tres jóvenes representarían la división tripartita
griega tradicional del alma (Razón, Apetito Irascible, y Apetito Concupiscible).
Los personajes principales se caracterizan normalmente a través de sus diálogos y las acciones que
ejecutan, de manera que para cuando la historia termna parecen verdaderos, y sus acciones lógicas dado
el contexto.
Temas de las jornadas[editar]

Ilustración de una edición flamenca de 1432

Cada uno de los diez personajes es nombrado Rey o Reina del día. Este cargo implica elegir el tema de
las historias de ese día, y todos los días salvo dos tienen un tema:

 Jornada primera: Cada cual habla de lo que más le agrada.


 Jornada segunda: Se habla de aquellas personas que, abrumadas por diversos infortunios, consiguen
llegar a dichoso término.
 Jornada tercera: dedicada a quienes con gracia e inteligencia lograron alguna cosa largamente
deseada, o recobraron lo que habían perdido.
 Jornada cuarta: historias de amor con final desgraciado.
 Jornada quinta: historias de amor con final feliz.
 Jornada sexta: sobre aquellos que se defendieron con alguna respuesta aguda, evitarin daños y
afrentas e hicieron callar a los necios.
 Jornada séptima: burlas que por amor o por miedo, hacen las mujeres a sus maridos, con o sin el
conocimiento de ellos.
 Jornada octava: burlas que con frecuencia se hacen hombres y mujeres entre sí.
 Jornada novena: tema libre.
 Jornada décima: grandes hazañas.
Sólo Dioneo, que normalmente cuenta el último cuento cada día, tiene el derecho a relatar una historia
sobre cualquier tema que quiera, debido a su ingenio.12 13
Cada día incluye también una corta introducción y una conclusión que continúa el marco de los cuentos
describiendo otras actividades diarias además del contar cuentos. Estos interludios a menudo incluyen
transcripciones de canciones folclóricas italianas.14 Las interacciones entre cuentos en un día, o a lo largo
de los días, como Boccaccio desarrolla variaciones e inversiones de material precedente, forma un todo y
no sólo una colección de historias. Argumentos básicos de las historias incluyen burlas a la lujuria y la
avaricia de los clérigos; tensiones en la sociedad italiana entre la nueva y rica clase comercial y las
familias nobles; los peligros y las aventuras de los mercaderes al viajar.
Estructura gótica[editar]
El especialista en literatura medieval Vittore Branca, en su obra Bocaccio y su época, considera que
el Decamerón tiene un estructura gótica. Según esta, los cuentos se emplazan bajo una dinámica
ascensorial donde San Chiappelletto (Jornada I) condensa los vicios y Griselda (Jornada X), la máxima
pureza. Se pondría en evidencia, al estilo arquitectónico gótico, una imagen de depuración a medida que
avanza la obra. También Branca se refiere al carácter bifronte del Decamerón destacando lo cómico
versus lo trágico, lo vulgar en oposición a lo cortés y lo vicioso-heroico del texto. También esta especie
de dualidad es evidente en los personajes citados (Ciappelletto-Griselda), los cuales podrían interpretarse
bajo la antítesis Judas-María[cita requerida].

Temas y características[editar]
Los temas son casi siempre eróticos, a tono con la mentalidad burguesa que empezaba a fraguarse en
Florencia: la inteligencia humana, la fortuna y el amor. Cada día también incluye una breve introducción
y una conclusión, que describen otras actividades diarias del grupo, además del relato de historias. Estos
interludios del cuento incluyen con frecuencia las transcripciones de canciones populares italianas en
verso.
Se puede considerar el Decamerón como obra precursora del Renacimiento por la concepción profana
del hombre, la ausencia de rasgos fantásticos o míticos, y la burla de los ideales medievales, lo que dota
a la obra de un carácter claramente antropocéntrico y humanista. Los jóvenes que llevan adelante las
diez jornadas instauran la idea del carpe diem en contraposición al tópico literario del ubi sunt. Puede
apreciarse una paulatina desmitificación de la idea de la tierra como simple tránsito hacia la vida eterna.
Ilustración de Jean Fouquet.

Cada historia pone en escena personajes tomados de la realidad contemporánea (comerciantes, notarios,
banqueros, artesanos, gentes del pueblo, campesinos instalados en la ciudad, etc. pero también
encontramos reyes, caballeros, personajes históricos) en medio de registros variados
(cómico, patético, trágico, heroico, grotesco, picaresco...). Boccaccio se concentra en el ser humano, su
comportamiento y sus capacidades, las que le permiten adaptarse a la variable fortuna de la vida y
superar los obstáculos. La mayor parte de los personajes hacen poco caso de los valores morales de la
Iglesia, prefiriendo su buen sentido y la iniciativa personal para salir de situaciones difíciles. Son seres
comunes, defectuosos y desprovistos de cualquier valor noble, caballeresco o cortés, propio de una
sociedad feudal; por el contrario, destacan los ladrones, embusteros y adúlteros, y se enaltece su astucia,
que les permite salir airosos de las situaciones descritas, a diferencia de la antigua concepción medieval,
donde el protagonista o héroe de la historia poseía facultades inherentes a su ser, como la belleza o la
fuerza, y asociadas siempre a la nobleza y la divinidad. Finalmente, el fuerte sentido anticlerical de las
historias de Boccaccio le aleja de la concepción teocéntrica medieval. Con ello reflejaba la nueva
sociedad burguesa de la época, donde los valores prácticos se imponían por encima del orden antiguo,
caballeresco y aristocrático. El comportamiento de los diez cuentacuentos, con elegancia y cortesía
fundadas en la dignidad, el buen gusto y el respeto, da ocasión al autor para trazar un esquema ideal de
vida.
Se puede considerar que en estos relatos, considerados como las primeras novelas de la literatura
europea, se asiste al surgimiento de una nueva clase social: una burguesía comerciante e ilustrada.
En esta obra el dios del amor, Eros, rige el mundo. Los cuentos tratan principalmente del tema del amor,
tanto cortés como vulgar. Los dos sexos, tanto el varón como la mujer, son criaturas destinadas al amor,
que se entiende de una manera definidamente sensual y que, por consiguiente, debe ser experimentado
corporalmente.
El Decamerón se escribió cuando la Edad Media llegaba a su fin. Así, mientras la peste arrasaba
provocando estragos alrededor, en este jardín florece todo un mundo de historias vitales y de
sobrecargada sensualidad.
Ilustración de una edición flamenca, (1432. París, Biblioteca Nacional).

Todas las historias eróticas de Bocaccio se corresponden con la imagen medieval de la mujer, proclive a
caer en las tentaciones de la carne. Se la considera como a una hija de la seductora Eva, muy difícil de
saciar. Se repite la idea de que si el marido no satisface a la mujer, ésta se procurará el placer por otros
caminos.
La mayor parte del tiempo. Boccaccio aprovecha para asumir la defensa de la mujer. Muestra que su
mejor defensa es la palabra, que ellas saben explotar correctamente. Aquí, la cuestión de su lugar es
crucial. En efecto, la mayor parte de los relatos presentan en escena el mundo femenino. Sin embargo,
Boccaccio puede mostrar una visión despectiva; algunos cuantos son verdaderamente críticos con su
actitud. Por ejemplo, el séptimo cuento de la octava jornada narra la venganza de un escolar en una
viuda que le ha jugado una mala pasada. El colegial aprovecha para hacer una larga revisión del
comportamiento de ciertas mujeres.
El Decamerón pasa de modo decidido de la nouvelle al libro extenso escrito en lengua italiana. De hecho
es la primera obra en prosa escrita en este idioma romance.

Censura[editar]
La Iglesia católica, a través de la Inquisición, incluyó este libro entre los prohibidos. El índice de libros
prohibidos fue instituido por el papa Pablo IV Carafa en el año 1559. El Decamerón apareció en el
Índice bajo la letra B, aludiendo a sus "errores intolerables".
En el año 1573 la Inquisición encargó a expertos florentinos, los Deputati, la tarea de revisar el texto
florentino. No se sabe seguro quiénes fueron los censores, ni su número, si fueron tres o cuatro. Entre
losmiembros del grupo destacaría Vincenzo Borghini, reconocido como el verdadero promotor de la
censura del Decamerón.
El 2 de mayo de 1572 volvió a Florencia la copia oficial autorizada por los inquisidores de Roma para
poder imprimirse, pero sólo el 17 de agosto de 1573 fue impreso el texto. Al año siguiente, el texto de la
obra reducida fue acompañado por unos comentarios, Le Annotazioni di discorsi sopra alcuni luoghi del
Decameron, con consideraciones lingüísticas y filológicas que buscaban justificar los cambios.
El Decamerón de los Deputati se encontró poco después prohibido por la misma Inquisición y sólo tuvo
una edición.
El Decamerón conoció en 1582 otra edición a cargo de Leonardo Salviati. Parece que fue el mismo
Salviati quien, a través de su protector Jacopo Buoncompagni, empujó a la curia romana a pedir una
nueva censura del Decamerón.
En realidad el Decamerón de Salviati más que una verdadera y propia edición fundada en los resultados
de las investigaciones originales, parece una corrección de la edición precedente. Mientras los Deputati
de Borghini se limitaron a cortar, Salviati modificó, o dicho con más precisión, que mientras los
primeros intervinieron en el texto, el segundo censuró también la lectura, recurriendo a glosas
margunales para desarrollar abiertamente una función de mediación entre el texto y el lector, para dar
una interpretación unívoca.

Fuentes literarias[editar]

El banquete en el pinar (1482/3) es la tercera pintura en la serie de Sandro Botticelli La historia de Nastagio degli
Onesti, que ilustra acontecimientos de la octava historia del quinto día.

Los argumentos básicos de las historias no son generalmente invención de Boccaccio; de hecho, se
basan en fuentes italianas más antiguas, o en algunas ocasiones en fuentes francesas o latinas. Lo mismo
hicieron autores posteriores, copiándole a él. Aunque sólo consultó fuentes francesas, italianas y latinas,
algunos de sus cuentos tienen su origen en tierras tan lejanas como la India, Persia España y otros
lugares. Algunos relatos tenían siglos de antigüedad. Por ejemplo, parte del cuento de Andreuccio de
Perugia (II, 5) procede el Éfeso del siglo II (en el Cuento de Éfeso). La estructura del marco narrativo
(aunque no los personajes o la trama) procede del Panchatantra, que fue escrito en sánscrito antes del
año 500 y que le llegó a Boccaccio a través de una cadena de traducciones que incluye idiomas como
el persa antiguo, árabe, hebreo y latín. Incluso la descripción del acontecimiento central, esto es, la peste
negra (de la que Boccaccio fue con toda seguridad testigo) no es original, sino que se basa en la Historia
gentis Langobardorum de Pablo el Diácono, que vivió en el siglo VIII.
Algunos eruditos han sugerido que algunos de los cuentos de los que no se conoce fuente anterior puede
que no fueran inventados por Boccaccio, sino que circulasen en la tradición oral local, siendo Boccaccio
simplemente la primera persona que los ha documentado. El propio Boccaccio dice que oyó algunos de
los cuentos oralmente. En VII, 1, por ejemplo, afirma que escuchó la historia a una anciana que lo
conoció de niña.
El hecho de que Boccaccio cogiera los argumentos que forman la mayor parte del Decamerón no
significa que los reprodujera mecánicamente. La mayor parte de las historias se ambientan en el siglo
XIV y fueron suficientemente modernizadas por el autor de manera que el lector podía no saber que
habían sido escritos siglos antes, o en una cultura extranjera. También Boccaccio a menudo combinaba
dos o más cuentos sin relación en uno solo (como hace en II, 2 y VII, 7).
Más aún, muchos de los personajes realmente existieron, como Giotto di Bondone, Guido
Cavalcanti, Saladino y el rey Guillermo II de Sicilia. Los eruditos incluso han sido capaces de verificar
la existencia de personajes menos famosos, como los bromistas Bruno y Buffalmacco y su
víctima Calandrino. Otros personajes ficticios se basan en personas reales, como la señora Fiordaliso del
cuento II, 5, que deriva de la señora Flora que vivió en el barrio de las prostitutas en Nápoles. A menudo
Boccaccio confunde intencionadamente datos históricos (II, 3) y geográficos (V, 2) con propósitos
narrativos.
Otra de las técnicas frecuentes de Boccaccio fue complicar cuentos ya existentes. Un claro ejemplo de
esto es el IX, 6, que también usó Chaucer en su "Cuento del administrador" (tercero de sus Cuentos de
Canterbury), que sigue más de cerca la fuente francesa original de lo que hace la versión de Boccaccio.
En la versión italiana, la esposa del huésped (además de los dos visitantes masculinos) ocupan tres
camas y ella también crea una explicación de los acontecimientos de la tarde. Ambos elementos son
invención de Boccaccio y supone una versión más compleja que la de Chaucer o la fuente francesa,
un fabliau de Jean de Boves.
Legado[editar]
En literatura[editar]
La importancia del Decamerón estriba en gran parte en su muy cuidada y elegante prosa, que estableció
un modelo a imitar para los futuros escritores del Renacimiento. También constituyó el molde genérico
de la futura novela cortesana, tanto en Italia -a través de los llamados novellieri (Franco Sachetti, Mateo
Bandello, Giraldi Cinthio, etc.)-, como en el resto de Europa (El Patrañuelo de Juan de Timoneda,
las Novelas Ejemplares de Cervantes, etc.).
La novela era un género literario inédito en la época del autor. Procedente del latín novellus la palabra
misma deriva de novus (nuevo), el término mismo de «novela» se hace eco del carácter innovador del
género y reenvía hoy en día a una estructura compleja en la que los relatos del Decamerón constituyen
un modelo.
Debe resaltarse que las primeras novelas escritas no son ni maravillosas ni fantásticas, sino realistas. Sin
embargo, las características del género evolucionaron considerablemente en el curso de los siglos debido
a que numerosos autores se inspiraron en Boccaccio. El Heptamerón de Margarita de Navarra es la
elaboración más precisa en la literatura francesa. Cristina de Pizan a menudo reutiliza los cuentos
de Decamerón en su obra La ciudad de las damas.
Cabe mencionar que algunas de las historias que contiene el Decamerón aparecen más adelante en
los Cuentos de Canterbury (1380) de Chaucer. Otro ejemplo posterior serían los Cent nouvelles
nouvelles (1461).
Moderata Fonte en Il merito delle donne (1600) retoma también elementos del Decamerón, pero los
adapta: las siete mujeres están presentes, pero se excluye a los tres hombres y el lugar de la discusión, un
jardín veneciano, se inspira en los lugares de la campiña donde se desarrolla la acción del Decamerón15
El Decamerón lanza una moda europea en el dominio literario, que conocerá su apogeo durante
el Renacimiento así como en el siglo XIX. Les Cent Contes drolatiques de Honoré de Balzac (1832-
1837) son una reminiscencia que el autor reivindica,16 y con la cual numerosos estudiosos han hecho la
conexión.17
En música[editar]
El Decamerón ha sido musicado por varios autores, sobre todo florentinos. Entre ellos, se distinguieron
Ser Gherardello, muerto en 1362 o 1364, Lorenzo Massii, llamado también Massini, muerto en 1397,
organista ciego de de San Lorenzo. Practicaron esencialmente la Ballate monódica relevante del Ars
Nova, surgido de la canzone popular. Hacia finales del siglo XIV, la ballate se hizo polifónica, pero más
a menudo a dos voces, con la tradicional canción amorosa a la donna del poeta, o, de una manera más
realista, una historia como Io son un pellegrin, toda ella reveladora de lo que se llama poesia per musica.
Esther Lamandier ha grabado las ballates monódicas extraídas del Decamerón musicadas, acompañada
de órgano portátil, arpa, laúd y viola. La grabación fue publicada por la casa Astrée con el número E
57706 AD O45. Está acompañada por una introducción explicativa firmada por Nanie Bridgman.
En el cine[editar]

 Boccaccio 70 (1962) se inspira en los cuentos de Boccaccio.


 El Decamerón fue adaptado al cine por el director italiano Pier Paolo Pasolini en 1971.
 Aprendiz de caballero (2008) adapta el Decamerón bajo la forma de una comedia romántica.
 Maraviglioso Boccaccio (2015) de los hermanos Paolo y Vittorio Taviani relata cinco de los
cuentos del libro de Boccaccio.
En pintura[editar]
Botticelli pintó una serie de cuatro cuadros sobre el episodio de Nastagio degli Onesti. He aquí el primero
(1487, Museo del Prado).

Sandro Botticelli ilustró el Decamerón con cuatro tablas dedicadas a la Historia de Nastagio degli


Onesti. Tres de ellas se exponen en el Museo del Prado (Madrid), la cuarta está en el Palacio Pucci de
Florencia.

Referencias[editar]
1. Volver arriba↑ «Giovanni Boccaccio: The Decameron.». Encyclopædia Britannica. Consultado el 18 de
diciembre de 2013.
2. Volver arriba↑ El título se translitera en griego como δεκάμερον (τό) o, en forma clásica, δεχήμερον.
3. Volver arriba↑
Ellos, si les aflige alguna tristeza o pensamiento grave, tienen muchos medios de aliviarse o de olvidarlo
porque, si lo quieren, nada les impide pasear, oír y ver muchas cosas, darse a la cetrería, cazar o pescar,
jugar y mercadear, por los cuales modos todos encuentran la fuerza de recobrar el ánimo, o en parte o en
todo, y removerlo del doloroso pensamiento al menos por algún espacio de tiempo; después del cual, de
un modo o de otro, o sobreviene el consuelo o el dolor disminuye.

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