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Educación virtual, Homeschooling, Educación presencial.

Cuando se suspendieron las clases por tiempo indefinido a raíz de la Pandemia


del Covid19, se nos pidió que, como docentes, garanticemos la continuidad
pedagógica de nuestros alumnos. Esto nos llevó a implementar, como padres y
docentes, dos metodologías educativas, para muchos, desconocidas: La
educación virtual y el Homeschooling o Escuela en casa.

Es una realidad que ambas metodologías funcionan con excelentes resultados,


siempre que las condiciones de educandos y educadores cumplan con los
requerimientos mínimos para llevarlas adelante. Esto sería en el caso de la
Educación virtual, por ejemplo, contar con los conocimientos mínimos para
ingresar a una plataforma virtual o a algunos programas específicos, tener
conectividad y, indispensablemente, tener computadora, Tablet o algún
dispositivo electrónico que permita acceder a internet. En el caso del
Homeschooling lo fundamental es tener los conocimientos necesarios que se
deban transmitir a los niños y adolescentes y mucha, pero mucha paciencia.

En los últimos días he visto diferentes posteos y fotos retratando esta realidad
educativa a la que nos estamos enfrentando: aplausos para los docentes, que,
han tenido que apechugar para aprender a usar las herramientas tecnológicas
que requiere la educación virtual. Fotos mostrando docentes agotados porque,
claro, pasar horas frente a la PC cuando no se está acostumbrado y corregir
cientos de actividades vía mail es más cansador que dar clases, sumada a la
angustia e incertidumbre que provoca la cuarentena.

Con respecto al Homeschooling, padres agotados porque no tienen vocación


docente, muchas familias que no tienen acceso a internet, no tienen
dispositivos para conectarse, no cuentan con los conocimientos necesarios
para ayudar a sus hijos a resolver las situaciones que los docentes proponen,
situaciones que, muy lejos de garantizar la continuidad pedagógica, agrandan
la brecha educativa y hacen que los excluidos se sientan más excluidos, que
los vulnerables de siempre, sean más vulnerados aún.

Pedagógicamente, ambos métodos de estudio, requieren una preparación


especial y muy diferente a la educación presencial tradicional. La cantidad de
bibliografía y el tipo de exámenes es muy diferente y ambos requieren, por
parte de los alumnos, responsabilidad, compromiso, organización del tiempo.

Y…para colmo de males, las clases recién comenzaban cuando se


suspendieron, así es que muchos docentes no llegaron a conocer a sus
alumnos y ninguno llegó a generar un vínculo cercano y personal con cada uno
de ellos. Dificultando aún más la posibilidad de adaptar los contenidos a las
posibilidades de cada grupo en particular.

Frente a este panorama urge reflexionar sobre los objetivos que nos
planteamos como docentes a la hora de Garantizar la continuidad pedagógica.
Para logar que la virtualidad penetre en la vida de las personas, docentes y
alumnos es necesario contar con los conocimientos pedagógicos específicos.
Insisto, no es lo mismo dar un contenido frente al aula que enviarlo por mail o
plataforma, lo que requiere, además del dispositivo electrónico, capacidades
extras por parte de los alumnos como son la autonomía en el estudio,
responsabilidad, organización, orden.

Quiero citar textualmente una parte de la última circular que nos llegó del
Ministerio de Educación de la Provincia:

“Respecto de las propuestas de enseñanza a distancia es necesario pensar


que los tiempos y los agrupamientos son muy diferentes en estos formatos.
Nuestros docentes en general, y la totalidad del estudiantado no tienen
experiencia en estos modos de intervención. Estamos aprendiendo, buscando,
proponiendo. Estos, más el aislamiento mismo, van generando ansiedades,
inquietudes, resistencias, que muchas veces no ayudan al proceso que
necesitamos desplegar y acompañar. Por esas razones les solicitamos cuidar:

...sostener un vínculo afectivo, cercano, tranquilizador con los estudiantes,


procurando construir confianza y animando desde la posibilidad de construir
una experiencia nueva y valiosa. DOSIFICAR las propuestas, evitar tareas que
excedan la posibilidad de resolución con el nivel de autonomía que cada
alumno tiene. Si bien el acompañamiento del entorno adulto inmediato es
valorable, NO SUSTITUYE al docente. Por tanto las propuestas deberán ser
factibles de resolver por cada niña/o, cada adolescente, cada joven o adulto, y
de resolverlas con la interacción que le proponga su docente, con paciencia y
acompañamiento. Se trata de otra presencia de la escuela en la vida de todos
y es una forma de hacernos presente que debe estar cuidada. Que nuestra
llegada sea una invitación a interactuar, una bocanada de oxígeno y no una
superposición de exigencias complicadas para desarrollar. Necesitamos
generar buenos climas en nuestras relaciones pedagógicas para enfrentar lo
nuevo, lo incierto, lo que desconocemos. Vamos con calma y de a poco.”

Quiero resaltar en esta propuesta la importancia de sostener el vínculo afectivo,


cercano y tranquilizador. Muchos de nuestros alumnos están pasando
verdaderas penurias económicas porque sus padres no pueden salir a trabajar,
porque viven en casas muy pequeñas donde no tiene su propio espacio para
estudiar, viven situaciones de violencia y abandono, entre otras cosas. Que la
escuela no sea otro factor de angustia y vulnerabilidad.

Que nuestra llegada sea una bocanada de oxígeno, frente a la angustia que
provoca la incertidumbre por la pandemia y el mañana, acercar material y
contenidos que los ayuden a reflexionar, al autoconocimiento, a la
autotrascendencia y a olvidar por un momento la situación que estamos
viviendo. Ayudarlos a verse en perspectiva, ¿qué voy a hacer cuando podamos
salir? ¿cómo quiero que sea mi vida? Llenarlos de contenidos nuevos, en la
mayoría de los casos, que no puedan resolver solos, sólo logrará aumentar la
angustia y la sensación de soledad que puedan estar sintiendo.

Los contenidos pueden encontrarlos haciendo click en Google. Pero el cariño y


el afecto solamente en la relación con sus semejantes.

Intentemos ser empáticos y cercanos con nuestros alumnos e hijos. Nos


interesa su educación porque sabemos que es un valor que nos abre las
puertas a muchas oportunidades, pero hoy la vida nos pide frenar, nos enfrenta
a una situación inesperada que cortó con muchos proyectos, por eso hoy más
que nunca nuestro rol será el de acompañar en este proceso para que esta
experiencia se convierta en una verdadera vivencia de aprendizaje personal y
como sociedad nos ayude a ser más solidarios, caritativos y responsables.

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