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Los trastornos del control de impulsos son un grupo de

trastornos de etiología neurobiológica que se


caracterizan por que el individuo no logra controlar
ciertas conductas ,que por más que es consciente de lo
dañino que resulta y de las consecuencias negativas que
podría traerle, no puede dejar de realizarlas.
Qué es el trastorno del control de los impulsos?
El trastorno del control de impulsos se define, según el Manual diagnóstico
y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV), como aquellos
trastornos en los que la persona experimenta grandes dificultades o no
es capaz de soportar o resistirse al impulso de cometer una acción que
acabará siendo nociva para la propia persona o para los demás.

En casi todas estas alteraciones de la conducta, el paciente experimenta una


sensación de tensión o de gran activación previa a la realización de la
acción, seguida de una emoción o sentimiento placentero, de gratificación
o, incluso, de liberación.

No obstante, en ocasiones el paciente puede sentir sentimientos de


culpabilidad y auto-reproches. Sin embargo, no es una condición
obligatoria del trastorno del control de impulsos.

3. Tricotilomanía

La tricotilomanía se caracteriza porque la persona es incapaz de reprimir


el impulso de tirarse del cabello, llegando a arrancarlo y provocándose
decalvaciones. Es alteración está muy asociada a la tricofagia, en la que la
persona además de arrancarse el pelo lo ingiere de forma compulsiva.

4. Piromanía

Otro trastorno psiquiátrico sumamente conocido es la piromanía, en el cual


el paciente siente el impulso de originar incendios, experimentando una
sensación placentera, de alivio y de calma.

5. Ludopatía

La ludopatía también es conocida como juego compulsivo, y en ella la


persona siente una incontrolable urgencia o necesidad de realizar o
persistir en conductas relacionadas con el juego, aunque esto implique
un grave deterioro en su vida o grandes pérdidas a nivel económico.

6. Dermatilomanía

Esta es una afección poco conocida en la que la persona siente la


necesidad compulsiva de arañarse, rozar, pellizcarse o rascarse la piel.

7. Onicofagia

Caracterizada por el hábito, a veces, compulsivo, de morderse las uñas. La


onicofagia es posiblemente el trastorno de control de impulsos más
extendido y seguramente el más aceptado socialmente.

8. Compras compulsivas

Impulso irrefrenable de comprar de forma espontánea, sin ningún tipo de


premeditación. Se suele conocer con el nombre de oniomanía.

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9. Síndrome del acaparador compulsivo

En este síndrome la persona tiende o tiene la obsesión de recolectar y


almacenar objetos de manera desmesurada; sin importar que estos
carezcan de cualquier valor, o bien sean nocivos o perjudiciales para la
salud.

Síntomas de estos trastornos


Debido a la gran cantidad y diversidad de alteraciones del comportamiento que
engloban los trastornos del control de impulsos, existen una infinidad de síntomas y
signos propios de estos. Y estos variarán en función del tipo de afectación que sufra
la persona.

Esta sintomatología se puede dividir en síntomas físicos, conductuales, cognitivos y


psicosociales.
 Síntomas físicos
 Marcas como cardenales, contusiones o magulladuras
 Cicatrices de quemaduras consecuencia de experimentar con el fuego
 Síntomas conductuales
 Capítulos de furia explosiva
 Comportamiento colérico frente a cualquier persona, animal u objeto
 Conductas de robo
 Mentiras
 Experimentar constantemente con fuego o generar incendios
 Síntomas cognitivos
 Falta de control de impulsos
 Falta de concentración
 Ideas intrusivas
 Esquemas de pensamiento obsesivos
 Esquemas de pensamiento compulsivos
 Síntomas psicosociales
 Inquietud
 Depresión
 Ansiedad
 Temperamento irritable o agresivo
 Poca autoestima
 Aislamiento y soledad
 Desapego emocional

1. Causas genéticas

Del mismo modo que otros trastornos psiquiátricos son susceptibles de originarse por
causas genéticas, diversos estudios han afirmado existencia de una influencia
genética en el inicio y desarrollo de los trastornos del control de impulsos.

2. Causas físicas

Mediante la utilización de técnicas de neuroimagen se ha podido constatar que los


pacientes que manifiestan síntomas propios del trastorno de control de impulsos revelan
diferencias en el cerebro a nivel estructural.

Esta diferenciación podría interferir en la funcionamiento normal del cerebro,


incluyendo la correcta actividad de los neurotransmisores encargados del control de los
impulsos.

3. Causas ambientales

El contexto o entorno en el que vive la persona es un elemento susceptible de


ejercer una gran influencia en esta, convirtiéndose en un agente importante a la hora
de moldear la conducta de los pacientes.

Tratamiento
Al igual que ocurre con la gran diversidad de síntomas, el tratamiento para el
trastorno del control de impulsos dependerá de la manera en la que este se
exteriorice.

Asimismo, en contadas ocasiones la persona acaba solicitando asistencia o ayuda


profesional, dándose solamente en aquellos casos en los que el trastorno ha llegado a
interferir demasiado en la vida del paciente o en aquellos en lo que ha llegado a saltarse
la ley.

Aún así, se ha demostrado que las intervenciones más eficaces son aquellas que
combinan un abordaje psicológico con un tratamiento farmacológico que disminuya las
compulsiones del paciente.

Tratamiento

Algunas de las técnicas aplicadas durante el tratamiento de control de impulsos


son:

 Entrenar a pensar antes de actuar. ...


 Buscar alternativas: Aprender a tener control de los pensamientos, intercambiar
la respuesta automática que en ese momento hubieses tenido por una más lógica.
 Entrenamiento en análisis de situaciones.

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