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NEURORRADIOLOGIA
Drs. Marcelo Gálvez M(1), Eduardo Bravo C(1), Pablo Rodríguez C(1), TM.
Mauricio Farías A(1), Dr. Jorge Cerda C(2).
I. INTRODUCCION
Las imágenes van a variar en forma previsible de acuerdo a algunos factores como
el estado de degradación de la hemoglobina (oxihemoglobina, deoxihemoglobina,
metahemoglobina, hemosiderina- ferritina), el estado del glóbulo rojo (no lisado o
lisado) y de la secuencia de RM utilizada (T1, T2, T2 gradiente o T1-Gd). Se
describen otros factores que intervienen en las imágenes, que sin embargo escapan
al objetivo de esta revisión y no serán detallados.
Figura 1.
Molécula de
hemoglobina en
estado de
oxihemoglobina,
formada por 4
sub-unidades
de globina (azul
y morado) y un
grupo HEM,
compuesto de
un anillo y un
átomo de hierro
en estado
ferroso (café
claro), al cual
se liga el
oxígeno (rojo).
Figura 2.
Molécula de
hemoglobina en
estado de
deoxihemoglobina,
similar a la previa,
sin presencia de
oxígeno.
Luego de la salida de los GR desde los vasos sanguíneos, la oxihemoglobina se
transforma en deoxihemoglobina en menos de una hora. Al tercer día comienza la
oxidación de la deoxihemoglobina, pasando a un estado férrico (Fe+3),
transformándose en metahemoglobina (Figuras 3, 4). Permanece en este estado
desde el 3er a 14º día. Sin embargo, entre el 3er y 7º día se encuentra en el
interior del GR (metahemoglobina intracelular) y entre el 7º y 14º día, luego de la
lisis del GR, se diluye en el contenido líquido del hematoma (metahemoglobina
extracelular). Posteriormente, la metahemoglobina se desintegra, con separación
de las unidades de globina y grupo HEM de la hemoglobina, formándose
hemosiderina y ferritina (Figura 5) como compuestos terminales de la degradación
de la hemoglobina.
Figura 3.
Molécula de
metahemoglobina,
caracterizada por
la oxidación del
hierro, del grupo
HEM que pasa a
estado férrico
(café oscuro) y
deformación de su
anillo.
Figura 4.
Molécula de
metahemoglobina
en fase más
avanzada de
degradación con
separación de los
grupos HEM y
globina, así como
también la
separación de las
subunidades.
Figura 5.
Depósitos de
fierro como
fase terminal
de la
degradación
de la
hemoglobina.
Los GR se caracterizan por una morfología biconvexa (Figura 6). Luego de su salida
del torrente sanguíneo, pierden su morfología normal aproximadamente a las 6
horas, volviéndose esféricos y transformándose en esferocitos. Durante los
primeros tres días, los GR se encogen y deforman presentando una superficie
irregular con espículas, transformándose en equinocitos (Figura 7). Luego del tercer
día, éstos van perdiendo sus espículas transformándose en pequeñas esferas
(microesferocitos). A partir del séptimo día y durante la segunda semana, se
produce la lisis de los GR, observándose fragmentos de éstos de aspecto deforme
(esquistocitos).
• Biconvexos, normales
• Esferocitos
• Equinocitos
• Microesferocitos
• Esquistocitos (lisis de los glóbulos rojos)
Las imágenes de las HIC varían en forma previsible de acuerdo a algunos factores.
En TC, su apariencia está determinada por los cambios de densidad que ocurren en
el tiempo, reflejando la formación, retracción y lisis del coágulo y, posteriormente la
pérdida de tejido. Además se puede identificar adecuadamente el edema y efecto
de masa secundario circundante (Figura 9).
Figura 11.
Hematoma
hiperagudo,
inmediatamente
después del
sangramiento, con
glóbulos rojos
biconvexos en estado
de oxihemoglobina.
Figura 12.
Hematoma
hiperagudo, una hora
después del
sangramiento, con
formación de
esferocitos en estado
de oxihemoglobina.
Debido a que la oxihemoglobina es diamagnética, no se produce alteración
significativa de la señal de la sangre, por lo que el hematoma tiende a ser
isointenso con el parénquima en T1 e hiperintenso en T2 (Figura 13).
Esta etapa dura meses o años, pudiendo incluso ser visibles estigmas de
sangramiento durante toda la vida. El hematoma comienza a disminuir
paulatinamente de tamaño, contrayéndose y muchas veces terminando como una
estría lineal en el parénquima. Los vasos que rodean el coágulo maduran,
presentando una BHE eficiente aproximadamente a los tres meses. El edema
disminuye hasta desaparecer; generalmente, un hematoma de tamaño mediano
debería fundirse aproximadamente al mes. Ya no se reconocen glóbulos rojos en su
interior y se observan algunos leucocitos en la periferia del hematoma (Figura 20).
Continúa la desintegración de la hemoglobina; se separa el átomo de fierro del
anillo del grupo HEM, transformándose en hemosiderina. Los productos de
degradación del fierro son fagocitados por los macrófagos que se ubican en la
periferia del hematoma. Predomina el efecto de susceptibilidad magnética tanto en
las imágenes T1 y T2, que se caracterizan por baja señal (Figura 21). En las
imágenes post contraste, es poco frecuente encontrar captación en la periferia del
hematoma después de los tres meses.
Figura 20. Hematoma crónico: se
observa una disminución del tamaño
del hematoma, de forma elipsoide.
Macrófagos con restos de
hemosiderina en su interior,
localizados en los márgenes del
hematoma.
Tomografía computada
Resonancia magnética
Las HIC tienen una apariencia heterogénea en RM(8). Sin embargo, ésta técnica
define mejor los límites del hematoma y del edema que le acompaña, detecta
microhemorragias y precisa el efecto de masa sobre las estructuras vecinas. Es la
técnica de elección para determinar la edad del hematoma.
Las áreas focales de pérdida de señal en las imágenes T2* representan depósitos
focales de hemosiderina asociados con eventos hemorrágicos previos. Las
microhemorragias han sido descritas en pacientes mayores sanos, enfermedad
cerebrovascular isquémica, hemorragia intracraneana y angiopatía amiloidea. Han
sido asociadas a edad mayor, hipertensión arterial, hábito tabáquico, enfermedad
de la sustancia blanca, infartos lacunares, infartos previos o hemorragia
intracraneana(17).
4. Captación de contraste
1. Hemorragia hipertensiva
2. Angiopatía amiloidea
Desde el punto de vista imaginológico, nos interesa saber el tamaño del nidus,
localización, elocuencia, presencia de aneurismas arteriales y venosos (Figura 28).
4. Cavernoma
Se pueden ubicar en cualquier parte del sistema nervioso central. Estas lesiones
tienen pequeños sangrados en su contorno y van creciendo lentamente, de un
modo centrípeto, acumulando derivados sanguíneos y calcificaciones. Pueden
presentarse a cualquier edad y generan síntomas por sangramiento; la otra forma
de presentación corresponde a cuadros epileptiformes, por irritación del tejido
adyacente.
5. Tumor cerebral
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