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Descartes y el racionalismo moderno.

Objetivos.
1. Leer y comentar Primera, Segunda y Cuarta Parte del Discurso del Método de Descartes.
2. Comprender las claves históricas, culturales y sociales en las que surge el pensamiento de Descartes.
3. Comprender las características de la filosofía moderna y del racionalismo filosófico.
4. Reconocer en la biografía de Descartes el itinerario de la búsqueda de un fundamento metódico de la
certeza.
5. Conocer las principales reglas del método cartesiano.
6. Explicar como Descartes aplica el método sobre sí mismo como medio para hallar una primera verdad.
7. Conocer los contenidos de la res cogitans (ideas) y la deducción que Descartes lleva a cabo a partir de
ella de la res infinita y de ésta, la deducción de la res extensa.
8. Explicar los principios de la física de Descartes, así como su antropología.
9. Conocer las líneas generales de su moral provisional.
10. Relacionar y conectar ideas del pensamiento cartesiano con otros autores o corrientes de pensamiento.

Contenidos.
1. La circunstancia histórica.
S. XVII. El Barroco.
2. La circunstancia ideológica. La filosofía moderna.
El racionalismo.
3. La circunstancia vital. Vida y obra de Descartes.
4. La búsqueda de un método adecuado para dirigir la razón hacia la verdad de las cosas.
4.1. Motivaciones filosóficas.
4.2. ¿Por qué un método?
4.3. ¿Qué método es el adecuado?
4.4. Las reglas del método.
4.5. Aplicación del método.
4.5.1. Parte destructiva. Los niveles de la duda.
4.5.2. El resultado de la duda: El cogito ergo sum
4.6. A la realidad por medio de Dios.
4.7. La res extensa. La física cartesiana.
4.8. Antropología.
4.9. La moral provisional
5. Relación con otros autores.
6. Comentario de los textos: capítulo 1º, 2º y 4º del Discurso del Método (1637).

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7. Utilización correcta del vocabulario filosófico siguiente 1:
Racionalismo, razón (bona mens), escéptico, antropocentrismo, método, análisis, deducción, síntesis, duda
metódica, certeza, intuición, cogito, innatismo, idealismo, cualidades primarias, cualidades secundarias,
dualismo, enumeración, evidencia, genio maligno, idea (adventicia, facticia, innata), idealismo, innatismo,
intuición, mecanicismo, moral provisional, ocasionalismo, regla, substancia, res cogitans, res extensa, res
infinita, síntesis, argumento ontológico, solipsismo.

1. La circunstancia histórica.
S.XVII. El Barroco.
Decartes vivió en el S.XVII, el siglo del Barroco. Estamos ante un siglo inquieto y de confusión en el que se
buscan nuevas soluciones para los graves problemas económicos, políticos, religiosos que por entonces
estaban afectando a Europa. No es exagerado afirmar que Europa se presenta como un continente roto en
su unidad, y sus divisiones y conflictos internos, dan la impresión de quiebra total, necesitada de búsqueda
de fundamentos. En lo filosófico hubo dos reacciones que pretendían superar la crisis y que ponen las bases
de la filosofía moderna: el racionalismo y el empirismo.
Situación socio-económica.
Asistimos al desarrollo de un incipiente capitalismo comercial (mercantilismo económico) favorecido por una
cada vez más poderosa burguesía y principalmente beneficiado por la expansión del comercio marítimo y
colonial, la afluencia de metales preciosos de las minas europeas y americanas y las innovaciones técnicas
sobre todo en la agricultura.
Situación política.
Es un periodo de gran inestabilidad. Muchos países europeos llevan a cabo su expansionismo colonial. Se
van consolidando los Estados modernos, independientes y soberanos, que se enfrentan en sus afanes
imperialistas. La mayor tentativa en este sentido es la protagonizada por los Habsburgo de España y Austria,
que origina la guerra de los Treinta años (1618-1648) entre los Estados católicos y protestantes del imperio
alemán, en la que intervienen casi todos los estados europeos, y que se pone punto y final en la Paz de
Westfalia (1648).
El siglo XVII es el siglo de la monarquía absoluta que tiene como modelos a los reinos de España (Felipe IV),
Francia (Luis XIV), Inglaterra (Carlos II). T. Hobbes es el teórico defensor del absolutismo, mientras que
Locke del liberalismo político.
Arte, cultura y ciencia: El Barroco.
Desde el punto de vista artístico el S.XVII es el siglo del Barroco que estéticamente supone una
degeneración del gusto renacentista, de línea clásica, al destacar el predominio del movimiento, la profusión
de detalles, la subordinación de las partes al todo, el pesimismo ante la fugacidad de la vida. El arte barroco
se desarrolla, sobre todo, en los países católicos, vinculado a la contrarreforma.

1
En la siguiente web puedes encontrar la explicación de los conceptos fundamentales de la filosofía de Descartes:
o http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiamedievalymoderna/Descartes/Principal-Descartes.htm
o http://recursos.cnice.mec.es/filosofia/f2ruta1.php?id_ruta=19&id_etapa=1

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 En literatura destacan Shakespeare, Cervantes, Lope de Vega, Calderón, Quevedo, Bossuet, Moliére,
John Milton.
 En música es el siglo de la ópera, teatro musical que Jean Baptiste Lully hace triunfar en la corte de
Versalles. Destacan el veneciano Antonio Vivaldi y J Pachelbel.
 En pintura: Rembrandt, Velázquez, Murrillo, Zurbarán Caravaggio, Rubens.
 Arquitectura: La grandiosidad de sus construcciones se pueden observar en la Basílica de San Pedro de
Roma, el palacio de Versalles, etc.
 Ciencia: se consolida el desarrollo de la ciencia moderna iniciada en el Renacimiento. Los filósofos
buscan una nueva fundamentación de la ciencia por medio del método: Francis Bacon lo hace con el
método inductivo que recoge en su Novum Organum; Galileo con el método resolutivo-compositivo; y
Descartes con el método analítico-deductivo. En el campo de la astronomía, Galileo y Kepler terminan
por fundamentar la hipótesis copernicana, de este modo establecen el nuevo paradigma cosmológico:
heliocéntrico. En el ámbito de la Física, Galieo refuta la vieja física aristotélica y pone las bases
matemáticas de la nueva física moderna que culmina con la mecánica clásica newtoniana. En este
sentido, la matemática por su rigor, exactitud y certeza se convierte en el modelo de ciencia. Contribuyen
a su progreso Descartes que desarrolla la geometría analítica; Fermat que fue el precursor del cálculo
diferencial e integral y uno de los inventores del cálculo de probabilidades; Leibniz que desarrolla el
cálculo diferencial y el cálculo infinitesimal y propone la unidad de la ciencia por medio de la
característica universal.

2. Contexto ideológico. La filosofía moderna.


Como hemos visto en el estudio de Santo Tomás y Guillermo de Ockham la filosofía medieval fue una
filosofía teologizada. Su punto de partida y de llegada es Dios. Los teólogos hacen las veces de filósofos y no
dudan de utilizar a la razón y a la filosofía como instrumentos al servicio de la fe para comprender la
naturaleza de Dios y construir una teología racional (entiendo para creer y creo para entender). Sin embargo,
la cuestión de Dios está abierta a otras de gran calado filosófico: el ser, el conocimiento, la moral, la política,
el hombre, etc. En este sentido, la filosofía escolástica continúa con la tradición griega, que no duda en
incorporar a su cuerpo doctrinal hasta que en el S.XIV los nominalistas abren la vía moderna en el filosofar y
disuelven el maridaje razón y fe. Esta ruptura tiene motivaciones teológicas, depurar a la fe de toda
ingerencia de la metafísica griega que la pueda destruir y de este modo salvar la omnipotencia de Dios. Sin
embargo, consiguen el efecto contrario: refuerzan el poder crítico, escéptico y autónomo de la razón. Con
ello, dan un giro en la especulación filosófica al conceder el protagonismo al sujeto que conoce y no al ser, a
la lógica y no tanto a la ontología. De este modo, los nominalistas ponen los pilares de la modernidad
filosófica y científica.
En el Renacimiento no encontramos pensamiento filosófico sistemático y riguroso. La filosofía en esta época
queda reducida a memoria y filología. El filósofo es el humanista. La ausencia de referentes filosóficos será
la contrarrestada por la abundancia de referentes estéticos y literarios y por un puñado de vagas filosofías:
neoplatonismo, noearistotelismo, estoicismo, epicureismo, etc.

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Sin embargo, en el S. XVII la filosofía recobra su vigor y relevancia en la medida que toma como modelo a la
ciencia. Suele fecharse en el S. XVII el arranque de la filosofía moderna y se extiende hasta el primer tercio
del S.XIX. De acuerdo con esta periorización su iniciador fue Descartes (1596-1650) y su último gran
representante es Kant.
Dentro del pensamiento moderno se distinguen cuatro grandes corrientes: el racionalismo: Descartes
(1596-1650), Spinoza (1632-1677), Malebranche (1638-1715), Leibniz (1646-1716); el empirismo: Locke
(1632-1704), Hume (1711-1776), Berkeley (1685-1753); la ilustración o iluminismo: (Voltaire (1694-1778),
Diderot (1713-1784) y Rousseau (1712-1786); y por último, el idealismo trascendental o criticismo de Kant
(1724-1804).

Características de la filosofía moderna:


 Ruptura con el pensamiento medieval. Son conscientes de que hay que derribar el viejo edificio filosófico
y reconstruir uno nuevo sobre firmes cimientos. Estos cimientos son la razón autónoma y crítica y una
nueva metodología que la oriente hacia el conocimiento seguro.
 Como consecuencia de esta vuelta a la razón, la filosofía se vuelve pensamiento riguroso, recobra
vitalidad la crítica y gana en autonomía respecto a la Autoridad y la fe y lo hace, porque toma como
modelo a la ciencia, en concreto la física matemática. En este sentido, la principal preocupación de la
filosofía es encontrar un método preciso para “filosofar” y llegar a la verdad de las cosas.
Se puede decir que el problema de la filosofía moderna es el “uso” de la razón y no la razón como
problema, de ahí la preocupación de los filósofos en construir métodos y teorías con las que reformar el
entendimiento2. Al respecto, los racionalistas se fijan en el método analítico-deductivo propio de la
matemática, mientras que los empiristas toman como modelo el método sintético-inductivo de la física.
Pero la filosofía no sólo se fija en la ciencia como ideal de conocimiento, sino que también pretende,
como en el caso de Descartes, su fundamentación filosófica y llevar acabo el ideal lluliano de unidad de
la ciencia mediante una ciencia general.
 Por lo tanto, la filosofía moderna es la vuelta al yo pensante. El sujeto es el protagonista, un sujeto que
sujeta a todo, que proyecta y produce a los otros sujetos y objetos: el mundo y el conocimiento, la política
y la moral, la ciencia, aunque en algunos casos el sujeto suele estar sujetado por Dios –Descartes-. Esta
vuelta a la subjetividad y nueva concepción de la verdad como descubrimiento lleva a los filósofos a
reflexionar críticamente sobre el conocimiento, interesándose no tanto por el qué, sino por cómo
conocemos, es decir, por las fuentes, límites y posibilidades del conocimiento humano de cara a conocer
la verdad. Por eso la filosofía moderna es principalmente epistemología. En este sentido, como veremos
la respuesta es doble: para los racionalistas la fuente del conocimiento objetivo es la razón, mientras que
para los empiristas es la experiencia.
 Por último, ligado a este optimismo en el poder de la razón 3 y de las ciencias aparece la idea de
progreso, clave en toda modernidad: “saber es poder”, poder para comprender el mundo y reformar la

2
Esta preocupación por la reforma del entendimiento está presente en la mayoría de filósofos modernos: Bacon, el Novum organum;
Descartes, El Discurso del método y Las Reglas para la dirección del espíritu; Espinoza, El Tratado de la reforma del entendimiento; D.
Hume Ensayos filosóficos sobre el entendimiento humano; Leibniz y sus Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano; Locke,
Ensayo sobre el entendimiento humano; Kant, la Crítica de la Razón Pura, etc.

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naturaleza en orden al bienestar de la sociedad. Este idea reguladora sustituye a la ida de providencia en
el discurrir de la historia, cuyo motor es la ciencia y la tecnología.

2.1. Racionalismo (Parménides, Sócrates, Platón, Descartes, Espinoza, Leibniz, Malebranche, etc.)
A Descartes hay que situarlo como filósofo dentro de la corriente del “racionalismo moderno”, para muchos la
filosofía del Barroco.
¿Qué entendemos por racionalismo?
 Por racionalismo (del latín, ratio, razón) se entiende la actitud filosófica de confianza absoluta en el poder
de la razón, que definen en términos de suficiencia y crítica y como la única fuente válida de
conocimiento, ya que los sentidos son fuente de error.
 Identifican el ser y con el pensar. Al reducir el conocimiento a la razón, admiten la existencia en su
interior de contenidos innatos que hacen las veces de primeros principios, a partir de los cuales deducen
la realidad y la verdad y objetividad en el conocimiento. En consecuencia, la idea engendra al ser. Existe
una coincidencia entre pensamiento y realidad, “El orden y conexión de las ideas es el mismo que el
orden y conexión de las cosas” (Espinoza).
 El modelo de ciencia ideal es la matemática y la deducción el método infalible aplicado al pensamiento.
Su utilización sistemática en el conocimiento permite encadenar verdades y llevar al hombre a conocer
por sí mismo la verdad (se puede decir, que la razón del racionalismo no es la razón especulativa de la
metafísica medieval, sino la razón funcional de la matemática).
 El racionalismo supone también una nueva cosmovisión científica del mundo y de la naturaleza: “El
mecanicismo”. Reducen el universo a materia y movimiento. Las leyes del universo son las leyes de la
mecánica. En él no hay causas finales pues todo ocurre por necesidad. Es un universo determinista.
 Por último, los racionalistas pretenden elaborar una ciencia única, general, universal y necesaria -
mathesis universalis- tomando como modelo la matemática, válida para todo hombre y todos los
aspectos de la realidad que permita al hombre dominar la naturaleza.

3. La circunstancia vital: vida y obras de René Descartes (1596-1650)4.


Descartes nació el 31 de marzo de 1596  en La Haye, en la Turena francesa. Pertenecía a una familia de la baja nobleza,
siendo su padre, Joachin Descartes, Consejero en el Parlamento de Bretaña. La temprana muerte de su madre, Jeanne
Brochard, pocos meses después de su nacimiento, le llevará a ser criado en casa de su abuela materna, a cargo de una
nodriza a la que permanecerá ligado toda su vida. Posteriormente hará sus estudios en el colegio de los jesuitas de La
Flèche, hasta los dieciséis años, estudiando luego Derecho en la Universidad de Poitiers. Según la propia confesión de
Descartes, tanto en el Discurso del método como en las Meditaciones, las enseñanzas del colegio le decepcionaron,
debido a las numerosas lagunas que presentaban los saberes recibidos, a excepción de las matemáticas, en donde veía
la posibilidad de encontrar un verdadero saber.
Esta muestra de escepticismo, que Descartes presenta como un rasgo personal es, sin embargo, una característica del
pensamiento de finales del siglo XVI y principios del XVII, en los que el pirronismo ejerció una notable influencia.

3
La razón deja de ser substancia para convertirse en un instrumento o función para comprender y reformar a la naturaleza: Saber es
poder.
4
Fuente. http://www.webdianoa.com.

5
Terminados sus estudios Descartes comienza un período de viajes, apartándose de las aulas, convencido de no poder
encontrar en ellas el verdadero saber:
"Por ello, tan pronto como la edad me permitió salir de la sujeción de mis preceptores, abandoné completamente el
estudio de las letras. Y, tomando la decisión de no buscar otra ciencia que la que pudiera hallar en mí mismo o en el gran
libro del mundo, dediqué el resto de mi juventud a viajar, a conocer cortes y ejércitos, a tratar con gentes de diversos
temperamentos y condiciones, a recoger diferentes experiencias, a ponerme a mí mismo a prueba en las ocasiones que
la fortuna me deparaba, y a hacer siempre tal reflexión sobre las cosas que se me presentaban, que pudiese obtener
algún provecho de ellas." (Discurso del método)
Después de sus estudios opta, pues, por la carrera de las armas y se enrola en 1618, en Holanda, en las tropas de
Maurice de Nassau, príncipe de Orange. Allí conocerá a un joven científico, Isaac Beeckman, para quien escribe
pequeños trabajos de física, como "Sobre la presión del agua en un vaso" y "Sobre la caída de una piedra en el vacío",
así como un compendio de música. Durante varios años mantienen una intensa y estrecha amistad, ejerciendo
Beeckman una influencia decisiva sobre Descartes, sobre todo en la concepción de una física matemática, en la que
había sido instruido por Beeckman. Continúa posteriormente sus investigaciones en geometría, álgebra y mecánica,
orientado hacia la búsqueda de un método "científico" y universal.
En 1619 abandona Holanda  y se instala en Dinamarca, y luego en Alemania, asistiendo a la coronación del emperador
Fernando en Frankfurt. Se enrola entonces en el ejército del duque Maximiliano de Baviera. Acuartelado cerca de
Baviera durante el invierno, pasa su tiempo en una habitación calentada por una estufa, donde elabora su método, fusión
de procedimientos lógicos, geométricos y algebraicos. De esa época será la concepción de la posibilidad de una
matemática universal (la idea de una ciencia universal, de un verdadero saber) y se promete emplearla en renovar toda
la ciencia y toda la filosofía.
La noche del 10 de noviembre de 1619 tiene tres sueños sucesivos que interpreta como un mensaje del cielo para
consagrarse a  su misión filosófica. La importancia que concede Descartes a estos sueños choca con las características
que se le atribuyen ordinariamente a su sistema ( racionalismo), pero según el mismo Descartes nos relata, estarían en
la base de su determinación de dedicarse a la filosofía, y contendrían ya la idea de la posibilidad de fundamentar con
certeza el conocimiento y, con ello, reconstruir el edificio del saber sobre cimientos firmes y seguros. Habiéndose dotado
con su método de una moral provisional, renuncia a su carrera en el ejército. De 1620 a 1628 viaja a través de Europa,
residiendo en París entre los años 1625-28, dedicando su tiempo a las relaciones sociales y al estudio, entablando
amistad con el cardenal Bérulle, quien le animará a desarrollar sus teorías en afinidad con el catolicismo. Durante este
período se ejercita en su método, se libera de los prejuicios, acumula experiencias y elabora múltiples trabajos
descubriendo especialmente en 1626 la ley de refracción de los rayos luminosos. También en esta época redacta las
"Reglas para la dirección del espíritu", obra inacabada que expone lo esencial de su método.
En 1628 se retira a Holanda para trabajar en paz. Permanecerá allí veinte años, cambiando a menudo de residencia,
completamente ocupado en su tarea filosófica. Comienza por componer un pequeño tratado de metafísica sobre el alma
y Dios del que se dice satisfecho y que debe servir a la vez de arma contra el ateísmo y de fundamento de la física.
Dicho tratado contendría ya las ideas fundamentales de lo que serían posteriormente las "Meditaciones metafísicas",
según algunos estudiosos del cartesianismo, opinión no compartida por otros, que creen demasiado temprana la fecha
como para que Descartes estuviese ya en posesión de su metafísica.
Interrumpe la elaboración de dicho tratado para escribir en 1629 un "Tratado del mundo y de la luz" que acaba en 1633 y
que contiene su física, de carácter mecanicista. Pero, habiendo conocido por azar la condena de Galileo por haber
sostenido el movimiento de la tierra (que también sostenía Descartes), renuncia a publicar su trabajo. Por una parte no
quiere enfrentarse con la Iglesia a la cual está sometido por la fe. Por otra, piensa que el conflicto entre la ciencia y la
religión es un malentendido. En fin, espera que un día el mundo comprenderá y que podrá editar su libro. Este "miedo"
de Descartes ante la condena de Galileo ha llevado a algunos estudiosos a buscar en su obra un significado "oculto",

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llegando a interpretar la demostración de la existencia de Dios que realiza en las Meditaciones como un simple ejercicio
de prudencia, que no se correspondería con el "auténtico" pensamiento cartesiano sobre la cuestión. Para difundir su
doctrina mientras tanto publica resúmenes de su física, precedidos por un prefacio. Es el famoso "Discurso del método",
seguido de "La Dióptrica", los "Meteoros" y "La Geometría", que sólo son ensayos de este método (1637). El éxito le
conduce a dedicarse completamente a la filosofía. Publica en 1641, en latín, la "Meditaciones sobre la filosofía primera",
más conocida como Las Meditaciones metafísicas, que somete previamente a los grandes espíritus de la época
(Mersenne, Gassendi, Arnauld, Hobbes...) cuyas objeciones seguidas de respuestas serán publicadas al mismo tiempo.
En 1640 muere su hija Francine, nacida en 1635, fruto de la relación amorosa mantenida con una sirvienta. En 1644
publica en latín los "Principios de la filosofía". La publicación de estas obras le proporciona a Descartes el reconocimiento
público, pero también es la causa de numerosas disputas.
En 1643 conoce a Elizabeth de Bohemia, hija del elector palatino destronado y exiliado en Holanda. La princesa lo
adopta como director de conciencia, de donde surgirá una abundante correspondencia en la que Descartes profundiza
sobre la moral y sobre sus opiniones políticas y que le conducen en 1649 a la publicación de "Las pasiones del alma",
más conocida como el Tratado de las pasiones, que será la última obra publicada en vida del autor y supervisada por él.
Posteriormente realiza tres viajes a Francia, en 1644, 47 y 48. Será en el curso del segundo cuando conozca a  Pascal.
Su fama le valdrá la atención de la reina Cristina de Suecia. Es invitado por ella en febrero de 1649 para que le
introduzca en su filosofía. Descartes, reticente, parte sin embargo en septiembre para Suecia. El alejamiento, el rigor del
invierno, la envidia de los doctos, contraría  su estancia. La reina le cita en palacio cada mañana a las cinco de la
madrugada para recibir sus lecciones. Descartes, de salud frágil y acostumbrado a permanecer escribiendo en la cama
hasta media mañana, coge frío y muere de una neumonía en Estocolmo el 11 de febrero de 1650 a la edad de 53 años.

Obras5.
La obra cartesiana, pese a la temprana muerte de su autor, abarca una extensión considerable, si incluimos en ella la
abundante correspondencia mantenida a lo largo de su vida y las obras no publicadas por él. La edición de referencia de
sus obras completas es la realizada por Charles Adam y Paul Tannery de 1897 a 1909 en 11 tomos, con un suplemento
añadido en 1913. El tomo 12 contiene una vida de Descartes escrita por Charles Adam. La última reedición de estas
obras completas data de 1996.
 Obras publicadas en vida.
1637. "Discours de la méthode pour bien conduire sa raison, et chercher la Verité dans les sciences. Plus la Dioptrique, le
Météores et la Géometrie, qui sont des essais de cette méthode". ("Discurso del método", seguido de la "Dióptrica", los
"Meteoros" y la "Geometría"), editada en Leyden por Jean Maire.
1641. "Renati Descartes Meditationes de Prima Philosophia", editada por Michel Soly en París. En esta primera edición
en latín de las "Meditaciones metafísicas" se incluyen sólo las seis primeras series de objeciones y respuestas.
1642. "Renati Descartes Meditationes de Prima Philosophia", segunda edición en Amsterdam, a cargo de Louis Elzevier,
en las que se incluyen las séptimas objeciones y la carta al P. Dinet.
1643. "Epistola Renati Descartes ad celeberrimum virum D. Gisbertum Voetium", también editada por Louis Elzevier, en
la que Descartes responde a un escrito denigratorio editado por Voetius.
1644. "Renati Descartes Principia Philosophiae", primera edición de los "Principios de la filosofía", a cargo de Louis
Elzevier en Amsterdam, obra dedicada a Elisabeth de Bohemia.
1644. Edición en latín del "Discurso del método", traducido por Et. de Courcelles y revisado por Descartes, con la
"Dióptrica" y los "Meteoros", pero no la "Geometría", (que será editada en latín en 1649 por Schooten en traducción no
revisada por Descartes.)

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Fuente. http://www.webdianoa.com.

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1647."Les Méditations métaphysiques de René Descartes", traducidas por el duque de Luynes son la primera edición en
francés de las "Meditaciones", editadas en París por Veuve Jean Camusat y Pierre Le Petit. Se incluyen las respuestas a
las primeras, segundas, terceras, cuartas y sextas objeciones, traducidas por Clerselier. Ambas traducciones fueron
revisadas por Descartes
1647. "Les principes de la philosophie", primera edición en francés, en París, a cargo de Henri Le Gras. La traducción del
abate Picot fue revisada por Descartes, quien añade una carta prefacio.
1649. "Les Passions de l'âme", (más conocida entre nosotros como el "Tratado de las pasiones"), publicada por varios
editores: en Holanda por Louis Elzevier y en Francia por Henri Le Gras, entre otros.
 Obras publicadas tras su muerte.
El principal editor de Descartes es su cuñado Claude Clerselier. A la muerte de Descartes en Estocolmo el embajador de
Francia Hector-Pierre Chanut se hace cargo de sus escritos, que envía a Clerselier, quien procede a editar algunas de
sus obras y gran parte de su correspondencia:
1657. "Lettres de Descartes", editadas por Charles Angot y Henri Le Gras, en París. Un segundo volumen será editado
en 1659, con traducciones más o menos afortundas de su correspondencia en latín.
1664. "L' homme de Descartes" (el Tratado del hombre) y el "Traité de la formation du foetus", ambas editadas por
Charles Angot y Théodore Girard.
1667. "Le Monde", según el texto original, editado por Michel Bobin y Nicolas Le Gras, junto a una nueva edición del
Tratado del hombre.

4. La búsqueda de un método adecuado para dirigir la razón hacia la verdad de las cosas.
4.1. Motivaciones filosóficas: la búsqueda de la verdad para conducir ordenadamente la vida.
El punto de partida es la obsesión por encontrar certezas en el conocimiento humano y de este modo vivir en
la verdad de las cosas y dirigir conveniente la vida en orden a tener una buena vida y ser feliz. La ignorancia
vuelve al hombre miserable e indigno; en cambio el conocimiento, la luz de la verdad le permite alcanzar la
libertad y felicidad6.
Esta búsqueda de certezas implica previamente un replanteamiento en su conjunto del conocimiento: las
fuentes, límites y objetividad, así como, la revisión de los fundamentos del saber (ciencia y filosofía) de su
tiempo. Descartes como todos los modernos es consciente que hay que romper con el saber tradicional, que
es necesario derribar el viejo edificio filosófico (escolástica) para edificar uno nuevo de sólidos cimientos 7.
Estos cimientos son: una nueva razón autónoma, crítica y autosuficiente y una nueva lógica o método que la
dirija.

4.2. ¿Por qué un método?8: La razón no es infalible.

6
"Por Sabiduría no sólo hemos de entender la prudencia en el obrar, sino un perfecto conocimiento de cuanto el hombre puede conocer,
bien en relación con la conducta que debe adoptar en la vida, bien en relación con la conservación de la salud o con la invención de
todas las artes” Principios de la filosofía.
7
Descartes lo explica con su propia experiencia personal y nos dice que nada de lo que le enseñaron en su época de estudiante le fue
provechoso, salvo las matemáticas. Por ello, se desentiende de todo lo aprendido y decide leer el libro del mundo, es decir, aventurarse
en el cocimiento de la verdad por sí mismo.
8
El diseño del método cartesiano esta recogido en dos obras: El Discurso del Método (1637) y las Reglas para la Dirección del Espíritu;
escrito incompleto y publicado póstumamente en 1701.

8
Descartes confía en el poder de la razón (nos habla de una “bona mens”) como instrumento para alcanzar la
verdad. La razón en sí misma es autosuficiente y fuente de todo conocimiento objetivo. Sin embargo, en esa
búsqueda de la verdad puede caer en el error y en contradicciones como lo demuestra la discrepancia que
suele haber entre los hombres acerca de un mismo asunto o las continuas disputas y contradicciones a las
que se ve sometida la misma filosofía. ¿Por qué esta ausencia de unidad? ¿es que no es posible un
conocimiento objetivo y unitario de las cosas?
Como decíamos, para Descartes el problema del conocimiento objetivo no es la razón como problema, sino
su buen uso o dirección, ya que no basta con tener capacidad racional hay que saber utilizarla bien. “No
basta con tener un buen espíritu, hay que aplicarlo bien”. Por lo que el método es precisamente el medio
adecuado para dirigir u ordenar bien la razón. De esta manera alcanza la verdad por sí misma y no se desvía
del camino seguro de la certeza.

4.3. ¿Qué método es el adecuado?: deducción o “análisis geométrico”.


Descartes de todas las enseñanzas que aprendió sólo estima como válidas a las matemáticas por su valor
práctico y rigor demostrativo. Pues bien, las matemáticas son el modelo de ciencia general en que se fija y,
en particular, en el método de “análisis geométrico” que emplean los geómetras, de ahí que nos diga que
su método es “in more geométrico”.
(La razón cartesiana y en general la de los racionalistas es un modelo de razón analítico-matemática).

4.4. Las reglas del método. ¿En qué consiste el método?


Descartes previa a la redacción del “Discurso del método” escribe sus “Reglas para la dirección del espíritu”,
publicada póstumamente en 1701. En esta obra ya menciona una serie reglas metodológicas que
posteriormente concreta y define aún más en el “Discurso del Método” (1637).
Estas reglas se caracterizan por su sencillez, ya que pueden ser utilizadas sin dificultad alguna por cualquier
persona, y su rigurosa aplicación evita tomar lo falso como verdadero. “Por método entiendo una serie de
reglas ciertas y fáciles, cualquiera que las observe con exactitud, jamás tomará nada como verdadero y, sin
consumir inútilmente esfuerzo alguno de la mente, sino aumentando gradualmente la ciencia, llegará al
conocimiento verdadero de aquellas cosas que es capaz”.

Las reglas del método9.


Descartes frente a la lógica medieval propone un ars inveniendi (una lógica del descubrimiento) basado en
cuatro reglas muy sencillas que se refieren a dos operaciones del espíritu (razón):
 la intuición que es “la visión intelectual” directa de una verdad o naturaleza simple, que es evidente
en sí misma; es decir, clara y distinta. Toda intuición es verdadera, excluye al error.
 y la deducción racional (análisis-síntesis) que consiste en derivar de las verdades evidentes otras
verdades utilizando la razón, al modo de geómetras (precedente: Euclides y sus Elementos de
Geometría).

9
La exposición de estas reglas está precedida de una crítica a la lógica clásica, el silogismo aristotélico que es el organom (instrumento)
de la filosofía y ciencia medieval. Con esta crítica se desmarca del pensamiento tradicional.

9
Estos dos momentos se desarrollan en cuatro reglas, cuya correcta aplicación ha de conducir a la verdad de
las cosas y al conocimiento objetivo. Las reglas son: evidencia, análisis, síntesis y enumeración. Veamos en
qué consisten (2ª Parte del Discurso del Método).

1º Regla: “Regla de la evidencia”: “No admitir jamás como verdadera cosa alguna sin conocerla
con evidencia que lo era; es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención y no
comprender, en mis juicios, nada más que lo que se presente a mi espíritu tan clara y
distintamente que no tuviese motivo para ponerlo en duda”.

Esta regla enuncia el principio normativo de la evidencia al enumerar las condiciones necesarias para que
aquélla pueda lograrse. Los atributos de la evidencia son: “La claridad y distinción”. ¿En qué consiste la
claridad y la distinción? Descartes entiende por “claridad” aquello presente y manifiesto a un espíritu atento.
Y por “distinción” aquello que es preciso y diferente a todo lo demás. En este sentido, una idea es clara, cuan
sí y tiene claridad interior. Por ejemplo: 2+2= 4; “el todo es mayor que la parte”, “una diagonal divide un
cuadrado en dos triángulos rectángulos”.
Por tanto, algo es evidente cuando es claro y distinto. La evidencia es el criterio de verdad, caracteriza
al conocimiento científico y se opone a la probabilidad y verosimilitud, que para Descartes es sinónimo de
falsedad.
¿Cómo la razón reconoce un conocimiento evidente, es decir, claro y distinto?
Por medio de la intuición intelectual. Como hemos dicho antes, la intuición es la visión intelectiva,
inmediata y puntual de algo presente ante el pensamiento. En este sentido, la intuición excluye toda
posibilidad de error. Por intuición sé ciertamente que 2+2=4.
Por último, esta primera regla también aporta una serie de consideraciones prácticas para todo aquel que la
ponga en práctica: Primero, ser escépticos y dudar de todo para poder descubrir lo indubitable y, segundo,
ser prudentes, cautelosos en nuestros juicios, evitando la “precipitación y la prevención”. ¿Qué es la
precipitación y la prevención? La precipitación es tomar como verdadera una idea que es confusa, que no se
muestra clara y distinta. La prevención es todo lo contrario, es negarse a admitir una idea a pesar de ser
clara y distinta.

2ª Regla: “Regla del análisis”. “Dividir cada una de las dificultades que examinare en tantas
partes como fuese posible y en cuantas requiriese su mejor solución”.

Una vez establecida en la primera regla el criterio de certeza Descartes formula en la segunda regla la
primera parte del método: El análisis o resolución.
El procedimiento de análisis es un procedimiento de descomposición. Consiste en “disolver” la idea compleja
y dudosa en sus elementos más simples (naturalezas simples) para conocer su verdad. Una vez conocida su
verdad, comienza el verdadero proceso de elaboración del conocimiento a través de la deducción que
Descartes recoge en la tercera regla.

10
3ª Regla: Regla de la síntesis”: “Conducir ordenadamente mis pensamientos, comenzando por
los elementos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, como
por grados, hasta el conocimiento de los más compuestos; y suponiendo un orden aun entre
aquellos que no se preceden naturalmente unos a otros”.

Esta tercera regla enuncia la segunda parte del método, la síntesis deductiva o composición. Consiste en
la recomposición o encadenamiento deductivo de las ideas o verdades parciales que se han descubierto
intuitivamente en el análisis. Una vez se ha establecido un conjunto no muy numeroso de verdades absolutas
(axiomas) y no dependientes de otras verdades, se podrá progresar en el conocimiento encadenando nuevas
verdades, al modo como lo hacen los geómetras en sus demostraciones 10.
La evidencia intuitiva es la garantía de la deducción. A partir verdades intuidas y siguiendo un riguroso orden
deductivo se alcanzan nuevas verdades que se apoyan en la verdad primera intuida. Por ello, la verdad de la
deducción se justifica en la intuición11.
Estamos ante un ars inveniendi, una lógica que crea y descubre, frente a la lógica de los medievales (el
silogismo) que afirma lo que ya se sabe, explica lo ya conocido.

4ª Regla: Regla de la enumeracón”. “Hacer en todo enumeraciones tan completas y revisiones


tan generales que estuviera seguro de no omitir nada”.

Por último, para que el proceso sea completo y no omitir nada es recomendable periódicamente hacer
revisiones y enumeraciones. Así, el análisis se comprueba con la enumeración, mientras que la síntesis con
la revisión, de esta manera se obtiene una intuición general y una evidencia simultánea del conjunto, sin que
falte nada, es decir, un conocimiento absolutamente cierto e inequívoco.

Una vez en posesión del método el siguiente paso es aplicarlo a la propia razón con el fin de que halle por sí
misma la verdad, pero también ha de emplearse para construir un nuevo edificio filosófico y científico
asentado sobre la firmeza de una “razón autónoma y crítica”. Descartes busca la unidad de la ciencia sobre
un fundamento de la certeza. En concreto, sobre una mathesis universalis, o ciencia general en la que se
articulen bajo una misma verdad el conjunto de las ciencias de la cantidad. Este sueño lo encontramos ya en
el mallorquín Raimon Llull y posteriormente en Leibniz.

4.5. Aplicación del método.


Una vez diseñado el método que ha de conducir a la verdad de las cosas y pensamientos Descartes lo aplica
sobre sí mismo. El punto de partida de su aventura filosófica es el yo pensante una vez ha renunciado al

10
El proceso está inspirado en los geómetras (in more geométrico), y consiste en la deducción axiomática, ya planteada por Euclides en
sus Elementos de geometría.
11
Son dos procedimientos diferentes pero complementarios: La deducción es una inferencia mediata, sucesiva y nos lleva a una

conclusión, la cual es verdadera si las premisas que la preceden también lo son. En cambio la intuición es la visión intelectual inmediata
y simultánea de la verdad, por tanto no concluye nada, simplemente nos hace ver la verdad.

11
saber aprendido (saber escolástico) y tras descubrir que el libro del mundo le ofrece pocas cosas ciertas y
seguras.

4.5.1. Parte destructiva. Los niveles de la duda.


El objetivo de Descartes es recomponer el conocimiento sobre principios evidentes, por ello, su pretensión
prioritaria es hallar intuitivamente un primer principio o verdad indubitable (axioma) aplicando la primera regla
del método: “dudar y renunciar a todo aquello que no es claro y distinto”.
¿Cómo es la duda cartesiana?
(Precedentes: los estoicos ya utilizaron argumentos contra los académicos, Cicerón, San Agustín “si me
engaño existo”, Tomás Campanella, Francisco Sánchez “nihil scitur”).
En este sentido, Descartes duda de lo incierto y verosímil sabiendo o confiando que hallará lo evidente.
 No es la duda del escéptico que niega toda posibilidad de conocer la verdad. La duda cartesiana es una
duda positiva y constructiva de certezas. Busca verdades y no duda de la verdad.
 Es universal pero imitada en sus efectos. Se aplica a todos los contenidos de la conciencia que no se
muestren evidentes, quedando a salvo la acción, la moral, la religión y algunos principios evidentes de
razón natural.
 Es metódica, circunstancial e instrumental, es decir, es un medio y no un fin de cara a encontrar
certezas.
 Es voluntaria y ficticia. Dudar es un acto valiente de decisión “Decidí por mí la búsqueda de la verdad” y
es ficticia en tanto es la suspensión temporal y provisional del juicio y los conocimientos (epoché), hasta
que se encuentre el más leve indicio de certidumbre.

¿Sobre que dudar? (Los niveles de la duda).


El ataque de la duda se dirige no a la razón en sí sino a sus contenidos. La razón está sana, el problema es
un problema de contenidos, que a su vez remite al método de adquisición de esos contenidos como
problema.
En esa búsqueda de la verdad hay que comenzar por desechar todo aquello que no se presente de forma
clara y distinta (evidente) a un espíritu atento. En ese sentido, en orden a establecer una duda universal,
pero metódica, comienza dudando:
1. De las enseñanzas recibidas. De todas ellas sólo estima las matemáticas, el álgebra, la geometría
por su valor práctico y demostrativo. Por lo tanto, el primer objetivo es el rechazo de la filosofía
escolástica junto a su lógica: el silogismo.
2. De los sentidos (experiencia) y del cuerpo. De lo que aprendió por medio de los sentidos
(experiencia). Descartes como todo racionalista considera que los sentidos junto a la imaginación son
fuentes de error en el conocimiento (Parménides, Platón). Esta renuncia al testimonio de los sentidos,
como es lógico, le hará dudar de la existencia del propio cuerpo, ya que solamente se puede conocer por
la vista, el tacto y otros sentidos.
3. De la realidad. Descartes eleva el sueño a rango de realidad. En ese caso plantea la hipótesis
calderoniana de que la vida es sueño. Hay sueños tan claros que parecen reales. Por tanto, nuestra

12
vivencia de la realidad perfectamente puede ser una ilusión onírica. En consecuencia hay que dudar de
la realidad.
4. De los contenidos del entendimiento. Para ello utiliza el recurso de un genio maligno “artero,
engañador y poderoso”12 (este recurso ya fue empleado en el S.XIV por los nominalistas, y es la idea de
un Dios omnipotente –Escoto, Ockham- y su voluntarismo teológico y moral-).
Con el argumento de “genio maligno” pretende atacar las verdades matemáticas, geométricas,
aritméticas que quedaban a salvo el recurso del sueño (2+2=4 en sueño o en un estado de vigilia) e
instalar la duda absoluta o “hiperbólica” en el entendimiento. Si hay un dios nada es cierto, no hay
mundo, ni cuerpo, ni conocimientos seguros, ni siquiera verdades matemáticas, en con secuencia, es
imposible el conocimiento y la ciencia, pues todo es incierto, la única cosa cierta es que dudo.

4.5.2. El resultado de la duda: El cogito ergo sum (pienso, luego existo) como primera certeza
absoluta.
Como vemos la utilización de la duda parece no dejar nada a salvo, sin embargo, Descartes se da cuenta de
una única cosa cierta: “que duda”. Puede dudar de todo, incluso de que duda, pero aún así duda. Por tanto,
he aquí la primera certeza o evidencia que buscaba: que duda, o, lo que es lo mismo, que piensa, pues el
acto de dudar es un acto del pensar (“una persona que piensa es una persona que entiende, duda, concibe,
afirma, niega, quiere, no quiere, imagina, siente, Meditación II).
A la certeza de la duda le acompaña la certeza de la existencia: en tanto duda, es (existe). ”Puedo estar
persuadido que no hay nada en el mundo: ni cielos, ni tierra, ni espíritus, ni cuerpos, pero no puedo pensar
que yo que pienso esas cosas, no existo al mismo tiempo que las pienso”.
De este modo Descartes ha dado con la primera certeza indubitable que buscaba sobre la que prende
reconstruir sólidamente su conocimiento y el nuevo edificio científico-filosófico. La certeza, clara y distinta es
la intuición intelectual: “pienso luego existo”, cogito ergo sum 13.

La metafísica cartesiana: la substacia y sus atributos.

12
El recurso del genio maligno tiene un claro sentido dialéctico. Primero, implica necesariamente la necesidad de demostrar la
existencia de un Dios bondadoso que a su vez garantiza y refuerza la evidencia del conocimiento, pues una vez demostrada su
existencia y que por su infinita bondad es incapaz de engañarnos, el escepticismo en la ciencia y en el conocimiento desaparecen; y
segundo, la demostración de Dios será fundamental para demostrar la existencia de la realidad exterior.
13
El cogito no es un razonamiento (silogismo), ni una inferencia. Es una verdad inmediata, una verdad de razón, en la que el sujeto
contiene al predicado y que descubre mediante la intuición.
Descartes no es original en el cogito, ya que antes lo habían utilizado otros filósofos: Aristóteles en su Ética a Nicómaco, San Agustín y
la ciudad de Dios, nos dice “si me engaño existo”.

13
Una vez encontrada la primera certeza Descartes deduce la primera realidad, que es él mismo como
“substancia pensante” (res cogitans)14. “Yo soy una substancia cuya esencia o naturaleza es pensar, y que
para ser no tiene necesidad de ningún lugar, ni depende de cosa material alguna”.
¿Y qué pienso? como tal pienso ideas y no cosas, que son el contenido del pensamiento.
Descartes analiza los diversos tipos de ideas del pensamiento y descubre que son de tres tipos:
 Las ideas adquiridas o adventicias: Son aquellas que parecen provenir de la experiencia externa. Por
ejemplo, la idea de hombre, la idea de árbol, etc. Son ideas confusas de las que hay que desconfiar pues
tienen su origen en la experiencia. (Además todavía no ha logrado demostrar que exista un mundo y un
cuerpo exterior al pensamiento).
 Las ideas artificiales o facticias: Son ideas inverosímiles elaboradas por la fantasía o imaginación a
partir de otras ideas que también hay que rechazar. Por ejemplo, la idea de centauro, de sirena, etc.
 Las ideas innatas: no provienen de ninguna experiencia externa ni interna ni son el resultado de
combinaciones de ideas, por lo tanto, están en la mente en su origen. En otras palabras, se nace con
ellas (este es uno de los principios del racionalismo: la conciencia, con independencia de la experiencia,
pone su propio contenido). Son ideas con sentido propio, evidentes, inmediatas, intuitivas y hacen las
veces de primeros principios (axiomas), a partir de las que se puede deducir la realidad y la objetividad
en el conocimiento.

La substacia pensante.
De todas las ideas innatas Descartes menciona tres: la idea de pensamiento (alma), la idea de infinito
(Dios) y la idea de extensión (cuerpos o materia). Cada idea se corresponde con tres ámbitos de la
realidad, que llama substancia y que define como “aquello que existe de tal modo que no necesita de
ninguna otra cosa para existir”. Estas substancias son:
o La substancia pensante (res cogitans) -Se corresponde con la idea de pensamiento o alma-.
Es una realidad o substancia creada, finita cuyo atributo es el pensamiento y sus modos, que
son modificaciones de los atributos,: pensar, imaginar, sentir, afirmar, negar, dudar, etc.
o La substancia infinita (res infinita) -Se corresponde con la idea de infinitud –Dios-. Es la
verdadera substancia, como tal es increada, infinita y perfecta. Sus atributos: la perfección, la
existencia, la omniscencia, la omnipotencia, la infinitud.
o La substancia extensa (res extensa) Se corresponde con la idea de extensión -cuerpo o
mundo-. Es una substancia creada y finita. Su atributo es la extensión y sus modos la figura y el
movimiento.

14
Para Descartes el alma es una realidad autónoma respecto del cuerpo. El alma se define por el pensamiento mientras que el cuerpo

por la extensión. Con esta distinción Descartes pretende salvaguardar la autonomía y libertad del alma respecto del cuerpo y las leyes
mecánicas que lo rigen. Sin embargo, en el hombre existe una interacción necesaria entre alma y cuerpo y por tanto una comunicación
¿cómo? Mediante la “glándula pineal”, que sitúa en el centro del cerebro, y que permite al alma y no al cuerpo sentir, decidir, percibir las
pasiones mediante los espíritus vitales.

14
Pues bien, una vez descubierto el cogito (pienso, luego existo) como primer principio y analizadas las ideas
que contiene el pensamiento, el siguiente paso es la reconstrucción de la realidad que previamente había
negado por verosímil. Por lo tanto, el pensamiento da a luz la realidad (idealismo).

4.6. A la realidad por medio de Dios.


Reconocido el pensamiento como primera realidad, el siguiente paso es la reconstrucción de la realidad
exterior que previamente había negado. Ahora bien, para salir del “yo pienso” al mundo exterior necesita
primeramente demostrar la existencia de Dios. ¿Por qué Dios? Está claro que no lo puede hacer
directamente sobre la idea innata de extensión, ya que la presencia aún del genio maligno hace imposible la
realidad y el conocimiento sobre ella. Por ello, demostrando que Dios existe desaparece el dios engañador y
garantiza de este modo la existencia y naturaleza del mundo corpóreo y la verdad del conocimiento. Dios
garantiza la verdad de lo ontológico y lo lógico.
¿Cómo va a demostrar Dios?
Descartes invierte el procedimiento escolástico. Tomás de Aquino llegaba al conocimiento de Dios a partir
del conocimiento sensible (experiencia –demostraciones a posteriori )–Descartes por imperativo de la duda
que aún niega la realidad de los cuerpos, el mundo exterior, se ve obligado a hacerlo desde la idea clara y
distinta de lo perfecto e infinito, es decir, a partir de su definición “Dios es una substancia infinita, eterna,
inmutable, independiente, omnisciente y por la cual yo mismo y todas las demás cosas existen (si es verdad
que algunas existen) hemos sido creados y producidos” Meditación II. Por lo que va de lo lógico (idea de lo
perfecto e infinito) a lo ontológico (existencia de Dios), procedimiento ya utilizado por san Anselmo
(demostración “propter quid”).

Para demostrar que Dios existe emplea tres argumentos:


 Por la idea de Dios en sí misma (argumento ontológico). Descartes acepta el argumento ontológico
de san Anselmo. La idea de Dios es pensada bajo los atributos de lo perfecto e infinito que definen su
esencia. Pues bien, una substancia perfecta e infinita necesariamente tiene que existir de lo contrario le
faltaría uno de los atributos y dejaría de ser perfecta. Luego, es evidente que Dios existe.
 Por la causa de mi idea de lo perfecto e infinito (argumento gnoseológico). Este argumento ya fue
planteado por San Agustín y Descartes lo reformula del modo siguiente: todo lo que es o existe no es
causa de sí mismo, por lo que es efecto de una causa eficiente que siempre es proporcional al efecto
causado. En ese caso, puesto que el pensamiento contiene la idea de lo infinito y perfecto y estas
cualidades no son propias de la naturaleza humana, pues somos finitos e imperfectos, parece claro que
necesariamente habrá una realidad actual con esas cualidades que sea causa de esa idea y no es otra
que Dios, el cual ha colocado en nosotros la idea de su infinitud y perfección. “Ha sido puesta en mi por
una naturaleza más perfecta que yo, poseedora de todas las perfecciones de que yo pudiera tener idea,
es decir, por Dios” (Discurso del Método, 4ª parte).
 Dios, causa perfecta de mí ser (vía tomista de lo contingente y necesario). El argumento que
emplea va de la idea de ser perfecto e infinito a la demostración de su propia existencia, que es
contingente y que por lo tanto reclama la existencia de un ser necesario, Dios, que es causa de la

15
creación y conservación de todo cuanto es. El argumento una vez más parte de la idea de un ser
perfecto (Dios). Si yo poseo la idea de Dios, ¿podría existir si Él no existiera? ¿de dónde proviene mi
existencia? Está claro que no somos causa de nuestra propia existencia, ya que de lo contrario nos
daríamos todas las perfecciones que nos faltan. Tampoco está claro que la existencia nos es dada por
nuestros padres u otras causas menos perfectas que Dios. Porque una de dos, o esas causas tienen su
origen y su existencia en sí mismas, o en otras causas. Si las tienen en sí mismas son Dios, si no las
tienen en sí mismas habrá que seguir ascendiendo en el orden de las causas. Pero como en nuestra
deducción no podemos llegar hasta el infinito, es evidente que mis padres tampoco son causa de mi ser,
aunque sí su causa física, pero ellos no me conservan ni me han hecho como substancia pensante. Así
pues, mi existencia viene de otro ser que es causa sui y que es la causa de los demás seres. Esta causa
sui es Dios. De su voluntad depende la creación y conservación de las cosas creadas.

4.7. La res extensa. La física cartesiana.


Una vez demostrada la existencia de Dios Descartes consigue dos cosas fundamentales: Obtiene un nuevo
“criterio de certeza” que refuerza el de la evidencia y segundo, queda de este modo asegurada la existencia
de la realidad extramental (el cuerpo y el mundo exterior).
A continuación acomete la deducción de la realidad material o mundo exterior. Para ello establece tres
pruebas: la primera posible, la segunda probable y la tercera cierta.
 Es posible que existan cosas materiales porque esas cosas las concebimos claramente en las
demostraciones de geometría.
 Es probable que existan cuerpos porque aparecen claramente en las representaciones de la imaginación
y son convincentes de que existen en la realidad.
 Es cierto que existen cuerpos porque albergamos la idea clara y distinta de extensión y además se tiene
esa convicción. Ahora bien, como Dios es bueno en todo busca y procura lo mejor para nuestro bien, no
permitiría que nos engañásemos. Luego, esa convicción es real, los cuerpos existen.

¿Qué es un cuerpo?
Los cuerpos son subtancias finitas y creadas que se definen por la “extensión”, cuyas variaciones o modos
son la figura y el movimiento. Poseen existencia independiente respecto del pensamiento. La ciencia que
estudia a la” res extensa”; es la Física que por un lado investiga la naturaleza de los cuerpos reduciéndolos a
la cantidad, es decir, ateniéndose a sus cualidades primarias u objetivas (geometría o teoría de la materia)
y por otro, estudia el movimiento de los cuerpos en el espacio (la mecánica).
La mecánica es similar a la de los atomistas griegos, con la salvedad que para Descartes el universo, que se
reduce a materia (extensión) y movimiento, carece de vacío, todo él es un continuo físico (extensión), lleno
de corpúsculos inertes15 que permanecen en reposo mientras no reciban movimiento de una causa exterior,

15
La materia es sólida, impenetrable, indeformable e indefinidamente indivisible, aunque de hecho esté dividida en cuerpos de desigual
magnitud, los cuales son, a su vez, divisibles hasta el infinito. Por esto no existen átomos propiamente dichos. Al respecto, Descartes
distingue tres tipos de materia: 1) La materia gruesa, que es el constituyente fundamental de los cuerpos que percibimos directamente
con los sentidos. 2) El éter, materia constituida de partículas más sutiles, y que llena gran parte del espacio. 3) Las partículas de luz, que
son las más finas de todas y por eso pueden colarse por entre las otras, incluso a través de la inmensidad del espacio.

16
que en última instancia es Dios. Este universo repleto de materia es un universo creado y conservado por
Dios, pero regulado por sí mismo mediante “las leyes que Dios ha puesto en la naturaleza”. Estas leyes o
principios que hacen del universo una perfecta máquina de relojería son: El principio de conservación del
movimiento (materia)16, el principio de inercia 17; a los que agrega la ley según la cual todo cuerpo tiende a
moverse en línea recta, puesto que el movimiento rectilíneo es el originario y de él se derivan los demás.
En resumen, estamos ante un universo mecanicista y determinista en el que no hay lugar para la finalidad, la
libertad ni el azar, pues todo está gobernado por leyes mecánicas necesarias. “Las reglas de la naturaleza
son las reglas de la mecánica”.
En ese caso, cabe preguntarnos, ¿el ser humano, está también sujeto al determinismo físico? La pregunta
nos sitúa en el ámbito de su antropología.

4.8. Antropología.
Descartes recupera el dualismo antropológico platónico al considera que ser humano está constituido de
cuerpo y alma. El alma es una, simple e indivisible, es inmortal, posee ideas innatas y está dotada de varias
facultades: sensibilidad, sentido común, memoria, imaginación, entendimiento, voluntad. Con todo, las
facultades propias del alma son entendimiento y voluntad. En cambio, el cuerpo, como hemos visto, se
define por la extensión, es decir, materia y movimiento y carece de sensaciones, ya que éstas son modos de
pensar pertenecientes al alma. El cuerpo en ese caso es concebido como una máquina, cuyo motor principal
es el calor del corazón.
Con esta distinción Descartes pretende salvaguardar la autonomía y libertad del alma respecto del cuerpo,
ya que éste está gobernado por las leyes generales deterministas de la mecánica. Sin embargo, ¿cómo
explicar la interacción cuerpo-alma? ¿actos físicos y los actos psíquicos?. ¿Cómo lo resuelve Descartes?
Mediante la “glándula pineal”, que sitúa en el centro del cerebro, y que permite al alma y no al cuerpo sentir,
decidir, percibir las pasiones mediante lo que él llama “espíritus vitales” 18.

4.9. Moral provisional.

16
Brevemente nos vienen a decir, que el movimiento es puesto por Dios en la naturaleza, en una determinada cantidad que se
conserva constante, en contra de cualquier degradación de energía o entropía.
“Cuando un cuerpo choca con uno mas fuerte no pierde nada de su movimiento; pero cuando choca con uno menos fuerte, pierde la
misma cantidad que transmite al otro”. La idea central de esta ley es la de que la cantidad de movimiento permanece constante en el
cosmos (que es partir de entonces); no obstante, como podemos observar, Descartes la formula de un modo incorrecto.
17
Se adelanta a Galileo en su enunciación y dice así, “Cada cosa permanece siempre en el mismo estado en que se encuentra, (salvo
choque o impulso de un agente externo), lo que está en movimiento tiende a permanecer en movimiento; lo que está parado, tiende a
permanecer parado”. Digamos que el principio de conservación y el principio de inercia son los principios básicos que gobiernan el
universo.
18
Son corpúsculos materiales mediante los que el cerebro puede sentir los cambios del mundo físico y provocar el movimiento de las
distintas partes del cuerpo”.

17
En la tercera parte del Discurso del Método Descartes expone su “moral provisional” que aplica en tanto lleva
a cabo la reconstrucción del saber filosófico19.
Para Descartes el ámbito de la razón no es compatible con el ámbito de la voluntad. La razón se guía por
certezas y es contenible, mientras que la voluntad lo hace por lo probable o verosímil y siempre está obligada
a actuar. “Y muchas veces las acciones de la vida no admiten demora, es una verdad muy cierta que,
cuando no está en nuestro poder discernir las opiniones más verdaderas, debemos seguir las más
probables” (Cap. III. D.M.).
En consecuencia, estamos ante la antinomia acción-contemplación. El pensar va dirigido a la verdad y la
acción hacia la vida. No existe contigüidad entre la teoría y la praxis. “Vivir es decidir”. Es preferible actuar
aún equivocándonos que permanecer irresolutos. La actitud de la duda no es una actitud vital “cuando se
vive no se filosofa y cuando se filosofa no se vive”.

¿Cómo es la moral por provisión cartesiana?


Es una moral de mínimos, subjetiva, de hecho está enunciada bajo máximas de acción y es una moral de
circunstancias, para salir del paso.
Esta moral de circunstancias está constituida por tres máximas de acción:
 Primera máxima: “Obedecer las leyes y costumbres de mi país, conservando constantemente la religión
(...) y rigiéndome en las restantes cosas según las opiniones más moderadas y más aceptadas en la
práctica por personas más sensatas con quienes tuviera que convivir”.
 Segunda máxima: “Ser lo más firme y resuelto que pudiese en mis acciones y seguir con tanta
constancia en las opiniones más dudosas, una vez resuelto a ello y como si fueran seguras”.
 Tercera máxima: “Procurar siempre vencerme a mí mismo antes que a la fortuna de alterar mis deseos
antes que el orden del mundo, y acostumbrarme a creer que sólo nuestros pensamientos están
enteramente en nuestro poder, de manera que, después de haber obrado lo mejor que hemos podido, en
lo tocante a las cosas exteriores, lo que no logremos es absolutamente imposible para nosotros” 20.
Estas máximas morales no son efectivas si a ellas no incorpora la facultad de juzgar. Obra bien quien juzga
correctamente.
Una vez establecidas las tres máximas que constituyen la moral provisional Descartes las sitúa junto a las
verdades de fe, que son impenetrables a la duda.
Resumiendo, Descartes elabora una moral claramente heterónoma. La ley moral no emana del sujeto moral,
sino de instancias ajenas a él como la iglesia, el Estado, las costumbres y las opiniones de los hombres más
moderados. Es una ética de talante conformista que tiene como objetivo vivir tranquilamente, evitando la
inconsciencia y la temeridad. Sus máximas no son conflictivas ya que proponen un estilo de vida en

19
Descartes a penas prestó atención a la reflexión moral; tan solo el capítulo III del Discurso del Método y un puñado de cartas.
20
Esta tercera máxima tiene una clara influencia estoica. En ella Descartes nos deja claro que el destino es el ser y que ser es poder.
“Yo soy mi destino”. Es la confianza en nuestras posibilidades pero también el reconocimiento de nuestros límites. Saber de nuestros
límites es reconocer qué me es ajeno y que no, qué está a mi alcance y que no. En una máxima que pone límites a los excesos de la
imaginación y fantasía. Pretende armonizar la facultad pensante y la volitiva para que esta última no sobrepase los límites de la primera.
Estamos ante el ideal socrático y estoico de vivir conforme a la razón que es vivir felizmente, cómodamente, sin sobresaltos
angustiosos. “La razón es la medida de todas las cosas”.

18
consonancia con los usos y costumbres sociales establecidas. Por tanto, no es una moral prescriptiva sino
utilitarista, ya que la norma moral es la utilidad, el bienestar sin compromiso alguno.

Contextos para el comentario de texto del examen.

Contexto de época.
Descartes vivió en el S.XVII, el siglo del Barroco. Políticamente se consolida el modelo de Estado moderno,
independiente y soberano; económicamente asistimos al desarrollo de un incipiente capitalismo comercial;
culturalmente el Barroco es el siglo del teatro, de Shakespeare, Cervantes, Lope de Vega, Calderón; de la
ópera con Jean Baptiste Lully, Vivaldi; de Rembrandt, Velázquez, Murrillo, Zurbarán Caravaggio en pintura;
pero sobre todo, es el siglo en el que triunfa de la ciencia. Los filósofos buscan una nueva fundamentación
metodológica de la ciencia: Francis Bacon lo hace por medio del método inductivo, Galileo con el método
resolutivo-compositivo; y Descartes con el método analítico-deductivo. En el campo de la astronomía, Galileo
y Kepler fundamentan la hipótesis copernicana y establecen las leyes de la mecánica celeste, de este modo
se instaura un nuevo paradigma cosmológico: heliocéntrico. En el ámbito de la Física, Galileo refuta la vieja
física aristotélica y pone las bases matemáticas de la física moderna que culmina con la mecánica clásica
newtoniana. En este sentido, la matemática por su rigor, exactitud y certeza se convierte en el modelo de
ciencia. Contribuyen a su progreso Descartes que desarrolla la geometría analítica; Fermat que fue el
precursor del cálculo diferencial e integral y uno de los inventores del cálculo de probabilidades; Leibniz que
desarrolla el cálculo diferencial y el cálculo infinitesimal y propone la unidad de la ciencia por medio de la
característica universal.
Contexto ideológico.
El fragmento fue escrito por Descartes que como filósofo hay que situarla dentro del racionalismo moderno.
Esta corriente filosófica que se remonta a Parménides y Platón, se caracteriza por confiar de forma absoluta
en la razón, que es autosuficiente y la única fuente válida de conocimiento, ya que los sentidos junto a la
ausencia de disciplina o método que la dirija son fuente de error. Por ello, proponen la “deducción
axiomática” utilizada en geometría, como método a imitar en su dirección. Su aplicación permite encadenar
verdades y llevar al hombre a conocer por sí mismo la verdad; verdad que está dentro, a modo de ideas
innatas que constituyen el fundamento de objetividad del conocimiento, así como de la misma realidad, ya
que para los racionalistas, el orden y conexión de las ideas es el mismo que el orden y conexión de las
cosas.
Contexto bibliográfico.
El texto que vamos a comentar pertenece al Discurso del Método. Estamos ante una de las obras
fundamentales de la historia del pensamiento. Junto al Novum Organum de Francis Bacon, marcan el inicio
de la modernidad filosófica, por cuanto ambos pretenden romper con la filosofía inveterada proponiendo un
nuevo fundamento metodológico. En el caso de Bacon la inducción y en Descartes la deducción matemática
como fundamento de una ciencia general.

19
En esta obra, escrita en francés, Descartes pretende poner al alcance de la humanidad un grandioso
descubrimiento, un conjunto de reglas ciertas y fáciles cuya rigurosa aplicación podrá conducir al hombre a la
verdad de las cosas.

5. El texto: Comentario de los textos: capítulo 1º, 2º y 4º del Discurso del Método (1637).
El Discurso del Método (“para dirigir bien la razón y buscar la verdad en las ciencias”).
Los textos que tenemos que leer y comentar son: la primera, segunda y cuarta parte de las seis que
constituyen el Discurso del Método.
Estamos ante una de las obras fundamentales de la historia del pensamiento. Es una obra sencilla y al
mismo tiempo revolucionaria. Es la primera obra de filosofía escrita en francés y junto al Novum Organum
(1620) de Francis Bacon marcan el inicio de la modernidad filosófica, por cuanto ambos pretenden romper
con la filosofía inveterada proponiendo un nuevo fundamento metodológico. En el caso de Bacon la
inducción y en Descartes la deducción matemática.
El Discurso del Método fue publicado en 1637, junto a otros escritos: La Diptrica, Los Meteoros y la
Geometría. Según el mismo Descartes esta obra es la concreción de una serie de sueños y extrañas
alucinaciones que tuvo en 1619 en las que se le muestra el hallazgo del fundamento de una ciencia
admirable. Aquel invento admirable consistía en reducir las ciencias de la cantidad a una ciencia general del
orden y la proporción, aplicando el método de análisis–síntesis 21. En esa ciencia general se cumpliría el triple
ideal de unidad de la ciencia, método y certeza.
Descartes consideró aquella revelación como un aviso del cielo sobre su misión filosófica de entregar al
mundo su filosofía. Tres años más tarde en acción de gracias peregrinó hasta el monasterio de la virgen de
Loreto en Italia.
Es una obra autobiográfica, escrita en primera persona, en la que el autor relata por medio de sus vivencias
personales el hallazgo de un procedimiento sencillo, pero útil (método) que le ha permitido llegar a la verdad
en el conocimiento y que desea compartir con todo aquel que quiera y disponga de un buen sentido común.
“Así pues, no es mi deseo enseñar en este tratado el método que cada persona debe seguir para dirigir
adecuadamente la razón; únicamente intento presentar cómo me he esforzado adecuadamente en dirigir la
mía” (D.M. Primera parte).
Además, está escrito en francés y no en latín, que era la lengua culta y científica de entonces. “Y si escribo
en francés....y no en latín...., es porque espero que aquellos que solamente se sirven de su razón natural,
carente de todo prejuicio, juzgarán más correctamente mis opiniones que aquellos que no aceptan sino el
pensamiento antiguo” (D.M. parte sexta).
Con ello pretende poner al alcance de todo el mundo su grandioso descubrimiento que no es otro que la
posibilidad de hallar la verdad por uno mismo mediante la disciplina de la facultad racional. Por ello, la forma
del escrito, ya que estamos ante un “discurso” y no un “tratado filosófico” en el que se exponen un conjunto
de resultados. El Discurso no recoge las conclusiones de una investigación, sino un procedimiento práctico,
útil para conocer la verdad e incrementar nuestro conocimiento.

21
El invento admirable estaba referido a la geometría analítica, en 1619 descartes es un matemático que busca los fundamentos de la
matemática. Posteriormente encuentra la posibilidad de aplicarlos a todas las realidades físicas. Es un intento de matematizar las
ciencias particulares.

20
Primera parte.
Sobre las diferentes consideraciones sobre las ciencias de su tiempo.
Descartes comienza el Discurso del Método haciendo balance del saber y las ciencias de su tiempo, que es
una forma de replantearse los fundamentos del conocer humano. Tomando como modelo su propia
experiencia vital llega a la conclusión que todo lo que había aprendido durante su vida académica de nada le
ha servido. Descartes está criticando el saber aristotélico-escolástico medieval, que es un saber erudito,
escasamente práctico y útil para la vida y que ha sido asimilado acriticamente pues siempre ha estado
respaldado por la “autoridad”.
Al respecto propone una reforma en el saber, en la filosofía y en la ciencia, desde sus fundamentos. El
fundamento nuevo y seguro es la razón y junto a ella, una nueva lógica o método que sea capaz de guiarla
por el camino de la certeza.
¿Por qué esta nueva lógica?
Párrafo (1-2).
Comienza la primera parte haciendo un elogio de la razón y poniendo de manifiesto que todos los seres
humanos gozamos de “buen sentido”22(facultad racional), que es común en todos los hombres. Todo ser
humano por igual está capacitado para conocer la verdad. Sin embargo, no todos llegan a ella, como
demuestra la divergencia de opiniones sobre un mismo asunto, no todos lo consiguen. ¿Por qué?
La respuesta de Descartes apunta al “uso” que cada uno hace del “buen sentido” (razón), pues “no basta
tener entendimiento, sino aplicarlo bien”.
La fuente del error no está en la facultad racional, sino en su dirección, ya que no siempre dirigimos la razón
correctamente, metódicamente.
Este es el objetivo del Discurso del Método: mostrar el camino (método) adecuado por el que la razón llegue
por sí misma a la verdad de las cosas.
Párrafo (3).
Descartes confiesa que ha descubierto ese camino (método) y que lo ha experimentado consigo mismo con
gran éxito, consiguiendo aumentar gradualmente sus conocimientos verdaderos. En una palabra, su
procedimiento le ha permitido investigar la verdad por sí mismo.
Párrafo (4-5).
Su intención es darlo a conocer a la humanidad, sin pretensión de adoctrinar a nadie (por eso utiliza la
redacción autobiográfica) y con humildad, ya que podría estar equivocado.
“Mi propósito no es enseñar aquí el método que cada cual ha de seguir para dirigir bien su razón, sino sólo
exponer el método como yo he procurado conducir la mía”.
Párrafo (6-13).
Inicia a modo de experiencia personal la revisión de los saberes de su tiempo (lenguas, historia, elocuencia,
poesía, matemáticas, teología, filosofía y jurisprudencia., etc.), llegando a la conclusión que todos ellos, a

22
Por buen sentido, que es la razón Descartes entiende “la facultad de juzgar bien y distinguir lo verdadero de lo falso”.

21
excepción de las matemáticas23, carecen de utilidad práctica; además de contar con un fundamento nada
seguro, debido a que la metafísica, más que en evidencias se asienta en lo verosímil.
“En cuanto a las demás ciencias, como toman sus principios de la filosofía, juzgaba yo que no se podía
haber edificado nada sólido sobre cimientos tan poco firmes”.
Por ello, es necesario fundamentar sobre principios indubitables la metafísica y metodológicamente el
conjunto de las ciencias. (Descartes asemeja la totalidad de la filosofía a un árbol, cuyas raíces son la
metafísica, el tronco es la física y las ramas que brotan de ese tronco son todas las ciencias, que se reducen
principalmente a tres: la Medicina, la Mecánica y la Moral).
Párrafos (14-15).
Finaliza esta primera parte relatando su vivencia personal de cómo tras concluir sus estudios y reconocerse
ignorante decide buscar la verdad por sí mismo, primero leyendo el “libro del mundo”. Sin embargo, descubre
que en las costumbres de los hombres tampoco hay nada seguro “mientras no hice más que estudiar las
costumbres de los demás hombres, apenas encontré en ellas nada seguro, y advertía casi tanta diversidad
como la que había advertido antes entre las opiniones de los filósofos”; aunque sí aprendió que nuestros
prejuicios son fuente de error que hay que eliminar siempre.
Al no encontrar nada seguro ni en los libros ni viajando decide estudiarse a sí mismo, recluyéndose en su yo
pensante24 con el fin de poder superar el escepticismo y logra hallar verdades y no meras opiniones que le
permita construir un conocimiento y saber verdadero.

Segunda parte.
Las reglas principales del método.
Párrafo (1). Consideraciones personales previas al descubrimiento de la unidad sistemática de la
ciencia.
Descartes cuenta cómo tras profundas meditaciones llegó (16 de noviembre de 1619) al descubrimiento de
un invento admirable que reducía las ciencias de la cantidad a una ciencia general del orden y de la
proporción (mathesis universalis) y de las ventajas de esta ciencia general o metaciencia 25.
Párrafo (2). La reforma de mis pensamientos para conducirme mejor la vida.
Descartes utiliza la metáfora renacentista de la arquitectura para hacer mención a la necesidad de reconstruir
un nuevo edificio filosófico sobre cimientos indubitables y evidentes que aseguren su solidez o verdad de la
ciencia.

23
“Gustaba, sobre todo, de las matemáticas por la certeza y evidencia de sus razones; pero aún no conocía su verdadero uso...”
24
Este es el gesto de la filosofía moderna. Ruptura con la circunstancia y vuelta al yo como fundamento y sostén de todo incluida la
propia circunstancia. Es una vuelta al yo (la razón), previamente cuestionando la capacidad misma de la razón, en el sentido que hay
que saber cuál es su alcance, límites y posibilidades para poder llegar a la verdad.
25
“Sucede que no hay tanta perfección en las obras compuestas de varios trozos y hechas por diferentes maestros como en aquéllas en
que uno solo ha trabajado”. A continuación utiliza cinco argumentos para respaldar esta opinión:
 Los arquitectos y sus edificios.
 Los ingenieros y sus ciudades.
 Los pueblos y la legislación que los rige.
 La filosofía escolástica y su naturaleza compuesta.
 El hombre y sus opiniones.

22
Ahora bien, la reconstrucción (reforma) del nuevo edificio filosófico no exige el derribo inmediato del antiguo,
sino progresivo. Además, no ha de afectar el orden del Estado y sus instituciones públicas (por ejemplo, en
los contenidos y métodos de enseñanza en las escuelas; como tampoco pretende abarcar de forma
inmediata el cuerpo de las ciencias).
Con ello no pretende reformar la sociedad ni trastocar el orden político establecido, tan sólo busca renovar
sus pensamientos y de este modo dirigir mejor su vida. “Me pesaría mucho que se publicase este escrito si
creyera que hay en él la menor cosa que pudiera hacerme sospechoso de semejante insensatez. Mis
designios no han sido nunca otros que tratar de reformar mis propios pensamientos y edificar sobre un
terreno que sea enteramente mío. Si habiéndome complacido mi obra muestro aquí su modelo, no significa
ello que quisiera yo aconsejar a nadie que lo imite”.
Para eso, el primer paso es abandonar los prejuicios o revisarlos críticamente a la luz de la razón. El objetivo
es investigar racionalmente y por uno mismo la verdad.
Párrafos (3-4-5).
Descartes no se ve con cualidades de reformador político, él sólo quiere llevar a cabo la empresa de
reformar sus pensamientos y en lo posible establecer los cimientos de una nueva ciencia.
Distingue dos tipos de hombre: el temerario, que fácilmente se precipitan en sus juicios y acepta como
evidente aquello que no es claro y distinto, o bien, considera como verdadero lo que es falso o viceversa
(prevención)26. Y el dogmático moderado que prefiere seguir las opiniones de la mayoría que buscar la
verdad por sí mismo27.
Descartes se posiciona como una persona crítica, ni escéptica ni dogmática. Como tal, confía en hallar la
verdad por sí mismo, pero para ello necesita de un método (camino) seguro y cierto que le lleve a ella.
Párrafo (6).
El método en el que se fija es el que emplean los geómetras en sus demostraciones matemáticas. Desestima
la lógica aristotélica y apuesta por una mueva lógica del descubrimiento que descubra verdades y no
simplemente pruebe lo hallado.
A los numerosos preceptos de la lógica tradicional opone cuatro reglas sencillas cuya rigurosa aplicación le
han servido a él para conducir su entendimiento por el camino de la verdad y que se reducen a cuatro
operaciones: Evidencia, análisis, síntesis y enumeración.
Párrafos (7-8-9). Una vez en posesión del método el siguiente paso es aplicarlo a la propia razón con el fin
de que halle por sí misma la verdad, pero también ha de utilizarse en la construcción de un nuevo edificio
filosófico y científico, asentado sobre la firmeza de una razón autónoma y crítica.
De este modo, una vez establecidas un conjunto no muy numeroso de verdades en sí mismas, absolutas, no
dependientes de otras verdades (axiomas), se podrá construir el conocimiento encadenando nuevas
verdades, al modo como lo hacen los geómetras (in more geométrico) en sus demostraciones. No en vano,

26
“Los que se creen más hábiles de lo que son, no pueden contener la precipitación de sus juicios ni tener bastante paciencia para
conducir ordenadamente todos sus pensamientos”
27
“Aquellos que poseyendo bastante razón o modestia para juzgar que son menos capaces de distinguir lo verdadero de lo falso que
otras personas, de quienes pueden recibir instrucción, deben contentarse con seguir las opiniones de esas personas antes de buscar
por sí mismos otras mejores”.

23
el proceso está inspirado en la deducción axiomática, ya planteada por Euclides en sus Elementos de
geometría.

Cuarta parte.
Descartes prueba la existencia de Dios y del alma, que son los temas capitales de su metafísica. La
exposición completa de las ideas que se recogen en este campo se halla en su obra Meditaciones
Metafísicas (1641).
Párrafo (1) La aplicación del método a la filosofía.
La aplicación del método comienza por la filosofía ya que es la constituye los cimientos del saber.
Primer paso: hay que dudar de todo lo aprendido para alcanzar lo indubitable.
 Comienza rechazando el conocimiento sensible (Parménides, Platón).
 Rechaza todos los razonamientos que antes había tomado como demostraciones.
 Los pensamientos, pues son confusos ya que sueño y realidad podrían ser son la misma cosa.
 Sin embargo, su escepticismo moderado le conduce a su primera y única certeza: “que duda”. Puedo
dudar de todo, pero no dudo que dudo. Y como el acto de dudar es un modo del pensamiento, se puede
enunciar el primer principio, “yo dudo” (pienso), y en tanto, soy, pues para dudar necesito ser, existir (san
Agustín, “si me engaño, existo”). En consecuencia, “pienso, luego existo”. Este es el primer principio,
claro y distinto, de la filosofía que buscaba.
Párrafo (2) La naturaleza del yo.
La duda acerca del cuerpo y del mundo y afirma la existencia del yo (alma).
¿Qué soy? Una cosa (substancia) que piensa y que no necesita de lugar alguno o cosa material (cuerpo-
extensión) para ser. El alma es independiente y distinta que el cuerpo.
Párrafo (3) Criterio de certeza.
Una vez formulado el primer principio Descartes establece el “criterio de certeza o de verdad”: todas las
cosas que concebimos muy clara y distintamente son verdaderas. Por lo tanto, la claridad y distinción
aprehendidas intuitivamente es el criterio de certeza.
Párrafo (4) La existencia de Dios. Argumento gnoseológico.
Recluido en su pensamiento descubre ciertas ideas claras y distintas como la idea de infinitud y la idea sobre
las cosas exteriores a su pensamiento (res extensa). Se plantea la causa de la idea de infinitud (perfección).
Con ello, probará la existencia de un ser infinito y perfecto, o sea Dios.
Descartes emplea un argumento gnoseológico. Brevemente podría formularse del siguiente modo, ¿cómo
siendo yo un ser finito, limitado e imperfecto soy capaz de pensar la idea de lo infinito (perfecto)? Está claro
que semejante idea no puede proceder ni del mundo exterior, ni de mí mismo, ya que de lo menos perfecto
no puede provenir lo más perfecto. En consecuencia, dicha idea de infinitud exige una causa análoga que
tenga todas las perfecciones que me represento en esa idea de forma clara y distinta. Y esta causa es Dios
que cuidadosamente ha colocado la idea de su naturaleza infinita en la razón.

24
Párrafo (5). Sobre las ideas o verdades de geometría y la idea de Dios: la prueba ontológica de su
existencia.
El hecho que yo piense la idea de un triángulo y que sus tres ángulos sean iguales a dos rectos, de forma
clara y distinta no implica que tal triángulo exista en la realidad (mundo). Son verdades analíticas en las que
el sujeto contiene al predicado, pero aquél carece del predicado de la existencia. Sin embargo, la idea
(esencia) de Dios, como ser perfecto e infinito sí que implica necesariamente su existencia, de lo contrario
dejaría de ser perfecto (argumento ontológico. San Anselmo) 28.
Párrafo (6). La imaginación y los sentidos fuente de error.
Descartes critica a los escépticos que niegan la posibilidad de conocer que sea Dios y el alma, ya que se
dejan guiar equivocadamente por los sentidos y la imaginación y no por la razón, que es siempre fuente de
verdad.
Párrafo (7) Dios como garante de la realidad extensa (mundo) y de la verdad del conocimiento.
Distingue entre certeza moral y certeza metafísica. La primera está fundamentada en lo probable o verosímil.
Es una certeza suficiente y exclusiva para ordenar la vida práctica. En cambio, la certeza metafísica es el
fundamento del conocimiento verdadero (vida teorética). La primera se basa en la evidencia, es decir, en la
claridad y distinción. Es una certeza necesaria para un conocimiento verdadero y el progreso del mismo. Por
medio de la certeza metafísica Descartes niega la realidad extramental (mundo y el cuerpo). No existe
seguridad alguna de que la realidad exterior a la mente exista, pues la ficción goza de tanto realismo como la
misma realidad. Por ello, es necesario demostrar la existencia de Dios. Él garantiza que el mundo exista y
que no me engañe en mis convicciones y razonamientos. .
Párrafo (8).
La claridad y distinción como criterio de certeza es también un criterio válido para nuestros sueños “Si
ocurriese que durmiendo tuviéramos alguna idea muy distinta, como, por ejemplo que un geómetra inventara
en sueños una nueva demostración, el sueño no impediría que esa idea fuese cierta ”. De este modo, si un
sueño alcanza la claridad y distinción no se menosprecia. El sueño, no es por sí mismo un estado de error,
sino un estado menos propicio que la vigilia para el libre ejercicio del pensamiento. Sin embargo, “despiertos
o dormidos no debemos dejarnos persuadir nunca si no es por la evidencia de la razón”. Sólo la razón es la
fuente del conocimiento fiable y verdadero. Por mucha certeza que nos ofrezcan los sentidos estos siempre
pueden equivocarnos y más aún cuando los utilizamos junto a la imaginación que es causa de extrañas y
falsas ilusiones y alucinaciones.

6. Relación con otros autores29.


Cfr. La idea de método en Parménides y Sócrates.
Cfr. Parménides y Platón. El ser y el pensar son lo mismo. Crítica al conocimiento sensible: es falaz
(empirismo). Reclusión en la conciencia, en la razón para construir la realidad.
Cfr. Antropología cartesiana y el dualismo platónico: cuerpo y alma.
Cfr. Teoría de la reminiscencia platónica y el innatismo cartesiano.
28
Para Descartes esta prueba de la existencia de Dios, que no es una demostración científica rigurosa, sin embargo, tiene tanto o más
valor que las demostraciones que hacen los geómetras en sus disciplina.
29
Ver página 93 del libro de los textos de Anaya.

25
Cfr. San Agustín la duda y el “cogito ergo sum”, así como, la prueba de la existencia de Dios apoyada en la
existencia de ideas innatas y más concretamente en la idea de infinitud.
Cfr. Demostración de la existencia de Dios: santo Tomás y san Anselmo.
Cfr. Racionalismo-empirismo.
Cfr. Hume. No existen ideas innatas. Conocer es percibir. La experiencia es fuente y límite del conocimiento
humano.
Cfr. Hume. Ambos buscan la unidad de la ciencia, Hume construir una nueva ciencia de la naturaleza
humana (o filosofía científica sobre el hombre) sobre la que se articulen las demás ciencias y saberes.
Cfr. Hume. Niega que podamos tener conocimiento de realidades metafísicas: noción de causa, res cogitans,
res extensa y res infinita. Son meras ilusiones.
Cfr. Hume. Inducción frente a deducción.
Cfr. “Discurso del método” y el “Novun Organum” de Francis Bacon.
Cfr. Física cartesiana y el atomismo antiguo.
Cfr. Kant y “el idealismo trascendental”. El yo trancendental.
Cfr. Formalismo moral kantiano y la moral provisional cartesiana.
Cfr. Husserl. El yo trascendental y el método fenomenológico apoyado en la “epojé”.

Modelos de Exámenes de selectividad.

(Septiembre 2006) Descartes: Discurso del método, Cuarta parte.

Así, puesto que los sentidos nos engañan a veces, quise suponer que no hay cosa alguna que sea tal como
ellos nos la hacen imaginar. Y como hay hombres que se equivocan al razonar, aun acerca de las más
sencillas cuestiones de geometría, y cometen paralogismos, juzgué que estaba yo tan expuesto a errar como
cualquier otro y rechacé como falsos todos los razonamientos que antes había tomado por demostraciones.
Finalmente, considerando que los mismos pensamientos que tenemos estando despiertos pueden también
ocurrírsenos cuando dormimos, sin que en tal caso sea ninguno verdadero, resolví fingir que todas las cosas
que hasta entonces habían entrado en mi espíritu no eran más ciertas que las ilusiones de mis sueños. Pero
advertí en seguida que aun queriendo pensar, de este modo, que todo era falso, era necesario que yo, que lo
pensaba, fuese alguna cosa. Y al advertir que esta verdad -pienso, luego soy- era tan firme y segura que las
suposiciones más extravagantes de los escépticos no eran capaces de conmoverla, juzgué que podía
aceptarla sin escrúpulos como el primer principio de la filosofía que buscaba.

CUESTIONES:
1. Explique el sentido del texto y analice los términos subrayados (Valoración 0-4 puntos).
2. La duda metódica y la fundamentación de la filosofía en Descartes (Valoración 0-4 puntos)
3. Teniendo en cuenta la pregunta anterior, relacione a Descartes con algún otro autor o corriente
de pensamiento, señalando aproximaciones o diferencias (Valoración 0-2 puntos).

26
(Junio 2003) René Descartes, Discurso del método, Cuarta parte.

«Finalmente, considerando que los mismos pensamientos que tenemos estando despiertos pueden también
ocurrírsenos cuando dormimos, sin que en tal caso sea ninguno verdadero, resolví fingir que todas las cosas
que hasta entonces habían entrado en mi espíritu no eran más ciertas que las ilusiones de mis sueños. Pero
advertí en seguida que aun queriendo pensar, de este modo, que todo era falso, era necesario que yo, que lo
pensaba, fuese alguna cosa. Y al advertir que este verdad –pienso, luego soy- era tan firme y segura que las
suposiciones más extravagantes de los escépticos no eran capaces de conmoverla, juzgué que podía
aceptarla sin escrúpulos como el primer principio de la filosofía que buscaba.»

CUESTIONES:

1. Explique el sentido del texto y analice los términos subrayados (Valoración 0-4 puntos).
2. La duda metódica y el primer principio de la filosofía de Descartes (Valoración 0-4 puntos)
3. Teniendo en cuenta la pregunta anterior, relacione a Descartes con algún otro autor o corriente de
pensamiento, señalando aproximaciones o diferencias (Valoración 0-2 puntos)

(Junio 1999) Descartes. Discurso del método, Cuarta parte.

«Porque, en primer lugar, la regla que antes he adoptado œde que son verdaderas todas las cosas que
concebimos muy clara y distintamente- no es segura sino porque Dios es o existe y porque es un Ser
perfecto, del cual proviene cuanto hay en nosotros. De donde se sigue que nuestras ideas o nociones,
siendo cosas reales y que proceden de Dios, en todo lo que tienen de claras y distintas, no pueden menos de
ser verdaderas, de suerte que si tenemos con bastante frecuencia ideas que encierran falsedad, es porque
hay en ellas algo confuso y oscuro y en este respecto participan de la nada, es decir, que si están así
confusas en nosotros es porque no somos totalmente perfectos, [...].»

CUESTIONES:

1. Explique el sentido del texto y analice los términos subrayados (Valoración 0-4 puntos).
2. La duda y el tema de Dios en Descartes (Valoración 0-4 puntos).
3. Teniendo en cuenta la pregunta anterior, relacione a Descartes con algún otro autor o corriente de
pensamiento, señalando aproximaciones o diferencias (Valoración 0-2 puntos).

27
Actividades.
1. Actividades on-line, verdadero–falso y respuesta múltiple.
 Tets de opción múltiple: http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Ejercicios/
Filosofia-Medieval-Moderna/Descartes-Imprimible-Test-O-M.htm
 Actividades interactivas: http://recursos.cnice.mec.es/filosofia/f2ruta1.php?
id_ruta=19&id_etapa=107&id_autor=1
2. Brevemente sitúa a Descartes en su contexto socio-político-cultural.
3. Recoge en un esquema las principales características de la filosofía moderna, marcando los rasgos
que la diferencian de la medieval.
4. ¿Qué es el racionalismo? Explica sus principios fundamentales.
5. ¿Cuáles son las motivaciones filosóficas que llevan a Descartes a elaborar su filosofía? ¿por qué un
método? ¿qué método? ¿por qué?
6. Explica las cuatro reglas del método.
7. ¿Qué es la intuición? ¿qué entiende Descartes por ideas claras y distintas?
8. ¿Qué importancia tiene en el método cartesiana las “naturalezas simples”?
9. ¿Cómo es la duda cartesiana?
10. ¿Qué importancia tiene el recurso del “genio maligno”?
11. ¿Cómo llega Descartes a la verdad indubitable del cogito? Explica los niveles de la duda.
12. ¿Qué hay en la substancia pensante? Explica los tres tipos de ideas: adventicias, artificiales e
innatas.
13. Explica cómo deduce la realidad (res extensa) a partir de la res cogitans. En otras palabras, cómo
justifica la existencia de los cuerpos y del mundo exterior?
14. ¿Por qué necesita demostrar a Dios para justificar que la realidad exterior existe?
15. ¿Qué tres argumentos emplea para demostrar que Dios existe?
16. Explica la física cartesiana. ¿En qué sentido es una física mecanicista?
17. Explica qué es el ser humano para Descartes. ¿Realmente somos libres?
18. ¿Cómo es la moral provisional que enuncia Descartes?
19. Relaciona a Descartes con algún autor o corriente de pensamiento, señalando aproximaciones o
diferencias.

28

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