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A.∙. L.∙. G.∙. D.∙. G.∙. A.∙. D.∙. U.∙.

L.∙. I.∙. F.∙.

O.∙. de Caracas, 20 de Abril de 2006 (e.∙. v.∙.)


Resp.∙. Log.∙. Sol de Caracas, No 195,
V.∙. M.∙.
Q.∙. H.∙. P.∙. V.∙.
Q.∙. H.∙. S.∙. V.∙.
QQ.∙. HH.∙. Todos

LA IGNORANCIA

“Si pertenecer a la “élite” de los cultos e intelectuales,


significa renunciar a mi condición de ser ”Integro”
prefería el camino de la mas profunda ignorancia.”

La ignorancia según el diccionario de la Real Academia Española, significa: Falta


de ciencia, de letras y noticias, general o particular.
Pero también, entre los sentidos mas comunes con que usamos ignorancia es
para reconocer o identificar que alguien no es versado o tiene muy poca cultura,
y por cultura entendemos, el saber dado por o en: la familia, la educación, el
estudio, la lectura, el arte, etc., etc., etc., (nótese que este saber es aprehendido
por reflejo, que en términos generales viene de una fuente y a través de un
tercero llega a nosotros generándose una cadena con innumerables eslabones,
que como una cadena cerrada no es posible determinar el primer y último
eslabón). Por tal razón, catalogamos de ignorante a un ser humano que, por
ejemplo, sea analfabeto, o que no haya ido a la escuela o no haya terminado la
primaria o el bachillerato, o cuando, generalmente, ejerce trabajos u oficios de
muy baja calaña o simplemente los vagos, entre otros, son ignorantes.
Por otro lado, alguien que al menos sea leído o haya ido a la Universidad o se
haya destacado en el arte o las ciencias, etc. nunca se podrá catalogar a una
persona así de ignorante, verdad?
Ahora bien, hay que tener cuidado con lo que se quiere decir con ignorancia,
incluido el punto de vista iniciático.
En primer lugar, existe una diferencia entre ignorancia y desconocimiento que a
todas luces resulta evidente: Decimos que, el desconocimiento de la ley no
implica su fiel cumplimiento. Estar informado no quiere decir que una persona no
sea ignorante.
En principio, un ingeniero no sabe de medicina como un médico de ingeniería,
esto aplica para todos los ramos del saber y de la ciencia.
Si nos adentramos en el plano de lo que llamamos cultura, nos encontramos con
personas leídas y que tienen información. Pero, realmente conocen todos los
dominios? Sabrá esta persona realmente cómo calcular el combustible para que
tenga el empuje necesario las aeronaves que rompen la fuerza de la gravedad.
El campesino que lee mas o menos o quizás es analfabeta pero conoce todos
los aspectos de la naturaleza para sus cultivos y crías, podemos decir que es
ignorante? Si continuamos haciendo ejemplos no terminamos nunca porque en
materia estadista o filosófica sucede lo mismo.
Entonces, si decimos que alguien es culto, que podría ser lo contrario a
ignorante, es porque tiene más información que otros o que nosotros. Significa
que ser culto es, entonces, relativo. Y si comparamos los grandes filósofos de la
antigüedad tendrían, hoy en día, un abismo de falta de conocimientos en
comparación a los tiempos modernos, pues en nuestros días se logran avances
en la aeronáutica espacial, en la electrónica, en la química, la medicina con los
intercambios de órganos, etc. que ni en sueños podrían aquellos hombres
imaginar.
Como corolario podemos decir, consecuentemente, que todos somos ignorantes,
porque el ser culto es simplemente relativo pues interviene siempre la
comparación por lo extenso que resulta las ramas del saber en el dominio
profano.
Si entramos, ahora, al dominio de las ordenes iniciáticas, éstas no son una
excepción. ¿Quién en el mundo de hoy en día sabe qué es Masonería? Muy
pocos, verdad? Incluso, en nuestras propias Logias Masónicas, entre los
hermanos, existen diferencias sobre el objetivo de la Masonería o lo qué es la
Masonería. Y algunos de nosotros algunas veces concluimos que nos falta
muchísimo en la Masonería, en algunas circunstancias hay hermanos que han
dicho que para realizarse en la Masonería se necesitan muchas vidas.
La respuesta como ya hemos visto no está en el orden profano, tampoco en los
estamentos filosóficos o religiosos porque éstos pensamos que por su carácter
exterior pertenecen, de alguna forma al orden profano, quedándonos uno sólo, el
nuestro, el iniciático.
Lo que enseña una Tradición iniciática, como la Masonería, es que la ignorancia
es una forma de “ver” de comprender las contingencias de la vida donde el
aspecto catalizador y ordenador es la conciencia. Así como decimos que la
Masonería es un estado de vida pues también la ignorancia es un estado de
vida porque cada uno piensa, dice y obra por lo que él cree que es cierto o que
le conviene mas, aquí caben todos las modalidades en que un ser humano se
pueda desenvolver: familia, amistades, trabajos, creencias religiosas, etc., la
vida es un cúmulo de experiencias, que a medida en que estemos mejor
preparados para afrontarlas mas provecho le sacamos. Esa mejor preparación
se refiere al conocimiento. Como nadie puede dar lo que no tiene, y el
conocimiento no viene sin esfuerzo, las diferentes modalidades o avatares,
afrentas o problemas y también alegrías, logros y éxitos, se enfrentan o se
asimilan de mejor manera a través del conocimiento, que no solo se refiere al
sociológico o filosófico sino, en nuestro caso, al iniciático, porque el primero de
ellos solo trata de la parte humana, lo que se puede ver, medir o analizar,
mientras que en la Masonería corresponde con lo universal o metafísico, siendo
la primera ruptura que tenemos con lo conocido que traíamos del mundo
profano: la triple naturaleza del hombre. La Masonería como una orden iniciática,
milenaria, el conocimiento que podemos obtener se refiere a otros estados de
realización humana, que aunque su estudio es paulatino, por etapas, éstas las
pone el iniciado, y el resultado, es la transformación del ser en otra cosa que
está fuera del dominio profano y no puede compararse, ni con la de los grandes
eruditos o descubridores de los grandes adelantos de la ciencia profana, ni con
las de los grandes filósofos ni jerarcas de las iglesias o religiones del mundo.
El conocimiento iniciático a diferencia del profano que no es mas que una
repetición o memorización de conceptos, que aunque nos quedemos pasmados
o embelezados por el verbo de los oradores no es mas que el uso de la razón,
mientras el otro tipo de conocimiento, es completamente diferente del expuesto
porque se produce desde nuestro interior, es a través del símbolo que logramos
entender esos dos estados fuera de nuestro realidad humana y mas aún trata
directamente del espíritu, razón por la cual existen ordenes iniciáticas.
Lo expuesto, hasta ahora, es porque siendo la Masonería una doctrina
tradicional tiene necesariamente como centro y como punto de partida el
conocimiento de los principios metafísicos, y que, además, todo lo que ella
comporta, a título más o menos secundario, no es definitivamente más que la
aplicación de esos principios en diferentes dominios, que en muchas Logias
Masónicas es confundido con el perfeccionamiento del hombre como algo de
que él debe hacer, según ciertos parámetros iniciáticos, pero llevados,
exclusivamente, a la vida profana manteniéndonos ligados a los efectos en vez
de dirigirnos a las causas. Nos referimos la talle de la piedra bruta como el fin de
la Masonería pero esto no es mas que la exigencias que requieren las ordenes
iniciáticas para emprender en verdadero camino, porque el talle de la piedra
bruta y el desarrollo de las virtudes se generan por si mismas como efecto de la
interiorización del conocimiento iniciático, es mas en el estado primordial o
adepto se execra para siempre, de la naturaleza humana, el llamado del deseo
y la fascinación del materialismo.
Entonces, este conocimiento así realizado en nosotros, y que no entramos en
materia ahora por no salirnos del tema, es lo que significa ver la luz, ver el
camino hacia los principios, hacia los arquetipos que le dan a nuestra vida su
razón de ser y que una vez trabajados, es el despertar en nosotros de la
sabiduría, que no es otra cosa que el sabio manejo de nuestras vidas en su
sentido multifacético y metafísico en todas las eventualidades que se nos
presenten incluso la muerte. El camino de un iniciado es trascender las
limitaciones humanas que es lo mismo que desarrollar nuestras posibilidades
para liberarnos de los avatares de la vida y encaminarnos hacia el ser hacia
nuestra esencia o principio único que es nuestro espíritu, razón de nuestra
existencia.
Como ya se mencionó, la ignorancia es un estado de conciencia que no nos
permite comprender nuestra realidad individual, social y metafísica en conjunto
para un buen vivir, que no es otra cosa que vivir en paz. Vas comprendiendo que
tu cambio interior se genera por el conocimiento verdadero, no aprehendido,
para llegar a una conciencia capaz de abarcar la realidad de nuestra vidas y por
esa razón nace la verdadera humildad que es la genuflexión al conocimiento,
arrodillar nuestra rodilla derecha al piso (que simboliza la razón) y bajar nuestra
cabeza como símbolo del destierro de la soberbia intelectual profana. Por eso
vemos como algunos profesionales con grandes conocimientos en la ciencias o
las artes, incluídas sus potencialidades o capacidades muy desarrolladas tanto
laborales como artísticas, son autoritarios, déspotas, egoístas, ambiciosos y
pueden, en algunas oportunidades, rayar los límites del abuso y sometimiento de
los demás. Mientras que un iniciado consciente de ese elaborado conocimiento,
en su vida profana, dá a cada cosa su verdadero valor, y no se deja llevar por el
llamado del materialismo del mundo profano, siendo, entonces, un hombre
integro en sus deberes y derechos.
No se quiere decir que el conocimiento o la información profana no sea
importante, pero en las sociedades iniciáticas los iniciados gobernaban el
estamento político y social porque tenían el conocimiento metafísico y profano.
Al tener sus potencialidades desarrolladas no pueden los defectos, pasiones y
vicios imponerse de alguna manera pues están prácticamente desechados,
porque el conocimiento profano está subordinado al metafísico, tradicional o
iniciático.
Hasta ahora para concluir con la ignorancia, es comparable a aquel que
manteniéndose en la cima de una montaña puede ver, igualmente, sin tener que
desplazarse, sus diferentes vertientes, mientras que aquel que escala esta
misma montaña sólo percibe de ella la parte más próxima a él, esto viene
cuando aquel que ya conoce y ve todo en conjunto, el estado corporal y sutil en
su intima comunión con la naturaleza, que a diferencia de la ciencia que solo ve
la fenomenología en el estado corporal, resulta comprendiendo la naturaleza
humana y universal, en conjunto con todas las modalidades o vicisitudes tanto
negativas como positivas que conforman su existencia. Y el camino para tachar
definitivamente la ignorancia es dentro de las tradiciones iniciáticas.
En la tradición Islámica, se dice, que todo ser es “muslim” cuando está sometido
a la Voluntad Divina, de la cual, nada puede sustraerse, la diferencia entre los
seres consiste en que mientras unos se conforman consciente y voluntariamente
al orden universal, otros lo ignoran o incluso pretenden oponerse a él y a esto
último es lo que queremos decir lo que es ignorancia, que cuando se trata de
nuestra orden, nosotros los Masones, deberíamos estar vinculados a la Voluntad
Divina de manera consciente y efectiva que en nuestra tradición Masónica se
conoce como “el plan del G.∙. D.∙. G.∙. A.∙. D.∙. U.∙.” resultando que los ignorantes
puros y simples son los profanos.
En cuanto al titulo de este trabajo incluye también la libertad, pero al reconocer
la ignorancia como un cierto estado de vida producto de la poca sabiduría que
se tiene para llevar a cabo las diferentes modalidades de la vida en procura del
fin último, que es el estado adámico o estado primordial, el sentido que le
podemos dar a la libertad es el de ser libres nosotros al no tener ninguna
atadura emocional o mental que nos aleje del camino del iniciado, es el de
perfeccionamiento del hombre como humano, como ser universal queriendo
decir que conoce y maneja los misterios de la naturaleza y del universo y por
último, el principial que realmente los demás son ilusorios con respecto a este
que es el espiritual el fin último de todo el camino.

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