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TEMAS PRINCIPALES
EL TIPO PENAL
tipo subjetivo

Se dijo que el tipo penal describe de manera abstracta la conducta prohibida o prescripta de la norma penal.
Dentro de estas condutas lesivas de bienes jurídicos se puede distinguir dos clases diferentes según la actitud
subjetiva del autor respecto del bien jurídico y la dirección de su voluntad. De esta manera, podemos decir que
los tipos pueden ser:

a. Dolosos, cuando el sujeto es plenamente consciente de que su actuar lesiona un bien jurado y quiere afectarlo.
El hecho que produce el resultado típico debe haber sido conocido y querido por el autor (ej.: Juan de un disparo
Pedro. Juan sabe que Pedro es una persona, que el disparo de un arma de fuego puede causar la muerte de Pedro y, a partir de ese
conocimiento, Juan quiere realizar la acción y decide ejecutarla, es decir, va y mata a Pedro de un disparo en la cabeza).

b. Culposos, cuando el sujeto no pretende lesionar el bien jurídico, pero su conducta descuidada produce su
afectación (ej.: Juan conduce su auto por encime del límite de velocidad permitido porque llega tarde a una reunión de trabajo
importante, causando la muerte de un peatón que cruzaba la calle, el cual era un resultado que no quería producir, pero que se produce
por su actuar imprudente).

Los comportamientos dolosos y culposos, como se puede ver, tienen una gravedad diferente, que se traduce en la
intensidad de la pena, la cual es mayor en lo delitos dolosos (ej.: en el homicidio simple -art. 79 CP-, la pena es de reclusión o
prisión de 8 a 25 años, mientras que en el homicidio culposo -art. 84 CP.-, la pena es de prisión cuyo máximo es de 5 años).

La mayoría de los delitos de la Parte Especial del CP son tipos dolosos, pues el dolo es elemento subjetivo por
excelencia que está implícito en todos ellos (ej.: el art. 79 CP define al homicidio tan solo como matar a otro, da por sobreentendido
que debe tratarse de una conducta dolosa, es decir, conociendo y queriendo matar a la víctima).

Los tipos culposos constituyen la excepción, pues son menos numerosas la conductas descriptas en el CP que
expresamente contienen esa exigencia subjetiva.

El dolo
Tomando como punto de partida a los elementos que estructuran el dolo y a su misma definición, es importante
destacar que existen distintas teorías que se dan respecto al dolo:
1. Teoría de la voluntad o teoría volitiva: para esta teoría la esencia del dolo está en el elemento volitivo, en
el querer del sujeto, hay una determinación de la voluntad con el propósito de lograr una lesión a un bien
jurídico. Dicho de otra manera, el dolo sólo consistiría en la voluntad dirigida a realizar el hecho típico, o sea,
voluntad de realizar los presupuesto objetivos del tipo

2. Teoría de la representación o teoría cognitiva: en cambio, esta teoría considera que el dolo nunca podría
darse si no hay una representación o conocimiento no solo del acto, sino también del resultado. Esta teoría
básicamente nos dice que el dolo es sólo conocimiento de los presupuestos objetivos del tipo, pues lo que
importar es lo que se puede representar el sujeto.

3. Teoría mixta: toma como elementos del dolo tanta a la representación como a la voluntad. Por lo tanto, esta
posición afirma que el dolo es constituido por un elemento cognitivo, que consiste en la representación del
hecho típico; y un elemento volitivo que consiste en la voluntad dirigida a realizar el hecho típico que se ha
representado el sujeto.

Esta teoría mixta nos dice que, la voluntad sin representación no es, propiamente voluntad, sino un acto
instintivo, un espasmo muscular; y una representación sin voluntad es tan sólo un fenómeno psíquico, que no
puede originar un hecho doloso. Entonces, partiendo de esa idea, se puede decir que:

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 el elemento cognitivo por sí solo no mueve a la conducta del ser humano porque faltaría el “apetecer”,
falta el querer, el decidir en función de un estímulo. A partir de lo que el sujeto quiere se produce un
impulso y, a partir de ahí, se mueve hacia un objetivo determinado y eso no produce por el conocer, sino
por el querer. Un sujeto puede conocer y no querer, y si no quiere, no apetece y no se mueve hacia un
objetivo determinado produciendo la modificación en el mundo exterior que le interesa al derecho.
Ejemplo
El art. 79 CP “el que matare a otro” (homicidio simple). Juan quiere matar a Pedro por lo que para lograrlo lo hace disparándole
a la cabeza con un arma de fuego. Juan conoce los elementos descriptivos de este tipo penal del homicidio, sabe que tiene al
frente a otra persona -Pedro- (el tipo penal del homicidio consiste quitarle la vida “a otro”, o sea, a otra persona), sabe que es
ocasionar la muerte a otra persona (o sea, quitarle la vida) y sabe que el disparo de un arma de fuego a la cabeza de la persona
puede causar la muerte de ésta. Pero el solo conocer estos elementos objetivos no mueven a la conducta de Juan para que
mate a Pedro, sino que Juan, a partir de ese conocimiento tiene apetecer, que querer llevar a cabo aquello que conoce y a
partir de ahí moverse hacía su objetivo determinado (matar a Pedro), y eso sólo se produce con el querer, es decir, la voluntad
de realizar la acción típica de matar.
O sea, que en este ejemplo Juan actúa con dolo porque, además, de conocer los elementos objetivos del tipo señalados, quiere
realizar la conducta típica, que es matar.

 A su vez, el elemento cognitivo es lo que define al elemento volitivo de la conducta, o sea, el conocer
define al querer. Esto quiere decir que ese querer está racionalmente relacionado con el conocer
Ejemplo
Juan, que estaba a dos metros de Pedro, lesiona intencionalmente a este último tirándole una piedra en la cabeza, lo que
produce un profundo corte -Delitos de lesiones leves art. 89 CP-. Juan conoce los elementos objetivos del tipo penal, es decir,
conoce que Pedro es una persona; sabe que es un daño en el cuerpo o en la salud -en este caso es un corte profundo-; sabe
que hay una relación de causalidad entre la acción de arrojar la piedra y el resultado que es el corte produje en la cabeza de
Pedro, o sea, sabe que arrojar una piedra estando a dos metros de distancia es una acción que puede lesionar a Pedro, por
lo tanto, la acción resulta adecuada para causar el resultado de lesión. Dicha acción de Juan tiene base racional de
consecución o de logro del resultado -la lesión-.
Ahora, si Juan le tiene bronca a Pedro, quien se encuentra en Tierra del Fuego, por lo que, Juan se va a un descampado y
empieza a tirar piedras apuntado a Tierra del Fuego. En dicho caso, Juan sabe que Pedro es una persona; sabe lo que es un
daño al cuerpo o la salud -un corte es un menoscabo en el cuerpo y la salud-; conoce la forma de producir la lesión -pues
arrojar una piedra generalmente la produce-; sin embargo, la acción de Juan no es adecuada para producir el resultado -la
lesión-, la acción que realizó no es una acción de lesionar, porque tirar piedras desde un descampado de una provincia a
otra -o sea, tirar piedras a la nada- no es una acción que tenga base racional de consecución o de logro del resultado buscado
– la lesión en este caso-. Por lo tanto, aquí se ve la importancia del elemento cognitivo, la base que ofrece al querer; porque
ese querer, en este supuesto, es un querer irracional, no está conectado con el saber. El derecho es razón, sólo le interesan
los términos racionales).

¿Qué posición adopta nuestra cátedra? La cátedra del Dr. Lascano sigue la teoría mixta -que sería la teoría aceptada
hoy por la mayoría de los autores-, por lo tanto, si nos preguntan qué es dolo, vamos a responder diciendo: es el
conocimiento y la intención de realizar los presupuesto objetivos del tipo. El autor debe saber que realiza el
hecho, qué hecho realiza y las circunstancias que lo rodean, y, además, debe querer realizarlo.
Dicho de otra manera, el dolo es la voluntad realizadora del tipo (el querer el resultado típico), guiada por el conocimiento
de los elementos objetivos de éste en el caso concreto (ej.: el dolo del homicidio es el querer matar a una persona, que presupone
que sepa que el objeto de la conducta es un persona, que el arma pude causará el resultado, o sea, la muerte de otra persona).

Entonces, surge de dicho concepto -como ya se dijo más arriba- que el solo tiene dos elementos:

1. Elemento cognitivo: consiste en la representación de los presupuestos objetivos del tipo por parte del
sujeto. Dichos presupuestos son: los elementos descriptivos, normativos/valorativos, relación de causalidad
e imputación objetiva.
¡IMPORTANTE! Dicha representación va a ser necesaria en el dolo directo de primer y segundo grado,
pero, en el dolo eventual va a ser contingente.
2. Elemento volitivo: consiste en la voluntad dirigida a realizar el hecho típico que se ha representado el sujeto.

Clases de dolo

El dolo se clasifica en:


1. Dolo directo: el dolo directo consiste en el conocimiento (elemento cognitivo) y la intención (elemento volitivo) de la
realización del tipo penal, o sea, de los presupuestos objetivos del tipo. En el dolo directo elemento cognitivo

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está dado por la representación de los presupuestos objetivos del tipo por parte del sujeto. Dicha
representación va a ser siempre necesaria ¿Qué quiere decir esto? Que el sujeto se representa mentalmente
que forzosa o inevitablemente el hecho y el resultado va a suceder como consecuencia de su acción. Pero, como
dicha representación se produce en la mente del sujeto, no significa que necesariamente deba ocurrir en la
realidad. A su vez -como ya se advirtió-, esa representación (o sea, es saber o conocer) debe ser racional para poder
sustentar el querer (es decir, el elemento volitivo). De lo contrario, si el saber no tiene base racional en relación a
la consecución del resultado, el querer va a ser irracional, no pudiendo configurarse el dolo.
Por su lado, el elemento volitivo se refiere a que no sólo el autor se representa los presupuestos objetivos del
tipo, sino que tiene la intención de realizar el tipo objetivo. La voluntad o intención de querer realizarlo nos
marca el elemento volitivo.

El dolo directo tiene dos especies:


a. Dolo directo de primer grado: estamos frente al dolo directo de primer grado, cuando la acción o el
resultado perseguido constituyen el objetivo perseguido por el sujeto, por lo tanto, esta clase de dolo
directo se puede identificar con el fin de la acción, es decir, lo que el autor busca con la acción (ej.: Juan
quiere matar a Pedro y lo mata).

 Elemento cognitivo: el autor sabe que la acción que está ejecutando o a ejecutarse realiza los
presupuestos objetivos del tipo.

 Elemento volitivo: el autor tiene la intención – es decir, quiere- de realizar los presupuestos objetivos del
tipo.
Ejemplo de dolo directo de primer grado
Juan quiere matar a Pedro de un disparo. Juan sabe que Pedro es una persona, sabe que lo que es la muerte y sabe que disparar un
arma de fuego hacia el cuerpo de Pedro tiene idoneidad para causar la muerte, o sea, Juan sabe que con su acción de disparar hacia
el cuerpo de Pedro mata a un ser humano. Teniendo como base aquel conocimiento, Juan realiza la acción de disparar contra la
cabeza de Pedro para que éste muera, lo cual ocurre instantáneamente. Ese fue el fin de la acción, causar la muerte de Pedro. La
acción de Juan encuadraría en la figura del homicidio agravado por uso de arma de fuego a título de dolo de 1er grado.

b. Dolo directo de segundo grado: muchos autores dicen que esta especie de dolo abarca resultados no
queridos directamente por el autor, pero que aparecen unidos de modo necesario al resultado comprendido
en la intención del sujeto. En realidad, lo correcto sería decir que, el resultado no es una consecuencia no
querida por el autor, dado que él no puede decir que no quiere lo que necesariamente se va a producir a
partir de la realización de su conducta, no puede decir que no quería el resultado. Si el autor realiza la
acción quiere la producción del resultado, pero es un querer de una menor intensidad que en el dolo de
primer grado.

Por lo tanto, tanto en el dolo directo de 1er y de 2do grado, con respecto al elemento cognitivo, la
representación del sujeto es siempre necesaria, es decir, se representa que el resultado necesariamente
se va a producir como consecuencia de su acción. Pero, en el dolo de 2do grado, el querer del autor, o sea,
el elemento volitivo es distinto del que impera en el dolo directo de 1er grado, es un querer de menor
intensidad.
Entonces los elementos quedarían determinados de esta forma:
 Elemento cognitivo: el autor sabe que la acción que está ejecutando o a ejecutarse, tiene asociada,
como consecuencia necesaria, la realización de los presupuestos objetivos del tipo.

 Elemento volitivo: el autor no necesariamente "quiere" que se produzca la consecuencia, pero se


representa que esto necesariamente va a acontecer y lo asume. Por lo tanto, se puede decir que hay
un querer de menor intensidad que en dolo de 1er grado, no es el fin de su acción, no se quiere ese
resultado colateral que afecta bienes jurídicos ajenos, pero, de todas formas, los asume que se va a
producir, porque ya se representó previamente que va a suceder necesariamente.
Ejemplo de dolo directo de segundo grado
María quiere matar a Carlos, un reconocido senador nacional que pertenece al partido político contrario. Dado que Carlos está
siempre acompañado de su custodia personal, planea colocar una bomba en el avión en el cual va a viajar a Buenos Aires, para lo
cual contrata a determinadas personas que se van a tomar la tarea de instalar dicha bomba. Desde el plano cognitivo, María quiere
matar a Carlos con la explosión de la bomba, la cual posee potencia suficiente para arrasar con él y con toda la tripulación y pasajeros
que se encuentren en el vuelo. Se representa mentalmente que con esa bomba necesariamente no sólo va a morir Carlos, sino

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también la tripulación y los pasajeros, siendo la muerte de estos últimos un daño colateral que asume. Llegado el día que tiene que
salir el vuelo de Carlos, estando la bomba instalada en el avión, una vez que éste alcanza los 10.000 metros de altura, explota. Ello
produce la tan ansiada muerte de Carlos y también como daño colateral, la muerte de los tripulantes y los pasajeros.
Con respecto a la muerte de Carlos va haber dolo directo de primer grado, pues el fin de la acción de María era causar la muerte de
aquel. Pero, en relación a la muerte de la tripulación y los pasajeros, va haber dolo directo de segundo grado, dado que, si bien se
representó de manera necesaria que aquel daño colateral podía ocurrir, no quería con la misma intensidad la muerte de la
tripulación y los pasajeros como si quería la muerte de Carlos. No era el fin de la acción causar la muerte de aquellos, pero, de todas
formas, asume que podía ocurrir.

¡IMPORTANTE! Debe quedar claro que, tanto en el dolo directo de primer grado como en el de segundo grado,
respecto al elemento cognitivo, la representación es siempre necesaria; pero, en cuanto al elemento volitivo, hay
una gran diferencia: en el dolo directo de primer grado, el querer de mayor intensidad, hay un voluntad plena,
porque se trata del fin de la acción (siendo ese fin causar el resultado buscado -ej.: la muerte, la lesión, etc.-). Por su lado, en el
dolo directo de segundo grado, ese querer es menor intensidad, ya que no es el fin de la acción, sino que un daño
colateral que el sujeto asume que acepta que va a ocurrir.
Por lo tanto, la diferencia entre dolo directo de primer grado y el de segundo grado, se encuentra en el elemento
volitivo.

2. Dolo eventual: es el grado mínimo del dolo y sus elementos estarían determinados de esta manera:
 en cuanto al elemento cognitivo, la representación del hecho ya no es necesaria, sino contingente. Esto
quiere decir que, el sujeto se representa que su conducta está asociada con la posible realización de los
presupuestos objetivos del tipo. Se quiere decir que, el sujeto se representa que con su conducta puede o
no ocurrir el hecho típico (eso significa contingente, que puede o no suceder).
Quien obra con dolo eventual realiza una correcta subsunción de los hechos en el caso concreto, o sea,
conoce y sabe –por eso no hay error de tipo como si ocurre en la culpa consciente- que está realizando una acción riesgosa
que viola de alguna manera un deber de cuidado de bienes jurídicos ajenos, y, a su vez, que la misma puede
producir el resultado típico (que después termina produciéndose en la realidad). El sujeto se representa el resultado
típico como posible, pero obra de igual manera -con indiferencia-, asintiendo o consintiendo la eventual
producción del resultado.

Por lo tanto, si la representación es contingente, no puede decirse -como ocurre en el dolo directo de primer y
segundo grado- que el sujeto quiere la acción o que es el fin de su accionar que se produzca el resultado, por
la sencilla razón de que, si fuese el fin de su acción, va a tratar de asegurar ese fin, por lo que elegiría
otro medio que le permita racionalmente dar una base para pensar que, necesariamente, va a acontecer el
resultado.
 Respecto al elemento volitivo, al no actuar el sujeto con error de tipo -ya que éste conoce y sabe, como se dijo
anteriormente-, realiza una correcta subsunción de los hechos, dando así la base racional para decir, que el
sujeto no quiere, necesariamente, el resultado; sin embargo, lo acepta. El sujeto que actúa con dolo
eventual piensa “bueno, si pasa que tenga que pasar”. Si pudiera saber que el resultado va a ocurrir en el
futuro, igualmente realizaría la acción.
Ejemplo de dolo eventual
Juan tiene una entrevista de trabajo muy importante, pues tiene la posibilidad de ingresar a la empresa que siempre soñó. El día de la
entrevista no escucha el despertador y cuando se despierta se da cuante que sólo tiene 1 hora para llegar al lugar de la entrevista, el cual
se encontraba en la Capital de su ciudad y él vivía a unos 50 min de allí. Ante esta situación, Juan toma su auto y a toda velocidad emprende
viaje. Conduciendo a más de 150 km/h, él se representa que, al conducir a dicha velocidad, si se le cruza un peatón, no va a tener la
posibilidad de maniobrar para esquivarlo, lo que puede llevar a que ocasione un accidente donde muera o lesione a una persona. Pero, a
pesar de representarse que con su conducta riesgosa puede producir dicho resultado típico, de todas maneras, sigue adelante
conduciendo a alta velocidad, pues a él lo único que le importa llegar a horario a la entrevista. Por lo tanto, si bien no quiere ocasionar un
accidente donde posiblemente muera o lesione a una persona, de igual manera, acepta que ese resultado se pueda producir. Juan piensa
“Se que manejando a esta velocidad puedo generar un accidente donde muera o lesione a alguien, no quiero que ocurra ello, pero yo
necesito llegar a esa entrevista, así que si se produce un accidente, que se produzca”.

La culpa
En la culpa, la reprochabilidad de la conducta se da por violación de un deber de cuidado que pesaba sobre el
sujeto respecto de bienes jurídicos.

La culpa se manifiesta en dos géneros: la negligencia y la imprudencia (ambos se explican más abajo).

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En la culpa hay una violación de un deber de cuidado, es decir, es los delitos culposos lo criticable o disvalioso es
la forma en que se realizó la conducta, ya que la falta de cuidados significa un menosprecio hacia los bienes
jurídicos de las personas.
No hay un deber de cuidado general, sino que hay un deber de cuidado para que cada conducta que se realice. En
cada caso concreto vamos a tener que analizar que deber de cuidado teníamos que respetar.
Ejemplo
Una persona sale marcha atrás con su auto de su garaje y por no prestar atención, choca a una persona que pasaba caminando y la lesiona
(le aplasta la pierna y se la tiene que amputar). En este caso se trata de un sujeto que realiza la conducta de conducir un auto. El deber de
cuidado violado en ese caso concreto es el del conductor que al salir de su garaje marcha atrás debe cerciorarse de que no hay peatones
transitando por la vereda. Por un actuar negligente, es decir, un actuar descuidado, con falta de atención, con falta de precaución al actuar,
produce el resultado típico del art. 91 CP, pues se produce una lesión gravísima, dado que la víctima pierde completamente una de sus
piernas, sin posibilidad de volver a caminar nuevamente.
En este ejemplo, la persona que maneja no se representa los elementos objetivos del tipo, y, por lo tanto, no quiere, ni acepta el resultado
típico (lesionar gravísimamente al transeúnte), ni si quiere se lo imagina, pero el resultado se termina produciendo, por su actuar
negligente en este caso concreto.

La modalidad adoptada por el legislador para tipificar a las conductas culposas es la fórmula cerrada de
imputación o de númerus clausus, esto es, que sólo van a ser delitos culposos o imprudentes aquellos que
expresamente tipifique el CP por medio formas específicas de culpa:
a. Negligencia: es el descuido, el olvido, la ligereza, la falta de atención, la falta de precaución al actuar. Actúa
de manera negligente quien omite las diligencias necesarias para no crear peligros. Quien actúa
negligentemente se caracteriza por no hacer algo que el deber de previsión o de prudencia le indicada hacer.
Es por ello que a la negligencia se la entiende como un “hacer de menos”.

b. Imprudencia: es el obrar ligero, precipitado, el no evitar peligros o enfrentarse a ellos sin necesidad. El que
actúa imprudentemente, hace algo que el deber de previsión, de prudencia, le indicaba no hacer. La
imprudencia es un “hacer de más”.

c. Impericia: también conocida como “culpa profesional”. Es un obrar deficiente de una profesión, arte u oficio.
La impericia es una falta o insuficiencia de aptitudes para el ejercicio de una profesión o un arte, es decir, es
una falta de los conocimientos más elementales de la profesión o arte que la persona desempeña -mecánico,
plomero, electricista, médico, ingeniero, arquitecto, etc.-

d. Inobservancia de los deberes o reglamentos del cargo: es una forma de culpa que se da cuando, al
desempeñar ciertas actividades (ej.: pilotear un avión, practicar deportes, conducir un auto, etc.) o cargos (ej.: médicos,
ingenieros, policías, funcionarios públicos, etc.), el sujeto viola u omite cumplir los deberes impuestos por los
reglamentos u ordenanzas que se refieren a dichas actividades o cargos (según el art. 77 CP los reglamentos y
ordenanzas son todas aquellas disposiciones de carácter general que dicta la autoridad competente en la materia de que traten).

Por lo tanto, no cualquier delito doloso es susceptible de tener también forma culposa o aplicarse de manera
subsidiaria la culpa, sino que esta última es punible sólo cuando se encuentra expresa mediante sus formas
específicas dentro un tipo penal (ej.: art. 84 CP -homicidio culposo; art. 94 CP -lesiones culposas-).

Clases de culpa

La culpa se clasifica en:


1. Culpa consciente o con representación: en relación al elemento cognitivo, vemos una similitud con el dolo
eventual, pues el sujeto se representa que la acción que está ejecutando está asociada con lo posible -
contingente, no necesaria- realización de los presupuestos objetivos del tipo. Es decir, el sujeto se representa que
con su conducta puede o no ocurrir el hecho típico. Sin embargo, a diferencia del dolo eventual, el sujeto obra
con error de tipo vencible (reprochable), basado en una errónea subsunción que realiza de los hechos en el
caso concreto, ya que el sujeto no cree que esa conducta pueda producir un resultado lesivo para un
bien jurídico protegido en dicho caso concreto.

El sujeto sabe que está realizando una acción concretamente peligrosa que viola un deber de cuidado de bienes
jurídicos ajenos, pero ignora que dicha acción que pueda terminar saliéndosele de control. Confía en su accionar
(remitiéndose, generalmente, a un juicio sobre la experiencia) y, por ende, cree que puede garantizar o brindar la seguridad

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necesaria en el caso concreto como para que no se produzca el resultado lesivo a un bien jurídico determinado.
Es decir, cree que tiene el pleno control de la acción y del resultado, más allá que luego los hechos le
demuestren lo contrario.
El error es vencible porque se entiende que, si el autor hubiese tomado todas las medidas de precaución
necesarias y racionales para el caso concreto, él no habría caído en ese error. Es decir, se llama vencible
porque dicho error se le puede reprochar al sujeto a título de imprudencia o negligencia.

Entonces, a partir del obrar del autor con error de tipo basado en la mala subsunción de le hechos en el caso
concreto, surge la base de razón para decir que el sujeto que obra con culpa, con respecto al elemento volitivo,
no quiere ni acepta el resultado lesivo, dado que en el plano de la representación el sujeto niega la posibilidad
que dicho resultado ocurra, por eso continúa con su accionar. De lo contrario, si pudiese saber que el resultado
va a ocurrir en el futuro, en contra de sus propias predicciones, no realizaría la acción.
Ejemplo de culpa consciente
Juan tiene una entrevista de trabajo muy importante, pues tiene la posibilidad de ingresar a la empresa que siempre soñó. El día de la
entrevista no escucha el despertador y cuando se despierta se da cuante que sólo tiene 1 hora para llegar al lugar de la entrevista, el cual
se encontraba en la Capital de su ciudad y él vivía a unos 50 min de allí. Ante esta situación, Juan toma su auto y a toda velocidad emprende
viaje. Conduciendo a más de 150 km/h, sabe que está realizando una acción peligrosa viola un deber de cuidado (es una conducta
imprudente hace algo que el deber de previsión le indicaba no hacer -él debía manejar a una velocidad inferior y no lo hizo-), pero confía
en su gran habilidad de manejo, por lo tanto, si se le cruza una persona va a poder maniobrar y esquivarla, evitando que se produzca un
accidente y la eventual muerte o lesión de una persona. Juan está muy confiado de ser un hábil conductor, por lo que, él cree garantizar
que no se va a producir dicho resultado (el accidente y la muerte o lesión de una persona). Pero, luego en el transcurso del viaje, se le
cruza una persona por la calle, la atropella por no tener tiempo de maniobrar y esquivarla dada la alta velocidad a la que conducía,
causándole la muerte. El confiaba que tenía control de la acción y el resultado, pero los hechos le demostraron lo contrario. Entonces,
Juan no quería ni aceptada ese desenlace mortal, porque, desde el plano cognitivo, el se representaba que tenía todo bajo control, por
ello, continuó con su accionar, que luego la realidad le demostró que estaba equivocado, no pudiendo maniobrar y esquivar al peatón, a
quien termina atropellando y matando.

2. Culpa inconsciente o sin representación: desde plano cognitivo, el sujeto no se representa, en el caso
concreto –por descuido-, el hecho de que por su conducta se puedan llegar a realizar los presupuestos objetivos
del tipo.

En esta clase de culpa, el autor no se ha representado nada, pero debió hacerlo. Ello, en razón de que, cuando
hay posibilidades de lesión o puesta en peligro de bienes jurídicos es obligación del sujeto representar esas
conductas riesgosas y abstenerse.
Con respecto al plano volitivo, el sujeto no quiere, ni acepta el resultado; porque ni siquiera se lo imagina.
Ejemplo de culpa inconsciente
Una persona sale marcha atrás con su auto de su garaje y por no prestar atención, choca a una persona que pasaba caminando y la lesiona
(le aplasta la pierna y se la tiene que amputar). En este caso se trata de un sujeto que realiza la conducta de conducir un auto. El deber de
cuidado violado en ese caso concreto es el del conductor que al salir de su garaje marcha atrás debe cerciorarse de que no hay peatones
transitando por la vereda. Por un actuar negligente, es decir, un actuar descuidado, con falta de atención, con falta de precaución al actuar,
produce el resultado típico del art. 91 CP, pues se produce una lesión gravísima, dado que la víctima pierde completamente una de sus
piernas, sin posibilidad de volver a caminar nuevamente.
En este ejemplo, la persona que maneja no se representa los elementos objetivos del tipo, y, por lo tanto, no quiere, ni acepta el resultado
típico (lesionar gravísimamente al transeúnte), ni si quiere se lo imagina, pero el resultado se termina produciendo, por su actuar
negligente en este caso concreto.

Elementos subjetivos distintos del dolo y de la culpa


Estos elementos suponen en el autor un determinado propósito o intención, una motivación o un impulso, que se
suman al conocimiento y voluntad de realizar los presupuestos objetivos del tipo. Es decir, algunos tipos penales,
para configurarse, necesitan además de la presencia del dolo, intenciones o finalidades puntuales (o hasta estados
de ánimos específicos), al momento de cometerse el hecho; de modo que su ausencia hará imposible la con-
figuración.
Ejemplos
- El art. 130 CP -Rapto propio-: establece que la finalidad del autor al retener a la víctima por la fuerza debe ser la intención de “menoscabar
su integridad sexual”. - El art. 80 inc. 2: matar con “ensañamiento, alevosía, veneno u otro procedimiento insidioso”- En el art. 80 inc. 4:
el que matare “por placer, codicia, odio racial o religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de género o su expresión”. - En
art. 80 inc. 7 -homicidio criminis causa-: cuando el fin del autor, al matar, es preparar, facilitar, ocultar o consumar otro delito.

JUAN MANUEL OLIVA

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