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4. Plan De Trabajo:
La decisión de establecer un plan de trabajo presencial con sana distancia, o continuar con el
trabajo remoto, depende de cada empresa, su perfil y visión, así como del sector al que
pertenezca de acuerdo al nivel de riesgo:
Muy alto: personal de sector salud como son médicos, enfermeras, dentistas y laboratoristas.
a. Riesgo alto: los paramédicos, técnicos médicos, médicos forenses, personal que
labora en depósitos de cadáveres, choferes y personal de ambulancias y personal de
intendencia en hospitalización
b. Medio: trabajadores con contacto altamente frecuente con público en general,
personas en edad escolar, compañeros de trabajo, clientes, y otros individuos o
grupos.
c. Bajo: trabajadores que tienen contacto ocupacional mínimo con el público en general
y otros compañeros de trabajo.
5. Planes De Continuidad Y De Contingencia:
Todo negocio y empresa está inevitablemente expuesto a situaciones inesperadas que pueden
llegar a afectar la gestión y productividad de la misma.
Es por esto necesario que la Empresa Familiar pueda reaccionar adecuadamente, sin tener que
acudir a la improvisación y evitar contratiempos para la actividad ordinaria del negocio.
Por lo cual es imprescindible implementar planes de continuidad y contingencia para
establecer las normas de funcionamiento y los lineamientos que se han de seguir dentro de la
empresa en tales circunstancias.
Toda compañía quiere tener en sus equipos a los mejores talentos con competencias de
eficacia personal. Esto significa que los empleados deben invertir parte de su tiempo en
desarrollo.
Las competencias de eficacia personal se refieren a la manera en la que se desenvuelven los
empleados en su horario laboral. Si bien pueden parecer innatas, muchas veces implican un
gran proceso y desarrollo.
Descubre en este artículo cuáles son las competencias de eficacia personal que deben
desarrollar los miembros de una compañía
Cómo motivar hacia la formación al personal
Las empresas deben buscar la generación de ambientes colaborativos donde los empleados
estén motivados y orientados a la productividad. Además, el mercado laboral actual reconoce
que el éxito profesional tiene una estrecha relación con el desarrollo de los recursos humanos.
Las necesidades de una empresa pueden estar más cerca del éxito si sus empleados están
motivados y orientados a la productividad.
Los profesionales, además de demostrar habilidades técnicas, deben invertir en el desarrollo
de sus habilidades humanas.
El enfoque de cada proceso de coaching será distinto de acuerdo con el tipo de empresa y las
metas que busca. Estas metas empresariales deben empatar con las del equipo de alguna
forma, de lo contrario no es posible realizar el coaching. Este es el primer aspecto que debe
analizar el coach para enfocar su estrategia.
A partir de este punto, el coach tendrá que llevar a cabo diferentes técnicas para identificar
las conductas, hábitos, reacciones y otros aspectos del comportamiento que puede mejorar el
empleado en entrenamiento para alcanzar dichos objetivos compartidos con la empresa.
La interacción entre el coach y el equipo
Podríamos decir que la base del enfoque de cualquier proceso de coaching es el tipo de
interacción que tiene el coach con la persona que está bajo su tutela. El intercambio de
información, dudas, expectativas, preguntas, avances, fracasos y otros aspectos de la relación
son fundamentales cuando se habla de la interacción. Facilitan que ambas partes (coach y
alumno) se involucren de manera entrañable. Vale la pena pensar en el tipo de relaciones que
tienen los deportistas de alto rendimiento con sus entrenadores. En este punto es donde los
especialistas identifican el inicio del coaching.
La interacción varía de acuerdo con el estilo personal de cada coach; algunos serán más
agresivos en la persecución de las metas, exigiendo de los empleados y colaboradores que
den más del 100 % de su esfuerzo; otros prefieren la comunicación como base de la
interacción. En buena medida esto depende de los objetivos que se hayan establecido al inicio
del proceso y del consenso que logre establecer el coach.
La responsabilidad mutua y compartida
Así como la interacción es continua y personalizada durante todo el proceso, la
responsabilidad del mismo es mutua y compartida. Al respecto, vale la pena hacer énfasis en
que el contexto empresarial puede ser muy competitivo y demandante cuando hablamos de
mejorar el rendimiento de los trabajadores. Por esta razón, cualquier proceso de coaching
exige que el coach asuma la responsabilidad como algo compartido. El fracaso del tutelado es
el fracaso del coach.
Ahora bien, esto no significa que un fracaso sea del todo negativo. Siempre hay una
enseñanza en la derrota, y es responsabilidad del coach saber reconocer dicha lección. De ahí
que la responsabilidad sea mutua.
Además, compartir la responsabilidad significa que también la carga del trabajo es
compartida. Un buen coach lo sabe y se prepara de antemano para exigirse tanto o más que el
equipo. En esto radica la diferencia entre un coach eficiente y uno deficiente.