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B.7.

La evaluación en la educación de personas jóvenes, adultas y


adultas mayores: lineamientos generales
En la presente propuesta curricular, la evaluación se entiende como un campo complejo
donde abrevan concepciones de enseñanza, de aprendizaje, del conocimiento y sus usos
sociales. Es un elemento pedagógico a la vez que político que interviene en la configuración
de las trayectorias de las y los estudiantes.

En este marco, la evaluación se entiende como un proceso formativo, integral, participativo y


continuo, a partir de un enfoque crítico. Al mismo tiempo, remite a las capacidades
establecidas en esta propuesta curricular y a la integralidad de los campos de conocimiento,
por lo tanto, será integral y modular, es decir, tendiente a la interdisciplina en cada uno de los
módulos.

Evaluar implica establecer valor al proceso de aprendizaje realizado por las y los estudiantes,
en relación con el proceso de enseñanza desarrollado por las y los docentes. Para las y los
estudiantes, la participación en la evaluación les permitirá hacer consciente la distancia entre
lo que saben y los nuevos conocimientos construidos. En relación con las y los docentes, la
información obtenida será necesaria para tomar decisiones de manera más racional y
fundamentada, con la finalidad de reorientar permanentemente sus propuestas de enseñanza.

En esta propuesta curricular se incorporan los criterios generales de evaluación de la


propuesta formativa del módulo, con el objetivo de generar una valoración institucional de la
propuesta de enseñanza y la intención valorativa en el marco de cada disciplina. Se pretende
una discusión y evaluación con las y los docentes de modo integrado sobre el trabajo
realizado en cada espacio curricular que abone a la unidad de sentido del módulo. Se trata de
un insumo institucional sobre la enseñanza desarrollada por cada docente. Estos criterios
generales son orientadores de un trabajo institucional de la enseñanza, que permite valorar las
integraciones realizadas en la enseñanza, e involucra a la totalidad de las y los docentes y al
equipo directivo. Implica también mirar cuáles son los efectos formativos de la enseñanza en
el marco de un contexto problematizador, analizar las dificultades, las articulaciones entre las
distintas materias y las superposiciones de contenidos. Se trata de generar procesos de co-
formación en el equipo docente.

La JAyAM ha hecho su propio recorrido respecto de la evaluación como proceso de


producción, no solo de información, sino también de conocimiento. En tal sentido, las
instituciones deben trabajar con coherencia entre el enfoque pedagógico y las prácticas de
enseñanza que exige la acreditación de módulos, ciclos, niveles (Resolución CFE N° 118/10)
y en la implementación de acciones tendientes a la inclusión y el respeto a la diversidad de
trayectorias educativas reales. Esto supone repensar la politicidad de la evaluación,
incorporando modos de pensamiento colectivo, trabajo en equipo, intercambio de ideas en
instancias evaluativas y de reconocimiento de saberes del territorio.

IF-2022-41419608-GDEBA-SSEDGCYE

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