CAPÍTULO III

EL MAL

l. a CiÓN DEL M AL

En los dos capítulos precedentes, hemos tratado acerca del

bien. enfocándolo desde diversos puntos de vista. Corresponde
ahora estudiar su opuesto, el mal: en qué consiste, cuáles son sus
pri ncipales clases, cuáles son sus causas.
<El mal es la privación de un bien debido»' , ausencia de
algo que se debería poseer! y así se entiende fácilmente cuando se
experimenta la falta de un bien. Advertimos que la enfermedad o
la ceguera, etc. , son males, porque contamos con la experiencia
previa de los bienes que son la salud y la visión.
I El mal es real, pero no es nada positivo, porque la privación
e§..sól ó· la negación de. algo en I:lna sustanci~l~n un sujeto que por
q,tros aspectos es bu eno. Por ejemplo, la realIdad de la oscundad
es la falta de luz en el aire.
El mal no es una naturaleza o esencia, porque ésta no es lp
C;lusa de la privación de un bien debido, sino prec isa mente . ~ l
QLÍn cipio de lo que se posee: e l ente tiene e l se r según su esenCIa.
Lo qu e es segú n la esencia es natural y no. es mal o, co mo no es un
mal que el hombre no vue le ; só lo es mala la pri vac ión de un bien
debido. Y así una na tura leza mala es algo contrad icto ri o, porque
enton ces la esencia sería simultá nea mente e l principio por el que
es natural tener y no tener una mi sma pe rfecc ión.

. 10 ' d Marietti;
l. De Ma lo, q.l, a.2, c. En «Quaesti o nes dlsputatae», 11 , . e .,
Turín-Roma 1965.

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 ETIeA GENERAL

L El mal está sustentado por el bien, porque la privación del

bien debido se apoya en un sujeto que es bueno. JLa realidad del
- mal es privativa; de ahí, por ejemplo, que una persona enferma
no sea pura negación , sino un sujeto real , dotado de muchas cua-
lidades buenas, al que le falta una de las perfecciones que debería
tener: la salud. El mal , y mucho menos el sujeto de l mal , no es
absoluta negatividad, sino negación de a lgo en un sujeto real.
--- I El mal absolulO no existe ni puede existir, porqu e el ma l no
se suste.llla I?QT si mi sm.9: \ no puede encontrarse un ente qU,e sea
absolutamente malo o que sea malo por natu raleza. El mal solo~s
real en el sentido de que existen entes que carecen de la pe rfec-
ci ón que deberían tener.
---
2. DIVISIÓN DEL MAL: MAL FÍSICO Y MAL MORAL

Como el mal se opone al bien , hay ta ntos tipos de mal cuan-

tos son los bienes de los que un sujeto puede ser privado: de igual
modo que el bien , la noción de mal es análoga. Existe un mal ffsi-
ca , que es privación de perfección entitativa u ontológica; y existe
también un mal mo~al, que es la carencia de la bondad moral
debida-a los actos libres.
-'~--

El mal flsico

~Es la privaciQ.n de Uf! bien_debido a lª nq!uraleza_corpórea

individual, f:omo la enfermedad, el dolor, los defectos corporales
j ,

o pSl qUlCOS, etc.

¡-El mal jisico es mal en sentido impropio, porque nº- cqnsti-
tuye un deso rden respecto al fin último. ,Son males reales, pero I
con siderando que los individuos de naturaleza no racional están
compl~tamente subordinados al bien de la especie y del universo,
advertimos que esos males suceden de acuerdo al orden estableci-
do
- por Dios. para los entes corruptibles. Así , sólo son verdadera-
mente negati vos para qui en no ti ene en cuenta el bien de la totali-
d~d de las cri at ura s. Que una gace la se~devorada por un león , por ,
•

eJ.emplo, es un mal mu y re lativo, pues s e trata de un hecho pre-

VIsto por el Autor de la natural eza para mantener la debida allno-
nía en la extensión numérica de las especies.
E l _~al físico tiene un significado diverso en las criaturas
irraciona~es y en los hombres. En éstos, se relaciona con-éT 6ien-y
.. - ---
.- ._- --

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 el mal moral , ya sea como pena que sigue a la culpa, o como
<fcasión que Dios nos concede para obtener merecimi~ntos - con-
solidar las virtudes.

El mal moral

rJ¡l mal moral o pecado es la ofensa a Dios, Creador y- fu

úl.timo del hombre. y consiste en la libre transgresión por parte del
hpmbre de las exigencias esenciales de la natura leza, que cons/Í-
(uyen el orden al último /in~ Este tipo de mal só lo puede darse en
las cli aturas espirituales, que conocen su fin y pueden desordenar-
se respecto a él.
lE ste es el único v verdadero mal, pues supone la pérdida del
fin último ,~a privaciÓn del verdadero bien~ Su razón de mal es
tan grande que de ningún modo es que rido por Dios, sino que es
c~usado exclusivamente por la voluntad humana en rebelión...al
orden divino. Dios lo pelmite porque ha creado al hombre libLe.
, §I mal moral hace al hombre malo en sentido absoluto,
mientras que las demás privaciones lo hacen malo en Lin se--¡¡¡[cJp
restringido~De modo se mejante a como el hombre es bueno en
-sentido más propio por la ordenación de la voluntad al fin, es
malo ~I) sentido estricto cuando se aparta voluntariamente del
bien último. Los males físicos -aunque en sí sean males- no
hacen malo al hombre; el mal moral , sí.. La ceguera o el carecer
de un brazo son males reales, pero un hombre sólo es malo por
ser pecador, y no.' por ser ciego o' manco.
El sentido moral común advierte que no todas las acciones
culpables tienen la misma gravedad. Quitar la vida a una persona ,
para robarle y mentir a un compañero de la escuela aparecen ante
la co nciencia como actos de muy desigual valor. La filosofía
moral distingue por eso entre culpas graves y leves, aunque no
siempre resulte fácil delimitarlas con precisión.
I Debe considerarse como gravemente culpable todevransgre-
sión co r¡scienle y libre de una exigencia esencial del orden moral
[lalura P. Las acciones humanas quebrantan ese orden por inwedir
o dificultar notablemente la consecuc ión de alguno de los fines
esenciales de la naturaleza o también por privar a los demás de
bienes naturalmente debidos a ~l¿ perfección integral, y,-suponen
en todo caso una grave ofensa a Dios, que es el Autor del .o:den
lJ1oralJ Ejemplos de actos gravemente culpables son el homlcl~I.O,
el s_uicidio, el uso de la sexualidad no ordenado a la procreacwn
en elseno del matrimonio.

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 1se consideran levemente culpables las acciones que ~(' afla,.-
del orden a sus fi nes nalllrales, pero S /l1 llega,. a q1IJ"
1an un Placo h ce/'lo ¡'/np osiblel Son falta s de ese tIpO las mlC'ntira '
branlar o o a a . ' 1 - ,
-o notable a los dernas, as pequenas oflC'nsas
que no causan u n dan . h t'
.. ·
a 1 proJlmo que no llegan a leSlOnar su onor o su ama,
. etc. Pue-
b 'e'n levemente culpables actos cuya mate na es grave
den ser tam I falta la plena advertencJa
.
o e
1 1
peno
.'
consentl-
pero a Ios q ue les . d . .
miento: dañar la fama de alguien SIO arse cuenta o casI S111 que-
rerlo, etc. 2.

,
El mal de pena

~Euede definirse como las privaciones 1e1 hombre contraria..s

a su votUfl.JJJd_y o);!.ginadas por alguna culpal son penas la 1I1felIcl-
dad la cárcel etc.\EI mal de pena es padeCIdo po r e l sUj eto como
Rri;ación .Qe' algb; la culpa , en cambio, es e l mal de la acción
libre-" la privació.n de su orden debido al fiq. La pena es contrana
a la voluntad; la culpa , por e l con tra rio, es vo luntana .
\COI1 el mal de pena Dios eSlabl('ce el orden rolO ¡Jor el peca-
do. \Aunque la pena sue le tener ta mbié n funcio nes prevcntivas y
medicinales, ' su misiólJ....ese ncia l es -tant o en el orde n jurídico
como en el 1110ral- el castigo de la fa lt aJ Dcsde A ri stó te lcs, fil óso-
fos como Santo Tomás de Aqu in o. Lc ibnitz, Ka nt y Hege l cstán
de acuerdo en considerar e l casti go co mo un a fu nc ió n de la justi-
cia distributiva , que correspo nde ejerce r a la a uto ridad legítima;
en el orden moral , a Dios, que es el Autor de la naturaleza y de
• • r '

sus eXIgencIas etIcas.

La pena se impone en castigo de un hecho culpable, según
la medIda Impuesta por la gravedad y condición de la falta come-
tida. Mediante el mal físico de la pena , que sigue a la culpa como
la sombra al cuerpo, el orden moral hace sentir al de lin c uente su
poder superior, y mantiene esta superioridad en el ámbito social.
El homb.re ti,ene capacidad para negarse a cumplir libremen-
te las eXIgenCIaS etIcas del orden di vino-natural , pero no puede
escapar totalme~te a ese ,orden. A pesa r de su pecado, en él
peIll1aneCe, pnvandose a SI mI smo de los bienes gozados po r los
que I1bremente respetan las leyes éticas -en últim o término, la
felICIdad. La pena no es, pues, una sanción arbitraria e irracional

? Pu ede encontra rse un estudi o filosó fi c o ' . . . ., n del

Peca do en grave y leve en CATH REI N
' .
V F'/ ,ro mas a mpli o de la dl s.unclo
.. I osoJ/G ,\lIara/e, vo l. 1, pp. 53, ss.

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 por parte de Dios, sino que es una consecuencia necesari a de la
conex ión inseparable entre moralidad y felicidad , que estudiare-
mos más adelante.
Como decíamos más arriba, las penas temJLQrales tienen
también una importante función medicinal. Ayudan al hombre a
recapacitar,
•
a reconsiderar la ca lidad mo ral de su s actos, facilitan-
do _de esta manera el arrepentimie ntQ;

3. LA CAUSA DEL MAL

No siendo una entidad positiva, sino una p ri vación , el nw1

fJo_liene una causa per se, es decir, una causa que tiende..Qor na-
turale~ a y directa mente a su producción . El mal en cua nto mal , es
siempre un efecto in intencionado (accidenta l) y de fi ciente.
Pero el mal de a lgú n modo ha de tener causa, porque es
algo real , aunqu e no sea nada posit ivo. JLa causa del m al es el
bieñ, pero lo es del m odo en que el' mal puede fener ca usa es
decir com o causa accidental ( !Jer accidens)¡) 3. El mal puede
p'roc~.ger de l bien de dos maneras: a) como simpl e efec to p er '
accidens; b) como efecto defi ciente. A la vez , hay que te ne r en
cuenta que esta causalidad del ma l es di stinta en e l orden de la
naturaleza y en el orden moral.
~ - - •

Causalidad del mal en la naturaleza

a) ~ Co mo efecto p ero accidens: se da cuando un agente,

bueno en cuanto tal , ca.usa su efecto j)ropiQ,_ qu e _también es
bueno, y al hacerlo priva a un sujeto de la fOI lIla contraria a la del
éfecto producido.! Es el caso, por ejemplo, de una medicina que se
usa porque su efecto propio es un bien para el enfermo, pero
puede suceder que, por algún factor ajeno al fármaco (alergia,
etcétera), corrompa alguna sustancia necesaria para el organi smo ,
y así resulte un daño para el cuerpo. '
b) \Co m o efecto defectuoso de una causa deficiente: se da
cuando la causa no está en buenas condiciones, y por tanto obr~
. mal: una medi cina en mal estado, en lugar de producir su efecto
propio, la salud, causa diversos trastornos orgánicos.
•

3. STO. TOMÁS DE AQU INO. De Ma lo, q. l , a.3 , c.

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Causalidad del mal moral

( La causa del llecado es exclusivame(n~ lª ~oluntad de la

criatura. ' El mal moral se da como efecto «p er aCCldens» y defec-
t'uoso d¿ una 'causa defectibl e, que es la libe rtad humanal !;s efe~-
7' . 'del1s porque la 1ibcrtad no busca el mal en cuanto tal
t o pel acCl ., W d b' . ,
sino que se adhiere al aspecto .b,uc no .~ u e to o o Jeto tlen ~ Es
efecto defi ciente , po rqu c la Ilbcltad ye l ra ,a l obra r, ya qu e entIen-
de como bicn lo quc cn realidad no es mas CJu e un b ien a parente
Pero como ensci1a Ari stóte les, «la Igno ra nc Ia q ue 'preside la elec-
ción del agente no es cau sa de. que su a cto sea involu ntario; es
causa úni camente de su p erversldad}}4, pues la IgnorancIa eXI sten-
te en el pecado es libre: libremente se c~)J1~lde ra un as pecto y se
omite la consideración eficaz de la OpoSlclOn de ese acto a la ley
moral.

Esto no quiere decir que el sujeto no se dé cuenta de que

obra mal. La experiencia atestigua sobradamente que muchas
veces una persona obra dándose cuenta actualm ente de que su
acción se opone a la ley moral. Pero este juicio actual sobre la
moralidad del acto Uuicio de la conciencia) es distinto a otro
juicio posterior, el juicio de elección, en el que, a causa de la
mala voluntad o de las pasiones desordenadas, puede prevalecer
la consideración de que esa acción , rechazada en acto por la
conciencia, es a fin de cuentas conveniente (por ser agradable,
placentera , beneficiosa, etc.). Cuando Aristóteles habla de la
ignorancia que preside la elección del pecador, no se refiere al
juicio de conciencia, sino al juicio de elección propiamente
dicho.

La diferencia respecto al mal físico estriba en que el desor-

den de la accij n culpable ~s lib~emen.!e que~i.do, y,_este j1ec:li.o no
tIene otra causa ql!~ el ~<nm} de la voluntad: es imposible remon-
tarse a una ~ª-u sa 1JJJ&f1or a esta ~gativa. Existen , sin embargo,
facto res Internos o externos que inducen al mal pero que no son
n~nca su causa sufiCIente. Es lo que vulgarmente se llaman tenta-
cIOnes.
Del análi sis anterior se desprende que Dios no es causa del
mal .verdadero, del mal moral, que por ser fruto de una acción
de~clente , de un deage re, no necesita reducirse a una causa
pnmera. Lo que el pecado tiene de acción y de entidad (la acción

4. ARISTÓTELES, E/ica a Nicómaco, lib. 1Il, cap. 1, IllOb 31-33.

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del pecado) es causado por Dios como causa primera; pero lo que
tiene de defecto (la privación del orden debido), procede exclusi-
vamente de la causa segunda deficiente , de la libertad humana.

BIBLIOGRAFÍA

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1963. JOURNET, CH. , El mal, Ri alp, Madrid 1965. NOBLE, H.D.,
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De Malo, qq.1 y 2. Sum m a contra Gentes, lib. IlI, caps. 4-15, ed.
Leonina, Typis Riccardi Garroni, Roma 1918 . Su mma Theolo-
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ZIERMANN , B. , De peccato actuali secundu m mentem D. Thomae
Aquinatis, Bonn 1935.

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