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EL PECADO

INTRODUCCIÓN

A.- La doctrina que estudia el pecado es la hamartilogía, considerada


frecuentemente una rama de la antropología, la ciencia que estudia al hombre. Como tal tiene
que ver al hombre en su estado caído. La palabra “hamartiología” se deriva de uno de los
términos griegos usados para expresar la idea del pecado (hamartía). El término es aplicable
al pecado, ya sea como acto o como estado o condición. Significa una desviación del fin o
del modo señalado por Dios.

B.- El hecho del pecado es fundamental en la teología cristiana. En vista de que el


cristianismo es una religión de redención, está gravemente influenciado por cualquier
variación del punto de vista bíblico, concerniente a la naturaleza del pecado. Por ejemplo,
cualquier tendencia a restarle seriedad al pecado tiene sus consecuencias en un punto de
vista menos exaltado de la persona y obra del Redentor. Las tres grandes verdades centrales
de la Biblia son: Dios, pecado y redención. Éstas, están de tal manera entrelazados que los
puntos de vista básicos que se sostienen en relación con cualquiera de ellos tiene profunda
influencia sobre los otros dos.

C.- “En toda religión hay un error o una verdad principal, como primer eslabón de
una cadena, necesariamente lleva consigo todas aquellas partes con las que se encuentra
esencialmente conectado. Este principio importante es el cristianismo. . . es la doctrina de
nuestro estado perdido y corrupto, pues si el hombre no estuviera enemistado con su
Creador, ¿para qué se necesitaría un mediador entre Dios y él? Si no es una criatura
depravaba o indigna, ¿qué necesidad habría de un restaurador y precioso Salvador como el
Hijo de Dios? Si no se encuentra esclavizado por el pecado, ¿por qué fue redimido por
Jesucristo? Si no es inmundo, ¿para qué ha de ser lavado en la sangre del Cordero
inmaculado? Si su alma no está enferma, ¿por qué se le invita constantemente a asegurarse
de la ayuda y consolación del Espíritu Santo? En síntesis, si no es nacido de pecado, ¿por
qué es el nuevo nacimiento tan absolutamente necesario, al grado de que Cristo declara en
una de sus aseveraciones más solemnes que sin este nuevo nacimiento ninguno puede ver el
reino de Dios? Jn. 3: 3”. John Fletcher

I.- EL ORIGEN DEL PECADO

Se han propuesto varias teorías para explicar el origen del pecado o del mal moral en
la raza humana. Estas teorías son las de conceptos no bíblicos y los bíblicos.

A.- Teorías no bíblicas

Éstas, han procurado dar cuenta del origen del mal desde un punto de vista
racionalista, rechazando a la explicación bíblica como mitológica o alegórica. A continuación
desarrollaremos siete de esta explicaciones:

1.- El pecado se origina e un principio eterno del mal.- Una de


la más antiguas teorías sobre el origen del pecado es la suposición de que su fuente es un
principio del mal que ha existido eternamente en el universo. Según este punto de vista hay
dos principios que existen desde la eternidad, el principio del bien y el principio del mal.
Estos principios eran simbolizados por dos espíritus personales independientes entre sí, que
gobernaban soberanos en sus respectivos dominios. Los dos principios están en conflicto
permanente, y todos los seres deben elegir entre ellos. El principio del mal se manifestó en la
creación del universo material, cuya subsistencia es mala. El espíritu humano es atraído por
el reino espiritual, pero si cuerpo es atraído por el reino material. El pecado humano es la
impureza contraída por el espíritu como resultado de su alianza con la materia mientras que
la redención es la liberación de todo contacto con lo material.

2.- El pecado como la limitación del ser finito.- Es atribuida a la


finitud humana. Puesto que todos los hombres son seres finitos, o limitados, el pecado es su
destino inevitable. Pero el pecado es sólo una cualidad negativa. No posee existencia positiva
propia, y no necesita ser originado por causa alguna. El pecado es una consecuencia de la
finitud, y las criaturas no pueden jamás llegar a ser infinitas, se sigue que el pecado ha de ser
eterno, no sólo en los individuos sino en todo el universo. Transfiere la responsabilidad por
el pecado de la criatura al Creador.

3.- El pecado como antagonismo necesario del bien.- Es


llamada también “ley de la oposición necesaria”. Sostiene que no puede haber bien sin que
haya mal. El bien es la resistencia contra el mal, o la victoria sobre el mal. Sería imposible
un universo moral sin la existencia del pecado. El pecado es la condición necesaria para que
exista la virtud.

4.- El pecado como resultante de la naturaleza sensual del


hombre.- Sostiene de que el hombre tiene cuerpo y alma, y que entre estos dos aspectos
de su naturaleza hay una lucha constante. La carne es el medio de interacción con el mundo
natural, mientras que el alma permite la comunicación con Dios. Por su carne el hombre es
movido por deseos, apetitos y afectos que encuentran su objeto en el mundo material.
Además, posee otros instintos, afectos y poderes, que están dirigidos hacia el mundo
espiritual. La experiencia demuestra que los afectos más bajos prevalecen sobre las
aspiraciones superiores. El hombre parece estar gobernado por su naturaleza sensual, hasta el
punto tal que inevitablemente se produce su degradación y pecaminosidad. Prefiere lo
visible y lo temporal a lo invisible y eterno.

5.- La posición socrática pragmática.- Muchos eruditos, desde


Sócrates en la Antigua Atenas hasta el renombrado John Dewey, el siglo XX, han atribuido al
pecado a la ignorancia. Sócrates, y después de él Platón, enseñaron que la buena vida
siempre es ética y moral. Para éstos, el pecado es en realidad la ignorancia, la carencia de
conocimiento, una visión deficiente con respecto al resultado final de las propias acciones.
Se sigue naturalmente que el filósofo es el hombre más virtuoso de todos los hombre, porque
es él quien logra imponer el dominio de su razón sobre los impulsos más bajos. Por otro
lado, el esclavo a de ser el mayor pecador, porque no posee suficiente conocimiento como
para dirigir su vida hacia fines correctos.

6.- La teoría del retraso evolutivo.- Afirma, de que el pecado es una


reliquia del animal que todavía no hemos dejado de ser, un resultado de los mecanismos de
apetito, impulso y acción refleja, para los cuales no hemos desarrollado todavía las debidas
inhibiciones. Sólo con el tiempo y muy lentamente llega a ser consciente que es perverso. En
el proceso del desarrollo evolutivo no todos los aspectos de su personalidad evolucionan al
mismo ritmo. El hombre ha desarrollado mucho más en los aspectos físicos y mental que en
sus capacidades morales y espirituales por eso es que el pecado no es más ni menos la
herencia de la bestialidad que cada ser humano lleva inevitablemente consigo.

7.- Teorías sociales del pecado.- Una concepción muy persistente en la


historia de las ideas es que el origen del pecado debe buscarse en la sociedad.

Rosseau, el filósofo francés, afirmó que: “Dios hace todas las cosas buenas, pero el
hombre se inmiscuye en ellas y las vuelve malas”. Afirmó además, que el progreso de las
artes y las ciencias no han agregado nada a la felicidad del hombre, sino que sólo ha servido
para componer la moral. Para Rosseau, el estado primitivo del hombre es lo que más se
acerca a su perfección. Pero a medida que el hombre fue sometiéndose a las costumbres y las
tradiciones, fue perdiendo su virtud y libertad iniciales. Se vio atado por las cadenas que
forja la civilización. La cultura y la civilización proveen el medio donde inevitablemente
surgiría el pecado.

Para Karl Marx el pecado no es en realidad otra cosa que la desigualdad, o la


injusticia, tal como lo manifiestan en la sociedad. Para los comunistas el pecado tuvo origen
cuando el hombre por primera vez produjo más de lo que necesitaba para satisfacer sus
necesidades más apremiantes, de tal manera que parte de su trabajo no lo empleó ya en
ganarse la vida, sino en la acumulación de riquezas.

B.- Teorías bíblicas

1.- Satanás y el origen del pecado.- Desde el punto de vista bíblico el


pecado tuvo origen en un abuso de la libertad creada. Las Escrituras enseñan claramente
que en el nivel de lo puramente espiritual, hubo ángeles que no conservaron su dignidad, o
su primer estado (2 P. 2: 4; Jud. 6). Así que hubo una caída en el nivel espiritual anterior a la
caída de la raza humana. Entre los ángeles hubo un tentador que los desvió del camino. El
punto de vista cristiano respecto al mal, termina con ese tentador. Este espíritu creado,
sobrehumano, llamado Satanás, fue originalmente bueno, pero cayó de su posición alta y
santa y se convirtió en enemigo de Dios. El mal es, por tanto, personal en su origen. La razón
no puede escudriñar más allá de este punto, y la revelación permanece en silencio.

2.- Tentación y caída del hombre.- El hombre fue tentado por un ser
sobrenatural, que en las Escrituras se nos describe como serpiente. Esto indica que el mal ya
existía antes de su primera aparición en la raza humana.

a.- El relato del Génesis respecto a la caída del hombre.- El


relato de la caída del hombre, en Gn. 3: 1 – 24, es una crónica exacta de hechos ocurridos,
aun cuando también contiene un simbolismo y rico significado. Tanto en el Antiguo como en
el Nuevo Testamentos dan por supuesto su historicidad. Cristo mismo hizo referencias
indirectas al relato de la caída (Mt. 19: 4 – 5; Jn. 8: 44) y aparentemente aceptó la totalidad
de los escritos del Antiguo Testamento como palabra inspirada (Lc. 24: 27, Mt. 19: 4 – 5). Es
evidente que Pablo aceptó el carácter verdadero de las historias del Génesis (2 Co. 11: 3; 1
Ti. 2: 13 – 15)

El relato bíblico de la caída del hombre nos revela que, si bien el hombre fue creado
en inocencia y santidad, había en él la posibilidad de pecado. Olin A. Curtis, enumera cuatro
elementos en la caída:

En primer lugar, estaba el apetito físico Gn. 3: 6a.

En segundo lugar, estaba el deseo intelectual Gn. 3: 6c

En tercer lugar, la tentación incluía impulso individual hacia la autoexpresión,


porque formó parte de ella el desafío de ¿con que Dios os ha dicho, no comáis de todo árbol
del huerto? Aquí la tentación llegó a su punto crítico, porque la sugerencia implícita indica
de que el hombre no debe conformarse con ocupar una posición subordinada, cualquiera que
sea, con respecto a una autoridad superior.

En cuarto lugar, está el elemento de la influenza social, Gn. 3: 6e; porque Eva,
después de haber transgredido ella, dio también a su marido, el cual comió así como ella.

b.- La necesidad del estado probatorio del hombre.- Si Dios iba


a ser glorificado por el servicio voluntario del hombre, éste debía ser puesto a prueba, sujeto
a tentación, a riesgo del costo inevitable de la posibilidad del pecado. La tentación fue
permitida porque de ninguna otra manera podría probarse y perfeccionarse la obediencia
humana.

c.- La caída del hombre.- El pecado principió en la autoseparación de la


voluntad del hombre de la voluntad de Dios. Cuando esta duda, “con que Dios os ha dicho”,
encontró recepción en el pensamiento del hombre, el pecado tuvo su origen en la raza.

Resulta evidente del relato escritural sobre el origen del pecado que Dios no es, en
sentido posible alguno, el autor del mal. Los dos elementos básicos que dan cuenta del
origen del pecado en la raza humana son la existencia previa de Satanás, que tentó al hombre
para que pecara, junto con la libertad de elección del hombre frente a la alternativas morales.
En un último análisis resulta bien claro que la enseñanza bíblica traza el origen del pecado en
el hombre como abuso de la libertad con que estaba dotado como criatura inteligente y
responsable.

Las consecuencias inmediatas del pecado del hombre fueron su distanciamiento de


Dios, su esclavitud a Satanás y la pérdida de la gracia divina. Por esta pérdida, el hombre
quedó sujeto a corrupción física y moral. El hombre no poseía más la gloria de su semejaza
moral a Dios. Habiendo perdido la presencia permanente del Espíritu Santo, principió una
vida de desacuerdo externo y miseria interna. la tierra misma fue maldita y el hombre
compelido a ganarse el pan con el sudor de la frente. En el hombre, el pecado dio como
resultado el nacimiento de una mala conciencia y un sentimiento de vergüenza y de
degradación. Privado del Espíritu Santo, como el principio organizador de ser, no podría
tener un orden armonioso de sus facultades, de aquí que éstas quedarán desordenadas. De
este estado desordenado siguieron como consecuencia: la ceguera de corazón o pérdida del
discernimiento espiritual, la concupiscencia o deseo carnal sin restricciones, y la incapacidad
moral o debilidad en la presencia del pecado.

II.- NATURALEZA Y CASTIGO DEL PECADO

Al ocuparnos de la naturaleza del pecado, hay varias sugerencias de definición que


se nos presentan en primer lugar, a lo cual seguirá una presentación del pecado como se lo
describe la Biblia, consideraremos el pecado original y finalmente hablaremos de las
consecuencias de éste.

A.- Definiciones del pecado.- Anotamos las siguientes:

Se ha definido como egoísmo. Ésta es sólo correcta en parte. El término “egoísmo”


es demasiado indefinido para hacer justicia a algunos de los aspectos del pecado, como por
ejemplo el de la debilidad moral que forma parte, necesariamente de su concepto.

Otra definición, ampliamente sostenida, “el pecado es falta de conformidad a la ley


divina, o pauta de excelencia”.

Juan Wesley dijo: “El pecado es la trasgresión voluntaria de una ley conocida”.

B.- El pecado en el Antiguo Testamento.- Tanto en el Antiguo como


en el Nuevo Testamentos es considerado como una ruptura de las relaciones entre el
individuo y el Dios personal, una alineación debido a la desobediencia.

C.- El pecado en el Nuevo Testamento.- Su vocabulario incluye no


menos de 28 sinónimos de “pecado”. La raíz que aparece con mayor frecuencia es hamart,
contiene el significado fundamental de errar al blanco.
D.- El pecado original.- Al respecto, la afirmación fundamental, y sin
concesiones, de la fe cristiana es que hay un problema y permanente perversidad en el
corazón del hombre.

1.- Naturaleza del pecado original.- La doctrina del pecado original


declara que el hombre está poseído por un principio de mal radical que lo esclaviza. Juan
Wesley señala: “El pecado original es la corrupción de la naturaleza de todos los hombres y
de cada uno de ellos, por lo cual el hombre está, en su propia naturaleza, inclinado hacia el
mal, de tal manera que la carne experimenta deseos contrarios al Espíritu”.

Las Escrituras describen el efecto de la caída como el castigo universal de la muerte,


en la dimensión racial, y la inclinación positiva de la naturaleza humana hacia el mal. Pablo
enseña que fue mediante un hombre que el pecado entró en el mundo, Ro. 5: 12 – 18; desde
un punto de vista escritural, todo miembro de la raza humana posee una naturaleza
corrompida (Ef. 4: 22 -24; 2 P. 1 : 4); en la Biblia los pecados y las intenciones pecaminosas
del hombre se explican a partir de una naturaleza corrompida (Sal. 51: 5); todos los hombres
son declarados por naturaleza “hijos de ira” (Ef. 2: 3).

2.- La transmisión de la depravación.- Se han dado varios puntos de


vista referente a este asunto, siendo el más aceptable “el modo genético”. Esta es
simplemente una expresión o la aplicación de la ley natural de la herencia. Es la ley de la
vida orgánica en el sentido de que todo reproduce su propia especie, y esto no sólo en lo que
se refiere a estructura anatómica y características físicas, sino también en cuanto a la vida
mental e inclinaciones. La ley de la transmisión genética determina la semejanza entre
descendientes y padres.

Los descendientes de Adán nacieron bajo la maldición de la ley, que ha privado a la


naturaleza humana del Espíritu de Dios y que puede restaurarse solamente en Jesucristo.
Entonces la depravación heredada es sólo la ley de la herencia natural, pero es esa ley misma
la que opera bajo las consecuencias penales del pecado de Adán.

El hombre no es responsable de la naturaleza depravada con la que nace. De aquí


que no tenga culpa. El hombre no es culpable del pecado innato con el que nace. Llega a ser
responsable sólo después que ha rechazado el remedio provisto por la sangre expiatoria. De
esta manera ratifica el pecado como suyo.

E.- Las consecuencias del pecado- Son la culpa y la pena.

a.- La naturaleza de la culpa.- La culpa es el sentimiento personal de


haber transgredido una ley, y sigue el acto de pecado. Toma la forma de condenación basada
en la desaprobación de Dios.

b.- La naturaleza de la pena o castigo.- La pena lleva consigo el


pensamiento de castigo que sigue al pecado. Este castigo puede venir como resultado de las
consecuencias naturales o puede ser el resultado directo de la acción de Dios.

La pena mayor del pecado es la muerte (Gn. 2: 17).

El hombre perdió inmediatamente al su compañerismo con Dios.


La muerte eterna es el juicio de Dios sobre el pecado. Es la separación permanente e
irrevocable del alma de la única fuente de vida espiritual (Ro. 6: 23).

III.- NUESTRA DECLARACIÓN DE FE


“Creemos que el pecado entró en el mundo por a desobediencia de nuestros primeros
padres, y la muerte por el pecado. Creemos que el pecado es de dos clases: Pecado original o
depravación y pecado actual o personal.

Creemos que el pecado original o depravación es aquella corrupción de la naturaleza


de toda la descendencia de Adán, razón por la cual todo ser humano está muy apartado de la
justicia original, o estado de pureza, de nuestros primeros padres al tiempo de su creación, es
adverso a Dios, no tiene vida espiritual, está inclinado al mal y esto de continuo, además
creemos que el pecado original continúa existiendo en la nueva vida del regenerado, hasta
ser desarraigado por el bautismo con el Espíritu Santo.

Creemos que el pecado original difiere del pecado actual, por cuanto constituye una
propensión heredada al pecado actual de la que nadie es responsable, sino hasta que el
remedio divinamente provisto haya sido menospreciado o rechazado.

Creemos que el pecado actual o personal es la violación voluntaria de una ley


conocida de Dios, cometida por una persona moralmente responsable. Por tanto no debe ser
confundido con fallas involuntarias o inevitables, debilidades, faltas, errores, fracasos y otras
desviaciones de una norma de conducta perfecta, los cuales son residuos de la caída. Sin
embargo tales efectos inocentes no incluyen actitudes o respuestas contrarias al Espíritu de
Cristo. Creemos que el pecado personal es primordial y esencialmente una violación de la
ley del amor, y que en relación con Cristo, el pecado puede definirse como incredulidad.

Pecado original.- Gn. 3, 6: 5; Job 15: 14; Sal. 51: 5; Jer. 17: 9 – 10; Mr. 7: 21 – 23;
Ro. 1: 18 – 25; 5: 12 – 14; 7: 1 – 8: 9; 1 Co. 3: 1 – 4; Gá. 5: 16 – 25; 1 Jn. 1: 7 – 8.

Pecado personal.- Mt. 26: 36 – 40; 1 Jn. 3: 4; Jn. 8: 34 – 36; 16: 8 – 9; Ro. 3: 23; 6:
15 – 23; 8: 18 – 24; 14: 23; 1 Jn. 1: 9 – 2: 4; 3: 7 – 10.

CONCLUSIÓN

En el presente hemos presentado la situación trágica del hombre. Destinado a ser una
criatura noble, semejante a Dios, se ha convertido en un ser innoble, semejante a los
animales. El fracaso del hombre en no llegar a realizar plenamente su potencial, es conocido
teológicamente con el nombre de pecado.

Se han hecho muchos intentos de explicar el origen del pecado. Entre estas teorías,
algunas son humanistas y racionalistas. Cada una de estas opiniones posee rasgos con
objeciones si nos colocamos en la posición de la teología bíblica, que explica el origen del
pecado a partir de la caída de Adán.

Sin embargo, la última palabra sobre el pecado no lo dice el hombre, sino Dios, en la
gracia redentora que ofrece como remedio para la condición humana perdida.

IN – HB Estudio Bíblico, Mayo 2 004

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