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1- Noción de mal
“El mal es la privación de un bien debido”, ausencia de algo que se debería tener, y así se
entiende fácilmente cuando se experimenta la falta de un bien. Advertimos que la enfermedad o la ceguera,
son males, porque contamos con la experiencia previa de los bienes que son la salud y la visión.
El mal es real, pero no es nada positivo, porque la privación es sólo la negación de algo en la
sustancia, en un sujeto que por otros aspectos es bueno. Por ejemplo, la realidad de la oscuridad es la falta de
luz en el aire.
El mal no es una naturaleza o esencia, porque ésta no es la causa de la privación de un bien
debido, sino precisamente el principio de lo que se posee: el ente tiene el ser según su esencia. Lo que es
según la esencia es natural y no es malo, como no es un mal que el hombre no vuele; sólo es mala la
privación de un bien debido. Y así una naturaleza mala es algo contradictorio, porque entonces la esencia
sería simultáneamente el principio por el que es natural tener y no tener una misma perfección.
Suma Contra Gentiles, L III, cap 7: “El mal no es alguna naturaleza”: “... y de lo dicho surge que
ninguna esencia es de suyo mala. Pues el mal, no es otra cosa que la privación de lo a alguno le es propio y
debe tener; pues en este sentido han usado siempre todos este nombre de mal. Mas la privación no es
ninguna esencia, sino que es una negación en una sustancia. Luego el mal no es alguna esencia en las
cosas. Además cada cosa tiene ser según su esencia. Más en cuanto tiene ser, tiene algún bien; pues si el
bien es lo que todos apetecen, es preciso llamar bien al ser mismo, puesto que todas las cosas apetecen el
ser. Y el bien y el mal se oponen. Luego, nada es malo en cuanto que tiene esencia. Luego ninguna esencia
es mala”
El mal está sustentado por el bien, porque la privación del bien debido se apoya en un sujeto que
es bueno. La realidad del mal es privativa; de ahí, por ejemplo, que una persona enferma no sea pura
negación, sino un sujeto real, dotado de muchas cualidades buenas, al que le falta una de las perfecciones
que debería tener: la salud. El mal, y mucho menos el sujeto del mal, no es absoluta negatividad, sino
negación de algo en un sujeto real.
S.C.G. L III, cap 11: “El mal se funda en algún bien”: “ Y por lo dicho también puede
demostrarse que todo mal está fundado en algún bien. Pues el mal no puede ser existente en sí mismo, dado
que no tiene esencia. Es preciso que el mal esté en algún sujeto. Y todo sujeto, como es cierta sustancia, es
cierto bien, como se evidencia por lo dicho. Luego todo mal se halla en algún bien. ... además, se dice que
algo es malo porque daña, y esto sólo porque daña a lo bueno; pues dañar a lo malo es bueno, ya que la
corrupción de lo malo es buena. Mas no dañaría a lo bueno si no estuviera en lo bueno; pues así también la
ceguera daña al hombre en cuanto que está en él. Es preciso que el mal esté en lo bueno”.
Cap 12: “El mal no destruye totalmente el bien”: “Mas se ve por lo dicho que, por más que se
multiplique el mal, nunca puede consumir todo el bien. Pues siempre es menester que quede el sujeto del
mal, si queda mal. Y el sujeto del mal es el bien. Queda pues siempre el bien”.
El mal absoluto no existe ni puede existir, porque el mal no se sustenta por sí mismo: no puede
encontrarse un ente que sea absolutamente malo o que sea malo por naturaleza. El mal sólo es real en el
sentido de que existen entes que carecen de la perfección que deberían tener.
S.C.G. L III, cap 15: “No hay un sumo mal que sea principio de todos los males”: “Y por esto
que no puede haber un sumo mal que sea principio de todos los males. Pues el sumo mal debe estar exento
de todo bien, como el sumo bien es lo que está absolutamente separado del mal. Mas no puede haber algún
mal absolutamente separado del bien, ya que se ha demostrado que el mal se funda en el bien. Luego nada
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es sumamente malo. Además, si algo es sumamente malo, es preciso que sea malo por su esencia, como es
sumamente bueno lo que por su esencia es bueno. Y esto es imposible, ya que el mal no tiene esencia
alguna. Luego es imposible suponer un sumo mal que sea el principio de los males”.
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Del análisis anterior se desprende que Dios no es causa del mal verdadero, del
mal moral, que por ser fruto de una acción deficiente, de un deagere, no necesita reducirse
a una causa primera. Lo que el pecado tiene de acción y de entidad (la acción del pecado)
es causado por Dios como causa primera; pero lo que tiene de defecto (la privación del
orden debido), procede exclusivamente de la causa segunda deficiente, de la libertad
humana.