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LAS TRAYECTORIAS POÉTICAS DE ANTONIO

MACHADO Y JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez tienen en común que son dos poetas
que comenzaron en el Modernismo y evolucionaron hacia estéticas diferentes: Antonio
Machado se acercará a la generación del 98 y Juan Ramón Jiménez se relacionará
con el novecentismo.

1. ANTONIO MACHADO

1.1. Vida

Antonio Machado nació en Sevilla en 1875. Pronto marchó con su familia a


Madrid, donde estudió en la Institución Libre de Enseñanza, que marcará su
personalidad. En 1907 obtiene una cátedra de Francés y se traslada a Soria, donde se
casa con Leonor Izquierdo, cuya muerte prematura marcará su vida y su obra. Pasó el
resto de su vida entre Baeza, Segovia y Madrid. Tras la derrota de la República, huye
a Francia, donde muere en 1939 en Colliure.

1.2. Obra

Aunque la obra de Antonio Machado está marcada por una voz fuerte y
personal, de gran hondura reflexiva, que le da unidad, se puede ver en ella una
evolución.

Su primer libro, Soledades (1903), corregido y aumentado con el título de


Soledades. Galerías. Otros poemas (1907), se adscribe al movimiento modernista
español en su línea más intimista y simbolista:

• Esta obra, una indagación en el mundo interior, en las preocupaciones y


emociones íntimas del autor, constituye una honda meditación sobre los
temas del tiempo, la muerte y la memoria: el punto de partida de su
meditación poética y la preocupación de toda su vida es ese fluir que lleva
inexorablemente a la muerte. En un tono melancólico evoca experiencias
lejanas de felicidad (nostalgia de la infancia y la juventud perdidas) que el
tiempo se ha llevado para siempre.
La tristeza y la melancolía (provocadas por el dolor de los recuerdos), la
angustia ante el paso del tiempo y la muerte, la búsqueda de Dios, el amor
frustrado, la soledad o el deseo insatisfecho están siempre presentes.

• En el libro también se puede observar la importancia de un reducido


número de imágenes que se repiten y se convierten en símbolos, pero
que no tienen un significado único y sencillo: sueños (los recuerdos que
permiten recuperar el tiempo), galerías (que representan el alma del poeta,
su búsqueda interior de recuerdos y de conocimiento), el jardín o el parque
(intimidad), la tarde (que sugiere el paso del tiempo y la muerte), el agua y
la fuente (la vida que fluye, la monotonía de vivir o la muerte, si el agua
está estancada), la noria (la monotonía, las eternas preguntas sin
respuesta ante el misterio de la vida y la muerte), el camino o el río (la
vida), el mar (la muerte), el otoño, el reloj…
• Además del simbolismo, otros rasgos modernistas de la obra son el tono
melancólico (hastío, monotonía, tristeza…) y la riqueza sensorial (a través
de la adjetivación, sinestesias…), con atención especial a los colores.

• En cuanto a la métrica, su estrofa predilecta es la silva-romance o


arromanzada y, en general, prefiere la rima asonante; pero no excluye la
rima consonante ni faltan otras estrofas, como las redondillas, o los versos
alejandrinos, tan típicos del modernismo.

• El paisaje tiene una importante presencia, pero se debe subrayar la


relación paisaje-alma que Machado establece: se trata de un paisaje
subjetivo que refleja el estado de ánimo del autor (abundan las
personificaciones) y cuyos elementos tienen valor simbólico.

• Su lenguaje destaca por la sencillez, el estilo nominal y el cromatismo.

Las ascuas de un crepúsculo morado


detrás del negro cipresal humean…
En la glorieta en sombra está la fuente
con su alado y desnudo Amor de piedra,
que sueña mudo. En la marmórea taza
reposa el agua muerta.

Soledades. Galerías. Otros poemas

Su siguiente libro de poemas, el más famoso, Campos de Castilla (1912),


fruto de su estancia en Soria, es menos intimista, evoluciona del “yo” al “nosotros”,
mira hacia el exterior, hacia el paisaje real, la gente y la situación de España, con una
visión crítica y regeneracionista que lo relaciona con la generación del 98; pero
hay continuidad con la etapa anterior:

• Sigue proyectando sobre el paisaje sus preocupaciones (el tiempo, la


decadencia, la muerte...):
En Campos de Castilla el paisaje real aparece tratado desde diferentes
perspectivas: un enfoque puramente descriptivo y objetivo (dureza, aridez
y pobreza); una visión subjetiva, relacionándolo con el pueblo castellano y
el tema de la decadencia de España (imágenes guerreras, cainismo...); en
otros poemas, el paisaje se convierte en símbolo de realidades íntimas.

• El tema del tiempo sigue presente, pero de forma distinta, ahora la


preocupación es también el tiempo histórico: la descripción subjetiva
del paisaje castellano (denominador común de la generación del 98) sobre
el que Machado proyecta sus sentimientos, se convierte fácilmente en una
reflexión crítica y amarga sobre el presente y el pasado de España.

• Los núcleos temáticos de la obra son España, la enfermedad y muerte de


Leonor y el tema religioso (la búsqueda de Dios).
A través de Soria y del paisaje castellano, describe y critica duramente
la realidad de España: en poemas sobre el pasado, el presente o el futuro
de España encontramos las preocupaciones propias de la generación del
98.
• Esta obra incluye un largo romance, “La tierra de Alvargonzález”, una
sombría historia de codicia y envidia, y la serie “Proverbios y cantares”,
que inicia una línea que se repetirá en obras posteriores (poemas breves,
líricos o filosóficos, que recogen reflexiones y sentencias sobre los grandes
temas de la vida).

• El lenguaje sigue siendo sencillo, con predominio de un estilo nominal


(enumeraciones de elementos del paisaje), abundan las referencias
cromáticas y continúa el uso de símbolos (caminos, la tarde, el río, el mar,
Castilla…).

• Las formas métricas que dominan son los alejandrinos (en cuartetos o
pareados), octosílabos (en romance) o combinaciones clásicas de
endecasílabos y heptasílabos en silva consonante (es frecuente la rima
consonante, a pesar de su predilección por la asonancia).

El Duero cruza el corazón de roble


de Iberia y de Castilla.
¡Oh, tierra triste y noble,
la de los altos llanos y yermos y roquedas,
de campos sin arados, regatos ni arboledas;
decrépitas ciudades, caminos sin mesones,
y atónitos palurdos sin danzas ni canciones
que aún van, abandonando el mortecino hogar,
como tus largos ríos, Castilla, hacia la mar!
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus andrajos, desprecia cuanto ignora.
¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada
recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada?

Fragmento de “A orillas del Duero”, Campos de Castilla

Ayer soñé que veía


a Dios y que a Dios hablaba;
y soñé que Dios me oía...
Después soñé que soñaba.

“Proverbios y cantares”, Campos de Castilla

Bueno es saber que los vasos


nos sirven para beber;
lo malo es que no sabemos
para qué sirve la sed.

“Proverbios y cantares”, Campos de Castilla

Al olmo viejo, hendido por el rayo


y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento. (…)
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana, (…)
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta, (…)
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

“A un olmo seco”, Campos de Castilla

En Nuevas canciones (1924) se sentirá cada vez más atraído por la expresión
corta y sentenciosa en poemas breves de contenido lógico, ético y estético.

En los años siguientes no publica ningún libro de versos, pero en las sucesivas
ediciones de sus Poesías completas aparecen poemas añadidos como el grupo
dedicado a Guiomar o las “Poesías de la guerra”, entre las que se encuentra El crimen
fue en Granada.

2. JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

2.1. Vida

Juan Ramón Jiménez nació en Moguer, Huelva, en 1881. Siempre tuvo un


carácter melancólico, con tendencia a la depresión y la hipocondría. En 1916 contrae
matrimonio con Zenobia Camprubí, el gran amor de su vida. Emprende el exilio hacia
Estados Unidos y Puerto Rico a causa de la Guerra Civil. Muere en Puerto Rico en
1958, dos años después de la muerte de su esposa y tras serle concedido el Premio
Nobel de Literatura.

2.2. Obra

Su obra es un resumen de la poesía española de la primera mitad del siglo XX:


evolucionó del Modernismo al Novecentismo y fue uno de los referentes de la
generación del 27.
Fue un hombre entregado por entero a su obra, que refundió a lo largo de toda
su vida en una constante búsqueda de perfección. Concibe la poesía como belleza,
conocimiento y eternidad: la belleza está en la pureza y la exactitud, la poesía es para
él una fuente de conocimiento para alcanzar la verdad y, a través de ella, la eternidad.
Su poesía, dedicada “a la minoría, siempre”, se va haciendo cada vez más difícil y
hermética.
El propio Juan Ramón Jiménez dividió su trayectoria poética (hacia una poesía
de lo esencial) en tres etapas:

Vino, primero, pura,


vestida de inocencia.
Y la amé como un niño.
Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes.
Y la fui odiando, sin saberlo.
Llegó a ser una reina,
fastuosa de tesoros…
¡Qué iracundia de yel y sin sentido!
…Mas se fue desnudando.
Y yo le sonreía.
Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica,
y apareció desnuda toda…
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!

Eternidades

• Primera etapa o sensitiva (hasta 1915): poesía romántica y modernista con


métrica más tradicional.

Inicia esta etapa con una poesía sencilla, intimista y variada, de


influencia simbolista y romántica, en obras como Rimas, Arias tristes o Jardines
lejanos: predominan los sentimientos de soledad, el tono melancólico y los
temas del paso del tiempo y la muerte; en la versificación dominan los
octosílabos y las asonancias.

Viene luego la influencia más modernista: utilización del color y otros


elementos sensoriales, adjetivación brillante, metáforas embellecedoras,
sinestesias, versos alejandrinos…; pero su poesía se adscribe a un
Modernismo más intimista, sin la fastuosidad de Rubén Darío. Títulos de este
periodo son Elejías, La soledad sonora, Poemas májicos y dolientes o Platero y
yo (prosa poética).

Al final de esta etapa va eliminando los adornos modernistas e inicia


una vuelta a la sencillez: Sonetos espirituales, Estío.

¡Infancia! ¡Campo verde, campanario, palmera,


mirador de colores: sol, vaga mariposa
que colgabas a la tarde de primavera,
en el cenit azul, una caricia rosa!
¡Jardín cerrado, en donde un pájaro cantaba,
por el verdor teñido de melodiosos oros;
brisa suave y fresca, en la que me llegaba
la música lejana de la plaza de toros!
... Antes de la amargura sin nombre del fracaso
que engalanó de luto mi corazón doliente,
ruiseñor niño, amé, en la tarde de raso,
el silencio de todos o la voz de la fuente.

Elejías

• Segunda etapa, poesía pura o intelectual (1916-1936): poesía de temática


más abstracta o filosófica, sin adornos y en verso libre.

Es una poesía “desnuda” y muy personal, al margen de escuelas y


tendencias: su lírica se va desnudando de lo accesorio y ornamental.
Diario de un poeta reciencasado (mezcla de verso y prosa) es la obra
más representativa y de una novedad absoluta: desaparecen el léxico
modernista, la adjetivación sensorial y los ritmos sonoros, para hacer una
poesía más profunda, de gran concentración conceptual y emotiva; los
adjetivos pierden importancia y son los sustantivos y el verbo las palabras
esenciales; predominan los poemas breves, en versos cortos y,
preferentemente, sin rima.

Otras obras son Eternidades, Piedra y cielo o La estación total, que


cierra la etapa y da paso a la siguiente.

En ti estás todo, mar, y sin embargo,


¡qué sin ti estás, qué solo,
qué lejos, siempre, de ti mismo!
Abierto en mil heridas, cada instante,
cual mi frente,
tus olas van, como mis pensamientos,
y vienen, van y vienen,
besándose, apartándose,
con un eterno conocerse,
mar, y desconocerse.
Eres tú, y no lo sabes,
tu corazón te late y no lo siente...
¡Qué plenitud de soledad, mar solo!.

“Soledad”, Diario de un poeta reciencasado

¡Qué débil el latido ¡No le toques ya más


de tu corazón leve que así es la rosa!
y qué hondo y qué fuerte su secreto!
¡Qué breve el cuerpo delicado “El poema 1”, Piedra y cielo
que lo envuelve de rosas,
y qué lejos, desde cualquiera parte tuya
-y qué no hecho-
el centro de tu alma!

Diario de un poeta reciencasado

• Tercera etapa, suficiente o verdadera (1937-1958): profundización en lo


anterior y presencia de cierto misticismo.

A esta última etapa pertenece su producción en el exilio: la poesía, en


su búsqueda de perfección, de exactitud, de belleza, de eternidad, de totalidad,
se hace cada vez más trascendente y depurada hasta llegar a un misticismo
extraño y unos extremos de abstracción que hacen difícil su comprensión.

Destacan En el otro costado, Dios deseado y deseante (el poeta, el


creador, llega a identificarse poéticamente con Dios) y Animal de fondo.

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