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“PASCAL”
III Corte.
Ci:26.151.882
Febrero, 2023
Las enzimas son moléculas orgánicas que actúan como catalizadores de
reacciones químicas, es decir, aceleran la velocidad de reacción. Comúnmente son de
naturaleza proteica, pero también existe de ácido ribonucleico (ARN, ribozimas). Las
enzimas modifican la velocidad de reacción, en reacciones energéticamente
favorables. Los enzimas actúan sobre los sustratos de reacción, facilitando su
conversión en productos. Los sustratos se unen al centro activo del enzima, que es la
parte del enzima dónde tiene lugar la catálisis, formada por un sitio de unión del
sustrato y un sitio catalítico. Tras la unión del sustrato al centro activo se forman los
productos de la reacción. Casi todos los procesos en las células necesitan enzimas
para que ocurran a tasas significativas, siendo las reacciones mediadas por enzimas
denominadas reacciones enzimáticas.
Debido a que los enzimas son extremadamente selectivos con sus sustratos y
reacciones, el conjunto de enzimas de una célula, que viene determinado por lo genes
que expresa, determina el tipo de metabolismo que tiene la célula. Como todos los
catalizadores, los enzimas actúan disminuyendo la energía de activación (ΔG),
acelerando la tasa de reacción. Los enzimas no alteran el balance energético, ni
modifican el equilibrio de la reacción. Una reacción catalizada por una enzima
alcanza el mismo equilibrio, pero mucho más rápido, que la misma reacción no
catalizada.
La actividad de los enzimas puede ser afectada por otras moléculas. Los
inhibidores enzimáticos son moléculas que disminuyen o impiden la actividad de las
enzimas, mientras que los activadores son moléculas que incrementan su actividad.
Muchos fármacos son moléculas inhibidoras, activadoras o antagonistas de enzimas.
Muchos enzimas requieren cofactores para su actividad catalítica. Su actividad se ve
afectada por la temperatura, el pH, la concentración de enzima y del sustrato, además
de otros factores fisicoquímicos.
Por lo tanto, se denomina enzimas a un conjunto de proteínas encargadas de
catalizar (disparar, acelerar, modificar, enlentecer e incluso detener) diversas
reacciones químicas, siempre que sean termodinámicamente posibles. Esto quiere
decir que son sustancias reguladoras en el cuerpo de los seres vivos, por lo general
disminuyendo la energía inicial requerida para poner en marcha la reacción.
Para que las reacciones ocurran, es necesario que los sustratos formen un
estado de transición que sea estable y que disminuya la energía de activación que
requiere la reacción. En ausencia de la enzima, el intermediario no logra estabilizarse,
por lo general debido a las cargas eléctricas que se generan, y los sustratos regresan a
su estado original. La estabilización en presencia de la enzima se logra a través de la
interacción con los grupos del sitio activo de la enzima, sin cambiar el mecanismo de
la reacción, pues equivalen a los ácidos o bases que se usan en las reacciones
químicas.
Más tarde, Koshland (1960) postuló que la enzima presenta cierta flexibilidad,
ya que después de que el sustrato interacciona con la enzima, se induce un cambio en
el sitio activo de tal manera que se ajusta a la molécula de sustrato, lo que induce la
formación de un intermediario entre ambos, y da lugar a la formación del producto.
Por lo tanto, el sitio activo de una enzima es aquella porción de la proteína que
participa directamente en la unión y la transformación del sustrato; y está constituido
por ciertos aminoácidos que integran un microambiente característico dentro de la
proteína y que llevan a cabo la catálisis. Asimismo, la actividad de una enzima
describe qué tan rápido ésta cataliza la reacción que convierte un sustrato en
producto. Esta actividad depende en gran medida de las condiciones de la reacción,
que incluyen temperatura, pH, concentración de la enzima y concentración del
sustrato, por lo que se pueden determinar:
De igual forma, las enzimas se ven afectadas por todos los factores que
influyen en las propiedades físicas y químicas de las proteínas. En el caso de la fuerza
iónica, ésta altera su estructura tridimensional, lo que trae consigo modificaciones del
sitio activo.
Por otra parte, los iones de metales pesados, como mercurio, plata y plomo,
generalmente inhiben la acción enzimática, mientras que varios cationes y aniones
actúan como activadores; tal es el caso de los cationes de calcio, magnesio, cobre,
cobalto, entre otros, así como aniones de cloro, bromo, yodo. Por lo que para cada
enzima, deberá analizarse la necesidad de alguna de estas especies, o bien, el daño
que pudieran ocasionar.
Coenzimas
Son moléculas pequeñas por lo que poseen bajo peso molecular. Debido
a esto muchas veces son identificadas como cosustrato.
Son de naturaleza orgánica, por lo general, son vitaminas o provienen de
ellas.
La cantidad de estas moléculas en los organismos son bajas, por lo que
es necesario incluirlas en la dieta.
Al ser un compuesto no proteico son más resistentes a la temperatura,
por lo que se denominan como moléculas termoestables.
Una coenzima puede unirse y ser un cofactor de varias apoenzimas
diferentes.
Son altamente reactivos.
Durante las reacciones químicas las coenzimas pueden modificarse
aceptando electrones o grupo funcionales, recuperando su acción
durante otro proceso posterior.
Estructura enzimática
Una enzima al ser una proteína que actúa disuelta en un medio acuoso, origina
que su recuperación para un segundo uso sea prácticamente imposible, a menos que
se sujete a un soporte sólido que pueda recuperarse y emplearse repetidas veces o
incluso empacarse en una columna por la que se haga pasar la corriente líquida con el
sustrato. Esto es particularmente importante para aquellas enzimas de alto costo. En
algunos casos no es deseable que la enzima activa quede en el producto, por lo que se
hace necesario un proceso de inactivación, que podría actuar en detrimento de la
calidad del mismo.
Las enzimas junto con los anticuerpos son los reactivos más específicos que se
conocen, por lo que su aplicación para la determinación de un compuesto específico
en matrices de composición compleja, como los alimentos, es de gran utilidad.
Adicional a la alta especificidad, se requiere de una preparación enzimática de
alta pureza y estabilidad, que no sea inhibida por sustancias que pudieran estar
presentes en la muestra, y que funcione a la temperatura y pH de las condiciones de
experimentación.
Industria del almidón y del azúcar: A partir del almidón se pueden obtener
jarabes de diferente composición y propiedades físicas. Los jarabes se utilizan en una
variedad de alimentos tales como gaseosas, dulces, productos horneados, helados,
salsas, alimentos para bebés, frutas enlatadas, conservas, entre otros. Para la
producción de jarabes de glucosa y maltosa hay tres etapas básicas en la conversión
enzimática del almidón que son gelatinización, licuefacción y sacarificación.
La maltosa puede ser convertida en isomaltooligosacáridos (IMO) utilizando
una α-glucosidasa específica. Para la obtención de este compuesto con alto grado
pureza se utilizan glucansacarasas. Las glucansacarasas hidrolizan la sacarosa y
transfieren moléculas de glucosa a moléculas aceptoras como los IMO, mediante
enlaces glucosídicos α-(1-6).
Otro tipo de enzimas relacionadas con la hidrólisis del almidón soluble, que
contiene enlaces α-(1-4), son dos tipos de glucanotransferasas: la amilomaltasa y las
enzimas desramificantes de glicógeno/almidón (α-(1-6)), que son los puntos de
ramificación. Los productos de estas enzimas comercialmente disponibles se utilizan
como ingredientes en la industria de los alimentos.
Por otro lado, debido a los efectos benéficos, el uso de ácidos grasos
poliinsaturados se ha incrementado como aditivos farmacéuticos, nutracéuticos y en
alimentos. Las lipasas microbianas son utilizadas para obtener ácidos grasos
poliinsaturados de lípidos de origen animal y vegetal como aceite de atún, arenque y
borraja.
Por consiguiente, las enzimas son proteínas con actividad biológica que
catalizan reacciones bioquímicas en diferentes organismos. A ellas debemos multitud
de acciones metabólicas, desde la obtención de energía a la duplicación de las células.
Estas proteínas se mantienen además inalterables durante mucho tiempo, lo que las
hace especialmente interesantes para la tecnología y la seguridad de los alimentos.
Sin embargo, un estudio danés obliga a replantear el uso de esta tecnología en ciertos
alimentos debido a la capacidad alergénica de 19 enzimas comerciales diferentes.
Al tiempo que las enzimas resultan esenciales para el metabolismo de todo ser
vivo, pueden también utilizarse de forma independiente para activar reacciones
químicas fuera de los organismos vivos. Por este motivo, su uso se remonta miles de
años atrás, tal y como muestra la función de los microorganismos en la producción de
alimentos fermentados y de alimentos alcohólicos.