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Sin necesidad de estar dentro del mundo empresarial, se sabe que las reuniones son parte
importante de la rutina de cada empresa. Son el mecanismo empleado por las empresas para que
los participantes expongan sus ideas, opiniones, unifiquen criterios y establezcan los objetivos a
seguir, llegando a la toma de decisiones mediante consenso.
Sin embargo, a pesar de ello, en muchas ocasiones se considera que son inútiles, ineficaces, en
definitiva, innecesarias. En estos casos, solo se ven como una pérdida de tiempo. Algunas causas
que llevan a este descontento son: la celebración de infinitas reuniones, la pésima elección de los
participantes, la no preparación de la reunión por parte de los integrantes de la misma y la falta de
interés al acudir a esta y no llegar a la toma de decisiones.
Además, no todas las reuniones empresariales son iguales, puesto que puede ser que se celebre
una reunión entre miembros de la empresa, o bien de estos con proveedores, con clientes, con
fundaciones o con instituciones públicas.
Por todo ello, es obvio que no todas las reuniones deben plantearse del mismo modo, por lo que
antes de celebrar una es fundamental centrarse en su organización, es decir, en las pautas a seguir,
ya que a partir de una buena organización se podrá conseguir que la reunión sea un gran éxito.
Tipos de reuniones
El objetivo de esta modalidad de reuniones es manejar información acerca de uno o varios temas
de interés. El manejo de la información puede darse en dos sentidos: transmisión o percepción de
información. La eficacia de estas reuniones vendrá dada por la captación total y perfecta de la
información por parte de los participantes. Para ello es indispensable que el lenguaje empleado
sea adecuado y preciso. Según el sentido en el que se mueve la información, estas reuniones
podrán clasificarse en:
Importante
En toda reunión se debe emplear un lenguaje adecuado y preciso para que la información sea
captada de forma total y perfecta por los participantes en la misma.
Reuniones ordinarias
Por exigencia legal todas las entidades deben reunirse al menos una vez al año. Por tanto, se
denomina reunión ordinaría aquella que viene establecida por ley, cuya celebración se puede
desarrollar según la fecha fijada en los estatutos empresariales o, si existe silencio, en los tres
meses posteriores al cierre de cada ejercicio. Para que la misma, así como los acuerdos adoptados
en ella, sea válida tendrá que ser constituida legalmente. Los temas que se abordan durante su
celebración son los relativos al cierre de ejercicios, la aprobación de resultados, la aprobación de
presupuestos para el próximo ejercicio, el nombramiento de algún cargo de la entidad, etc. Estos
temas están fijados y se conocen con anterioridad al inicio de la misma.
Nota
Reuniones extraordinarias
Realizando una comparativa con las reuniones ordinarias, se está ante un tipo de reuniones que se
celebran de modo ocasional. En ellas se tratan temas y se toman decisiones urgentes, por ello que
estas reuniones no están planificadas con anterioridad. Esta urgencia en su celebración viene dada
por la importancia de las decisiones a tomar.
Aplicación práctica
La empresa ATLAS S. A. ha recibido una notificación, y en ella se le informa que uno de sus
trabajadores le ha presentado una denuncia por despido improcedente, indicando la cuantía de la
sanción (que resulta ser una cantidad demasiada elevada para la sociedad), y que dispone de un
plazo de diez días para presentar alegaciones si lo estima conveniente. Los accionistas de la
sociedad deciden reunirse para tomar una decisión. ¿Qué tipo de reunión organizarán? ¿En
qué se basa?
SOLUCIÓN
Los motivos que hacen que se opte por la celebración de una reunión extraordinaria son: de un
lado, la importancia de la cuantía a pagar, demasiado elevada para que la sociedad pueda
afrontarla, y, de otro lado, el carácter urgente, ya que disponen de poco plazo para actuar.
Reuniones formales
Estas reuniones tienen una estructura marcada, es decir, siguen todas las fases del procedimiento
de organización de reuniones: planificación, preparación, desarrollo y control-evaluación.
Durante la fase de planificación se establecen los temas a tratar y se fijan los objetivos que se
desean alcanzar, así como se determinan los asistentes que deben participar en la reunión. Tras
todas estas decisiones se pasa a la fase de preparación, consistente en la puesta a punto de la
reunión. Dentro de todos los aspectos que se deben llevar a cabo durante esta fase, es
fundamental realizar la oportuna invitación de asistencia a todas aquellas personas que se desea
participen en la misma, para que al disponer de tiempo suficiente los asistentes puedan preparar
su participación en la reunión, cuyo resultado se reflejará de forma directa en la fase de
desarrollo, pues la preparación de su participación incrementa la obtención de información y, con
ella, las opiniones, lo que favorece el trabajo en equipo, la resolución de problemas y la toma de
decisiones en la reunión, que quedarán recogidas en el acta. El cierre vendrá dado por la
evaluación realizada por los asistentes sobre la misma, cuyos resultados se tendrán presentes en la
organización de la próxima reunión.
REUNIONES MEDIAS: GRUPOS DE CALIDAD, COMITÉ DE EMPRESA Y REUNIÓN
DE VENTAS
No todas las reuniones están perfectamente estructuradas como sucede en las reuniones formales.
Aquellas reuniones que permiten su desarrollo sin la necesidad de una estructura estricta son las
que se denominan reuniones medias. Algunos ejemplos dentro de esta categoría son:
Grupos de calidad: hay ocasiones en las que durante el desarrollo de un trabajo se pueden
detectar ciertos problemas, y una forma de tratar de atajarlos es la de celebrar reuniones
conocidas como grupos de calidad. Estas reuniones están formadas por un grupo reducido de
trabajadores, afectados por el mismo problema, cuya participación es voluntaria, la duración de
las mismas es corta y en relación a la logística solo suelen necesitar una sala adecuada. Su
frecuencia de celebración depende de lo que el grupo decida.
Reunión de ventas: para las empresas la obtención de ventas es uno de los puntos fuertes que se
marcan como objetivo. Por ello, es importante realizar un seguimiento de las mismas. Estas
reuniones se pueden organizar para analizar las ventas alcanzadas en ejercicios anteriores,
realizar un seguimiento de la campaña en curso, fijar objetivos de ventas futuras, dar nuevas
pautas de ventas a los comerciales, ofrecer nuevos incentivos a los vendedores para animarlos a
maximizar sus ventas, etc.
Importante
Estas reuniones se organizan con miembros internos de la empresa, pero no por ello hay que
descuidar los requisitos de organización, ni los previos ni los referentes al desarrollo de la misma,
ya que al igual que en toda reunión se persigue su eficacia máxima. Por lo general, se organizan
en la sala que la empresa tiene acondicionada para estos eventos: sala de juntas, de reuniones, etc.
Por tanto, en estos casos el organizador se limitará a confirmar que todo está bien en la sala, así
como a enviar la convocatoria, controlar la confirmación de asistencia, realizar la recepción de
los asistentes y la contratación de los servicios exteriores oportunos. Algunas de las posibles
reuniones internas que se pueden dar son:
Junta directiva: por lo general, está constituida por: presidente, vicepresidente, tesorero,
secretario y vocales; cuya función consiste en la planificación, dirección y control de las diversas
actividades y directrices de una empresa. Su desarrollo exige el cumplimiento íntegro del orden
del día y la estimación de su duración debe ser de dos horas máximas.
Asamblea: el Consejo de Administración es el encargado de convocar a los accionistas o socios
con el propósito de informarles, evaluar resultados y un posible reparto de beneficios y solucionar
problemas, entre otros. Estas reuniones son de celebración periódica.
Por otro lado, la ley obliga a ciertas empresas a la celebración de asambleas generales. Para
ellas, todos los datos que se vayan a exponer, los preparativos, así como las actas que se elaboren
deben ser realizados por expertos en la materia.
Aprobación de presupuestos: con periodicidad anual, generalmente, las empresas estiman los
presupuestos para el ejercicio. Dependiendo del tamaño de la empresa, se realizará una propuesta
conjunta o bien podrán realizarse presupuestos por cada departamento. Tanto uno como otros,
una vez aprobados en esta reunión, conformarán el presupuesto anual de la empresa.
Comité directivo: comisión ejecutiva de alto nivel regida por el director general, en la que
participan los subdirectores y directores departamentales. El mínimo no supera los diez o quince
asistentes.
Nota
La técnica general es que se celebren una vez al año, atendiendo siempre a la regulación que
se estipule en sus estatutos sociales.
Antes de celebrar una reunión lo primero que se debe hacer es planificarla, es decir, diseñar un
plan a seguir que establezca los pilares fundamentales; por ejemplo: qué se desea conseguir,
cuáles serán los temas a tratar, quiénes van a participar, etc.
Será el organizador quien establezca dichos puntos, así como quien estará encargado de estimar
el tiempo necesario para efectuar cada tarea, tanto las relativas a la preparación de la reunión,
para asegurar que se llega a tiempo, como a las que se deben llevar a cabo durante la celebración
de la misma, y de este modo asegurarse que se cumplen los objetivos por los que se convocó el
encuentro.
Por otro lado, en una reunión es obvio que existen además del organizador otros participantes;
pues bien, uno de los pasos que hay que realizar cuando se planifica una reunión es avisarlos,
informándoles de los temas que se van a tratar, del día, hora y lugar de celebración. De este
modo, el participante se podrá preparar para la misma y será consciente de qué se va a encontrar.
Estas son algunas de las consideraciones para intentar evitar que las reuniones se desvíen del fin
para las que se convocan.
Según Darío Brieva, psicólogo laboral: “El error más grande es llegar a una reunión de trabajo sin
una planificación, y reunir personas que no tengan interés ni tiempo para escuchar lo que tienen
que decir los demás”.
Los objetivos son el pilar fundamental de las reuniones, ya que sin un objetivo patente no tiene
sentido la celebración de las mismas. Por tanto, constituyen las metas que en una reunión se
quieren conseguir.
La fijación de objetivos puede ser muy variada, desde intercambio de ideas o información, toma
de decisiones, elaboración de estrategias, distribución y coordinación de tareas, hasta
comunicación de temas de interés, entre otros; pudiendo optarse por el establecimiento de uno
solo o de varios de ellos en una misma reunión.
En la organización de una reunión existen multitud de detalles que deben tenerse en cuenta, todos
necesarios para obtener un resultado exitoso de la misma. Un instrumento muy valioso para no
obviar ninguno de estos detalles consiste en la elaboración de una lista de control,en la que se
anoten todos y cada uno de los requisitos necesarios, referentes a cada una de las fases de la
reunión: preparación, desarrollo y evaluación y cierre.
Lista de participantes
Los participantes son una pieza importante en el desarrollo de la reunión. Por ello, según las
características de la reunión que se esté preparando se elegirán a unos u otros. Realizada esta
elección se obtiene la lista de participantes, de los que debe tenerse una ficha con los siguientes
datos:
Nombre y apellidos.
Tratamiento.
Empresa.
Puesto que ocupa.
Teléfono.
Fax.
E-mail.
Dirección de la empresa.
Preferencias (comidas, bebidas, etc.).