1
LA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENCIA DE LO IDIOGRÁFICO?
1 vida mental por el de conducta y este cambio con-
- sig.uió dar un notable impulso a la Psicología cien-
1s tífica. La Psicología Diferencial, habitualmente se
conoce como la rama de la Psicología ocupada del
estudio de las diferencias individuales en la con-
1
1
ducta. (Sigue valiendo la analogía anterior.)
La Psicología Diferencial, como la Psicología
1 experimental, la educativa, la clínica..., se define
~
por el empleo de un conjunto de conceptos especí-
ficos y de unos métodos propios para recoger y
analizar las diferencias individuales en la conduc-
1 ta. La observación, recolección y análisis de estos
datos no constituye en sí mismo el objetivo de la
Psicología Diferencial. La Psicología Diferencial
1 es una rama más de la Psicología científica, con
una larga tradición histórica, como ya hemos vis-
to, y que, a nuestro entender, tiene un futuro des-
1 tacado en el desarrollo de la Psicología como cien-
cia y como disciplina profesional.
1 El enfoque de la Psicología
;-
de los Rasgos y los Factores
1 vo y taxonómico de la Psicología de las diferencias
e
1
El origen de la Psicología Diferencial se determinó
a partir de las influencias de varios conjuntos de
disciplinas que se situaban en los polos extremos
n de la orientación nomotética e idiográfica del estu-
1
o
dio del con:~.porta,miento. ?urgió a medio _cami1:o
entre la Ps1colog1a Expenmental y la Ps1colog1a
Individual, y sufrió siempre un empuje importante
derivado de la dimensión aplicada de su principaÍ
aportación, el test mental. Psicología Individual
o era el nombre que en los años 1910-1920 recibía lo
que hoy llamamos Psicología Diferencial. E. L.
Thorndi~e, denominaba Psicología Individu~l a
los trabaJos que J. M. Cattell, J. Jastrow, A. Bmet,
A. Kraepelin o W. Stern hacían al evaluar y me-
dir objetivamente las capacidades y rasgos de los
individuos con distintas finalidades (Thorndike,
1950).
La Psicología Diferencial, desde sus orígenes,
a está dedicada primordialmente a la «naturaleza y
extension de las diferencias individuales». Este es-
tudio, se inicia con la identificación de las varia-
bles en las que los individuos difieren entre sí, o
te difieren _entr~ e!los_ JJ:Ísmos, en distintos momentos
1
;e
de su h1stona md1v1dual, o ambas. Esta etapa de
inicio, de naturaleza descriptiva o taxonómica de
o la Psicología Diferencial, es una etapa necesaria
:1
¡a
47
para la construcción de una teoría científica de las
diferencias individuales en el comportamiento. En
esto, están de acuerdo casi todos los autores clási-
cos de la disciplina como Eysenck, Cattell, Lykken,
etcétera. Para estos autores, esta fase previa de la
'\Psicología Diferencial es extensiva a toda la Psico-
logía y así Jenkins y Lykken (1956) consideran
que: «los psicólogos rto pueden escribir leyes psi-
cológicas sin especificar las variables, esto significa
conocer los rasgos o dimensiones de las diferencias
individuales que están relacionadas con estas le-
yes». Eysenck y Eysértck (1985) han dejado claro
que el estudio científico de las diferencias indivi-
duales, después de una larga fase descriptiva, ha
iniciado una fase o período de investigación; de
marcado carácter causal y ello ha sido posible,
como veremos en adelanté, gracias a la introduc-
ción de la problemática generada por la variabili-
dad individual en disciplinas como la Psicología
cognitiva, la psicofisiología, la Psicología clínica,
etcétera. De hecho, la base científica de una Psico-
logía aplicada está en la consideración de las leyes
generales de la Psicología general más la modula-
ción que a éstas impone el conocimiento descripti:-
¡0;
,,i
individuales.
Un aspecto determinante de los métodos de in-
vestigación científicos es el Ínodo de registrar los
tJ/ fenómenos estudiados, lo que se llama recogida de
f [ datos. Windel~and analizó los diferentes enfoques
, sobre la recogida de los datos que tomaron c1en-
cias tales como la Física y la Historia; sus argu-.
fuentos se adaptaron fácilmente a los problemas
r sobre el estudio de la personalidad. Ciencias tales
¡. como la Física o la Biología empleaban lo que
¡ \ \..Wi1;gielband denominó una forma de estudio JJQ-'
b\ m,iwfo-~o, porque en este caso, se utiliza un amplio
1 \ numero de elementos muestreados para obtener
l
Í un resultado medio o t.wJci;JPor ejemplo, podría-
! mos estudiar los corazones de muchos animales
1 (de la misma o distintas especies) y luego estable-
· cer una generalización, de qué son los corazones,
como funcionan, etc. Pero hay estudios, como los
históricos, que no pueden hacerse del mismo
modo que los estudios biológicos o fisicost~tn- "¡
delband llamó t<cli.Qgrá[igo al tipo de estudio que se
basa en describir entidades únicas. El estudio idio- \
1rIJ
gráfico termina en descripc~ones diferenciadoras.~'. /
frecuentemente, no generalizables de los acontec1-"
mientos y consecuencias únicas pero significati~ }
._D. Allport, en la décad.{l de los treinta (Allport)
 48 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
1937) aplicó estos conceptos a la investigación de
la personalidad.
Cuando Allport traspasó la terminología de
Windelband al estudio de la personalidad, destacó
el hecho de que algunos psicólogos piensan que su
tarea consiste en un muestreo y catálogo nomoté-
tico de los conceptos de personalidad que hacen
referencia a cada individuo, mientras otros, piensan
que su labor consiste en una comprensión idiográ-
fica de lo que es único en la persona individual. En
general, cuando intentamos captar una personali-
dad' total en toda su unicidad, mencionamos el
constructo «Tipo» de personalidad. Cuando trata-
mos de configurar varias dimensiones individuales
a lo largo de las cuales puede ser estudiada cada
una, tales constructos se denominan Rasgos de
, personalidad. _ gráfica de la Psicología Difer<::ncial, es intrínseco a
-;l , El psicólQgQ idiográfico afirma, de forma resu-
r mida, que todos los seres humanos son únicos y,
¡)) por consiguiente, no pueden situarse en ningún
1/1/ punto concreto del continuo de un rasgo o apti-
\. tud. En el extremo opuesto de los esicólogos idio-_
! gráficos, de la línea de Allport, se encuentran los
.,rl~ _ ,' _psicólogos_ experimentales que parecen trabajar
,, sobre Ia füpotes1s de que todos los seres humanos
son idénticos, que se pueden encontrar leyes gene-
rales a partir del estudio de muestras pequeñas y
no representativas de la población y que se pueden
evitar con seguridad las diferencias individuales.
Cronbach (1957) y Eysenck (1967) se oponen radi-
calmente a este punto de vista, citando un amplío
conjunto de pruebas para demostrar que una gran
parte de la varianza total de la mayoría de experi-
mentos psicológicos se debe en verdad a las Dife-
rencias Individuales. Recientemente, Cowles y Da-
vis (1987), han puesto de manifiesto que este hecho
reviste importancia -si se considera que gran parte
de los estudios experimentales psicológicos se rea-
lizan con estudiantes universitarios voluntarios y, ,,1,~al, un enfoque de la ciencia (historia~§a'.iTe-
entre éstos, abundan mucho los sujetos con un
perfil de personalidad que no es ni el más abun- f gráfico prototípico en el contexto de la investiga-
dante ni el más general de la población de los indi-
viduos humanos.
Uno de los principales argumentos contra la hi-
pótesis de que todos los organismos son únicos,
profundamente distintos unos de otros y por ello
incapaces de ser estudiados por los métodos habi-
tuales de la ciencia, lo constituye según J., M. Tous, motético significa algo que es válido universalmen-
el simple hecho de que la existencia de diferencias
implica la existencia de similitudes y que tanto di-
ferencias como similitudes deben situarse sobre
una dimensión medible en uno de cuyos polos es- J
tará la similitud igual a la identidad y en el otro
polo la disparidad (Tous, 1987).
¿Cómo podemos afirmar de forma positiva que 1
todos los individuos difieren unos de otros si no s
es cuantificando esas diferencias y organizándolas
en_ términos de ciertos rasgos, aptitudes u otros
V
conceptos similares? Eysenck y Eysenck (1985) nos
indican que la crítica de la Psicología idiográfica
respecto de que estos conceptos clasificatorios son J
fe
artificiales es correcta, pero ello no representa nin-
gún inconveniente, ya que todos los conceptos
científicos son artefactos creados, por la mente hu-
mana para clasificar, comprender y predecir los dis-
1
c
tintos fenómenos que se observan en el Universo. uJ
El problema de la naturaleza nomotética o idio- fde
una disciplina que, como. hemos visto, !1.!lfi_é) ,e11Jr~ E1
<i_QiLorieptaciones distintas: laf>sicología incfiirí- t
de
<!-1:!.& de A. Binet}"_W:·~fü!rn y Ja, Psicología ex-
perimental de J. M. Cattell y Ch._ Spearman. Va- al
mos atratar, sucirifamente, uno de los problemas ti
clásicos que afectan a la caracterización de la Psi-
cología Diferencial: ¿Se trata de una disciplina lo
idiográfica o nomotética? eltic
El término ..i~q_g@59Jignifica en su sentido
original, en Psicología, el estudio intensivo del in- en
dividuo. En este sentido G. Allport, S, Freud, I.
Paulov, R F. Skinner o J. Piaget estaban todos a hl
favor de la investigación idiográfica (Pervin, 1990), ub.
y no hay necesidad de ver este enfoque como en- (1
!et!.
frentado a otras aproximaciones. Asimismo, el tér-
mino idiográfico se ha utilizado de muy diversas lo i
formas: para describir un método de investigación rl
(n.,
(estudio intensivo del individuo); una aproxima-
ción a la predicción (clínica vs. estadística); tam- lar)
bién como una concepción de la personalidad
¡{holística vs. dinámica) y, por fin, su ~ignificasióp__
1-1
g...,1.,
zar
yl vs. biología y física). Por ejemplo, un estudío idio-
ción personológica son las psicografías, es decir, la
reconstrucción del perfil de personalidad de un in-
~-
dividuo a partir del conocimiento de los avatares
que
biográficos del mismo.
Por el contrario, el término nomotético no es
tan susceptible de distintas interpretaciones. No- mo'.
te, implica que cualquier ley o función, que sea
M:____
nomotética, se puede aplicar por igual a cualquier
ente {individuoHID n=silar ha~: ninguna l_ fon
.
f.cf',·._I_
 LA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENCIA DE LO IDIOGRÁFICO?
1 dad o atender a las diferencias que presente con
otro individuo. Por ejemplo, las investigaciones
que tienen como objetivo identificar los umbrales
1 sensoriales de la audición en los sujetos humanos
siguen de forma paradigmática la metodología no-
; motética. H. Hyland (1981) considera que se pue-
1 ' den caracterizar tres estrategias distintas en la in-
J/h vestigación psicológica: li!.: idiográfii;;a (persigue
1f' establecer las diferencias i~dividuales consistent~s
1 ; en la conducta), la n o ~ (establecer las di-
ferencias en las situaciones que causan las conduc-
tas), y el interacci9nism9 (la interacción situación
1 por indi~ictuÓ ~Ómo 'ctet~minante de la conducta).
Concluye este autor, que la Psicología Diferencial
utiliza un enfoque idiográfico-..Por supuesto, que
1 estos enfoques estan referidos a distintos objetos
de estudio y determinarán qué datos nos interesan.
En Reuchlin (1985), encontramos un ejemplo de
esta doble tradición: él concepto tipo que proviene
de la tradición idiográfica (Jaspers, Spranger) frente
al de rasgo que proviene de orientación nomoté-
tica (Sheldon).
En la Psicología Diferencial, lo individual no es
lo idiosincrásico, lo irrepetible o lo peculiar de
1 cada persona sino un conjunto de rasgos nomoté-
ticos, que se manifiestan en los distintos individuos
en una cuantía diferente. Como indica A. Fierro
t (1983), haciéndose eco de los estudios de Kluck-
horn y Murray, la Psicología de la Personalidad se
ubica entre lo universal, lo particular y lo indivi-
f dual; de lo primero, se encarga la .esicología Gene-
ral, de lo particular, la Psicología Diferencial y de
lo individual, debe ocuparse la Psicología idiográ-
fica. La Psicología Diferencial, no sólo se encarga
de describir la variabilidad individual (lo particu-
lar), sino que trata de explicar esa variabilidad y
1 para ello utiliza las hipótesis, teorías y modelos
generalés. Por tanto, esa explicación puede alcan-
zar una formulación de ley, ya que la explicación
se dirigirá a un proceso o mecanismo del indivi-
duo, que provoca la conducta por la acción com-
binada de los estímulos y las características parti-
culares del mismo.
Es en este sentido, que hemos descrito antes,
que la Psicología Diferencial es plenamente nomo-
tética, y este carácter queda reforzado en el estudio
de la variabilidad intraindividual, porque quere-
mos ver cómo los procesos psicológicos varían di-
ferencialmente, y estos procesos constituyen un
objeto de estudio susceptible de ser investigado de
forma nomotética. La Psicología diferencial persi-
49
gue alcanzar el conocimiento idiográfico del indi-
viduo desde un acercamiento metodológico nomo-
tético. En la medida en que la Psicología díferencial
proviene de la tradición de Galton y Cattell, por
tanto, concebida como una ciencia natural (vincu-
lada a la Psicología del contenido); se le debe ca-
racterizar de nomotética. De esta tradición, se de-
rivó la metodología que utiliza procedimientos de ·
observación y medida estandarizados que provie-
ne originariamente, o estan inspirados en tareas de
laboratorio, y a partir de las cuales se pueden ob-
tener resultados de cada individuo comparables
con otros o con los resultados promedio de un
grupo. La Psicología Diferencial pretende explicar,
en base a leyes generales, aspectos de 1a individua-
lidad de los sujetos.
El enfoque diferencial de estudio del comporta-
miento implica también la referencia a un contexto
aplicado y concreto, no en vano el desarrollo his-
tórico de la Psicología l)iferencial es un compro-
miso entre. 1a Psicología exp~rirnental · y l¡1°aptfoa'.2\
{z da. Emt~za Yc~~{198~) nos dice:1: ~<~1?,ietq)'·~
i d~ !~1_!:§!,S,2l9ffª ))1fe~ynciatnQ.h<Ls~dó::•!1lJ;ll,Ca~
¡ coríctúcta éri abstracto, sino siempre enfocada en el
¡ contexto de un marco aplicado y concreto, lo más
¡ próximo posible a la vida real y rehuyendo tajan-
1 temente los estrechos márgenes de una ciencia ex-
J dusivamente ceñida a experimentos de laborato-
Lt..i,Q. Por ello, quienes con más frecuencia recurren
a la Psicología Diferencial, son principalmente los
psicólogos profesionales ... ». Este contexto aplicado
y concreto constituye una caracterización impor-
tante de la Psicología Diferencial.
EL OBJETO DE ESTUDIO
DE 1A PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
La Psicología Diferencial, considerada corno un
área específica dentro de la Psicología científica,
comparte con ésta el mismo objeto de estudio. En-
tre las diferencias y peculiaridades que distinguen
a la Psicología Diferencial de otras parcelas de la
Psicología, está su enfoque metodológico adecua-
do al estudio de la variabilidad del comportamien-
to y de los atributos psicológicos individuales.
Desde la aparición de la Psicología científica (si-
glo x1x) hasta el desarrollo del conductismo, se
consideraba a la actividad mental como el único
objeto de estudio de la Psicología. El impacto de
las nuevas concepciones fisicalistas sobre la fisiolo-
 50 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
gía y el desarrollo ·de la Teoría evolucionista hi-
cieron que la Psicología avanzara, desechando la
actividad mental y considerando la conducta ob-
servable como único objeto de estudio válido para
la misma. En términos generales, diremos que este
cambio fue muy -radical en la Psicqlogía experi-
mental, general y biológica, pero no tanto en la
diferencial, humanista o fenomenológica.
La fuerte dependencia que mostró la Psicología
científica, adscrita al paradigma conductista por el
· modelo causal de la física y su única preocupación
por lo observable, hizo que se rechazara el estudio
de múltiples -fenómenos psicológicos, como las
8,,,-.-
funciones cognitivas, la personalidad, etc., y, curio-
samente, la Psicología comparada, que tuvo mu-
cho que ver con el desarrollo del conductismo, se
convirtió en una simple tecnología de la conducta
despojándola de su auténtico contenido biológico.
La Psicología Diferencial continuó dedicándose
casi exclusivamente a las aplicaciones en los distin-
tos campos de la clínica, la educativa o la social,
en que se contemplaban todos los aspectos de la
~ actividad psicológica. Durante los años sesenta se
produjeron importantes cambios en la tecnología
científica, se desarrolló la física relativista, la ciber-
. nética, la teoría de la información, la genética, etc'.,
. por indicar algunas áreas importantes, que tuvie-
ron una influencia notable en la Psicología y facili-
taron así la aceptación de la posibilidad de estu-
.diar científicamente otros fenómenos psicológicos
lno directamente observables (Tous, 1978, 1985).
Así, el objeto de estudio de la Psicología, se amplió
aceptándose también el estudio de fenómenos no-
1 CA.)~ La variabilidad .Í!nterindividual en las bases
observables directamente pero inferibles a partir
de la conducta del organismo. Al ampliarse el ob_;
.y)A
/
jeto de estudia se van a incorporar tópicos que
'1
habían estado alejados de la ortodoxia científica
\ (], }- L:1 _variabilida? in_t~rgrupal en las bases ener-
psicológica durante muchos años como la perso-
' get1cas, orgamzac10n mental y conducta.
@lidad, la motivación, la activación, los procesos
cognitlvos,l"ascliferencias mdividuales, etc. Las in-
oovac10nes de este .pénodo-·representaron un desa-
rrollo indudable de..!!!ttodos y técnicas en el cam-
po de la matemática y la estadística (análisis
multivariados de varianza, nuevás técnicas de
Análisis Factorial...), la extensión de la Teoría de
la Información y de la Teoría General de Sistemas
a todos los ámbitos de la Psicología, entre ,otros,
que facilitaron el desarrollo de er's""tª~·c....-~------.
Nosotros entendemos, que el objeto de estudio
de la Psicología Diferencial es la vana 1 ad en la
~ e t a observable de los_ organismos y_e.n_aqu.e-
llos procesos psíquicos que la provo<::..9-p. En con-
Creto distinguiremos siguielldo a Hebb (1948), tres
aspectos distintos:
.lp- La Conducta: en términos de respuesta o
rendimiento y ejecución observables (que
puede ser motora, verbal o fisiológica).
Á r,:::__ La Organización Mental: el componente de
los procesos psicológicos que dirige la con-
ducta o la programa teleológicamente. Gené-
ricamente se conoce como el componente
cognitivo.
La Base Energética: el componente energéti-
co o dinamizador de la conducta. Este aspec-
to se reconoce en términos como emoción o
activación y se suele comparar con el de cog-
nición para contraponerlqs. J
Tanto la organización mental como la base
energética de la conducta acontecen en el ámbito
no-observable. ,Por supuesto, creemos que la ,espe-
cificidad de la Psicología Diferencial consiste en
estudiar la variabilidad (a diferentes niveles) de es-
tos tres· aspectos del objeto de estudio de la Psico-
logía. En consecuencia, nos interesará tanto la va-
riabilidad interindividual del ·comportamiento
verbal, como la variabilidad intraindividual de los
procesos cognitivos (memoria o inteligencia} y ló-
gicamente, también las diferencias individuales en
los aspectos motivacionales y emocionales del
comportamiento, por lo que de forma breve dire- e
mos, que la Psicología Diferencial se ocupa de tres
aspectos cfesu objeto de estudio: -- J,
h
~
· energéticas, organización mental y conducta.
La v~r~abilidad i~trai_~dividual en las bases
1
C,
C<
energet1cas, orgamzacwn mental y conducta.
rí:
Podemos determinar tres categorías distintas de
variables, asociadas a los tipos de diferencias tradi.:. !I
cionales en Psicología Diferencial. Las variables
intergrupos, las interindividuales y las intraindivi- /
duales. Las variables interindividuales son aque- ,/¡
duos de tal forma que cada uno de ellos pued3/
estar afectado por uno de los valores posibles de
f'
llas variables observadas sobre un grupo de indivi-
~-~I
bil
aquella variable. Variables típicas de diferencias ffil
interindividuales, son las dimensiones de persona- efJ/
lidad o las habilidades de los sujetoqLas variables 11 _
~
1:a
intergrupos, corresponden a aquellos tipos de va- . . as1
I
/ 1
1
:■
 LA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENCIA DE LO ID!OGRÁF!CO? 51

1 riables, que caracterizan a un grupo porque los

individuos del mismo están afectados por un valor
preciso de las mismas. Por ejemplo, son caracteristi-1-
1 cas las variables como la edad, el sexo, el nivel so-
cioeconómico, los síndromes patológicos o las razas.

J
Las diferencias interindividuales
El estudio de las diferencias interindividuales es el
objeto principal e históricamente más característi-
co de la Psicología Diferencial y hace referencia al
hecho natural de que los individuos, de una misma
población y especie, se comportan de.forma distinta
en unas coordenadas de espacio y tiempo, concret4ID),'--
Y. especific~. Usualmente, ésta es una considera- - __
ción de la variabilidad que llamamos transversal. ~-
Cuando observamos a varios individuos de una '. ~
población o grupo utilizando como criterio clasifi-
catorio una dimensión comportamental concreta
(rendimiento, aprendizaje, inteligencia, sentimien-
tos, afectos... ), aparecen diferencias entre ellos,
puesto que cada individuo ocupa una posición
concreta en la dimensión de clasificación utilizada
para su categorización (rasgo o tipo), distinta de
los demás. El conjunto de la oscilación de esa di-
mensión c<;mstituye el campo de la variabilidad in-
terindividual.
Las diferencias entre los individuos aparecen
con el nacimiento y se refuerzan (o suavizan) a lo
largo del desarrollo, por causa de los cambios ma- Ilustración 2 .1. La variabilidad entre las personas es
un fenómeno «natural».
durativos, y por el aprendizaje, y afectan tanto a
los rasgos morfológicos como a las funciones psi-
cológicas de los mismos. Así, los rasgos faciales, la publicación en los Estados UniJ· ,-, u,1 1:t,,,
constitución y tipología corporal, las capacidades tulado The Bell Curve (Herrstein; ivl nray, b'>':'.'J,
cognitivas, la personalidad, los intereses o valores, en el que se discutía el papel y la importancia de la
etcétera, t-9~§:~_Ja~terísticas individuales van inteligencia en el éxito social de los individuos.
desarrollándose y formando la variabilidacj_.J;;~- Si consideramos a la variabilidad t,,, ,¡l iJ_ k-
risfica de una población de individuos concr~ta. En individuos en una categoría taxonó1rnu1, _ucuu•:
ia base de esta variabilidad, sin ninguna duda, está tual o psicológica, que se distríbu ye en ia í:oblc, -
el efecto combinado~___M!smcia y el ambieDte. ción como una variable continua, cada individuo
Amelang y Bartussek (1981), destacan la posibi- ocupará un lugar determinado de ese continuo (un
lidad de que estas diferencias sean socialmente rele- punto del mismo). Si esa categoría tiene relevancia
vantes. Es precisamente esta dimensión, de la varia- psicológica se denomina dimensión y sólo en tal
bilidad humana, que muchos autores interpretan caso, como categoría de clasificación de los indivi-
como un atentado a la igualdad política, la que duos, se constituirá en foco de atención de la Psi-
coloca a la Psicología Diferencial en el centro de cología Diferencial. Entre estas dimensiones, pode-
muchas polémicas socio-políticas (por ejemplo, las mos citar los distintos constructos de personalidad,
diferencias entre sexos en cuant_o a capacidades, tales como el carácter o el temperamento; de capa-
las diferencias raciales, etc.). Recientemente, hemos cidades cognítivas tales como la capacidad de ra-
asistido a una discusión de este cariz en torno a la zonamiento abstracto o la fluidez verbal, etc.

52 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
Para poder describir adecuadamente la variabi-
lidad interindividual, ha sido necesario desarrollar
las técnicas de medida adecuadas a aquellas di-
~ e s mencionadas, y gracias al afán científi-
co de la Psicología Diferencial, ésta, a_yudada por
la p s i c o ~ 5stadística y_ la _p~icolo~a experi~
nieiítaf,se ha dedicado a constrmr mstrumento_s_de
niealcióíi--(tests), que-permiten una clasificación
- ~ a de los indiviwos en las distintas dimen-
·siones taxonómicas. La validación de estas catego-
rias taxonómicas significa demostrar su existencia
real y, por tanto, que corresponden a fenómenos
naturales y no a meros artefactos explicativos
creados para la clasificación, pero sin correspon-
dencia alguna con la realidad; é$te es uno de los
objetivos de la pJ¡icología diferencial ensu dimen-
-sión nom~ica {H. J. -Eysenck y M. W. Eysenck,
1985, A. . Jensen, 1985). . útil la comparación entre grupos extremos de una
Las diferencias intergrupales
El estudio de las diferencias intergrupales hace re-
ferencia al estudio de la variabilidad del comporta-
miento entre grupos, también forma parte del ob-
jeto de estudio de la Psicología Diferencial.
Cuando observamos o medimos una misma capa-
cidad o rasgo psicológico en los individuos de po-
blaciones o grupos distintos y obtenemos, para es-
tos grupos, unos parámetros estadísticos que
identifican estas dimensiones, decimos que esta-
mos ante diferencias intergrupales. Aunque las dife-
rencias inre"rgrupales están basadas en diferencias
interindividuales, estas diferencias intergrupales, pa-
radójicamente, no están causadas por los mismos
procesos que originan las diferencias interindivi-
duales. Esta diferencia es causa de numerosos ma-
lentendidos, acerca de los resultados de la investi-
gación diferencial, en temas tan importantes como
la herencia de las capacidades o la inteligencia.
Cuando se encuentran diferencias en el CI, de dos
grupos raciales distintos, es frecuente acudir a la
determinación genética o ambiental para explicar-
la, pero si bien es cierto, que estos factores expli-
can la variabilidad interindividual en el CI, no lo
es cuando nos referimos a las diferencias intergru-
pales en el CI. (A. R. Jensen, 1987, J. Gould, 1986 y
R. Lewontin, et al., 1987.)
El término «grupo», como connotación al tema
de las diferencias intergrupales no se toma aquí en
el sentido sociológico, con implicaciones en la ac-
1
ción e interacción común, sino sólo como la suma 1
pt
de individuos con una o varias características co- de
munes para compararlas con otras, aquellas otras
que revelan tal o cual características con otro gra-
do o nivel (Amelang y Bartussek, 1986). Como ya
hemos dicho, son corrientes en este sentido, las
clasificaciones por el sexo, la edad, la raza, el sta-
tus socioeconómico, la lengua hablada, la confe-
sión religiosa, etc. A veces, se utilizan variables tí-
picas de las diferencias interindividuales para
organizar este tipo de grupos, así, podemos agru-
par a las personas por su nivel de inteligencia, por
el tipo de personalidad, o cualquier otro atributo
psicológico mensurable. Las comparaciones de
1po
grupos sirven también para una mejor compren- di:_
sión del fenómeno psicológico que se estudia '
~-1
( .
(Anastasi, 1964). En este sentido, es especialmente rro
misma dimensión psicológica. Es habitual, en la
investigación de los mecanismos que causan las difé
diferencias individuales, utilizar dos grupos de in-
dividuos que muestran puntuaciones extremas
(~puestas), en una dimensión psicológica (inteli-
••
qm
gencia, impulsividad...) para observar los efectos
diferenciales de las tareas en la conducta de los
sujetos, en base a sus rasgos o disposiciones. Por añc
ejemplo, para comprobar si las personas muy im-
pulsivas rinden bien y están mejor preparadas
para aquellas tareas que requieren contestaciones ~
rápidas que las personas mas reflexivas, podemos tos
diseñar un experimento donde utilizaremos dos
grupos de individuos, uno formado por sujetos muy
1S:
ver
impulsivos y otro formado por sujetos muy reflexi- de
vos, seleccionados a partir de un cuestionario q LC
mida esta característica o estilo comportamental. r!
rea
Las diferencias intraindividuales
JE
era,
Cualquier persona o individuo presenta, además
de la variabilidad interindividual, al compararlo
(a:
eni
can
con otros individuos de su misma especie, una va- filié
riabilidad intraindividual resultado de compararlo
consigo mismo. En efecto, todos los individuos di-
fieren en cierto grado en cúanto a las diversas di-
mensiones taxonómicas, a lo largo del tiempo, o
en situaciones variables.
Las diferencias intraindividuales tienen dos con-
side"rac10nes distintas: a) las que corresl?onden a la
v~riabilidad di-ª..crónic~ es decir, los cambios a ni-
vel individual en los rasgos a lo largo de distintos or.g
t:
1::
-
~-
LA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENCIA DE LO IDIOGRÁFICO? 53

:ac períodos de tiempo (infancia, adolescencia ... ), y que nadas variables que actúan a lo largo del tiempo

-
::o- denominaremos cambios íntraindividuales en vez
de diferencias intraindividuales por ser irreversi-
bles (P. Fraisse, 1984), y su íntima relación con el
ya proceso de desarrollo, y b) las diferencias intraíndi-
las que causan la variabilidad intraíndividuaL Es
tradicional diferenciar, en base a la VéU:ab'i <em-
po, los cambios intraindividuales (Llj .ie i;,is u,Ú>
rencias intraindividuales (DI), indicando que los

il
úe-
viduales propiamente diclías, de carácter sincróni-
/ co, y con mayor o menor estabilidad a lo largo del
l tiempo, que pueden considerarse como la manifes-
cambios obedecen a patrones de comparación
temporal más amplios que los de las diferencias.
Así, utilizamos las magnitudes temporales de me-
1 tación particular de una ley general en un indivi-
~~
ses y años, para estudiar los cambios intraindivi-
\L duo (Taus, 1987)..
Mientras que la variabilidad sin- duales y las magnitudes de segundos para las dife-
;ru- crónica indica, de forma específica, el modo en que rencias. Pero, este único criterio no es suficiente
está organizado cada sujeto con respecto a distin- para sostener una diferencia cualitativa entre CT y
1~ tas dimensiones o rasgos, la diacrónica se refiere al DI, necesariamente hemos de añadir n;á'.i ciemer,.

--
de posible cambio cuantitativo o cualitativo que las
diversas dimensiones o rasgos psicológicos, pue-
a den sufrir como cons_ecuencia del proceso de desa-
!nte rrollo. Por supuesto, la relación entre diferencias
una intraindividuales y cambios intraindividuales es de
tos distintivos para distinguir estos tipos de varia-
bilidad intraindividual.
Lo. primero que debemos considerar hace refe-
rencia a la reversibilidad de la variabilidad intrain-
dividual. En los cambios intraindividuales conside-

~~ gran importancia, puesto que gran parte de las

diferencias intraindividuales, pueden ser resultado
ramos que7a vanabihdad es irreversible m1entnis
que no lo es para las diferencias. Aderná:s ~7:~z;:sífa~
: m- de los cambios intraindividuales. Esto ocurre en el mos incluir otro aspecto, la aeterminadón ck <Fk
ILSi- problema de la especialización hemisférica, puesto
que según Lenneberg (1962), los sujetos humanos
agente(s)·causa(n) el cambio y qüc agc,;;.,"· 1 ~} :,~,u-
¡5a(n) la diferencia intraindividual. Para el primero
cetos nacemos con una equipotencialidad hemisférica j está claro que son los rocesos de maduración y
,1:
im-
que con el paso de los años, desde los dos primeros (/) aprendizaje los responsables del cambio ü1 T:·m 1- é
1

años y hasta la adolescencia, va a ir cambiando Í víaual; por el contrario, no está tan cla1u n~..1e es 1ó
hasta acabar en la especialización hemisférica ca- 'quej)roduce\las diferencias intraindividu¡les. Po- fr
liS
es
racterística de los adultos.
Se han distinguido (J. Fahrenberg, 1986) distin-
demos adelantar qlie estas se producen como re-
sultado de la interacción concreta de factores ::;i..
:mos t_os t;pos de variabilidad intraindiv~ según que tuac1oñalefe·inaiv1~un reconoci,·.ndn .Ta
~?s los cambios sean Revers1hles;Piircia e te Irre~ vagueclacfaeesta··consideración.
uy vers1 es o ibles. Constituyen un ejemplo El estudio intrandividual se centra, por tanto. en

a1e
ílexi-

1.
A de yariabilidad intraindividual reversible, los rit-
,rmos biológicos, tales como los ciclos día/noche,
los cambios de frecuencia cardíaca y los modos de
el examen de la variabilidad o c;:..mbi dcmro ~
una persona, así como sobre el gra(tc en q,· · L.·
variabilidad no es idéntica para todo, í¡;s JLc,,'i ..
reacción al estrés. Entre las~ variaciones parcial::. duos. Si el cambio intraindividual no es el mismo
2 mente reversibles.,.,.se incluyen la variabilidad aso-
ciada con fenómenos de aprendizaje y de ciertas
para todos los sujetos, es que muestran diferencias
entre personas (interindividuales). Es1e fe,-;j.-,,,,nz'

aás lo
enfermedades específicas. Por 'último, un ejemplo
de variabilidad intraindividual irreversible son los
cambios generales por maduración o envejeci-
se puede constatar, por ejemplo, en el ,;e. , ,, ofü!
de las funciones sensitivas. La agudcr:1 :;u~iitiva
presenta, dentro de un determinado rango para la
,a va- miento y los resultantes, por ejemplo, de los daños especie humana, una variabilidad muy considera-
"lo cerebrales neurológicos.
21i-
as di-
ble que es producida por los cambios intraindivi-
duales, que a distinto ritmo y para cada individuo,
tienen lugar en el desarrollo infanta-juvenil.
:1 o . ~
}\
Diferencias vs. Cambios En la Figura 2.1, podemos ver dos ejen;plos hi-
potéticos destinados a ilustrar la noción de can1bio
, con- it' intraindividuales
intraindividual y de variación interindividual. Los
2;t 1 La variable tiempo «per se» no produce ningún
efecto en la variabilidad de la conducta ni de los
ejemplos ilustran cambios cuantitativos y diferen-
cias en cuanto a nivel, por una parte y las nociones
tintos 1 organismos; es el conjunto de efectos de detenni- de correlación y estabilidad por otra.
1
:2 i
·•
:2 l
:11.
uali
 54 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
Conducta
(A)
100
Cambios intra-individuales
80
,60
40
20
o-+--~---+------+-------!
0-5 5-15 15-30 Edad
Figura 2.1. Gráfica en la que se muestra las diferencias interindividuales, las diferencias intraindividuales y los
cambios intraindividuales en función de la edad. En el panel de la derecha (B) aparecen cambios asociados a la edad y
diferencias interindividuales importantes. En el panel de la izquierda (Á) no aparecen cambios intraindividuales asocia-
dos a la edad pero sí que aparecen diferencias inter- e intraindividuales. (Nesselroade, et al., 197L)
Cuando las diferencias interindividuales son
evaluadas en relación a un continuo de tiempo, se
refieren a las variaciones existentes entre indivi-
duos, en una determinada conducta y en un mo-
mento dado (por ejemplo, al nacer). Los cambios
intraindividuales se refieren a la diferenciación de
una misma persona, en una misma conducta y a
través del tiempo. La relación entre cambio in-
traindividual y diferencias interindividuales se
complica cuando son considerados simultánea-
mente múltiples momentos temporales.
Los dos ejemplos hipotéticos representados· en
la Figura 2.1, se refieren a una única conducta,
observada en seis personas distintas en tres niveles
de edad e implicando, por tanto, un cambio en
cada uno de los seis individuos, pero también dife-
rencias interindividuales entre los seis individuos.
Obsérvese, en primer término, la diferencia en el
resultado de la evolución, aun cuando ambos
ejemplos presentaron en el momento del nacimien-
to el mismo conjunto de diferencias interindivi-
duales (el mismo promedio, la misma desviación
estándar). En la Figura 2. la, el resultado de la
· edad adulta refleja las mismas características inte-
rindividuales que en el nacimiento (la misma me-
dia y la misma desviación estándar). Si nos centra-
rnos exclusivamente en los promedios y las
desviaciones estándar, este resultado puede pro-
porcionarnos la idea superficial de que no se ha
producido ningún cambio intraindividual. Sin em-
bargo, en la Figura 2.la, tiene lugar un cambio
Conducta
100 (B)
. di'1idua\es ,/,
. tra-in
80 CalllbiOS l\\
--------------....................._
----------
---------------- .........
60
40
20 ss6 -----
o-+---+-----+-----+-----+----
0-5 5-15 15-30 Edad
intraindividual en todos los sujetos, entre la infan-
cia y la edad adulta. Es decir, la ausencia de dife-
rencias con la edad en los promedios interindiví-
duales no excluye en absoluto la existencia de un
cambio intraindividual sistemático relacionado
con la edad.
En la Figura 2. lb, se ilustra un resultado en el
que el cambio intraindividual da lugar a diferen-
cias relacionadas con la edad, en cuanto a la varia-
bilidad interindividual. Del nacimiento a la infan-
cia, la diferencia interindividual se refleja tan sólo
en el promedio del grupo, ya que todos los sujetos
muestran la misma cuantía de cambio. Desde la
. infancia a la edad adulta, sin embargo, el cambio
intraindividual es variable y la diferencia interindi-
vidual se refleja, tanto en el promedio del grupo,
como en la variabilidad.
Es preciso que destaquemos aquí dos implica-
ciones. Por una parte, es evidente que el término
diferencias individuales es vago y es necesario, por
lo general, especificar si las variaciones individua-
les se refieren a diferencias entre individuos en el
nivel del comportamiento o bien a la cuantía del
cambio. Por otra, es importante comprender que
las diferencias de edad respecto a las característi-
cas de variabilidad interindividual (media y des-
viación estándar), en dos puntos temporales y para
las mismas personas, han de ser siempre si están
bien medidas, un reflejo de cambios intraindivi-
duales entre niveles de edad. Esta afirmación,
muestra que las diferencias interindividuales ob-
 LA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENCIA DE LO IDIOGRÁFICO? 55

'
a-
1)

1-

1:
i,
l-

,,
L-

:l
1
e

1
:l
1

1.,
 56 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
servadas en· la edad adulta, pueden concebirse
como productos evolutivos de distintos modelos
de cambio intraindividual, acontecidos antes de la
edad adulta.
De hecho, si se acepta que no hay diferencias
interindividuales en el momento de la concepción
(punto cero ideal del desarrollo), todas las diferen-
cias interindividuales observadas en una ulterior
edad, bajo condiciones de medición idénticas, han
de resultar solamente del cambio intraindividual
previo que fue distinto para las diferentes perso-
nas. En este sentido, el cambio evolutivo, es lógica
y empíricamente precursor de las diferencias indi-
viduales, es dedr: comprender cómo los individuos
cambian con la edad ha de proporcionar una in-
terpretación mucho más amplia de las Diferencias
Individuales. Para expresarlo de un modo más ·
sencillo: el cambio intraindividual y el cambio in-
traindividual diferencial constituyen la base de las
.ctiferencias ínterindi v1d1ull.©S-J
Del.mismo modo que la aparición de diferencias
entre grupos, con respecto a determinados com-
portamientos, se basa en la aparición de variabili-
dad interindividual con respecto a esos comporta-
mientos (explicados por las dimensiones o rasgos),
la variabilidad interindividual, no sería posible en
individuos idénticos consigo mismo, y en cualquier
momento o situación histórica. Es necesario que
exista una variabilidad intraindividual, que ya he-
mos comentado en su aspecto diacrónico al hablar
de los cambios intraindividuales, para que se den
diferencias entre los individuos. Junto con esta
premisa, debemos considerar, como corolario, el
hecho de que, en el nivel de las diferencias intrain- I¡
dividuales, el individuo debemos considerarlo /
como un sistemi global y organizado y, por tanto, ]
. la expresión comportamental de las diferencias in-
./ traindividuales depende de la múltiple interacción
f de las dimensiones individuales (cognitivo-emocio-
~ e s ) con el ambiente (~~ce, 121n) -
CONCEPTOS GENÉIDCOS
DE LA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
A lo largo de estos años de estudio diferencial del
comportamiento humano, se han ido generando
nuevos conocimientos, se han formulado concep-
tos explicativos, procedimientos metodológicos y
tecnologías, que junto con los modelos específicos
y teorías generales acerca del fenómeno de las dife-
rencias individuales,- constituyen el «corpus» con-
ceptual, metodológico y técnico de la Psicología
Diferencial. Por lo general, estas aportaciones han
tenido una gran importancia e influencia en la Psi-
cología, tanto en la consideración científica de la
misma como en su vertiente aplicada. Así, el des- _, ·
cubrimiento y formalización de los tests mentales,
el desarrollo del Análisis Factorial y de otras mu-
chas técnicas multivariadas, la formalización de
los conceptos de rasgos y estado, la descripción de
la inteligencia, de la personalidad, la medida de las
capacidades, los estudios sobre la determinación
genético/ambiental de las capacidades y disposi-
ciones, son, entre otras muchas, -las aportaciones
que hoy pertenecen al acervo conjunto de la Psico-
logía y que provienen de la tradición diferencialis-
ta del estudio de la conducta humapa. Estos cono-
cimientos se encuentran ya integrados en la Teoría
Psicológica, pero SQ!l espe~ífrco~ de__l9- Psicología
Qiferencial.,_y se pueden encontrar en los manuales
de la disciplina y en numerosas monografias edita-
das desde los años treinta.
Atributos, variables y dimensiones
El estudio de las Diferencias Individuales, se apo-
ya necesariamente en la existencia de diferencias y
similitudes entre los individuos y éstas deben con-
siderarse con respecto a ciertas dimensiones men-
surables. Estas dimensiones suelen ser propiedades
y atributos de los individuos, que se descubren y
formulan por l~iencia, como conceptos que se
utilizan para clasificar y describir las propiedades
de los objetos. Los términos que utilizamos para
denominar a estas dimensiones o atributos (pro-
piedades) son, en la medida en que forman parte 1
de una ciencia, conceptos científicos. Estos concep-
tos como son, por ejemplo, el calor, la gravedad, el
magnetismo, etc., no existen como las sillas u otros
objetos, es decir, como entidades fisicas observa- ! 1
bles. Son cpnceptos científicos y tienen significado
dentro del contextu de una teoría científica, pero
,1
s ~ están creadmpor el hombre para 1
comprender los fenómenos en los que están impli-
~ t o s conceptos cambian con el avance de ,I1
Ta ciencia y, frecuentemente, se olvidan incluyén- (
dolos en otros más nuevos que aparecen en la his-
toria de la ciencia (peso, gravedad, masa específi- -~
ca, ...). En este sentido, la Psicología es igual que el r
.1
,1
- -
a
-
=t
LA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENCIA DE LO IDIOGRÁRCO? 57

Jn-

1
,1-

;J
!S,

:a
1e

:a
3i-

2is-
~
;ía

i
:a resto de las ciencias, construye y formula concep-
tos para explicar el comportamiento. En la Psico-
logía Diferencial, este proceso es análogo al de las
personas muestran en su vida cotidiana (E:•1,enck
1982).
Debemos distinguir las «cosas» de los «concep-
otras ciencias. Así, el concepto de <<facultad men- tos». Lejos de una reflexión epistemológica sobre
2:y tal», propio de la Psicología asociacionista inglesa
del siglo xvrn y xrx, se ha subsumido en el de
el «concepto» queremos precisar su significado y
utilidad en ciencia. Un concepto es- :ciernprc una
n- «capacidad mental» y este nuevo concepto es el " jabstracción que los hUmanos lí.acemos para refo-
3les a
que hoy utilizamos al referirnos las disposiciones . · / ~ s de forma comprensiva a una propiedad de.
y propiedades que caracterizan la actividad de la las cosas o fenómenos que obsenamos. T.o~ ,~oP

3les
mente humana reflejadas en el rendimiento y eje- / ceptos se ·inventan no se descub•·en se u_; ·'• .
cución conductual.
Abundando en esta precisión, los conceptos
términos de operaciones que los iJc1:ti';~·q·,
función de los hechos que conocemos y est.án reí.a•
.ra científicos son términos del lenguaje que adquieren cionados con ese concepto. Así, decimos, que la
=I
:p-
una connotación especial (mayor precisión, defini-
ción operacional, etc.) en comparación con sus ho-
temperatura es lo que mide el termómetrQ 0ue h.
gravedad es la fuerza que hace «cJ.~n; 1, e,,.
mólogos que se utilizan como palabras del lengua- En las ciencias empíricas, es hd.bi:ua' definn t,.,:
;1
'ª-
=I
f
f'
r,.
k1,
l-
' ---·-
je cotidiano. ha mayoría de conceptos científicos,
'\ /en la ciencia natural surgen de la observación d~
: Jj'. fenomenos y regularidades 9_!!e acontecen de for-
en
7 ma espontánea (que no azarosa) la naturaleza.
, El concepto de «temperatura» surgió de las difé.:-"~
conceptos en base a las operaciones que realu:a-
mos para identificarlos y medirlos. Así, la tempera-
tura la medimos con el nivel que alcanza una co ..
lumna de mercurio en un capilar de vidrio sellado.
Las unidades de medida de la temperatura son los
xa ¡;
rentes sensaciones que el fuego, la luz solar, de una grados Celsius, Farenheit o Kelvin. La temperatu-
=I
:n-
. parte, y el viento, la lluvia o la nieve, por otra,
producían en los humanos. Así, nacieron las no-
ra es un concepto que hace referencia a una pro-
piedad de las sustancias que se manifiesta en un
ciones de «frío» y «caliente» que se convirtieron en proceso de dilatación. Así que, independientemen-
:, 1
1
tema de estudio científico. Asimismo, el concepto
de inteligencia surge de la observación de las dife-
te de la naturaleza de la temperatura, la podemos
definir operacionalmente atendiendo a la capaci-
el rentes formas de resolver. los problemas que las dad de dilatación del mercurio. Lo mismo pode-
:1
 58 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
mos decir de la inteligencia. Este término del len-
guaje cotidiano, y también concepto científico (que
hace referencia a una propiedad de los organismos
vivos), se puede medir por medio de un instrmnen-
to que llamamos test mental (en unidades de Co-
ciente Intelectual o de Edad Mental). ·
El problema de la existencia real de los concep-
tos utilizados para identificar las propiedades de
los individuos es distinto del problema de la exis-
tencia real de «objetos» en el mundo físico. Las
ciencias de la conducta, a diferencia de las ciencias
físicas, operan con conceptos que hacen referencia
a fenómenos y propiedades «relacionales» de los
organismos. Los atributos de los individuos, que
interesan a los psicólogos, no son entidades físicas,
son funciones inmateriales que tienen efectos, a
través del comportamiento, en el mundo físico. La
conducta es la expresión (el «indicador») de estas
funciones que se denominan mentales, por diferen-
ciarlas de otras de naturaleza física. Los individuos
se diferencian entre sí en multitud de atributos físi-
cos (altura, peso, .tasa cardíaca, nivel de colesterol,
agudeza visual, etc.) y también, en multitud de
atributos psicológicos o mentales (inteligencia ver-
bal, razonamiento numérico, altruismo, timidez,
etcétera). Los conceptos de la Psicología Diferen-
cial, hacen referencia a estos últimos tipos de atri-
butos y propiedades.
El hecho de que los fenómenos a los que hacen
referencia los conceptos de la Psicología Diferen-
cial no sean observables, si no es por medio de sus
efectos en la conducta, ha llevado a la Psicología
Diferencial a utilizar la definición operacional de
1~ mismos para garantizar que estos conceptos se
pueden utilizar en una ciencia positiva. Esto quiere
decir, que el estudio de las vropiedades y atribu~
psicológicos de los individuos se debe funda,DJ.e.u-
tar en el uso de conceptos suscept16fo~er Sil:;...
gié"füfosaTamefodoTogÍacÍentifica.-Para ello se ha
optaclo por la medición de estos atributos o pro-
piedades de los individuos. En esta opción se con-
-:7 sidera que las variables son características de.Jas.-
~ m o lo son de los objetos o cosas). El
0rmmo vanable es más restrictivo que el de pro-
piedad o atnbuto y que el de com;eQto. Es, como
el concepto, un término abstractivo, hace referen-
cia a alguna característica del fenóme)lo relacioñ"a~
do. Son vanables la estatura, el peso, la habilidad
· lectora, el rendimiento escolar, la ansiedad, etc.
Así, si decimos que el CI es una variable que iden-
tifica la inteligencia humana, nos estamos refirien-
do al efecto de la inteligencia que se implica en la
resolución de un determinado test de inteligencia,
Así pues, )as variables, junto con el significado .
conCeptua1, 'iienen otro operncional que es, en l<! ~
mayoría de los casos, el mas utilizado en la Psico-
logía D1lerenc1al.
· Cuando decimós que un individuo difiere de
otro, queremos decir que existe una dimensión
(propiedad, dirección) a lo largo de la cual pueden
aparecer las diferencias y que esta dimensión la
podemos entender como una variable que es medi-
ble. A esta dimensión,Je podemos asignar una va-
riable y también un concepto. Son dos caras de la
misma moneda. Unahace referencia a su significa-
do operacional y la otra a su naturaleza teórica. El
individuo A, es distinto del individuo B, en dimen-
siones como la altura, el sexo, la edad, el peso, la
longitud de la nariz o. el tamaño del pie. También
pueden existir diferencias entre A y B en extrover-
sión, habilidad verbal, agresividad, ansiedad, caJifi..
caciones en exámenes ...
En Psicología Diferencial, no solamente afirma-
mos que A difiera de B, que son diferentes, sino
que especificamos la naturaleza de estas diferen-
cias al referirlas a una dimensión común a ambos.
Especificamos las diferencias en relación a una di-
mensión, a una variable que refleja un determina-
do fenómeno en el cual comparten los individuos
su misma naturaleza, pero en niveles distintos.
1
Igualmente, podríamos hacer extensivo este argu-
mento a las similitudes y, por tanto, los individuos
pueden ser distintos en cuanto a unas dimensiones,
1
pero no en todas (diferencias en extroversión, en
belleza, en altura, pero igualdad en peso, inteligen·
cía y edad). Así pues, en Psicología Diferencial la
1
afirmación de que los individuos son únicos no
está en contraposición al hecho de que distintos
individuos compartan semejanzas y diferencias. El
1
individuo único lo es porque representa una com- 1
binación irrepetible de los atributos que lo confi-
guran como perteneciente a una especie o pobla-
1
(
ción de organismos determinada, no porque no 1
tenga nada en común con otros individuos. La in- }
dividualidad viene de la combinación «unica» de 1'
los atributos propios y compartidos entre todos
los individuos de la especie.
La existencia de dimensiones en las cuales poder
ubicar a los individuos nos lleva al problema de la
medida y la cuantificación. De ahí, que general-
mente en Psicología Diferencial, se hable indistin-
tamente de concepto, disposición o variable psico-
1
1 1
LA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENCIA DE LO IDIOGRÁFICO?
1 (-) Dimensión-atributo-variable (+)
Belleza
1 B A e
Inteligencia
e bles cuantitativas (altura, peso, velocidad lectora,
1 Altura
A B
e B A djscreto (que su medida no puede dar lugar sino a
1 A, B y C son individuos distintos con
puntuaciones diferentes en tres dimensiones o atributos
1 Figura 2.2. Representación de los conceptos de di-
mensión, atributo o variable entendido como una pro-
piedad común a todos !os individuos y medible en cada
1 uno de ellos (A, By C).
lógica. Si nosotros queremos conocer las diferencias
1 y similitudes de las personas en relación a una
dimensión, hemos de cuantificar la cantidad o gra-
do en que un individuo dispone de aquella propie-
1 dad. Es decir, hemos de considerar su atributo en
términos relacionales.
Desde el punto de vista descriptivo un individuo
1 es el punto de interacción de todas las puntuacio-
nes que ocupa en las dimensiones que lo identifi-
can. Según Eysenck (1952), «para el científico, el
1 individuo único es simplemente el punto de inter-
sección de un determinado número de variables
cuantitativas». Al hablar de medida y cuantifica-
1 ción de dimensiones, utilizamos el lenguaje común
de las ciencias naturales y, por tanto, utilizamos de
' Psicología Diferencial, a la búst¡ uccL:, .Íc > ; (1usas
igual modo conceptos como son los de variable;
1
L
escala, y medición.
Ya hemos dicho, que las _variables son caracterís-
ticas de las personas o de los objetos. En términos
1
l
más metodológicos, diremos que una variable es
una propiedad que adopta diferentes ·valores. Asi-
- mismo, es también un simboio al que se le asigna
1 numerales o valores. Cuando estudiamos empíri-
'c~amente la conducta de los individuos o sus atri-
) butos asignamos números a la conducta de nues-
1 tros sujetos y así identificamos el valor de la
variable que nos interesa.
Las clases de características a las que hacen refe-
rencia las variables están ordenadas de acuerdo a
determinados puntos de vista; así, la «estatura», se
basa en la medición del crecimiento en altura; el
«peso», en medir crecimiento en términos de masa
y la «velocidad», en medir la variación de la razón
espacio/tiempo.
59
Por intuición y experiencia, sabemos que algu-
nas de las variables, características que se predican
(orden) de los objetos y de los sujetos varían de modo
continuo (que pueden tener cualquier valor dentro
C.L de un rango determinado) y se les denomina~-
cm tiempo de reacción, ...), o pueden variar de modo
;valores separados y no continuos); a estas varia-
. :,/,bles se les denomina cualitativas discretas (sexo,
J: raza, nivel educativo, etc.). El uso de números para
~· identificar los valores de una variable ne es siem-
pre garantía de que la variable sea -;,;onunoa o dis-
creta. A veces, se identifica el sexo de los indivi-
duos con los números O y 1 pero es evidente que la
variable «sexo» sigue siendo discreta ya que no
cabe esperar que aparezca un valor de O, 50 o O, 75
entre el O y el l.
El interés por la medida en la Psicología Dife-
rencial, ha sido siempre manifiesto y a est,; respec-
to inillos nos dice: «que la tarea específü.·a de la
Psico og1a Diferencia _eU?,recisar la magmtud oe
íasvaríaciones individuales -y-tratar de-cat~.ó~_
estas diferenfj.as e1Ltip5?Sy-ͪf!Qif§>J'. El interés por
Tamedida de las diferencias individuales r:; d pri-
mer paso para lograr un conocimiento c",1sal de
las mismas, por tanto, (como se constata en la his-
toria de la Psicología Diferencial) la construcción
de sistemas y técnicas de medida ha ido asociada
al estudio de los procesos mentales o rasgos de
personalidad. Esta relación ha favorecido el desa-
rrollo de la investigación básica, en el marco de la
que provocan y mantienen la:, diF:•·;,,,,-, ",, así
como su aplicación profesional.
Constructos y variables
intermediarias
En el apartado anterior, hemos hablado en gene-
ral,' de los conceptos científicos y sus relaciones
con el problema de la medida de los atributos psi-
cológicos en el contexto de las diferencias indivi-
duales. Vamos a introducir un poco más de pre-
cisión en cuanto al uso de los conceptos en el
marco de la Psicología Diferencial.
Existe un término común en las ciencias que
sustituye en parte al de concepto, nos referimos
al término constructo. Los conceptos y los cons-
tructos tienen significados similares. Un concepto,

1
1
 60 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
expresa una abstracción formada por generaliza-
. ~ ~ a r t l r de lo particular y un constructo es un.
~ concepto, pero integrado dentro .de un marco o
;;.:, teoría científica. Así, la ansiedad, es un término
/ ·cotidianÜ del lenguaje y, a su vez, un concepto de
uso múltiple en las ciencias (medicina, psicología,
psiquiatría, etc.) y un constructo psicológico muy
específico que tiene una funcionalidad diferente se-
gún el marco teórico en que se incluye (psicoanálisis,
teoría de la personalidad de rasgos, aprendizaje...).
{)sualmente, las medidas de las variables y las
dimensiones, se realizan sobre los hechos o carac-
terísticas que son observables. En nuestro caso so-
bre la conducta, tanto en un sentido estricto (res-
puestas, por ejemplo, correr, gritar, saltar...) como
en un sentido más amplio (categorías como agre-
sión, ayuda, colaboración, ...). Es decir, que en las
variables que se puede observar, registrar, mostrar
y comunicar, son de naturaleza empírica: ejemplo,
160 pulsaciones x minuto para referirnos a la
Tasa o Pulso Cardíaco. Los hechos empíricos ss:
~describen median_te puntuaciones en escalas, p ~
--t no se explican por esas puntuaciones. Solamente el
marco teórico donde se sustenta la conceptuahza-
~ la variable y las normas o reglas de medí~
f!i~ón es el que ofrece ~~ explicación 4 compresiótL
{,P dei fenómeno empírico observa~~
1
Asi, por eJemplo, si nosotros observamos un in-
dividuo que está viendo una película en la cual se
suceden de forma imprevista unas escenas san-
grientas o amenazadoras y éste muestra fenóme-
nos tales como aparición de tensión muscular fa-
cial, incremento del ritmo respiratorio, sudoración,
gritos, agitación, etc., (todos ellos hechos empíri-
cos) decimos que está pasando «miedo». Estamos
haciendo una inferencia en la cual utilizamos el
término «miedo» como un concepto explicativo de
las reacciones observadas. El «miedo» es un cons-
tructo psicológico. Es un concepto que adquiere
significación dentro de la teoría psicológica. Los
hechos que podemos observar se pueden medir y
se convierten en indicadores de los efectos ·del
constructo que, por definición es una abstracción
hipotética realizada para poder describir, y com-
prender, la conducta de, en nuestro caso, los espec-
tadores de la película cuyas escenas han elicitado
las conductas observadas.
La «personalidad», la «inteligencia», el «tempe-
ramento», igual que la «gravedad», la «acelera-
ción» o la «viscosidad» son términos que utilizamos
en el lenguaje cotidiano sin mayor preocupación
(Hechos observables) (Concepto explicativo)
--Gritos
-Tensión muscular 1-------,.l______ 1MIEDO ¡
-Sudoración
-Agitación
¡
Variables r•w~~~ f
hipoiétiw
Indicldores j
Figura 2.3. Esquema donde se relacionan los hechos
observables, los conceptos explicativos y el papel de los
indicadores y ~ los constructos.
ni rigor. Si alguien nos pregunta por el significado
de estas palabras todos tenemos una compresión
implícita de los mismos, y que no siempre corres-
ponde con su verdadera acepción científica. Asi,
por ejemplo, el término «histérico» se utiliza para
calificar ciertos individuos que no se corresponden
estrictamente con la categoría clínica de «neurosis
de histeria» que le asignaría un psiquiatra experto.
Estos términos son conceptos abstractos que en el
lenguaje científico se denominan constructos. Es-
tos cgnstructos son herramientas y útiles científb
cos que tienen su valor en la medida en que se
utilizan de forma precisa -y ex-acta. Los constó1cfos
en psicología tienen, como el resto de conceptos
científicos, una definición semántica y otra opera-
cional. Es esta última la más útil en la descripción
y clásificación de las diferencias individuales y la
garantía de una explicación correcta de los mis-
mos. Pero la utilidad completa de estos construc-
tos incluye también su definición semántica ya que
ésta hace referencia a la naturaleza del mismo en f.
toda su extensión. e
La mayoría de atributos y dimensiones que ca-
racterizan a las personas, son constructos que tie- c
l
nen su origen en las teorías formuladas sobre la Q
naturaleza humana o bien se han generado en las
observaciones empíricas de la conducta de los or- n
l
ganismos vivos. Los constructos pueden ser más o C<
menos simples o complejos. Un criterio útil para
comprender esta propiedad, es considerar que los d
l
constructos complejos son la conjunción de otros p
más sencillos. Por ejemplo, el «clima» es un cons- ,J
tructo complejo. El clima, no es un fenómeno sim- m
ple e idéntico en todos los lugares de la tierra. El q1
J
 LA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENCIA DE LO IDIOGRÁFICO? 61
1 clima lo determinan la temperatura, los vientos, la tipo de esquema, se quiere llevar a la explic,ción
humedad, etc., y es una cualidad diferencial de los del comportamiento. La Psicología b'Jé'C, el cnno-
1 distintos biótopos de la tierra (zonas continentales,
selváticas, alpinas, etc.). El clima es, por tanto, un
cimiento de las leyes que regnl,; 11 ];; ,; ,j t'. oara
así, al igual que la astronomía o la quim1ca, poder
constructo complejo formado por muchos otros <;omprender los porqués de la conducta.
1 (humedad, temperatura, presión atmosférica, ... ), Á JI,~a.3~plicació1,1 cie11tífi~a e~básicam~~e, uua ,
ninguno de los constructos más simples que cons- ¡7Jdescnpc1on de com,o ~~roill!.~LJJ!L feµ~nnel!O. ~,.,,
tituyen el clima lo representan en su totalidad. .~ <::'.omprender los fenomenos naturales reqmere co-
Análogamente, la «personalidad» o la «inteligen- nocer las causas que los provocan. Las causas pue-
1 cia» son, como veremos extensamente, constructos d~n syr de dos tipos proximales y disJales. Cuando
complejos que incluyen otros como emociones, aludÍmosc-a·fas causas proximales para explicar un
pensamientos, actitudes, cogniciones, etc. En Psi- fenómeno utilizamos una explicaciór, pr0v;rn1-l,
1 cología Diferencial, deberemos considerar que el mientras que, por el contrario, si aludimos ::i una
estudio de las disposiciones individuales se rige causa di'stal la explicación que utilizamos se deno-
por esta propiedad de que las disposiciones, que se mina distal. A veces, a las explicaciones distales se
1 estudian en tanto que constructos, pueden ser más las denomina explicaciones últimas.· En Biología
o menos complejas. explicamos la conducta de un animal por la esti-
Ya hemos dicho, que los constructo.s son herra- mulación externa e inmediata a él, mientras que la
mientas o útiles de la investigación y de las cien- explicación distal hace, referencia a Id er1~1ción
cías. En este sentido, se utilizan para describir y filogenética de la especie. En P,;ícc,1o¡r1 • · 71uy
clasificar a los individuos. Por tanto, una vez for- importante mantener clara esü, ,hi,t:r.~i(:: ~Lh>
1 mulado un constructo, como por ejemplo la crea ti- / remos comprender el comportamiento.
vidad, que se observa en el rendimiento humano y J,, Las causas proximales de ~ ' : ? un in-
se puede medir por medio de diferentes tests, po- ({! _dividuo hay que situarlas en las ci~flU.18:LtL;'i;:, in--
1 demos clasificar y describir a un conjunto de indi- 1 mediatas, en un sentido e~9-CiQ:ktr.fL!'o! q;,,~-±_O-
viduos de acuerdo a este constructo. Así, podemos / ~ean la acc10n del ~ ~ ~ r i t o s c;;pli.'::~::!J-
hablar de los individuos muy creativos o de los Lacáusa prox1inal de que un individuo encienda
1 poco' cre~tivos. Pero los constructos psicológicos su aparato de radio puede ser la de escuchar la
son también útiles enel contexto de la expfü;_aciful_ previsión del tiempo, para escoger la rop:i ,·nn que
y de la comprensión de la conducta humana. Los se va ,a vestir, ya que la observación directa dd

f constructos que constituyen la Psicología Diferen- tiempo no es suficiente, para decidirse por una
-=\./\ cial _se han for?1ulad<? c~n l~ jntención_, no sólo .?e 1. · r.opa u. otra.. Las ~ausas distal_es tie_ncn riur: ver_~n~1:._
' ;; clasificar las diferencias mdividuales, smo tambien .•-1~ hechos que sucedieron antenormentc vida (\
1 /) Lpar~ comprender su significad? y controlar y pre- .. t/ c' ~etos y ~orresponde_n, por tant,. •. •· · ·:.1,, ;·xoc
' _ decir sus efectos y consecuencias. / nencias antenores. Por eJemplo, en r,.i. c:,.so !e í.>·
La Psicología Diferencial, como ya ha quedado cuchar la radio es posible que el sujeto aprendiera
explicitado, quiere entender el fenómeno de las di- de jóven a relacionar la utilidad del im,nhstic:, del
ferencias individuales. Entender significa, en el tiempo y el vestirse adecuadamente p::, . ne :is:·"
contexto de la ciencia, explicar qué y cómo son las frío o calor, .etc.
1 diferencias individuales, porqué se han originado,
cómo se desarrollan, si se pueden modificar o no,
La confusión entre las explicacione:; dist:;Jcs y
proximales subyacen a numerosas discusiones en
l qué factores las controlan, etc. el terreno de las causas de las diferencias indivi-
1 Usualmente, explicar un fenómeno científica-
mente requiere conocer las causas que lo produ-
duales en el comportamiento, especialmente al re-
ferirnos a la relación entre las determinantes situa-
cen. La explicación de un eclipse solar consiste en ciones e individuales de la conducta.
una declaración que nos dice porqué durante el Un último comentario referente a la explicación
día (cuando el eclipse ocurre) el sol queda oculto en Psicolo_gía. Hace referencia al problema de los-·
por otro satélite y la luminosidad se reduce. La niveles explicativos. Las explicaciones de la co11-
1 astronomía conoce las leyes que rigen el moví- ducta pueden situarse en dos polos extremos. En
miento de los astros y así se puede explicar el por- . uno de ellos, que denominaremos Mola!, la con-
l qué, el cómo y el cuándo del eclipse. Este mismo ducta de los individuos tiene su origen en términos
1 ---··--- --~----··-- - -------~-- ~~--·-~.,

t
62 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
EXPLICACIÓN DISTAL
--------------->------------a----------,.._-~¡__,..______..,.CONDUCTA
Biología Estructura Disposiciones Factores
evolucionista de!DNA genéticamente ambientales
Historia del sujeto heredadas en el desarrollo
evolutiva social
del hombre
Figura 2.4. Tipos de explicaciones en psicología propuestas por J. Rusthon (1988).
~ocio=cl:lltui:ales mientras que en el otro~!I~J:u.o,
etif"roleru1acla-effnttucntae1osíndívícfo.os
~ -·=~--~
se ex-
plicaen términos de causalidad, basaua en meca-
n1smos d~ tipo füoq ullntco. En Cualq meri ·de -los*
Jof e:xiremot·podemos-hablar de reduccionismo,
en unos casos a la biología y en otros a la sociolo-
gía (Taus, 1978). El desarrollo de la psicología va
de la mano de encontrar un equilibrio entre estos
dos reduccionismos.
Apliquemos estos conocimientos al estudio de la
variabilidad de la conducta. Ya dijimos que éste
era el auténtico objetivo de la Psicología Diferen-
cial. Así pues, la existencia de variabilidad (del tipo
inter- intraindividual e intergrupal) es el fenómeno .
a explicar y comprender. Para comprender esta
variabilidad deberemos utilizar conceptos artificia-
les que nos permitan observar, registrar y analizar
las diferencias en los comportamientos en tanto
que indicadores de las diferencias en las disposicio-
nes y propiedades de los individuos. Estos conceptos
son lo que antes hemos denominado constructos.
LJl-~§,t de lª'--Y-ªI!ª.bilidad. de. la .condu~ta _ligty..
que situaxla~.~nA<Js_pl<1g()~- d~ ]l<lj~r~~~~:..S!If~~E.te. ·-
Por una parte, hay un conjunto de causas exter-
nas al sujeto. Son los fenómenos ;uniu.e.ntales, lo
que-·e; Psicología rediicm1Ós-·h¡bitualmente al
~o~~pto d e ~ Todo ~g~~!!R.g,Uf,.X9:d_ea,.al
md1v1duo y es susceptible de II!!l?.fü,~1ar ..al.su:1eto....se
denominág~Il~Dfa.menieesfüj:iulo (incluye estímu-
los~fisícos~- sociales,-eicTAsf el significado de una
expresión facial de un individuo puede ser estímu-
lo tanto corno la temperatura de una sala o la
señal horaria de final de una clase. Junto con los
estímulos externos al sukto, hay un conjunto de
estímulos interno~J2i9s del sujeto, que tienen
un papel similar al de Íos ·externos. Nos referirnos
a las sensaciones interoceptivas como el dolor, el
hambre o la sed, y también pueden funcionar a
modo de estímulos ciertos recuerdos o pensamien-
EXPLICACIÓN PROXIMAL
EFECTO
DE LA SITIJACIÓN
Rasgos Reacciones Experiencia
(características emocionales fenomenológica
disposicionales) y procesamiento
de la información
no-:eonsciente
tos. En términos funcionales, estos fenómenos, a
pesar de ser internos y propios del sujeto, tienen
un significado de antecedentes de la conducta y
son análogos a los externos. Junto con estas cau-
sas, existen otras que son propias del sujeto y que
son las que modulan el efecto de las primeras y su
acción o influencia se observa en la variabilidad ín-
ter-individual de la conducta. Estas causas que deno-•
minamos endógenas pueden ser de naturaleza muy
variada pero tienen un papel distinto de las causas
externas en la determinación del comportamiento.
En términos de variabilidad del comportamien-
to, todas las diferencias en la conducta, deben jus-
tificarse, digámoslo de forma genérica, en base a
los efectos de las causas externas al sujeto (estímu-
los) y las causas internas del sujeto (disposiciones).
Es decir, si observamos que las respuestas de un
grupo de sujetos ante un conjunto de estímulos
determinado son diferentes, toda la variabilidad de
este conjunto de respuestas, debe atribuirse a las
qiforenoos en los factores estimulantes y a las dífo ..
rencias en propiedades de los individuos. Por
ejemplo, si tenemos 25 preguntas distintas sobre la
conducta social de los sujetos (te comportas tími-
damente, te gustan las reuniones, prefieres ir solo
al cine, etc.) y obtenemos las respuestas a las mis-
mas en un grupo de 100 personas, la variabilidad
total de las respuestas dependerá del tipo de pre-
gunta y de la forma de ser (temperamento o perso-
nalidad), de las personas que contestaron al test.
En Psicología Diferencial nos interesa la parte de
variabilidad de las respuestas que procede de la
forma de ser de las personas, de sus disposiciones
individuales. Estas disposiciones se identifican
como constructos en el seno de la Psicología Dife-
rencial y tienen una posición mediacional en la
cadena de causación de la conducta, La naturaleza
de esta aproximación es la que determina, en gran
parte, la metodología de la Psicología Diferencial,
• LA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENCIA DE LO IDIOGRÁFICO?

ya que estas disposiciones son propias del sujeto, y diferencias educativas y, por tanto, en un trato se-
63

generalmente no son susceptibles de manipulación xista en la educación, mientras que la exDlicación

directa, lo que determina que sea la investigación
1 no-manipulativa la que fundamente el estudio
'A científico de la variabilidad del comportamiento
(véase Capítulo 3).
1 Los factores situacionales o estímulos, antece-
den siempre a la conducta y la provocan. Los fac-
tores individuales son los que modulan estas con-
1 ductas y son los responsables de la variabilidad de
éstas. Excepto en las más simples respuestas psico-
lógicas {reflejos) las variables individuales son muy
1n importantes. Ante la mayoría de tipos estímulos
iguales, todas las personas responden de forma va-
distal se basa en una hipótesis de crgz,,-,;¿.1uón ce-
rebral interhemisférica distinta par::, hombres y
mujeres. Este ejemplo, se puede extender a las dis-
cusiones sobre la naturaleza heredada o adquirida
del fracaso escolar y otros problemas de gran tras-
cendencia social que tienen fundamento, en parte,
en las diferencias individuales.
Volvamos al problema de los constructos y su
papel en la comprensión de las diferencias indivi-
duales en la conducta. La Psicología Dift::rcndül se
interesa por las propiedades y atributo~ ps1cológi-
cos de los sujetos que les hacen individuos distin-

,,
riada. Así, cuando a un individuo se le presenta un
1 insecto o un reptil, las respuestas se pueden clasifi-
car en tres categorías: acercamiento, el sujeto mues-
tra interés en el animal y se acerca; evitación, el
sujeto se retira del mismo o pasividad, el sujeto es
)- indiferente al estímulo. Dentro de cada una de las
tres categorías, aún podríamos hacer una clasifica-
ción cuantitativa de cuanto más o menos se acerca
J. o evita el estímulo. ¿Porqué estas diferencias? Una
explicación podía ser que unos individuos (los que
evitan) tienen miedo a los insectos o reptiles, y
tos entre sí, y son la base de las diferencias en la
conducta de los mismos. Estos atributos, se identi-
fican como conceptos o constructos psicológicos
susceptibles de contrastación empírica, y que for-
man parte de un modelo teórico que pretende ex-
plicar el fenómeno al que refieren. AsL por ejem-
plo, el hecho de que las personas prefier:;;,, 1rnb:,J!lr
a primera hora de la mañana o por la tarde se
puede constatar fácilmente, la existencia de una
disposición a esa preferencia es una supry;ióhn de-
rivada de la observación de uno:dn<iív 1d:,05, .::;ue

.i
a

,n
otros, al contrario, no solamente no les atemorizan
estos animales, sino que les atraen (por ejemplo si
son biólogos o aficionados a la zoología). La causa
de la conducta es la presencia del animal, la causa
así se describen. La denominación de esía uisposi-
ción, como «dimensión o rasgo de matutinidad-
vespertinidad», y su formulación como constructo
perteneciente a un modelo de rasgos de personali-
de la variación en las respuestas dependen de cier- dad, es una muestra de lo que venimc::, descnbien-
1 tas características propias de los individuos. La
Psicología Diferencial se ocupa de estudiar estas
do. ¿Existe una disposición en los individuos hu-
manos que nos hace preferir trabajar más nor fa

-
lS
características. mañana que por la tarde (o vict,hf , ra-
El porqué unos individuos se comportan de un demos medir esta disposición'), c,lr,ue ,. ,,;- _,,
la modo o de otro ante un mismo estímulo, o se com- conocer si un individuo es vesperlrno u nutuufü) 1 ,
1- portan de igual modo pero en «cantidades, grados etcétera, son preguntas que se tratarán de resolver
1:
s-
o niveles» distintos ante un mismo estímulo, es lo
que interesa a la Psicología Diferencial. Haciéndo-
atendiendo a la investigación científica del cons-
tructo «matutinidad-vespertirndacl>,,
td nos eco de la distinción distal/proximal, antes ,.h9§._C()_I1S_trnctos ¡:>_s}c:9JQg(c_('? p12p,,,, :le ,;; , d;-
1
)-
mencionada podríamos decir, siguiendo el ejemplo
anterior, que los que evitan al reptil, es porque el
ferencias individuales son mectíacio1~
paradigma de causación de conducta, E-0-R íos
;t. animal provoca miedo en el sujeto, bien porque Í constructos referentes al sujeto, ocupan un lugar
tuvo una experiencia anterior desagradable con l
intermedio entre los antecedentes (estímulos, situa-

'
1
este animal (proximal), o bien porque el sujeto es l~/'ciones) y los consecuentes (respuestas, conductas o
es «miedoso por naturaleza» y ésta es la causa (distal) ./ comportamientos), de ahí su calificativo de media-
1:
e-
de su conducta. Esta distinción, tiene muchas im-
plicaciones en Psicología Diferencial. Por ejemplo,
cionales. Los constructos mediacionales_r,_g_eden
ser de gos_tip_9s_:J:::.;nstructos J-Iipotético~ LYctri-ª-
la se ha venido observando que las mujeres rinden bles Intermediarias. La diferencia entre estas dos

111,
peor que los hombres ante pruebas que requieren
mayor capacidad de procesamiento viso-espacial.
Es posible que la explicación proximal se base en
denominacioú:s--es--algo más que una simple dife-
rencia nominal. De acuerdo a los trabajos de Mac-
Corquodale y Meehl (1948) y las aclaraciones de
1

1
1
 64 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
M. Marx (1963) y Tous (1978), los dos conceptos
difieren inicialmente en la extensión y uso que ha-
cen de las definiciones operacionales para vincu-
larlos a los fenómenos observables. Una variable
intermediaria, no contiene más ~jl(luello ~que
est[1-definido··¿peracionalmei1ffi_§~ f()rmul¾i11i,.
a
cialnlente, partir de la gen.eralización _em__pírica,
ya qÜe se utiliza cómo forma de abstraer una rela-
ción común a partir de un conjunto homogéneo de
respuestas a estímulos determinadoK
· Por el contrario, el Constructo Hipotético)mele
estar formulado en tfiminosJe§riQQS,,-J=-ác:fonales y
contiene elementos. que no . son. necesariamente
operacionales. En generaÍ, aqúeiias disciplinas
científicas que se basan en desarrollos teóricos y
racionales, utilizan más constructos hipotéticos
que variables intermediarias, más propias de las
disciplinas empíricas. En Psicología Diferencial se
combinan ambos enfoques y, así, mientras que el
término «Inteligencia» es un exponente adecuado
de lo que es un Constructo hipotético, por el con-
trario el término «Estilo Cognitivo» es más apro-
piado comprenderlo como una variable interme-
diaria.
En una terminología más técnica; diremos que
las variables intermediarias (y también la opera-
cionalización de los constructos hipotéticos), co-
rresponden a variables latentes, a diferencia de las
observables o patentes. Esta apreciación es de
suma importancia en el contexto de la Psicología
Diferencial ya que asumimos que estas variables
latentes son los rasgos o aptitudes características
de los individuos y se pueden identificar por medio
de procedimientos estadísticos entre los que desta-
ca el Análisis Factorial (véase Capítulo 3).
J. M. Taus ha tratado en extensión el problema
de las relaciones entre variables intermediarias y
constructos hipotéticos (Tous, 1978), y sugiere que
la diferencia entre ambos se encuentra tanto en la
consideración operacional como en la naturaleza de
los procesos a los que hacen referencia, y no sólo a
su posible operacionalización. Tous añade otra dife-
rencia importante en este contexto. Tanto los
constructos hipotéticos, como las variables inter-
mediarias, son conceptos que refieren a fenómenos
no-observables y adquieren valor en tanto están
relacionados con los antecedentes y los consecuen-
tes. Estos constructos son válidos científicamente
si nos permiten identificar mecanismos o procesos
internos de los sujetos, cuyos efectos se reflejan en
la conducta (o en ciertos aspectos de ésta, que lla-
.........____.____ _
maremos indicadores). Así por ejemplo, la aten-
ción es un constructo que nos permite entender la
capacidad de distinguir un estímulo débil frente a
otros más intensos, cuando el primero (débil) es
importante (más que el resto), para el sujeto. Los
efectos de la atención se observan en la precisión
de la conducta perceptiva en situaciones de com-
petencia de estímulos.
Por último, dos comentarios importantes acerca
de los constructos mediacionales. Tous divide los
constructos hipotéticos en dos grandes categorías:
unos de entidad y otros de relación. Los primeros
hacen referencia a sustancias o productos materia-
les, aún no identificados por limitaciones de la tec-
nología científica (elementos químicos de la tabla
de Mendelevet), o de relación que hacen referencia
a funciones o procesos funcionales no materiales
que acontecen en los organismos. En Psicología,
son estos últimos los más característicos de la
misma. Los rasgos de personalidad, las capacida-
des mentales, etc., pertenecen a esta última cate-
goría.
El uso de los constructos mediacionales es útil
para la comprensión científica, pero también pue-
de ser nocivo ya que ofrecen una oportunidad a la
especulación infundada. Los constructos hipotéti-
cos sirven como puentes para relacionar unos su-
cesos con otros, pero si no se establecen de forma
adecuada, pueden convertirse en «trampas» que
hacen fracasar los modelos explicativos que en
ellos se sustentan. Por ejemplo, el temblor puede
ser un indicador de «ansiedad» pero en ciertos
momentos lo puede ser de una enfermedad neuro--
logica. Confundir una enfermedad neurológica con
la ansiedad o etiquetar aquella de forma «hipotéti-
ca» sería un error. Cuando sucede esto, es decir,
cuando formulamos un «constructo» que no tiene
su correspondiente anclaje empírico en los antece-
dentes y consecuentes, del cual no podemos hacer
una definición operacional, o que simplemente co-
rresponde a una denominación «vacía o hueca»,
(por ejemplo, los constructos de la frenología: Be-
nevolentividad, Coloritividad... ), decimos que éstos
son «constructos de sobre-significado».
(~'
La mayoría de términos y conceptos de la Psi-
cología Diferencial, son constructos de tipo gene- -
ral (disposiciones/estados) y algunos de ellos de
sobresignificado, con enormes presiones en cuanto
a su definición operacional (protocolos de medida)
y con un gran debate y discusión sobre su natura-
leza (por ejemplo, la creatividad). Así, por ejemplo,
 lA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENCIA DE LO IDIOGRÁRCO? 65
::a
l-

a
=,··

::a
il

l-

:as

l-
A B
A B

:~~erl:; ~-:;
Consecuente Antecedente
(Respuestas) {Estimulas)
Consecuente Antecedente
(Respuestas) (Estímulos)
,r
:a
:- Total sal
en dieta
~o~ de
hqutdo
consumido
Horas
sin bebe,~

en dieta /

Sudornc1ón
/

Tota~ saJ-+~ ~ J~~~~:e

\
Esfuerzo
en bebe,

consumido

Velocidad
::'::i"I:
oscuro

Volar en
un avmn
verbales
Queps

Cambtos
fistoiog1cos
Entraren
un tune!
oscuro\ /
Quejas
verbales

Vofau-_~n __...,_¡ANSIEDAD¡+- C~bi°:5

un avmn / \ fis1olog1cos
Sudoración Velocidad
en ir a beber
t- Llamada Temblor
Temblor

::1
e
inesperada

o
!3·
),

::::1
::::1
t::I
....
JEi®),#fr!iL,hi' .y,
~:
66 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
la personalidad es un constructo complejo de ca-
rácter muy general, en cierto modo, es un cons-
tructo de suma· de constructos. La definición que
Eysenck ofrece para la Personalidad es un ejemplo
de lo que venimos diciendo: «la personalidad pue-
de entenderse como una organización más o me-
nos estable y duradera del carácter, temperamen-
to, intelecto y fisico de una persona, que determina
su adaptación única al ambiente. El carácter deno-
ta comportamiento conativo (voluntad); el tempe-
ramento, el sistema del comportamiento afectivo
(emoción); el intelecto, el sistema del comporta-
miento cognitivo (inteligencia); y el físico la confi-
guración corporal y de la dotación neuroendocri-
na» (Eysenck, 1970).
Siguiendo a Ross (1987), diremos que jQ§. cons-
a
tructos nos ayudan conceptualizar, iny_est~LY-~
explicar los Tenomeriqs, q'ue seobs~fy~g_~~pja .~on-
·. aucfa ctéTas-personas. Los constrúctos hipotéticos
·, que.,_coisiitii-yen-la teoría psicológica, se clasifican
· en dos grandes grupos: Funcionales o de relaciqp,
' ~~~s (Levy, 1970; Tous, 1978). !:?.?ElÁS p..Jl,-
. bituales en la Psicología Diferencial son los cogs-
tructos hipotéticos funcionale~y que son fos-que
detallaremos, después de comentar brevemente
qué son los constructos de entidad.
Los constructos hipotéticos de entidad, en Psi-
cología, hacen referencia a estructuras psicológicas
que nos permiten modelar la arquitectura del siste-
ma cognitivo o psicológico del hombre. Se postula
que tienen existencia en el interior del sujeto hu-
mano y generalmente forman parte de un modelo
teórico que de forma metafórica describe, y expli-
ca, la actividad mental humana. Por ejemplo, en
l
l
j
los modelos de memoria se habla de la existencia
de tres almacenes: el de memoria sensorial, el de
corto plazo y el de largo plazo. Estos «almacenes»
son estructuras en las que se fundamenta el funcio-
namiento de la memoria. Corresponden a supues-
tas entidades en las cuales la información es regis-
trada, ordenada, almacenada y recuperada en el
momento adecuado. Generalmente, en Psicología
estas estructuras no tienen naturaleza material
sino que las constituyen mecanismos basados en el
funcionamiento de estas estructuras (a veces mate-
riales y a veces no), (Tous, 1987). Por ejemplo, el
.r~ílejo es un mecanismo que se basa en las estruc-
turas sinápticas nerviosas que está constituido por
Jas neuronas aferentes, eferentes, los neurotransmi-
sores y los fenómenos de intercambio iónico,
Los constructos lli.12_9_ttticQs de ~ntidad ha_Gen rn-
ferenc1a a variámes-que constituyen, O"ú:tentifican,
los elementos o componentes de un sistema, mien-
tras que las variables cons!rn_c:tos hipotéti<::o§,Qe
r~Ji:i:fi2!1), denominan la~racterístÍcas de aque-
llas entidades y se llaman atributos (Tous, 1987).
En la Psicología de las Diferencias Individuales
este tipo de variables son las más importantes.
Así pues, l9s constructos hipotéticos de r~lación.
o funcionales se postulan pa.ri de_séri_qiry expljgi!r.
li-coñducta o Ti-áct:Tvída<f p§ÍCÍuica" en base al<1s_,,
_í)rop1éaaa~Cy atributos de los- procesos que la
consfüuyen. LÓs fenómenos psicológicos corres~-
ponden á funciones que resultan de las relaciones
entre sistemas. Estos sistemas son las estructuras
que constituyen la arquitectura mental. Sus rela-
ciones son las funciones a las que hacen referencia
este tipo de constructos.
 LA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENCIA DE LO IDIOGRÁFICO?
Siguiendo la clasificación de Levy (1970), ~
--
constructos hipotéticos de relación, o funcionale~-
s1:puetten div1air en tres tipos distintos:
·1) ~ ~ Como todos los constructos hacen
.·
"°'¡/r r e ~ a a fenómenos no-observables, pre-
tenden describir y explicar un conjunto de
operaciones mentales (cognitivas o emocio-
nales) por las cuales la información que reci-
be el sujeto se convierte en un determinado
tipo de respuesta. Son los más propios de la
psicología general y tienen una .utilidad ex-
plicativa. Ejemplo de este tipo deconstructos
son la memoria, la percepción, el repaso en la
\ memoria, la inducción, etc.
;.1) 1.,-y Disposiciones: Estos constructos hacen refe-
"' J rencia a los atributos de los· individuos en-
tendidas como tendencias persistentes a ac-
tuar de un modo determinado. Se postulan a
3» partir de la observación de las diferencias in-
dividuales del comportamiento ante situacio-
3 nes similares. Se han formulado con un inte-
rés inicialmente predictivo y clasificatorio.
s-
Corresponden a fenómenos tales como las
i
al
actitudes, los motivos, los rasgos y las capa-
cidades. Son los más frecuentes en Psicología
. Diferencial.
á
el
}--Estados: Estos constructos corresponden a
,/ fenómenos transitorios o condiciones del su-
('- jeto elicitadas por el efecto causante de la
~·
situación y el efecto modulador de las dispo-
ll- siciones del individuo. Son, por tanto, fenó-
menos poco dJ«aderos pero que pueden t.e-
ll
n,
ner un efecto determinante sobre la conducta
del sujeto. Este tipo de constructos son muy
n- utilizados en la explicación de los comporta-
D
e-
mientos anómalos de los individuos. Así, el
miedo, la rabia, el amor, el odio se pueden
•
7). entender como constructos de relación del
tipo «estado». De hecho, la denominación
corriente que reciben estos constructos es la
m de «estados psicológicos» (estado de áni-
.
:11 mo... ). Un tipo particular de éstos son los
as «sucesos (events) mentales» que son ocurren-
la cias o procesos de muy breve duración que se
dan en el interior del individuo y constituyen
ff reacciones específicas a estímulos o situacio-
as nes concretas. Son aspectos puntuales de los
procesos mentales. Ejemplo: cualquier suceso
entre E y R, operación mental, reacción de
orientación, etc.
.
67
Los constructos hipotéticos, que como recorda-
rán, hemos calificado de conceptns abt ,de. tos
ideados para explicar fenómenos nat:,r¿J:: ºT d
contexto de una teoría científica, pue<len se:c útJes
para el estudio científico de la conducta, pero tam-
bién pueden ser inadecuados. La formulación de
constructos hipotéticos debe atender a una serie de
reglas que les dan valor teórico; si no se cumplen
esas reglas se convierten en conceptos que produ-
cen explicaciones pseudocientíficas cuando no cir-
culares. Este riesgo debe evitarse ya que en poco
ayuda a la comprensión de las diferencias ;ndiv¡.
duales en el comportamiento.
En Psicología Diferencial, es habitual un tipo de
error muy frecuente en el uso de estos conceptos.
Nos referimos al riesgo de la Reificación. Este fe-
nómeno consiste en dotar de naturaleza material,
«cosificar» un concepto y dotarle de unos poderes
y cualidades propias. «Los constructos hipotéticos
que utilizamos en los modelos y teorfac; psic,.16Ji-
cas nos permiten evitar la reificación dé'. 1,, 1é: ,ni-
nos, que se utilizan en el lenguaje cotJdiarw, para
hacer referencia a los atributos y procesos psicoló-
gicos» (Stemmler, 1992). L;uejficacióru;&miste rn. l
confundir un término o desc~ísptor , ,:.-h:, 1
atr!!?E:!á. !LQP~f<1,gjcSJim~ntªJ PQ.~ .el J~riénneuo en sí
:.'Jl .,,
mj~lllO. Esto, ha sucedido con la inteligencia en
muchas ocasiones. La inteligencia es un constructo
hipotético funcional, hace referencia a utw (o unas
propiedades) de los organismos vivós '.::tt1)eriores,
no es un objeto ni algo material que pueda locali-
zarse como tal en un lugar o espacio concreto. La
inteligencia posee una definición o¡.Y ntuc;1,,;'. , : .e
reconocemos por medio del Cociente' f1,,, , , ,,,¡
pero no es algo parecido a una müli:,;u,¡, ,.1 ur
sustancia que esté localizada en el cerebro. Cuan-
do hablamos de la «reificación del CT» 8S cu:Jndo
se dice que el CI es una cosa, .:; r,, q,·-c,·:1 1 e:
inteligencia se basa en el funcim12,m:- ,;w •L:
mecanismos psicológicos que permiten proce:oar l:i
información, de ahí que la consideremos un cons-
tructo relacional o funcional.
Conducta, hábito, rasgo, estado
y tipo
Las conductas de los individuos dependen de las
situaciones. En un contexto familiar y conocido, es
habitual que las personas se comporten de forma
relajada y amistosa. Si estamos esperando para
realizar un importante examen, nuestro comporta-
68 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
miento está ma.rcado por un cierto nivel de nervio-
sismo, de preocupación e inquietud. Las situacio-
nes determinan en un alto grado las conductas de
los individuos. Pero también es fácil observar, que
las personas tienden a comportarse, en situaciones
relativamente distintas, de un modo parecido o
consistente. Decimos que el hombre es un animal
de costumbres, que las personas desarrollamos há-
bitos que son característicos de cada uno y que a
las personas se les puede conocer por «sus actos».
Así, a pesar de que las situaciones determinen las
cÓnductas, la variabilidad interindividual de éstas
dependen de características de los individuos. que
las ejecutan. En Psicología, a las_.fJ:)JJ.dY&tasha.bj=,
'-·---··
tuales o frecueµtes fas denominamosJiáb.iíoJJ. En
üñ sentí do riguro;o. el. COll_Q~pi~ . hábitp_ --~~- aplica
estrictamente a las co11cluctas observables. Esto no
quiere decir que se utilice también eftérmino hábi-
to para referirnos a modos de pensar o sentir que
son, como las conductas, consistentes. El uso de
estereotipos para enjuiciar a las personas nos ofre-
ce un ejemplo de hábito cognitivo.
Las respuestas o conductas de los organismos se
dan en función de las características particulares
de los estímulos. Es decir, que ante ciertos estímu-
los los organismos emiten unas respuestas que es-
tán en relación directa con aquéllos. Así, cuando
nos golpean con un martillo de reflejos en la rótu-
la la parte inferior de la pierna se eleva de forma
automática si estamos sentados; si vemos una ser-
piente libre nos apartamos de ella (a no ser que
seamos ofidiólogos aficionados); si viajando en un
coche el conductor da un frenazo, nos agarramos
fuerte al asiento para no golpearnos y en un fune-
ral, no es probable que las personas asistentes es-
tallen a reir. Estos son ejemplos de la especificidad
situacional de la conducta. Esta especificidad es
muy importante en la explicación de los compor-
tamientos automáticos y en la conducta de las es-
pecies animales, en las que el instinto es la fuerza
reguladora de su comportamiento. Como se puede
suponer, y deducir de cualquier observación de
comportamientos complejos, la especificidad pier-
de bastante relevancia y así, excepto en casos y
situaciones muy especiales (reflejos, alteraciones
emocionales), existe una gran variabilidad indivi-
dual de la conducta y la especificidad queda muy
limitada en el comportamiento cotidiano. Hay
muchos aspectos que la desfiguran, así, el mismo
estímulo puede producir distintas respuestas en
función de la situación en que se enmarca, en fun-
ción del tipo de individuo que lo recibe, en función
del momento en que actúa sobre el sujeto, etc.
No hace falta estar muy atento a nuestro alrede-
dor para observar que la variabilidad de la con-
ducta se puede manifestar por el efecto de una
situación, de un estado o de un individuo. Es decir,
una situación determinada puede elicitar unas
conductas específicas; un individuo puede actuar
de una manera ante un estímulo hoy, y al cabo de
unos días hacerlo de otra manera (variabilidad in-
tra-individual), o bien, dos individuos ante el mis-
mo estímulo simplemente reaccionan de forma dis-
tinta (variabilidad ínter-individual).
Imaginemos que nos hayamos observando la
conducta de diferentes personas ante una misma
situación: el individuo observado está ante un ex-
traño que lleva sujeto de una correa un perro de
aspecto fiero como, por ejemplo, un doberman. '
Comparando las respuestas de los sujetos que se
encuentran con el perro y su amo podemos obser-
var la variabilidad interindividual, puesto que se
producen conductas distintas ante la misma situa-
cion por parte de sujetos distintos. Este mismo
tipo de observaciones podrían provenir de un pro-
tocolo (test), en el cual se pidiera al sujeto que
contestara a un conjunto de preguntas determina-
das, sobre cómo reacciona en distintos ambientes
o situaciones (entre ellas ante un perro con su
amo). De la observación de la variabilidad, lo pri-
mero que podemos hacer es describir cómo varían
las conductas entre los distintos sujetos, pero ex-
clusivamente de esta observación no podemos ex-
plicar el porqué .,,,..
de esos comportamientos singula••
res (estas reaccwnes son propiedades de la
conducta o predicados de observación). Para ex-
plicar la conducta de cada individuo, hemos de
proceder a·inferir unos conceptos, bien sea porque
conocemos a los sujetos (sabemos que unos tienen
miedo y otros no a los animales), y deducimos la
explicación de su conducta, o bien porque hemos
visto en repetidas ocasiones a estos individuos
ante otros perros o animales similares, y por gene-
ralización de lo observado anteriormente, com-
prendemos su respuesta (en base a conceptos tales
como el miedo o el gusto por los animales). Estos
conceptos se utilizan para explicar la variabilidad
de las respuestas y se consideran atributos o propie-
dades de los individuos, no de sus conductas. Como
dicen Amelang y Bartussek (1986), es necesario pa-
sar del nivel de la observación a la generalización
de las conductas observadas en otros momentos y
1 LA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENCIA DE LO IDIOGRÁFICO? 69

1 en otros contextos para conseguir una aproxima-

ción explicativa de la variabilidad de la conducta.
embargo, para explicarnos la consistcnch1 y la es-
tabilidad de la conducta, habitualrnentf.: :1:ié- basa-
Esta generalización puede darse en dos planos: mos en descripciones de las pers,;' ne,", ',-, ,, J ÍJ)S
1a el del tiempo y el de las situaciones. Cuando gene-
ralizamos las conductas de los individuos~-a través
o propiedades (disposiciones) de los mJividuos
que justifican aquella estabilidad y consistencia
deff{~mpo, realizamos ullag~iiefaµ:,:áCíélu~~ observada. Es de esta manera que utilizamos nor-
1 _diJ:!ª1 y_mediante fsta conseguimos descubrir:J<i.,~S-'
tabilidad de una conducta, de un· liáfüfo o de un
malmente calificativos como «servicial», «inteli-

-
Lf gente», «conservador», para describir el comporta-
rasgo. La estabilidad hace iéferénciá a ·1a: sÚposi- miento de nuestros conocidos, utilizándolos como
ción de que los individuos muestran, a lo largo del propiedades estables de su comportamiento, y que

-
tiempo, su conducta típica (Amelang y Bartussek,
1986). Cuando, por el contrario, g~zamosJas
conductas en función de las situaciones en donde
la a~2iii~¿~º, -est;~os realizando una -&m~t<}Ji;,;s!fióg
transversal -(o -transituadoriáJ sf'se - prefiere). En
1
le
é;té.segundo caso~ estarnos descubriendo la consis-
tencia de la conducta, de los hábitos o de los ras-
gos. La consistencia asume, en general, el presu-
gracias a ellas, nos es posible predecir su compor-
tamiento futuro e interactuar con dlos ce; ·,na
expectativas determinadas. Las dis¡y1-;icionc, ao
son atributos de las conductas sino de los indivi-
duos, y tanto se infieren de indicadores concretos
de su:conducta, como del conocimiento del sujeto.
)_,as d_isposicinnes_ 9 atributos p~Jg~i_º,Q,S-llQ~-
~~-9-b.seryar _directamellte°y se_ distinguendL,

'1
puesto de que existe en la conducta una cierta Los hábit_os por SJ:!, mayQLÜ1g,e_Qt:::_!1~~!1ciª___g_s:~Jft-: si:.,.
r- independencia frente a la especificidad de las con- tuaciones y modos de r~!!k§ta. Las <:kp,\',Í,::,,,r::;,
diciones ambientales o situacionales. portanto, son C:QJ1Structos teÓrÍC()S . _ _ ; G-__
La estabilidad y la consistencia de las respues- puestos. Entre estas disposiciones destacan íos de-
t0 tas, se pueden explicar gracias - a la teoría del ñorñiñados rasgos psicológicos.
)- aprendizaje y, así, hablamos de ~ . k . . . f i l l l L - Un rasgo puede entenderse como ur;n
1 conexiones aprendidas entre estímulos y resp11~s-
taf Los hábitos. son «conex10nes O asocia~IQJJeS??_,
ción personal a comportarse de m:rncra
en muchas y diversas situaciones. Un rasgo, 3 su
~s '~o-ñ.sistentes,- duraderás--fei-iiables-·e;Ú~
~ -~~ -
':E y R. El
- .. ----~-~·«--<,
vez, puede definirse como un constructo hipotétic·o
1
«<«.«--••·"•'

hábito es un concepto psicológico que fue formll:
·1- lado a principios de aj_glo pQr Thorndike, precisa-
Ln mente para poder dar cuenta de la consistencia de
1x.- la conducta. Los hábitos o costumbres, son las ba-
ses de la conducta aprendida y permiten una expli-
3.- cación de las tendencias a comportarse del sujeto,
que son una alternativa a la suposición de que la
que resume la tendencia de un individuo a com-
portarse de manera similar en diversas_ sit,:xi(111cs.
Esta definición de rasgo se puede refilléi.r y preci-
sar, pero en cualquier caso es necesario contem-
plar la naturaleza disposicional del rni•,1w1 Fl lw
cho de considerar el rasgo como una ,:!e,¡;,, 1 1
enfatiza la propiedad de que los nsgc!:' ,, ,,, e

''
estabilidad y consistencia de la conducta se deben
le a los atributos psicológicos o rasgos del sujeto.
El concepto de hábito proviene directamente de
la observación de la conducta y de sus propieda-
la des y se formula por generalización de éstas. Sin
'l
gentes a estímulos o situaciones que clicitan b:0
respuestas o conductas a las cuales influencian.
Por ejemplo, decir que una sustancia es r,1!uhL· en
alcohol no quiere decir que la encontrcrn - :'
naturaleza disuelta, significa que esta irnsL,i',,\_
las apropiadas condiciones se puede disoh·:r en

1'a¡
e-

JS
Perro con su amo ~ ssl
ss2 ----+-Quieto
ss3
ss4
Acercarse

Correr
Jugar
alcohol. Si decimos que una persona es emotiva,
no quiere decir que invariablemente y de forma
fija esté emocionada, sino que tenderá a compor-
tarse de forma emotiva en las situaciones adecua-
das para ejecutar conductas emocionales, es decir,
bajo ciertas circunstancias. La generalidad de estas
ss5 Acariciar circunstancias, y su efecto en las disposiciones,
10 guardan una estrecha relación, de modo que las

.•
disposiciones muy amplias se observan en una
liy Figura 2.5. Ejemplo de variabilidad interindividual de
la respuesta de cinco sujetos distintos ante la misma gran diversidad de situaciones y viceversa. Los
situación . rasgos obviamente incluyen una generalización o

:1
41:
 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
Rasgos y conductas
( PERSONA )1------•I CONDUCTA HONESTA
Observación
( t1rfJPs~~ )1------•I CONDUCTA HONESTA
-.----
Inferencia
~ONESTIDAD )1-------•I CONDUCTA HONESTA
/
/
......✓"'"
_,.-
Figura 2.6. Diferencias entre la observación de con-
ductas, la inferencia sobre la causa del comportamiento
y la identificación de un rasgo o atributo disposicional.
agregación de -respuestas, que acontecen en dife-
rentes contextos y situaciones.
El estudio de los 'ras1gos es parte integrante de
ciertas áreas de la Psicología como son la persona-
lidad, el temperamento, la inteligencia, o la evalua-
ción psicológica. El rasgo es el concepto que mejor
representa la unidad de análisis de las diferencias
individuales y usualmente hace referencia a un
conjunto de hábitos de conducta correlacionados
(Eysenck y Eysenck, 1985). Los rasgos agrupan un
conjunto de respuestas que no son específicas de
una situación concreta, sino que pueden aparecer
ante situaciones distintas (en cuanto a su configu-
raqjón espacio-temporal). Un rasgo agrupa (subsu-
me) un conjunto de conductas habituales y, por
tanto, los rasgos no son elicitados por situaciones
concretas y específicas. Ayudar a una persona an-
ciana a subir al autobús, es una conducta que pue-
de ser habitual y ser calificada de altruista, en
cambio, el ser altruista y ser atento son rasgos del
individuo. De hecho, la consistencia trans-situa-
cional es una característica propia de los rasgos
que no puede asociarse directamente a los hábitos
ya que éstos tienen mayor dependencia de la situa-
ción. El rasgo es la unidad de medida que se plan-
teó para el estudio de los invariantes de la perso-
nalidad del mismo modo que se había formulado
el concepto de capacidad para clasificar las dife-
rencias individuales en el rendimiento cognitivo.
El rasgo inicialmente fue definido sencillamente
como un patrón de covariación de respuestas, y de
ah~ la posibilidad de identificarlo por medio del
...__
AF (Pelechano, 1993). Hay autores, como Buss y
Craick (1984) que consideran el rasgo como un
conjunto de «actos» (conductas auto-percibidas
más que registradas) más o menos frecuentes;
otros autores lo consideran una simple etiqueta
verbal que permite identificar los aspectos idiosin-
crásicos de una persona; por fin otros que, como
Mischel, consideran que el «rasgo» es simplemente
una construcción cognitiva que está en la mente
del observador (Mischel, 1968, 1973) y no tiene
ninguna realidad en el sujeto, al cual se le atribuye.
A pesar de la importancia de este concepto en la
Psicología Diferencial, existen numerosas interpre-
taciones y opiniones en tomo a la naturaleza del
mismo y su papel en el estudio de las diferencias
individuales. Recientemente, un especialista de
prestigio reconocido, Pervin (1990), ha demostra-
do, que la crítica a la teoría de los rasgos muestra
una considerable confusión, entre los psicólogos
de la personalidad precisamente, sobre lo que sig-
nifica el término rasgo.
Recientemente McCrae y Costa (1985), dos es-
pecialistas reconocidos en el estudio de la persona-
lidad en un libro titulado: Personality in Adulthood,
han definido un rasgo como «una dimensión de las
diferencias individuales en las tendencias a mos- 1
trar patrones consistentes de pensamientos, senti- l
mientos y acciones» (McCrae y Costa, 1990). Con
la frase «pensamientos, sentimientos y acciones» 1
quieren incluir una diversidad importante de fenó-
menos psicológicos que incluyen motivos, creen-
cias, apercepciones y actitudes. Las personas ca- í
racterizadas por un alto nivel de Extroversión, por
ejemplo, no solamente son muy habladoras y asis- '
ten a fiestas con frecuencia, también son apreciadas J
{
y voluntariosas, tienen gran necesidad de afiliación
social, creen en el poder de los pensamientos posi-
tivos y otros calificativos similares. Los rasgos de 1
personalidad no respetan la distinción académica
establecida entre cognición, conación y afecto, sino
que debemos verlos como un complejo síndrome 1
~
de funcionamiento psicológico. Asimismo, estos
autores nos recuerdan: «En nuestra opinión, los
rasgos son constructos hipotéticos que se manifies-
tan en la conducta habitual» (Costa y McCrae,
1985). Su argumento causal es, en principio, claro:
el rasgo como tendencia «sumergida» causa y ex-
rll
~l
plica los patrones consistentes de pensamientos,
sentimientos y acciones que podemos ver. Este
tipo de argumento es también consistente con el
constructo filosófico de disposición (Ryle, 1949;
1
1
1 LA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENCIA DE LO !DIOGRÁFICO? 71

1 Rozeboom, 1984), con las teorías de los psicólogos Los rasgos, por su propia naturaleza, pueden ser
agrupaciones más o menos extensa'.; Je · ,;1 os de
lll que van desde Allport a Eysenck, con las presupo-
1~ siciones de los psicometristas clásicos y también,
con el sentido común.
conducta y, por tanto, hay rasgos , · :, + · :d.»
o restringidos (estrechos) «narrow». Así, podemos
ta ~- definició.n de .rasgo se puede Elar en dos niveles: hablar de «ansiedad», como rasgo amplio y de

1~
tte
el nivel ontológico y el metodológico. El primero
liace referencia a su naturaleza y el segundo a su
«ansiedad cognitiva», como rasgo más específico.
En función del mayor o menor grado de extensión
papel en la determinación de las diferencias indivi- de los rasgos, éstos permiten un conocimiento más
¡: duales. Ontológicamente. e!_r.asgo es un concepto
real (entidad causal), disposicional (tendencia a ac-
o menos descriptivo de las personas o una capaci-
dad predictiva más o menos generalizable. Cuan-
tuar) y_descciptivo (clasificación). Metodológicamen- do los rasgos se definen muy ampliamente suelen
te, el rasgo está determina.do por la medida en que denominarse tipos. El concepto de Tipc el üiis
es capaz de justificar la consistencia del comporta- tradicional de la Psicología Diferenci~,1, ¡1iu,1,.:ne
miento, si bien y después de las críticas de Mischel - de los estudios clasificatorios del temperamento y
.as - (1968, 1973) esta consistencia se debe entender~ de la tradición clínico-descriptiva de la Psiquiatría
1··a-
,~
términos relativos y no absolutos s1 tomamos como (Eysenck y Eysenck, 1985). El concepto de Tipo, a
· referencia la conducta observable (Brody, 1988). pesar de sus dificultades, es imprescindible en los
:ra El concepto rasgo tiene dos referentes funda- estudios taxonómicos de la personalidad basados
mentales, el primero en la teoría, que lo vincula de en las diferencias individuales (Reuchlin, 1985 y
forma definitiva a una dimensión psicológica (va- Eysenck y Eysenck, 1985).
riable, atributo, ...) del sujeto y el segundo a la reali- Otra forma de considerar el -<nisgo,, (y un :ie
1~ dad empírica, que lo relaciona directamente con
un factor o variable lat~nte que identifica opera-
las más antiguas), es como una etiqueta verbal que
identifica las características propias de la conducta
cionalmente la dimensión supuesta del individuo. (generalmente social), de un individuo Est:: ::cn-
En la tabla que se presenta a continuación, hemos cepción del rasgo, inicialmente plantead,-. ,Joi \:1-
resumido los principales elementos que diferencian port en los años treinta, no presupone rnnguna
los hábitos de los rasgos. Entre las cualidades más otra implicación en cuanto a la naturaleza de1 mis-
destacadas de cada uno de ellos está la de ser una mo. Nos permite conocer idiográficamente a un
propiedad de la conducta atribuída al sujeto (ras- individuo y así comprender su person:iliJ;d y con-
lÓ- go), o una propiedad de las relaciones específicas, ducta. En el lenguaje cotidiano hay numeroso'~ ter-
entre estímulos y respuestas (hábito). Está claro minos que hacen referencia a características de los
que la Psicología Diferencial opta por la primera, individuos. Allport, describió más de 17 fY)(\ r:1 in
1or ya que está interesada en conocer las causas de las glés, de los cuales 4.050 son r~n'brc;:; de , ' '·1- J~.
diferencias individuales, la Psicología DiferenCÍal propiamente dichos. En Alemán, :,e •.>.,uuhilu::• :;•
opta siempre por escoger variables dé sujeto. también más de 4.000 términos del kn¡;,Jc1jc, ,1 üc
ón identificamos como rasgos (Meili, 1968). En caste-
llano, hay también un importantísimo r:'rn>:To df:
términos, que se utilizan para calificar : :, c•nc'. oJcL
1ca Rasgo Hábito
y la personalidad.
:1
tos
Variable latente Respuesta observable Si queremos entender el rasgo, en ténmno~ de
lenguaje, podemos utilizar los rasgos de tres for-
Relacionado con tipos Relacionado con tipos mas distintas, supongamos el rasgo «sociabilidad»:
:W:
·ae,
de hábitos de conducta a) Como un adverbio: esta persona se comporta
____ mente (sociablemente); b) Como un adje-
Consistencia tras-situa- Especificidad situacional tivo calificativo: Esta persona es _______
cional (sociable); e) O bien como un sustantivo:
La ____ de esta persona es superior a la de
Definido teóricamente Definido empíricamente esta otra (sociabilidad). Esta triple consideración
del rasgo, a partir de su uso en el lenguaje cotidia-
Término de referencia. Término específico
amplia no, no favorece la distinción entre el rasgo como
propiedad de la conducta (su conducta es inteli-

tS
 72 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
gente) y el rasgo como propiedad de la persona (es
inteligente).
Ya hemos mencionado, que una característica
determinante del concepto de rasgo es el de la con-
sistencia; esta propiedad ha sido, para la psü::olo-
gía de los rasgos, el motivo de que durante los
años setenta y ochenta se produjera uno de los
debates más importantes en este terreno entre pos-
turas teóricas encontradas. De hecho este debate,
que se ha identificado como el debate persona-
situación, recuerda el que en los años cincuenta se
había desatado frente a los estudios factoriales so-
bre la inteligencia, que se centró en la insuficiencia
del enfoque correlaciona!, la artificialidad de los
constructos de capacidades, etc. Este debate se dio
entre la idea de que la personalidad es un «cons-
tructo ficticio que sólo está en la mente del obser-
vador» (MischeL 1973, 1990) y la idea de que existen
unos rasgos de personalidad «vivos y saludables»
(Epstein, 1977).
En el fondo, el debate persona-situación no es
más que una discusión en torno a qué factores y/o
procesos causan un mismo producto: las diferen-
cias individuales en el comportamiento. Para unos
(los situacionistas) los procesos que causan estas
diferencias individuales corresponden al desarrollo
cognitivo-social (y a los procesos que obran en él)
del individuo. Pero para los otros (disposicionis-
tas), es el desarrollo de los rasgos y su expresividad,
la principal causa de las diferencias individuales.
La discusión persona/situación, o lo que es lo mis-
mo, el debate sobre la validez y utilidad de los
rasgos, se centró en el problema operacional de la
consistencia y estabilidad de la conducta pero
traslucía una crítica más general a la constelación
teórica de la psicología de los rasgos o Psicología
Diferencial de la personalidad. La respuesta a este
problema, que se planteó de forma poco rigurosa,
no se hizo esperar y los trabajos de Bem y Allen
(Bem y AHen, 1974) o de Epstein (Epstein, 1977)
reforzaron aún más el concepto de rasgo. Brody
(1988) dice que el coeficiente 0,30, de personalidad,
que Mischel atribuye al efecto de los rasgos sobre
la conducta (en términos de consistencia), es una
ficción derivada de estudios mal diseñados y con
errores de medida (Brody, 1988).
Además, como recientemente se ha puesto de
manifiesto (L Pervin, 1990; Zuckerman, 1991), en
aquel debate se dieron confusiones importantes
derivadas del uso impreciso de los términos. Se
consideró que la consistencia entre conductas era
sinónimo de consistencia entre rasgos, lo cual es
erróneo, ya que por definición un rasgo es una
agrupación covariante de conductas habituales y,
por tanto, no tiene el mismo nivel de especificidad
situacional que la conducta observable. Además, el
sistema de evaluación de los rasgos (y de las con-
ductas también) afecta notablemente a las medidas
de correlación R-R ya que cada sistema de evalua-
ción tiene sus peculiaridades en cuanto a estimador
insesgado de los rasgos. Este tipo de problemas, de
naturaleza metodológica, afectaron notablemente
al debate persona-situación que, pasados los años,
ha tenido una trascendencia menor de la que en
un principio mostraba (L. Pervin, 1990).
Generalmente, las disposiciones de personalidad
se conocen y denominan rasgos, mientras que las
disposiciones de naturaleza cognitiva, se denomi-
nan capacidades. Ésta es una diferencia nominal y.
tradicional, pero desde el punto de vista de la teo-
ría de las Diferencias Individuales, ambos tipos de
disposiciones reciben la consideración de rasgos.
Aun y así, no todas las propiedades no-cognitivas
del sujeto son dimensiones de personalidad, a pe- e
sar de que puedan producir diferencias entre indi- n
viduos. •ífera que podamos considerar el que una o
propiedad o atributo del sujeto sea una dimensión S<
(o rasgo) de personalidad, se deben cumplir una V;
serie de condiciones. Zuckerman (1991) las ha _re- ta
sumido del siguiente modo: JU
ce
l. Identificación fiable, mediante el AF, en
la,
muestras de conducta, obtenidas por distin-
m(
tos métodos, en muestras de diferentes se-
ce1
xos, edades y culturas.
2. Estabilidad temporal intraindividual. m1
3. Identificación de dimensiones iguales o pa- cw
lio:
ralelas en especies no-humanas.
4. Un nivel al menos moderado de heredabilidad. deJ
5. Identificación de algunos correlatos biológi- tro
We
cos significativos.
6. Relación consistente con algún subsistema fi:- / F3'
la 1
siológico del sistema nervioso del individiJ
dese
En 1a observación de la vida cotidiana se reali- qel
zan atribuciones incorrectas o rasgos mal defini- Ese
dos. Cuando nos vemos forzados a apretar fuerte- don<
mente el freno de forma improvisada, porque un
conductor se mete en nuestro carril inesperada-
Eyl
que1
mente y sin avisar, nosotros concluimos inmedia- a <lis
tamente que es un idiota, o un incompetente, un deitl
egoísta, o todo a la vez. Si nos damos cuenta de la~
que un perro corre por el carril, por donde iba el pront
1
¡;-· LA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENOA DE LO !DIOGRÁFICO? 73

'
a

1
~1
conductor que se había metido en nuestro carril,
probablemente cambiemos la atribución y consi-
deraremos que es un amante de los animales. Por
otra parte, si vemos que a lo largo de varios kiló-
metros este conductor sigue por el carril, por el
cual nosotros circulábamos inicialmente, quizá
de los rasgos de personalidad nos permitirá hablar
de rasgos primarios y secundarios, de jePn .~,1ía de
rasgos, etc. (véase Cattell, 1977)
La relación entre la concepción ontológica de
rasgo, y su faceta metodológica, ha hecho que el
desarrollo de la psicología de los rasgos dependie-
1
l-
volvamos a la consideración inicial y veamos justi-
ficada nuestra primera opinión.
ra sobremanera del desarrollo de las técnicas de
Análisis Factorial. Así, los años cuarenta, cincuen-
Este ejemplo puede ilustrar, basándonos en la ta y sesenta presenciaron un auténtico auge en este
1 vida cotidiana, cómo inferimos un rasgo a partir
de patrones de conducta evidentes. Los psicólogos
enfoque de la Psicología Diferencial. Pero durante
los sesenta, numerosos psicólogos criticaron abier-
:e
de los rasgos hacen lo mismo, simplemente, que lo tamente la utilidad y fundamentación de: AT :¡tisis
1 hacen de forma más cautelosa y sistemática: obser-
van patrones de conducta y experiencia (habitual-
Factorial y análogamente, desecharon el c,:n:.epto
de rasgo. Numerosas razones podrían justificar
mente basándose en auto-informes) y realizan infe- esta situación (auge del conductismo, desarrollo de
i
1-
rencias acerca de los rasgos que son la base de
aquellos patrones.
las técnicas de AVAR; etc:) pero aquí solamente
queremos mencionar este hecho. Una de las conse-
Los rasgos pueden identificarse de forma empí- cuencias más notables de esta crisis fue la crítica a
1 rica gracias al uso del Análisis Factorial o bien
definirse racionalmente (teóricamente) en base a
la existencia y utilidad del concepto de rasgo en el
estudio de la Personalidad. Esta crítica la encabe-
le

a
e-
una serie de presuposiciones o consideraciones
teóricas. A partir del momento en que se recono-
ció que los rasgos observados correspondían a di-
zó W. Mischel en los años setenta E,0.tr: tnr ce
centró en las dificultades de demostrar ia estabili-
dad longitudinal de la conducta. Ésta no fue la
mensiones de la personalidad, o del temperamento, única objeción que recibió el «rasgo» v 3 ,í ,e pns-•
1
Jll
o de las capacidades cognitivas y motivacionales,
se planteo la necesidad de descubrir cuáles eran las
tularon la existencia de dificultades en d A\{ilis1s
Factorial como el método más adecuado de ídeD.,i-
variables latentes que estaban tras de estas cons- ficación de los rasgos, o la propia esencia de clasi-
1 tancias. Dado que el rasgo se consideraba un con-
junto de hábitos (respuestas) correlacionadas se
ficar a los individuos en términos de rasgos.
Allport (1966), considera que el conccvto de ras-
consideró que la técnica del Análisis Factorial era go es, en gran parte, equivalente a los conceptos
1e- la más adecuada para su identificación. Inicial-
mente Heymans y Wiersma (1900), intentaron ha-
psicológicos de actitud, tendencia o posibilidad
permanente de acción. La distinción 13e Allrrn; dt"
cer esta labor mediante procíil'élimientos experi- . los rasgos es simple: se distingnen ra ,,:.< n>·•tí·1<·
1 mentales complementándolos con encuestas y
cuestionarios que no tuvieron resultados muy va-
cionales (la mayoría y los más import;:",,,,:,' 'ilt:',
tras que los otros, serían estilísticos. Mú,, adei 1nte,
a-
liosos. El Análisis Factorial que Spearman había Cattell, Guilford, Eysenck o Kline especificarán
1 desarrollado en el campo de las aptitudes se mos-
tró mucho más adecuado y un alumno de éste,
mucho más esta clasificación distinguiendo los ras-
gos en: Rasgos de naturaleza cogriiliva
~l-
Webb, en 1915, aplicó por primera vez el Análisis rasgos de naturaleza estilística (estilos co/, , ,. ·
1 Factorial al estudio del temperamento y descubrió
la utilidad de este procedimiento. Si Spearman
rasgos de naturaleza dinámica (ergios, sentimien-
tos, necesidades) y de naturalez~ emocional (tem-¡
o.
descubrió el factor «g» (inteligencia general) Webb peramento). En general, se considera que pueden

1 descubrió el factor «w» (constancia o voluntad).

Ése fue el inicio de un modelo de investigación
,_
te- donde destacarán los trabajos de Guilford, Cattell,
Eysenck y muchos otros autores que consideran
que los factores obtenidos (a partir de AF aplicado
la- a distintos tipos de datos de conducta), correspon-
existir un total de entre 50 y 60 rasgos distintos
que constituyan la personalidad humana. No to-
dos ellos, como ya hemos comentado, son de la
misma naturaleza ni tienen el mismo papel en la
determinación de las diferencias individuales en el
comportamiento.

1 el
den a dimensiones (variables latentes), propias de
la estructura psicológica de la personalidad. Muy
pronto, la estrategia factorial aplicada al estudio
Las clasificaciones de los rasgos son muy diver-
sas, y diferentes autores han propuesto algunas
más o menos útiles. Entre ellas, hay bastante con-
1
1 .:1=-~~

1
•
74 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
vergencia. Los tipos de rasgos, donde más acuerdo
existen, es en los temperamentales, los constitucio-
nales (bio-morfológicos) y los de capacidades (inteli-
gencia). Buss y Poley (1979) consideran que además
de los temperamentales y los cognitivos existen los
rasgos motivacionales. Cattell (1947) los clasifica de
acuerdo a los siguientes grupos: Rasgos A: rasgos
aptitudinales, Rasgos T: rasgos temperamentales
(incluyen el cómo de la conducta, el estilo de la
misma), Rasgos E: «drives érgicos» compom;ntes
dinámicos de origen biológico (sexualidad, angus-
tia, miedo), Rasgos M: rasgos motivacionales o
sentimientos (son parecidos a los rasgos E pero su
naturaleza y desarrollo es social y se refieren a las
creencias y opiniones de tipo religioso, político, etc.),
Rasgos R: rasgos de papel social o rol (papeles que
se desempeñan en sociedad: padre, profesor; ...).
~ué utilidad_ o fun,ción tienen_ los ra~go~ e~ ~l
marco de la Ps1cologia de las diferencias md1V1-
duales? En general, consideramos que son: a) pre-
dictiva, es decir, permiten conocer (con un deter-
minado nivel de seguridad) qué hará el sujeto en
situaciones futuras; b) descriptiva, para identificar
fácilmente a las personas; e) clasificatoria, nos per-
mite agrupar al individuo en una categoría o clase
de individuos, y d) explicativa, nos facilita la com-
prensión y explicación de la personalidad y su
conduc~La función más importante que cum-
plen los rasgos, la descriptiva y clasificatoria, nos
ayuda a reducir y sistematizar un conjunto de rela-
ciones entre E y R, y además, gracias al sistema de
medida de las variables, podemos ubicar relativa y
comparativamente a los sujetos en base a aquella
variable. Este aspecto está directamente relaciona-
do con la medida de los rasgos y ha sustentado el
desarrollo de los tests (cuestionarios, escalas, ... ).
La función predictiva hace referencia a la prospec-
tiva de futuro en el comportamiento del sujeto.
Por el contrario, el aspecto explicativo de los ras-
gos no se puede basar en el razonamiento circular
o tautológico, en el cual la propia disposición se
convierte en causa de aquella conducta, de la que
fue deducida previamente. Se es amable porque se
muestran conductas de amabilidad. La caracterís-
tica explicativa de los rasgos depende, en gran ma-
nera, de la naturaleza que se atribuye a los mis-
mos. Responde a si los constructos, que son los
rasgos, se consideran de entidad (ejemplo, Allport,
Eysenck, Buss y Poley, ... creen que hay un substra-
to biofisiológico en los rasgos de Personalidad) o de
relación (Cattell, Guilford, ... son de la opinión de
que estos constructos expresan propiedades funcio-
nales, no necesariamente de naturaleza biofisiológi-
ca, sino más amplios, ... ).
El concepto de rasgo lleva asociado los concep-
tos de Tipo (conjunto de rasgos) y Estado (fluctua-
ciones del rasgo). El concepto de rasgo pertenece
totalmente a la tradición diferencial, ya en 1921
W. Stern defendía la necesidad de utilizar los ras-
gos como unidad de análisis de la variabilidad in-
terindivid ual. Junto con el concepto de rasgo, de
origen clásico en la propia Psicología Diferencial,
tenemos otros dos conceptos asociados, el de tipo
(concepto de la misma categoría que rasgo pero
más inclusivo) y el de estado. En una analogía sim-
ple, podríamos decir que el estado es· el resultado
de los efectos de las situaciones sobre los rasgos
(interacción), mientras que un tipo es un conjunto
de rasgos. Pero veamos un poco más en detalle
este punto.
Los Tipos psicológicos
El Tipo es un concepto clásico y fácil de compren-
der. Es la primera aproximación a la clasificación
y estudio de la personalidad humana. Los filósofos
y médicos griegos inventaron esta categoría para
1
clasificar a los sujetos en base a su temperamento.
Así formularon los tipos: colérico, sanguíneo, me-
lancólico y flemático con el objeto de clasificados
tipos de temperamento de los humanos. Freud y el
psicoanálisis también han utilizado esta categoría
para clasificar los caracteres humanos, en base a
su teoría del desahollo psicosexual. El uso de tip~- Í
logías, como sistemas de clasificación y descrip·
ción de la personalidad, se ha extendido en la psi-
1
cología de forma muy notable. Así, hablamos de la (
tipología de Kretchmer, de la tipología de Eysen-
ck, etc. El concepto de «tipo» es metodológico, t
t
como también lo es el «rasgo» y «estado», y se r:
utilizan en el estudio científico de las diferencias
individuales. El estudÍo no-científico de la perso-
nalidad, el temperamento, la constitución y el ca-
rácter humano también ha utilizado la idea de tipo
hasta la saciedad con el objetivo de sistematizar
las diferencias y la variabilidad en la forma de ser
de las personas. En la psicología filosófica, el siste-
'
ma tipológico se ha utilizado con muchísima exten-
sión. Así, A. Bain, Nietschze, Kant, J ung, Freud,
Dilthey, entre otros, propusieron diferentes tipolo-
gías para clasificar la personalidad o el carácter
individual.
'
d1
1
eu
11
 LA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENCIA DE LO ID!OGRÁFICO?
Los antiguos griegos, los constitucionalistas y
los psicoanalistas, entendían los tipos como cons-
telaciones de rasgos sin gradación entre aquellos.
Como categorías discretas, clases aisladas sin con-
tinuidad, una persona es «colérica» o es «melancó-
lica» y se asigna una persona a uno de estos tipos
por el grado de similitud que tienen con el «modelo
arquetípico del tipo ideal». Este enfoque tipológico
cambió al introducirse en el estudio de la personali-
dad los enfoques cuantitativos y diferencialistas.
.al, Así, se cree más cercana a la realidad la considera-
:a
m-
ción de que los individuos, sus características, se
distribuyen como variables continuas y siguiendo
un patrón de «normalidad estadística», según el
cual la mayoría de las personas presentan valores
~·
)
cercanos a la media y unas pocas se sitúan en los
1to valores extremos de estas variables. Así pues, las
:a. características de las personas se distribuyen de
forma continua y es inadecuado clasificarlas en ca-
tegorías aisladas.
Es necesario diferenciar lo que denominamos «ti-
pos ideales» de «tipos empíricos» (Reuchlin, 1985).
!Il- Los primeros, son concepciones teóricas que, con
una cierta dependencia de la observación reaL pero
por medio de la abstracción y el razonamiento, se
ira convierten en modelos, esquemas o arquetipos con
el único objeto de servir como instrumentos clasi-
~¡ ficatorios con los que ayudarnos a comprender a
los los individuos reales. En este sentido, los tipos
~a
ideales no son más que clases o categorías aisladas
entre sí con las que poder clasificar, de forma cate-
~ gorial, a los individuos. Por el contrario, los «tip0s
empíricos» son categorías resultantes de la consta-
*1
)Sl-
tación empírica de ciertas dimensiones que organi-
zadas, configuran una clasificación de la realidad
de las diferencias individuales. Si los tipos ideales se
describen atendiendo a atributos presentes o ausen-
co, tes en los individuos en los tipos empíricos utiliza-
se mos las variables cuantitativas como modo de cata-
:a
so-
logación de los individuos. En este último sentido,
el concepto de tipo no es distinto del de rasgo.
ca- El pensamiento tipológico, aplicado al estudio
3zar de la personalidad es propiamente europeo y difí-
cilmente ha tenido un impacto en la psicología
ser norteamericana y cuando así ha sido, como en el
2en- caso de la obra de R. B. Cattell, la razón es clara,
Cattell recibió su formación en la Escuela de Lon-
ud, dres aunque después desarrollara su labor científi-
Ir ca en los Estados Unidos. El pensamiento tipoló-
gico lo encontramos en importantes psiquiatras
europeos, como J ung o Kretschmer y también en
::1
75 ·
Freud, entre psicólogos como Jaensch o Eysenck y
también entre los estudiosos de la intcli .,encia
como Thurstone o Terman. V
Los tipos de personalidad, que se han propuesto
más recientemente, son los propuestos por Myers
(Myers, 1980), que se basan en la tipología de
Jung. De acuerdo a Myers, existen 16 tipos de per-
sonalidad que resultan de combinar dos formas de
percibir (sensaciones vs. intuiciones), dos formas
de juzgar (pensar vs. sentir), dos formas de relacio-
narse con los otros (introversión vs. extroversión)
y dos formas de relacionarse con el ambiente ex-
terno al individuo Guicio vs. percepción). Tdmb¡én
en el contexto de la psicología clínica, se han pro:-
puesto unos tipos de personalidad que caracteri-
zan a individuos que tienen predisposición a sufrir
patologías cardiovasculares (por su estilo de vida),
que se denominan Tipos A, o al cáncer, que deno-
minan Tipos C. Gregorc ha propuesto cuatro ti-
pos principales de estilos de pensamiento que rc--
sultan de combinar dos dimensiones ,.re !':i\H
(forma de pensamiento) «concreto vs. abstracw» y
(orden del pensamiento) «secuencial vs. aleatorio».
En el campo de los intereses, Holland ha descnto
una tipología de seis tipos que son: realista . inves-
tigador, artístico, social, emprendedor y conven-
cional. A estas tipologías podríamos añadir otras
que tienen que ver con distintas teorías de perso-
nalidad, cognitivas, sociales, etc., pero representan
la vertiente actual del pensamiento tipológico clá-
sico en el ámbito de los estudios psicológicos.
Los Estados Psicológicos
Antes de finalizar con el tema de los ra:,gos un
breve comentario sobre la relación entre estados y
rasgos. La distinción «estado/rasgo» ha sido origi-
nalmente introducida en el análisis de ansi,:d,,<l
por C. Spielberger si bien se puede encuntrnr cn la
tradición clásica como sucede en los escritos de
Cicerón al hablar de la ansiedad (Eysenck, 1991 ).
Esta distinción se ha planteado como forma de
entender lo que es una reacción compleja inmedia-
ta, pero de más duración, que la del de una simple
reacción emocional, de lo que es una característica
o disposición de respuesta habitual frente a ciertos
cambios del medio y que como cualquier disposi-
ción del sujeto es casi permanente en él.
La diferencia básica entre un estado y un rasgo
referido a la personalidad, o al temperamento, es
análoga a la que existe entre el estar y el ser.
 76 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
No hay duda que lo que observamos, al regis-
trar la conducta, es el efecto de un estado (Zucker-
man, 1991), ya que éstos representan la plasma-
cíón concreta de los efectos de la situación sobre
las disposiciones del sujeto. Los rasgos nunca son
directamente observables, simplemente se infieren
de las conductas registradas trans-situacionalmen-
te y longitudinalmente.
El problema de la diferencia entre rasgo y esta-
do, en nuestra opinión, es meramente metodológi-
co y hace referencia a la delimitación temporal de
estos conceptos. Así, claro que una respuesta an-
siosa que como tal es una respuesta emocional,
será de corta duración una vez elicitada pero de
_gran intensidad~ Por el contrario, un estado es una
respuesta compleja (o complejo de respuestas) ca-
racterizadas por su menor intensidad y su mayor
duración (minutos-horas); más allá aparece la ca-
tegoría de «sentimientos» donde la duración pue-
de ser mayor (días, semanas; meses, ...) y la intensi-
dad de la conducta mucho menor; En el final de
este continuo situaríamos al rasgo (esto es espe-
cialmente adecuado al hablar de los rasgos de na-
turaleza emocional-temperamental). Precisamente,
§3TAt
Ilustración 2.2. Test STAI (Spielberger Test of Anxiety Inventory) en su
-~----------f-o-rm-a-to_d_e_e-st_a_d_o_.-(A_u_t_o-riz-ad_o_p_o_r-T_E_A_,_S_.A - . ) - - - - - - - - - - - - - ~ - - ~
la característica más peculiar del rasgo es su efecto
lejano sobre la conducta (de donde la intensidad
de 1a misma, en tanto que afectada por el rasgo no
será muy grande) y, además, la estabilidad tempo-
ral del mismo (la duración de muchos rasgos es
casi la misma que la vida del sujeto ... ). Por otra
parte, somos de la opinión de que por medio de la
utilización de factores disposicionales, bien sean
rasgos o estados, se aporta un elemento de gran
utilidad en la Psicología aplicada y que en la me-
dida en que la Psicología Diferencial vaya apor-
tando conocimientos sobre estos constructos dis-
posicionales, más utilidad tendrán en el campo de
la clínica, la educación, el rendimiento laboral y en
todas aquellas facetas de la vida cotidiana de los
individuos.
CONCEPTOS ESPECÍFICOS
DE LA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
El desarrollo particular de la Psicología Diferen-
cial, como disciplina· autónoma, ha generado una
serie de conceptos que constituyen su propio «cor-
i
!i
i1
1
_

--;
lA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL ¿CIENCIA DE LO IDIOGRÁFICO?
pus» científico. Como ya hemos señalado, el es_tu-
:o
dio de las diferencias individuales ha pretendido
identificar aquellas disposiciones individuales que
justifican la aparición de diferencias en el compor-
t1
m
tamiento. Estas diferencias en el comportamiento
tienen una finalidad adaptativa y nos permiten
identificar a los individuos y predecir sus compor-
tamientos futuros. La aproximación nomotética, al
~·.
estudio de estas disposiciones, ha encontrado en el
e- concepto de rasgo, la adecuada unidad de análisis
•r- de las diferencias individuales, que ha sido la clave
:¡ del avance científico de la Psicología Diferencial.
A efectos de conocimiento sistemático de las dife-
rencias individuales tradicionalmente se han veni-
do diferenciando dos aspectos distintos de la con-
ducta, ambas facetas tienen que ver con la eficacia
de la conducta. La conducta de los individuos en
las situaciones la podemos analizar bajo dos pun-
!¡,; tos de vista que son: el del rendimiento o ejecución
-L y el del estilo o configuración del comportamiento.
;¡: La presencia de diferencias individuales en ambos
aspectos es notable, en el primer caso, porque el
na grado de éxito de los sujetos es distinto y en el
segundo, porque las formas que adoptan las con-
ductas de los individuos cambian en función de su
propia idiosincrasia. Tanto en referencia al primer
aspecto, como al segundo, en el contexto de la
Psicología Diferencial, se han formulado concep-
tos que son bien conocidos. Así, en/referencia al
rendimiento disponemos de los conceptos de capa-
cidad (del individuo), y en referencia a la forma,
utilizamos los conceptos de estilo (del individ~Qj¿
Los conceptos más específicos que se agrupan
en torno a la capacidad de rendimiento son: Apti-
tud, Habilidad y Destreza; los conceptos estilísti-
cos son: Constitución, Carácter, Temperamento y
Personalidad. Entre los conceptos de capacidades
y de estilo hay una cierta independencia teórica ya
que corresponden a los fenómenos direccionales y
energéticos de la conducta. Además, este tipo de
conceptos han mantenido una separación teórica y
también se han mantenido tradicionalmente sepa-
J rados en la historia de la Psicología. Por el contra-
rio, existen otros conceptos que comparten las dos
calificaciones y son conceptos generados en la in-
1 vestigación empírica de la Psicología Diferencial,
nos estamos refiriendo a los conceptos de Estilo
Cognitivo y Creatividad.
1 Los anteriores conceptos específicos se han utili-
zado, especialmente, para el estudio de las diferen-
cias interindividuales. Con respecto a las diferen-
1
1
1
-
77
cías intergrupales, la Psicología Diferencial ha de-
sarrollado una serie de acepciones particu;;::,,·::s a
conceptos que pertenecen al marco f.!YE t'éi.. ·1c1 co-
nocimiento científico. Como ya dijimos, las u1fo-
rencias intergrupales utilizan las variables indivi-
duales para la clasificación de estos grupos. Así,
son típicas las variables edad, sexo, raza y cual-
quiera de las variables que los sociólogos agrupan
bajo las siglas SES que significan «nivel socioeco-
nómico» e incluye aspectos como el nivel de ingre-
sos, la profesión, el lugar de residencia, etc., todas
ellas variables asociadas a lo que de forin: muy0
amplia denominamos «nivel social». En 11sicologia
Diferencial se han precisado estas variables y se
utilizan con ciertas restricciones. Al referirnos al
ejemplo del sexo puede ser ilustrativo, En Psicolo-
gía Diferencial, no es suficiente la concepción de la
variable sexo en su pura acepción genético-morfo-
lógica y, por ello, se ha complementado con e1
concepto de «género», algo así como la faceta psi-
cológica individual del sexo biológico. T'vfú::: .uk-
lante veremos la significación de estas variables de
diferencias intergrupales.
Capacidad, aptitud y rendimiento
El término Capacidad (del inglés abilitv) es muy
frecuente y de uso cotidiano, sin embargo, en el
contexto de la Psicología requiere una cierta preci-
sión. La semántica de las palabras ---estudio del
significado intrínseco y primigenio de cad1Ívoca-
blo- no proporciona resultados idénlic,:>, en ]o:
diversos idiomas. Los ingleses y norrearn(~ricano,
utilizan mucho más el término «ability» que el d,
«aptitude», para designar una predisposición y ca-
pacidad congénita hacia una determinada activi-
dad o de sus aplicaciones prácticas. En el lenguaje
cotidiano, de hecho, nos encontramos que capacÍ·
dad, aptitud, habilidad o destreza (especialmente si
se ,califican de cognitivas o mentales) son práctica-
mente sinónimos, En el contexto de la Psicología,
tampoco están muy diferenciadas y a esto han co-
laborado las traducciones equivocadas de estos
términos procedente del inglés. Así el vocablo
«ability», a veces se traduce por capacidad, y otras
por habilidad. De ahí se derivan importantes con-
fusiones. Nosotros, para delimitar estos términos
en cuanto a su significado, hemos utilizado las si-
guientes traducciones: «ability = capacidad o apti-
tud», «aptitude = aptitud», «skill = habilidad/des-
 78 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
treza» y, por fin, «achievement = rendimiento (tam-
bién y especialmente en el contexto experimental se
denomina «performance = ejecución/rendimiento»).
Rendimiento y ejecución
En el contexto del estudio de las capacidades cog-
nitivas e intelectuales existen una serie de catego-
rías que conviene precisar y distinguir. Todas ellas
definen características individuales que hemos ca-
~alogado anteriormente, como «rasgos». Existe
todo un grupo de éstos que se identifican por me-
dio de un tipo de indicios en la: conducta que tie-
nen que ver con el grado de precisión de ésta ante
las exigencias de la situación que habitualmente, y
en este marco, denominamos tarea. Una tarea (ge-
neralmente cognitiva o si se prefiere mental), es
una actividad en la que un individuo debe utilizar
sus recursos (capacidades y procesos) para obtener
un determinado rendimiento, beneficio o logro. En
unas ocasiones, se trata de responder rápidamente
a la aparición de una serie de estímulos, en otras,
Ilustración 2.3. El rendimiento alcanzado en las distintas especialidades deportivas depende de las capacidades de
los deportistas y de otros factores como el entrenamiento, la motivación, etc.
L
en recordar una determinada información, en
otras a proponer soluciones novedosas a un pro-
blema planteado o demostrar la adquisición de
ciertos conocimientos. En cualquier caso, el rendi-
miento conductual en una tarea es siempre un re-
sultado cuantitativo analizadQ a la luz de un crite-
rio de adecuación de las respuestas emitidas por el
individuo. En el ámbito de la inteligencia nuestro
primer referente es este indicador, el rendimiento.
Todos los conceptos de aptitud, capacidad, habili-
dad o destreza estan relacionados, de una manera
u otra con el rendimiento, que como hemos dicho,
corresponde a una tarea concreta.
Aptitud y Capacidad
A pesar de que el término aptitud (o capacidad) es
de uso común en el lenguaje cotidiano y profesio-
nal de muchos psicólogos o pedagogos, se precisa
una adecuada definición del mismo. La aptitud o
capacidad, es un término que se atribuye a la po-
tencialidad de los objetos o personas para realizar
 LA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENCIA DE LO IDIOGRÁFICO?
algo. Así, decimos que una broc_a ,<le vidia tiene
capacidad de atravesar el horm1gon o que una
moto es capaz de correr a más de 180 kilómetros a
la hora. La capacidad nos indica un cierto tipo de
potencialidad qu_e _se puede atribuir a un siste~~
·e-!
organismo o ind1v1duo. Muy frecuentemente utili-
,
e zamos este término para hablar de atributos psico-
lógicos, y decimos que los individuos tienen apti-
=i· tudes cognitivas, deportivas o artísticas.
Las capacidades o aptitudes se definen siempre
en términos de potencialidad de ejecutar un deter-
minado ,tipo de conductas o «habilidades» y se
refieren al nivel de rendimiento alcanzado en ese
tipo de conductas (generalmente emitidas en una
::a tarea determinada). Por ejemplo, la capacidad de
esfuerzo físico se mide en base al rendimiento indi-
vidual ante varias pruebas de resistencia fisica (co-
es
rrer 10 Km, andar 50 Km, etc.). La aptitud se ex-
=t
lo
presa en la conducta cuando las condiciones de las
tareas son favorables para hacerlo. Generalmente,
::¡, esta potencialidad no está medida en términos
probabilísticos. Así, la aptitud de salto de altura de
un atleta no es la media de sus saltos sino el máxi-
mo conseguido en una determinada (a veces excep-
cional) ocasión. Esta forma de definir la aptitud,
propia del ámbito depo.rtivo, está relacionada con
el nivel máximo de rendimiento que un sujeto pue-
de alcanzar pero no es ,habitual en el contexto de
la medición psicológica de las capacidades cogniti-
vas. Generalmente se acepta, en Psicología Dife-
rencial, que una capacidad o aptitud es un rasgo,
con un cierto nivel de estabilidad y consistencia,
que caracteriza el rendimien<o de un individuo (en
comparación con otros)L§n el concepto de aptitud
se encuentran implícitos fres hechos: a) la existen-
cia de diferencias individuales en esas característi-
cas; b) su relación con las tareas o exigencias del
entorno, y e) la idea de potencialidad relacionada
con el rendimienJ.2_$lJ. B. Carroll, un especialista en
la Psicología de las capacidades humanas, define
la Aptitud de la siguiente manera: «Es un atributo
de los individuos que hace referencia a las posibles
variaciones entre los individuos de responder a las
exigencias y dificultades de una tarea en la cual, y
cuando todas las condiciones aparecen favorables,
los individuos ejecutan sus respuestas de forma
exitosa» (Carroll, 1993).
Hay autores que quieren distinguir entre capaci-
dad y aptitud atribuyendo a ésta una connotación
más restrictiva y afirmando que las aptitudes tie-
nen un contenido más específico que las capacida-
79
des. Así, mientras que es lícito hablaí de una capa-
cidad de memoria general, sería correcto h,,biar de
una aptitud para el recuerdo de caras o de iin{cgenes.
La definición de las aptitudes proviene de la ob-
servación sistemática de las diferencias entre indi-
viduos en la realización de ciertas tareas específi-
cas. Esta observación constituye la base de la
medida de las aptitudes. Esta consideración no
exige, previamente a 1a medición, el conocimiento
completo de los procesos o funciones que compor-
tan la realización exitosa de las tareas. En un sen-
tido psicométrico estricto es posible realizas ,:sras
mediciones son independencia del conocinüento
que se dispone de la naturaleza de estas potenciali-
dades. Es más, los, resultados de estas mediciones
quizá aporten alguna información destacada, que
nos permita inferir la naturaleza de estas aptitudes.
En general, al igual que pasa con otros tipos de
rasgos, las aptitudes se pueden considerar va.ria-
bles intermediadas. En términos estadísticos co-
rresponden a variables latentes.
Esta aproximación breve al, problema de las ap-
titudes tiene numerosas repercusiones en el ámbito
de las diferencias individuales. Así, decir C:lle las
aptitudes tienen un importante determinismo ge-
nético significa estrictamente que las «potenciali-
dades», para obtener un determinado rendimiento
ante unas tareas concretas, es lo que tiene influen-
cia genética, no es la conducta ni el patrón de con-
ducta lo que se hereda sino la disposición a rendir
en una tarea en un determinado rango de eficacia.
Otro aspecto destacado es la utilidad prcn,"•,,tir.>
de las aptitudes, que está vinculada "- su l'Y 1 sció,,
psicométrica.
Habilidad y Destreza
Las habilidades o destrezas son compctenci, c1c~-
sarrolladas en el sujeto que están prese;: 1 · , ,'!,e•
momento de realizar una tarea y que, poi t<Lnto,
corresponden al desarrollo (por medio del entrena-
miento o la práctica), de las capacidades o aptitu-
des potenciales del individuo. Los conceptos de
Habilidad o Destreza tienen otra connotación dis-
tinta a los de Capacidad y Aptitud. Su aspecto
más peculiar es que no pertenecen al dominio de
las potencialidades sino al de las realidades indivi-
duales efectivas en un momento temporal concre-
to. Del mismo modo como las aptitudes tienen un
fuerte componente genético, sin excluir el efecto
ambiental acumulado, las habilidades o destrezas
80 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
Ilustración 2.4. Las habilidades o destrezas musica-
les ejemplifican perfectamente la diferencia entre apti-
tud y habilidad.
se implantan en el sujeto por medio de la experien-
cia y la práctica reales y, por tanto, dependen en
gran medida de las influencias medioambientales
directas. En un ejemplo sencillo se puede constatar
esta idea. Un niño puede tener aptitudes musicales,
pero su rendimiento con un determinado instru-
mento depende de haber aprendido su uso y de
haber desarrollado las destrezas que le permitan
ejecutar una melodía o pieza musical. La .diferen-
cia entre aptitud y habilidad es patente en este tipo
de atributos. Una aptitud es la resistencia al esfuer-
zo físico o la elasticidad muscular, una habilidad es
jugar al tenis o pilotar una moto de competición.
Las aptitudes presentan una importante variabi-
lidad interindividual, lo mismo sucede con las ha-
bilidades o destrezas (de quienes las poseen), pero
en este último caso a la variabilidad interindivi-
dual innata se impone los efectos de las diferencias
en las estrategias de aprendizaje de las habilidades.
Constitución, temperamento,
carácter y personalidad
Estos términos corresponden a los conceptos espe-
cíficos y más propios que la Psicología Diferencial
ha desarrollado para identificar los atributos de
los individuos, que justifican la variabilidad del
«estilo» de su comportamiento habitual. Son tér-
minos, todos ellos, que provienen de diferentes tra-
diciones del conocimiento filosófico y científico de
la naturaleza humana. Asimismo, todos ellos tie-
nen múltiples acepciones, de lo cual se deduce su
importancia, y debido a esto, desde la tradición
clásica de la cultura occidental han estado muy
presentes en la filosofia, la medicina y la psicolo-
gía. Por mostrar un ejemplo, los conceptos tempe-
ramento y constitución se formularon inicialmente
por los médico-filósofos de la escuela hipocrática y
galénica griega y a través de su influencia en la
medicina y la historia natural han llegado a nues-
tros días. Por el contrario, el carácter ha sido un
concepto de origen filosófico-literario y se ha man-
tenido en ese contexto hasta finales del siglo XIX en
que la pedagogía lo recuperó para su utilidad en el
contexto de la educación. Por último, el término
personalidad es más propio, en su acepción actual,
de la psicología anglosajona reciente.
Como es de s,uponer, si estos términos tienen
una historia tan lejana, sus definiciones son varia-
das y se requiere tratarlas con detenimiento. Aquí,
no vamos a realizar esta labor que dejamos para
capítulos posteriores. Simplemente, nos queremos
hacer eco de aquéllo a 1o que hacen referencia es-
tos conceptos. Todos ellos se refieren a la naturale-
za de los rasgos que caracterizan el estilo de la
conducta de los individuos. La razón de ser de
estos conceptos es, en el más simple de los casos, la
descripción y clasificación de los individuos y de
su variabilidad psicológica.
(
Constitución (
La variabilidad individual en los aspectos morfo- i
lógicos y fisicos es el hecho más llamativo de los l
individuos de una misma población y especie. Esta l:
variabilidad se prolonga más allá de lo simplemen-
te superficial y observable, así, numerosas observa-
ciones confirman la existencia de una «individuali-
dad bioquímica o fisiológica». Desde antiguo se
consideró que estas variaciones morfológicas eran n
la base de las conductuales, psicológicas o sociales: d
 -
lA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENCIA DE LO IDIOGRÁRCO? 81

Para formalizar estas ideas, se formuló el término
«constitución» y se relacionó con el temperamento
~
y el carácter. Este hecho empírico, la relación entre
la configuración corporal y la conducta, se ha que-
Je- rido elevar, especialmynte a lo largo del siglo xrx,
mente, y demasiadas veces indistintamente, e! cali-
ficativo de «rasgo de personalidad o de! te,Ppera-
mento» a las mismas dimens10ne', ob,,.,2,•1te,
ésta es una licencia de la escritura y dei lcc;guaje
hablado. Conviene poder distinguir en todo momen-

=-=I
:iel
al nivel de teoría. Esta utilización de la estructura
corporal, como base de las diferencias individuales,
tuvo gran auge en el siglo XIX y de ahí proviene
nuestro actual conceptó de constitución o biotipo.
Por constitución entendemos la dotación biológi-
to estas categorías. Así, la impulsividad, la sociabi-
lidad, la estabilidad emocional o el psicoticismo
son rasgos temperamentales más que de personali-
dad. En el marco de estudio de las diferencias indi-
viduales el temperamento ocupa un lugar preemi-
de ca de un individuo (Quintana, 1990). La constitu- nente ya que nos facilita la compresión de las
;a
ión
ción está compuesta de elementos estáticos y diná-
micos. La mayor o menor referencia a la parte
diferencias en personalidad en términos de edad.
en el ámbito clínico y en cuanto a w dct;;:;rmiaa-
estática (anatomía, relación entre tejidos, etc.), o a ción biológica y consistencia comportamental.

~
la parte dinámica (funciones hormonales, bioquí-
micas ...), dependen del momento y de los conoci- Carácter
pe- mientos biomédicos de la época. En la actualidad,
El concepto de carácter, no en su sentido exclusi-
las concepciones más anatómicas de la constitu-
vamente etimológico, sino psicológico, proviene y
ción han dado paso a las teorías fisiológicas basa-
está vinculado claramente a la psicología de corte
das en el funcionamiento de los neurotrasmisores
filosófico previa a la psicología empíric;i iniciada en
en el SNC (Eysenck, 1967, Gray, 1982, Tous, 1986,
el siglo XIX. Con la obra de Teofrasto titulada L,s
Cloninger, 1987). Estas nuevas teorías fisiológicas
Caracteres se inició la tradición caracteriológica
tienen mucha importancia en la interpretación de
vinculada a la literatura y a la pedagogía (especial-
los mecanismos que fundamentan los rasgos del
mente la de cariz religioso; donde s,:: 1:ks.:üofüirá
temperamento y, a través de ellos, sus efectos se
la más fuerte corriente de la caracterología france-
dejan ver en la personalidad humana.
sa del siglo xvu y xvm), Por comparación con el
temperamento, el carácter representa otro elemento
Temperamento que, siendo constituyente de la estructura de la per-
sonalidad, ha recibido tradicionalmente un trata ..
J. Strelau, un importante investigador polaco, ha de-
miento no-científico en la historia de la Psicología.
finido el temperamento como «un conjunto de ras-
El carácter, con ser un componente fundamen-
gos relativamente estables del organismo, determina-
tal en la personalidad humana, es un r,: ,~e
dos primordialmente por la biología del mismo, que
ha resistido tradicionalmente al cs1.udi(, v,,nií.
se manifiestan en rasgos formales de reacción en las
La combinación de valores, sentirmeH,u:, y e,- ti
características energéticas y temporales de la conduc-
tudes que lo constituyen, son fenómenos denia-
ta» (Strelau, 1983). En términos más genéricos, po-
siado matizados por los valores ético-morales de
demos decir, que el temperamento reúne en su in-
la sociedad en la que viven los individuos preci~,:i
terior un conjunto de rasgos que hacen referencia
un estudio mas cualitativo que cuanutativc. ¡,,.¡,,
a las características emocionales de la conducta,
obstante, R. B. Cattell ha realizado interesantes
estos rasgos están muy determinados por la propia
estudios con el fin de dimensionalizar este cons-
configuración morfológica y fisiológica del indivi-
tructo pero el valor de sus resultados no han
duo y, en cierto modo, expresan los determinantes
sido mayoritariamente aceptados (Cattell, 1966).
genéticos de la personalidad. El temperamento es
un término que ha tenido muchos avatares en la
historia del estudio de la conducta humana, pero
Personalidad
que se ha mantenido vivo en muchas tradiciones, Los psicólogos, definen la personalidad como el
donde el interés por el individuo, ha prevalecido so- conjunto de formas y modos característicos de en-
bre el interés en su conducta o los procesos mentales. frentarse al medio de un individuo. Esta definición
Para numerosos autores, los rasgos del tempera- es muy genérica y en la Psicología actual coexisten
mento son la «verdadera esencia» de la personali- diferentes enfoques para comprender la naturaleza
dad humana y de ahí que se atribuya simultánea- y funciones de la personalidad. Cada uno de estos
82 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
enfoques dispone de una definición más precisa y
detallada de este término. Estas definiciones pue-
den hacer más énfasis en la conducta, en la vida
emocional del sujeto, en sus creencias o sentimien-
tos. En cualquier caso, todas están de acuerdo en
aceptar que la personalidad es un constructo com-
plejo que hace referencia a la totalidad psíquica
del individuo humano. Este constructo es el que
mejor refleja la realidad individual de las diferen-
cias entre la conducta de las personas.
Desde un enfoque de rasgos, este constructo
complejo también se puede considerar formado
por rasgos más simples y de distinta naturaleza.
Así, es tradicional considerar, desde Eysenck
(1947) la personalidad como la combinación de
rasgos de cuatro tipos distintos: los de naturaleza
morfológica o constitucional, los de naturaleza
emocional o temperamental, los de naturaleza
cognitiva o capacidades intelectuales y los de na-
turaleza conativa o caracteriales.
Creatividad y Estilos Cognitivos
Creatividad
La creatividad es un concepto concreto de la Psi-
cología Diferencial que ejemplifica perfectamente
cómo un término dyl lenguaje cotidiano, para con-
vertirse en un constructo científico, debe ser some-
tido a numerosas restricciones. Sobre la creatividad,
han hablado desde economistas hasta políticos, pa-
sando por psicólogos, artistas, psiquiatras y una gran
cantidad de científicos y periodistas. La creatividad,
como concepto específico de la Psicología Diferen-
cial se formuló por Guilford en la década de los
cincuenta para justificar la existencia de diferencias
en el rendimiento que no se pueden atribuir a las
diferencias en inteligencia u otros rasgos cognitivos.
La creatividad se puede definir de muchas for-
mas distintas, todas ellas coinciden en resaltar su
vinculación con la creación de alguna cosa (a veces
idea o teoría) novedosa u original, a juicio de los
expertos o de la propia experiencia. Según algunos
autores la creatividad es un rasgo de naturaleza
cognitiva y corresponde a una «capacidad o apti-
tud especial» (Minton y Schneider, 1984), mientras
que para otros, la creatividad hace referencia a una
dimensión más temperamental o caracterial (Guil-
ford, 1954). En cualquier caso, este término está
considerado de múltiples formas hasta el punto de
que podría considerarse un constructo de sobre-
significado que hace referencia a aspectos combi-
nados de la inteligencia (en la medida en que se
trata de crear alguna cosa-rendimiento) y de la
personalidad (ya que el énfasis se sitúa en la origi-
nalidad de lo creado), En cualquier caso, la Psico-
logía Diferencial ha desarrollado toda una línea de
trabajos consistentes en la identificación de las di-
ferencias individuales en creatividad, por medio de
e
s
n
1
•
1
I.A PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENCIA DE LO IDIOGRÁFICO? 83

''-
nitivo») se categorizan, a veces, como dirn(;nsiones
m de personalidad ya que incluyen aspectos de r,wti-
vación y temperamentales (Minton y 3c~i,ci,' ~,.-,
1985). Su más adecuada caracterización es L1 de
os ser constructos formulados de forma empírica y
que combinan aspectos cognitivos y de personali-
1
)S.
dad. Su utilidad, en el contexto de las diferencias
individuales, se ha circunscrito al campo del estudio
del rendimiento académico en el cual se ha constitui-
1
:es
do como un principio alternativo al de inteligencia y
en el contexto clínico (aunque con menor utilidad).
Ejemplos de estilos cognitivos son los denurnina-
1
:za
dos «Independencia/ Dependencia de Campo», o
«Reflexividad/ Impulsividad», que serán objeto de
estudio y descripción en otros capítulos.
í
na Edad, Sexo/género y raza

'¡~
La variable Sexo y las diferencias
de ,individuales
El sexo es un concepto que identifica uaa vc1nabfo
que permite, en el contexto de la Psicología Dife-
se rencial, dividir los individuos humanos inicialmen-
te en dos grandes grupos, hombres y mujeres. de

,~
co-

de
tests y el estudio de la capacidad predictiva de esta
dimensión en el rendimiento de los individuos.
Estilo Cognitivo
Es un término inicialmente formulado por Witkin
en los años cincuenta y desarrollado durante los
sesenta por este autor y sus colegas. Este término
más tarde se generalizó a todo un conjunto de
conceptos, provenientes de las más diversas escue-
las psicológicas (de enfoque clínico, educativo, etc.)
y pretendían explicar las diferencias individuales
en la «forma» de utilizar los recursos cognitivos
disponibles. Hacen referencia a las formas de per-
cibir, recordar, y pensar (Kogan, 1971). Estos esti-
los cognitivos son distintos de los constructos ap-
titudinales o de capacidad intelectual y se acercan
más al concepto amplio de personalidad, pero sin
ser de naturaleza emocional. De hecho, podrían
recibir esta última calificación ya que algunos de
ellos (existen más de una veintena de «estilos cog-
1
1
1
1
acuerdo a un conjunto de atributos (de naturaleza
biológica). Los atributos que permiten dividir a las
especies de organismos superiores en machos y
hembras se circunscriben a diversos niveles de in-
tegración biológicos que van, desde el ni:vel genéti-
co (genotipos distintos), al nivel social (roles y pa-
peles sociales distintos), pasando por el nivel
endocrino (hormonal) y el nivel orgwísmicc
gos sexuales primarios y secundario;.;) ¿Est? ,i:;
ma clasificación sirve para hacer nJer,:ncia :_, ,as
características psicológicas? ¿Existe una homoge-
neidad y una distinción de los atributos y rasgos
psicológicos que permita una clasificación d::o k,s
seres humanos, en función de su sexo? La Ps:c,1c,
gía Diferencial ha tratado este problema erí el con-
texto de las diferencias de grupo. Se ha ocupado
de estudiar si hombres y mujeres tienen diferencias
en los procesos cognitivos y en las capacidades
mentales, si sus temperamentos, o rasgos de perso-
nalidad son también distintos, si su rendimiento
académico o laboral es distinto o si sus motivos y
aspiraciones siguen también la dicotomía de los
aspectos más biológicos.
El desarrollo del estudio diferencial, del impacto
de la variable «sexo» en la conducta, ha generado
numerosas aportaciones entre las que destaca la
de «género». El estudio psicológico del efecto del
 84 PSICOLOGÍA DIFERENCIAL
sexo en la conducta no se circunscribe a los carac-
teres sexuales primarios de los individuos, como
son las hormonas y la reproducción, ni tampoco a
los secundarios, como es el desarrollo de la talla o
la estructura ósea. En concreto, se ocupan de las
diferencias en las conductas, actitudes y disposicio-
nes psicológicas.
La investigación empírica de las diferencias en
la conducta, asociadas a la variable sexo pronto
evidenció la insuficiencia de la clasificación dicotó-
mica exclusivamente basada en el sexo morfológi-
co. El término hombre y mujer, además de su con-
notación biológica tenía una enorme connotación
social. Para superar las dificultades que crean los
términos «macho y hembra» determinados según
el sexo morfológico y genético exclusivamente, en
Psicología se formuló el concepto de. «género». El
«género» es un concepto psicológico y cultural que
hace referencia a los ·sentimientos subjetivos que
identifican al sujeto con un hombre o una mujer
(identidad de género), también hace referencia a la
valoración social de la conducta del individuo (rol
de género). El grado con el cual se identifica a una
persona, en cuanto a su «masculinidad y femini-
dad», es lo que se denomina identidad de género o
«tipo de género». En este sentido, mientras que la
clasificación genética y morfológica de los sexos es
relativamente precisa y dicotómica, al referirnos a
los géneros, si bien se parte de una clasificación
también bipolar, no necesariamente hay una co-
rrespondencia biunívoca entre las clasificaciones
basadas en el «sexo» y los basadas en el «género».
· Así, podemos encontrar mujeres (hembras) con un
nivel importante de masculinidad en ciertos rasgos
del temperamento, o viceversa. La importancia de
distinguir entre sexo y género se fundamenta en la
importancia de distinguir los aspectos estrictamen-
te biológicos de los psicológicos y sociales de los
individuos humanos. Normalmente, se asume que
las diferencias entre hombres y mujeres se deben a
los determinantes biológicos, al sexo; sin embargo,
la Psicología Diferencial, ha demostrado que estas
diferencias, que se extienden desde los más simples
aspectos psíquicos hasta los más complejos, son
debidos a multitud de factores de tipo socio-cultural,
además de los biológicos. Estas implicaciones y el
desarrollo de los problemas diferenciales asociados
al sexo y al género se estudiarán en los capítulos
específicos dedicados a las diferencias sexuales en
inteligencia y capacidades cognitivas y a las dife-
rencias sexuales en personalidad y temperamento.
Edad y Dijerencias Individuales
Una primera aproximación a este término, y su
significado en Psicología, nos lleva a diferenciar
distintos individuos según su edad. Por una parte,
existe la ~i,Ql2gii;J1, es decir, el tiempo trans-
currido entre-el nacimiento de un individuo y el
momento al que hace referencia ese valor. No obs-
tante, existen otras apreciaciones de la variable
edad.·Existe la Edad I>sicológica.., que hace referen-
cia a cómo el indÍvÍduo es cariz de adaptarse a su
medio en comparación con sus congéneres (en la
inteligencia la denominamos Edad Mental) y la
Edad Socü1L que hace
~ .
referencia a la medida en
que un 'individuo se corresponde, en su comporta-
miento y rql social, a lo que su entorno esperaría
de él en base a la edad biológica. Estas definicio-
nes tienen únicamente un valor heurístico. En Psi-
cología, se utiliza el término Edad.Cronológica de
fácil comprensión y mayor precisión. No obstante,
hay que insistir que el término Edad Cronológica
(EC) es una variable vacía, simplemente un índice
del paso del tiempo. Los cambios que sufre un
individuo a lo largo de su vida no los provoca la
edad sino que están causados por los procesos bio-
lógicos, psicológicos y sociales que coinciden, en
su acción, con el_ paso del tiempo;
El individuo muestra una sucesión clara de
cambios asociados a esta variable. La ~9Z.Ü!·
del desarroU9, es la encargada de estudiar cómo
To s oistiiúos. procesos y fenómenos psicológicos
0
r
van evolucionando al compás del paso del tiempo.
J:;:sta disciplina, actualmente no circunscribe el es- (
tudio del desarrollo al período infantil y adolcs-- 3
cente, sino que se ocupa de todos los períodos por e
los que el individuo humano transcurre, desde el
nacimiento hasta su muerte (este enfoque se deno- 1
mina del «ciclo vital» o «life span» ).
En Psicología Diferencial, nos ocupamos de las I
diferencias (más de los cambios) asociadas a la 11
edad cronológica. Las diferencias en las capacida- c
des cognitivas, en la formación de la personalidad, a
en la maduración del temperamento; sus diferentes I
determinantes y efectos son los temas que la Psico- lt
logía Diferencial estudia en un enfoque predomi- e
nantemente de grupos (variabilidad ínter-grupal). s
Pero también asociado a la variable EC, se pueden e
estudiar los fenómenos de variabilidad intraindivi- e
dual diacrónica. Estos dos enfoques han requerido 1
de la Psicología Diferencial la puesta a punto de d
unas metodologías particulares, que son los méto- ti
 lA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL: ¿CIENCIA DE LO IDIOGRÁFICO? 85

-:a-
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3cte
)logía
-'if'l.10 Ilustración 2.5. Recientemente un destacado generalista, Luigi Cavalli-Sforza ha publicado un estudio donde se
.....os relacionan la distribución geográfica de las razas y la tipología de las lenguas habladas existentes en él mundo .
empo.

=-~::
JS por
dos longitudinales y los transversales, y que son
adecuados para el estudio de la~iferencias de
edad en los individuos.
les que manifestaban estas razas. La sc·egu'1da , c1-
zón, era delimitar la validez de la hip,~:,,,;3 de 1,-:
monogenia o poligenia humana. Estas hipoú:-sis,
~el de marcado carácter creacionista (que se desecha-
...a10- La raza y la Psicología Diferencial ron con la aparición de la teoría de la evolución),
sostenían que el hombre (como especie) habí::i sido
~las La preocupación por las razas se va abriendo ca- creado por Dios a partir de Adán y bva. y las
~la mino entre los científicos europeos, como conse- razas existentes de hombre eran el resultado de la
,acida- cuencia de los viajes y exploraciones que se llevan degeneración de los primeros descendientes de
dad,
:l tes
Psíco-
a cabo con tanta asiduidad desde el siglo XVII.
Pronto se aprestan estos investigadores a estudiar
los rasgos que diferencian a las razas, ocupándose
aquella pareja original (hip. monogénica). Para la
hipótesis poligénica, las razas habían sido creadas
como especies diferentes. De este modo, se daba
;:domi- especialmente, de medidas tales como el cráneo y cuenta de la variabilidad de los individuos huma-
:il:al). su medición geométrica. Dos motivos subyacen a nos y se diseñaban teorías para explicar ese fenó-
Jueden esta tradición de la antropología que se desarrolló meno. Nos interesa resaltar aquí, que para la com-
tindivi- especialmente en la segunda mitad del siglo xrx. probación o rechazo de estas hipótesis, se inició un
.ido La primera idea, era la de describir y justificar las estudio empírico y sistemático, desarrollado espe-
mtó de diferencias raciales que pudieran explicar las dis- cialmente por Morton (1793-1851) en Estados
; méto- tintas características comportamentales y cultura- Unidos y Bracea (1824-1880) en Europa, que se
2
:1

=-....
--
basaba en la aplicación de las técnicas antropomé-
tricas y estadísticas de las características raciales
para estudiar las similitudes y las diferencias entre
los individuos de las razas, y se hizo extensivo a
los individuos de distinto sexo dentro de cada raza
(S. J. Gould, 1986).
El estudio de las razas en el marco de la Psico-
logía Diferencial, se ha desarrollado muy amplia-
mente en la Psicología Norteamericana, especial-
mente en la temática de las capacidades cognitivas,
y en mucho menor grado, en la personalidad. Los
resultados de los estudios que relacionan las capa-
cidades cognitivas co11 las razas; siempre han pro-
vqcado importantes· debates. y posturas ericontrá-
das, especialmente, cuándo sé ha querido vincular las
diferencias genéticas que sostienen las diferencias ra-::
ciales con las capicidades o aptitudes súpe:ri9res.
Diferencial corno «la ciencia que estudia las dife-
rencias individuales en la vida mental». Como ob-
jeto de estudio se ha considerado la existencia de
tres tipos de variabilidad que son importantes
para la comprensión de la conducta y que son: la
variabilidad ínter-individual (la más estudiada), la
variabilidad intra-individual y la ínter-grupal. Asi-
mismo, hemos descrito la importancia de conside-
rar la variación intra-individual como algo distinto
y complementario a los cambios intra-individuales,
que se estudian como resultado de los procesos de
maduración y desarrollo. A lo largo del resto del
capítulo; se han descrito los principales conceptos
que las ciencias utilizan en su corpus teórico y, así,
· 'se habla de los conceptos de variable, dimensión y
escala y son los constructos y variables interrne-
diariás y sus tipos. Por último, dedicamos una eX'-
tensa parte de este capítulo a precisar qué se en~

RESUMEN
. tiende por rasgo psiéológico · tópico central 'en la
Psicología Diferencial y se compara con otros
l
como el de hábito y estado. Por último, y a mod9
En• este capítulo se ha considerado el estudio de
las diferencias individu;iles en el coniportámiento
como un enfoque específico de la Psicología cientí-
fica, en este sentido, se ha definido la Psicología
· de diccionario psicológico, se definen aquellos tér-
minos específicos de • la Psicología Diferencial
como son las capacidades, aptitudes, temperamen-
to, creatividad, estilo cognitivo y género. ,
1

i
I
Atributo Estado Personalidad
Cambio íntraindividual
Capacidad
Estilo Cognitivo
Etnia
Rasgo
Raza
i
L
Carácter Explicación distal RendiJ»iento
Cohorte (generación)
Consistencia (Transituacional)
Explicación proximal
Generalización
Temperamento
Tipo
.1
l
Constitución Género Variabilidad intraindividual r,
Constructo hipotético
Creatividad
Grupo
Habilidad
Variabilidad intergrupal
Variabilidad interindividual 1
L
Destreza Hábito Variable intermediaria
Dimensión
Escala
Idiográfico
Indicador
Variable
Variable latente 1D
Estabilidad (temporal) Nomotético
1
LECTURAS COMPLEMENTARIAS
Para ampliar este tema se puede acudir a:
EYSENCK, H. J., y EYSENCK, M. W.: Personalidad y Dife- ANDRÉS PuEYO, A., y Tous, J. M.: Psicología Diferencial y
rencias Individuales, Pirámide, Madrid, 1985. de la Personalidad, PPU, Barcelona, 1989.
TYLER, L. E: Psicología de las Diferencias Humanas, Ma- AMELANG, M., y BARTUSSEK, D.: Psicología Diferencial e in-
rova, Madrid, 1973. vestigación de la Personalidad, Herder, Barcelona, 1986.