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Bases histórico-epistemológicas de la
Psicología Cognitiva
John Nelson AVILA TORRES
Edoc
Jenni Hernández
WÉm/ 0 é
Liz Lopez
Imagen ment al y represent ación espacial: Ext ernalización de est rat egias manejadas por invident es q…
Edit orial UPN
1
U N IVERSID AD N ACION AL D EL Co m ah u e
Facultad de Ciencias de la Educación
1
Gardner, Howard (1987) La nueva ciencia de la mente. España: Paidós. Pág. 21
2
de Vega, Manuel (1984): Introducción a la Psicología Cognitiva. Madrid: Alianza Editorial Pág. 23
3
Carretero, Mario (1997) Introducción a la psicología cognitiva. Bs. As. Aique. Pág. 32.
2
psíquica se había agotado. Pronto, los factores internos se trasform aron en “factores internos
cognitivos” y dieron lugar a esta nueva propuesta teórica.
De m odo general, la Ciencia Cognitiva es el conjunto de principios teóricos y de
program as de investigación relativos al funcionam iento de la m ente en general y a la
adquisición de conocim ientos en particular. La nueva ciencia cognitiva, ha com binado en su
constitución diferentes génesis disciplinares, incorporando aportes de la Filosofía,
Lingüística, Antropología, Neurociencias, In teligencia Artificial y Psicología. Siem pre
orientada en la búsqueda de la com prensión del conocim iento. 4
En sus com ienzos im plicó fundam entalm en te desarrollos en el cam po de la
Inteligencia Artificial (IA), pero posteriorm ente se extendió al procesam iento de inform ación
en sistem as cognitivos hum anos.
En particular, y a diferencia de la Ciencia Cognitiva, Mayer (1985) señala que la
Psicología Cognitiva es entendida por los diferentes psicólogos en tres form as posibles: 1)
com o m odelo que se diferencia del conductism os y del psicoanálisis, 2) com o estudio de
funciones psíquicas tales com o m em oria, atención etc, y 3) com o una nueva perspectiva
teórica que incorpora el m odelo del procesam iento de la inform ación.
Propone com o definición: “el análisis científico de los procesos m entales y
estructuras de m em oria hum anos con el fin de com prender la conducta hum ana” 5 . Por
análisis científico entiende el diseño de m étodos indirectos para observar y estudiar la vida
m ental; respecto del proceso y de las estructuras m entales, le interesa saber de qué form a
una persona pone en juego sus estructuras y conocim ientos en la actividad m ental. Persigue
com o objetivo la com presión de la conducta hum ana.
El autor propone diferenciar a la Psicología Cognitiva tanto del Conductism o com o del
Psicoanálisis, a partir de caracterizar sus m étodos y su objeto de estudio. El Conductism o
estudia la conducta entendida com o m anifestación objetiva, m ediante m étodos
experim entales, dejando de lado las variables internas del com portam iento. El Psicoanálisis
estudia el inconsciente m ediante m étodos clínicos. En este sentido, la Psicología Cognitiva
coincide con los otros m odelos en cuanto al objetivo de com prender la conducta, pero difiere
del Conductism o, porque considera variables internas y del Psicoanálisis porque utiliza
m etodología experim ental.
4
Estas relaciones interdisciplinarias fueron expresadas por Gardner (1895) en la figura del hexágono
epistemológico que grafica vínculos fuertes y débiles entre las disciplinas mencionadas
5
Mayer, E. Richard (1985). “El futuro de la Psicología Cognitiva”. Madrid: Alianza. Pág.17
3
tem as de la agenda cognitiva (percepción, aprendizaje, m em oria) han form ado parte de sus
investigaciones 6 .
Por su parte, el im presionante program a teórico del Psicoanálisis determ inó una
ruptura epistem ológica en la concepción del psiquism o, al postular que la esencia del m ism o
es de naturaleza inconsciente, y al utilizar el m étodo de l a ”asociación libre” com o vía de
acceso a la representaciones reprim idas, que se expresan sustitutivam ente m ediante
síntom as, sueños o actos fallidos.
Estos tres paradigm as (Conductism o, Psicoanálisis y Gestalt) coexistieron y
m antuvieron su vigencia por tres décadas, a partir de 1920 . A partir de 1950 existió un
am biente m aduro en el contexto de la investigación científica en general y de la Psicología en
particular. Diferentes disciplinas se interesaron en la problem ática del conocim iento y esto
posibilitó finalm ente el advenim ien to de la revolución cognitiva.
Gardner, 7 (1985) distingue cinco características de la conciencia cognitiva:
1. La existencia de representaciones
Se adm ite que entre lo que entra y lo que sale de la m ente, opera algún nivel de
interm ediación, sím bolos, reglas, im ágenes, ideas que se han denom inado representaciones
y que sirven para explicar la actividad cognitiva hum ana. El estatus teórico de este constructo
ha sido y es discutido en el conjunto del cognitivism o. Se reconocen dos posiciones: una de
ellas, enm arcada en una línea neurobiológica que apoyan la representación sobre la
estructura del sistem a nervioso; y otra posición, m ás social e histórica que señala a las
representaciones com o productos sociales de existencia individual. Actualm ente, el nivel de
representación resulta una variable innegable para la com prensión de la actividad m ental
hum ana.
2. Las com putadoras
La invención del ordenador en las décadas del 20 y del 30 y su desarrollo a partir de
1950 , resultaron un avance decisivo para el surgim iento de la ciencia cognitiva. Estos
dispositivos electrónicos, perm itieron establecer analogías entre las form as de procesam iento
de inform ación en sistem as artificiales y en sistem as naturales; adem ás, posibilitaron la
creación de m odelos de sim ulación que perm itían recrear algunas condiciones hum anas
com o pensar (Carretero 1997) 8
Con todo, el optim ism o inicial sobre las posibilidades de explicar analógicam ente el
procesam iento hum ano y el artificial, tom ando com o m odelo a los procesos com putacionales,
encontró su lím ite. No era posible explicar satisfactoriam ente la atribución de significados
6
Marx, M. y Hillix, W. (1979): Sistemas y teorías psicológicos contemporáneos. Bs. As. Paidós.
7
Gardner, Howard (1987): “La nueva ciencia de la mente”. España: Paidós. Pág. 55/62
8 Este autor señala la realización de algunos m odelos cibernéticos, inspirados en la m áquina de Turing que
reproducían la m odalidad de razonam iento paranoico en el Program a ELIZA. Aunque el ordenador perm anecía
ajeno al significado del discurso, al lector le resulta difícil distinguir en el dialogo de estilo rogeriano, quién es el
hum ano y quién es la m áquina.
5
propia del hum ano. “El pensam iento hum ano, radica en fuerzas históricas y culturales que
se hallan fuera de la cabeza del hom bre, y que son difíciles de conceptuar en térm inos de la
com putadora”9
3. Atenuación de la im portancia atribuida a los afectos, el contexto, la cultura y la
historia.
Una de las características asignadas a la Psicología Cognitiva, por lo m enos en la
prim era época, es que en térm inos generales no ha otorgado suficiente im portancia en la a los
aspectos afectivos, históricos y contextuales que intervienen en el com portam iento.
4. Creencia en la validez de los estudios interdisciplinarios
Actualm ente no existe una ciencia cognitiva unificada. Se reconoce la confluencia de
disciplinas que abordan desde sus m arcos, aspectos relacionados con la cognición. En
algunos casos sus desarrollos resultan com plem entarios e integrativos y en otros casos se
corresponden con avances individuales.
5. Raíces en la tradición filosófica clásica
El autor señala la existencia de desacuerdos en la valoración que los autores
cognitivos han atribuido a las raíces filosóficas del conocim iento. Indica que ya en la filosofía
clásica se recortaba la preocupación gnoseológica.
En el texto de referencia, el autor realiza un recorrido epistem ológico de las corrientes
que intervienen en el debate. Parte de los filósofos m odernos: Descartes y Kant, continúa con
el em pirism o lógico (Russell, Carnap) y finaliza con los planteos de Fodor acerca del
funcionam iento m odular de la m ente hum ana.
Finalm ente, hasta aquí se han reseñado los principales aspectos que configuraron la
denom inada revolución cognitiva, que com enzara en los inicios de la década del 60 . Sin duda
alguna los avances de disciplinas contiguas a la Psicología cim entaron el terreno para la
inclusión de variables internas en la com prensión de la com plejidad del com portam iento
hum ano. La idea central de que los procesos psíquicos - en adelante, procesos cognitivos -
eran resultado de la intervención de variables m ediacionales cam bió el curso de las
indicaciones técnicas y de las concepciones teóricas de la naciente Psicología Cognitiva.
este m odo, el objeto de estudio varió “desde la introspección y estudio de la m ente, hacia el
desarrollo y exam en de los principios de la adquisición y cam bio de conducta” 10 .
El sistem a conductista se transform o en una teoría del aprendizaje que explicó la
adquisición de nuevos com portam ientos sobre la base del condicionam iento clásico y
operante. Este enfoque era relativam ente ahistórico y se inspiraba en una causalidad lineal.
De estos m odelos iniciales, se derivaron técnicas conductuales tales com o la
desensibilización sistem ática, y el refuerzo positivo.
El am bientalism o extrem o representado por los conductistas, operó en el rechazo de
toda variable interna en la explicación del com portam iento, de m odo que se im puso el
esquem a E → R y no era legítim o considerar otras variables 11. La m ente se redujo a un
“epifenóm eno” reactivo descrito por m edio de la m etáfora de la “caja negra”, que no podía
dar cuenta de las diferencias individuales “..., la caja negra, parecía ser responsable de
m ucha m ás variancia de lo que podía pensarse” 12 . Merece especial atención el tratam iento
dado por Skinner a la variable social, pues para este autor la psicología debía convertirse en
una ingeniería de la conducta encam inada al control social 13 .
Luego de estas dos posiciones, la del conductism o clásico representado por Watson,
la del neoconductism o representado por Skinner, continúa otro período en la evolución del
conductism o que se conoce com o conductism o de tercera generación.
Albert Bandura a partir de 1960 desarrolló su teoría del aprendizaje social: incorporó
la idea de que no solo el refuerzo opera en el establecim iento de un com portam iento, sino que
tam bién es necesario considerar el efecto de influencia recíproca que un sujeto tiene sobre
otro. La observación del com portam iento de otro, es tam bién una form a de aprender. Este
tipo de aprendizaje denom inado aprendizaje vicario consideró la intervención de variables
cognitivas y dejó de lado la visión del aprendizaje com o proceso autom ático. Sin em bargo.
“Mientras el foco del problem a cam bió de la conducta externa a la conducta interna, la
conceptualización básica del problem a y las estrategias de intervención aplicadas seguían
siendo de tipo conductual”14
Paralelam ente a este enfoque conductual, evoluciona tam bién un enfoque cognitivo,
que ponía el acento en la consideración de variables conceptuales y la intervención cognitiva.
Se destacan dos autores principales: Albert Ellis y Aarón Deck.
10
Caro, Isabel G (1997): “Manual de Psicoterapias Cognitivas”. Barcelona: Paidós. Pág. 27
11
La posición del ambientalismo extremo se sustenta en uno de los postulados del conductismos, denominado
conductismo metodológico que expresa que en caso de que pudiera ser considerada la consciencia, está no
podría ser estudiada por razones de método. No era un objeto compatible con las banderas del objetivismo.
12
Caro Isabel G. Op. cit. Pág. 27
13
Para más información acerca de la posición skinneriana frente a lo social, ver: "El modelo conductista: un
enfoque asociacionista" Mimeo -FCE (1994)
14
Caro Isabel G. Op. cit. Pág. 28
7
Ellis, form ado inicialm ente com o psicoanalista se propuso encontrar una m etodología
de trabajo que pudiera acortar los tiem pos de tratam iento. Identificó entre las causas de
patología de sus pacientes “patrones distorsionados de pensam ientos específicos. Entre sus
aportes se destaca la distinción entre creencias racionales y creencias irracionales. Planteo el
esquem a m etodológico m étodo A_ B_ C inspirado en el filósofo Epícteto quién consideraba
que los hom bres no se perturban por las cosas en sí, sino por la visión que tenían de ellas. En
este esquem a B, ocupa el lugar de la creencia, de m odo que los estím ulos A y las Respuestas C
están m ediadas por las creencias B.
Su propuesta TR (Terapia Racional), TRE (Terapia Racional Em otiva), y TREC
(Terapia Racional Em otiva Conductual) persigue la consecución de un cam bio cognitivo en el
punto de vista del paciente, m antuvo el enfoque ahistórico y conservó el m odelo de la
causalidad lineal.
Aarón Beck, proveniente del psicoanálisis teórico, desarrolló un m odelo cognitivo de
la depresión que consideraba que esta era efecto de la ira y la hostilidad dirigidas hacia sí
m ism o. Consideraba que el paciente organizaba una tríada cognitiva que incluía visiones
negativas (pensam ientos autom áticos) acerca de sí m ism o, del m undo y del futuro. Estas
distorsiones cognitivas, son conceptualm ente sim ilares a las creencias irracionales de Ellis 15
3 . Su p u e s to s ge n e rale s d e lo s e n fo qu e s co gn itivo s
Con independencia de los desarrollos particulares que han asum ido los enfoques
cognitivos en sus diferentes m odelos, se asum e que los m ism os com parten los siguientes
supuestos:
15
Caro Isabel G. Op. cit. Pág. 31
8
por J erom e Bruner y que constituye una de las ideas potentes en que se originó el paradigm a
cognitivo.
“El objetivo de la revolución cognitiva, era recuperar la m ente, en las ciencias
hum anas, después de un prolongado y frió invierno objetivista..., y o y m is
am igos, creíam os que se trataba de un denodado esfuerzo por instaurar el
significado com o concepto fundam ental de la psicología, su m eta era descubrir
y describir form alm ente, los significados que los seres hum anos creaban a
partir de sus encuentros con el m undo, para luego proponer hipótesis acerca de
los procesos de construcción de significados...” 16
En este párrafo, Bruner, con su deliciosa prosa, recentra el problem a del significado
com o núcleo original del cognitivism o. Más adelante agrega; “Todo fue m uy bien, tan bien ,
en realidad, que puede que en últim a instancia, hay am os sido víctim as de nuestro propio
éxito “ (George Miller, com unicación personal, citado en Bruner)
Lo que sucedió tem pranam ente a juicio del autor, fue, que el significado fue sustituido
por la inform ación y la construcción por el procesam iento.
La recuperación de estas ideas iniciales de la revolución cognitiva, dio m arco al
m odelo constructivista que centrado en una nueva m etáfora, la m etáfora narrativa colocó en
el centro de la escena al significado.
Autores españoles, enrolados tam bién en esta perspectiva (Carretero, 1997; Pozo,
20 0 1; Marrero y Rodríguez, 1985), han valorado la im portancia de la construcción de los
significados personales vinculándolos a una necesaria génesis social que resitúa a la
significación en la perspectiva del construtivism o social.
Para Carretero, la narratividad, esto es, contar historias constituye la form a m ás
adecuada en que le conocim iento hum ano tom a form a, lo señala com o punto de corte en la
concepción del procesam iento de la inform ación. Indica que los sutiles m atices sem ánticos
de las historias y sus intrincadas tram as, perm anecen ajenos a todo sistem a que opere con la
sola lógica de un procesam iento binario y algorítm ico del ordenador que deslum bró
m aravillosam ente en el apogeo del espejism o com putacional.
Tam bién resulta un aporte interesante en esta concepción los desarrollos acerca de las
teorías im plícitas (Marrero y Rodríguez, 1985) “Las teorías im plícitas, se consideran, pues,
representaciones individuales basadas en experiencias sociales y culturales. Por experiencia
nos referim os a episodios personales de contacto con una pauta socio cultural, definida por
una práctica y un form ato de interacción social” 17
16
Bruner, Jerome (1995): Actos de Significado. Más allá de la revolución cognitiva”. Madrid: Alianza.. Pág. 21/22
17
Rodríguez A. y Marrero J. (1985): Las teorías implícitas. Una aproximación al conocimiento Cotidiano. Madrid:
Visor.
10
Biblio grafía
BARINGOLTZ, Sara (com p) (20 0 0 ): “Integración de aportes cognitivos a la Psicoterapia”.
Argentina: Editorial Lum iere..
BARINGOTLTZ, S; BRADA, G. y otros (20 0 4) “Enfoque Cognitivo en Psicoterapia. Síntesis
de contenidos tem áticos:”. Buenos Aires: CTC.
BECK, J udith S. (20 0 0 ): “Terapia Cognitiva” Barcelona: Editorial Gedisa.
BRUNER, J erom e (1995): “Actos de Significado. Más allá de la revolución cognitiva”.
Editorial Alianza. Madrid
CARO, Isabel G.(com p) (1997) “Manual de Psicoterapias Cognitivas”. Editorial Paidós:
Barcelona
CARRETERO, Mario (1997): “Introducción a la Psicología Cognitiva”. Editorial Aique.
Buenos Aires
GARDNER, Howard (1987) “La nueva ciencia de la m ente” Paidós: España
KAZDIN, A. “Historia de la Modificación de la Conducta. Fundam entos experim entales de
la Investigación actual”.
LAZDIN, A. “Historia de la Modificación de la Conducta. Fundam entos experim entales de la
investigación actual”. Capitulo 9.
MAYER, E. Richard (1985) “El futuro de la Psicología cognitiva”. Editorial Alianza.
POZO, J uan I. (20 0 1)“Hum ana m ente. El m undo, la conciencia y la carne”. Editorial
Morata. Madrid
RODRÍGUEZ, A. y MARRERO, J . (1985) “Las teorías im plícitas. Una aproxim ación al
conocim iento Cotidiano”. Editorial Visor. Madrid.
SEMERARI, Antonio (20 0 2) “Historia, Teorías y Técnicas de la Psicología Cognitiva”.
Paidos. España