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DISPOSITIVOS PSICOTERAPÉUTICOS

SEMINARIO PSICOANÁLISIS E INFANCIAS

PRIMER PARCIAL 2022


BIBLIOGRAFÍA

MÓDULO 1 : Contextualización e introducción al campo de las Psicoterapias 2

Agamben, Giorgio (mayo-agosto de 2011) ¿Qué es un dispositivo?. Sociológica, 26 (73), 249-264. 2

Bibliografía específica seminario (EVA)

Castro, E. El vocabulario de M. Foucault 3

Deleuze, G. ¿Qué es un dispositivo? 4

García Fanlo, L. ¿Qué es un dispositivo? Foucault, Deleuze, Agamben 6

MÓDULO 2. Enfoque histórico de las Psicoterapias 10

Apuntes audio de clase 1 - Kriz 10

Apuntes audio clase 2 - Ellemberger 12

Apuntes audio clase 3 - Dunker, Roudinesco, Rodríguez Nebot 16

Dunker, Ch. (2011) "Introdução". En: Estrutura e constituição da clínica psicanalítica. Uma arqueologia
das práticas de cura, psicoterapia e tratamento. São Paulo: AnnaBlume. (pp. 19-53) (Texto en portugués) 19

Ellemberger, H. (1970) El descubrimiento del inconsciente. Madrid: Gredos, 1976. (pp. 20-135) 25

Freud, S. (1905[1904]) "Sobre psicoterapia". En: Obras completas, vol. VII. Buenos Aires: Amorrortu,
1999 (pp. 243-258) 44

Freud, S. (1919[1918]) "Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica". En: Obras completas, vol. XVII.
Buenos Aires: Amorrortu, 1999 (pp. 153-163) 48

Keegan, E. &. P. Holas (2010) "Terapia cognitivo-comportamental. Teoría y práctica". 51

Kriz, Jürguen (1985) Corrientes fundamentales en Psicoterapia. Buenos Aires: Amorrortu, 1990
(pp 21-151; 219- 228; 267-268; 274- 280) 67

Rodriguez Nebot, J. (2010) "Introducción a las técnicas psicoterapéuticas". En: Clínica y


subjetividad. Montevideo: Psicolibros. (pp.162-171) 102

Roudinesco, E. (2004) "Las psicoterapias". En: Roudinesco, E. El paciente, el terapeuta y el Estado.


Buenos Aires: Siglo XXI, 2005 (pp. 37-63). 106
MÓDULO 1 : Contextualización e introducción al
campo de las Psicoterapias

Agamben, Giorgio (mayo-agosto de 2011) ¿Qué es un


dispositivo?. Sociológica, 26 (73), 249-264.

Un dispositivo es un conjunto heterogéneo que incluye virtualmente cada cosa:


discursos, instituciones, edificios, leyes, proposiciones filosóficas, etc. El
dispositivo, tomado en sí mismo, es la red que se tiende entre estos elementos.

Siempre tiene una función estratégica concreta que está inscrita en una relación
de poder. Como tal, el dispositivo resulta del cruzamiento de relaciones de poder y
de saber

Dispositivo sería todo aquello que tiene, de una manera u otra, la capacidad de
capturar, orientar, determinar, interceptar, modelar, controlar y asegurar los
gestos, las conductas, las opiniones y los discursos de los seres vivos. No
solamente las prisiones, sino además los asilos, el panoptikon, las escuelas, la
confesión, las fábricas, las disciplinas y las medidas jurídicas, en las cuales la
articulación con el poder tiene un sentido evidente; pero también el bolígrafo, la
escritura, la literatura, la filosofía, la agricultura, el cigarrillo, la navegación, las
computadoras, los teléfonos portátiles y, por qué no, el lenguaje mismo.

Existen dos clases: los seres vivos (o las sustancias) y los dispositivos. Entre las dos,
como tercera clase, los sujetos. Sujeto es lo que resulta de la relación cuerpo a
cuerpo, entre los vivientes y los dispositivos. Naturalmente, como en la antigua
metafísica, las sustancias y los sujetos parecen confundirse, aunque no
completamente. Por ejemplo, un mismo individuo, una misma sustancia, pude dar
lugar a muchos procesos de subjetivación: el usuario de teléfonos celulares, el
internauta, etc. Al desarrollo infinito de los dispositivos de nuestro tiempo
corresponde un desarrollo asimismo infinito de los procesos de subjetivación.

Los dispositivos existen desde que el homo sapiens apareció. Sin embargo, parece
que actualmente no hay un solo instante en la vida de los individuos que no sea
modelado, contaminado o controlado por un dispositivo. ¿Entonces, de qué
manera nos podemos oponer a esta situación, qué estrategia debemos adoptar en
nuestro cuerpo a cuerpo cotidiano frente a estos dispositivos? No se trata
simplemente de destruirlos ni, como sugieren algunos ingenuos, de utilizarlos con
justeza.
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Aquello que define a los dispositivos que empleamos en la fase actual del
capitalismo es que no efectúan la producción de un sujeto, sino más bien que son
procesos que podemos llamar “procesos de desubjetivación”.

Si un proceso de subjetivación (y, en nuestro caso, un proceso de desubjetivación)


corresponde a cada dispositivo, es a todas vistas imposible que el sujeto del
dispositivo lo utilice “de manera correcta”.

De este modo, las sociedades contemporáneas se presentan como cuerpos inertes


atravesados por gigantescos procesos de desubjetivación, los cuales no responden
a ninguna subjetivación real. Como consecuencia de ello, surgen el eclipse de la
política que suponen los sujetos y las identidades reales (el movimiento obrero, la
burguesía, etcétera) y el triunfo de la economía, es decir, de una pura actividad de
gobierno que no persigue otra cosa que su propia reproducción

Castro, E. El vocabulario de M. Foucault

Foucault reconoce que en su trabajo hay una falta de análisis del poder, de la
relación entre lo discursivo y lo no-discursivo. A esta necesidad responde la
introducción del concepto de dispositivo como objeto de la descripción
genealógica.

Foucault hablará de dispositivos disciplinarios, carcelar, de poder, de saber, de


sexualidad, de subjetividad, verdad, etc.

Podemos delimitar la noción foucaultiana de dispositivo como sigue:


1. Es la red de relaciones que se pueden establecer entre elementos
heterogéneos: discursos, instituciones, arquitectura, reglamentos, leyes, medidas
administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas, morales,
filantrópicas, lo dicho y lo no-dicho.

2. Establece la naturaleza del nexo que puede existir entre estos elementos
heterogéneos. Por ejemplo, el discurso puede aparecer como programa de una
institución, como un elemento que puede justificar u ocultar una práctica.

3. Se trata de una formación que en un momento dado ha tenido por función


responder a una urgencia. El dispositivo tiene así una función estratégica,
como, por ejemplo, la reabsorción de una masa de población flotante que era
excesiva para una economía mercantilista

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4. Además de definirse por la estructura de elementos heterogéneos, un
dispositivo se define por su génesis.

5. El dispositivo, una vez constituido, permanece tal en la medida en que tiene


lugar un proceso de sobredeterminación funcional: cada efecto, positivo o
negativo, querido o no-querido, entra en resonancia o contradicción con los otros
y exige un reajuste. Por otro lado, nos encontramos también con un proceso de
perpetuo rellenamiento estratégico. Un ejemplo es el caso de la prisión. El sistema
carcelario produjo un efecto que no estaba previsto de antemano, ni tiene nada
que ver con la astucia estratégica de un sujeto meta- o transhistórico que habría
querido o planificado.

Deleuze, G. ¿Qué es un dispositivo?

Dispositivo es una especie de ovillo o madeja, un conjunto multilineal. Compuesto


de líneas de diferente naturaleza que no abarcan ni rodean sistemas sistemas,
cada uno de los cuales serían homogéneos por su cuenta, sino que siguen
diferentes direcciones, forman procesos siempre en desequilibrio, se acercan y
alejan entre sí.

Cada línea está quebrada y sometida a variaciones de dirección. Los objetos


visibles, las enunciaciones, las fuerzas, los sujetos son como vectores o tensores.
De esta manera Saber, Poder y Subjetividad no poseen contornos definitivos, sino
que son cadenas de variables relacionadas entre sí.

Las dos primeras dimensiones de un dispositivo que distingue Foucault son


curvas de visibilidad, y curvas de enunciación. Los dispositivos son máquinas
para hacer ver y para hacer hablar.

En tercer lugar un dispositivo implica líneas de fuerza que rectifican, trazan


tangentes, envuelven trayectos de una línea a otra. Invisible e indecible, la línea de
fuerza está estrechamente mezclada con las otras, y sin embargo no se la puede
distinguir. Es la dimensión del poder.

Finalmente están las líneas de objetivación. Cuando la línea, (la fuerza) en lugar
de entrar en relación lineal con otra fuerza se vuelve sobre sí misma, se ejerce
sobre sí misma, o se afecta ella misma.

Una línea de subjetivación es un proceso, es la producción de subjetividad en un


dispositivo. El si - mismo no es un saber ni un poder, es un proceso de

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individuación que tiene que ver con grupos o personas y que se sustrae a las
relaciones de fuerzas establecidas como saberes constituidos.

Los dispositivos tienen como componentes líneas de visibilidad, de enunciación, de


fuerzas, de subjetivación, de ruptura, de fisura, de fractura que se cruzan y
mezclan. De esta circunstancia se desprenden dos consecuencias para la filosofía
de los dispositivos:

- el repudio a los universales: lo uno, el todo, el objeto, lo verdadero, el


sujeto, no son universales, sino que son procesos singulares de unificación,
de totalización, de verificación, de objetivación, de subjetivación, procesos
inmanentes a un determinado dispositivo.
- cambio de orientación: se aparta de lo eterno para aprehender lo nuevo.
La contradicción de dos enunciaciones no basta para distinguirlas ni para
marcar la novedad de una respecto a la otra. Lo que cuenta es la novedad
del régimen de enunciación mismo que puede comprender enunciaciones
contradictorias.

En la medida en que se escapan de las dimensiones de saber y de poder, las líneas


de subjetivación parecen especialmente capaces de trazar caminos de creación
que no cesan de abortar, pero tampoco de ser reanudados, modificados, hasta
llegar a la ruptura del antiguo dispositivo.

Pertenecemos a ciertos dispositivos y obramos en ellos. La novedad de unos


dispositivos respecto de los anteriores es lo que llamamos su actualidad. Lo
nuevo es lo actual. Lo actual no es lo que somos, sino lo que vamos siendo.
Nuestra actualidad se dibuja en disposiciones de control abierto y continuo.

Las diferentes líneas de un dispositivo se reparten en dos grupos, líneas de


estratificación o de sedimentación y líneas de actualización o de creatividad.

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García Fanlo, L. ¿Qué es un dispositivo? Foucault, Deleuze,
Agamben

FOUCAULT: la descripción de qué es un dispositivo tiene tres niveles de


problematización.

1) El dispositivo es una red que puede establecerse entre elementos


heterogéneos (instituciones, decisiones reglamentarias, discursos, etc)
2) La naturaleza de la red, la naturaleza del vínculo que puede haber en esos
elementos heterogéneos. Entre esos elementos hay un juego de cambios de
posición, de modificaciones de funciones.
3) Dispositivo y acontecimiento: formación que en un momento histórico
dado tuvo como función responder a una urgencia.

El dispositivo no se limita solo a prácticas discursivas, sino que incluye las no


discursivas, y la relación, asociación, interrelación o articulación entre éstas resulta
un requisito excluyente.

Para Foucault, los discursos se hacen prácticas por la captura o pasaje de los
individuos, a lo largo de su vida, por los dispositivos produciendo formas de
subjetividad; los dispositivos constituyen a los sujetos inscribiendo en sus cuerpos
un modo y una forma de ser. Lo que inscriben en el cuerpo son un conjunto de
praxis, saberes, instituciones, cuyo objetivo consiste en administrar, gobernar,
controlar, orientar, dar sentido que se supone útil a los comportamientos, gestos y
pensamientos de los individuos.

Dispositivo no es lo mismo que institución. Dispositivo es la relación entre


distintos componentes o elementos institucionales, entre otros.

Dispositivo no es algo abstracto. En tanto red de relaciones de saber / poder,


existe situado históricamente - espacial y temporalmente - y su emergencia
siempre responde a un acontecimiento que es el que lo hace aparecer, de modo
que para hacer inteligible un dispositivo resulta necesario establecer sus
condiciones de aparición en tanto acontecimiento que modifica un campo previo
de relaciones de poder.

El dispositivo no es algo externo a la sociedad, pero tampoco ésta es externa al


dispositivo, lo mismo con dispositivo - sujeto.

Dispositivo no es una red entre instituciones, ni la forma en que internamente


se organizan los componentes. Sino que para que sea dispositivo en la red tiene

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que estar implicada una forma determinada de ejercicio del poder y de
configuración del saber que hacen posibles determinados efectos de verdad y
realidad.

La institución tiene que dejar de serlo por su captura en una red cuyos hilos son
prácticas discursivas y no discursivas que reconfiguran la naturaleza de las
instituciones que se asocian.

El dispositivo es el espacio de saber / poder donde se procesan tanto las


prácticas discursivas como no discursivas, no hay circularidad, ni interacción, ni
mucho menos una relación base - superestructura ya que las formaciones
discursivas producen los objetos de los que hablan en tanto los regímenes de
enunciación organizan las posibilidades de la experiencia de acuerdo a unas
condiciones de posibilidad que se definen en la historicidad del acontecimiento.

No es que poder y saber sean la misma cosas o dos cosas distintas exteriores la
una a la otra, sino elementos constituyentes de las prácticas sociales cuya relación
debe ser explicada en su singularidad.

A un discurso determinado el dispositivo le asigna un sujeto para que garantice su


veracidad, prestigio y autoridad, invistiendo unos derechos adquiridos por
competencia, saber, trayectoria, etc.

DELEUZE - define al dispositivo como máquina para hacer ver y hacer hablar, que
funciona acoplada a determinados regímenes históricos de enunciación y
visibilidad.

La inteligibilidad de un dispositivo va en función de su inscripción en un


determinado régimen u orden que hay que reproducir. Implica líneas de fuerza
que van de un punto singular a otro, formando una trama, una red de poder,
saber y subjetividad.

Un dispositivo produce subjetividad, pero no cualquier subjetividad.

AGAMBEN - asocia el término dispositivo con positividad. Una positividad sería el


conjunto de creencias, reglas, rituales que en cierta sociedad y en determinado
momento histórico les son impuestos a los individuos desde el exterior.

El objetivo de Foucault según Agamben no sería el de reconciliar historia y razón


sino de investigar los modos concretos en que las positividades o los dispositivos
actúan en las relaciones en los mecanismos y en los juegos de poder.

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¿Qué es un dispositivo para Agamben? cualquier cosa que tenga capacidad de
capturar, orientar, determinar, interceptar, modelar, controlar, y asegurar gestos,
conductas, opiniones y discursos de seres vivientes. Un dispositivo es una prisión,
un hospital, pero también un celular, una lapicera, e incluso el lenguaje. Estos
últimos no en sí mismo, sino en tanto conforman o son parte de una red de saber /
poder.

Un dispositivo no es otra cosa que un mecanismo que produce distintas


posiciones de sujeto precisamente por esa disposición en red: un individuo puede
ser lugar de múltiples procesos de subjetivación.

Un importante aporte del autor es plantear que no existen por un lado dispositivos
y por otro individuos, sino que existe un tercer elemento que denomina “el cuerpo
a cuerpo entre el individuo y los dispositivos”. El sujeto sería lo que resulta de la
relación entre lo humano y los dispositivos ya que éstos existen sólo en la medida
en que subjetivan y no hay proceso de subjetivación sin que sus efectos produzcan
una identidad y a la vez una sujeción a un poder externo, de modo que cada vez
que un individuo asume una identidad también queda subyugado.

El problema que plantea el autor es que en la actualidad los dispositivo no sólo


subjetivan sino que producen procesos de desubjetivación que son aquellos en los
que la creación de un sujeto implica la negación de un sujeto.

DISCUSIÓN- ¿Que tipo de sujeto se constituye como efecto de saber / poder?


Lo que los dispositivos inscriben en los cuerpos son reglas y procedimientos,
esquemas corporales, éticos y lógicos de orden general que orientan prácticas
singulares: conducen conductas dentro de un campo limitado pero
inconmensurable de posibilidades.

Las reglas no son directamente prácticas, para hacerse prácticas tienen que
aplicarse en determinadas situaciones que se presentan a cada individuo en
infinitas variaciones y es en cada situación que hay que determinar cómo aplicar la
regla.

¿Que ocurre cuando la principal superficie de emergencia o punto de apoyo


de un dispositivo no es una institución? (Ej la televisión, tecnologías, celulares)
Los nuevos dispositivos no reemplazan a los antiguos, sino que los subsumen.

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RE PROBLEMATIZAR - Significados que los diccionarios dan al término
“dispositivo”

● que dispone
● mecanismo o artificio dispuesto para producir una acción prevista
● organización para acometer una acción
● disposición, expedición y aptitud

Son cuatro significados que son enunciados en forma de opciones irreductibles las
unas a las otras y que hay que poner en relación para poder aproximarse a la
construcción del término dispositivo en tanto concepto.

Tienen en común la referencia a prácticas que pueden ser remitidas a espacios


sociales, la asignación al dispositivo de la función de ordenar una serie de prácticas
con el objetivo de garantizar un adecuado funcionamiento de un sistema mayor
del que forman parte.

En consecuencia, en lugar de pensar el problema como dispone a hacerlo el


diccionario voy a intentar hacerlo bajo el supuesto de que lo social funciona como
un orden en el que las palabras, cosas y sujetos están asociados de modo tal que
no pueden ser definidas ni pensadas sin ponerlas en relación las unas con las
otras. A esta asociación Foucault, Deleuze y Agamben describen como red.
Dispositivo no como discurso, o cosa, o manera de ser, sino una red que se
establece entre discurso, cosa y sujeto.

Un dispositivo es un régimen social productor de subjetividad. Productor de


sujetos - sujetados a un orden del discurso cuya estructura sostiene un régimen de
verdad.
Si bien cada dispositivo tiene una función específica, conforman entre todos una
red poder - saber que lo articula, complementa y los potencia mutuamente.
Asistimos a una transición de dispositivos para una sociedad disciplinaria y sujetos
productores, a una sociedad de control, sujetos consumidores.

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MÓDULO 2. Enfoque histórico de las Psicoterapias

Apuntes audio de clase 1 - Kriz

KRIZ: hace un pasaje comprensivo sobre la historia de las psicoterapias. Formas


de hacer terapia existieron siempre, pero los comienzos de la psicoterapia formal
comienzan en el siglo XIX, siendo Freud clave para esto.

En el siglo XIX dominaba una concepción somato-genética de las enfermedades, es


decir tienen su origen en una lesión orgánica.

Charcot: estudia la histeria de forma similar a otras enfermedades médicas. En


oposición a las afirmaciones de la época acerca de las histéricas como simuladoras
o mentirosas, afirma que éstas sufren de una lesión neurológica.

La causa de la histeria para él estaría en la herencia, a la cual luego se le


agregarían elementos ambientales (causas estresantes, por ejemplo). El
tratamiento de estos síntomas tenía indicaciones y tratamientos no específicos
como la hidroterapia o aislamiento, que buscan su paliamentiendo, ya que se
consideraba que no había cura.

Introduce la hipnosis, que le permite reproducir los síntomas histéricos, lo que


contradice en parte su tesis de causa neurológica. Esto daría cuenta de que
algunos síntomas histéricos se originan por una idea, una cuestión psicológica y no
por lesión neurológica. Mantiene por un tiempo la idea de que algunos síntomas
son causados por lesiones y otros por sugestión, pero acaba abandonando
finalmente su teoría somato genética.

En oposición a la corriente organicista de la escuela de Salpetriere de Charcot,


desde la escuela de Nancy sostenían una corriente psicologista. Consideraban que
Charcot, al haber descrito el orden en el que aparecerían los síntomas histéricos,
sugestionaba a los pacientes para que aparecieran.

¿Cómo se sitúa Freud en este debate? - Freud admiraba a Charcot por el rigor de
sus descripciones, así como la idea de que los síntomas histéricos eran reales y
objetivables.

Se da cuenta que los síntomas histéricos desafían leyes básicas de anatomía, por
lo que abandona las teorías organicistas. Para Freud los síntomas histéricos tienen
su origen psíquico, con lo que se adhiere a la teoría de la escuela de Nancy.

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La solución de Freud a la contradicción entre ambas escuelas es suponer la
existencia de representaciones de contenido psíquico inconsciente.

Charcot para mantener la objetividad del síntoma tenía que asumir que eran de
contenido inconsciente, es decir no voluntario, por lo cual no podía ser psíquico
(en ese momento psíquico era sinónimo de consciente) y por lo tanto tenía que ser
orgánico.

Desde la escuela de Nancy se lo consideraba como psíquico, y por lo tanto debía


haber cierto engaño a sí mismo, no podrían ser totalmente inconscientes, y en
parte dependerían de parte de la voluntad. Con esto se pierde parte de la
objetividad del síntoma.

Freud sintetiza ambas ideas. Al ser representaciones inconscientes son síntomas


objetivables.

El psicoanálisis marca un hito en el campo psicoterapéutico. Freud es el punto de


origen de la mayoría de las corrientes psicoterapéuticas actuales. Por un lado la
obra de Freud da origen a varias escuelas psicoanalíticas (Lacanismo, kleinismo,
etc) de acuerdo a las diferentes lecturas de su obra.

Por otra parte, hay algunas corrientes en que la influencia del psicoanálisis no es
directa, sino que se formula la teoría alejándose o rechazando algunas
concepciones de Freud.

Hay también una cultura psicoanalítica influenciada por la obra de Freud. Las ideas
analíticas no circulan sólo en lo académico, están en la cultura y configuran ciertas
ideas de sufrimiento. Los pacientes muchas veces tienen una cierta idea de lo que
es el psicoanálisis (Ejemplo del paciente que sueña con una mujer y aclara “no es
mi madre”.)

Algo importante es que la ontología y narrativa del sufrimiento se produce en


función de la gramática que lo reconoce. La gramática de reconocimiento
determina la estructura y forma de esa narrativa. Por ejemplo, en Uruguay en una
época habían muchos casos de psicosis, no porque hubiera una epidemia de
psicosis, sino que la teoría dominante, basada en el kleinismo, reintroducía la
psicosis en el campo análitico.

Hay fenómenos clínicos que no tienen posibilidad de existencia dependiendo de la


teoría. Por ejemplo un lapsus en la teoría cognitivo conductual. Si no lo reconoce ni
el analista, ni analizado…existe?

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La historia del psicoanálisis está llena de divisiones, escisiones. Una de ellas es
Adler, quien renuncia a la sociedad psicoanalítica de Viena y funda la psicología
individual, que se apoya en la teoría psicoanalítica pero introduce variaciones al
punto de que deja de considerarse psicoanálisis.

Esta doctrina de Adler se caracterizó por resaltar los aspectos socio-psicológicos


del desarrollo, y pretendía deslindarse de todos los abordajes que descomponen
la personalidad en diferentes elementos. Los conflictos no son internos, sino que
serían entre el individuo y las exigencias del ambiente. Insiste en la totalidad,
unidad indivisible de la persona orientada hacia una finalidad. Mientras que en
Freud el énfasis es causal (el porqué de los síntomas) lo que importa para Adler es
el para qué este síntoma. Es una doctrina Teleológica.

Algunas cuestiones claves de esta teoría son el sentimiento de inferioridad al que


se le contrapone un afán de hacerse valer; y el estilo de vida.

El desarrollo logrado, exitoso se da cuando se alcanza un sentimiento de


comunidad. Parte del objetivo terapéutico es alcanzar ese sentimiento.

Los síntomas neuróticos serían resultado de una defensa frente a reclamos del
ambiente. El punto de partida para Adler es el sentimiento de inferioridad, que es
algo constitutivo del sujeto y que es provocado por el desamparo, desvalimiento
con el que el sujeto llega al mundo. De ese sentimiento brota una tendencia
opuesta, el afán de hacerse valer, una necesidad de autonomía. Para superar el
complejo de inferioridad, se produce un complejo de superioridad. Esto es una
falsa solución, fracasa y nunca queda resuelto.

Apuntes audio clase 2 - Ellemberger

Hay elementos comunes entre las psicoterapias primitivas y las psicoterapias


modernas. Conocer estos puntos (así como las diferencias) es importante para
entender a qué nos referimos cuando hablamos de psicoterapia. Hay muchas
definiciones de psicoterapia, pero tienen en común el papel otorgado al terapeuta.

Ellemberger retoma estudios a Clements quien registra prácticas de cura, y lo que


él va a denominar teorías de las causas de la enfermedad. Hay 4 teorías de las
causas de la enfermedad y teorías de la transformación o cura.

1 Hechicería : Lo fundamental es que el hechicero es capaz de manipular y hacer


actuar a alguien a su voluntad. Hay un poder que trasciende la voluntad de un

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sujeto particular, y se encarna en alguien que tiene que llevar a cabo un proceso
largo y arduo para ser hechicero.

Hay dos elementos claves. En primer lugar la autoridad del hechicero: dice cosas
y hace acciones precisas y a través de eso genera un efecto en el otro.

El segundo elemento es la sugestión: la causa de la enfermedad es una sugestión


que hace que el sujeto pierda su voluntad. El elemento de cura es la contramagia
hecha por otro hechicero.

Para que esta magia sea efectiva el sujeto tiene que creer, de la misma manera,
para que una psicoterapia sea efectiva tiene que haber una relación de confianza.

2 Ruptura del tabú: la enfermedad se produce por romper un tabú (leyes


sagradas), el sujeto peca, es decir, se sale de la ley. La cura viene a partir de la
confesión, decirle a alguien que tiene el lugar de autoridad, la verdad de lo que me
ocurre. Esta persona lo conduce a la cura diciéndole que haga cosas bien precisas.
(Ejemplo de confesión cristiana y repetir x veces una oración).

Estas prácticas de confesión son retomadas por la psiquiatría en el siglo XIX y XX,
aquí el poder no es religioso, sino que está en el saber médico y por lo tanto tiene
carácter de cientificidad. Esto marca una diferencia con las psicoterapias
primitivas: mientras que en el primitivo la autoridad está puesta en una persona,
en la modernidad está en la disciplina, en el campo del saber médico. No solo se
confía en el sujeto, se confía en lo que hace.

3 Objeto intrusivo: teoría que está en prácticas chamánicas así como en la


posesión demoníaca. Consiste en algo que viene de afuera, que no podemos ver ni
captar, que entra en nuestro cuerpo y nos enferma. El procedimiento de cura es la
extracción del objeto intrusivo.

Ellemberger plantea que en prácticas modernas se da una similitud entre las


prácticas chamánicas que sacaban una piedra y se lo mostraban al sujeto, y
prácticas actuales de extraer un tumor y mostrarselo al paciente.

4 Pérdida del alma o espíritu: cuando el sujeto duerme, su alma sale del cuerpo y
en ese cuerpo vacío se mete un demonio. La cura es el exorcismo, con un
procedimiento que se asemeja a lo que en la modernidad se denomina Terapia
Moral.

Los elementos principales son la autoridad, la amenaza a la entidad maléfica. El


demonio tiene que decir su nombre, esto es importante porque el malestar se

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tiene que nombrar, en la Terapia Moral el sujeto tenía que reconocer que estaba
loco, que era un delirante.

Estas cuatro teorías de enfermedad con sus respectivas curas tienen un elemento
en común: la autoridad.

En el siglo XVII al XIX los que desarrollaron la clínica médica estaban interesados en
la demonología.

Mesmer: estaba interesado en las prácticas de la religión protestante, donde se


cree que los pastores son capaces de orientar y curar las almas. Se interesa por el
magnetismo, da sales a sus pacientes y observa que se produce una corriente. En
lugar de adjudicarlo al magnetismo, Mesmer cree que se debe a que él mismo
tenía un magnetismo animal. Aparece una mezcla entre las prácticas primitivas
(creer que él tiene la autoridad) y las modernas (el magnetismo, y el biologicismo)

Su influencia hizo que se crearan escuelas de mesmerismo. Duke nombra a estas


prácticas como psicoterapias. Son Franklin y Lavoisier quienes más critican esta
práctica, afirmando que no es ciencia. Si bien el Mesmerismo “se sepulta” la
práctica continúa, aunque con el nombre de sugestión.

Los desarrollos posteriores a Mesmer, por ejemplo la escuela de Nancy y la de


Salpetriere, toman el nombre de sugestión. La definen como el efecto que genera
la palabra del médico sobre el paciente. Sería el influjo, la influencia que genera el
hecho de que el médico hable de una determinada manera.

Para que la sugestión funcione los médicos van a tomar la importancia de la


voluntad del médico como un elemento central. La sugestión pasa a ser un
procedimiento de proceso psicoterapéutico.

Bernheim va a desarrollar como proceso de tratamiento la hipnoterapia, definida


como una profunda sugestión que produce un estado de ensoñación, que permite
que el paciente traiga al presente elementos de su vida.

Charcot no consideraba a la hipnosis como psicoterapia sino como un método de


observación y producción de los síntomas de la histeria.

Cuando Freud se aleja de la hipnoterapia, lo que hace es desarrollar un método de


investigación.

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Hay dos posiciones con respecto a la hipnosis, por un lado Charcot (Escuela de
Salpetriere) que la toma como método, y Bernheim (Escuela de Nancy) que la toma
como psicoterapia.

La hipnosis como psicoterapia retoma elementos de las psicoterapias primitivas: la


autoridad del médico, la sugestión, posibilidad de inducir sobre la voluntad del
otro. Sin embargo hay una diferencia con las primitivas: el predominio de la razón,
técnicas y método.

Las psicoterapias modernas se diferencian de las primitivas:

➔ En las primitivas lo importante es la personalidad del curandero, en las


modernas lo importante no es el psicoterapeuta sino los procedimientos, la
disciplina y las técnicas psicoterapéuticas.
➔ Los procesos de las psicoterapias modernas son racionales, sistemáticos y
se pueden repetir.
➔ Para ser curandero primitivo hay un trabajo muy arduo, es una posición
más exclusiva que la de psicoterapeutas modernos. En las terapias
modernas el psicoterapeuta es uno entre muchos otros.
➔ El terapeuta moderno aplica técnicas específicas e impersonal (es decir
sistemático)
➔ En lo moderno hay una dicotomía entre la terapia física y psíquica. En las
primitivas el Chamán curaba todo.
➔ En lo moderno el terapeuta actúa basándose en una medicina unificada
que es una rama de la ciencia y en una enseñanza esotérica.

FREUD: rompe con la sugestión e hipnoterapia. La mayoría de las psicoterapias


modernas o se ligan o se distancian del freudismo.

No porque haya aparecido el freudismo se dejó de utilizar la sugestión. En


Uruguay hay prácticas como la terapia moral donde ésta se seguía aplicando. Hay
corrientes que al separarse del freudismo retoman elementos de las psicoterapias
primitivas, por ejemplo al referir a la catarsis, a la retórica.

Una distinción del psicoanálisis con otras psicoterapias es la preocupación por el


lugar ético del psicoanalista. Se reconoce que el psicoanalista ocupa cierto lugar
de autoridad, pero se lo estudia, se lo tiene en cuenta.

Uno de los elementos que se trabaja diferente dependiendo de la corriente


psicoterapéutica es el concepto de transferencia. Por lo general en las diferentes
corrientes se la considera un obstáculo.

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Otra diferencia está en el horizonte de transformación, es decir “cómo debería ser
el sujeto”. Por ejemplo en las psicoterapias dinámicas expresivas de Carrasco
(década del 60) se buscaba que el sujeto fuera militante, a diferencia de otras
corrientes psicoanalíticas como la Lacaniana que no “imponen” una visión del
sujeto, hay un mayor recaudo.

Apuntes audio clase 3 - Dunker, Roudinesco, Rodríguez Nebot

DUNKER: la práctica psicoanalítica es la intersección de tres elementos: cura,


psicoterapia y clínica (o tratamiento).

Clínica: se empieza a desarrollar a partir de finales del siglo XVI a partir de la


clínica médica. Esto pone énfasis en el lugar del método, cómo mirar, clasificar,
estudiar, tratar un objeto. El objeto de la clínica médico psiquiátrica es la
enfermedad mental.

La clínica está en distintos ámbitos, es a partir de la modernidad con el


surgimiento de los hospitales donde la dimensión de la clínica empieza a tener una
separación y una institución diferenciada.

Lo importante es que a partir de esto hay un predominio de la racionalidad, que


las enfermedades estuvieran diferenciadas, que existiera una nosología, etc. El
clínico es alguien que tiene que saber mirar, pero no tiene por qué saber tratarlo.
El ejemplo es Charcot, quien reproducía síntomas a partir de la hipnosis, pero no
hacía psicoterapia. Se encargaba de describir y observar.

Toda clínica tiene que tener semiología, un código de cifrado. El segundo elemento
es la diagnosis. Si hay semiología y hay diagnóstico, entonces hay también un
interés por la etiología, es decir, cuál es la causa de la enfermedad. El cuarto
elemento tiene que ver con el tratamiento.

La dimensión del tratamiento tiene dos elementos: acciones orientadas a la cura y


las terapéuticas.

El texto de Dunker remite a la centralidad del método. El tratamiento tiene un


ordenamiento metodológico.

Anudamiento entre lectura de signos, una organización diagnóstica y un


tratamiento relacionado a eso. El tratamiento tiene que estar relacionado al
diagnóstico, no se puede aplicar el mismo tratamiento a diferentes diagnósticos
como era la estructura de prácticas psiquiátricas.

16
Psicoterapias: el surgimiento de las psicoterapias modernas tiene que ver con la
necesidad de empezar a tratar con cosas que no eran solamente de naturaleza
orgánica.

Las primeras prácticas psicoterapéuticas modernas van a remitir al lugar de la


palabra, tanto del médico como del paciente. Se destaca la importancia de que el
médico ejerza una influencia sobre el paciente. A esta dimensión de la influencia,
Freud la llama transferencia.

En psicoterapia importa la eficacia de la acción, regulada por la evaluación


subjetiva del tratamiento por parte del paciente y/o público (quienes lo
acompañan, parientes). La forma de presentación del sufrimiento del paciente es
el tamiz de la expectativa de la cura.

Cada paciente llega con teoría de cura y de enfermedad, el psicoterapeuta actúa


transformando esa teoría absorbiéndola y transformándola en una narrativa
plausible para el paciente.

Dunker hace una doble referencia casi contradictoria: por un lado el


psicoterapeuta descalifica la palabra del paciente porque no le da la misma
importancia que el psicoanalista. Por otro lado reconoce la dignidad de esa
palabra, reconoce algún saber en el paciente.

En el campo de la psicoterapia los elementos centrales son la eficacia, la técnica y


la cuestión de la narrativa del sufrimiento.

Lo que hacía Freud era historizar el sufrimiento del paciente.

Narrativa del sufrimiento Uno de los rasgos fundamentales de la tradición


psicoterapéutica es la descripción del sufrimiento en términos aprehensibles para
cualquier lector no especializado, a diferencia de una descripción clínica de los
síntomas que utiliza un lenguaje no popular, cientificista.

Distinción entre técnica y método - una técnica se caracteriza por la


reproducibilidad y eficacia de los medios. El método supone consideraciones sobre
los fines que se propone la acción, y es impersonal, no importa quién lo aplica,
porque la autoridad está en el método, no en la persona.

El ideal de la clínica es más un dispositivo de investigación que de tratamiento.

17
El método es un mediador, la técnica un instrumento. Un método establece un
objeto y campo de experiencia que rigen sus condiciones de aplicabilidad. La
técnica es relativamente independiente de su contexto de origen.

Cura: transformación y verdad. Malestar.

Hay técnicas que no buscan la transformación, sino un restablecimiento del estado


anterior a la enfermedad.

Dunker conceptualiza la transformación como una diferencia por lo que hay un


antes y un después, así como un durante entre un momento y el otro. Hay dos
modalidades de transformación: de restitución y de mutación, que es el verdadero
significado que rescata Dunker. Cada psicoterapia tiene su teoría de la
transformación.

La dimensión de la verdad tiene que ver con la experiencia que tiene el sujeto de
sí.

El malestar es diferente de síntoma y de sufrimiento. El sufrimiento puede ser


aliviado. El síntoma causa sufrimiento y puede desaparecer. El malestar es
inherente a la cultura, hay que renunciar a ciertos anhelos para vivir en sociedad y
eso produce cierto malestar.

Otro aspecto a tener en cuenta es que el malestar se tiene que reconocer.

18
Dunker, Ch. (2011) "Introdução". En: Estrutura e constituição da
clínica psicanalítica. Uma arqueologia das práticas de cura,
psicoterapia e tratamento. São Paulo: AnnaBlume. (pp. 19-53)
(Texto en portugués)

INTRODUCCIÓN
La definición de lo que constituye una psicoterapia no es clara aún hoy. Freud
ocupa un lugar fundador e inaugural en esta epopeya moderna de las
psicoterapias. No se puede afirmar que antes de 1896 el psicoanálisis ya estuviera
establecido como método de tratamiento, sin embargo, Freud recibió pacientes y
siguió su tratamiento por al menos diez años.

En la trayectoria formativa de Freud, hay una combinación recurrente de


experiencias de observación y tratamiento psíquico, por lo que antes de
convertirse en psicoanalista, Freud fue tanto clínico como psicoterapeuta.

La palabra clínico, se refiere al metódico ejercicio de observación, descripción y


comparación de fenómenos. El clínico es ante todo, un lector de signos que
forman el campo de una semiología y organiza un diagnóstico para justificar las
opciones de tratamiento.

El clínico también es un practicante, que actúa en diferentes ámbitos (el


consultorio, la casa, la calle). Este significado de clínico, como practicante del arte
de curar, es anterior a la formación del dispositivo clínico moderno, establecido a
fines del siglo XVIII, momento en el que al saber proveniente de la experiencia,
asistemático y sujeto a reglas de transmisión personal, artesanal e idiosincráticas,
se le incorpora una nueva forma de racionalidad.

El clínico en el sentido de la ciencia moderna debe someter su práctica a la


primacía del método, con una correspondencia a las reglas de investigación
científica. La intuición del objeto morboso se restringe a la descripción universal de
las formas de la enfermedad (diagnóstico), al código común de sus descripciones
(semiología) y a la remisión de sus efectos a sus causas (etiología).

Al afirmar que Freud fue clínico y psicoterapeuta se señala su lugar estratégico en


el movimiento de las disciplinas médicas, en esta operación de conversión de la
“vieja clínica” a la “clínica moderna”. Freud transitó este pasaje de neuropatólogo a
psicoterapeuta introduciendo la historia del sufrimiento del paciente.

Psicoterapia es una designación más genérica que clínica. Comprende un campo


difuso de prácticas curativas que van desde el tratamiento moral hasta el

19
magnetismo animal, incluyendo una amplia gama de discursos religiosos,
pedagógicos y místicos.

El psicoterapeuta de finales del siglo XIX en Francia estaba interesado


principalmente en la eficacia de su acción. Esta eficacia era regulada por la
valoración subjetiva del propio paciente y público que lo acompaña. Las hipótesis
causales y la descripción de los síntomas conciernen en la medida en que pueden
contribuir a estos efectos de consentimiento (acuerdo?) por parte del paciente así
como para el aumento de la reputación del terapeuta.

Para el clínico, por el contrario, las impresiones subjetivas del paciente sobre su
propio estado, o sobre las causas de su enfermedad son irrelevantes. El paciente
debería informar y dejar la interpretación de los hechos al médico. Su historia
clínica debe traducirse en signos, síntomas y síndromes según un vocabulario
convencional de pretensión universal.

Para los psicoterapeutas, por el contrario, la forma en que se presenta el


sufrimiento, según el nombre que le de el paciente, en su sentido popular y local,
es el tamiz de la expectativa de curación. El psicoterapeuta, trabaja entonces
transformando la teoría de cura y de enfermedad que trae el paciente,
absorbiéndola en una narrativa plausible para el paciente.

Tanto el psicoterapeuta como el clínico son expertos en el arte de inversión de la


expertise. Esto significa descalificar el conocimiento del paciente (reconociendo su
dignidad en el caso del psicoterapeuta) y luego transferir el conocimiento / saber al
agente de tratamiento. Saber del cuál se convierte en representante impersonal en
el caso del clínico, o agente directo y personal en el caso del psicoterapeuta.

Las psicoterapias son tratamientos basados en la influencia o relación entre


paciente y terapeuta. El tratamiento clínico, por el contrario actúa sobre causas o
atenuantes de efectos que en principio son independientes de la forma en que el
paciente, o la cultura conciba, interprete o legitime.

La noción de autoridad personal asociada al clínico en su antiguo sentido se


convierte en obstáculo para la fundamentación científica de las disciplinas
médicas. Para éstos, el programa epistemológico depende de la transferencia de la
autoridad de la persona a la autoridad impersonal del método.

En la obra de Freud se oscila frecuentemente entre términos de tratamiento, cura


y terapia. Son tres vertientes que traen aparejados distintos resultados, y en los

20
que se aprecian diferencias con respecto a la autoridad del médico, a la eficacia del
tratamiento y la confianza en la cura.

En un contexto en el que la autoridad personal se excluye de las ciencias médicas,


pero se acoge en las ciencias sociales surge la cuestión de cómo se transfiere
autoridad legal a los individuos, y cómo los individuos socavan la autoridad
establecida. En este contexto, nociones político teológicas como carisma,
influencia, magnetismo, sugestión y relación personal (rapport) son claves para el
nacimiento de la psicoterapia.

Es frecuente enfatizar la importancia de la obra de Charcot en Freud en su período


formativo. Charcot ante todo fue un clínico, utilizando el hipnotismo para simular
síntomas histéricos, pero no curarlos. Fue un clínico moderno, empleando el
método clínico de investigación basado en la indagación, descripción e
intervención controlada sobre la génesis y transformación de los fenómenos
patológicos.

De forma contemporánea a esta práctica del hipnotismo se encuentran las


prácticas de Mesmer (magnetismo animal). La psicoterapia se asocia entonces a
una cura del alma, capaz de aliviar el sufrimiento a través del poder de la relación
personal, la sugestión y el hipnotismo. Se transforma en un movimiento de
expresión popular y es expuesta a permanentes críticas de charlatanería.

Freud no deja de cruzarse en su camino con otros psicoterapeutas, como Fliess (de
quien toma la hipótesis de bisexualidad), Grodech (quien creía que sus
representaciones teatrales entre pacientes y médicos podían actuar sobre
afecciones orgánicas y psíquicas) y Pfister (que llevaran a Freud a designar al
psicoanálisis como una post - educación). En esta época se puede considerar a
Freud como clínico y psicoterapeuta.

La obra Tratamiento psíquico (Tratamiento del alma) nos podría llevar a asociar la
noción de alma con psicoterapia y la noción de psíquico con la clínica emergente
de aspiración científica. Sin embargo el propósito de este trabajo es mostrar que
hay una tripartición y no solo una bipartición en las prácticas formativas que
dieron origen al psicoanálisis.

La noción de alma (Seele) no se puede considerar sólo como una noción mágico -
religiosa. La palabra Seele es un término coloquial, no técnica como psíquico o
intelectualista como mente. Además Freud utiliza ambos términos (psíquico y
alma) con pequeñas variaciones, de la misma manera que aparecen otras
ambigüedades cuando leemos los textos de Freud.

21
Especialmente al inicio de la obra, y sobre todo cuando se trata de textos
destinados a la comunidad médica Freud no duda en caracterizar el psicoanálisis
como un tipo de psicoterapia, distinta del hipnotismo catártico y de la terapia
moral.
Cuando se trata de técnica o explicación de conceptos clínicos como transferencia,
resistencia o interpretación, Freud enfatiza el término tratamiento. Sin embargo,
cuando se trata de exponer casos clínicos o referirse a la trayectoria, desarrollo,
éxito o fracaso del proceso aparece la expresión curar (Kur).

Esta diferencia sería irrelevante si no fuera por el hecho de que cada uso
diferencial de los términos se refiere a diferentes significados de lo que se puede
esperar de la experiencia psicoanalítica.

Cuando habla de psicoanálisis como psicoterapia, la expresión recurrentes para


designar sus fines es Genesung, es decir, restauración. Cuando habla del
psicoanálisis como método clínico de tratamiento, la expresión es la de Heilung, es
decir actividad y proceso de curación, curar como ejercicio de medios adecuados.

Sin embargo, Freud tiene un tercer término para designar la práctica de


psicoanálisis, a saber, kur. Falta por lo tanto un término relacionado para designar
los fines de experiencia psicoanalítica cuando se toma como kur. Este término
aparece en alemán y se trata de Sorge (cuidado). Este término se traduce como
cuidar de, preocuparse con, y tratar de. Se trata de un concepto que engloba dos
acepciones anteriores, psicoterapéutico (preocupar) y clínico (tratar), pero
introduce también una nueva resonancia semántica: el cuidado. El problema
reside en poder reconocer la diferencia entre curar como sustantivo y como
actividad.

Lo que ocurre es que Genesung indica principalmente los resultados (curar como
restauración de la salud), implicando la pasividad del paciente; Heilung se refiere al
proceso y medio de tratamiento siendo una intervención más activa y puntual del
curandero. Sorge, sin embargo, sugiere al mismo tiempo pequeñas intervenciones
asociadas a un régimen especial y continuo de atención.

La noción de cura contrasta tanto con la noción de tratamiento como con la de


terapia. Con frecuencia, Freud menciona que sus pacientes antes del tratamiento
psicoanalítico pasaron por diferentes tipos de curas. (Elizabeth Von R por ejemplo
con la cura hidropática)

En contraste con el énfasis en la noción de ambiente presente en la curación, la


práctica de la terapia se desarrolla en torno a la noción de instrumento y técnica.

22
Admitiendo la posibilidad de que la práctica del psicoanálisis sea considerada
como cura, como psicoterapia y como tratamiento clínico, habría que explicar
porque las dos primeras connotaciones no están presentes en los textos
contemporáneos sobre psicoanálisis.

En el caso de psicoterapia esto se explicaría porque la potenciación de la


psicoterapia como práctica dependiente de la formación de psicología, psiquiatría
o trabajador social crea un obstáculo frente a los principios formativos del
psicoanálisis (análisis personal, supervisión y transmisión dentro de una sociedad
o escuela especializada) Además, muchas modalidades de psicoterapia no apoyan
el entrenamiento sistemático. Sin embargo, lo fundamental es que el psicoanálisis
no es exclusivamente una forma de psicoterapia.

Con respecto a la cura hay un doble sentido en el rechazo de esta noción. Por un
lado suena demasiado clínico, en el sentido de que la cura está asociada con la
eliminación completa de los síntomas y de la recuperación de la salud. Por otro
lado, el término cura se acerca demasiado al compromiso moral, mágico o
religioso.

La fuente de nuestra incomodidad con las nociones de cura y psicoterapia radica


no solo en la pertenencia a un ámbito más o menos científico de la discursividad,
sino en la conexión que los términos inducen con la esfera del poder. Tanto la cura
como producto de la técnica médica como la cura como expresión de una epifanía
mística nos invitan a una posición de ejercicio del poder que el psicoanálisis
rechazaría.

El tema de la influencia reúne una constelación de estrategias cuyo origen sería


difícil de rastrear. Se trata de la formulación de métodos y procedimientos que se
derivan de varios saberes prácticos.

Método y técnica suelen confundirse. Una técnica se caracteriza por la


reproducibilidad y eficacia de los medios, el método implica la consideración de los
fines a los que se propone la acción. En el momento inicial de la trayectoria
freudiana se pueden aislar bien estos dos aspectos: el método se basa en la
palabra, pero la técnica es la de la mirada, la voz, el rostro, presente en el
hipnotismo.

Métodos y técnicas suponen también dos modos de relación con el paciente. El


método es un mediador, la técnica un instrumento. Un método establece un
objeto o un campo de experiencia que rige sus condiciones de aplicabilidad, la
técnica es relativamente indiferente a su contexto de origen.

23
Otra característica importante del método es que establece un objeto o un campo
de experiencia que circunscribe,al mismo tiempo, los límites de este método.

Las psicoterapias tienen un rasgo fundamental que es la descripción del


sufrimiento en términos comprensibles para cualquier lector no especializado.

Si la psicoterapia configura su objeto en torno a la noción de sufrimiento, y el


tratamiento clínico en términos de síntomas, ¿cuál sería el término designado para
la dimensión curativa? Freud lo designa como mal - estar (Unbehagen).
Si la noción de sufrimiento sugiere pasividad, y la de patología cierta actividad
sobre la pasividad, la idea de malestar nos remite a la noción de lugar o posición.

Todo síntoma expresa una forma de malestar, pero no toda forma de malestar es
un síntoma. Además, no todo síntoma expresa una forma de sufrimiento para el
sujeto mismo. Hay sufrimientos inadvertidos, hay síntomas sin nombre. Si bien el
sufrimiento expresa un conocimiento sobre el síntoma, este conocimiento no
siempre es reconocible o subjetivable por el que sufre.

El síntoma requiere tratamiento (Behandlung), el sufrimiento pide alivio


(Genesung) y el malestar demanda atención (Sorge). El síntoma puede curarse
(Heilung) y el sufrimiento puede mitigarse. En cuanto al malestar, no podemos
prometer la restauración del sujeto (Heilung), entendido como un estado que
reemplaza la miseria neurótica por un grandioso estado de felicidad y bienestar
sin oscilaciones.

Cuando se trata del sufrimiento del alma, es necesario considerar la posición del
que sufre, la forma particular en que este sufrimiento se articula con su vida, con
los sistemas simbólicos en los que participa y con las estrategias discursivas que
legitiman , reconocer e individualizar esa experiencia como una ruptura tratable.
En el fondo, el sufrimiento está en función de quién lo designa y cómo lo hace. El
síntoma, por el contrario, depende de quién lo sanciona. El trabajo del clínico, en
este caso, es establecer algún orden, inferir cierta regularidad en el curso y
aparición de los síntomas, separándolos del malestar y del sufrimiento y
conduciéndolos a sus causas.

24
Ellemberger, H. (1970) El descubrimiento del inconsciente.
Madrid: Gredos, 1976. (pp. 20-135)

CAPÍTULO 1: LOS ANTEPASADOS DE LA PSICOTERAPIA DINÁMICA

El descubrimiento de la psicoterapia primitiva


Bartels realizó una recopilación de datos dispersos sobre la medicina primitiva.
Demostró que una parte de los tratamientos utilizados son racionales y
representan un estadío primitivo en el desarrollo de la medicina moderna,
mientras que otros son irracionales basados en teorías falsas sobre la
enfermedad.

Clements distingue cinco formas principales de tratamiento que se deducen por


un “sencillo razonamiento causal” de otras teorías de la enfermedad:

TEORÍA DE LA ENFERMEDAD TRATAMIENTO

1. Intrusión del objeto - enfermedad Extracción del objeto - enfermedad

2. Pérdida del alma Búsqueda, recuperación y restauración del alma


perdida

3. Intrusión de un espíritu a) Exorcismo


b) Extracción mecánica del espíritu extraño
c) Transferencia del espíritu extraño a otro
ser viviente

4. Rotura de un tabú Confesión, propiciación.

5. Hechizo Contramagia

Cuando las numerosas formas de la terapéuticas primitivas fueron mejor


conocidas y se pudo disponer de documentos fidedignos, los psiquiatras
comenzaron a interesarse por ellas. Charcot había mostrado interés por las
manifestaciones psicopatológicas de los pueblos primitivos y quiso compararlas
con las de sus pacientes histéricos de París.

Claude Levi - Strauss ha destacado la identidad básica entre ciertos conceptos


antiguos de la medicina primitiva y ciertos conceptos nuevos de la moderna
psiquiatría dinámica.

Pérdida y recuperación del alma


La enfermedad aparece cuando el alma (ya sea de forma espontánea o accidental)
abandona el cuerpo o es robada por fantasmas o hechiceros. El curador busca el

25
alma perdida, la recupera y la restaura en el cuerpo al que pertenece.

Durante el sueño o el desmayo, el alma parece separarse por sí misma del cuerpo.
En sueños y visiones, el durmiente ve formas humanas que difieren de las de su
experiencia consciente. Esto se explicaría porque el hombre lleva dentro de sí una
especie de duplicado, un alma fantasma cuya presencia en el cuerpo es un
requisito previo para la vida normal, pero que puede abandonarlo y vagar por ahí.
Durante este viaje puede sufrir accidentes y peligros de todo tipo (extraviarse, ser
capturada, lesionada, retenida, etc)

El tratamiento de la enfermedad consiste en hallar, recuperar y reponer el alma


perdida. Las técnicas varían ampliamente.

Por más lejana que nos resulte esta teoría de la enfermedad, hay un fondo común
entre estos conceptos primitivos y los nuestros. ¿Acaso no decimos que nuestros
pacientes mentales están alienados, alejados, de sí mismos, que su ego está
empobrecido o destruido? Se podría también considerar al terapeuta que da
psicoterapia a un esquizofrénico tratando de establecer un contacto con las partes
no dañadas de su personalidad y reconstruir su ego como el sucesor moderno de
los hechiceros que salían a buscar el rastro de un alma perdida.

Intrusión y extracción del objeto - enfermedad


La enfermedad se debe a la presencia en el cuerpo de una sustancia extraña y
dañina. .En algunos pueblos se cree que la enfermedad no es por el objeto en sí,
sino por una esencia dañina especial contenida en el mismo.

El proceso de extraer el objeto - enfermedad es parte de una complicada


ceremonia que incluye otros ritos como cánticos y gestos mágicos, y que requiere
la colaboración de ayudantes. La sesión terapéutica está cuidadosamente
preparada y bien estructurada, tiene lugar en presencia de hombres, mujeres y
niños, y culmina en un efecto dramático cuando el brujo muestra el objeto -
enfermedad al paciente, familia y auditorio.

Esta ceremonia es sólo eficaz dentro de un marco que incluye:

1. La fé del curandero en sus propias habilidades, aún sabiendo que parte de


la técnica depende de algún tipo de charlatanería.
2. La fé del paciente en el curandero (importancia del éxito y reputación del
curandero)
3. La enfermedad, el método curativo y el curandero deben ser reconocidos
por el grupo social. El chamán es un miembro de una organización que

26
tiene su aprendizaje, escuela, reglas estrictas, sus lugares de reunión, sus
agentes secretos, así como sus rivalidades con otras organizaciones
similares.

Esta forma de cura guarda semejanza a la experiencia del cirujano mostrando el


tumor extraído al paciente o el dentista que da los dientes extraídos al paciente.

El psiquiatra no puede mostrarle a su paciente unos objetos tan concretos, pero si


pensamos en el significado de la neurosis de transferencia, podemos encontrar
alguna semejanza con el proceso de materialización de la enfermedad. La neurosis
es sustituida por una neurosis de transferencia, cuya naturaleza y origen se
demuestra al paciente, con lo que se obtiene su curación.

Posesión y exorcismo
El trastorno se debe a espíritus malignos que han penetrado en el cuerpo del
paciente y tomado posesión de él.

Para la cura se pueden utilizar tres métodos:

1. Tratar de expulsar al espíritu por medios mecánicos, haciendo sangrar,


golpeando o azotando al paciente, provocando ruidos y olores.
2. Transferir el espíritu al cuerpo de otro ser, generalmente un animal.
3. El exorcismo (es el más frecuente), es decir, la expulsión mediante conjuros
u otros medios psíquicos.

Aparecen diferentes tipos de posesión:

Sonámbula - lúcida: en la primera el individuo pierde la conciencia de sí mismo y


habla con el “yo” del intruso. Una vez recuperada la conciencia no recuerda nada.
En la lúcida el individuo permanece consciente pero siente un espíritu dentro con
el cual lucha.
La teología católica reserva más tarde la palabra posesión para la forma
sonámbula, y denomina obsesión a la forma lúcida, palabra que luego es adoptada
por la psiquiatría aunque con diferencias de significado.

Espontánea - artificial: la primera ocurre sin o contra la voluntad del sujeto, la


artificial consistiría en una técnica mental practicada de forma voluntaria con
objetivos específicos (ejemplo pitonisas, espiritistas)

Manifiesta - latente: la posesión se manifiesta cuando el espíritu poseedor habla


espontáneamente a través de la boca de la persona poseída. Por lo tanto el primer

27
trabajo del exorcista es hacer que se manifieste la posesión, para lo cual impulsa al
espíritu maligno a hablar.
Este procedimiento se puede comparar con la neurosis de transferencia, cuyo
efecto es producir una reacción y curación de las alteraciones neuróticas previas.

El exorcismo es la contrapartida de la posesión y constituye un tipo bien


estructurado de psicoterapia. Sus características básicas son las siguientes:

1. El exorcista no habla ordinariamente en su propio nombre, sino en el de un


ser superior. Debe tener confianza absoluta en ese ser y sus propios
poderes, así como en la realidad de la posesión y espíritu posesor.
2. El exorcista se dirige al intruso en un estilo solemne, proporciona aliento al
poseído y lo defiende de amenazas del intruso
3. La preparación para este trabajo es larga y difícil, muchas veces forman
parte de ellas plegarias y ayunos
4. El exorcismo debe realizarse, siempre que sea posible en un lugar sagrado,
en un ambiente preparado y en presencia de testigos, aunque evitando la
aglomeración de curiosos.
5. El exorcista debe inducir al intruso a hablar. Luego de discusiones, a veces
tiene lugar un acuerdo. Se entabla una lucha entre exorcista e intruso.
(Puede durar desde días a años)
6. No es raro que el exorcista resulte derrotado, corre también el riesgo de
infectarse él mismo con el espíritu que expulsa del paciente.

Existen semejanzas entre las técnicas de exorcismo y las psicoterapias dinámicas,


por ejemplo, en la terapia corta de Maeder, se requiere un deseo genuino de
ayuda por parte del, el terapeuta responde con su voluntad y disposición para
ayudarle y estimula las tendencias autocurativas del interior del paciente.

Curación por medio de la confesión


En ciertos pueblos primitivos, el que el incumplimiento de un tabú pueda traer
como resultado una enfermedad grave no es una teoría de la enfermedad, sino un
hecho real.
En los casos relatados la medicina occidental es casi impotente mientras que el
hombre medicina consigue recuperaciones rápidas y completas de pacientes al
borde la muerte. En algunos casos lo importante no es tanto la violación del tabú,
sino que ésta se haya hecho pública y el ofensor sea objeto de verguenza.

Son muchos los pueblos primitivos que creen que ciertas enfermedades son
consecuencia de la violación de tabúes, no obstante, hay innumerables variaciones
en tanto a la naturaleza de dichos delitos, la posibilidad de cura y su tratamiento.

28
La confesión de los pecados no es considerada en todas partes como un método
terapéutico y se realiza de diferentes maneras. En algunos pueblos incluye
procedimientos eliminatorios como vómitos o sangrías.

Numerosos vestigios de este concepto de la enfermedad llegan hasta nuestros


días. Como reacción contra estos conceptos insostenibles desde el punto de vista
científico, la psiquiatría ha excluido de forma radical de su vocabulario la palabra
pecado. Sin embargo, la moderna psiquiatría dinámica ha redescubierto que si
bien no aparece “pecado”, aparece el sentido de culpa, cuya acción patógena no se
puede descartar.

Curación por medio de la satisfacción de las frustraciones


Es conocido desde tiempo inmemorial el papel de los deseos frustrados en la
etiología de la enfermedad. Durante muchos siglos los libros de medicina
contenían las descripciones de dos situaciones olvidadas en gran parte en la
actualidad: la nostalgia y el mal de amor.
Mientras que la psiquiatría del siglo pasado excluyó estas nociones de su
nosología, la psiquiatría dinámica ha revalorizado la importancia de los deseos
frustrados.

Curación ceremonial
Una de las diferencias principales entre el tratamiento científico moderno y las
curaciones primitivas, es que el primero es un hecho cierto y positivo, mientras
que el último se suele realizar como una ceremonia. En algunos casos, las
ceremonias no son un elemento secundario, sino el agente terapéutico principal.

Existen muchos tipos de curación ceremonial. Hocart ha demostrado que algunos


son antiguos ritos de iniciación que han adquirido un nuevo significado como
método curativo. Algunas veces la ceremonia es una especie de repetición del
trauma inicial. En otras representa una nueva escenificación de los grandes mitos
de la tribu, como la creación del mundo o historia de los dioses.

Algunas características claves del procedimiento de los zuñi:

➔ Es un tratamiento colectivo, organizado, realizado no por un solo hombre,


sino por una sociedad curativa
➔ Es un psicodrama, los tres curanderos que utilizan máscaras de los tres
dioses son asistidos por los miembros de la sociedad, mientras que el
paciente desempeña un papel activo en los ritos
➔ Es una terapia religiosa

29
➔ Es una terapia de la belleza, por la magnificencia de los cánticos, ritos e
indumentaria
➔ Es un tratamiento en que se utiliza la transferencia de la enfermedad o
espíritu maligno a otro ser.
➔ Se espera que el paciente se una a la sociedad después de su recuperación.
(Esto se retoma en procedimiento de psiquiatría moderna - los antiguos
alcohólicos se reúnen muchas veces en sociedades de templanza - )

Curación por medio de la incubación


Podría incluirse en otros tipos de curación ceremonial si se considera que su parte
esencial iba precedida y seguida de diversos ritos, pero se describe aparte porque
la incubación es precisamente el principal agente terapéutico.
Incubación está vinculado a la tierra, al paciente se le hace pasar una noche en una
cueva tendido sobre la tierra, entonces soñará con una visión que le curará.

Curación por medio de la hipnosis


Hasta qué grado fue aplicada la hipnosis con fines terapéuticos en la medicina
primitiva es una cuestión sujeta a controversia. Si bien se puede demostrar un
conocimiento de la hipnosis entre los hombres medicina, no implica
necesariamente que se haya empleado siempre de forma consciente con fines
terapéuticos.

Curación mágica
Muchos de los procedimientos curativos que hemos revisado hasta ahora han sido
denominados mágicos o contienen ciertos elementos mágicos, pero la magia
cubre un campo más amplio que el de la medicina.
Se puede definir como una técnica inadecuada de poder del hombre sobre la
naturaleza y una anticipación falaz de la ciencia.

Mientras que la ciencia es “neutral” y se puede aplicar a fines buenos y malos, la


magia se suele dividir de forma más rígida en mala o buena, la primera asociada a
la enfermedad, la segunda a la cura.

Las prácticas de la medicina primitiva que han sido denominadas mágicas se


pueden dividir en varios subgrupos de acuerdo a algunas características

● por el uso racional de drogas o venenos eficaces (aún cuando sea placebo)
● por el uso de poderes parapsicológicos como la clarividencia y telepatía
● manifestaciones hipnóticas que ocupan algún papel
● por el uso de la sugestión como el agente más importante. Un
procedimiento mágico puede ser eficaz por la creencia del individuo

30
sometido, porque el mago cree en su poder, y porque la comunidad cree en
la existencia y eficacia de estas prácticas.

La curación mágica abarca dos procedimientos principales. El primero es la contra


- magia. Una enfermedad causada por magia negra se cura mediante la
extirpación de la causa, sea por la destrucción del supuesto hechicero o por la
neutralización de su hechicería. Otra aplicación de la contra-magia es la
prevención contra las acciones mágicas por medio de talismanes.
El segundo procedimiento es la aplicación directa de magia al tratamiento de la
enfermedad.
Una investigación sistemática de la medicina mágica ayudaría a comprender mejor
las manifestaciones que denominamos sugestión y autosugestión.

Terapéuticas racionales en la medicina primitiva


Se ha supuesto muy a menudo que la medicina primitiva pertenecía al reino de lo
irracional y fantasía. No debemos olvidar que los hombres medicinas se enfrentan
a enfermedades graves y raras, y que suelen haber otros hombres a quienes
podemos denominar doctores laicos que se enfrentan a enfermedades menores o
claramente físicas.

Una parte considerable de la medicina primitiva representa un primer estadío de


la medicina empírica, es sabido que la farmacopea moderna deriva en gran parte
de las drogas más activas de la medicina primitiva.

Características básicas de la curación primitiva


1 El curandero primitivo desempeña en su comunidad un papel mucho más
importante que el médico en la actualidad. No sólo le concierne el bienestar de su
pueblo, muchas veces es un brujo temido, es el bardo que conoce el origen del
mundo e historia de su tribu.

2 En presencia de una enfermedad el enfermo coloca sus esperanzas y su


confianza más en la persona del curandero que en sus medicinas y otras técnicas
terapéuticas. El agente principal de la curación es la personalidad del curandero.
Maeder distingue tres tipos de curandero primitivo:
a) el laico que utiliza métodos racionales
b) el mago que actúa a través de su prestigio y sugestión
c) el curandero religioso sobre el que el paciente proyecta el arquetipo de salvador

3 El curandero primitivo es un hombre con muchos conocimientos y experiencia,


que adquiere su grado después de una enseñanza larga y difícil. Los curanderos
más primitivos la reciben de otros curanderos.

31
4 Los métodos curativos más importantes son de naturaleza psicológica, sea la
enfermedad física o mental. En las sociedades primitivas la distinción mente
cuerpo no es tan clara como en la nuestra.

5 La curación primitiva es casi siempre un procedimiento público y colectivo. En


general el paciente no va al curandero por sí mismo, sino acompañado por
parientes que están presentes en el tratamiento. Además hay una ceremonia
realizada en un grupo bien estructurado.

Curación en el templo y la psicoterapia filosófica


Ciertas técnicas de la medicina primitiva fueron adoptadas por la nueva medicina
del templo (el exorcismo es un ejemplo de ello), otras probablemente fueron
inventadas y desarrolladas en los propios templos.

La medicina laica experimentó un desarrollo autónomo, aunque se mostró más


versada en el tratamiento de las enfermedades físicas que en el de las condiciones
emocionales. Así surgió la separación entre la medicina sacerdotal y la medicina
propiamente dicha, la primera representada por el sacerdote curandero y la
segunda por el médico.

Junto a la medicina del templo y de la primera medicina científica, una


característica destacable de estas culturas fue la elaboración de técnicas muy
desarrolladas de entrenamiento mental, muchas veces con implicaciones
psicoterapéuticas, basadas en ciertas enseñanzas filosóficas y religiosas. La más
famosa es el yoga.

Por otro lado se encuentran las escuelas filosóficas, cuyos miembros seguían un
método específico de formación y forma de vida. Cada escuela transmitía lo que su
fundador había enseñado, las enseñanzas fundamentales eran reservadas para los
discípulos, aunque había también lecturas al público.

Se ha afirmado que algunas de las características del estoicismo se repiten en las


escuelas adleriana y existencialista de hoy, al igual que ocurre con algunas de la
Academia de Platón en relación a la escuela de Jung, mientras que el metoda
epicúreo para la eliminación de la ansiedad ha sido comparado en este aspecto
con Freud.

Curación religiosa y cura de almas


La Iglesia católica adoptó de las religiones establecidas algunas prácticas como las
oraciones, votos y peregrinaciones y dio asimismo gran importancia a la práctica

32
de la confesión, realizada de forma individual ante un sacerdote y ligada al más
absoluto secreto.

Existen razones para creer que la confesión ejerció una influencia notable sobre el
desarrollo de la psicología. Los sacerdotes adquirían unos conocimientos
psicológicos que sistematizaron hasta cierto punto en los libros de teología moral.

Los reformistas protestantes abolieron la confesión obligatoria, pero en sus


comunidades surge una nueva práctica y tradición, la cura de almas. Se destaca de
esta práctica el que ciertos ministros protestantes se consideraban dotados de un
particular don espiritual que les capacitaba para obtener la confesión de algún
secreto molesto de las almas apenadas.

Dos aspectos relevantes del secreto patógeno: las numerosas formas simbólicas
en que involuntariamente se expresa, y la curación no depende solo de la
intervención del psicoterapeuta, sino de la elección libre y responsable del
paciente.

Psicoterapia científica
A finales del siglo XVI y durante el siglo XVII se inaugura una nueva era con el
nacimiento de la ciencia moderna. Mientras que al principio de la era científica el
conocimiento había descansado en la observación y deducción, ahora se basa en
la experimentación y en la medida. La ciencia tiende a la unificación del
conocimiento humano, solo existe una ciencia de las cuales las ciencias
particulares son ramas.

La medicina se convirtió en una rama de la ciencia, la psiquiatría en una rama de la


medicina, y la psicoterapia en una aplicación de la psiquiatría. En esta perspectiva
el médico, incluido el psiquiatra se hace más técnico y especialista.

Como la ciencia es un conocimiento de la totalidad, no se puede admitir la validez


de la curación extra científica, de aquí el desprecio de la medicina oficial hacia
todos los tipos de medicina primitiva y popular.

➔ Las diferencias entre la terapéutica primitiva y la científica se pueden


resumir:

1. El curandero es mucho más que médico, es la personalidad principal de su


grupo social. El terapeuta es un especialista entre muchos otros.

2 El curandero ejerce su acción principalmente por medio de su personalidad. El


terapeuta aplica técnicas específicas de un modo impersonal

33
3 El curandero es fundamentalmente un psicosomático, trata numerosas
enfermedades físicas con técnicas psicológicas. En la terapia científica existe una
dicotomía entre la terapéutica física y la psíquica, en psiquiatría se acentúa el
tratamiento físico de las enfermedades mentales.

4 El aprendizaje del curandero es largo y exigente, muchas veces incluye la


experiencia de una grave enfermedad emocional que tiene que padecer para
poder curar a otros. En terapia científica el aprendizaje es puramente racional y no
toma en consideración los problemas personales del médico.

5 El curandero pertenece a una escuela con sus enseñanzas y tradiciones propias


que difieren de las de otras escuelas. El terapeuta actúa basándose en una
medicina unificada que es una rama de la ciencia y no una enseñanza esotérica.

Psicoterapia dinámica moderna


Históricamente la psicoterapia dinámica moderna deriva de la medicina primitiva y
se puede demostrar que hay una continuidad ininterrumpida entre el exorcismo y
el magnetismo, entre éste y el hipnotismo, y entre el hipnotismo y las modernas
escuelas dinámicas.

Hay semejanzas entre la curación primitiva y la moderna terapia dinámica. A


menudo los psicoanalistas son considerados como miembros más destacados de
la comunidad, su personalidad es su más importante herramienta terapéutica. El
aprendizaje psicoanalítico es incomparablemente más exigente que el de la
mayoría de las otras especialidades e incluye un prolongado análisis personal
encaminado a la liberación de los problemas emocionales propios. La moderna
psiquiatría dinámica está dividida en escuelas, cada una con sus doctrinas y
enseñanzas.

CAPÍTULO 2. LA APARICIÓN DE LA PSIQUIATRÍA DINÁMICA


* Este capítulo está hiper resumido en la conclusión *

La aparición de la psiquiatría dinámica se puede datar en 1775, en un choque


entre el médico Mesmer y el exorcista Gassner.

Gassner y Mesmer
Gassner era uno de los curanderos más famosos, exorcizaba a los enfermos en
presencia de autoridades de las Iglesias Católica y Protestante, médicos, nobles,
miembros de la burguesía, etc.

34
Era un sacerdote que comenzó a sentir fuertes dolores de cabeza cada vez que
llevaba a cabo una misa, rezaba o oía una confesión. Esto lo llevó a sospechar de la
intervención de Satanás, recurrió a los exorcismos de la iglesia y a la oración, con
lo que desapareció su trastorno. Entonces, comenzó a exorcizar a los enfermos de
la parroquia, con tal éxito que comenzaron a llegarle pacientes de todos los
distritos vecinos.

Describió dos tipos de enfermedades, las naturales que pertenecían al dominio del
médico, y las preternaturales que clasificó en tres categorías: la de imitación de
una enfermedad natural causada por el demonio, la de efecto de brujería, y la de
posesión diabólica manifiesta.

En todos los casos le decía al paciente que la fé en el nombre de Jesús era un


supuesto esencial para la curación y pedía su consentimiento para utilizar el
exorcismo de prueba. Después conjuraba solemnemente al demonio a que hiciera
manifiestos los síntomas de la enfermedad, si aparecían, consideraba probado
que la enfermedad estaba causada por el demonio y procedía a realizar el
exorcismo. Si no aparecían síntomas enviaba al enfermo a un médico. Esto lo lleva
a quedar bien tanto con los grupos religiosos como con los médicos.

Gassner contaba con el apoyo de algunos protectores eclesiásticos, junto con el de


las masas y de quienes esperaban ser curados por él. Entre los adversarios se
encontraban el teólogo católico Sterzinger, el teólogo protestante Semmier y la
mayoría de los representantes de la Ilustración. Se hicieron circular rumores de
que era seguro que ocurrieran casos de posesión en cualquier lugar en que se
anunciara su visita.

Por su parte Mesmer afirmaba haber descubierto un nuevo principio que


denominaba magnetismo animal. En Munich en noviembre de 1775, hizo varias
demostraciones en las que mediante un dedo facilitaba la aparición y desaparición
de diversos síntomas. Mesmer declaró que Gassner era un hombre honrado, pero
que curaba a sus pacientes por medio del magnetismo animal sin saberlo.

Franz Aston Mesmer


El paso trascendental del exorcismo a la psicoterapia dinámica lo dio Mesmer en
1775.

El sistema de Mesmer, según lo expuesto por el mismo, se podía resumir en cuatro


principios:

35
1. existe un fluido físico sutil que llena el universo y forma un medio de unión
entre el hombre, la tierra y los cuerpos celestiales, así como también entre
hombre y hombre
2. la enfermedad se origina por la desigual distribución de este fluido en el
cuerpo humano, la recuperación se logra cuando se restaura el equilibrio
3. con la ayuda de ciertas técnicas este fluido puede ser canalizado,
almacenado y transmitido a otras personas
4. se pueden provocar crisis en los pacientes y curar las enfermedades.

Es fácil distinguir los elementos en los que Mesmer y sus discípulos denominaban
la doctrina.

● intuición del propio Mesmer de ser portador de un fluido misterioso, el


magnetismo animal. Cada ser humano posee una cierta cantidad de
magnetismo animal, Gassner lo tendría en un grado muy alto, Mesmer
tendría menos, y el enfermo tendría menos que el sano.
● teorías físicas que explicaban la naturaleza y acción del magnetismo animal.
● analogías con descubrimientos contemporáneos en el campo de la
electricidad. Mesmer imaginó que su fluido poseía polos, corrientes,
descargas, conductores, aisladores y acumuladores.
● teoría de las crisis, derivada de la práctica de Gassner.

Para Mesmer el magnetismo animal sería el medio universal de curar y prevenir


todas las enfermedades.
Sus prácticas eran tan extraordinarias y extravagantes (prácticas con espejos y
tocando la armónica en el caso del método colectivo, el árbol magnetizado como
práctica para los pobres) que la mayoría de los médicos lo calificaron de charlatán.

Con sus misteriosos poderes, Mesmer está más cerca del antiguo mago que del
psicoterapeuta del siglo XX. No obstante, su doctrina contenía las semillas de
varios dogmas básicos de la psiquiatría moderna:

1. El magnetizador, según Mesmer, es el agente terapéutico de sus curaciones, su


poder descansa en sí mismo. Para hacer posible la curación debe establecer
primero una relación, es decir, una especie de sintonía con su paciente.

2. La curación se logra por medio de crisis, esto es manifestaciones de


enfermedades latentes producidas artificialmente por el magnetizador y que están
bajo su control. Es mejor provocar varias crisis regularmente más débiles, que una
sola grave.

36
3. En el tratamiento colectivo, el magnetizador debe controlar las reacciones de los
pacientes entre sí.

4. Mesmer agrupó a sus discípulos en una sociedad en que tanto los


magnetizadores médicos como los legos estaban en un plano de igualdad. Sus
miembros que habían realizado grandes sacrificios financieros, aprendían su
doctrina, discutían los resultados terapéuticos y mantenían la unidad del
movimiento.

Puységur y el nuevo magnetismo


Uno de los más fieles discípulos de Mesmer, hizo un descubrimiento que daría un
nuevo rumbo al magnetismo. Uno de los pacientes de Puységur presenta una
crisis particular, sin convulsiones, ni movimiento descontrolados, lo que sucede es
que cae en una especie de sueño en el que habla en voz alta, responde a las
preguntas y exhibe una mente más brillante que en su estado normal. Una vez
pasada la crisis no recordaba nada.

Puységur volvió a provocar este tipo de crisis y luego la probó con éxito en otros
sujetos. En tal estado eran capaces de diagnosticar sus propias enfermedades,
predecir su evolución y prescribir el tratamiento. Denomina a esto sueño
magnético, aunque luego por las semejanzas con el sonambulismo natural se le
da el nombre de sonambulismo artificial.

Victor (primer paciente con quien práctica / descubre el sueño magnético)


manifiesta en un momento un empeoramiento, y durante uno de sus sueños
magnéticos explica que es debido a la exhibición delante de personas curiosas y a
veces incrédulas. Con esto Puységur aprende que el magnetismo debía utilizarse
únicamente con fines terapéuticos y no para experimentos ni demostraciones. Se
da cuenta también de la vanidad de la enseñanza de Mesmer, y comprende que el
verdadero agente curativo era la voluntad del magnetizador.

La difusión del mesmerismo


Aun después de perder a su director en 1785, el mesmerismo continuó
desarrollándose en varias direcciones. Los primeros magnetizadores realizaron un
intenso trabajo terapéutico y publicaron buenas observaciones, sin embargo el
fenómeno del sueño magnético los llevó a la búsqueda de lo extraordinario.

Faria, un sacerdote portugués abrió una academia pública de sueño lúcido en


París, en la que criticaban la teoría del fluido físico, así como la de la relación y
sostenían que el proceso esencial de la magnetización se debía más bien al sujeto.
Aseguraba que algunos individuos eran más susceptibles a la magnetización. Su

37
técnica consistía en sentar a individuos en asientos cómodos, hacerles mirar sus
manos y decirles en voz alta que durmieran. Sin embargo, su mal manejo del
idioma francés lo llevó al fracaso.

Deleuze se encontró con el éxito donde Faria había fracasado, y a él se le suele


atribuir el resurgimiento del magnetismo en Francia. Dió excelentes descripciones
de los fenómenos que ocurrían durante el sonambulismo artificial, se mostraba
escéptico acerca de las pretendidas manifestaciones preternaturales y avisó
contro los diversos peligros inherentes al tratamiento magnético. Ante todo,
Deleuze era un clínico y científico.

Por su parte Bertrand, con doble formación como médico e ingeniero, enfocó el
fenómeno del magnetismo animal con vistas de explorarlo de forma científica y
experimental. Janet lo consideraba como el verdadero iniciador del estudio
científico de la hipnosis.

Noizet que había asistido a las demostraciones de Faria conoció en 1819 a


Bertrand que había comenzado sus investigaciones sobre el magnetismo. Se
hicieron amigos, y ambos enviaron manuscritos a un concurso propuesto por la
Academía de Berlín, pero los manuscritos les fueron devueltos. Bertrand revisó el
suyo y lo convirtió en su Traité, mientras que pasaron treinta y cinco años para que
Noizet publicara el propio en una edición limitada. Sus enseñanzas fueron
adoptadas por Liebault, y de este modo la técnica de Faria se convirtió en el
método general aplicado por la Escuela de Nancy.

Tanto Bertrand como Noizet destacaban el hecho de que la mente humana está
repleta de pensamientos y razonamientos de los que no somos conscientes y que
sólo podemos reconocer los efectos que producen.

Los estudiantes franceses del magnetismo comprendieron que la comunicación


era el fenómeno general del magnetismo y el sonambulismo, y que su influencia
se extendía mucho más allá de la propia sesión. Pronto incluyeron en el concepto
de rapport la influencia recíproca entre paciente y magnetizador. Ya los primeros
magnetizadores prevenían contra el peligro inherente a la poderosa atracción
interpersonal surgida de la comunicación, aunque sabían que esta influencia tenía
también sus limitaciones.

En el caso de Alemania, los mesmeristas comprendieron también el papel


fundamental de la comunicación, aunque le dieron una interpretación más
filosófica, vinculada al romanticismo de la época.

38
Fuera de Francia y Alemania el desarrollo del mesmerismo fue más lento. En
Inglaterra Braid rechazó la teoría del fluido y propuso una nueva basada en la
fisiología cerebral, modificó la vieja técnica de Faria y Bertrand de fijación en la
mano por la fijación a un objeto luminoso. Bajo el término más adecuado de
hipnotismo hizo que el magnetismo fuera aceptado por ciertos círculos médicos.

El impacto del espiritismo


Entre los años 1840 y 1850, Estados Unidos era un inmenso país en rápida
expansión. El nivel medio de educación del hombre común era más alto que en
otros países pero no había una clase alta educada que impusiera una tradición y
normas culturales. Cada hombre reclamaba el derecho a pensar por sí mismo.
Los predicadores y las congregaciones cambiaban a menudo de creencias y las
sectas religiosas eran numerosas. Existía una predisposición general y permanente
hacia las epidemias psíquicas, que aparecían de forma inesperada, se extendían
con rapidez y eran aceptadas casi como un solo hombre en grandes zonas.

En este contexto un incidente aparentemente trivial se convirtió en punto de


partida de una epidemia psicológica de inesperada amplitud: la aparición y
divulgación del espiritismo.

La historia comienza en 1847, cuando un hombre luego de escuchar molestos


ruidos, cede su casa al granjero Fox quien la ocupa con su esposa e hijas. En 1848,
el aldabón de la puerta, responde a los ruidos hechos a propósito por una de las
hijas, y más tarde en presencia de los vecinos respondió en un código
rudimentario a preguntas hechas por la madre. Se reveló entonces que en la casa
había sido asesinado un hombre y enterrado en el sótano. En los días siguientes la
mujer y las hijas fueron de visita, las llamadas las seguían a todas partes, y se
comunicaban con ellas dando a entender que eran los espíritus de personas
fallecidas.

Pronto la Sra Fox y sus hijas comercializaron sus sesiones con los espíritus y
aparecen múltiples imitadores con rapidez. En 1850 se describen fenómenos
físicos, por ejemplo las mesas se mueven, se oían ruidos fuertes, etc.

Estas prácticas se van extendiendo rápidamente a todo el mundo. Mientras tanto


se descubre que las manifestaciones dependían en gran parte de la personalidad
de los participantes: algunas personas impedían la aparición de espíritus, mientras
que otras las favorecía, algunos podrían servir de médiums.

39
El estudio científico de estas manifestaciones fue emprendido con carácter
sistemático por Charles Richet. Gradualmente surgió una ciencia nueva, la
parapsicología.

El advenimiento del espiritismo fue un acontecimiento de gran importancia en la


historia de la psiquiatría dinámica porque proporcionó de forma indirecta a los
psicólogos y psicopatólogos nuevos modos de aproximación a la mente. Uno de
los procedimientos introducidos por los espiritistas, la escritura automática, fue
adoptado por los científicos como método de exploración del inconsciente.

Otro incentivo para el desarrollo de la psiquiatría dinámica fue la aparición de


hipnotizadores profesionales que realizaban sesiones públicas por toda Europa. Ya
hemos visto que Braid comenzó a experimentar con el hipnotismo después de
haber visto al magnetizador Lafontaine. Del mismo modo hacia 1880, varios
neurólogos comenzaron a considerar desde una nueva perspectiva su actitud
hacia el hipnotismo después de ver las demostraciones de Hansen en Alemania, y
de Donato en Bélgica, Francia e Italia.

Estas nuevas aportaciones a la psicología dinámica reavivaron el interés por el


hipnotismo y llevaron a su estudio por médicos universitarios como el fisiólogo
Charles Richet. Surgieron así dos escuelas que contribuyeron al desarrollo de la
nueva psiquiatría dinámica: la de Nancy y la de Salpetriere.

La escuela de Nancy
Entre 1860 y 1880 tanto el magnetismo como el hipnotismo estaban tan
desprestigiados que cualquier médico que lo utilizara podía comprometer de
forma irreparable su carrera científica. Entre los pocos que se atrevían a hipnotizar
abiertamente estaba Liebeault, con quien surgió la Escuela de Nancy.

Fue un médico que siendo estudiante había encontrado un libro antiguo sobre
magnetismo y aplicaba con éxito el método. Como sus pacientes se mostraban
reacios ofrecía tratarlos gratuitamente con magnetismo, o cobrarles por tratarlos
con la medicina oficial.

Afirmaba que el sueño hipnótico es idéntico al natural, siendo la única diferencia


que es inducido por sugestión.

Durante veinte años fue considerado por sus colegas como charlatán (porque
hipnotizaba) y tonto (porque no cobraba). Sin embargo, los milagros terapéuticos
llegaron a Bernheim quien lo visita en 1882 y quedó convertido a sus ideas,

40
convirtiéndose en admirador, alumno y amigo de Liébeault. Introdujo los métodos
de éste en su clínica médica universitaria. Liébeault adquiere entonces una gama
de gran médico. Puede ser considerado como el padre espiritual de la Escuela de
Nancy, aunque su verdadero director fue Bernheim.

Bernheim reveló la existencia del trabajo de Liébeault al mundo médico poco


después de que Charcot leyera su famoso trabajo sobre el hipnotismo ante la
Académie des Sciences. Se suscitó así una agria lucha entre los dos.

En oposición a Charcot, Bernheim proclamó que la hipnosis no era una condición


patológica que se encontraba solo en los histéricos, sino que era el efecto de la
sugestión. Definió la sugestibilidad como la aptitud para transformar una idea en
un acto, característica que cada ser humano posee en diferente grado.

La hipnosis, decía, es un estado de sugestibilidad aumentada inducido por la


sugestión. Solía usar el hipnotismo para tratar muchas enfermedades orgánicas
del sistema nervioso, reumatismos, enfermedades gastrointestinales y trastornos
menstruales. Negaba con vehemencia la validez de la teoría de Charcot sobre la
histeria y aseguraba que los estados histéricos demostrados en la Salpetriere eran
artificiosos.

Con el tiempo Bernheim sostuvo que los efectos que se pudieran obtener por
hipnotismo también se podían conseguir mediante sugestión en estado de vigilia,
procedimiento que la escuela de Nancy denominó psicoterapia.

Uno de los numerosos visitantes de Nancy fue Freud, el cual quedó impresionado
por la afirmación de Bernheim de que la amnesia post hipnótica no era tan
completa como se creía generalmente. Mediante concentración y un cuestionario
adecuado el paciente podía recordar todo lo que había experimentado bajo
hipnosis.

Charcot y la escuela de Salpetriere


A diferencia de la escuela de Nancy, la de Salpetriere estaba muy bien organizada y
dirigida por una poderosa figura: Charcot.

En 1878, probablemente bajo la influencia de Charles Richet, Charcot extendió su


interés al hipnotismo del que llevó a cabo un estudio científico, (como lo había
hecho con la histeria), tomando como sujetos del mismo a varias histéricas más
inteligentes.

41
Halló que en éstas aparecía la condición hipnótica en tres etapas sucesivas:
letargo, catalepsia y sonambulismo, cada una con síntomas definidos y
característicos.

Charcot había estudiado ya las diferencias entre parálisis orgánicas e histéricas. En


1884 demuestra que las parálisis hipnóticas tenían los mismos síntomas que las
parálisis histéricas espontáneas. Clasificó las parálisis histéricas, postraumáticas e
hipnóticas en el grupo de parálisis dinámicas, en contraste con las parálisis
orgánicas resultantes de la lesión del sistema nervioso.

En 1892 distinguió la amnesia dinámica, en la que bajo hipnosis se puede


recuperar la memoria perdida de la amnesia orgánica en la que esto es imposible.

En los últimos años de su vida se dió cuenta de que existía una amplia zona entre
la región de la conciencia clara y de la fisiología orgánica del cerebro. Dirigió
entonces su atención a la curación por la fé. En uno de sus últimos artículos afirmó
haber visto pacientes que regresaban de Lourdes curados de sus enfermedades;
trató de dilucidar el mecanismo de tales curaciones y anticipó que el aumento de
conocimientos sobre las leyes de la curación por la fé estimularía grandes
procesos terapéuticos.

Las emociones extremas que desataba Charcot, de gran admiración o enemistad


hacen difícil evaluar su trabajo. En lo que respecta al campo de la histeria y el
hipnotismo, Janet ha descrito errores metodológicos de Charcot.

El primero fue su excesiva preocupación por delimitar entidades patológicas


específicas eligiendo como modelos aquellos casos que presentaban el mayor
números de síntomas posibles, suponía que los demás casos eran formas
incompletas. Este método había sido muy fructífero en neurología y Charcot
estaba convencido de que ocurriría lo mismo en las alteraciones mentales.

Un segundo error fue el de simplificar demasiado las descripciones de esas


enfermedades para hacerlas inteligibles a sus estudiantes.

El tercer error es el de su falta de interés por el ambiente que rodeaba a sus


pacientes.

Otro hecho que distorsionó desde el comienzo sus investigaciones sobre la


psiquiatría dinámica era el peculiar espíritu colectivo que impregnaba la
Salpetriere. Esta comunidad cerrada reunía no sólo gran número de ancianas, sino
que comprendía también salas especiales para histéricas jóvenes y bellas, que
eran la atracción principal y se empleaban para demostrar casos clínicos a

42
estudiantes. A causa de la actitud paternalista de Charcot y su manera despótica
de tratar a los estudiantes, sus colaboradoras nunca lo contradecían, por lo tanto
le indicaban lo que creían que deseaba ver. Después de practicar las
demostraciones, le mostraban a los sujetos y discutían los casos en presencia de
los mismos. Se desarrollaba así una atmósfera peculiar de sugestión mutual entre
él, sus colaboradores y sus pacientes.

Conclusión
Visto todo lo anterior se puede repasar el desarrollo de la psiquiatría dinámica
desde Mesmer hasta Charcot.

Antes de Mesmer había poco lugar para la psicoterapia dinámica, aparte de la


superada práctica del exorcismo. Mesmer desarrolló lo que él creía que era una
teoría científica y una terapia médica universal. Apuntó a la provocación de crisis
que se suponían de valor diagnóstico y dotadas de virtudes curativas. Su
descubrimiento principal fue el de la relación entre el magnetizador y el paciente.

Puységur sustituyó la teoría pseudo - física del fluido al intuir la acción de fuerzas
psicológicas desconocidas. Su gran descubrimiento clínico fue el del sueño
magnético o sonambulismo artificial, situación semejante al sonambulismo
espontáneo, con la diferencia de que puede ser inducido y frenado a voluntad. Se
podía utilizar tanto para la exploración de funciones psíquicas como con
funciones terapéuticas. El concepto de relación fue elaborado y considerado como
un fenómeno psicológico y como cauce para la acción psicoterapéutica.

La gran ola espiritista del siglo XIX indujo al descubrimiento de nuevas formas de
aproximación a la mente inconsciente, como la escritura automática. Además del
sonambulismo artificial, se exploró una nueva situación, el trance del médium.

Charcot apuntó la existencia de ideas fijas inconscientes como núcleos de ciertas


neurosis, concepto que sería desarrollado por Janet y Freud.

Por lo tanto a estos dos grandes pioneros les antecede todo un siglo de psiquiatría
dinámica durante el cual se llevaron a cabo numerosas investigaciones, aunque no
completamente sistematizadas.

43
Freud, S. (1905[1904]) "Sobre psicoterapia". En: Obras completas,
vol. VII. Buenos Aires: Amorrortu, 1999 (pp. 243-258)

A diferencia del reconocimiento de las ideas sustentadas en Estudios sobre la


histeria, sobre la abreacción y conversión, el procedimiento terapéutico propuesto
sigue luchando por reconocimiento.

Si bien una de las razones de esto es que en aquel tiempo la técnica del
procedimiento aún no había sido desarrollada, hay razones de naturaleza más
general.
La psicoterapia sigue siendo considerada por muchos médicos como un producto
del misticismo moderno y un producto directamente acientífico, indigno del
interés de un investigador de la naturaleza.

Permítame entonces que defienda la causa de la psicoterapia y ponga de relieve lo


que en ese juicio ha de considerarse erróneo.

1. La psicoterapia no es un procedimiento terapéutico moderno. Al contrario, es la


terapia más antigua de la que se ha servido la medicina. Los métodos utilizados
por la medicina primitiva deben ser clasificados como psicoterapia: con miras a la
curación se inducía a los enfermos el estado de crédula expectativa que todavía
hoy nos presta idéntico servicio. Aún cuando los médicos descubrieron otros
recursos, los empeños psicoterapéuticos nunca desaparecieron de la medicina.

2. ELos médicos no podemos renunciar a la psicoterapia porque la otra parte (es


decir los enfermos) no tienen propósito de hacerlo. La disposición psíquica de los
enfermos incide sobre el resultado de cualquier procedimiento terapéutico
inducido por el médico.

Esto tiene resultados tanto favorables como desfavorables. Hemos llamado a este
hecho sugestión. Por lo tanto los médicos, por más que no lo sepan o se lo
propongan cultivan permanentemente la psicoterapia. Dejar librados a los
enfermos el factor psíquico de la influencia que ustedes ejercen sobre ellos sería
una desventaja. ¿No sería lícito que el médico se empeñe en apropiarse de este
factor para servirse deliberadamente de él, guiarlo y reforzarlo? A esto y sólo a
esto, los alienta la psicoterapia científica.

3.Ciertos trastornos, y muy en particular las psiconeurosis son más accesibles a


influencias anímicas que a cualquier otra medicación. No es un hecho moderno,
sino una vieja afirmación de los médicos que a estas enfermedades no las cura el

44
medicamento sino el médico; es decir, la personalidad del médico, en la medida en
la que ejerce una influencia psíquica a través de ella.

Hay muchas variedades de psicoterapia y muchos caminos para aplicarla, todos


son buenos si llevan a la meta de curación.

Hemos desarrollado la técnica de la sugestión hipnótica, la psicoterapia basada en


la distracción mental, en el ejercicio, en la suscitación de afectos adecuados. No
menosprecio ninguna y en condiciones adecuadas las aplicaría. Si me circunscribo
sólo al método que Breuer llamó catártico, y que yo prefiero calificar como
analítico, es sólo por motivos subjetivos. Me es lícito aseverar que el método
analítico de la psicoterapia es el de más penetrantes efectos, el que permite
avanzar más lejos y el que consigue la modificación más amplia del enfermo.

Ahora permítame que corrija algunos errores y proporcione algunos


esclarecimientos acerca de este método catártico o analítico de la psicoterapia.

1. A menudo se lo confunde con el tratamiento sugestivo hipnótico. Entre la


técnica sugestiva y la analítica hay la máxima oposición posible. La técnica
sugestiva opera sin hacer caso del origen, fuerza y significación de los síntomas
patológicos, sino que deposita algo, la sugestión, esperando que sea lo
suficientemente exitosa para impedir la exteriorización de la idea patógena.
La terapia analítica, en cambio, no quiere agregar o introducir nada nuevo, sino
restar, retirar, y con ese fin se preocupa por la génesis de los síntomas patológicos,
y la trama psíquica de la idea patógena, cuya eliminación es la meta.

Si abandoné la técnica sugestiva, y con ella la hipnosis, fue porque dudaba de


poder hacer una sugestión tan fuerte y resistente como requería para una
curación duradera. Además tampoco permitía penetrar en el juego de fuerzas
psíquicas, no permitía individualizar la resistencia con la que los enfermos se
aferran a su enfermedad, y es la resistencia lo único que nos posibilita
comprender su conducta en la vida.

2. Otro error muy difundido es el de que la técnica para buscar las ocasiones de la
enfermedad y eliminar sus manifestaciones sería fácil y obvia.

3. Por algunas de mis observaciones habrá colegiado que la cura analítica lleva
consigo muchas peculiaridades que se alejan del ideal de una terapia. El investigar
y examinar no apunta a resultados rápidos y la mención de la resistencia los
prepara para esperar cosas desagradables. Sin dudas el tratamiento psicoanalítico
plantea altas exigencias tanto al paciente como al médico. Al primero se le exige

45
sinceridad total, le insume mucho tiempo y por ende resulta costoso, al médico
también le insume tiempo y es bastante trabajoso aprender y practicar la técnica.
Es lícito aprender métodos terapéuticos más cómodos, siempre que haya la
perspectiva de lograr algo con ellos.

Si con el procedimiento más trabajoso y prolongado puede conseguirse mucho


más que con el breve y fácil, el primero está a pesar de todo justificado.

Ante todo, mi método terapéutico sólo se ha podido desarrollar y poner a prueba


en casos muy graves, no he podido reunir experiencia para decirles cómo se
comporta mi terapia en caso de afecciones más leves, que aparecen de forma
episódica.
Frente a los casos más graves, todo gasto se vuelve mínimo.

4. Todavía no es posible debido a las restricciones prácticas que han afectado mi


actividad señalar de manera definitiva las indicaciones y contraindicaciones de
este tratamiento, sin embargo trataré de elucidar algunos puntos:

a. Además de la enfermedad es preciso tomar en cuenta el valor de una persona


en otros campos, y deben rechazarse a los enfermos que no posean cierto grado
de cultura y carácter en alguna medida confiable. No debe olvidarse que hay
personas sanas que no sirven para nada, y que con frecuencia atribuyen a la
enfermedad todo lo que las vuelve incapaces para la existencia. La psicoterapia
tampoco es aplicable a aquellos que no van a terapia por su padecer, sino que se
someten a ella por órdenes de parientes.

b.Es preciso limitar la elección a personas que posean un estado normal, pues en
el procedimiento psicoanalítico nos apoyamos en él para apropiarnos de lo
patológico. Las psicosis, los estados de confusión y de desazón profunda son
inapropiados para el psicoanálisis, al menos tal como lo practicamos hoy. No se
descarta modificar el procedimiento para abordarlos.

c. La edad de los enfermos también es importante. En la medida en que las


personas se acercan a la cincuentena o la sobrepasan suelen carecer de la
plasticidad de los procesos anímicos de la que depende la terapia; por otra parte,
el material que debería reelaborarse prolongaría indefinidamente el tratamiento.

El límite inferior de edad solo se determina según los individuos, los jóvenes que
aún no han llegado a la pubertad a menudo son el terreno óptimo para la
influencia psicoterapéutica.

46
d. No se recurrirá al psicoanálisis cuando sea preciso eliminar con rapidez
fenómenos peligrosos (ej anorexia histérica)

Sobre la posibilidad de que la aplicación del psicoanálisis resulte dañina, una cura
analítica realizada con discernimiento no puede hacer temer daño alguno para el
enfermo.

Para concluir, algunos puntos sobre en qué consiste este tratamiento y cuáles son
sus fundamentos. Esta terapia se basa entonces en la intelección de unas
representaciones inconscientes (el carácter inconsciente de ciertos procesos
anímicos) son la causa inmediata de los síntomas patológicos.

Esto no nos precipita a la más oscura filosofía, nuestro inconsciente en nada se


parece al de los filósofos y además, la mayoría de estos no querrían saber nada de
algo psíquico inconsciente.

La traducción de eso inconsciente no puede sino traer por resultado corregir su


desviación respecto de lo normal y suprimir la compulsión que afecta a su vida
anímica. El alcance de la voluntad consciente no va más allá de los procesos
conscientes, y toda compulsión psíquica está fundada por lo inconsciente.

Tampoco deben temer que la entrada de lo inconsciente en la conciencia del


enfermo le provoque un sacudimiento dañino, porque el efecto somático y
afectivo de la moción que devino consciente nunca puede ser tan grande como el
de la moción inconsciente.
Dominamos todas nuestras mociones sólo por el hecho de que dirigimos sobre
ellas nuestras operaciones anímicas superiores, acompañadas de conciencia.

El descubrimiento y la traducción de lo inconsciente se realizan bajo una


permanente resistencia de parte del enfermo. La emergencia de eso inconsciente
va unida a un displacer, y a causa de esto el enfermo lo rechaza una y otra vez.
Ustedes intervienen en ese conflicto que se libra en la vida anímica del paciente; si
logran moverlo a que, a fines de alcanzar una mejor coprensión, acepto algo que
hasta entonces había rechazado (reprimido) a consecuencia de la automática
regulación del displacer, habrán conseguido realizar con él cierto trabajo
educativo.

En términos generales, pueden concebir el tratamiento psicoanalítico como una


pos - educación de esa índole para vencer resistencias interiores.

47
Esta post educación en los neuróticos es más importante en lo que atañe al
elemento anímico de su vida sexual, debido a que es área donde la cultura y
educación han provocado los daños más grandes.

Esto plantea al médico un importante requerimiento, no sólo tiene que ser él


mismo un carácter íntegro, también tiene que haber superado en su persona la
mezcla de lubricidad y mojigatería con la que se suelen abordar los problemas
sexuales.

Freud, S. (1919[1918]) "Nuevos caminos de la terapia


psicoanalítica". En: Obras completas, vol. XVII. Buenos Aires:
Amorrortu, 1999 (pp. 153-163)

Hemos formulado nuestra tarea médica de este modo: llevar al enfermo de


neurosis a tomar noticia de las mociones reprimidas, esas mociones inconscientes
que subsisten en él poniendo para ello en descubierto las resistencias que en su
interior se oponen a tales ampliaciones de su saber sobre su propia persona.

El descubrimiento de esas resistencia no siempre garantiza su superación, pero


esperamos alcanzar esa meta aprovechando la transferencia del paciente sobre la
persona del médico para que él haga suya nuestra convicción de que los procesos
represivos sobrevenidos en la infancia son inadecuados al fin, y que una vida
gobernada por el principio del placer es irrealizable.

Hemos llamado psicoanálisis al trabajo por cuyo intermedio llevamos a la


conciencia del enfermo lo anímico reprimido en él.

¿Por qué “análisis”, que sugiere una analogía con el trabajo que un químico realiza
con las sustancias que halla en la naturaleza y lleva a su laboratorio? Porque los
síntomas y las exteriorizaciones patológicas del paciente son de naturaleza en
extremo compuesta, los elementos de esa composición están constituidos por
motivos, mociones pulsionales, sobre los cuales el enfermo no sabe nada.

Le damos a conocer entonces la composición de esas formaciones anímicas de


elevada complejidad, reintroducimos los síntomas a las mociones pulsionales que
los motivan, pesquisamos dentro de los síntomas esos motivos pulsionales
desconocidos para el enfermo, tal como el químico separa la sustancia básica de la
sal en la que había vuelto irreconocible por combinación con otros elementos.

48
Hemos analizado al enfermo, hemos descompuesto su actividad anímica en sus
ingredientes elementales, indagando los elementos pulsionales separados y
aislados. Parecería natural exigirnos que lo ayudáramos a obtener una nueva y
mejor composición de ello. Esa exigencia nos ha sido planteada, se nos ha dicho
que después del análisis debería seguir una síntesis.

Esta psicosíntesis no constituye en verdad una nueva tarea para nosotros. A


diferencia del análisis químico, en la mida anímica enfrentamos aspiraciones
sometidas a una compulsión de unificar y reunir. Si conseguimos descomponer un
síntoma, librar de cierta trama a una moción pulsional ella no permanecerá
aislada: enseguida se insertará en una nueva.

El enfermo de neurosis nos ofrece una vida anímica desgarrada, segmentada por
sus resistencias, y al paso que analizamos y eliminamos estas últimas, ella crece,
va integrando en lo que llamamos su “yo” todas las mociones pulsionales que
hasta entonces estaban escindidas de él. Así, la psicosíntesis se consuma en el
analizado sin nuestra intervención, de manera automática e inevitable. Hemos
creado sus condiciones por medio de la descomposición de los síntomas y la
cancelación de las resistencias.

Por eso, el desarrollo de nuestra terapia emprenderá otros caminos. Acotamos


nuestra terapéutica por medio de dos contenidos: hacer consciente lo reprimido y
poner en descubierto las resistencias. ¿Debemos dejar luego al enfermo librado a
sí mismo, que se arregle solo con las resistencias que le hemos mostrado? ¿No
podemos prestarle ningún otro auxilio que el que experimenta por la impulsión de
la transferencia? ¿No parecería lo indicado socorrerlo también trasladándolo a la
situación psíquica más favorable para la tramitación deseada del conflicto?

Además, el logro del paciente depende también de ciertas circunstancias externas.


Deberíamos modificarlas de manera apropiada? Opino que esta clase de actividad
en el médico que aplica tratamiento analítico es inobjetable y enteramente
justificada.

Se abre entonces un nuevo campo para la técnica analítica. Destaco un principio


que probablemente sea soberano en este campo: En la medida de lo posible, la cura
analítica debe ejecutarse en un estado de privación - de abstinencia.

Quedaría librado a examen averiguar la medida en que sea posible respetar esto.
Ahora bien, por abstinencia no debe entenderse la privación de una necesidad
cualquiera, se trata de algo relacionado con la dinámica de la enfermedad y el
restablecimiento.

49
Recuerdan ustedes que el paciente enfermó a raíz de una frustración y que sus
síntomas le prestan el servicio de unas satisfacciones sustitutivas. En el curso del
análisis pueden observar que toda mejoría de su padecer aminora el tiempo del
restablecimiento y reduce la fuerza pulsional que esfuerza hacia la curación. Ahora
bien, no podemos renunciar a esta fuerza pulsional; su reducción sería peligrosa
para nuestro propósito terapéutico. Entonces, ¿Qué requisito se nos impone como
inevitable? Por cruel que suene, debemos cuidar que el padecer del enfermo no
termine prematuramente en una medida decisiva. Si la descomposición y
desvalorización de los síntomas lo han mitigado, tenemos que erigirlo en alguna
otra parte bajo la forma de una privación sensible; de lo contrario corremos el
riesgo de no conseguir nunca otra cosa que unas mejoras modestas y no
duraderas.

La actividad del médico debe exteriorizarse en una enérgica intervención contra


las satisfacciones sustitutivas. El enfermo busca la satisfacción sustitutiva sobre
todo en la cura misma, dentro de la relación de transferencia con el médico y
hasta puede querer resarcirse por este camino de todas las renuncias que se le
imponen en otros campos. Sin duda es preciso consentirle algo de acuerdo a la
naturaleza del caso y peculiaridad del enfermo, pero no es bueno consentir
demasiado, lo adecuado al fin es justamente denegarle aquellas satisfacciones que
más intensamente desea y que exterioriza con mayor urgencia.

Por otro lado, es necesario mantener el estado de privación. Nos negamos de


manera terminante a hacer del paciente un patrimonio personal, a plasmar por él
su destino, a imponer nuestros ideales, a complacernos en nuestra obra luego de
haberlo formado a nuestra imagen y semejanza. Es cierto que a veces el
psicoterapeuta se ve en la necesidad de presentarse como pedagogo y educador,
pero no se debe educar al enfermo para que se asemeje a nosotros, sino para que
se libere y consume su propio ser. Tampoco debemos poner al psicoanálisis al
servicio de una determinada cosmovisión filosófica e imponersela al paciente con
el fin de ennoblecerlo.

Un último tipo de actividad de índole por entero diversa nos es impuesto por la
intelección de que las variadas formas de enfermedad que tratamos no pueden
tramitarse mediante una misma técnica. Nuestra técnica creció en el tratamiento
de la histeria y sigue ajustada a esta afección, pero ya las fobias nos obligan a
sobrepasar la conducta que hemos observado hasta el presente.

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Por último querría considerar una situación que pertenece al futuro y que puede
parecer fantástica. Hoy la eficacia terapéutica no es muy grande, son un puñado
de personas, que atienden a pocos, y que provienen de los estratos superiores.
Supongamos que una organización cualquiera nos permitiese multiplicar nuestro
número para poder tratar grandes masas de hombres. Supongamos que alguna
vez la conciencia moral de la sociedad despierte y recuerdo que el pobre no tiene
menos derechos a terapia anímica, y que las neurosis no son una amenaza menor
para la salud popular que la tuberculosis, y que por lo tanto no se las puede dejar
libradas al cuidado del individuo perteneciente a las filas del pueblo.

Se crearán entonces sanatorios de consulta, a los que se les asignan médicos de


formación psicoanalítica, quienes aplicando el análisis volverán más capaces de
resistencia y más productivos a hombres que de otro modo se entregarán a la
bebida, a mujeres que corren peligro de caer quebrantadas bajo la carga de las
privaciones, a niños a quienes sólo les aguarda la opción entre el embrutecimiento
o la neurosis. Estos tratamientos serán gratuitos.

Cuando esto sucede habrá que adecuar nuestra técnicas a las nuevas condiciones.
Pero cualquiera que sea la nueva forma futura de esta psicoterapia para el pueblo,
y no importa qué elementos la constituyan finalmente, no cabe ninguna duda de
que sus ingredientes más eficaces e importantes seguirán siendo los que ella tome
del psicoanálisis riguroso, ajeno a todo partidismo.

Keegan, E. &. P. Holas (2010) "Terapia


cognitivo-comportamental. Teoría y práctica".

CAPÍTULO 1 HISTORIA Y EVOLUCIÓN DE LA PSICOTERAPIA COGNITIVO


COMPORTAMENTAL

Existen diversas terapias actuales que pueden ser descritas como TCC, todas ellas
comparten el supuesto de que el pensamiento (cognición) media el cambio de
la conducta y que la modificación del pensamiento conduce a la modificación
del estado de ánimo y de la conducta.

En términos generales, la evolución de la TCC se puede dividir en tres o, en la


opinión de algunos, cuatro etapas:

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1. El surgimiento de la terapia comportamental de manera independiente en
los Estados Unidos, Sudáfrica y el Reino Unido en el período 1950 - 1970
(Primera ola de TCC)
2. El comienzo de la terapia cognitiva que tuvo lugar en EEUU en los años 60 y
70 (Segunda ola)
3. Su posterior desarrollo y fusión con la terapia comportamental en terapia
cognitivo - comportamental que alcanza vigor en los 80 y continúa
produciendo logros clínicos
4. El desarrollo de la llamada tercera ola de TCC durante los últimos 10 - 15
años, con su énfasis principal en la modificación de la función de las
cogniciones, en lugar de la modificación de su contenido.

El surgimiento de la Terapia Comportamental


La terapia cognitivo - comportamental se desarrolló a partir de la terapia
comportamental tradicional (TC), que fue considerada como la primera generación
de psicoterapia validada científicamente. Era un abordaje innovador, basado,
aunque con diferencias, en la perspectiva más radical de teóricos
comportamentales, como Skinner y Watson.

Los principales contribuyentes en el inicio de la TC fueron:

● Wolpe en Sudáfrica, formuló la teoría de inhibición recíproca, introdujo el


tratamiento para la reducción del miedo, posteriormente denominado
desensibilización sistemática para las fobias y ansiedad.
● Hans Eysenck en Reino Unido, proporcionó la base y fundamento teórico
para la TC. Fue famoso por las críticas al psicoanálisis.
● Odgen Lindsley en EEUU utilizó las técnicas operantes para trabajar con
pacientes esquizofrénicos.
● Albert Bandura desarrolló ideas importantes que se incluyen en la teoría
de aprendizaje social, y los conceptos de expectativa de refuerzo,
autoeficacia, y eficacia de resultado, modelado y aprendizaje vicario. Uno de
sus logros fue demostrar que el refuerzo percibido reforzaba más que el
refuerzo real que no era percibido como reforzador.
● Donald Meichbaum descubrió que cuando las personas se hablan a sí
mismas, este autodiálogo funciona como un control significativo de la
conducta. Es considerado uno de los pioneros de la TCC, aunque sus ideas
eran en esencia comportamentales porque afirmaba que primero debe
cambiar la conducta y luego el diálogo interno.

52
La distinción principal entre las terapias cognitivas y las comportamentales
consiste en que las primeras incorporan una perspectiva mediacional en la
comprensión de las perturbaciones emocionales.

A fines de los años 60 y comienzos de los 70 hubo un reconocimiento de que el


modelo comportamiento estímulo - respuesta no era suficientemente amplio para
explicar todo el comportamiento humano, y que algunos problemas como la
depresión no se pueden tratar de manera efectiva sin utilizar algunas
intervenciones cognitivas.

Surgimiento de la Terapia cognitiva


La terapia cognitiva (TC) se desarrolló a partir de la investigación sobre depresión
realizada por Aaron T. Beck. Como psicoanalista intentó validar el concepto de
hostilidad vuelta contra sí mismo como causa de la depresión, sin embargo
descubrió que el tema principal no era la hostilidad sino el fracaso y la pérdida.

Intentó desarrollar intervenciones cognitivas para aliviar el sufrimiento de los


pacientes deprimidos o con otros problemas emocionales, ayudando a identificar,
examinar y modificar los patrones de pensamiento desadaptativos y
distorsionados que subyacen tras sus problemas.

Para Beck la terapia cognitiva se basa en "el principio que las emociones y
conductas de una persona están en gran parte determinadas por la manera
en la cual estructura el mundo" y que se puede lograr el cambio terapéutico
mediante el uso de técnicas para identificar, poner a prueba la realidad y corregir
las conceptualizaciones distorsionadas y las creencias disfuncionales (esquemas)
que subyacen a estas cogniciones.

La cognición incluye el proceso que identifica y predice las relaciones entre una
persona y los objetos y acontecimientos, siendo de este modo necesaria para la
adaptación ante las demandas ambientales.

El concepto principal en la TC beckiana es el concepto de esquema, que es una


estructura cognitiva de asignación de significados, formada por suposiciones
implícitas, que construye las interpretaciones acerca de uno mismo y del mundo,
organiza las experiencias y guía la conducta. Los esquemas intervienen en la
exploración, la codificación y la evaluación de la información y normalmente se
consolidan en la infancia temprana.

Funcionan por fuera de la conciencia de las personas, pero sus productos


-pensamientos e imágenes específicos- son accesibles a ella. Beck denominó a

53
estos productos pensamientos automáticos. Los pensamientos automáticos
organizan las reacciones emocionales y comportamentales de una persona ante
situaciones específicas y generalmente pasan desapercibidos, a menos que se le
enseñe a la persona a registrarlos.

Las técnicas que apuntan a modificar las cogniciones desarrolladas por Beck
incluyen desde prestar atención a los pensamientos automáticos, identificarlos y
monítorearlos hasta su cuestionamiento y la distinción entre cogniciones
funcionales y desadaptativas.

.La terapia cognitiva de Beck ha tenido distintas modificaciones a lo largo de los


años y su aplicación se ha hecho extensiva a la mayoría de los trastornos
psiquiátricos y otros problemas presentes en los manuales de diagnóstico
(Ansiedad, fobias, problemas de pareja, trastornos de personalidad, abuso de
sustancia, suicidio, manejos de crisis)

Simultáneo al trabajo de Beck se encuentra el de Albert Ellis. Elaboró un método


como terapia racional (TR). Con el paso de los años incorporó técnicas más
emocionales y comportamentales de modo que la TR se convirtió en Terapia
Racional Emotiva (TRE) y luego en Terapia Racional Emotiva y Comportamental
(TREC). Puso énfasis en los pensamientos y creencias de los pacientes, con un
diálogo más activo con los pacientes y tareas y ejercicios en los programas de
tratamiento.

Desarrolló el modelo A-B-C, en el cual se considera que las consecuencias


emocionales (C) son producidas por las creencias (B) acerca de los acontecimientos
(A) y no por los acontecimientos mismos. Estas consecuencias emocionales
pueden ser modificadas al "discutir enérgicamente" las creencias (B) acerca del
acontecimiento (A).

Una de las principales contribuciones de Ellis fue la distinción entre el


pensamiento racional e irracional. Consideró que las dificultades de las personas
son en gran parte resultado de la percepción distorsionada y del pensamiento
ilógico, y que es posible librarse de la mayor parte de su infelicidad mental y
emocional, y de su perturbación si se aprende a maximizar su pensamiento
racional y minimizar el irracional.

Otro factor histórico decisivo que contribuye en el desarrollo de la terapia


cognitiva (CT) ha sido la psicología cognitiva experimental, con su modelo
mediacional de la cognición en el procesamiento de la información que comenzó a
extenderse a constructos clínicos.

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Las terapias cognitivas incorporan intervenciones comportamentales, y es por esto
que la mayoría de los defensores denomina a sus abordajes cognitivo -
comportamental, de manera similar la mayoría de los terapeutas
comportamentales se consideran a sí mismos terapeutas cognitivos
comportamentales.

Desarrollo de la Terapia Cognitivo - Comportamental


En sus comienzos, los conceptos cognitivos de Beck y Ellis eran demasiado difusos
y demasiado cognitivos para los conductistas decididos, pero dado que estos
conceptos respetaban a la terapia comportamental e incorporaban componente
comportamentales en sus modalidades de tratamiento, los terapeutas
comportamentales comenzaron a interesarse cada vez más en este abordaje.

El descontento con los modelos de terapia previos, juntos con las fructíferas
conclusiones que revelaban nuevos aspectos cognitivos del funcionamiento
humano, que no estaban incluidos en las terapias comportamentales, sirvieron de
base para el proceso por el cual, a finales de la década de 1960 y comienzos de
1970, varios terapeutas y teóricos prominentes comenzaron a considerarse a sí
mismos pertenecientes a la orientación cognitivo-comportamental.

Hay muchas terapias que pueden ser incluidas bajo el término de terapia cognitivo
comportamental, algunas de las principales son: la Terapia Racional Emotiva
Comportamental, la Terapia Cognitiva, el Entrenamiento Auto-instructivo, la
Reestructuración Racional Sistemática, el Entrenamiento en Manejo de Ansiedad,
El Entrenamiento en Inoculación de Estrés, la Terapia de Resolución de Problemas,
la Terapia de Autocontrol, la Psicoterapia Constructiva y Estructural

Alrededor de 1990, surgieron abordajes nuevos de tratamientos de TCC previos,


descritos como la tercera ola de TCC. Ante todo, era una reacción ante las dudas
de algunos supuestos centrales de la tradicional TCC, sobre todo con respecto a
que el cambio cognitivo directo es necesario para lograr la mejoría clínica.

Otros factores incluyen nuevas ideas en filosofía de la ciencia, y la creciente


conciencia de la tradición budista y los beneficios de un estado de meditación
basado en una mente plena.

Nuevas Direcciones en Terapia Cognitivo Comportamental: la tercera ola


En los últimos 20 años se han desarrollado varias terapias bajo el nombre de la
tercera ola, inspirados sobre todo, en el trabajo de Kabat Zinn, el Programa de
reducción de Estrés Basado en Conciencia Plena (Mindfulness) (MBSR por sus
siglas en inglés).

55
Como describió Hayes: Asentada sobre un abordaje empírico basado en principios la
tercera ola de la terapia cognitiva y comportamental es particularmente sensible al
contexto y funciones de los fenómenos psicológicos, no sólo a su forma,, y tiende de
este modo a enfatizar estrategias de cambio contextuales y vivencias además de las
estrategias más didácticas y directas. Estos tratamientos tienden a buscar la
construcción de repertorios amplios, flexibles, y eficaces por encima de un abordaje
supresivo ante problemas definidos de manera específica, y a enfatizar la importancia
de las cuestiones que examinan tanto para los terapeutas como para los pacientes. La
tercera ola reformula y sintetiza las generaciones previas de terapia cognitiva y
comportamental y les permite avanzar en interrogantes, cuestiones y áreas abordadas
con anterioridad principalmente por otras tradiciones, con la esperanza de mejorar
tanto la comprensión como los resultados". (Rayes, 2004b, p. 658,)

Los defensores de estos abordajes sostienen que en lugar de centrarse en


cuestionar la validez de los pensamientos, la terapia debería conducir a una
modificación directa de los procesos cognitivos, particularmente la atención.

Hay una creciente percatación, denominada la segunda revolución cognitiva, de


que nuestros pensamientos, emociones y conductas son en gran medida
consecuencia de procesos implícitos, inconscientes. La nueva ola de terapias
comportamentales parece ofrecer un acceso a esos procesos implícitos,
automáticos y disfuncionales, que se puede lograr al adoptar una postura y
aceptación, y de conciencia plena.

El elemento clave de la psicoterapia basada en la aceptación y en mindfulness es


ayudar al paciente a realizar el cambio de una postura judicativa y controladora
por una postura compasiva y de aceptación hacia las experiencias internas.

Los críticos de la TCC tradicional centrada en los contenidos cognitivos con su


énfasis en el manejo y control de los síntomas, señalaron que tal actitud podría
reforzar los esfuerzos del individuo por librarse de experiencias desagradables
como la ansiedad o las obsesiones. Los intentos de cambiar la forma o frecuencia
de pensamientos, emociones, etc, denominados evitación de la experiencia
generalmente incrementan el malestar en lugar de aliviar.

Las terapias de la TCC de la tercera ola, desarrollan estrategias para ayudar a los
pacientes a modificar su relación con su forma particular de sufrimiento, a
disminuir la lucha interna y a ayudar a normalizar las experiencias desagradables.
Aquí el objetivo de la terapia es reorientar al paciente ayudándolo a dejar de
intentar modificar sus pensamientos y sentimientos, y conduciéndolo hacia un
cambio comportamental positivo - animándolo a comprometerse

56
significativamente en la vida, de acuerdo a sus propios valores y objetivos, a pesar
de la presencia de sufrimiento.Para lograr esto, la meditación de conciencia plena
(mindfulness meditation) con sus características de aceptación, ausencia de
esfuerzo, descentración y dejarse ir, es una estrategia principal.

La tercera ola de TCC ha recibido recientemente atención e interés por parte de


sociedades médicas y psicoterapéuticas, pero también se ha encontrado con la
crítica y rechazo de algunos autores que afirman que los fundadores de la ACT
comprenden de manera incorrecta los conceptos de la TCC, sobre los cuales
fundamentan su crítica y necesidad de proclamar un nuevo abordaje de la tercera
ola.

CAPÍTULO 2. DEFINICIÓN DE LA TERAPIA COGNITIVO COMPORTAMENTAL


Desde la terapia cognitiva está la idea de que las personas se involucran
activamente en la interpretación de su realidad.

La denominación cognitivo - comportamental ha sido propuesta para todos los


abordajes que rechazan la idea de que la conducta está determinada
fundamentalmente de manera interna, como sostiene Freud, o fundamentalmente
de manera externa, como considera Skinner.

En énfasis relativo puesto sobre la cognición y conducta es diferente entre los


abordajes cognitivos comportamentales, aunque Dobson y Dozois consideran que
hay tres proposiciones principales que deben compartir las distintas formas de
TCC:

1. Los procesos cognitivos afectan la conducta


2. La actividad cognitiva puede ser monitoreada y modificada
3. Los cambios en las cogniciones de las personas, en los pensamientos, las
interpretaciones y los supuestos pueden conducir a la modificación de sus
conductas.

La teoría y terapia cognitivas consideran a las cogniciones como clave de los


trastornos psicológicos. La cognición se define como una función que involucra
inferencias acerca de las propias experiencias y acerca de la aparición y control de
acontecimientos futuros.

Además de las tres proposiciones de Dobson y Dozois, se pueden incluir otros.


Freeman y Reinecke incluye en los modelos de TCC que el procesamiento de
información es activo, adaptativo y esto le permite a los individuos dar significado
de su experiencia.

57
Aunque los modos de TCC afirman que el sistema de creencias de cada individuo
es idiosincrática, los trastornos clínicos pueden distinguirse sobre la base de
cogniciones específicas. ( contenido y productos cognitivos) comunes a todos los
pacientes que sufren los mismos trastornos.

La naturaleza de la relación paciente-terapeuta y la estructura típica del proceso


terapéutico son también atributos comunes compartidos entre las diferentes
terapias cognitivo-comportamentales. Beck definió la TCC como: "un abordaje
activo, directivo, de tiempo limitado y estructurado, utilizado para tratar distintos
trastornos psiquiátricos". Activo se refiere al hecho que la mayorparte de las
terapias cognitivo comportamentales son implícita o explícitamente de naturaleza
educativa.
La orientación a problemas explica parcialmente el límite habitual de esta terapia,
de extensión entre 12 y 16 sesiones.

Toda intervención que conduzca al cambio cognitivo como un medio de facilítación


del cambio emocional y comportamental y todo modelo que explícitamente
reconozca el papel mediador o moderador de la cognición en el funcionamiento
humano podría ser considerados como una variante de la TCC.

El reconocimiento del rol principal de la cognición en la teoría psicopatológica y en


el cambio terapéutico no significa que la TCC rechace el papel de factores
no-cognitivos en la vulnerabilidad y en el tratamiento de los trastornos
psiquiátricos. Los modelos cognitivo comportamentales afirman que la salud
mental humana y la psicopatología se encuentran multideterminadas.

CAPÍTULO 3. LA ANATOMÍA DEL ACTO TERAPÉUTICO

Diagnóstico y Evaluación Clínica


La terapia comportamental comenzaba tradicionalmente realizando un análisis
funcional de la conducta problemática que era objeto de intervención. Una
intervención comportamental siempre está precedida por un análisis detallado de
los factores que generan y mantienen una conducta ( disfuncional) determinada. A
veces al análisis funcional se lo conoce como formulación del caso.

Los terapeutas comportamentales se han mostrado resistentes a utilizar sistemas


diagnósticos basados en un abordaje sindrómico de la conducta disfuncional como
el DSM,dado que lo que importa en última instancia es la conducta que debe ser
modificada.

58
Sin embargo, la mayoría de las intervenciones cognitivo comportamentales tienen
como objetivo de tratamiento un trastorno mental definido según el sistema
categórico DSM. Si bien hay muchas críticas, de llevar a cabo una investigación con
otros criterios de diagnóstico sería difícil comparar los resultados con otras
intervenciones.

El primer paso entonces en la fase de evaluación de la TCC es identificar la


presencia de un trastorno mental.
Como las categorías del DSM IV son metateóricas necesitamos un segundo paso
en la evaluación que nos provea la información necesaria para llevar a cabo una
terapia cognitivo comportamental. Esto se conoce generalmente como
conceptualización o formulación del caso.

Conceptualización de un caso clínico


Consiste en una serie de hipótesis que establece una relación entre los diferentes
problemas que afligen a un paciente determinado, postulando los mecanismos
psicológicos que pueden haber participado en la predisposición,
desencadenamiento y mantenimiento de estos problemas. Esto se realiza a partir
de una teoría psicopatológica determinada. Es decir, una teoría idiográfica acerca
de un paciente se basa en una teoría general - nomotética.

La formulación debe responder, identificar cuáles fueron las creencias activadas,


los factores desencadenantes de las mismas y que pensamientos disfuncionales,
estados de ánimo y conductas disfuncionales ha generado.

La razón principal de la conceptualización de caso es su utilidad clínica, apunta a la


planificación de intervenciones efectivas, incluyendo la identificación y la
resolución de impasses terapéuticos.

Existen muchos modelos diferentes de conceptualización de caso, pero en general


tienen algunos elementos básicos. Estos son la presencia de un diagnóstico, una
lista de los problemas actuales, una hipótesis de trabajo acerca de la relación entre
los problemas presentes y el perfil cognitivo del paciente, un plan de tratamiento
que se diseña considerando tanto déficit como fortalezas y aspectos positivos.

Los terapeutas cognitivo comportamentales compartirán el modelo con el paciente


a medida que lo van elaborando. Al igual que en otras formas de psicoterapia,
para generar una lista completa es útil explorar todas las áreas, salud psicológica,
psiquiátrica y física, problemas interpersonales, cuestiones laborales, académicas,
económicas, de convivencia, cuestiones culturales y religiosas, de tiempo libre,

59
incluyendo aquellos problemas que los pacientes pueden evitar: abuso de
sustancia, ideación o intentos suicidas, conductas impulsivas y rituales.

Los terapeutas deben asignar un puntaje a cada problema de acuerdo a la


intensidad, frecuencia o grado de interferencia en la vida del paciente. Los
terapeutas pueden observar cuestiones problemáticas que no son percibidas
como tales por el paciente. Estas cuestiones deben ser tenidas en cuenta y serán
abordadas eventualmente una vez obtenido el consentimiento informado del
paciente.

La hipótesis de trabajo es lo esencial de la conceptualización del caso. Esta


hipótesis debe identificar las estructuras cognitivas (creencias nucleares, creencias
intermedias y pensamientos automáticos), los acontecimientos y las situaciones
que desencadenan estas creencias y una teoría clínica de sus posibles orígenes. En
suma, debe generar las hipótesis que vinculen los problemas enumerados con las
creencias, los factores precipitantes y los orígenes.

El plan de tratamiento incluirá los objetos de la terapia, su modalidad y su


frecuencia, el tipo de intervenciones a ser utilizada, la necesidad de terapias
adicionales y los posibles obstáculos que puedan surgir, se espera que los
terapeutas cognitivos eviten la tendencia a enfocarse en los déficits.

La relación terapéutica
La calidad de alianza terapéutica es el predictor más poderoso del éxito en
psicoterapia. La alianza involucra no solo la naturaleza de la relación paciente -
terapeuta, sino también el acuerdo acerca de los roles y objetivos del trabajo
terapéutico.

Lo específico de la relación terapéutica en TCC


En la terapia cognitiva la relación estaba caracterizada por el empirismo
colaborativo.
Tanto el paciente como el terapeuta aceptan que los pensamientos son sólo
sucesos mentales. Los pacientes aceptan tratar a sus pensamientos y a sus
creencias como hipótesis, no como verdades evidentes (distanciamiento). Como en
la actividad científica, estas hipótesis deben ser evaluadas contrastándolas con los
datos proporcionados por el ambiente ( cuestionamiento del contenido cognitivo).
Este es un esfuerzo que se realiza con la colaboración del paciente en el que él
tiene que aprender a convertirse en su propio terapeuta. Esto debe lograrse con
un espíritu de descubrimiento guiado. Al ser adecuadamente empático, el
terapeuta cognitivo seleccionará las experiencias adecuadas que le permitirán al

60
paciente adquirir perspectivas nuevas sobre viejos problemas de un modo
gradual.

CAPÍTULO 4 INTERVENCIONES COGNITIVAS Y COMPORTAMENTALES

No es fácil presentar un resumen de las intervenciones por las diferencias de


abordaje, objetivos y metodologías. Se presenta lo que sería lo esencial de la TCC.

Cada tratamiento cognitivo comportamental se basa en un modelo


psicopatológico que proporciona el fundamento para la selección de
intervenciones y la secuencia en la que se deben aplicar.

La TCC se basa en la premisa de que la cognición, la emoción y la conducta


manifiesta son subsistemas independientes. La modificación de cualquier sistema
conducirá a cambios en los otros dos.

La TCC reconoce las contribuciones técnicas de los distintos modelos de


psicoterapia. El eclecticismo técnico de la TCC no implica sin embargo, que las
técnicas se utilicen para los mismos fines para los cuales fueron inicialmente
pensadas.

Algunos principios técnicos básicos


Como la conducta es en gran medida voluntaria, todos los tratamientos cognitivo -
comportamentales, comienzan intentando modificarla.

Nuestro modelo psicopatológico identificará las conductas que sirven como


factores de mantenimiento para un trastorno específico. Se le ofrece al paciente
una explicación acerca del papel que tiene esta conducta en el mantenimiento del
problema y se le enseña las maneras de modificarla.

La asignación graduada de tareas es uno de los principios del cambio


comportamental. Aunque a veces se utiliza una modificación drástica de la
conducta, lo más común es el cambio gradual (exposición) guiado por la jerarquía
de estímulos ansiógenos. La modificación de la conducta no está gobernada por
expectativas sociales, sino por una actitud experimental. Se le solicita al paciente
que se comporte de una manera distinta y que observe sus emociones y
cogniciones cuando se realiza la nueva experiencia.

Cuando los pacientes comienzan a modificar su patrón habitual de conducta, el


terapeuta comienza a aplicar distintas estrategias que tienen como objetivo
flexibilizar la cognición. Esto generalmente se denomina reestructuración

61
cognitiva. En la TCC contemporánea existen debates acerca de cuál es el
ingrediente esencial de esta estrategia.

Raramente los pacientes acuden a terapia porque quieren modificar sus


pensamientos, lo hacen generalmente buscando superar sensaciones,
sentimientos o emociones desagradables. Entonces ¿cómo trata la TCC el cambio
emocional? Cuando se modifica la cognición o el comportamiento, el éxito a
menudo se evalúa en términos del impacto positivo que ha producido sobre las
emociones.

Sin embargo, las emociones también pueden ser objetivo directo de una
intervención. Una de las piedras angulares de la TCC es la teoría del procesamiento
emocional, señala que no se pueden modificar las emociones a menos que se las
active.

Las emociones no son negativas en sí mismas, esto es más una consecuencia de


las valoraciones que hacemos sobre ellas. Por ello, la TCC alienta la aceptación y
exposición a las emociones “negativas”.

Técnicas comportamentales

1. Exposición: se pone a los pacientes en contacto con las señales que evocan sus
emociones negativas, de manera deliberada y auto controlada. Se debe
permanecer en contacto con estas señales hasta que: su ansiedad disminuya
(habituación) y empiecen a comprender que las consecuencias esperadas no
ocurren (desconfirmación)

Los tipos de señales se deciden de acuerdo a la conceptualización del caso. Por


ejemplo, una persona que teme a las cucarachas será expuesta primero a
imágenes y videos y luego al insecto real. Una persona con trastorno de pánico
será expuesta a las sensaciones internas que teme.

Tipos de exposición:

- in vivo: cuando se ponen en contacto con las señales en la vida real


- en imágenes: cuando es en su imaginación

Con el advenimiento de los vídeos online y realidad virtual se abre un camino


entre las dos opciones.

2. Asignación graduada de tareas: se puede utilizar cuando un paciente se siente


demasiado deprimido y desesperanzado, o demasiado ansioso para comenzar una

62
tarea compleja o demandante.
Una acción compleja se divide en componentes pequeños y se le pide al paciente
que intente llevarlos a cabo de una manera secuencial.

3. Modelado: está dirigida a ayudar al paciente a encontrar modelos adecuados de


la conducta que él quiere lograr. Esta puede ser ejecutada por el terapeuta si fuera
necesaria, aunque los modelos a menudo se encuentran en películas, amigos,
compañeros de trabajo. Tiene que ver con el aprendizaje por imitación. Debe
abandonarse lo antes posible para que el paciente aumente su sensación de
autoeficacia.

3. Resolución de problemas: implica las etapas de definición del problema,


establecimiento de objetivos, soluciones extraídas de una tormenta de ideas,
evaluación de las soluciones posibles, selección de una solución, identificación de
los pasos para poner en práctica la solución, ensayo cognitivo de la solución,
puesta en práctica de la solución, evaluación del resultado.

4. Entrenamiento en habilidades sociales: el objetivo es ayudar al paciente a


mejorar o a desarrollar aquellas habilidades para conocer a otra gente, mantener
conversaciones, desempeñarse de manera adecuada en situaciones sociales e
iniciar relaciones de pareja. El primer paso consiste en la evaluación de los déficits
del paciente. El segundo es el modelado, cuando esto se completa el terapeuta y
paciente escenifican las habilidades mediante un role play. Finalmente el paciente
pone en práctica las habilidades en situaciones de la vida real.

5. Relajación: la relajación muscular progresiva y sus variaciones es la estrategia


de relajación más comúnmente utilizada en TCC. Enseña al paciente una serie de
ejercicios cada vez más breves diseñados para condicionar una respuesta de
relajación que puede evocarse en última instancia en un breve período de tiempo.
Aunque eficaz, requiere un tiempo considerable, por eso a menudo se la
reemplaza por el entrenamiento en relajación respiratoria.

6. Relajación respiratoria: en la respiración diafragmática, el diafragma en la


base de los pulmones se dilata, empujando el abdomen hacia fuera y haciendo
ingresar aire en la parte inferior de los pulmones. Una vez que el paciente ha
dominado esta habilidad se le enseña a respirar lentamente, conteniendo la
respiración durante cuatro segundos, dejando salir el aire suavemente. La idea es
que el paciente respire de manera rítmica de este modo durante un par de
minutos y tome conciencia de la relajación asociada con la respiración.

63
7. La visualización combina elementos de relajación y de entrenamiento
atencional. Se le pide al paciente que se imagine a sí mismo en un lugar o situación
que le resulte agradable y relajante. Cuanto más intensa se torne la imagen mayor
serpa el impacto sobre las emociones y respuestas fisiológicas.

8. Activación comportamental: el objetivo consiste en incrementar los


comportamientos que probablemente conducirán al paciente a obtener
recompensas de algún modo. El incremento de las activides agradables ayuda a
elevar el estado de ánimo de una persona y también a disminuir la rumiación.

Consta de cuatro pasos: monitoreo de las actividades actuales en cuanto a las


sensaciones de dominio y agrado; el desarrollo de una lista de actividades
gratificantes; planificación de las actividades: y realización de las actividades.

Estrategias cognitivas: se le explica a los pacientes el papel de la cognición en el


origen y mantenimiento de los trastornos mentales. El objetivo principal de las
técnicas cognitivas es incrementar la flexibilidad cognitiva.

1. Psicoeducación: es común que los seres humanos suframos debido a creencias


erróneas. La psicoeducación brinda información objetiva correcta que puede ser
indispensable para generar puntos de vista alternativos, a la vez que se le informa
a los pacientes sobre sus enfermedades.

2. Socialización del modelo cognitivo: se le comparte al paciente nuestra


conceptualización para que comprenda la importancia de los factores cognitivos
en el trastorno abordado. Se les enseña acerca de la importancia de las creencias,
de los pensamientos automáticos, sesgos cognitivos, etc. Lo importante es que
comprenda que no son los hechos lo que nos afecta, sino el significado que les
atribuímos.

3. Biblioterapia: se le ofrece al paciente mucha información sobre el trastorno


que sufren y como la TCC lo conceptualiza, se le sugiere también lecturas que
brindarán información adicional sobre estos temas.

Como ventaja está el acceso a información cuando el terapeuta no está disponible,


la lectura entre sesiones es una tarea simple que le permite evaluar la disposición
del paciente, y el paciente tiene la posibilidad de leer y preguntar al terapeuta lo
que no ha entendido.

4. Monitoreo: se alienta a los pacientes a monitorear sus cogniciones, prestando


atención a lo que pasa por sus mentes en los momentos en las cuales
experimentan las emociones desagradables que los traen a consulta.

64
5.Cuestionamiento de las cogniciones: cuando han aprendido a monitorear las
cogniciones y comprender su conexión con el estado de ánimo, se los alienta a
tratar sus cogniciones como hipótesis, no como verdades. Se puede cuestionar
también los pensamientos en cuanto a su utilidad.

6. Registro diario de pensamientos: es otro modo de enseñar a cuestionar sus


pensamientos. Se debe anotar el contexto de una situación, el estado de ánimo
experimentado, las cogniciones que se activaron ,el significado de esas
cogniciones, así como las evidencias a favor o en contra de dichas cogniciones.
Una vez completado el registro, deben generar una cognición alternativa,
equilibrada que pueda explicar todas las evidencias recolectadas.

7. Identificación de las distorsiones cognitivas: la cognición normal es


resultado del pensamiento distorsionado.

8. Diálogo socrático: es útil cuando el paciente mantiene con rigidez


determinadas creencias. El terapeuta por su conocimiento de psicopatología sabrá
por adelantado donde subyace la premisa falsa o contradicción del argumento del
paciente. Formulará preguntas dirigidas a detectar dicha contradicción.

9 Técnica de la flecha descendente: se utiliza para descubrir las creencias


nucleares, el terapeuta enuncia el pensamiento del paciente y luego pregunta “eso
significa…?”, animando al paciente a identificar el significado implícito del
pensamiento.

10. Continuo cognitivo: se utilizan para desafiar las formas de pensamiento


extremas, todo o nada. Si un paciente dice esto es lo peor que me puede suceder,
el terapeuta pedirá pensar en el mejor resultado posible.

11. Gráficos de torta: comúnmente utilizada para cuestionar las ideas de culpa.
Se le pide al paciente que identifique todos los factores posibles que influyen en
un resultado y asigne un porcentaje, incluyendo la propia intervención del
paciente.

12. Intercambio de roles durante la discusión de las cogniciones: terapeuta y


paciente intercambian roles durante la discusión de pensamientos y creencias. El
terapeuta defiende la hipótesis del paciente y éste debe desafiar la cognición como
si fuese terapeuta.

13. Resúmenes en cápsula: es esperable que los terapeutas cognitivos soliciten a


sus pacientes que realicen resúmenes muy sucintos de lo que se ha discutido

65
durante la sesión, poniéndo énfasis en las conclusiones que se han obtenido. Estos
resúmenes deberían captar la nueva perspectiva que ha sido discutida.

13. Tarjetas de consulta rápida (Flash cards) : sesgos cognitivos serán activados
por determinados estímulos en contextos específicos. Ej personas con ansiedad
social tienen un aumento en sus pensamientos negativos cuando se encuentran
en situaciones sociales. Las creencias o pensamientos se modifican en terapia,
pero a los pacientes les resulta más difícil no creer en ellos cuando se encuentran
en una situación crítica. Para poder acceder a la cognición funcional con más
facilidad, los pacientes anotan en tarjetas las conclusiones más importantes
obtenidas en la terapia. Los pacientes deben llevar esas tarjetas con ellos y
mirarlas cuando enfrenten la situación crítica.

14. Experimentos comportamentales: son actividades experienciales


planificadas, basadas en la experimentación y observación que son llevadas a cabo
por los pacientes en o entre las sesiones de terapia cognitiva. Su objetivo principal
es obtener nueva información para poner a prueba la validez de creencias
existentes del paciente acerca de si mismo, los demás y el mundo, para construir y
/ o poner a prueba creencias nuevas más adaptativas, y contribuir al desarrollo y
verificación de la formulación cognitiva.

Pueden ser experimentos activos en los que el paciente adopte un rol principal, o
basados en la observación.

15 Técnicas vivenciales: los role plays, los ejercicios de la silla vacía, el


psicodrama y la imaginería son algunas de las técnicas. Son utilizados para ayudar
al paciente a sentir de manera diferente una creencia, para desencadenar una
emoción a fin de ayudar con su procesamiento.

66
Kriz, Jürguen (1985) Corrientes fundamentales en Psicoterapia.
Buenos Aires: Amorrortu, 1990 (pp 21-151; 219- 228; 267-268;
274- 280)

CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN: LAS RAÍCES DE LA PSICOTERAPIA

La inserción en pautas sociales de rol del ser humano ha traído siempre por
consecuencia un quehacer psicoterapéutico. Sin embargo, los comienzos de la
psicoterapia profesional no se sitúan sino hasta fines del siglo XIX. Se suele tomar
como fecha de referencia la aparición de La interpretación de los sueños de Freud.

La imagen médica del ser humano


La época en que Freud estudió medicina en Viena e inició sus primeros trabajos se
situaba en el extremo de una oscilación intelectual: de una época de fé
(eclesiástica) ya superada se había pasado a una imagen del mundo en extremo
determinista, mecanicista, materialista y somatogenética.

Una vez superado el fanatismo religioso por el cual se creía que la enfermedad se
consideraba castigo divino, se comenzó a encerrar a “locos” en manicomios.
Aunque ya en los siglos XVI, XVII y XVIII algunos médicos sostenían que estos
hombres se debían considerar enfermos y no degenerados o posesos, esta
concepción sólo se logro imponer definitivamente en la segunda mitad del siglo
XIX.

El siglo XIX estuvo dominado por la revolución científico técnica, por eso se negó
todo lo que no se pudiera demostrar con métodos físico - químicos, y en los
modelos explicativos y clasificatorios de enfermedades mentales se recurrió al
esquema somatogenético.

Precursores de Freud
En contraste con lo expuesto antes, aparecían otras corrientes.

Los filósofos Soren Kierkegaard y Friedrich Nietzsche, se convirtieron en


precursores de la psicología profunda, en tanto pusieron de relieve sentimientos
sutiles, subconscientes. También los escritos de Schopenhauer registran
experiencias psicológicas de la vida cotidiana y observaciones de procesos
inconscientes.
Eduard von Hartmann había escrito una Filosofía de lo inconsciente, Johamm W von
Goethe y Friedrich von Schiller describieron el influjo de factores sociales y
psíquicos en la génesis de conflictos y enfermedades mentales.

67
Sin embargo, antes de Freud esas ideas no se ensamblaron en una teoría
coherente, ni se aplicaron en concreto y de manera sistemática al tratamiento de
enfermos.

Fueron más influyentes en cambio los descubrimientos de Mesmer, considerado


como precursor de la hipnoterapia, si bien este autor suponía que la histeria era
era rigurosamente una perturbación física, y atribuyó sus logros a la acción de un
fluido magnético, y no al influjo sugestivo o hipnótico en sí.

Braid, quien experimentó con la hipnosis, estaba convencido de que los


fenómenos investigados obedecían a causas fisiológicas. El propio Charcot
sostuvo al comienzo una posición somatogenética acerca de la histeria.

Si dejamos de lado las intelecciones recogidas en el campo de la filosofía y literaria,


Freud se atuvo enteramente al paradigma de la medicina mecanicista / somática y
de la ciencia natural. Por eso su teoría se inspiró en modelos científicos de la
mecánica, hidrodinámica y neurofisiología. Además caracterizó los procesos
psíquicos como estados cuantitativamente comandados de unas partes materiales
comprobables. Mantuvo además siempre la esperanza de que en un futuro se
pudiera anudar su teoría a descubrimientos fisiológicos y bioquímicos.

Freud fue el fundador del psicoanálisis, pero no tuvo menor importancia su papel
de catalizador de una serie de discípulos notables que crearon sus propias
orientaciones.

El nacimiento del psicoanálisis


Aunque predominaran las concepciones puramente somáticas, ya en los tiempos
de Freud estudiante habían - sobre todo en Viena, París y Nancy - explicaciones
psicogenéticas de enfermedades mentales.

Mientras estudiaba medicina en Viena, Freud conoció a Breuer, precursor en la


aplicación de la hipnosis y estudió con Charcot en la Salpetriere.
Los casos de histeria ocupaban un lugar especial, tanto por la cantidad de casos en
la época, como desde el punto de vista diagnóstico porque como cuadro clínico se
lo había deslindado de otras perturbaciones psíquicas.

Charcot, y su discípulo Janet, investigaron sistemáticamente el nexo entre histeria


e hipnosis. Demostraron que los síntomas histéricos podían ser inducidos por
medio de hipnosis, y que con frecuencia la histeria era ocasionada por una
vivencia traumática. Se habló de trauma psíquico y de la génesis traumática de los
síntomas histéricos.

68
De regreso a Viena Freud se instauró como psiquiatra y trabajó de nuevo con
Breuer, quien investigaba también la aplicación de hipnosis en el tratamiento de
pacientes. En 1889 Freud realiza una breve estadía en Nancy donde Liebeault y
Bernheim enseñaban la aplicación de la hipnosis. Las observaciones de Bernheim
inspiraron a Freud a la técnica de asociación libre. De este autor, recoge también
Freud la idea de transiciones fluidas entre salud y enfermedad. A diferencia de
Charcot que opinaba que la capacidad de ser hipnotizado era un síntoma histérico,
Bernheim sostuvo que todos los seres eran hipnotizables hasta cierto grado.

Mientras Janet atribuía la escisión de la conciencia histérica a una debilidad innata


para la síntesis psíquica, Breuer enseñaba que la escisión de la conciencia no era
resultado de una degeneración del histérico sino un fenómeno secundario,
adquirido a raíz de una vivencia nociva.

El descubrimiento de Breuer consistió en que estos síntomas histéricos se


relacionaban con escenas impresionantes pero olvidadas. Hacía que las pacientes
en estado de hipnosis recordaran esas escenas y las describieran, así el trauma era
revivido como si fuera actual. Tras despertar se observaba la liberación del
síntoma. Breuer llamó catártico a este proceso.

El caso Anna O fue una esencial fuente de conocimientos para el posterior trabajo
de Freud, aunque hoy sabemos que nunca sanó por completo y debió recurrir
después a la morfina.

La colaboración de Breuer y Freud no duraría mucho. Breuer opinaba que la causa


de la histeria eran vivencias traumáticas y afectos no manifestados sino retenidos.
La energía estancada de estos afectos era almacenada en lo inconsciente y se
transformaba en síntomas. Freud iba más allá, suponía que se trataba de
exigencias pulsionales sexuales que no se habían podido manifestar en razón de
instancias morales. Esta energía se trasmudaba en síntomas corporales que Freud
llamó conversión. La insistencia en la energía de la pulsión sexual, la libido, fue el
principal motivo del alejamiento de Breuer.

Tras la separación, Freud abandonó la hipnosis por la asociación libre, con lo cual
descubre la resistencia. Después introdujo la interpretación de sueños como
camino real hacia lo inconsciente y elaboró el concepto de transferencia.

La doctrina de Freud ha ejercido y ejerce un poderoso influjo sobre el desarrollo


de la psicoterapia en general. Casi todos los abordajes psicoterapéuticos actuales
se han originado en perspectivas psicoanalíticas, con excepción de la terapia de la

69
conducta, aunque es cierto también que ha recibido influjo del psicoanálisis y sus
logros clínicos.

En general el influjo de Freud y del psicoanálisis sobre otras terapias no se registra


tanto como aceptación directa sino como toma de posición frente a estas.

Freud y sus discípulos

Alfred Adler: fue el primero en separarse. En 1911 renunció a la sociedad


Psicoanalítica de Viena que había presidido. Las diferencias no fueron políticas,
sino que lo que se discutía era la ampliación de la teoría de las pulsiones de Freud
para incorporar aspectos sociales como “la pulsión de hacerse valer”.

Adler llamó a su doctrina psicología individual.

Carl Gustav Jung: en 1913 se separa y funda una corriente psicoanalítica


separada. En 1912 había publicado un libro en el que llevó el concepto de libido
más allá de la acepción estricta de energía sexual hasta darle el significado de
energía anímica. Lo inconsciente constituye para Jung el suelo materno de donde
brota la conciencia e incluye contenidos personales, provenientes de la
ontogénesis así como contenidos colectivos provenientes de la filogénesis.

En el Cuarto Congreso de la Asociación Psicoanalítica Internacional que se celebró


en 1913 en Munich Freud atacó el libro de Jung. Jung bautizó su doctrina como
psicología analítica, y como psicología de los complejos e integró con predilección
concepciones religiosas y míticas.

Otros discípulos de Freud


Wilhelm Stekel: el motivo de controversia fue, además del rechazo de la teoría de
la líbido, la técnica de análisis e interpretación de los sueños. Stekel elaboró una
variedad de psicoanálisis breve, llamado método activo.

Otto Fenichel: se esforzó en sostener la teoría psicoanalítica en contra de


modificaciones biologizantes o ambientalistas, si bien es cierto que abogó por una
adecuación del psicoanálisis a los diversos contextos de saber y de vida.

Karl Abraham: se destaca sobre todo por una ampliación de la teoría de la libido y
su división en seis estadios, y por aportes a la teoría del desarrollo del carácter, así
como a la psicopatología psicótica y su terapia psicoanalítica. Además en la
Sociedad Psicoanalítica de Berlín que fundó estudiaron Franz Alexander, Melanie
Klein, Karen Horney, René Spitz, entre otros.

70
Sandor Ferenczi: en correspondencia con los estadios propuestos por Abraham,
averiguó las fases de desarrollo del sentido de realidad. Sus divergencias con
Freud estaban en el afán de fortalecer el yo al paciente, Ferenczi le brindaba
cuidados maternales y mimaba como a un niño pequeño.

Michael Balint: discípulo de Ferenczi, se ocupó de las relaciones de objeto del


niño pequeño. Desarrolló una teoría de la regresión e insistió en el fortalecimiento
del yo, la pedagogía del yo, para superar el agotamiento de la capacidad de amar.

La dispersión del movimiento psicoanalítico


Además de la heterogeneidad creciente de las opiniones teóricas, las
circunstancias políticas llevaron a una ulterior dispersión del movimiento
psicoanalítico. Bajo el gobierno nazi se produjo su destrucción casi total en
Alemania y Austria.

Como Freud y la mayoría de sus discípulos eran judíos tuvieron que emigrar, casi
todos se radicaron en Inglaterra o EEUU, lo que explica el fuerte influjo anglosajón
que recibe hoy el psicoanálisis.

Influencia de Freud sobre otras orientaciones terapéuticas


Viktor Frankl: primer discípulo de Adler, mantuvo correspondencia con Freud. Su
logoterapia, en lo que lo central es la pregunta por el sentido, se considera la
tercera corriente de psicoterapia de Viena.

Ludwig Binswanger: fundador del análisis existencial. La meta es llegar a


entender la estructura de la existencia humana y volver a disponer de las
posibilidades más auténticas de la existencia.

Wilhem Reich: enseñó que la libido ocupa el cuerpo entero y no sólo las zonas
erógenas. Sostuvo ideas socialistas e hizo experimentos en el sentido de las
ciencias naturales que fueron espectaculares y muy cuestionados.

Carl Rogers: fundador de la terapia centrada en el cliente, difundida con el


nombre de psicoterapia de diálogo. Fue el primero en llevar a cabo investigación
empírica sobre los procesos de psicoterapia y las cualidades necesarias de los
psicoterapeutas.

También la psicología humanista se ha visto influenciada por Freud. La psicología


humanista quiere concebir al hombre en su realidad social cotidiana como
totalidad organísmica orientada por el sentido, con la meta de su autorrealización
y su autonomía.

71
CAPÍTULO 2. PSICOANÁLISIS (FREUD)
Aun si se limita el concepto de psicoanálisis a las perspectivas trazadas por Freud,
no tiene sentido hablar del psicoanálisis, ya que a lo largo de su obra va
introduciendo modificaciones.

Freud no concibió el psicoanálisis como corriente terapéutica exclusivamente sino


que el concepto abarcaba tres campos:

1. una teoría psicológica general de la vivencia y acción humana. A ella


pertenecía la doctrina de las pulsiones, la teoría de la personalidad, la
psicología del desarrollo y la doctrina de las neurosis. A los aspectos
teóricos puros de estos abordajes Freud los caracterizaba con el término
“metapsicología”.
2. un método de investigación de procesos psíquicos, método ligado al
encuadre psicoanalítico cuyo núcleo lo constituyen la asociación libre y la
interpretación de sueños.
3. un procedimiento para tratar perturbaciones psíquicas que está
también relacionado con el encuadre y cuyos núcleos son los fenómenos de
la transferencia y contratransferencia, el análisis de las resistencias y las
técnicas de interpretación.

La obra de Freud es extraordinariamente abarcadora, se extiende desde el campo


estricto de las consideraciones psicopatológicas, pasando por la elaboración de un
modelo de tratamiento, hasta enunciados psicológicos de carácter muy general.

En este último aspecto Freud ha sido criticado, por ejemplo sobre su tesis de
universalidad del complejo de Edipo. Se le ha reprochado también descuidar los
procesos histórico sociales e incurrir en psicologismo, es decir, reducir a la historia
pulsional cuestiones que en definitiva son socioeconómicas.

Desarrollo del edificio teórico freudiano


La concepción teórica del psicoanálisis se liga íntimamente a la actividad práctica
de Freud y a sus experiencias personales.

La teoría del trauma (hasta 1900): el caso de Anna O mostraba que la palabra
tenía cierto efecto de alivio. Era claro entonces que las asociaciones producidas
guardaban alguna relación con la enfermedad. La hipótesis central fue que la
causa genuina del efecto terapéutico se situaba en el recuerdo y revivencia de
experiencias traumáticas. De esta forma se podía abreaccionar por las vías
normales un afecto descaminado y estrangulado.

72
Freud abandonó este método catártico, por un lado por la contradicción entre la
hipnosis como método que tiende a encubrir, y el recuerdo y actuación de los
afectos como método que tiende a descubrir. Por otro lado, la proliferación de
contenidos íntimos sexuales en las asociaciones de algunos pacientes lo llevó a
esbozar su teoría de la libido. Recondujo entonces los afectos segregados a
vivencias y traumas sexuales tempranos.

Inicialmente creyó en la teoría de la seducción sexual real. Luego supuso que en


lugar de vivencias reales actuaban fantasías del paciente.

Por otro lado, la hipnosis fue abandonada también por lo temporal de la solución
que resultaba de este tratamiento. Desaparecían síntomas, pero la patología se
expresaba a través de otros. Además algunos pacientes no eran hipnotizables,
otros caían en fuerte dependencia.

Freud sustituye inicialmente la hipnosis con un método de concentración (pulgar


sobre la frente), para finalmente adoptar el método de la asociación libre.

La génesis del psicoanálisis (1900 - 1920) Con la Interpretación de los sueños,


produjo la primera obra en la que expuso el inicial modelo tópico, distinguiendo
entre inconsciente, preconsciente, y consciente.

En relación con ese modelo se dilucidaron otros conceptos fundamentales del


tratamiento psicoanalítico: una perspectiva central del trabajo es la resistencia de
un paciente a hacer consciente lo inconsciente y tramitarlo en el proceso de la
cura. Otra idea fue la transferencia de vivencias afectivas y pautas de conducta del
cliente sobre el terapeuta, considerada al comienzo una desventaja, se terminó
por ver en ella el instrumento nuclear del trabajo psicoanalítico.

La concepción de la energía también cambia. Antes de 1900 una energía psíquica


de fuentes fisiológicas era la noción prevaleciente, aquí se pone de manifiesto el
nexo entre enfermedades psíquicas y energías afectivas, que se caracterizaba
como cantidad de excitación. que puede aumentar, disminuir, desplazarse y
descargarse, y que se difunde por las huellas mnémicas de representación. Esta
energía de excitación sería de origen sexual, lo cual no quiere decir que esté
reducido al ámbito genital. Llamó líbido a esa energía de la pulsión sexual.

La libido pasa por fases muy determinadas en el desarrollo infantil, las causas de
las neurosis se deberían en conflictos no superados en esas fases, y en una
perturbación de la economía libidinal.

73
En este contexto trazá una distinción entre neurosis actuales y psiconeurosis, se
la suele indicar como el núcleo de su primera teoría de la angustia: las neurosis
actuales (de angustia, neurastenia) tienen una etiología somática porque su causa
es la insuficiente o inadecuada descarga de la energía sexual. En cambio la
formación de síntomas en psiconeurosis (histeria, neurosis obsesiva) es una
expresión simbólica de conflictos de la temprana infancia en conexión con el
desarrollo libidinal, sus causas son entonces psíquicas, no somáticas. Gran parte
de esta teoría es desechada por el propio Freud más tarde. Es apreciable la
influencia de la época en sus teorías, con analogías a la física en lo que refiere a
energía.

De la perspectiva energética a la estructural (después de 1920) Se abandona la


concepción de la libido como energía tal como se la entiende desde la ciencia
natural. Más allá del principio del placer, postula una pulsión de muerte junto a la
libido.

Después la elaboración de un modelo estructural de la personalidad (segundo


modelo tópico de Freud) hizo que el yo se situara en el centro de la consideración
psicoanalítica. Las neurosis quedaron referidas al conflicto entre instancias
psíquicas del aparato anímico, el ello, el yo y el superyó.

Se abandona la anterior teoría de la angustia: ya no se considera libido


transformada, no descargada, sino que se la entiende como causa de la represión.
El yo, que debe mediar entre los deseos pulsionales del ello y las exigencias del
superyó y lograr una adaptación a la realidad es ahora decisivo respecto de la
angustia. También la significación del conflicto edípico queda muy relativizada.

Elaboraciones posteriores: otro desplazamiento del eje de trabajo es el del yo, en


cuanto centro de los conflictos intrapsíquicos entre las tres instancias. La atención
pasó sobre todo a las funciones del yo (conciencia, percepción, pensamiento,
lenguaje, mecanismos de defensa, controles, etc).

Se relativizó aún más el complejo de edipo, y tomó más importancia el vínculo


temprano madre - hijo.

El modelo estructural de la personalidad


El aparato psíquico se divide en tres ámbitos: el yo, el ello y el superyó.

En el ello se agitan las pulsiones biológicas originarias en su forma animal, no


socializada. Se trata por consiguiente, de las necesidades elementales y los
impulsos primarios que ya no admiten ulterior análisis. Como el ello recibe toda

74
su energía de los órganos interiores y no mantiene contacto con el mundo
exterior, las necesidades básicas esfuerzan hacia una satisfacción desconsiderada
e inmediata, esto si las otras dos instancias no lo corrigieran llevaría a
permanentes conflictos.

El superyó, representa en cambio, las ideas valorativas, morales y éticas, las


normas y la moral de la sociedad. Al comienzo las normas pertenecen al mundo
exterior, pero transcurridos pocos años de vida se convierten en parte del mundo
interior en la instancia del superyó.

El yo tiene que producir una síntesis entre esas dos instancias en la forma de un
compromiso: procurar a las necesidades básicas emocionales y a los impulsos
pulsionales un cumplimiento acorde con la realidad. Al mismo tiempo tomar en
cuenta las restricciones provenientes del superyó y cuidar de que la persona no
entre en conflictos muy serios con las normas del mundo circundante.

Conecta ambas tópicas de la siguiente manera:


La tarea yoica de encontrar una síntesis acorde con la realidad entre las exigencias
del ello y las del superyó corresponde a la conciencia, se vale de movimientos
voluntarios, de la percepción, de la memoria. También son conscientes parte de la
trama normativa de mandamientos y representaciones de índole moral que
pertenecen al superyó. Sin embargo, existen representaciones valorativas y
demandas sociales que se aceptan en la infancia y que no son conscientes.
Inconsciente es de igual modo la totalidad del ello con sus exigencias pulsionales
vitales.
Como preconciente caracteriza Freud aquel material que si no es consciente
siempre, puede ser producido y recordado casi a voluntad, no ha sido reprimido,
sino que es retirado de la conciencia actual para aumentar la capacidad funcional
del organismo.

La doctrina de las pulsiones


Llama pulsiones a las fuerzas supuestas tras las tensiones de necesidad del ello,
en última instancia extraen su energía de fuentes de naturaleza fisiológica. Hay
variadas pulsiones, pero se reconocen dos fundamentales.

Eros (o pulsión de amor - autoconservación) corporiza el principio de placer y sirve


también a la reproducción. La otra es Tánatos (o pulsión de muerte - destrucción)
persigue la meta de disolver conexiones.

Estas dos pulsiones se conjugan y en diversas combinaciones producen la variedad


de los fenómenos de la vida.

75
La energía que está en la base de Eros se llama libido (para la de Tánatos no hay
denominación).

La teoría de la pulsión de muerte desarrollada bajo la impresión de la 1era


Guerra Mundial, aspira a la resolución total de las tensiones, a retrotraer al ser
vivo al estado inorgánico. Al comienzo es pura pulsión autodestructiva que
terminaría por llevarlo a la muerte, para que se conserve con vida, una parte de
esa energía se vuelve hacia afuera, exteriorizada como agresión y destrucción.

También la líbido se transforma en el desarrollo del individuo. Al comienzo en el


narcisismo primario absoluto la libido total se vuelca sobre el yo propio, después
el yo empieza a investir la representación de objetos (se transforma entonces en
libido objeto), proceso llamado investidura. Aunque muchas investiduras
libidinales son reprimidas porque entran en conflicto con la moral, la libido
conserva su energía originaria. En el caso positivo sobreviene después su
trasposición al ámbito espiritual o artístico: la sublimación. En el caso
desfavorable produce síntomas que se manifiestan psíquicamente.

El siguiente modelo de fases es que las fuentes de la libido son diversos órganos y
lugares del cuerpo, o sea, las zonas erógenas.

El modelo de las fases del desarrollo psicosexual


Freud entiende la vida sexual como la función global de la ganancia de placer
desde las zonas del cuerpo.

Fases infantiles de la líbido:

● Fase oral: primer año de vida. Su zona erógena es la boca y la satisfacción


se liga al comienzo con la toma de alimento.
● Fase anal: segundo al tercer año de vida. Entra en juego la función de la
excreta y la satisfacción de las agresiones. El ejercicio de poder por parte de
los padres ligado a la educación se contrapone con la del propio poder, por
el hecho de que el niño se puede dar o rehusar.
● Fase fálica: cuarto a sexto año. Tiene eficacia sobre todo el genital
masculino. Hoy se cuestiona mucho su concepción según la cual el genital
femenino permanece ignoto por mucho tiempo.
● Fase de latencia: los impulsos sexuales no desempeñan casi papel alguno.
Se configuran impulsiones sociales.
● Fase genital: pubertad, se activa plenamente la vida sexual, se dirige
entonces a un commpañero del sexo opuesto ajeno a la familia.

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Complejo de Edipo
El varón establece una ligazón libidinosa con la madre, del padre en cambio se
apodera por vía de identificación. El complejo se desarrolla por el refuerzo de los
deseos sexuales dirigidos a la madre y el conocimiento de que el padre los
contraría. La identificación padre adquiere una tonalidad hostil, nace el deseo de
eliminar al padre para sustituirlo ante la madre. A causa de las angustias de
castración y de la inviabilidad de los deseos edípicos, el complejo de Edipo se
disuelve, para reanimarse en la pubertad.

En el caso de la niña, hasta 1920 se consideraba análogo el proceso al del varón,


después se complejiza.

Hoy se pone en tela de juicio la universalidad que Freud atribuyó a este complejo.

Relaciones de objeto y narcisismo


Si las mencionadas fases infantiles de la organización de la libido se caracterizan
por el predominio de una zona erógena, de manera parecida se puede tomar
como eje la relación de objeto. Se trata del objeto (persona o cosa) al que se dirige
la libido.

Con el término autoerotismo se suele designar la fase inicial: la libido está dirigida
sobre el cuerpo propio y se encuentra satisfacción en la misma zona erógena, sin
necesitar de un objeto exterior. Este autoerotismo se transforma cada vez más en
un amor de objeto en la medida en que la libido se vuelca sobre determinados
objetos.

Entre autoerotismo y amor de objeto, Freud interpone la fase de desarrollo del


narcisismo. La libido está dirigida a la propia persona, al yo propio. Este yo, en el
autoertosimo no está configurado y la líbido se relaciona sólo con la sólo con la
zona erógena propia; en el narcisismo en cambio se trata de libido yoica, de la
investidura del yo propio con libido.

En trabajos de Freud (hacia la mitad de la década de 1920) la diferencia entre


autoerotismo y narcisismo se sustituye por la diferencia entre narcisismo
primario y secundario. El primero designa un estado que es anterior a la
formación del yo y cuyo modelo es la vida intrauterina. Con narcisismo secundario
se designa la libido retirada de la investidura de objeto, el narcisismo caracteriza
entonces determinados estados de regresión.

Conflicto, formación de síntomas y neurosis.


Las diversas fases de desarrollo de las funciones sexuales se superponen y

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coexisten. En este contexto la perspectiva del conflicto es central para la teoría
psicoanalítica de las neurosis.

El núcleo de todo conflicto está formado en principio por dos o más demandas o
apetencias opuestas originadas en distintos ámbitos de la interioridad del
individuo. Puede aparecer por ejemplo entre pulsiones, entre las instancias del
aparato psíquico, o entre deseo y defensa.

Si el conflicto es demasiado grande o si la dinámica defensiva se malogra, aquello


que fue objeto de la defensa se manifiesta en forma desfigurada como síntoma
neurótico. En consecuencia la formación de síntoma se debe concebir como un
proceso específico de autocuración, porque establece un equilibrio de fuerzas. En
principio las neurosis y síntomas se comprenden como resultados de los intentos
de llegar a un compromiso.

Las formas de defensa guardan relación directa con el desarrollo psicosexual:


inhibiciones de este desarrollo tienen por consecuencia después fijaciones de la
libido a estado de fases anteriores, lo que determinará la estructura general de la
personalidad y también la manera en que se intenta dominar las crisis
sobrevinientes. En lugar de producir una inhibición del desarrollo, un conflicto mal
resuelto correspondiente a una fase puede hacer que ante dificultades reales la
libido retroceda hasta investiduras pregenitales tempranas (regresión). Por medio
de estas regresiones se explican una serie de perturbaciones psíquicas.

En correspondencia con la fijación a determinadas fases, se pueden distinguir los


siguientes tipos (ideales) de estructura de personalidad, y de maneras de enfrentar
las crisis:

Tipo oral: tiene una actitud exigente, apasionada, insaciable. Actividades orales,
en particular comer, beber, fumar, pero también formas raras de hablar,
movimientos amanerados de la boca se observan en medida no habitual.
Deficiente sentimiento del propio valer, escasa tolerancia a la frustración, una
pasividad exigente.

Tipo anal: experimenta una pasión compulsiva por la limpieza y un exagerado


sentido del orden. Es pedante, pone el acento en los bienes materiales, habla
circunstancialmente y con detalles que no vienen al caso, detrás de una
adaptación solo superficial esconde una resistencia pasiva y oculta hostilidad a la
intromisión de otros. A pesar de su afán de autonomía y gobierno sobre los demás
es dependiente del reconocimiento de otros.

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Tipo fálico: se caracteriza por su ambición y actividad osada e impulsiva. Esta
cualidad emprendedora concurre a ocultar su miedo a estas actividades. Las
consecuencias de un malogrado dominio del complejo de Edipo puede ser que la
persona se aparte de la sexualidad o que su conducta se desecamine en cuanto a
los roles sexuales. (homosexualidad)

En el tipo narcisista es preciso distinguir entre perturbación narcisista primaria y


secundaria. En el primero el individuo tiende a una conducta esquizoide al no
carecer de fronteras yoicas claras, a idealizaciones de la persona con la que está
vinculado, por último a la depresión y despersonalización.
Los narcisistas secundarios se caracterizan por la superficialidad de sus vínculos,
su actitud delatora, su tendencia fálico exhibicionista y afán de imponerse.

Considerando que la primera infancia es decisiva para la génesis de las neurosis


no es extraño que la teoría de la neurosis coloque en el centro de tatamiento el
trabajo defensivo del yo, lo reprimido y la resistencia.

Es Anna Freud quien describe y enumera los mecanismos de defensa. Los dos
primeros ya se han explicado antes.

1. Represión
2. Regresión
3. Formación reactiva: conducta que representa la reacción a un deseo
reprimido de significado contrario.
4. Aislamiento: segregación de ciertos pensamientos o conductas del resto
de la persona.
5. Anulación de lo acontecido: obrar como si ciertos pensamientos, deseos,
acciones, etc no hubieran acontecido, se suele asociar con acciones
obsesivas y rituales
6. Proyección: atribuir a otro los propios sentimientos, deseos,
pensamientos.
7. Introyección: lo opuesto de 6, incorporación de objetos, pensamientos
ajenos.
8. Vuelta sobre la persona propia: sustitución de un objeto ajeno por la
propia persona. (Ej agresión dirigida a uno mismo)
9. Trastorno en lo contrario: mudanza de la meta de una pulsión en su
contrario con inversión de actividad / pasividad.
10. Sublimación: desplazamiento de deseos / recuerdos sobre otros objetos.

La situación terapéutica
El aspecto central del análisis es que el terapeuta se alía con el yo del paciente, a

79
fin de liberar lo reprimido. Esto conduce al pacto que se establece sobre la base de
la llamada regla fundamental. El núcleo de este pacto es que la persona exteriorice
todo lo que le vaya ocurriendo.

Para que esto pueda ocurrir el yo debe estar intacto, por eso Freud considera el
análisis sólo para neuróticos y no psicóticos.

Sueño e interpretación
El ello inconsciente tiene una participación esencial en la formación del sueño.
Parte del sueño, además, proviene del yo y otros contenidos pertenecen a la
herencia arcaica.
El sueño es caracterizado por Freud como guardián del dormir, el yo contrapone
un cumplimiento de deseo inocente a necesidades y exigencias que lo obligarían a
despertar. (Por ejemplo si tiene hambre sueña que come)

Las demandas del ello, de lo inconsciente permanecen reprimidas en estado de


vigilia, pero en estado de dormir gracias al sueño logran un cumplimiento de
deseo en forma desfigurada. Los diversos mecanismos por los cuales el
pensamiento onírico latente primario (es decir el impulso del ello) es transformado
por medio de aquella desfiguración son:

a) desplazamiento: un elemento de una situación es sustituido por otro,


generalmente neutro.
b) condensación: un elemento del sueño manifiesto absorbe varios
elementos
c) composición ilógica y figural: detalles inconciliables desde el punto vista
lógico coexisten o se vuelven manifiestos como símbolos figurales.

No hay interpretaciones universalmente válidas, por el contrario en la


interpretación paciente y terapeuta colaboran para dilucidar el significado. Puesto
que el conflicto se manifiesta sobre todo en modalidades características de
defensa en el trabajo interpretativo de los contenidos hay que analizar estas
modalidades defensivas o resistencias, más que empeñarse en una interpretación
simbólica de los contenidos mismos.

Además de interpretaciones las intervenciones más importantes del terapeuta


son:

- instrucciones sobre el procedimiento analítico


- confrontaciones para que el paciente se dé cuenta de su conducta

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- esclarecimiento en que el tema es elaborado por medio de preguntas
precisas
- reelaboraciones, que introducen el cambio tras la intelección que el
paciente obtiene de cierto nexo
- reconstrucciones de lagunas en el material del paciente de algo que está
reprimido pero que corresponde al cuadro total del conflicto y de sus
síntomas.

Resistencia, transferencia y contratransferencia


Si la formación de síntoma es un compromiso entre conflicto y organización de la
defensa, todo descubrimiento de lo inconsciente y reanimación del conflicto es
una situación dolorosa, por lo que es comprensible la aparición de resistencias.

Las resistencias en terapia se valen de pautas que son características de la


organización defensiva general del paciente. Entonces la forma de las resistencias
proporciona indicios sobre el conflicto que está en la base de la neurosis y sobre
sus contenidos reprimidos.

Sandler, Dare y Holder proporcionan una clasificación de resistencias. Además de


las formas generales análogas a los mecanismos de defensa, se incluyen las
resistencias “medidas de boicot” (inconscientes) específicas a la terapia: guardar
silencio, llegar tarde, decir lo importante al final de la sesión, etc.

La transferencia fue calificada al comienzo por Freud como la resistencia más


intensa. Son sentimientos del paciente hacia el analista que no están fundados en
la relación real, sino que provienen de vínculos anteriores. En la medida en que en
la transferencia se manifiestan nexos entre resistencias y modalidades generales
acción, vivencia y percepción, se convierte en instrumento para tomar noticia de lo
reprimido.

Complementaria a la transferencia es la contratransferencia: sobre la base de la


actitud analítica exigida del terapeuta hacia el paciente, los sentimientos de ira,
aburrimiento, desinterés, compasión excesiva se percibían como que que
disminuían la objetividad del analista y con ello la efectividad de la terapia. Es
sobre todo por obra de Ferenczi que la contratransferencia llegó a ser considerada
como instrumento. Justamente el fenómeno de la contratransferencia señala la
necesidad de que el terapeuta se haya sometido él mismo a una terapia.

81
CAPÍTULO 3 PSICOLOGÍA INDIVIDUAL (ADLER)

No fue una designación feliz llamar psicología individual a una corriente que se
singulariza por destacar aspectos sociopsicológicos. del desarrollo y la variabilidad
de las perturbaciones psíquicas. Lo que pretendía con esa designación era
deslindarse de los abordajes en los que la personalidad era descompuesta en
elementos singulares (pulsiones o instancias).

La psicología individual insiste en la unidad y totalidad indivisibles de la


persona y en la singularidad del individuo. Adler destacaba además de la
capacidad del organismo para crecer y desarrollarse, sobre todo el afán de superar
defectos. Por esta orientación se lo puede considerar uno de los precursores de la
psicología humanista.

El desarrollo de la personalidad se consuma según Adler dentro del campo de


tensión entre las dotes individuales y las exigencias sociales.

Las nociones centrales de la psicología individual son: sentimiento de


inferioridad al que se contrapone la necesidad de hacerse valer, estilo de vida
y plan de vida en los que se expresan estrategias inconscientes del individuo en
su trato con el ambiente. El objetivo por alcanzar es el sentimiento de
comunidad que despunta al término de un desarrollo psicosocial logrado o de
una psicoterapia.

Sentimiento de inferioridad y afán de hacerse valer: el recién nacido, venido a


un mundo de adultos más fuertes, grandes y competentes, experimenta su
desvalimiento a causa de su impotencia y pequeñez. Este sentimiento se refuerza
cuando el niño aprende a distinguir entre él y los objetos, y comprende el mundo
exterior. Comprueba que sus recursos rara vez alcanzan para servirse de esos
objetos en la medida de su deseo. En comparación con el adulto experimenta
entonces su debilidad y dependencia.
A esta vivencia de inferioridad se le contrapone la tendencia a compensar: el afán
de hacerse valer. Se trata de una tendencia a afirmar la autoestima, de una
aspiración hacia lo alto. Es una compensación de proceso humano universal y no
patológico. El sentimiento de inferioridad puede ser reforzado además por
factores sociales o económicos.

Estilo de vida, líneas rectoras y plan de vida: desde las constelaciones de la


primera infancia (complexión corporal, situación económica, etc) se pueden
desarrollar pautas y representaciones básicas para situarse frente al mundo y
superar el sentimiento primario de inferioridad según las posibilidades dadas.

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Toda concepción de Adler presenta una fuerte impronta teleológica, es decir, se
orienta a descubrir aspectos funcionalistas, finalistas. (En el sentido de “el pájaro
tiene alas para poder volar”). La psicología individual no se pregunta por las
causas, sino los fines y funciones. (En lugar de por qué siento angustia, para qué
siento angustia).

El estilo de vida permite al individuo alcanzar su meta, la imagen rectora para el


dominio de las exigencias de su ambiente y sentirse dueño de si.

Estas líneas rectoras representan otros tantos principios de acción para el


cumplimiento de un plan básico de vida, a través del cual el individuo orienta
toda su existencia. El plan de vida es inconsciente en la mayoría de los casos.

● Estilo de vida: tácticas específicas para poder seguir las líneas rectoras.
● Línea rectora: estructuraciones básicas en el trato con el ambiente.
● Plan de vida: plan básico de vida, orientado hacia un fin, para el dominio
de las exigencias. del ambiente

Sentimiento de comunidad y voluntad de poderío: el sentimiento de


comunidad es una noción central, el sentido de la evolución es una comunidad
ideal. El sentimiento de inferioridad es enteramente positivo en la medida en que
suscita el afán de superación.

Este afán de hacerse valer y aspirar al poder promueve el desarrollo evolutivo, y a


la humanidad en su conjunto en la medida en que se pone al servicio de la
comunidad. Del sentimiento de inferioridad se engendra la fuerza impulsora para
todo progreso y logro cultural.

Las posibilidades para el desarrollo de ese sentimiento de comunidad están dadas


en el alma de todo niño. Lo esencial para esto es la relación con la madre, que es el
primer “tú” con quien el niño construye un vínculo social.

En los casos en que por un mal vínculo (o por una “disminución de órgano”) hay un
desarrollo fallido que se vivencia en un sentimiento reforzado de inferioridad que
no admite la compensación usual, se genera una sobrecompensación con un
complejo de superioridad, en la cual se aspira a hacer brillar al individuo por
encima de la comunidad. (Voluntad de poderío)

Arreglo de los síntomas neuróticos: lo expuesto sobre la voluntad de poderío,


permite ver que la neurosis se debe considerar según su función y finalidad. Un
síntoma se forma y ejercita porque resulta acorde a una determinada línea de vida

83
y contribuye a la realización de aquello hacia lo cual se encamina de manera
secreta, a veces incluso consciente.

Los síntomas neuróticos sirven casi siempre para cancelar la responsabilidad del
individuo de un campo de las exigencias de la vida, sin que sufra menoscabo la
autoestima. Tienen la tarea de impedir que la inferioridad sea desenmascarada.
Esto se liga con una “razón privada” que permite al neurótico sustraerse
parcialmente de las reglas de la comunidad. La neurosis elimina sólo en
apariencia la posibilidad de un fracaso. El afán de superioridad y de poderío, que
en este caso sirve a fines privados, va unido a la angustia de no lograrlo.

Principios de la terapia: la fuerte insistencia en la educación como potencial


generadora de daño psíquico hizo que la psicología individual adquiriera
importancia sobre todo en el campo del asesoramiento educativo. Adler ansiaba
también educar al educar, para llegar a capas muy amplias de la población con un
trabajo preventivo.

A juicio de Adler, una educación que prepare al niño para las tareas de la vida
ahorrará toda terapia. Para ello hace falta, en la primera infancia, calmar el
hambre de ternura, amparo y calidez del recién nacido. En el período siguiente
el principio capital de la educación es el amor (no el “mimo” que daña la confianza
del niño en sus propias fuerzas). Considera “bárbaros” los castigos corporales;
tampoco es lícito imponer obediencia. Alabanzas y castigos se deben administrar
con moderación.

Puesto que el núcleo del desarrollo humano está determinado por el sentimiento
de inferioridad, alentar al cliente ocupa un lugar central. (*en lo que respecta a los
principios de intervención se habla de cliente, no de paciente*)

El trabajo de terapia tiene como marco descubrir el plan de vida erróneo y


tomar conciencia de él. Erróneo o correcto va de acuerdo a la evolución del ser
humano encaminado hacia la comunidad ideal. Se estudia la utilidad funcional de
los síntomas y se lleva la atención a su fracaso último. Como regla general se
desemboca en la revelación de una carencia de sentimiento comunitario,
exhortando al paciente a volcarse a los demás e incluirse en la comunidad como
miembro afanoso.

Para investigar el plan de vida se averigua la constelación familiar, se registran


problemas y conductas actuales y se evocan vivencias tempranas. Sobre estas
últimas lo que importa no es su veracidad, sino las experiencias expuestas, la
apercepción.

84
CAPÍTULO 4 LA PSICOLOGÍA ANALÍTICA (JUNG)

Freud, Adler y Jung, psicoanálisis, psicología individual y psicología analítica suelen


ser mencionadas en conjunto como las tres grandes escuelas clásicas de psicología
profunda.

Jung utilizó el término libido de forma mucho más amplia que Freud,
considerandola una energía psíquica general cuyos aspectos sexuales
desempeñan un papel secundario. Además, en el libro Metamorfosis y símbolos de
la libido, presentaba el concepto de inconsciente de manera muy distinta a la de
Freud. No solo incluía los contenidos reprimidos provenientes del vivenciar
personal sino que se enriquecía en aspectos esenciales que se podían descubrir en
todos los seres humanos de forma semejante, independientemente del desarrollo
personal del individuo. Jung abarcó estos fenómenos con la designación de
inconsciente colectivo, cuyos contenidos son los llamados prototipos o
arquetipos. Freud atacó fuertemente este libro, lo que llevó a la ruptura entre
ambos.

En la obra de Jung hay estudios de cosas que hoy consideraríamos parapsicología:


telepatía, telequinesia, percepción extrasensorial, visiones, apariciones.

Estructura y funciones de la psique: la concepción junguiana sobre la psique se


caracteriza por pares de conceptos polarizados o complementarios: conciencia -
inconciente, introversión - extraversión, pensamiento - sentimiento,
sensación - intuición, animus - anima.

La psicología es ante todo, a juicio de Jung, una ciencia de la conciencia. Esta


conciencia presenta diferentes grados de claridad, así, el yo-conciencia, en el
sentido del yo soy, se desarrolla relativamente tarde en la niñez, y cada noche
recaemos en un estado de lo inconsciente.

Conciencia e inconsciente se relacionan entre sí por vía de compensación. Jung


presentó la psique sobre la base de esta relación compensatoria como un sistema
autorregulador que se puede comparar con mecanismos homeostáticos del
cuerpo. El límite entre conciencia e inconsciencia es desplazable en cierta medida.
El yo participa siempre de los dos campos, atrapa contenidos de lo inconsciente e
impresiones del mundo exterior. La conciencia se caracteriza en buena medida
por su orientación hacia el mundo exterior, sólo tardíamente en la serie
filogenética se ha desarrollado como parte de lo inconsciente.

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Distingue entre, ecto - psique: sistema de conexión entre los contenidos de la
conciencia y las impresiones del ambiente y endopsique sistema donde se
conjugan los contenidos de la conciencia y los procesos que , según se puede
conjeturar, discurren en lo inconsciente.

Atribuye cuatro funciones a cada uno de estos sistemas. A pesar de que después
modificó en parte estos conceptos, conviene elucidar las ocho funciones
mencionadas para comprender la teoría de los tipos y el dominio de inconciente
colectivo.

Las funciones ectopsíquicas regulan o sostienen la orientación consciente en las


relaciones con el mundo exterior.

1. Sensación: suma total de los hechos exteriores percibidos; nos dice que
algo es, y no lo que esto es.
2. Pensamiento: nos dice lo que algo es. Da a la cosa un nombre. Es
percepción más juicio.
3. Sentimiento: comunica el valor de las cosas. Toda sensación y todo
pensamiento se ligan con ciertas reacciones de sentimientos.
4. Intuición: es una propiedad profética, inexplicable, que establece
relaciones entre pasado y futuro.

Pensamiento y sentimiento por un lado, y sensación e intuición son funciones


complementarias.

Las funciones endopsíquicas van dirigidas a los aspectos y procesos


intrapsíquicos, son responsables de la relación con contenidos que no provienen
directamente de influjos del ambiente a través de percepciones.

1. Memoria: establece conexión con cosas que han desaparecido de la


conciencia, es decir que fueron dejadas de lado o reprimidas.
2. Componentes subjetivos de las funciones conscientes se trata de la
inclinación a reaccionar de cierto modo, y esta inclinicación depende de
aspectos subjetivos que son inherentes a la sombra, o sea, aquel lado de
nuestra personalidad que apenas conocemos.
3. Emociones y afectos: son acontecimientos que prácticamente derogan el
control del yo. El hombre puede, llegado el caso, dominar sus reacciones
pero frente a las emociones genuinas no puede hacer nada.
4. Invasiones: se producen cuando la sombra, lo inconsciente, se ha
apropiado enteramente del gobierno y por eso irrumpe en la conciencia. Se

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trata de situaciones extraordinarias que empero no se pueden caracterizar
irrestrictamente como patológicas.

Por medio de las funciones endopsíquicas el individuo entra en contacto con su


inconsciente.

Doctrina junguiana de los tipos: los tipos son rasgos orientadores destinados a
facilitar una visión de conjunto de un vasto material empírico; nos permiten
abrirnos paso entre la complejidad de los fenómenos empíricos y entendernos por
medio de una terminología compartida.

A la cruz anterior de sensación e intuición, pensamiento y sentimiento, agrega una


tercera dimensión: las actitudes de extraversión e introversión.

El individuo extravertido se orienta más hacia los sucesos exteriores, su


sentimiento, pensamiento y acción se vuelcan sobre objetos externos y normas de
validez colectiva. En cambio, el introvertido vive dentro de su experiencia interior,
se retrae del mundo exterior, los estímulos externos fácilmente lo abruman y por
ello se adapta mal al ambiente.

Extraversión e introversión son complementarias, no hay tipos puros y el individuo


oscila pendularmente entre estas dos formas. A una orientación extravertida de la
conciencia corresponde una introvertida del inconsciente, y a la inversa.

Estas tres dimensiones dan lugar a la constitución de ocho tipos psíquicos u


orientaciones de la psique. La función más marcada se llamará función rectora, la
función contrapuesta de esa misma dimensión se denominará función inferior,
que se sitúa en lo inconsciente en su totalidad, o al menos en su mayor parte. De
la misma manera, en las otras dos dimensiones se distinguirá entre funciones
auxiliares y superiores, y funciones auxiliares inferiores.

De los ocho tipos, Jung describe los cuatro determinados por el juicio y la
percepción:
Tipo intelectual: predomina la valoración según verdadero y falso, su mundo se
ordena de acuerdo con claros principios lógicos. Pero si su pensamiento
diferenciado lo pone a salvo, teme a sus sentimientos indiferenciados.
Tipo sentimental: ocurre lo inverso a lo anterior.
Tipo intuitivo: se siente más bien oprimido por la realidad. “es un individuo que
labra su campo y antes de que la cosecha madure ya está en camino hacia un
nuevo campo. Nunca concreta nada en la realidad.”

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Tipo sensible: se siente mal cuando no tiene una realidad enfrente. Las coas
perceptibles de una realidad determinan su mundo de vida.

Cada uno de los cuatro tipos se puede dividir según la dimensión introvertido -
extravertido.

Inconsciente colectivo y los arquetipos: el inconsciente personal contiene


material cuyo origen personal se discierne con claridad: lo olvidado, reprimido,
percibido subliminalmente, pensado y sentido.

Existen además contenidos que no se pueden considerar adquiridos por la


persona. Estos se distinguen por su carácter mitológico, son independientes de la
cultura, de la raza o de la biografía personal, y comunes a toda la humanidad.

Se considera la existencia de principios innatos de estructuración, de naturaleza


filogenética, con arreglo a los cuales el inconsciente colectivo producía pautas
básicas supraindividuales. Estas imagágenes primordiales colectivas son lo que
Jung llama arquetipos. No creía que los arquetipos se heredaran en tanto
imágenes, sino que más bien intervienen principios básicos de estructuración que
organizan según ciertas imágenes los elementos psíquicos cuando éstos ingresan
a la conciencia.

Dos de los arquetipos más importantes son animus y anima. Se trata de la


experiencia común a todos los seres humanos, del sexo contrario, o sea que en lo
inconciente del varón se encuentra la imagen de anima, que contiene todo lo
femenino, terreno, sentimental, creador, mientras que la imagen del animus en lo
inconsciente de la mujer contiene todo lo masculino, lógico, linguístico - racional.

Otros arquetipos aparecen como motivos rectores, el héroe, el salvador, el dragón


(o monstruo), el mar, el sabio, el encantador, el paraíso, el infierno.

Individuación: es el empeño que dura toda la vida, por descubrir el propio ser.
Más que la obtención de una meta prefijada la individuación denota un largo
proceso de purificación, con una similitud al proceso de la revelación cristiana (“yo
soy el camino”) . De hecho Jung describe la vida histórica de Jesús como prototipo
de la individuación.

En la primera fase se produce un encuentro con la “sombra”, esta es la parte del


propio ser complementaria al yo, y por lo tanto, incluye en primer lugar los
dominios del inconsciente personal, de las funciones inferiores, que no son
vivenciadas por el individuo. En suma, la sombra del yo conciente. Esta sombra
lleva al inconciente colectivo.

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En la segunda sobreviene un encuentro con el animus o anima, y en las fases
restantes tornan a aflorar una y otra vez los arquetipos que llevan a la conciencia
determinados problemas y que después pueden ser dominados e integrados.

Al final, la meta es el propio ser totalmente integrado.

Psicoterapia junguiana: se denomina también análisis. La psicoterapia no se


propone la curación de síntomas sino el crecimiento o la autorrealización.

Por la importancia del inconsciente, el trabajo del sueño constituye el principal


recurso. Es prioritario por lo tanto el trabajo en conexión con símbolos. Los
conflictos y los procesos energéticos globales del acontecer psíquico se trasmutan
en imágenes simbólicas en el sueño, por eso este suele obrar como advertencia de
que el soñante intenta abrir los ojos para su situación real.

Los sueños, para Jung tienen una función compensatoria en tanto simbolizan lo
que puede introducir al soñante en la compensación de su estado. El trabajo del
analista en el trabajo sobre sueños consiste en reunir junto con el paciente gran
cantidad de ocurrencias y posibilidades de interpretación para los elementos
oníricos singulares, de manera de aproximarse cada vez más a una red que
reconstruya el posible sentido total del sueño. Llama amplificación, a este
procedimiento.

En el marco de la interpretación de los sueños Jung distingue además entre


estadío del objeto, y estadío del sujeto. En el primero los contenidos oníricos se
comprenden como objetos externos simbolizados.

Para Jung la neurosis debe verse como algo positivo, en tanto abre nuevo camino
para un nuevo desarrollo de personalidad. Las causas de la neurosis sería o bien,
una función inferior penetra en la conciencia, o ámbitos parciales de la psique que
han sido segregados y reprimidos de la psique provocan la perturbación. Jung
denomina complejos a estas psiques parciales. Las causas de los complejos son
casi siempre traumas, lesiones anímicas o choques por los cuales ciertos
contenidos resultaron alejados de la conciencia.

En general el procedimiento terapéutico se debe regir por una actitud semejante al


proceso de individuación: se trata de aceptar la naturaleza íntegra de lo
inconsciente, que es a la vez bueno y malo.

89
CAPÍTULO 5 VEGETOTERAPIA (REICH)
El rigor característico del trabajo de Reich lo llevó desde el psicoanálisis como lo
entendía Freud a la biofísica del orgón (según Reich una forma de energía aún no
investigada que llena el universo entero).

La vegetoterapia contiene las bases de diferentes abordajes de la psicoterapia


orientada hacia el cuerpo, en particular de la bioenergética, la terapia primaria y la
gestáltica. Muchas de sus teorías fueron apropiadas o no se le reconoció su
contribución, como es el caso de la teoría de la angustia (Berg) o en núcleo central
de los mecanismos de defensa (Anna Freud).

Reich contra Freud: Reich elaboró soluciones para algunos de los problemas
centrales que Freud había planteado originalmente, pero cuya respuesta fue
reprimida con el paso de los años por el privilegio concedido a otros aspectos en
las teorías de Freud.

Las divergencias ocurren dado que mientras Freud y la mayoría de los


psicoanalistas separaban cada vez más estructura de energía y se volcaban al
primero de estos conceptos, Reich siguió concentrado en los problemas de
economía energética, por cuya mediación se manifestaban las perturbaciones
neuróticas.

Esto lo motivó a investigar las diversas formas en que esta energía resultaba ligada
y era impedido su fluir. Las nociones de potencia orgásmica, estructura de
carácter y reflejo orgásmico desembocó en el estudio de los ritmos corporales y
de la coraza del carácter hasta llegar a la vegetoterapia, y finalmente a la
biogénesis.

Energía, orgasmo y neurosis Reich investigó los procesos de evacuación y


almacenamiento de energía, sus experiencias clínicas le llevaron a postular una
conexión entre las nociones de energía y función del orgasmo. La salud anímica
depende de la potencia orgásmica, que se trata de la capacidad de entregarse sin
inhibiciones ni bloqueos a la corriente de energía biológica que se descarga en
contracciones musculares involuntarias. Coincide con una actitud caracterial no
neurótica de la capacidad de amar, cuyos contrarios son la angustia y el espasmo.

Reich indicó que placer, sentimientos eróticos y actividad sexual se fusionan en el


acto sexual si media una capacidad natural de amar, pero que pueden presentarse
separados.

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Puesto que la descarga completa de las excitaciones por medio de las
contracciones bioenergéticas involuntarias del organismo constituye lo más
importante de la potencia orgásmica, Reich encuentra la fuente energética de la
neurosis en la frecuencia entre acúmulo y descarga de energía, donde por energía
se debe entender principalmente la libido.

Al problema que Freud no logró responder sobre el origen de la energía de las


psiconeurosis, Reich explica que éstas tienen un núcleo de neurosis por estasis, y
que toda neurosis por estasis posee una superestructura psiconeurótica. (El
ejemplo es una persona divorciada que se abstiene por razones éticas a
masturbarse, puede aparecer un síntoma que reactive un conflicto de la temprana
infancia - comerse las uñas - cuya energía proviene de la neurosis por estasis, pero
que se expresa con una regresión a la fase oral sádica que tiene causa en la
superestructura psiconeurótica)

La neurosis por estasis es una perturbación corporal, provocada por una energía
sexual descaminada, insatisfecha, pero la excitación sexual nunca se habría
descaminado si no hubiera mediado una inhibición anímica.

La impotencia orgásmica, la incapacidad de evacuar por completo la energía


constituye la clave de la comprensión de las neurosis para Reich.

Sexualidad y sociedad: los conflictos psíquicos centrales y las fantasías neuróticas


a que regresivamente se vuelve en las neurosis derivan de la relación padres-
hijos, que por lo general se caracteriza por una intensa represión de la libido.

Reich se encontró que esta represión no se limitaba a la niñez, sino que las
neurosis eran en buena parte resultado de la moral burguesa compulsiva, en la
cual las relación padre - hijo no hacía más que reflejar determinadas relaciones
sociales.

Con respecto a la sofocación de la vida sexual, lo atribuye no tanto a la cultura,


sino al mantenimiento del orden social. La elaboración de estas cuestiones
condujo a Reich al terreno de la sociología política y al intento de unir socialismo
marxista con psicoanálisis.

Estructura del carácter: Reich produjo también elaboraciones sobre resistencia y


transferencia.

En lo que respecta a las resistencia, Reich llamó coraza de carácter a la


organización de pautas defensivas en el individuo. En esa coraza permanece ligada

91
una parte de la energía y ella sirve al mismo tiempo como defensa frente a
excitaciones emocionales.

La coraza de carácter contiene la biografía cristalizada de un individuo, la suma


funcional de todas las vivencias pasadas. Pero en oposición a Adler, para quien el
carácter en lugar de la libido era el fenómeno nuclear de las perturbaciones
anímicas, según Reich, rasgos de carácter como el sentimiento de inferioridad o la
voluntad de poderío no son más que fenómenos superficiales en el proceso de
acorazamiento.

Conflictos básicos producidos en las fases de desarrollo de la infancia temprana se


manifiestan en un acorazamiento que ofrece protección ante impulsos
desiderativos demasiado intensos. La terapia consiste en resolver los
acorazamientos y hacer que vuelven a correr por movilización de las energías
ligadas, las emociones que se habían solidificado.

Factores decisivos:

1. época de aparición de los conflictos


2. modalidad diferenciada (análogo a la de freud según aspectos orales,
anales y genitales)
3. intensidad
4. relación entre satisfacción pulsional y frustración
5. medida de identificación con el progenitor del mismo sexo
6. contradicciones de la conducta denegadora de los padres.

Por la variada acción recíproca entre estos aspectos aparece el espectro de las
distintas estructuras de carácter neurótico:

1. Fálico narcisista: una madre masculina que mueve al niño a reprimir sus
mociones de amor desde la lactancia. Prevalecen en relación a la mujer
sentimientos de venganza y menosprecio, así como el anhelo reprimido de
encontrar calidez con un hombre.
2. Pasivo - femenino: si en la fase anala la madre muestra severidad excesiva
se desarrolla un carácter marcado por el sometimiento y docilidad. Puede
ser también a causa de severidad excesiva del padre.
3. Masculino - agresivo: un padre severo que rechaza la feminidad de la hija,
la niña se identifica con la dureza y rigidez del padre
4. Histérico: madre represiva y moralista con manifestaciones amorosas de la
hija hacia el padre, la angustia genital pasa a ser la dominante. La conducta
sexual tenderá a la búsqueda del padre prohibido.

92
5. Carácter obsesivo: la sofocación del interés y actividad genital aparece
como consecuencia de una educación prematura, demasiado estricta para
el control de esfínteres. Se desprecia a si mismo a causa de sus impulsos
sádicos, y para sofrenarlos y compensar desarrolla mecanismso de orden y
control
6. Masoquista: tras el auto empequeñecimiento masoquista se oculta una
ambición inhábil y una angustiada manía de grandeza.

Coraza corporal y su modificación: en 1934 introdujo el concepto de


acorazamiento muscular basado en las observaciones de las tensiones
musculares en las resistencias neuróticas.

De esta manera la energía vital sexual puede quedar ligada y enfrentada, ej ira y
angustia. A la comprobación de que angustia y placer son manifestaciones
opuestas de la misma energía, se añade una nueva perspectiva, placer y angustia
son los correlatos anímicos de la expansión y contracción.

La contractura muscular es el lado corporal del proceso de la represión y la base


del mantenimiento de esta. En correspondencia con estos descubrimientos y su
elaboración teórica, Reich prefirió cada vez más el trabajo directo sobre el cuerpo
al trabajo sobre las pautas psíquicas de resistencia en el análisis del carácter.

Con diversas formas de masaje las tensiones musculares eran aflojadas y


eliminadas, abordaje que denominó vegetoterapia.

Además del trabajo directo sobre la musculatura endurecida la vegetoterapia


atribuye importancia central al trabajo sobre la respiración, sobre todo en el
sentido de una espiración profunda. Siguió avanzando en la investigación de los
aspectos energéticos y procesos vitales biofísicos en general hasta el
descubrimiento de la energía del orgón, por eso la vegetoterapia modificada fue
rebautizada terapia del orgón.

CAPÍTULO 6 BIOENERGÉTICA (LOWEN)


Los puntos de partida centrales de la bioenergética son en buena medida los
mismos de la vegetoterapia, a saber, la economía energética del cuerpo, la
necesidad de un fluir desbloqueado, espontáneo en todo lo posible de esa energía
y su descarga por medio de contracciones musculares, la identidad funcional de
bloqueos corporales y psíquicos, es decir los acorazamientos, y la equivalencia
funcional de cuerpo y psique.

93
Estructuras bioenergéticas del carácter: toma de Reich el carácter como
perspectiva central. Este es situado en conexión directa con la organización del
conjunto de los mecanismos vitales de dominio, organización que está al servicio
de la defensa frente al displacer y del dominio de los conflictos.

La defensa como estrategia de dominio queda a cargo del organismo entero, y por
lo tanto abarca aspectos anímicos y corporales.

Todo estrés causa tensiones en el cuerpo, normalmente desaparecen una vez


eliminado el estrés. Sin embargo, si éste fuera permanente, las tensiones se
volverían crónicas. Como el sistema muscular determina la postura del cuerpo,
estas tensiones características conducen a actitudes del carácter típicas, de las que
a su vez resultan determinado vivenciar y cierta conducta.

Estructuras del carácter son entonces pautas típicas de reacción psicosomática y


representan la historia encarnada de la persona.

El concepto de pauta de reacción indica que el abordaje de las estructuras del


carácter no debe considerarse estático como algo que el individuo posea, sino
dinámico como algo que el individuo hace. Las estructuras del carácter son hábitos
cognitivos y de conductas, encarnados que se repiten de manera cotidiana a modo
de un reflejo, casi siempre inconscientemente, y que definen la postura del
hombre frente a él mismo, a quienes lo rodean y a las grandes cuestiones
existenciales de la vida.

Respecto de estas pautas básicas son decisivos sobre todo conflictos y traumas
experimentados durante el desarrollo de la primera infancia, en particular
necesidades insatisfechas cuyas frustraciones han dejado una marca en el cuerpo.

Lowen distingue cinco estructuras de carácter: esquizoide, oral, masoquista,


psicopática y rígida. Se trata de estructuras adquiridas por frustraciones y
conflictos experimentados en la primerísima infancia. Recordemos que esta
clasificación no es de individuos, sino de actitudes defensivas neuróticas, un
individuo concreto con sus actitudes defensivas presenta una mezcla de estos
tipos. Con carácter rígido Lowen incluye los carácter fálico narcisista, pasivo
femenino, masculino agresivo e histérico.

Lowen no se guía por las fases de desarrollo libidinal, sino por una jerarquía de
necesidades en el curso de desarrollo:

1. Existencia
2. Necesidad

94
3. Independencia
4. Proximidad
5. Libertad
6. Sexualidad / Amor

Daño o frustración de las necesidades en estas fases conducen a las


correspondientes y características estrategias de dominio: las estructuras del
carácter. Estas se pueden entender como reescrituras anacrónicas de conflictos de
la primera infancia, entre dos necesidades básicas que se siguen en la serie del
desarrollo y que a modo de compulsión de repetición se reactualizan con la
esperanza de su resolución.

Uno de los conceptos principales de la bioenergética es el estar plantado. Estar


plantado en el propio cuerpo, en la psique, en la sexualidad. Se trata ante todo de
la modalidad y medida del contacto con el suelo. A ello se vincula el equilibrio y la
gravitación, y por lo tanto la postura del individuo.

El trabajo corporal en la bioenergética se compone de tratamiento y también de


ejercicios, tanto en las sesiones como tarea a realizar e el hogar. Su principal
objetivo es obtener más contacto con el suelo, (estar plantado), una acrecentada
vibración del cuerpo, un ahondamiento de la respiración, una elevación de la
autoconciencia y ampliación de la expresión de sí.

Respiración y voz: la respiración es junto con la nutrición la que proporciona la


energía corporal. Una respiración profunda es la vía más directa para elevar el
nivel de energía, cuya limitación es uno de los rasgos más típicos de neuróticos y
psicóticos.

La voz es una forma importante de vibración para el cuerpo. Además de su


carácter funcional - comunicativo, como medio necesario para expresar
sentimientos y a la personalidad en su totalidad.

CAPÍTULO 7 ANÁLISIS TRANSACCIONAL (BERNE)


La concepción básica del análisis transaccional parte de ideas del psicoanálisis y de
la psicología individual, toma de Freud las nociones de energía y libido, así como su
modelo estructural, y de Adler, las pautas de la expectativa social, la constelación
familiar y el plan de vida. Integra también influjos de Federn y Erikson, nociones
humanistas, de psicología social y de teoría del aprendizaje.

Berne buscó asimilar diversos campos de saber y elaborar una forma de terapia
comprensible para la mayoría de las personas, y fácilmente comunicable.

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La imagen del hombre en que se sustenta el análisis transaccional se corresponde
con la de la psicología humanista: el hombre se aprehende como ser singular y en
su totalidad, se insiste en la autodeterminación y en la responsabilidad
personal. Las metas esenciales de la terapia son la autorrealización (con
responsabilidad social) y el crecimiento de la persona. En oposición a los demás
abordajes humanistas el análisis transaccional se atribuye al niño libre o natural,
también una parte cruel, sádica, hambrienta de poderío. Berne la caracteriza como
el pequeño fascista

Los conceptos nucleares del análisis transaccional son:

1.Análisis estructural: por medio del cual se puede aprehender con fines
diagnósticos la estructura de la personalidad. La personalidad se articula en tres
estados del yo que son determinantes para la plasmación de los procesos
intraindividuales: percepción, sentimiento y pensamiento. Según las secuelas del
desarrollo se denominan. Es algo similar al ello, yo, superyó:

● “yo niño”: mociones afectivas y deseos espontáneos


● “yo padres” : normas y valores, imita principios del juicio y acción de las
figuras parentales y representa las exigencias impuestas por vía normativa.
● “yo adulto” predomina el pensamiento cognitivo de todos los influjos, así
como la trasposición autónoma en una reacción racional y fundada al
ambiente

Si el desarrollo de la personalidad es sano, los tres estados se deslindan con


claridad unos de los otros e interactúan y plasman una reacción como sistema
total. Si las fronteras son defectuosas el resultado será una estructura perturbada
de la personalidad.

2 Análisis transaccional: que permite establecer de manera sistematizada tramos


específicos de comunicación

Las transacciones son mensajes interhumanos que pueden ser enviados desde
cada uno de los estados del yo de una persona hacia cada uno de los estados del
yo de otra, y desencadenar un mensaje correspondiente. Por regla general el
mensaje que se toma como punto de partida es ya una reacción a un mensaje
anterior. El análisis de las transacciones se inicia en consecuencia en un punto que
se establece mediante una decisión.

Las posibilidades de enviar un mensaje de 3 estados del yo a otros 3 es 9, lo


mismo para el número de respuesta, lo que forma un total de 81 pautas de

96
transacción. Si además se consideran posibles transacciones ocultas, se suma un
total de 721 pautas posibles de transacción entre dos personas. Se las puede
clasificar en tres formas principales:

● Transacciones paralelas o complementarias: reacciona el estado del


yo al que fue enviado el mensaje y en dirección al estado del yo del
que provino.
● Transacciones cruzadas: cuando no son paralelas.
● Transacciones ocultas: además del contenido manifiesto se envía un
mensaje psicológico oculto a un diferente estado del yo.

3 Análisis de juegos: refiere categorialmente las transacciones de modelos típicos,


muchos de los cuales son estereotipos patológicos

Un juego está compuesto por una secuencia corrida de transacciones


complementarias ocultas que conducen a un resultado preciso y predecible. Este
resultado, a saber, una ganancia emocional, es la motivación oculta que lleva a
iniciar un juego. Los roles y juegos elegidos representan manifestaciones actuales
que se repiten a modo de estereotipos del plan de vida.

4 Análisis del guión consiste en la dilucidación del plan de vida personal desde el
cual las transacciones se plasman como otras tantas manifestaciones actualizadas.

Los juegos y transacciones que ellos contienen son manifestaciones actuales de un


plan de vida, ya impreso en el desarrollo temprano de la personalidad que se
designa brevemente como guión. Este guión esta formado por:

● posturas vitales básicas.


● adoctrinamientos
● indicaciones y recetas de acción
● modelos de conducta.

Cinco actitudes vitales básicas:

1. Yo estoy ok, tu estás ok. El niño es para sí mismo la persona más


importante del mundo, el esta ok, y todos los que comparten esta visión
están también ok.
2. Yo no estoy, tu estás ok. Al año de vida se experimenta impotente,
pequeño y dependiente, por lo tanto no está ok.

97
3. Yo no estoy ok, tu no estás ok. Segundo año. Si el cuidado intensivo
disminuye, si se imponen castigos o sobreviene desatención, el niño llega a
la convicción de que tampoco los otros están ok.
4. Yo estoy ok, tu no estás ok. Se genera sólo a raíz de una privación o
maltrato duradero. El estar ok del niño proviene de la autocomplaciencia.
5. Yo estoy ok, tu estás ok (realista), es una decisión conciente, basada en la
creencia y pensamiento. Brota un hacerce valer y aceptar y es la meta de
las intervenciones terapéuticas en el análisis transaccional.

Además de las actitudes vitales básicas, son también esenciales del guión los
siguientes componentes:

● Adoctrinamiento: mensajes comunicados una y otra vez en situaciones


significativas.
● Indicadores de acción: se comunican por medio del ejemplo, inducción
directa.
● Sentimientos predilectos. Se los aprendió como sustituto de unidades de
caricia y conexión con estas porque en la familia estaban permitidos y se
los tomaba en cuenta. Así, si el niño recibe afecto sobre todo cuando está
triste, la tristeza puede ser un sentimiento predilecto.

La meta del análisis transaccional consiste en elaborar estas posiciones vitales


básicas, los sistemas y sentimientos extorsivos incluidos los mensajes de guión
que se recibieron como adoctrinamiento y que van ligados a aquellos, y los
posteriores mensajes, así como los juegos que de esto resulta. Los influjos se
representan en una matriz del guión.

Intervención terapéutica: poner de manifiesto el guión, los juegos, los


sentimientos ligados a ellos ante el cliente y la intelección que este alcance de las
estructuras de su vivenciar y actuar son pasos importantes, pero no bastan por sí
solos. La meta de liberarse del guión no se alcanza por mera negación o inversión
de sus contenidos, sino que para modificar la actitud básica hace falta una vivencia
emocional de alternativa y una redecisión.

Dentro del método se utilizan preguntas provocadoras, esclarecimientos de


enunciados del cliente, confrontaciones, explicaciones, ilustraciones,
interpretaciones, la dedicación, la persuasión y la exhortación.

Otro método introducido cuando el cliente ha alcanzado suficiente transparencia


sobre su obrar y sentir es el imperativo terapéutico, un mensaje imperativo del

98
terapeuta dirigido al yo adulto del cliente y destinado a suspender el mandato
básico destructivo de los padres.

CAPÍTULO 12. LAS RAÍCES DE LAS TERAPIAS HUMANISTAS


Junto al psicoanálisis y al conductismo, la psicología humanista se suele definir
como tercera corriente en psicología.
Las terapias humanistas reúnen varios abordajes, no por su teoría en común, sino
por una imagen de hombre bastante homogénea y concordancias básicas en los
principios de trabajo terapéutico.

Algunos de los representantes son Charlotte Buhler, Abraham Maslow y Carl


Rogers, que fundaron la Sociedad de la Psicología Humanista con el fin (entre otras
cosas) de alejarse de manera explícita de la concepción determinista, mecanicista y
monocausal del hombre.

Entre las corrientes principales de las terapias humanistas se encuentran la terapia


gestáltica de Fritz Perls y la psicoterapia del diálogo de Rogers. El psicodrama de
Moreno, y la logoterapia de Viktor Frankl son variantes particulares.

La psicología y terapias humanistas se caracterizan por el empeño en producir una


renovación de la psicología, dónde psicología se entiende menos como término
que como topos (o sea guía para la acción).

Sobre las raíces filosóficas: se toma sobre todo el existencialismo (buber,


Kierkegaar, Nietzsche), fenomenología (Husserl, Scheler), el humanismo clásico
(Herder) humanismo socialesta (Marx) y el humanismo francés moderno (Sartre,
Merleau Ponty).

Las raíces psicológicas llegan de la psicología de la Gestalt: sostiene que en la


percepción en el pensamiento, en las acciones voluntarias y en las series de
movimientos se abre paso una organización total que responde a leyes generales
de la forma y a orientaciones dinámicas.

Kurt Goldstein demostró que las leyes de la forma no eran válidas sólo en el
dominio de la percepción ni se restringen a los fenómenos fisiológicos únicamente,
sino que tenian validez para el organismo como un todo.

Ideas básicas de la psicología humanista:

1. Autonomía e interdependencia social: desde su dependencia biológica y


emocional posnatal aspira a independizarse de controles externos. La
autonomía sin embargo tiene que ser socialmente responsable.

99
2. Autorrealización: aunque muchas de las necesidades primarias estén
satisfechas, el organismo permanece afanoso de tomar iniciativas y
aspirando a desplegar sus capacidades creadoras. Por eso se incluye dentro
de las tendencias a la autorrealización o necesidades de crecimiento, entre
las fuerzas impulsoras básicas del organismo.

3. Orientación por la meta y el sentido: además de las bases materiales de


su existencia, representaciones axiológicas humanistas como libertad,
justicia y dignidad del hombre plasman la vida y acción. Las acciones son
intencionales y se orientan hacia metas.

4. Totalidad: considera al organismo humano como Gestalt.

Los procesos de crecimiento y autorrealización dependen de la satisfacción de


necesidades básicas. Maslow ha propuesto en este sentido una jerarquía de las
necesidades.

CAPÍTULO 16 VARIEDADES: LOGOTERAPIA (FRANKL) Y PSICODRAMA (MORENO)


El concepto de psicodrama se aplica en diferentes planos de significación, por una
parte en sentido estricto, denota un procedimiento terapéutico que consiste en
una representación escénica espontánea de conflictos interpersonales e
intrapsíquicos con la mira de que se vuelvan visibles dentro del encuadre
terapéutico, se los pueda revivir y modificar.

El psicodrama en sentido lato, abarca además la llamada sociometría (método


destinado a capturar y figurar relaciones sociales.

Se la puede considerar también desde la psicoterapia de grupos, cuyos conceptos


fundamentales fueron elaborados por Moreno a comienzos de la década de 1930,
aplicándolos en instituciones como cárceles y sanatorios psiquiátricos.

Si hoy el psicodrama no tiene mucha significación como corriente autónoma es


porque sus nociones básicas han sido adoptadas por otros abordajes terapéuticos.

Nociones teóricas básicas del psicodrama


La acción humana se liga al ejercicio de roles, en cuya conexión se desarrolla el sí
mismo de cada quien. Moreno no insiste tanto en la adopción de roles, sino en la
representación activa de un rol, “role playing”. El concepto de rol es mucho más
amplio que en sociología y abarca prácticamente todas las dimensiones de la
existencia humana.

100
Es importante para comprender la teoría de psicodrama la visión de Moreno sobre
el mundo de vida del ser humano en el que este actúa como átomo social. lo
considera determinado por cuatro aspectos:

● Espacio: en el sentido físico, psicológico y sociológico. Constituye la íntegra


conexión de vida de un ser humano dentro de su medio. Es importante en
psicodrama la reconstrucción de este espacio sobre el escenario.
● Tiempo: determinado por el principio del aquí y ahora. En psicodrama,
pasado y futuro tienen que ser recogidos en el presente para que puedan
desempeñar un rol.
● Realidad: siempre referida a tiempo y espacio. Una escena representada
en el psicodrama no puede ser real en el sentido del mundo ordinario, pero
puede ser experimentada como tal dentro del mundo de vida
representado, el mundo auxiliar psicodramático.
● Cosmos: designa el contexto global en que el ser humano consuma su
proceso de desarrollo y encuentra su destinación que es la realización
creadora de él mismo.

El concepto de psicodrama abarca el sistema triádico de Moreno, que se compone


de la terapia psicodramática, la sociometría y la terapia de grupos.

Práctica de la terapia psicodramática


Una dimensión esencial de la terapia psicodramática es la catarsis. Aunque se
aplica también como terapia individual, las nociones fundamentales de
psicodrama refieren al trabajo con grupo. Hay seis elementos constituyentes del
psicodrama.

1. Escenario o lugar de representación: se lo crea por vía imaginativa, con el


menor número posible de requisitos reales. El escenario es ahora para el
psicodrama el espacio donde el protagonista desarrolla escenas del pasado
y futuro.
2. Protagonista: el miembro del grupo que pone espontáneamente en
escena lo que le ocurre. Con ayuda del director de escena y de co actores,
recurriendo al lenguaje, mímica, gestos y movimientos debe alcanzarse el
mayor contenido de realidad afectiva que pueda. Así se vuelve posible que
el protagonista viva su realidad pero también experimente con ella y ponga
a prueba posibilidades nuevas de experiencia y conducta.
3. Director de escena es el que asiste al protagonista y le posibilita la
representación más intensa. Es desempeñado por el terapeuta, intensifica
los problemas y después de la escenificación analiza lo acontecido junto
con el protagonista y los otros miembros del grupo.

101
4. Los co actores, “yoes” auxiliares: asisten al protagonista mientras realiza
su representación: figuran personas reales o fantaseadas, personajes
simbólicos y demás. Estos yoes auxiliares desempeñan roles siguiendo las
insinuaciones del protagonista y tienen que hacer la mayor empatía posible
con su mundo de vida.
5. Los participantes que no intervienen como co actores forman en su
condición de público, la caja de resonancia del acontecer dramático.
Ayudan durante los preparativos y en la fase de armonización, y después en
la fase conclusiva o posterior a la puesta de escena dan un feedback al
protagonista. Por medio del denominado sharing y feedback de
identificación, el protagonista se entera de lo que experimentaron durante
la representación los miembros del grupo.
6. Técnicas psicodramáticas: sirven al conductor como instrumentos para
lograr que procesos problemas, preguntas, etc se vuelvan claros para el
protagonista y el grupo. Se incluyen la silla vacía, el intercambio de roles, la
técnica del doble (en el que el director se pone detrás del protagonista y
repite sus manifestaciones).

Rodriguez Nebot, J. (2010) "Introducción a las técnicas


psicoterapéuticas". En: Clínica y subjetividad. Montevideo:
Psicolibros. (pp.162-171)

En su genealogía las técnicas psicoterapéuticas están enmarcadas en los


dispositivos médicos, cumpliendo de esta manera con la medicalización creciente
de la sociedad.

El cuidado de mente y cuerpo comprendía una serie de tecnologías y concepciones


ideológicas religiosas que se remontan a los antiguos egipcios y griegos. El alma
era objeto de la atención de los religiosos a través de una tecné ritualista
meditativa que permitía la catarsis, expiación y purgación del alma, eran los
elementos de dicho dispositivo de curación del alma. Es la etapa religiosa.

Con la medicina y el avance científico, la psiquiatría se transformó en el puntal de


poder hegemónico que condicionó y promocionó todas las alternativas principales
en cuanto a la acción terapéutica durante los siglos XVIII y XIX.

La psicología del siglo XIX estaba más o menos recluida a la constitución de


sistemas psicométricos y establecimientos de escalas de lo normal a lo patológico.

102
Paulatinamente, a finales del siglo XIX la psicología adquiere su perfil en cuanto al
abordaje de las psicopatologías, principalmente en sus aspectos dinámicos, y nace
un primer descentramiento: las psicoterpias de neto corte psicológico clínico. En
esta fase se centran en las dinámicas de los afectos y emociones, no se miden las
funciones mentales sino cómo interactúan entre sí, se modifican, amplifican y
cómo se relacionan con otros objetos y personas, con representaciones del
imaginario social, y las acciones traumáticas de la vida cotidiana.

Si bien se instituye lo psíquico como objeto científico, el abordaje clínico se realiza


sobre la problemática psicopatológica que subyace a diferentes concepciones de la
subjetividad y sujeto.

Esto trae consecuencias en el campo de la técnica. En primer lugar, porque los


diferentes encuadres atañen a la complejidad de la intervención así como al
sentido, la hermenéutica que el psicoterapeuta desarrolla en su praxis. A eso hay
que sumarle la situación concreta de campo de trabajo, no es lo mismo el campo
familiar, grupal o individual. Se agrega también el contexto institucional
conformando un dispositivo de acción, de visibilidades e invisibilidades que remite
a la situación de implicación de los agentes.

Por lo tanto, los dispositivos de intervención están ligados a los modos de


producción de la subjetividad y los agentes sanitarios emergen de dicha red de
fuerza, en donde el contexto hace figura y signo de significación de una praxis
resultante.

Es con Bernheim cuando se constituye la psicoterapia en sus formas definidas, o


sea, en que se incluye la relación interpersonal como pivote de la cura.

Luego, con Janet, Breuer, Freud y Bleuler se constituye la psicoterapia con una
serie de formalizaciones clínicas, metodológicas, técnicas, que permiten un salto
cualitativo en la modalidad de intervención y concepción del sujeto y enfermedad.

Definimos a la psicoterapia como el conjunto de instrumentos teórico - técnicos


que, regulados por una constancia espacio - temporal se propone una
metodología de acción, que incluye especialmente la relación interpersonal y se
propone una finalidad que es la transformación del sufrimiento psíquico en una
modalidad de la vida activa a la realidad.

Problemáticas
1. El estatuto epistemológico de las técnicas psicoterapéuticas no es unívoco. Más

103
bien, es un campo de poderes en permanente confrontación de acuerdo a las
diferentes corrientes. El definir el campo de psicoterapias ya causaría problemas.

Tomando posición en el tema, nos acercaremos a la propuesta de Prigogine en el


sentido que las ciencias son prácticas narrativas, que definen un gran campo de
problemas cuya resolución estriba en una relación intertextual. Por lo tanto
definiríamos a las psicoterapias como el estudio, investigación y acción terapéutica
sobre la subjetividad: sus formas de producción y de intercambio en el ámbito
social, su sujetación y vinculación en los agentes, sus conformaciones, leyes
propias y modus operandi. Su objetivo es la mutación del dolor psíquico.

Históricamente ha habido varias corrientes que han intentado hegemonizar el


campo de producción. Sin embargo, considerando aportes de Jacques Derrida,
Deleuze y Bourdieu podríamos afirmar que todo trabajo en psicoterapia debe
respetar una escala en el sentido de construcción de una topografía teórica, en
permanente relación con lo empírico. Es por eso que se nos impone la necesidad
de construir cartografías nocionales y prácticas del acontecimiento clínico.
De allí derivamos en una primera tesis que no existe una identidad epistemológica
en el campo psicoterapéutico, sino un conjunto de práticas sobre la subjetividad
que redunda en una diseminación creciente y transformación contínua de las
teorías y técnicas.

La segunda tesis es antinómica de la anterior, ya que proponemos que a pesar de


la diseminación de la praxis no se abandona la construcción de sistemas teóricos
totales, identitarios y nocionales, brindando consistencia y coherencia a la
diseminación práxica.

2. A pesar de lo anterior, las psicoterapias se han desarrollado enormemente y sus


prácticas a veces son semejantes en las diferentes corrientes. La posible
explicación a dicha semejanza se daría por el posicionamiento en el diagrama de
los dispositivos de poder. La psicología en general adquiere perfil dentro del
desarrollo del control panóptico de lo social - civil como forma de control y
vigilancia.

Por lo tanto la tercera tesis que proponemos es que toda construcción


teórica-técnica debe contar con tres condiciones: 1) Cuidado y vigilancia de la
escala de intervención. 2) Que los conceptos refrenden el campo de lo clínico y; 3)
Que la articulación nocional tenga una coherencia interna, y que refrende la
condición una, por lo tanto toda psicoterapia es una ÉTICA.

104
3. Al primer descentramiento y posterior elaboración de un perfil propio, la
psicología a través de su práctica psicoterapéutica fue gestionando sucesivos
descentramientos técnicos.

En un principio las psicoterapias aplicadas eran resultado de la herencia médica


tradicional, aqui se gesta la intervención psicoterapéutica individual. El paciente en
un ámbito íntimo producen la práctica psicoterapéutica más específica y
tradicional.

Paulatinamente se van creando espacios psicoterapéuticos y sucesivos


descentramientos. A nuestro entender, las escalas de intervención y trabajo
psicoterapéutico se redimensionan en la articulación de nuevos espacios,
produciendo tensiones en la construcción teórica.

De esta manera se conforman distintas elaboraciones teórico técnicas,


ajustándose al nivel de trabajo a escala. Esto igual presenta dificultades enormes
para producir teoría a partir de la práctica y ocurren muchas veces
desplazamientos mecánicos de conceptos de un ámbito a otro.

4 Lo mencionado anteriormente nos mete de lleno en la formulación de


estrategias terapéuticas y el abordaje clínico, sin olvidarnos de mencionar el
trabajo interdisciplinario de equipo. En líneas generales podemos decir que hay
una serie de ejes estratégicos comunes a todas las psicoterapias, que implícita o
explícitamente se desarrollan:

a. oferta, demanda
b. análisis de la demanda, encargo y pedido
c. descripción de los síntomas y problemas
d. diagnóstico estructural y diagnosis dinámica
e. potencialidad de trabajo: capital simbólico, hábitat y ecología, análisis
logístico
f. economía y salario, honorarios
g. Instrumentación técnica.

Con la noción de estrategia implícita o explicitada queremos dar a entender que


una cosa son los encuadres específicos y otra cosa son los dispositivos de acción
terapéutica.

La diferencia radica en que el dispositivo incluye al terapeuta en su acción, en su


sobre - implicación, con el encuadre de trabajo y al ámbito institucional en que se
desarrolla la acción terapéutica.

105
Es para nosotros de vital importancia tener en cuenta esta situación porque el
curso se desarrolla en la Universidad de la República, por lo tanto debe ser plural y
polémico.

Roudinesco, E. (2004) "Las psicoterapias". En: Roudinesco, E. El


paciente, el terapeuta y el Estado. Buenos Aires: Siglo XXI, 2005
(pp. 37-63).

Desde que el médico inglés Daniel Tuke creo en 1872 el término psicoterapia este
método de tratamiento de las enfermedades llamadas psíquicas se expandió
ampliamente en el mundo occidental, sobre todo en los Estados Unidos, hasta el
punto de que es imposible definirla ahora como una disciplina singular poseedora
de un fundamento sistematizado.

La lista (no exhaustiva) de las psicoterapias, que podemos encontrar en diferentes


libros publicados por psiquiatras o psicólogos, no es para nada satisfactoria.
Aparecen disciplinas que no son psicoterapias (acupuntura), clasificaciones o
denominaciones arbitrarias (llamar psicoanálisis adleriano a la psicología
individual), etc.

Para entender lo que son actualmente las psicoterapias es preferible explicar sus
estructuras organizacionales en vez de intentar clasificaciones ineficaces.

Como las medicinas tradicionales del alma y al igual que el chamanismo, todas las
psicoterapias se basan en el principio según el cual el proceso de la cura se vincula
a la influencia que puede ejercer el terapeuta sobre el paciente y a la creencia de
éste en el poder de curar poseído por el curador.

Por consiguiente, mantuvieron siempre por un lado, una relación ambigua con el
pensamiento mágico, en virtud de la cual el paciente y el terapeuta creen en la
eficacia de un tratamiento fundado en el poder de la ilusión y por otro lado,
tendieron un puente con el pensamiento racional, el cual permite verificar la
“eficacia” real de una cura imposible de evaluar mediante peritajes científicos.

A diferencia de las teorías científicas del psiquismo y particularmente el


psicoanálisis, las psicoterapias son culturalistas, relativistas o étnicas. Su objeto no
radica en la especificidad de la psique en general, sino en tal o cual psiquismo,
definido sobre la base de su diferencia con otro. Proviene de aquí su fantástica
diversidad, ya que cada una es concebida para adaptarse a un caso, grupo,
contexto, etnia, pueblo, categoría o momento histórico particular.

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Históricamente la psicoterapia surgió de la cura magnética inventada a finales del
siglo XVII por Mesmer, quien explicaba los trastornos psíquicos sobre la base de la
existencia de un fluido magnético.

Puységur fue el primero en mostrar la naturaleza psicológica y no fluídica de la


relación terapéutica, reemplazando la cura magnética por un estado de sueño
despierto, que el médico escoses Braid llamará hipnosis. Bernheim va a
reemplazar luego el método hipnótico por la sugestión, abriendo así el camino a la
idea de una terapia basada fundamentalmente en una pura relación de
transferencia.

En 1949, Levi Strauss situaba al psicoanálisis en el registro de las grandes técnicas


de sugestión y lo comparaba con el método de la cura chamánica, es decir, con
una psicoterapia mágica. Señalaba que el chamán habla y provoca la abreacción,
mientras que en psicoanálisis esto lo hace el médico que escucha en el marco de
una relación en el que el enfermo toma la palabra.

Mostraba también que la “mitología psicoanalítica” había servido como sistema de


interpretación colectiva. Aparece entonces un peligro: que el tratamiento no
culmine en la resolución de un trastorno preciso, sino en la reorganización del
universo del paciente en función de las interpretaciones psicoanalíticas.

Si la cura se produce por adhesión de una colectividad a un mito fundador actúa


como sistema de reorganización estructural, es decir, dominado por una eficacia
simbólica.

Podríamos objetar a Lévi-Strauss que si la "mitología psicoanalítica" solamente se


implantó en las partes del mundo en que existe un estado de derecho (lo cual
constituye una excepción a todas las otras) esto significa que el psicoanálisis no es
una mitología ni psicoterapia, sino disciplina racional que deja subsistir en su seno
rastros de chamanismo y pensamiento mágico, sin que ellos signifique que
dependa de éstos.

Porque al abandonar el hipnotismo, la sugestión y catarsis, llamado después


transferencia a la relación entre el terapeuta y paciente. Freud inventó el único
método moderno de psicoterapia fundamentado en la exploración del
inconsciente y la sexualidad, considerados los dos universales de la subjetividad
humana. Adosada por un lado a una clínica de la escucha y por otro a un sistema
de pensamiento surgido de la tradición griega y alemana de la filosofía, el
psicoanálisis dejó de ser una psicoterapia en sentido estricto. Disolvió los dos

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grandes principios de creencia y sugestión que anidan en el centro de dispositivo
de la cura que caracteriza a la psicoterapia.

Se acerca más a la psicología clínica y a la medicina (psiquiatría) que a la


psicoterapia.

Todas las escuelas de psicoterapia del s. xx se enraízan en últimas instancias en la


capa originaria del magnetismo, hipnotismo y sugestión. Representadas por un
jefe que desempeña la función de terapeuta y referente intelectual tanto para su
grupo como sus pacientes.

En consecuencia, cuanto más adhieren estas escuelas a los grandes sistemas de


pensamiento de la psiquiatría dinámica (Freud,]ung, Adler,]anet, etc.), menos caen
en la trampa de desviarse hacia la personalización carismática y repetida de sus
jefes. Y al revés, cuando se apartan de esos sistemas, corren entonces el riesgo de
adoptar rasgos de las organizaciones de las sectas. Y como el pUnto común que
comparten las sectas con las escuelas de psicoterapia radica en que ambas
constituyen lugares de transmisión de las "curas milagrosas", no habrá de
sorprendernos que se apoyen unas y otras en los dos polos de la sugestión y la
creencia que caracterizan a la vez las medicinas paralelas y las terapias psíquicas.

Resumamos lo dicho hasta ahora. En el gran impulso contemporáneo de la ilusión


terapéutica, las sectas son tan capaces de apropiarse las prácticas de las
psicoterapias y los conceptos del psicoanálisis, como lo son las escuelas de
psicoterapia de adherir a la disciplina principal que es el psicoanálisis, y al revés,
pueden con la misma facilidad convertirse en sectas, así como las medicinas
paralelas pueden volverse un instrumento para las sectas de comercializar
Sustancias inactivas.

Se comprende entonces por qué las escuelas de psicoterapia -así como también
las asociaciones de psicoanálisis_ se han obstinado, desde que existen, en erigir
comités de ética, definir códigos de deontología, así como reglamentos relativos a
los derechos de los pacientes y la responsabilidad de los médicos, en suma, todo
un arsenal de controles, peritajes, evaluaciones y autorregulación, destinado a
desterrar a los "charlatanes" de sus organizaciones. No hay duda de que, al actuar
de este modo, han actualizado de manera excesivamente burocrática los
enunciados del juramento de Hipócrates.

Se habla de los casos de abuso sexual en el campo de psicoterapia, con un


ejemplo en el cual el terapeuta besa y le pide a una paciente que consienta a tener
relaciones sexuales afirmando que es deseo de ella y su inconsciente. Se abre

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frente a esto la dificultad de denuncias, debido a la necesidad de comprobar que
los actos no fueron bajo su consentimiento, o que se produjeron en primer lugar.
Además antes de que el IPA estableciera reglas muy precisas en 1920, los
terapeutas tomaban como pacientes a familiares, se casaban con ex pacientes, se
enamoraban en medio de procesos de curas.

Luego de que la American Psychiatric Association definiera como delictivo e incluso


criminal todo contacto sexual entre terapeuta y paciente durante una terapia, la
mayoría de las grandes asociaciones la imitaron. Todas estas sociedades
rivalizaron en ingeniosidad con el objeto de elaborar reglamentos y modalidades
de control. Y todas ellas fracasaron en reducir la cantidad de abusos reales.

El abuso comprobado se convirtió en el único criterio para determinar el delito en


materia de relaciones transgresivas entre pacientes y terapeutas, pero llevo a
considerar también a las psicoterapias como prácticas sospechosas, sectarias,
peligrosas, criminales o satánicas.

Cuando el psicoanálisis empezó a implantarse en los Estados Unidos a principios


del siglo XX fue adoptado por movimientos de índole mística que intentaban curar
el nerviosismo de las mujeres mediante curas espirituales. En reacción a esa
situación que los ponía en peligro de ser tachados de charlatanes, los primeros
freudianos norteamericanos decidieron reservar la práctica de la cura a los
médicos. Las psicoterapias se desarrollaron por su lado, a veces fuera de la esfera
médica, mezclados con movimientos místicos o puritanos, otras veces en el
terreno de la psicología e incluso dentro de la psiquiatría, de ahí la confusión.

En Francia, país freudiano por excelencia, el psicoanálisis fue considerado siempre


una disciplina mayor, que se implantó tanto por vía psiquiátrica como por vía
literaia o filosófica. Por consiguiente no tuvo nunca el estatuto político e ideológico
que había adquirido en suelo de EEUU. No fue ni adaptativo ni higienista sino más
bien orientado hacia la idea de que debía garantizar al paciente no ya la salud sino
el libre ejercicio de su deseo. En vez de renovar el mensaje freudiano, sus
profesionales no han dejado de dar señas, desde hace 20 años de un violento
desprecio por los psicoterapeutas, a los que consideran, en el mejor de los casos,
curanderos o en lo peor sectas.

En efecto, no hay nada en común, aparentemente, entre esas técnicas y la


disciplina reina. Pero ¿qué tienen en común, podríamos replicarle, el análisis
transaccional inventado por un disidente del movimiento psicoanalítico y las
terapias cognitivo-comportamentalistas (TTC) practicadas por los psiquiatras? ¿Qué
elemento común vincula a estas últimas con las maniobras sectarias de los

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herederos contemporáneos de la New Age? A fuerza de querer diferenciarse a
toda costa del enemigo imaginario, para preservar mejor su propio reinado, se
corre el riesgo, al no saber de qué se está hablando, de inscribir en una misma
"lista" prácticas que no tienen otro vínculo entre ellas que no sea el de formar
parte de esa misma "lista". ¿No nos amenaza así el peligro de encontrarnos un día
en la lista de aquellos que habremos excluido?

Si los psicoanalistas desprecian tan soberanamente a los psicoterapeutas es


porque se asemejan a ellos, sin duda alguna, y porque en muchos casos ellos
mismos practican psicoterapias mediante la palabra, a las que dan en llamar a
veces, por si fuera poco, "psicoterapias psicoanalíticas", o porque recurren incluso
a las técnicas del psicodrama o de la terapia familiar, etc. Pero si los detestan, es
porque ellos mismos fueron incapaces de responder de una manera coherente a
la explosión de la demanda de higienismo psíquico que ha invadido la sociedad
francesa, y porque se replegaron sobre ellos mismos para defender su territorio.

Es así como prefieren considerar a los psicoterapeutas -sus semejantes, sus


hermanos, sus disidentes- los responsables de su propio rebajamiento, en vez de
reflexionar en lo que realmente son las psicoterapias. Y de golpe, los
psicoterapeutas, humillados desde hace décadas por los psicoanalistas, cuando en
realidad fueron ellos los que supieron atraerse los favores de las clases medias, no
vacilan en dar libre curso a las mismas burlas, acusando a estos últimos de ser
psicoterapeutas enmascarados.

Mientras que en EEUU la noción de abuso aplicada a las psicoterapias tuvo


siempre connotación sexual, en Francia se refiere al sistema de dominación que
caracteriza a las sectas, el abusador es concebido antes que nada como aquel que
ejerce una dominación sobre la conciencia del otro, reduciendo así la libertad de
éste a una servidumbre.

l igual que los psicoanalistas, los psicoterapeutas han entrado en violentas


reyertas, acusándose recíprocamente de abusos o desviaciones. En 1998, se
produjo una escisión en el seno de la FFdP, que dio lugar al nacimiento de la
Asociación Federativa Francesa de los Organismos de Psicoterapia"o (AFFOP).
Todas estas asociaciones agrupan alrededor de setenta institutos de formación
profesional, dentro de los cuales podrían distinguirse unas cincuenta corrientes.
Podemos destacar, entre ellas, la terapia familiar llamada "sistémica", la Gestalt
terapia, el análisis transaccional, el acercamiento centrado en la persona, el
psicodrama, la hipnoterapia, el análisis psicoorgánico, el Sofia-análisis, el rebirth, el
Emet-análisis, la terapia por el arte, la psicogenealogía, la programación
neurolingüística, y por fin todas las técnicas psicocorporales. Observemos que

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para los psicoterapeutas, que a menudo son ellos mismos psicoanalistas o
psicoanalizados, el psicoanálisis no es más que una psicoterapia entre otras.

¿Cómo clasificar bien a estas escuelas de psicoterapias sin caer en un método


simplista o acusador, evitando la inculpación de desviación, abuso sexual o
dominación propia de la secta? No se fácil, pero podríamos intentando agruparlas
estructuralmente en 3 categorías y desde el punto de vista histórico, en 3
generaciones sucesivas.

Primero la más antigua, nace de la práctica surgida de la hipnosis y


sugestión.

La segunda que apareció en los años 20, proviene de las diferentes


corrientes disidentes del psicoanálisis que se implantaron en las grandes
clínicas de EEUU especializadas en el tratamiento de las psicosis o patologías
llamadas "Culturales"."

La tercera deriva de las demandas de higiene psíquica de los años sesenta. Pero se
concretizó también a través de la invención de nuevas terapias, venidas del otro
lado del Atlántico y particularmente desde la costa del Oeste, terapia familiar
transaccional, gestalt terapia, psicodrama, psicosíntesis, bioenergía, etc. se
agrega una forma de psicoterapia contemporánea, la cogn. Comportamental, que
no tiene que ver con las mencionadas anteriormente y pretende poseer,
contrariamente a estas últimas, un fundamento científico.

En la tercera categoría habría que ubicar las terapias corporales, pero también
algunas mágicas, esotéricas u ocultas. Nacidas en la costa californiana, pertenecen
a la gran nebulosa de la new age, verdadero crisol de una rebelión libertaria, que
derivará en prácticas heterogéneas, como las medicinas paralelas, los grupos
asociativos místicos (budistas, hinduistas, etc)

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