Comentario de texto: La construcción de Constantinopla en el Chronicon Pascale

“En el reinado de estos cónsules [Januarius y Justus] el ilustre emperador Constantino,

habiendo venido desde Roma y estando viviendo en Nicomedia, hizo algunas visitas a
Bizancio. Renovó las murallas originales de la ciudad de Byzas y llevó a cabo algunas
reformas en ellas. La llamó la ciudad de Constantinopla. Él también completó el
hipódromo que decoró con estatuas de bronce y otras decoraciones, y allí hizo una logia
para que el emperador viera los juegos de la misma manera que se hacía en Roma.
Construyó un gran palacio al lado de dicho hipódromo y lo conectó con la logia del
hipódromo mediante una escalera. También construyó un gran foro y dispuso una alta
columna de piedra morada tebana digna de admiración. En la cima de la columna colocó
una estatua grande de su efigie con rayos en su cabeza que había traído desde Frigia. El
mismo emperador Constantino trasladó desde Roma la estatua del llamado Paladio
[estatua de madera de Atenea] para colocarla en el foro acabado de construir: esto se
sabe gracias a algunos ciudadanos de Bizancio que conocían esta noticia gracias a una
tradición oral. Él también ofreció un sacrificio sangriento a la ciudad que él había
renovado”.

Introducción:
En este fragmento del Chronicon Pascale o Constantinopolitanum, crónica del siglo VII que
narra la historia del cristianismo desde sus orígenes hasta el siglo VIII. Escrito por un autor
griego, se comenta la construcción de Constantinopla, situada a ambos lados del estrecho del
Bósforo y en origen la ciudad griega llamada Bizancio, por parte del emperador Constantino I
sobre el 330 en adelante.
Cuerpo:
Se inicia con el traslado de Constantino desde Roma, por temor de éste ante la preocupación
de las élites políticas tras declararse el Cristianismo como religión lícita, y explica que
Constantino hizo renovaciones y reformas en la ciudad ampliando su territorio unas diez veces
y manteniendo una gran tensión entre valores cristianos y valores clásicos. Entre las
renovaciones podemos destacar la del hipódromo, edificio de forma oval donde se realizaban
las carreras de caballos, el cual tiene varias partes: a) la cávea, el sitio donde se sentaba el
público para ver el espectáculo; b) la arena; y c) la Spina central, donde los emperadores
situaban columnas y estatuas de bronce; y el foro de planta circular, en cuyo centro se levantó
una estatua del mismo Constantino como del mismo Apolo, dios del sol, se tratara. Todas estas
renovaciones las podemos saber por tradiciones orales, en este caso por ciudadanos de la
misma ciudad que conocían la noticia.
Conclusión:

En resumen, en Constantinopla hay una pervivencia de los valores clásicos, gracias a la

construcción de estatuas y columnas conmemorativas, y una tensión entre los valores
cristianos y clásicos.