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Estudiantes:
Análisis de la Arquitectura
Profesor:
José Acosta Bethancourt
Fecha de entrega:
Jueves 6 de mayo, 2021
▪ Memoria de dibujos y descripción
Estatua de San Longino
Esta estatua del Apóstol Pedro es considerada por muchos como milagrosa, por lo
que millones de fieles que visitan la basílica se acercan a la estatua y tocan o besan
el pie de San Pedro para poder ser concedidos con un favor o milagro, es por esta
razón que la estatua perdió con los años uno de sus pies, específicamente el
derecho el cual fue reemplazado por un pie nuevo, aunque este es liso y tiene más
apariencia de zapato.
Durante la fiesta de los Santos Pedro y Pablo, la estatua se cubre con vestimenta
papal para enfatizar el profundo vínculo entre el apóstol y la iglesia.
La estatua ya estaba presente desde el siglo XIII en la basílica medieval de San
Pedro y es atribuida a Arnolfo di Cambio como su escultor.
La piedad
Miguel Ángel realiza una Piedad plasmando armonía, belleza y equilibro, dejando a
un lado el excesivo dolor. Creada en mármol de Carrara y localizada en la capilla
del Crucifijo de la Basílica de San Pedro. Vemos al contemplarla el idealismo
renacentista que hace que la belleza predomine sobre el sufrimiento.
Sección de la necrópolis y localización de la Tumba de San Pedro.
Ciborio o baldaquino monumental, obra del italiano Gian Lorenzo Bernini, en cuatro
columnas culminadas en dosel; forjado en bronce macizo negro y sobredorado, de
estilo barroco, se emplaza en el centro del crucero de la Basílica de San Pedro de
la Ciudad del Vaticano, directamente bajo la cúpula. El colosal elemento diseñado
y ejecutado por Bernini, combina elementos escultóricos y arquitectónicos y cubre
el altar mayor de la basílica, que a su vez se sitúa sobre la cripta en que se halla la
tumba del apóstol San Pedro.
El proyecto de Bramante
Bramante concibe la obra con planta de cruz griega con cúpula. Se trata de un plan
bizantino, basado en la acción de los empujes laterales y en la ligereza de la fábrica.
La cúpula era la clave de la construcción. Debía elevarse sobre cuatro grandes
pilares que se comenzaron a edificar en tiempos de Bramante. Por eso, aun cuando
la obra sufriera modificaciones y fuera realizada por otros maestros, la idea principal
de San Pedro corresponde a Bramante. Viéndose morir, encomienda la
continuación de la obra a Rafael de Sanzio, el gran pintor, quien quiere cambiar la
planta de cruz griega por la cruz latina.
Fachada de la basílica de San Pedro
Fue construida por el arquitecto Carlo Maderno, entre 1607 y 1614. Se articula por
medio de la utilización de columnas de orden gigante que enmarcan la entrada y el
«Balcón de las bendiciones», lugar desde donde se anuncia a los fieles la elección
del nuevo papa, y desde donde este imparte la bendición ´´Urbi et Orbi´´. Tras el
balcón se encuentra un gran salón, usado por el papa para audiencias y otros actos,
llamado ´´Aula de las bendiciones´´. En el entablamento, situado debajo del frontón
central, se encuentra grabada la inscripción:
IN HONOREM PRINCIPIS APOST PAVLVS V BVRGHESIVS ROMANVS PONT
MAX AN MDCXII PONT VII
En honor del Príncipe de los Apóstoles, Paulo V Borghese Romano Pontífice
Máximo año 1612 año séptimo de su pontificado.
La plaza de San Pedro
Esta majestuosa construcción reconocida por sus detalles hermosos, por ser una
de las obras más grandes del mundo, también es una de las mayores entre las
basílicas papales.
El Gran Constantino en el año 326 d.C. edificó en este lugar una basílica dividida
en cinco naves por cuatro filas de columnas, pudiéndose admirar de esta forma
hasta el siglo XV. Sucesivas restauraciones fueron precisas, hasta que Nicolás V
imaginó levantar en honor del fundador de la Iglesia un templo que por su esplendor
y su magnificencia llegase a borrar de la imaginación de los hombres la legendaria
pompa del Templo de Salomón.
A reconstrucción de la basílica de San Pedro en Roma (1506- 1626) fue uno de los
proyectos más ambiciosos del siglo XVI. La antigua basílica, demolida para edificar
la nueva, llevaba en pie más de 1,100 años y había sido construida por el emperador
Constantino en el siglo IV. La iniciativa de la reconstrucción partió del Papa Julio II
(1443-1513) y participaron los mejores arquitectos del Cinquecento, como
Bramante, Rafaello, Sangalio y Migue Ángel, y ya en el barroco, Bernini.
Por tantos años de construcción se le pone el concepto de operación de proyecto
por tanto años que tuvo en desarrollo para que este proyecto fuese lo que es hoy
en día, una obra completa con armonía, esteticidad visual y gran complejidad.
La cautivación de los sentidos, especialmente el de la visión, reclama en la obra una
cierta definición arquitectónica tanto en el interior como en el exterior (la
construcción como una tensión constante entre interioridad y extensión)
La definición arquitectónica alude a la construcción de los en-marques, haciendo
evidente la tensión entre lo oculto de la tumba de San Pedro y lo oculto de la cúpula
en su interior y que es lo que resume y encarna el baldaquino.
Para resumir, podemos establecer la siguiente relación:
Los volúmenes, en tanto que unidades independientes dan pie a entender el total
de la obra como anatomía útil, apoyándonos en uno de los aspectos con que Vitruvio
caracterizaba la arquitectura: la utilitas.
El conflicto entre horizontales y verticales planteado por Miguel Angel, dan cuenta
de una potencia constructiva que podemos asociar a la firmita vitruviana.
El largo e intermitente progreso de su construcción ilustra el curso cambiante del
arte del Alto Renacimiento hacia una ruptura con el precedente estricto y antiguo de
las tendencias eclécticas más libres del manierismo y, en última instancia, del
barroco.
El arte, la grandeza arquitectónica y la mera masa de la Basílica de San Pedro
reafirmaron el estatus de Roma como el hogar espiritual, si no temporal, del
cristianismo.
Importancia de la obra para la Arquitectura – Marimar Madrid