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Matricula: 2018-0117
Asignatura: Derecho Internacional
Privado
Facilitadora: Santa Kenia Pérez Feliz
Resumen.
Denuncia por denegación de los derechos a la nacionalidad y a la educación a
niñas de ascendencia haitiana nacidas en República Dominicana. Derecho a la
nacionalidad como vía para el reconocimiento de derechos civiles y políticos.
Obligación de no discriminación en el otorgamiento de la nacionalidad. Medidas
cautelares para prevenir su expulsión del país y garantizar el derecho a la
educación a la niña en edad escolar.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recibió una petición
en favor de las niñas Dilcia Yean y Violeta Bosico contra la República
Dominicana por haber negado la nacionalidad a las niñas a pesar de haber
nacido en ese territorio. Los peticionarios señalaron que debido a la falta de
reconocimiento de la nacionalidad, las niñas estaban expuestas al peligro
inminente de ser expulsadas del país y que no podían ingresar a la escuela por
carecer de un documento de identificación. La CIDH adoptó medidas
cautelares para evitar la expulsión y garantizar que Bosico pudiera continuar
con sus estudios. La CIDH sometió el caso ante la Corte Interamericana quien
entendió que el Estado Dominicano violó los derechos a la adopción de
medidas de protección, a la igualdad y no discriminación, a la nacionalidad, a la
personalidad jurídica y al nombre de las niñas al negarse a emitir los
certificados de nacimiento e impedirles el ejercicio de derechos de ciudadanía
debido a su ascendencia. La Corte reconoció que el derecho a la nacionalidad
era la vía para el ejercicio del resto de los derechos y que negar a los niños/as
el certificado de nacimiento significaba negarles su membresía a una
comunidad política. En consecuencia, requirió del Estado la adopción de
medidas para revertir la situación de discriminación histórica en sus sistemas
de registro de nacimientos y su sistema educativo y, en particular, la adopción
de un procedimiento sencillo, accesible y razonable, para que los niños
dominicanos de ascendencia haitiana obtengan su certificado de nacimiento.
Por último, la Corte le exigió al Estado que garantice el acceso a la educación
primaria y gratuita a todos los niños, independientemente de su ascendencia u
origen. La Corte consideró que esta obligación se deriva de la especial
protección que se les debe brindar.
La Corte IDH resolvió supervisar el cumplimiento de esta sentencia. Dentro del
plazo de un año, contado a partir de la notificación de la sentencia, el Estado
deberá rendir a la Corte un informe sobre las medidas adoptadas para darle
cumplimiento.
Análisis.
La inmigración de indocumentados haitianos a República Dominicana es
producto de una confluencia compleja de causas económicas, sociales e
históricas. Que a su vez ha traído como consecuencias el nacimiento de
decenas de miles de dominicanos descendientes de estos inmigrantes, lo cual
ha causado un debate sobre las consecuencias jurídicas del ius soli.
La discusión dio un giro decisivo luego de esta sentencia del Tribunal
Constitucional dominicano, que aplicó una interpretación restrictiva del ius soli,
excluyendo de la nacionalidad dominicana a los hijos de haitianos que no
tenían residencia legal en el país.
El fallo ha sido el punto de partida para la aplicación de un plan de
regularización de extranjeros indocumentados y, además, para la protección
incompleta de los derechos de los afectados por la sentencia, pero no puede
afirmarse que la discusión jurídica haya terminado. Entre otras razones, porque
las consecuencias de la TC/0168/13 desbordan ya el ámbito interno y dada la
forma en que se produjo el desconocimiento de la competencia de la Corte IDH
en esta sentencia han creado un potencial conflicto con el Sistema
Interamericano de Derechos Humanos. Esta última decisión amplía el margen
de acción del Estado dominicano en el ámbito interno, pero puede complicarle
las cosas en el ámbito internacional.
Finalmente, el caso de la sentencia es un claro ejemplo de las consecuencias
negativas que pueden traer las soluciones pretendidamente simples a
problemas complejos. El TC intentó resolver por medio de un fíat judicial una
situación que requiere de otros abordajes. Fue necesario el esfuerzo de los
demás poderes públicos, incluyendo una ley que reconoce la nacionalidad de
los afectados por la sentencia que ya habían obtenido su acta de nacimiento,
para evitar las peores consecuencias de la decisión del TC.
A manera de conclusión, puedo decir que este caso representa un valioso
precedente en materia de derechos sociales: por un lado, se reconoce el valor
fundamental del derecho a la nacionalidad como instrumento para el
reconocimiento del resto de los derechos; por otro, es uno de los primeros
casos en que se exponen violaciones al derecho a la educación y la Corte
ordena garantizar su ejercicio, independientemente de la ascendencia del
niño/a. También representa un llamado de atención al Estado dominicano para
que remedie la situación generalizada de vulneración de los derechos de miles
de niños y niñas de ascendencia haitiana en su territorio.