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Participante: Dayra Mercedes Pérez

Matricula: 2018-0117
Asignatura: Derecho Internacional Publico
Facilitadora: Santa Kenia Pérez Feliz.

DEFINICIÓN DE CONCEPTOS

Principio de no intervención:
Es la doctrina en política exterior que indica la obligación de los Estados de
abstenerse a intervenir, ya sea directa o indirectamente, en los asuntos
internos de otro Estado con la intención de afectar su voluntad y obtener su
subordinación. Se deriva de un principio del derecho internacional público,
el principio de no intervención que establece la independencia de las naciones
y el derecho de autodeterminación de los pueblos. Este principio de no
intervención prácticamente equivale al de no injerencia en los asuntos internos
de otro país.
Principio de legalidad:
Se conoce como la prevalencia de la ley sobre cualquier actividad o función del
poder público. Esto quiere decir que todo aquello que emane del Estado debe
estar regido por la ley, y nunca por la voluntad de los individuos.
Un gobernante, de este modo, no puede actuar de manera contraria a lo
establecido por la Constitución, que recopila las normas esenciales del Estado.
De acuerdo al principio de legalidad, no alcanza con que el gobernante en
cuestión haya sido elegido para ocupar su cargo por la votación popular ni que,
al ganar una elección, haya sido investido como mandatario: todas sus
medidas de gobierno deben ser sometidas a la ley.
Cuando un Estado respeta el principio de legalidad, puede ser calificado como
un Estado de Derecho. El accionar estatal, en estos casos, encuentra su límite
en la Constitución y no avasalla los derechos de ningún ciudadano.
Principio de territorialidad:
Es la base fundamental para el ejercicio de la competencia, la cual implica
una soberanía exclusiva y plena, protección de límites por parte de otros
Estados que deben abstenerse a cualquier acción de poder en su territorio.
Para que un Estado pueda ejercer competencias externas de su territorio se
requieren títulos habilitadores tal como el principio de personalidad, el principio
de universalidad y el principio de protección. El Estado manifiesta su soberanía,
entre otros aspectos, en la fuerza con que impone sus reglas penales y ejerce
la jurisdicción de sus tribunales sobre los delitos cometidos dentro de su
territorio, con la exclusión de leyes extranjeras. El principio de territorialidad
domina en las legislaciones represivas y consiste en aplicar las disposiciones
penales del Estado a los delitos cometidos en su territorio, independientemente
de la nacionalidad del individuo activo de la infracción o de la naturaleza del
bien jurídico lesionado. Sin embargo, dicho principio se aplica en forma
absoluta.
Aguas territoriales:
Las que bañan las costas de un Estado y están sometidas a su soberanía* por
no constituir mar libre para el Derecho Internacional. 
Máximo ámbito especial marítimo en el cual el Estado ribereño ejerce
sus competencias territoriales sin distinguir que sean exclusivas o
concurrentes, plenas o fragmentarias; es decir, con esta expresión se designa
el conjunto de las aguas interiores, del mar territorial, de la zona contigua y,
recientemente, de la zona económica exclusiva.

Políticas publica:
Se pueden entender como el ámbito privilegiado de realización del “pacto”
entre Estado y sociedad. Un nuevo papel del Estado, en el sentido de hacerlo
más ágil y organizador. Aquí podemos rescatar el sentido participación entre
estos dos actores, pero el objetivo final de beneficio a la sociedad es como lo
veremos más adelante un punto que muchas veces queda olvidado, de aquí el
fracaso de muchas Políticas Públicas. 
Cabe resaltar que no todo es asunto público y de lo público no todo se
convierte en política y, actualmente asuntos públicos están siendo atendidos
solamente y únicamente por el gobierno.
Las Políticas Públicas son “el conjunto de actividades de las instituciones de
gobierno, actuando directamente o a través de agentes, y que van dirigidas a
tener una influencia determinada sobre la vida de los ciudadanos”. Pallares
señala: las Políticas Públicas deben ser consideradas como un “procesos
decisional”, un conjunto de decisiones que se llevan a cabo a lo largo de un
plazo de tiempo. Pallares, al  mencionar esa  persuasión sobre la población no
comenta si es de índole positiva o negativa, pero podemos decir que en
ocasiones el bienestar se ve cuestionado en una política restrictiva o de
imposición  fiscal por ejemplo, logrando ciertamente esa modificación
conductual. Aunque la mayoría de las Políticas Públicas tienen un impacto
directo en el bienestar de la población.
Lo que genera profundo interés en el estudio de la materia que estamos
tratando es al generarse una propuesta, inmediatamente surgen los actores
integrantes, donde unos apoyan y otros se oponen; de esta manera surge la
necesidad de negociar y realizar acuerdos.
Las Políticas Públicas tienen que ver con el acceso de las personas a bienes y
servicios. Consisten, precisamente, de reglas y acciones que tienen como
objetivo resolver y dar respuestas a la multiplicidad de necesidades, intereses y
preferencias de grupos y personas que integran una sociedad. Esto es lo que
generalmente se conoce como “agregar demandas”, de forma tal que al final,
las soluciones encontradas permitan que personas y grupos coexistan a pesar
de sus diferencias.
Política exterior:
Es una dimensión de la política que se extiende más allá de los límites del
propio Estado, siguiendo una línea de acción, que permita la coherencia entre
todos las decisiones que se tomen y las conductas asumidas, con el fin
perseguido; diseñada por órganos competentes, salvaguardando
la soberanía de cada Estado, y tratando de obtener el mayor provecho posible.
Toda relación internacional tiene explícita o implícitamente un elemento
político, y entraría en lo que llamamos política exterior, pero además
comprende la articulación de las relaciones internaciones en sistemas políticos,
con influencia mundial, que es objeto de la política internacional.
Si bien el actor de la política exterior es el estado, quien tomará las decisiones
libremente, con oportunidad y prudencia, en base a las necesidades internas y
externas, tratando de evitar responder a los intereses de los países más
poderosos, a través de los órganos de gobierno, en general integrantes
del Poder ejecutivo, a través de alguno de sus ministerios, el instrumento que
sirve para la ejecución de la política exterior es la diplomacia, nacida con otros
instrumentos, como los ejércitos, las leyes, los impuestos y la burocracia con la
aparición de los estados modernos, para evitar las guerras y solucionar los
conflictos internacionales pacíficamente, aunque la política exterior es una
actividad que aparece junto con los rimeros Estados de la Edad Antigua, que
de uno u otro modo debieron relacionarse entre sí (para comerciar o hacer la
guerra, sobre todo).
Derecho punitivo:
Ius puniendi es una expresión jurídica latina utilizada para referirse a la
facultad sancionadora del Estado. Se traduce literalmente como derecho a
penar o derecho a sancionar.
La expresión se utiliza siempre en referencia al Estado frente a los ciudadanos.
Por ello, si bien puede ocurrir que otros organismos o instituciones, o en otras
situaciones, estén legitimados para castigar o sancionar (empleador y
empleado, o padre e hijo), el ius puniendi no es aplicable a estas.
En el Estado actual, que es normalmente democrático y de derecho el ius
puniendi será la potestad o poder atribuida a determinados órganos del Estado
para imponer penas, sanciones y medidas de seguridad a quienes después de
un proceso, también contemplado en la ley, los establezca como responsable
de los delitos y estados peligrosos.
A estas personas, una vez juzgadas, se les van a aplicar penas, sanciones y
medidas de seguridad, siempre previstas en la ley (tipificadas) si se les
considera culpables.

REFLEXION.
El principio de no intervención sigue siendo una realidad en la comunidad
internacional, generando conflictos internos e internacionales de los Estados y
en muchos casos con graves consecuencias para la población. Ante eso, el
derecho se ha ocupado de la situación con la finalidad de garantizar la paz,
seguridad, libertad y justicia en el mundo. Esto significa, desde un punto de
vista jurídico, que tiene un estrecho vínculo con los principios de igualdad
soberana de los Estados y de autodeterminación de los pueblos.

La injerencia en los asuntos internos de un Estado tradicionalmente se


entiende como perjudicial, ya que puede desestabilizar el orden de los países y
avivar las luchas propias o civiles. Por tanto, el principio de no intervención, de
conformidad al Derecho Internacional actual, puede entenderse como la
prohibición a cada Estado, grupo de Estados y organizaciones internacionales,
de ejecutar o amenazar con la ejecución de actos para forzar la voluntad
soberana de otro Estado, en particular a asuntos de carácter político,
económico, social y cultural, sea cual fueren el motivo y los medios empleados.
En último caso, si en el Estado a intervenir se está cometiendo
genocidio, crímenes de guerra, depuración étnica y/o crímenes de damnificada
humanidad, y si dicho Estado no protege a su población civil, en la medida que
se cumplan los requisitos exigidos por el Derecho Internacional, la comunidad
mundial debe intervenir con el solo objeto de proteger a la población civil.

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