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Desnutrición, ayuno y

cicatrización
Materia: Terapia Nutricional Total
Bernal Edgar Maestro: Eduardo Alfonso Millan Tapia
Rodríguez Alberto Universidad: U.A.N.E
Semestre: 8°
Fecha: 24/01/2023
Fisiopatología de la desnutrición
Debido a que la nutrición es una necesidad que concierne a los seres vivos, es lógico
pensar que los problemas de exceso o deficiencia de nutrimentos han acompañado al
hombre en su proceso evolutivo.

Hoy existen acuerdos para deinir de forma precisa y acertada


los tipos de desnutrición y su correspondiente código. Para ello
es importante conocer la clasiicación de la desnutrición, según
las deiniciones planteadas en la Clasiicación Internacional de
Enfermedades-10a. revisión Modiicación Clínica (CIE-10-MC-
2007) o ICD-10 (siglas en inglés para International Statistical
Classiication of Diseases and Related Health Problems.
Marasmo
Desnutrición crónica provocada por falta o pérdida
prolongada de energía y nutrimentos. Se produce
una disminución de peso importante que se
caracteriza por pérdida de tejido adiposo, en
menor cuantía, de masa muscular y sin alteración
significativa de las proteínas viscerales ni edemas.
Los parámetros antropométricos están alterados, en
tanto los valores de albúmina y de proteínas
plasmáticas suelen ser normales o ligeramente
bajos.
Desnutrición proteica o predominantemente
proteica (kwashiorkor)
En los países desarrollados, esta condición está asimilada
al concepto de desnutrición aguda por estrés que aparece
cuando existe disminución del aporte proteico o aumento
de los requerimientos en infecciones graves,
politraumatismos y cirugía mayor. El panículo adiposo está
preservado, siendo la pérdida fundamentalmente proteica,
sobre todo visceral. Los parámetros antropométricos
pueden estar en los límites normales con proteínas
viscerales bajas.
Desnutrición mixta
Desnutrición proteico-calórica grave o
kwashiorkor-marasmático, que mezcla las
características de los dos cuadros anteriores:
disminuyen las masas magra y grasa, así como
las proteínas viscerales. Aparece en individuos
con desnutrición crónica previa tipo marasmo
(generalmente por enfermedad crónica) que
presentan algún tipo de proceso agudo
productor de estrés (cirugía, infecciones). Es la
forma más frecuente en el medio hospitalario.
Se puede evaluar la gravedad del componente
más afectado, ya sea el predominio calórico o
proteico.
Nutrición e
inflamación
La malnutrición tiene efectos adversos
importantes y medibles
en el campo clínico. La depleción de la
masa celular corporal
es resultado de la disminución de la
ingesta y la asimilación de
energía o proteína, o ambas. La
inflamación también promueve
el catabolismo músculo esquelético que
es mediado, al menos en
parte, por las citocinas
Ayuno
Estudios demuestran un aumento en la sensibilidad corporal a
la insulina tras dos semanas de ayuno intermitente,18 por lo que
resulta de interés como una herramienta en la resistencia a la
insulina. Soeters y colaboradores evaluaron los efectos en el
ayuno intermitente, y no encontraron diferencia en la composición
corporal, en la captación periférica de glucosa ni en la sensibilidad
hepática a la insulina, entre grupos con ayuno intermitente
y aquellos con dieta estándar. Asimismo, la lipólisis y proteólisis
no fueron diferentes entre ambos grupos y no tuvieron efecto
en la fosforilación de la proteínicas. Sin embargo, el ayuno
intermitente afecta las vías de señalización muscular que pueden
ser benéficas en el almacenamiento de glucógeno (glucógeno
sintetasa) y disminuye el gasto energético en reposo.
Desnutrición hospitalaria
La desnutrición continúa siendo la causa más
frecuente de aumento de la morbimortalidad y uno de
los principales problemas de salud en todo el mundo,
que afecta de forma muy especial aun colectivo
concreto como es el de los pacientes hospitalizados,
donde son comunes la incapacidad de ingesta y la
enfermedad, que toman entidad propia bajo la
denominación “desnutrición hospitalaria”. A
comienzos de 1974, Charles Butterworth publicó el
artículo “El esqueleto en el armario del hospital”, a
partir del cual saltó a la consideración de la población
médica mundial el problema de la desnutrición que
se produce en las propias instituciones hospitalarias,
también conocido como desnutrición yatrogénica
Fisiopatología del ayuno
La interrupción completa en la ingesta de alimentos y
la imposibilidad de consumir la energía, las proteínas y
todos los elementos necesarios para satisfacer los
requerimientos corporales constituyen una amenaza a
la supervivencia que exige la utilización de las
reservas almacenadas. El interés en el conocimiento
profundo de la respuesta orgánica al ayuno data del
siglo pasado y culminó en 1970 con los trabajos del
doctor Cahill Jr., cuando describió el daño fisiológico y
metabólico, así como los mecanismos de adaptación
en el metabolismo de las grasas, los carbohidratos y
las proteínas durante el ayuno del humano. Estos
cambios de adaptación tienen un alto costo energético
porque modifican las vías habituales de obtención de
la energía que son más eficaces, con un gasto calórico
menor e imponen la reducción del metabolismo.
Requerimientos normales
A fin de conservar las necesidades metabólicas basales en reposo y ayuno, un
adulto sano de 70 kg requiere diariamente, en promedio, 25 kcal/kg que obtiene
de los carbohidratos, grasas y proteínas. Utiliza 180 g de glucosa a in de apoyar el
metabolismo de las células glucolíticas obligadas como: neuronas, leucocitos,
eritrocitos y la médula renal.

El peso del cerebro sólo constituye 2% del peso corporal y recibe 15% del gasto
cardiaco en reposo (750 ml/min); sin embargo, consume 20% del oxígeno, el total
de la producción hepática de glucosa durante el ayuno, y 25% del metabolismo
basal, por lo que depende de la fosforilación oxidativa de la glucosa para la
producción
Ayuno de corta duración
(menor a 5 días)
Los niveles de glucosa circulante declinan dentro de las primeras 24
a 72 horas de ayuno, a la vez que disminuye la insulina
circulante y se incrementa el glucagón, alterando a su favor la
relación molar insulina/glucagón. Para el mantenimiento de los
niveles séricos constantes de glucosa se cataboliza el glucógeno
hepático, ya que el glucógeno muscular sólo proporciona glucosa
para los miocitos debido a la falta de glucosa-6-fosfatasa y
transportadores Glut-2. El uso del glucógeno también está mediado
por la noradrenalina, la vasopresina y la angiotensina II.
Los depósitos de glucógeno hepático se agotan después de 72
horas, y la síntesis de glucosa proviene de la gluconeogénesis
desencadenada por la disminución de los hidratos de carbono
a nivel celular y la hipoglucemia, fenómenos que estimulan a
la adenohipófisis para aumentar la secreción de corticotropina
que, a su vez, eleva los glucocorticoides, en especial el cortisol.
Ayuno prolongado o
adaptado (mayor a 7 días)
Contrario a la anterior, ésta es una fase economizadora de proteínas. La
persistencia de la deprivación en la ingesta y la acción
de las hormonas contrarreguladoras, desvía la economía energética a favor
de la utilización de las grasas y, por tanto, preserva la
masa magra y prolonga la supervivencia. Gradualmente la gluconeogénesis
se reduce de las proteínas corporales y la pérdida
de la masa corporal. El factor más importante en la reducción de
las necesidades de glucosa es la disminución de los requerimientos
cerebrales de glucosa, a causa de que este órgano utiliza cuerpos cetónicos
para la producción de una gran parte de su ATP.
La grasa constituye la mayor parte de las calorías disponibles
porque la reserva grasa promedio es 60 veces el almacén de glucógeno
hepático. Su duración es variable, en promedio, de 20 a
40 días
Fisiopatología
El deterioro inducido por el ayuno se acentúa cuando ocurre en
sujetos con desnutrición o bajo estrés, en quienes los efectos nocivos de
la supresión de la ingesta energética no pueden ser contrarrestados con
eficacia mediante la utilización de las reservas
endógenas, dando lugar en un corto plazo al consumo de proteínas
estructurales como fuente de energía. En esta condición es
más sencilla la presentación de los síndromes de desnutrición y
sus complicaciones. En la actualidad, la desnutrición hospitalaria
continúa con la misma prevalencia que hace más de 30 años y, en
general, es consecuencia de algunos factores de riesgo en los cuales
la enfermedad, per se, es la más importante. Otros factores son el
ayuno o la ingesta insuficiente para los requerimientos que demanda la
enfermedad, la edad, factores socioeconómicos y la estancia
hospitalaria. Lo más importante es considerar que todos esos factores de
riesgo se pueden identificar y manipular si se aplican herramientas de
tamizaje en el momento del ingreso al hospital.
Nutrición y
VITAMIN k
cicatrización
Según su estado nutricional, los pacientes con heridas pueden clasificarse en tres categorías:

I. Los que están bien nutridos y pueden seguir comiendo


cuando sufren la lesión.
II. Aquellos que están bien nutridos al sufrir la lesión, pero
luego no pueden comer de manera adecuada, lo que les
ocasiona déficit de nutrimentos.
III. Los que padecían desnutrición al momento de lesionarse y
no pueden alimentarse de manera adecuada. En este grupo, la desnutrición es pasada por alto
porque muchos clínicos consideran que “sólo se trata del aspecto del paciente”,
cuando éste ha sufrido enfermedad crónica o es de edad
avanzada. Otra decisión que obstaculiza la administración
de niveles adecuados de complementos alimenticios es la
observación mal orientada de que “el paciente come”. En
consecuencia continúa el incremento del déficit de micronutrimentos, sobre todo de los que no
son almacenados,
como sucede con las vitaminas hidrosolubles.
Clasificación nutricional de las heridas
Grupo I: sin deficiencias nutricionales

Se espera la recuperación de los pacientes que, al momento de


herirse, no padecían desnutrición y luego pueden continuar
con el consumo de alimentos por la boca. En este caso no están
indicados los complementos de micronutrimentos, a menos
que surja alguna complicación que impida la nutrición oral
durante un periodo largo y, que debido a ello, el paciente pasará
al grupo II
Grupo II: con deficiencias nutricionales
Este grupo abarca la mayoría de los pacientes que requiere
apoyo nutricional, enteral o parenteral. Algunos estaban bien
nutridos al sufrir la lesión, pero el traumatismo afectó su capacidad de alimentarse. Este problema da
lugar a déficit nutricional, tanto de micronutrimentos como de micronutrimentos.
Sin embargo, primero se manifiestan los signos de desnutrición
proteica y calórica, que son visibles; por ejemplo, pérdida de
peso y cambios en los valores de proteínas viscerales medidos
en el laboratorio. Para estos casos, en las valoraciones nutricionales tradicionales se diagnostica
marasmo o kwashiorkor.

Así, se mantiene el interés central en los micronutrimentos y


el balance positivo de nitrógeno. No obstante, es probable que
se vayan acumulando déficit de micronutrimentos y, si no se
administran los complementos adecuados, se desarrollarán deficiencias del sistema inmunitario, retardo
de la cicatrización, etc. Por tanto, en necesario realizar exámenes sistemáticos a los
pacientes, en busca de signos bucales o cutáneos de déficit de
micronutrimentos.
Cicatrización de heridas crónicas
Con las heridas crónicas hay pérdida de tejido y se presentan
zonas de cicatrización, junto con depósito de tejido de granulación
y autólisis.

Esto sucede de manera característica, en el centro,


el borde y la neocicatriz. En todo momento se realizan fagocitosis,
epitelización, angiogénesis, síntesis de matriz, contracción y
remodelación. Las citocinas actúan en múltiples tipos de células,
las cuales se organizan para llenar el defecto de la herida,
contraer el perímetro y epitelizar la superficie.
Los pacientes con úlceras por presión u otra herida crónica, sufren
desnutrición, por lo que, además de administrar micronutrimentos
para lograr un balance positivo de nitrógeno, debe
atenderse el déficit de micronutrimentos. Como se mencionó
a lo largo de este capítulo, el diagnóstico junto al lecho del
paciente debe enfocarse en valorar los micronutrimentos de mayor
importancia. Cuando se satisfacen todas las demandas de
micronutrimentos, micronutrimentos y tratamiento local, las
heridas crónicas empezarán a mostrar signos de cicatrización en
menos de una semana.
Gracias

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