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UNIVERSIDAD NACIONAL DE PIURA

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA PROFESIONAL DE MEDICINA HUMANA

“AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

SEMINARIO N°2:

“Indicadores bioquímicos de la desnutrición, casos desnutrición aguda,


indicadores de evaluación, transferrina, osteocalcina, osteopontina,
prealbúmina”

CURSO:

Estructura y función celular y tisular II

DOCENTE:

Dr. Luis rueda avalos

ALUMNO:

Torres Ramos Gustavo Jhanpiere

CICLO:

III Ciclo

GRUPO 12

PIURA - 2023
1. INTRODUCCIÓN

La desnutrición se caracteriza por la pérdida anormal de peso del organismo, desde la más ligera
hasta la más grave, sin prejuzgar en sí, de lo avanzado del mal, pues generalmente se llama
desnutrido a un niño que ha perdido el 15% de su peso, que al que ha perdido 60% o más,
relacionando estos datos siempre al peso que le corresponde tener para una edad determinada,
según las constantes conocidas. Para evaluar esta enferemedad se trabaja con una serie de
datos clínicos que no ayuden a determinar un buen diagnóstico en el paciente, por ejemplo el
valor de la prealbúmina se considera un estándar de oro para diagnosticar, clasificar, analizar y
monitorizar el estado nutricional del paciente ingresado. Esta proteína funcional sirve para hacer
diagnóstico precoz y junto a otros indicadores bioquímicos séricos y urinarios como la proteína C
reactiva (PCR), albúmina, recuento total de linfocitos, y nitrógeno ureico en orina de 24 horas,
permite determinar la presencia de inflamación aguda o crónica, lo que ayuda a definir
diagnósticos nutricionales más precisos, así como evaluar la respuesta a una intervención
terapéutica. La medición de la prealbúmina de forma seriada en el paciente desnutrido permitirá
la elaboración de estrategias futuras para el diagnóstico y seguimiento de la desnutrición, la
definición de una herramienta de acciones, y una mejor explotación de los medios diagnósticos.
2. OBJETIVOS

● Reconocer los principales indicadores bioquímicos usados para evaluar la desnutrición


aguda y sus valores, si este es normal o patológico, interpretar su variabilidad en
relación con el estado metabólico del individuo.

● Explicar la influencia de la desnutrición aguda en el funcionamiento de nuestros


sistemas y órganos.

● Conocer la importancia y funcionamiento de las hormonas catabólicas y anabólicas en


el estrés agudo.

3. CUESTIONARIO

1. ¿Cuál es el Impacto de la desnutrición en la capacidad funcional de sistemas y órganos?

Los efectos de la desnutrición sobre los diferentes órganos y sistemas son múltiples y variados.
Es conocido que órganos como el corazón y el hígado pueden perder hasta un 30% de su peso
habitual y aunque en menor intensidad los demás órganos como los riñones, páncreas, bazo
también reducen su tamaño. A nivel funcional también la desnutrición actúa sobre los diferentes
sistemas del organismo:

Sistema cardiovascular:

La desnutrición provoca una pérdida en la masa muscular cardiaca, en especial de la masa del
ventrículo izquierdo, da lugar a una reducción del gasto cardíaco, bradicardia e hipotensión. La
reducción del músculo cardíaco es proporcional a la pérdida de peso corporal. En casos de
desnutrición avanzada se observa una disminución del número de miofibrillas y edema intersticial,
y en fases terminales pueden aparecer zonas de necrosis e infiltrado inflamatorio. Se reduce la
capacidad de respuesta al ejercicio y en sujetos muy depleccionados pueden presentar
insuficiencia circulatoria periférica. Déficits específicos como el déficit de tiamina pueden causar
insuficiencia cardiaca, y algunas alteraciones hidroelectrolíticas pueden desencadenar
alteraciones del ritmo cardíaco o fallo cardíaco que puede ser la causa final del fallecimiento en
pacientes con desnutrición severa. La depleción de la reserva grasa puede ocasionar una
fragmentación de las miofibrillas del músculo cardíaco lo cual podría desencadenar insuficiencia
cardiaca y arritmias.

Función renal:

La desnutrición condiciona una reducción del flujo plasmático renal y del filtrado glomerular. La
capacidad de excretar sal y agua está disminuida y hay un aumento del líquido extracelular, hay
una mayor proporción de agua en la composición corporal, lo que se manifiesta con la aparición
de edemas.

Función respiratoria:

La depleción proteica afecta a la estructura y función de la musculatura respiratoria dando lugar a


una reducción de la masa muscular diafragmática y de la fuerza de la musculatura inspiratoria y
espiratoria. Los pacientes presentarán una disminución de la capacidad vital además de un
incremento en la resistencia de la musculatura respiratoria y del volumen residual. El número de
macrófagos alveolares disminuye, lo que provoca una mayor susceptibilidad a la agresión y una
menor capacidad reparadora pulmonar. Los niveles de surfactante alveolar se encuentran
disminuidos, por lo que aumenta de forma secundaria el trabajo respiratorio. La disminución de
defensas frente a la agresión bacteriana favorece la contaminación traqueobronquial del paciente
desnutrido. La reducción de los volúmenes ventilatorios tiene implicaciones en una menor fuerza
de la tos, que junto a la disminución en los mecanismos de defensa predispondrá a un retardo en
la recuperación en las infecciones respiratorias, una menor tolerancia y capacidad para el
ejercicio y un alargamiento del tiempo de ventilación mecánica.

Función muscular:

La pérdida de peso conlleva una pérdida de masa muscular con cambios funcionales: aumento
de la fatiga y reducción del índice de relajación máxima. Además de los cambios morfológicos
(atrofia parcial de las fibras musculares no aeróbicas tipo II) se especula que existen una serie de
cambios funcionales a nivel muscular como: alteración de las concentraciones intracelulares de
electrolitos, micronutrientes o compuestos ricos en energía (ATP), defectos en los canales de
calcio, en la bomba de Na/K, alteraciones del potencial de membrana, etc. La desnutrición
supone un descenso del nivel de actividad física que puede ser un mecanismo adaptativo de
ahorro de energía, pero puede tener un efecto indeseable al reducir la movilidad ya que puede
aumentar el riesgo de úlceras por presión, sobretodo en población anciana. La debilidad
muscular predispone a un aumento del riesgo de caídas que pueden tener un efecto deletéreo en
pacientes con enfermedad.

Estado mental y neurológico:

En estados de desnutrición puede aumentar los síntomas de depresión y ansiedad, relacionados


con déficits de micronutrientes, con posibilidad de recuperación con la renutrición. Algunos
déficits nutricionales específicos como el déficit de tiamina o de vitamina B12 pueden causar
alteraciones cognitivas como el síndrome de WernickeKorsakoff. También el déficit de
cobalaminas puede manifestarse con sintomatología neurológica como ataxia, espasticidad y
alteraciones sensitivas secundarias a mielopatía.

Aparato digestivo:

Las células del tubo digestivo, enterocitos y colonocitos tienen un recambio rápido que se
mantiene con la presencia de nutrientes en la luz intestinal. En la desnutrición, con la deprivación
de la ingesta hay un aumento de la permeabilidad intestinal por atrofia de las vellosidades, y una
alteración de la absorción de lípidos y de glucosa por alteración de las disacaridasas. Se produce
además una reducción en la producción de secreciones gástricas, pancreáticas y biliares, así
como cambios en la flora bacteriana intestinal lo cual contribuye también a la malabsorción,
manifestándose en forma de diarrea que puede empeorar la desnutrición

Sobre el hígado: la desnutrición provoca atrofia, hemosiderosis y vacuolización de los


hepatocitos. El metabolismo de los fármacos puede verse alterado. Los sistemas enzimáticos
relacionados con la neoglucogé- nesis aumentan, por el contrario, disminuyen la actividad de la
mayoría del resto de sistemas enzimáticos. Los cambios hormonales secundarios al ayuno
prolongado incrementan la producción de cuerpos cetónicos y aumentan la neoglucogénesis a
partir de aminoácidos, estando dificultada la movilización de los ácidos grasos libres, por lo que
se produce esteatosis hepática.

Termorregulación: la pérdida de peso, el ayuno y la desnutrición crónica altera la respuesta


termogé- nica al frío, reduce la respuesta vasoconstrictora y predispone a la hipotermia. Un
descenso de temperatura puede causar confusión, letargia, debilidad muscular y disminución del
nivel de conciencia. En la situación de desnutrición grave se puede perder la respuesta febril
incluso en infecciones graves.

Sistema inmune: la desnutrición es una de las causas más frecuentes de inmunosupresión,


siendo la infección la principal causa de mortalidad y morbilidad en los pacientes severamente
desnutridos. La desnutrición puede afectar prácticamente a todos los componentes del sistema
inmune, pero de forma más particular al sistema inmune celular. La integridad de la barrera
cutáneo-mucosa se encuentra alterada, con un déficit de IgA secretora. El sistema inmune
humoral se afecta en menor medida, pero se ha descrito una disminución en la proporción de
linfocitos B y un déficit de producción de anticuerpos en respuesta a la vacunación. La capacidad
bactericida y fungicida de los polimorfonucleares se encuentra alterada, así como la capacidad
presentadora de antígenos por parte del macrófago. El sistema del complemento se encuentra
afectado, con disminución muy marcada de la fracción C3 y de la capacidad hemolítica total.
Muchas vitaminas y elementos traza son esenciales para el óptimo funcionamiento del sistema
inmune, y su déficit se halla involucrado en las alteraciones de la respuesta inmune, como el
déficit de zinc, cobre, selenio y vitaminas A y C. – Sistema endocrino y metabolismo: En el ayuno
prolongado los niveles de insulina están disminuidos, y se aprecia una elevación de la hormona
de crecimiento y el glucagón. La glicemia está disminuida, y los cuerpos cetónicos y los ácidos
grasos libres se hallan elevados.

Cicatrización: la desnutrición y el déficit de vitaminas y algunos micronutrientes se hallan


implicados en la presencia de alteraciones tróficas de piel y faneras: piel con falta de elasticidad,
atrófica o hiperqueratósica, cabello ralo y quebradizo, con falta de brillo, uñas quebradizas. La
desnutrición es un factor con una gran influencia en el desarrollo de las úlceras por presión
(UPP), lo que puede suponer un aumento de la estancia hospitalaria y secundariamente
aumentar de forma substancial los costes sanitarios. Los factores de riesgo para el desarrollo de
UPP son en primer lugar un estado nutricional deficiente, que conlleva una pérdida del tejido
graso subcutáneo y el aumento de zonas de presión y fricción por prominencias óseas, lo que
genera áreas de isquemia. Otros factores predisponentes son la edad, el estado físico, la
presencia de vasculopatía periférica o hipotensión, una movilidad limitada por debilidad muscular,
la sarcopenia, y la incontinencia urinaria. La cicatrización es un proceso complejo en cuatro fases
de cuyo equilibrio dependerá una adecuada curación. En este proceso existen diversos factores
influyentes, pero el estado nutricional y la ingesta energética y proteica reciente tienen un rol
importante en la curación tanto de las úlceras como de las heridas quirúrgicas.

Calidad de vida: la calidad de vida depende de aspectos físicos y psicológicos, ambos


influenciados por el estado nutricional. Factores psicosociales como dolor, limitación de la
movilidad, preocupación, incapacidad para desarrollar los roles familiares y/o sociales que
pueden asociarse a la situación de enfermedad pueden influir en la calidad de vida. Cada vez
existe una mayor conciencia sobre el hecho que un estado de desnutrición puede tener un
impacto relevante en la calidad de vida. Una adecuada nutrición es esencial para mantener unas
funciones adecuadas y la supervivencia, pero no es exclusivamente a este nivel sino que
también interviene en otros aspectos no menos importantes: la alimentación per se aporta placer
organoléptico, tiene una función de relación social y estructura de las actividades diarias.

2. ¿Cuáles son los indicadores Bioquímicos de desnutrición proteica visceral?

La medición de los indicadores bioquímicos es una herramienta útil para la evaluación del estado de
nutrición antes de que aparezca la signología clínica de la mala nutrición. Sin embargo, los exámenes
paraclínicos que deben realizarse dependen de la presentación clínica del niño y del tipo de problema
nutrición que deseamos investigar. Un criterio importante para el diagnóstico de mala nutrición se
relaciona con el estado de las proteínas viscerales y la medición de los niveles de proteínas séricas.
Idealmente, una proteína sérica sensible para evaluar estado de nutrición debe tener vida corta y
cuya disminución refleje cambios rápidos en la ingesta proteica. La albúmina sérica es sintetizada por
el hígado y es la proteína en el suero más abundante. Los niveles bajos de albúmina sérica
(hipoalbuminemia) se presen tan en desnutrición grave como kwashiorkor o marasmo kwashiorkor.
En ocasiones no correlaciona con el marasmo forma de desnutrición grave cuyo déficit principal es
energético. Sin embargo, en un estudio reciente observamos que aún en marasmo podemos
encontrar diferencias significativas durante la recuperación nutricia en un período relativamente corto
de cuatro semanas.

A pesar de que el cuerpo defiende el balance del nitrógeno en forma muy efectiva frente a una
reducción marginal del aporte energético, con una restricción más acentuada de las proteínas de la
dieta éstas no se utilizarán de manera eficiente y se producirá un balance negativo del nitrógeno.46
En la DEP existe una adecuada digestión de las proteínas de la dieta, pero su absorción se ve
reducida de 10 a 30 por ciento.47 En el caso del kwashiorkor, la tasa de degradación y de síntesis
proteínica está disminuida4s como una respuesta de adaptación a la carencia de aminoácidos y de
energía.49 En la DEP, además, existen pérdidas adicionales de nitrógeno a través de diferentes vías:
cutáneas, gastrointestinales, síntesis aumentada de proteínas de fase aguda a partir de la
movilización de proteínas musculares, hepáticas y de otras proteínas estructurales como la
albúmina.5°,54 Esta última es muy sensible al cambio, y sus niveles se reducen hasta en 50 por
ciento en una desnutrición grave, lo cual parece estar relacionado de manera directa con el aporte de
aminoácidos de cadena ramificada.47 Por lo anterior, a la albúmina se le ha propuesto como un
indicador bioquímico de la DEP,52 junto con otras proteínas plasmáticas como la prealbúmina, la
transferrina, la proteína ligada al retinol y la fibronectina.53-55

Parámetros Albúmina (g/dl) Linfocitos(mm ) IMC (kg/m)

Desnutrición Leve 3 – 3,5 1200 – 1500 17,5 – 18,4

Desnutrición Moderada 2,5 – 2,9 800 – 1200 16 – 16,9

Desnutrición Grave < 2,5 < 800 < 16

Albúmina: una reducción significativa está relacionada con un incremento en la aparición de


complicaciones y mortalidad. La albúmina es útil como parámetro pronóstico de los pacientes
graves y crónicos, pero no es del todo sensible a los cambios en el estado nutricional. No se
considera un buen parámetro de seguimiento nutricional. Valores inferiores a 2,1 g/dL son
indicativos de situaciones clínicas graves.

Prealbúmina: disminuye en algunas situaciones de malnutrición, y disminuye en situaciones de


infección e insuficiencia hepática y aumenta en la insuficiencia renal. La prealbúmina es el único
parámetro válido dentro de la evaluación nutricional en el paciente con patología renal.

Proteína ligada al retinol: sus niveles aumentan con la ingesta de vitamina A, disminuyen en la
enfermedad hepática, infección y estrés grave.

Transferrina: tampoco tiene valor como variable del estado nutricional; sus niveles cambian en
el paciente crítico, cuando existe déficit crónico de hierro, en la politransfusión y en alteraciones
en la absorción intestinal. Sus niveles plasmáticos se encuentran aumentados en la anemia
ferropénica y disminuidos en la enfermedad hepática, sépsis y enfermedad intestinal.

Somatomedina: en el paciente crítico es de utilidad para medir la intensidad de la respuesta


metabólica a la agresión, es usado en investigación clínica; su determinación es muy compleja y
su coste elevado.

3. Con relación a la magnitud del déficit nutricional, y el lapso de tiempo en que la


desnutrición ha ocurrido como se clasifica esta

La desnutrición es el estado patológico inespecífico, sistémico y potencialmente reversible, originado


por la deficiente utilización de nutrientes por las células del organismo ya sea por falta de aporte
externo o alteraciones intrínsecas, con manifestaciones clínicas variadas y diversos grados de
severidad.
La desnutrición es uno de los problemas más apremiantes de la población infantil La desnutrición se
concentra sobre todo en poblaciones rurales, hogares sin acceso a agua potable y/o saneamiento, o
donde las mujeres tienen un bajo nivel de escolaridad. Generalmente se inicia ya durante la
gestación dando como producto a un recién nacido de bajo peso, con mayores probabilidades de
morir que otros con peso adecuado; la desnutrición se agrava al no recibir lactancia materna
exclusiva, exponerse a patologías infecciosas, ni recibir alimentación complementaria adecuada.

Etiología de la desnutrición

Podemos clasificarla de la siguiente manera:

A) Por causa:

Desnutrición primaria: secundaria a subalimentación, sea debido a deficiencia en la calidad o


deficiencia en la cantidad de alimentos consumidos.

Desnutrición secundaria: secundaria a alguna patología que altera la absorción intestinal,


condiciona una pobre biodisponibilidad alimentaria y un incremento en los requerimientos

Mixta: es la asociación de los dos anteriores.

B) Por el tiempo de evolución:

Aguda: Esta causada por una deficiencia de proteínas viscerales. Se produce generalmente en niños
mayores de 2 años, cuando no consume suficientes proteínas. Desnutrición aguda, al trastorno que
produce déficit del peso sin afectar la talla.

Crónica: Llamamos así al trastorno de la nutrición que se manifiesta por disminución de peso y talla
con relación a la edad. Está causada por una deficiencia de proteínas y calorías, a veces presenta
fiebre y otras enfermedades agregadas y generalmente se presenta en niños menores de 2
años. Compromiso sobre todo de talla y de peso.

C) Por su gravedad según la valoración antropométrica:

Leve: Trastorno de la nutrición que produce déficit del peso y talla entre -1 y -2 sd (desviaciones
estándar)

Moderada: Trastorno de la nutrición que produce déficit del peso y talla entre -2 y -3 sd (desviaciones
estándar)

Grave: Trastorno de a nutrición que produce déficit del peso y talla por debajo de -3 sd

D) Por nutriente deficiente:

Marasmo: deficiencia sobre todo de calorías

Kwashiorkor: déficit sobre todo proteico

Kwashiorkor marasmático: asociación de ambos


Marasmo

La desnutrición por carencia alimentaria prevalentemente calórica (hipoalimentación del lactante)


comienza en los primeros meses de vida. Ocurre con mayor frecuencia en el lactante mayor aunque
puede aparecer también en edades más avanzadas.

En esta entidad, la ingesta energética es insuficiente para cubrir necesidades calóricas diarias, por lo
que el organismo utiliza sus propias reservas.

El glucógeno hepático se agota en horas y utiliza proteínas del músculo esquelético por vía de la
gluconeogénesis para mantener una glicemia normal.

Kwashiorkor

Descrito por primera vez en niños africanos, se debe a una desnutrición por carencia alimenticia
predominantemente proteica (no se incorporan los alimentos con proteínas animales cuando se
suspende la lactancia materna) y la alimentación se basa más en harinas u otros aportes nutritivos
pobres en proteínas.

Según manifiesta en el primer año de vida en lactantes destetados, alimentados con muy poca leche
y más cocimientos de harinas vegetales y en niños preescolares por defuiciente ingesta de comidas
ricas en proteínas.

La elevada ingesta de hidratos de carbono y disminución de proteínas es igual a la disminución de


síntesis de proteínas por las vísceras. La hipoalbuminemia es igual al edema en zonas declives. La
síntesis alterada de βeta-lipoproteína produce esteatosis hepática. La secreción de insulina está
estimulada y la adrenalina y cortisol disminuida.

La movilización de grasas y liberación de aminoácidos a partir del músculo están disminuidos. Hay
una pobre respuesta de la insulina tras la sobrecarga de glucosa (déficit de cromo).

Kwashiorkor-marasmático

Es la desnutrición mixta por carencia global, calórica proteica (desnutrición por hambre). Es una
desnutrición de 3er. grado con características clínicas de los dos tipos de desnutrición. Es frecuente
observar en nuestro medio.

4. A medida que el paciente permanece más tiempo en hemodiálisis porque aumenta el


riesgo de desnutrición

La pérdida de nutrientes durante el proceso hemodialítico pueden ser un factor importante de


desnutrición en estos pacientes. En cada sesión de hemodiálisis se pierden de 5 a 8 g de
aminoácidos en enfermos que se encuentran en situación de ayuno; la cifra se incrementa de 8 a 12
g si el paciente ha comido. Esto significa una pérdida de 6 a 10 % de la ingesta dietética por cada
sesión de hemodiálisis.

A medida que el paciente permanece más tiempo en hemodiálisis también aumenta el riesgo de
desnutrición por disturbios en el metabolismo de las proteínas, carbohidratos, infecciones asociadas,
alteraciones digestivas, bioincompatibilidad, etc.

El paciente al permanecer más tiempo en terapia hemodialítica, aumenta el riesgo de desnutrición,


debido a factores como: Incidencia de gastritis, depresión, anorexia, además de lo que ya hemos
mencionado en el párrafo anterior.

En el 20-50 % de los pacientes que inician diálisis ya existe desnutrición en grado moderado-severa,
lo cual implica que no es un fenómeno que se circunscribe a la fase de diálisis, sino que esté
presente ya en la fase de insuficiencia renal crónica y su presencia determinara, en gran medida, la
morbilidad y adaptación a la diálisis durante los dos primeros años.

5. Para que se usan las hormonas anabólicas como soporte a la nutrición en stress agudo,
ponga dos hormonas y explique brevemente en caso.

El estrés es la respuesta del organismo ante el estímulo de la intervención, que se considera


como nocivo. Esta respuesta es de tipo neuroendocrino y consiste en proporcionar sustratos
energéticos para mantener las funciones vitales, reparar los órganos lesionados y mantener las
constantes vitales. Esta situación se produce también en casos de sepsis, politraumatismos y
quemaduras extensas. La respuesta provoca cambios en el metabolismo de los principios
inmediatos para aumentar la cantidad de glucosa, aminoácidos y ácidos grasos libres y, al
contrario que en el ayuno, la situación se mantiene aunque haya aporte de nutrientes, siendo
mediada por la liberación de citocinas, la activación del eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal, junto
con hipersecreción de prolactina y hormona del crecimiento con bajos niveles de factor de
crecimiento insulínico 1 (IGF-1), y la disminución de la actividad de los ejes gonadal y tiroideo.

El estrés metabólico agudo se caracteriza también por incrementos sustanciales en las


concentraciones plasmáticas de catecolaminas, glucagón y cortisol (hormonas
contrarreguladoras) y descensos de insulina y el IGF-1. A su par ocurre también una serie de
cambios hormonales encaminados a mantener las funciones vitales: descenso de insulina,
aumento de la secreción de hormona de crecimiento (acción lipolítica y cetogénica), descenso de
triyodotironina y de las concentraciones de leptina. Todo este cambio hormonal conduce a un
descenso del metabolismo basal y aumenta la disponibilidad de ciertos sustratos energéticos.

El glucagón induce glucólisis y gluconeogénesis. Estos efectos contrarrestan los efectos


anabólicos de la insulina. El aumento de la glucólisis produce un aumento de las concentraciones
plasmáticas de lactato y alanina. Estos aminoácidos proporcionan el sustrato necesario para la
regeneración endógena de glucosa. Estos ciclos son contribuyentes importantes al metabolismo
alterado de los carbohidratos durante el estrés metabólico agudo.

Tabla I: Efectos metabólicos de la insulina

Acción Efecto

Metabolismo proteico Captación de aminoácidos por músculo esquelético e hígado Aumenta


Degradación proteica en músculo esquelético
Disminuye

Metabolismo de los hidratos Captación de glucosa en músculo esquelético y tejido Aumenta


de carbono adiposo
Glucogenolisis Disminuye
Glucogenogénesis Aumenta
Neoglucogénesis hepática Disminuye

Metabolismo lipídico Conversión de glucosa en ácidos grasos libres y triglicéridos Aumenta


en hígado y tejido adiposo
Lipólisis en tejido adiposo Disminuye
Cetogénesis hepática Disminuye

Tabla II: Efectos hormonales en el metabolismo del estrés

Hormona Acción Efecto

Catecolaminas Glicogenólisis Aumenta


Neoglucogénesis Aumenta
Lipólisis Aumenta
Liberación de insulina Disminuye

Glucagón Glicogenólisis Aumenta


Neoglucogénesis Aumenta
Cetogénesis Aumenta
Glucocorticoides Neoglucogénesis Aumenta
Respuesta a las catecolaminas Aumenta
Resistencia a la insulina Aumenta

Hormona del crecimiento Neoglucogénesis Aumenta


Lipólisis Aumenta
Resistencia a la insulina Aumenta

6. Estado nutricional de un paciente en hemodiálisis e indicadores inflamatorios

La desnutrición en pacientes con insuficiencia renal tiene una alta prevalencia, fundamentalmente al
inicio de diálisis, con una importante repercusión en cuanto a la morbilidad, incremento del número de
ingresos hospitalarios, aumento de la estancia media, infecciones y mortalidad total, hasta ocho
veces respecto a la población normal. Son muchos los factores determinantes de la desnutrición en
pacientes de diálisis, algunos presentes ya en la fase de la enfermedad renal crónica como la
anorexia, los trastornos digestivos, la comorbilidad asociada, las alteraciones hormonales, la acidosis
metabólica, el mismo síndrome urémico, las dietas no controladas o la disminución de la ingesta, que
es probablemente la más importante. Para prevenir la desnutrición hay que identificar aquellos
pacientes que se encuentran en riesgo nutricional. Dado que no existen estudios previos en nuestro
servicio, el presente trabajo pretende estudiar el estado de desnutrición en pacientes de diálisis y los
factores asociados a esta.

EVALUACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL

No debe ser un procedimiento estático: la precisión mejora observando tendencias de los indicadores
mediante evaluaciones periódicas.

Encuesta dietética

Es útil para conocer los hábitos alimentarios, la cantidad de ingesta y el grado de adherencia a la
dieta. No es útil para evaluar el estado nutricional.

La encuesta debe recoger la ingesta de 3-5 días, incluyendo al menos uno de diálisis y uno de fin de
semana. La composición de los alimentos se calcula usando un sistema de análisis de dieta
informatizado a partir de tablas estándar de composición de los alimentos.

Parámetros bioquímicos

Representados fundamentalmente por las proteínas séricas que están influenciadas por factores no
nutricionales. Son considerados, en general, marcadores poco específicos o tardíos del estado
nutricional.

Sucintamente diremos que el BUN y la tasa de catabolismo proteico (incremento del BUN en el
período interdiálisis) son los primeros en descender cuando cae la ingesta proteica (asumiendo que
no se ha modificado la dosis de diálisis).

La hipoalbuminemia, aunque es un marcador tardío e inespecífico de desnutrición, siempre se ha


señalado como un predictor independiente de mortalidad en diálisis. De determinación sencilla y
económica, es el más empleado en estudios observacionales.

Otros parámetros bioquímicos no se han consolidado en la práctica clínica rutinaria (transferrina,


proteína ligada al retinol, prealbúmina, complemento) y su utilización depende de preferencias
individuales, pero no han demostrado beneficios suficientes como para generalizar su uso. Las Guías
Clínicas no hacen recomendaciones especiales sobre estos parámetros.

Parámetros antropométricos
Aportan información sobre las reservas energéticas y proteicas; son útiles para estudios
epidemiológicos y para seguimiento en el tiempo con mediciones seriadas.

Incluyen peso corporal, índice de masa corporal (IMC), pliegue del tríceps, circunferencia muscular
del brazo y porcentaje de grasa corporal. No se emplean rutinariamente, excepto el peso corporal y
eventualmente el índice de masa corporal.

La información obtenida se interpreta en base a patrones establecidos en la población general o en


subgrupos específicos. Los resultados deben analizarse con cautela, dado que están influenciados
por factores distintos a la ingesta de nutrientes. No es infrecuente que sujetos longilíneos y delgados
estén por debajo de los percentiles considerados normales para la población general, sin que ello
signifique desnutrición. En el otro extremo, el sobrepeso predomina en enfermos añosos, y
especialmente en diabéticos tipo 2.

Peso corporal

Indicador sencillo, sus cambios en el tiempo aportan información valiosa. El peso corporal relativo se
expresa como porcentaje del peso ideal, que se calcula por la formula de Broca: (Talla-100) - (Talla-
152)x0,2 (o x 0,4 si son mujeres).

Índice de Masa Corporal (IMC) o de Quetelet

Peso (Kg)/talla (m)2. Indicador del compartimiento graso. La interpretación de su rango de valores
según el Comité de Expertos de la OMS es la siguiente:

● <18,5 kg/m2: Bajo peso

● 18,5-24,9 kg/m2: Normal

● 25,0-29,9 kg/m2: Sobrepeso

● > 30,0 kg/m2: Obesidad

Evaluación combinada: Valoración subjetiva global

Estima de forma global las reservas proteico - energéticas del sujeto e incluye seis observaciones
subjetivas: pérdida de peso reciente, anorexia, vómitos, presencia de atrofia muscular, edemas y pérdida
de grasa subcutánea. De estas observaciones se obtiene una puntuación: 1= normal; 2-4 desnutrición
leve, moderada y grave, respectivamente. No suele usarse de rutina, pero es útil para vigilar tendencias.

Los elevados niveles de biomarcadores de inflamación y de stress oxidativo en pacientes en hemodiálisis


durante varios años provocan un mayor grado de desnutrición en estos pacientes

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