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Licenciatura en Historia

Historia Contemporánea: Curso 2021.


Prof.: Dulci, Cardozo.
Prof. Adjuntó: Fernando, Adrover

Un Breve análisis: “Homenaje a Cataluña” de George Orwell

Estudiante: Mateo Tomasina Origüela (3.927.286-8)


Correo Electrónico: mateotomasina@gmail.com
Teléfono de Contacto: 098895977.
Introducción
El presente trabajo monográfico, se encuadra dentro de la propuesta exigida para la aprobación de la asignatura de
Historia Contemporánea. El objetivo de la tarea a desarrollar es: construir un modelo analítico-crítico historiográfico,
enfocado a una fuente asignada durante el curso. Cabe destacar, que: la introducción estará articulada por bibliografía
detallada del autor, una breve reseña de la obra y una descripción estructural del discurso historiográfico que otorgará el
sentido orientador a nuestro trabajo de investigación monográfica.

La fuente escogida es: “Homenaje a Cataluña” (1938), escrita por el destacado periodista, ensayista y novelista Eric
Arthur Blair, conocido bajo el seudónimo artístico George Orwell. Nació en Mothari, colonia británica, provincia de Birha
(al norte de la actualmente India) en 1903.Perteneciente a “… una familia inglesa de clase media.” (Ramos; 2012:11).Su
padre, Richard Walmesley Blair desempeñaba un cargo administrativo en calidad de“…agente del departamento de Opio
del Servicio Civil Británico en la India. Era importan para él, que su hijo siguiera, en parte, sus pasos.” (Espitia;
173:2002).Desde temprana edad recibió una educación afín a las posibilidades económicas de su familia y en función a
los intereses de su clase: “Fue enviado a una escuela privada en Sussex y permaneció allí hasta los trece, cuando los
padres lo trasladaron a Wellington y Eton”. (Espitia; 173:2002).

El colegio masculino de Eton, era considerado dentro de la sociedad británica un centro educativo de excelencia,
prestigioso, de carácter elitista. La familia consiguió inscribirlo a través de una beca otorgada por sus altos rendimientos
escolares. Como anecdotario, tendrá como profesor de francés a otro destacado escritor: Aldous Huxley. Al finalizar sus
estudios secundarios, no accede a la Universidad por los altos costos de la educación terciaria y comienza su periplo en
distintos oficios, hasta que logra ingresar a la órbita administrativa colonial en 1923.

Durante cinco años forma parte de la policía colonialista imperial del departamento de India, específicamente en
Birmania, recibiendo instrucción militar. Su experiencia en Birmania, será clave como punto de inflexión en su
pensamiento; tornándose crítico con la política imperialista británica, centrando su reflexión sobre: el carácter racista de la
misma. En consecuencia, se retira de la policía Imperial en 1927, regresa a su casa paterna en Londres, ya con otros
intereses ideológicos regidos por su rechazo a la explotación del hombre por el hombre. La sociedad londinense a la que
retorna a fines de la década del veinte, se caracterizaba culturalmente por los círculos intelectuales identificados con la
Bohemia: Dichas experiencias sedujeron a Orwell y lo definieron en su verdadera vocación: la escritura.

Posteriormente, toma la decisión de abandonarla casa paterna, tantopor las diferencias ideológicas, como por su estilo de
vida y por el proyecto de vida que quería que él llevara a cabo.La elección de esta forma de vida, errante, de búsqueda
permanente, lo enfrenta a una situación económica de indigencia,que lo lleva a deambular por los barrios obreros
marginales de Notting Hill. Al año siguiente, consigue viajar a Paris (escala obligada considerada como centro cultural
humanista del momento) para continuar con su sueño de ser escritor, adquirir nuevas experiencias, y establecer vínculos
sociales. Pero,la realidad fue muy distinta a su proyección; nuevamente lo sitúa en la pobreza extrema, a tal punto que,
termina residiendo en el distrito marginal de Rue Du Pot de Fer.

Al fracasar en su proyecto, retorna a Londres, en un escenario muy delicado de vulnerabilidad física, ya que se contagió
de tuberculosis. Fue acogido nuevamente en casa paterna a finales de 1929.Durante este tiempo, trabaja en varios empleos
de baja calificación hasta que ingresa como profesor en un colegio privado. A partir de este momento consigue cierta
estabilidad económica, realizando varios encargos de corte periodístico y ensayístico. A fines de1933, publica su primer
gran obra de perfil periodístico denominado: Down and Out in Paris and London.La obra está sustentada en: “…las
experiencias de Eric Blair en su descubrimiento de las clases sociales marginales.” (Espitia; 173:2002).

Su segunda publicación significativa es: “BurmeseDays” editada al año siguiente. Es una novela del género de ficción, sin
embargo, existen referencias verídicas y concretas en su contenido narrativo, extraídas de sus experiencias como agente
de la policía colonial. Se caracteriza por contener una dura crítica literaria, de tono sarcástico, sobre el carácter racista
existente en la sociedad colonial del imperio británico.

A comienzo de 1936 contrae matrimonio con Eileen O'Shaughnessy, quien será su compañera hasta 1945, año en el que
fallece, como consecuencia de complicaciones en un post-operatorio quirúrgico. En ese mismo año viaja hacia el norte de
Inglaterra, con un proyecto periodístico denominado: “The Road toWigan Pier”. Es un ensayo periodístico que utiliza
algunos elementos sociológicos, para explicar la condición en que se encontraba la clase obrera minera, en especial, los
trabajadores en situación de paro de la región. Desarrollando este trabajo de investigación con los obreros del norte, inicia
su relación: “…con el Partido Laborista Independiente (ILP), pequeño grupo izquierdista que había oscilado entre la
Internacional Comunista y el trotskismo” (Escusa; 2011:7).Este trabajo fue reconocido por su rol como periodista. A
finales de ese mismo año, fue enviado en calidad de corresponsal de guerra, al conflicto bélico en España por la editorial
Left Book Club. Una editorialde orientación antifascista, pro soviética con la que mantenía cierta simpatía ideológica.
Acompañado a tal misión por su esposa. A solo quince díasde su estancia en Barcelona se alista como miliciano “…en el
POUM por recomendación del ILP inglés (partido laborista independiente) muy afín al POUM español.” (Ramos;
2012:11).

Su ingreso a las milicias responde a la dificultad de mantenerse neutral antela “atmósfera revolucionaria”que atravesaba la
sociedad de Barcelona. Allí fue destinado como combatiente en el frente de Aragón; luego coincidió y participó en los
sucesos de mayo de 1937.A principios del mes de junio, recibe una herida de bala en la garganta estando en las trincheras
en Huesca, donde es enviado a un hospital en Barcelona. Estando en esta situación de dolencia física, se sumó que el
gobierno republicano precedido por Negrin, proscribe al POUM como organización. Allí se inicia un proceso de
encarcelamiento de sus integrantes, como resultado de los sucesos de mayo de 1937. En consecuencia, decide con su
esposa escapar de esa situación, logrando camuflarse como turistas por la frontera terrestre a Francia. Es de su vivencia en
Cataluña que surge la obra a trabaja en 1938; su acción en el conflicto bélico español marco a fuego a Orwell, no solo en
relación a su descreimiento y desilusión con la ideología comunista ortodoxa difundida por el partido, sino en un cambio
hacia otras convicciones prácticas, de corte liberal humanistas. Este punto de inflexión se va a expresar en toda su
producción literaria posterior, ya que, no fue solamente: “…un cambio de posición política (…) sino también un cambio
en la manera como aparece el autor representado en el texto, o mejor, un desplazamiento del punto de vista desde el que
se miran los hechos” (Espitia; 173:2002).

Vuelve a Inglaterra, contrae nuevamente tuberculosis, por lo que se traslada en 1941 a lacolonia francesa en Marruecos,
para recuperarse de la enfermedad. Enseguida ingresa a trabajaren la radio inglesa de la BBC destinada al servicio
Oriental. Sus audiciones se dirigen a las colonias británicas asiáticas con un objetivo político claramente propagandístico a
favor de los aliados contra el nazismo. En 1943 abandona la radio de la BBC, para dedicarse al periodismo escrito, siendo
columnista en el diario: “La tribuna” de tendencia de Izquierda. En 1944, termina de escribir “Rebelión en la Granja”, una
novela corta, sátira sobre el régimen soviético dirigido por Stalin. Centra su crítica en la traición a la revolución rusa y a
los postulados éticos del comunismo. Su última novela, denominada“1984”, fue escrita en 1948 y es su verdadero gran
éxito; es una novela compleja, de estilo literario distópico, que narra sobre una sociedad gobernada por un régimen
totalitario, el partido, que establece un sistema de control rígido sobre sus ciudadanos. Se centra en la crítica sobre el
autoritarismo, el poder y la verdad. En 1949 contrae matrimonio por segunda vez, con Sonia Brownell hasta su
fallecimiento el 21 de enero de 1950 a la edad de cuarenta y seis años, luego luchar contra la tuberculosis.

La publicación utilizada para el trabajo monográfico es el libro: “Homenaje a Cataluña” (1938) de Orwell perteneciente a
la editorial Capibara, que reproduce fielmente el texto original, 1963, en castellano de la editorial argentina Proyección,
cuya traducción estaba a cargo por Noemi Rosenblatt.Vale destacar dos aspectos; primero la importancia de la traducción,
ya que presenta modismos lingüísticos, asociados a la cultura Rio Platense, vinculados a la nacionalidad de quien lo
traduce. Lo segundo, es que presenta fielmente la organización de la obra como en la primera edición inglesa publicada,
respetando los acontecimientos y los pensamientos en forma cronológica, no respetando el sentido de orden que Orwell
quería conferirle. El preferiría separar sus explicaciones políticas de la guerra, en un apéndice al final de la obra y de
hecho la mayor parte de las nuevas reediciones están de esta manera. Desde el punto de vista del análisis literario, es
importante destacar la dificultad que presenta la obra a la hora de ser catalogada por los especialistas de la materia. En
general, se ha considerado dentro del género de memorias o biografía, o como un simple ensayo político. Actualmente,
según el historiador español Javier Tussell, considera a Orwell como un escritor, que desarrolló un nuevo género literario,
al que denominó: “El estudio Documental.”Esto se explica, porque la obra presenta una nueva forma en la construcción
del discurso, es decir expone una nueva estructura narrativa que parte: “…de un detenido examen de la realidad, y a partir
de ella, construir una interpretación de la misma.”(Sanz; 2014:9).

En síntesis, el libro está compuesto por catorce capítulos, los primeros capítulos, del primero al quinto se dedican a: “…
contar y describir sus experiencias individuales durante su estancia en Cataluña, y sobre todo a detallar la vida cotidiana
de una guerra que se lucha desde la trincheras…” (Espitia; 180:2002) y la atmósfera revolucionaria que se respiraba. En el
capitulo quinto, hay un quiebre en el discurso; se dedica a explicar las diferencias ideológicas, partidarias y sindicales
dentro del bando republicano. En los capítulos seis, siete y ocho, retoma sus experiencias en las trincheras, en el combate
y en los aspectos relacionados con lo estrictamente militar. Mientras que los capítulos “…nueve, diez y once, se describen
los acontecimientos de Barcelona en el mes de mayo de 1937” (Espitia; 184:2002).Los capítulos finales narran sus
peripecias en la trinchera, trasmitiendo sus emociones: la sensación de parálisis, la desilusión endémica con la guerra,
hasta su desafortunada herida en la garganta en Huesca. Finaliza con la narración en detalle de su huida, motivada por la
situación política con el POUM en Barcelona, hasta llegar a la frontera francesa. Cierra en el capítulo catorce con una
reflexión sobre todo lo vivido.

La intención de utilizar esta fuente, es profundizar en el contexto histórico, a través de diferentes recursos metodológicos
que permitan edificar una nueva categoría de análisis, en función al objetivo planteado. El enfoque interpretativo
historiográfico elegido, estará regido en función de una categoría de análisis que he construido y trabajado durante el
curso: “La alteridad”.Una vez definido el espacio analítico, serán abordadas dos temáticas distintas en la obra. La primera,
el carácter de integrante Brigadista, su experiencia en la guerra civil; en segundo lugar, desestructurar el discurso
expuesto, sobre el conflicto político de mayo de 1937, en Barcelona.

Contexto
La Guerra Civil Española comienza con un fallido golpe militar el 18 de julio de 1936, dirigida por un conjunto de
oficiales, que logran imponerse en una serie de ciudades menores -Andalucía, Galicia, Zaragoza, Navarra, Norte Castilla,
Cádiz y Sevilla- pero en la capital y principales centros urbanos: “…encontró una encarnizada resistencia por parte de la
población y de las fuerzas leales en otra” (Hobsbawm, 2015:142).La dirección reaccionaria tenía proyectado
metodológicamente una: “…insurrección militar escalonada a partir de las tropas de Marruecos, que serían secundadas
por las restantes guarniciones…” (Moradiello; 2016:29).

La finalidadera instaurar un modelo autoritario, como el de Primo Rivera en 1923, dirigido por el General Sanjurjo, pero
tendiente a avanzar hacia un proyecto político de un Estado Novo corporativo, similar al ejecutado en Portugal por el
dictador Salazar.La insurrección se justifica en los medios de comunicación como un deber sagrado del ejército: el
restablecer el orden y los valores tradicionales de la patria y del ser español contra los enemigos internos y externos que
atenten contra la nación. El golpe al sistema republicano fue respaldado activamente por amplios sectores sociales, a causa
del: “...miedo que les producía no saber adónde estaba llevando el cambio, tanto si temían pérdidas materiales o
psicológicas (...) riqueza, estatus profesional, jerarquías sociales y políticas establecidas, certezas religiosas o sexuales
(Graham, 2006:13).Si analizamos estrictamente del punto de vista militar, la insurrección fue un fracaso, tanto en el
control inmediato territorial, en lo fallido de las alianzas políticas y en la correlación de fuerzas, dado que, en los hechos
no contaba con la unanimidad de la corporación militar. Esta falta de visión presentada por la mayoría de la dirigencia
reaccionaria-salvo Franco- desencadenó un fenómeno de: “…violencia extrema porque unos querían imponerse por la
fuerza, sobre otros que querían resistir y sofocar la tentativa.” (Moradiello; 2016:58).

La ruptura del orden republicano se dio en paralelo a una situación de equilibrio de fuerzas coercitivas “…desato una
violencia masiva que se plasmaría tanto en los frentes de combate, como en las retaguardias respectivas, porque en ambas
partes estaba el enemigo.” (Moradiello; 2016:58). Según las cifras manejadas por el historiador Británico Paul Preston se
calcula que en el enfrentamiento de guerra hubo doscientos mil muertos en todo el periodo, pero en la retaguardia hubo la
misma cifra, demostrando la violencia injustificada. La finalización de la guerra civil consagró la victoria incondicional
del denominado bando nacional después de tres penosos años de guerra, cuando se inicia el denominado:“…proceso de
«reconstrucción» nacional por medio de la ejecución, el exilio forzoso, el encarcelamiento, la tortura y la humillación
económica y social de centenares de miles de españoles derrotados en la contienda civil...” (Preston, 1978:229). La
victoria incondicional permitía la ejecución -sin negociación de ningún tipo- de un sistema autoritario, personalista,
dirigido por General Franco, que duro cuarenta años. El bando vencedor de la guerra, edifico un sistema económico
autárquico y político policial, que engendro el odio, miedo conservando la división de la sociedad-vencedores y vencidos-,
creando una dinámica reaccionaria, retroalimentada en la represión y en la persecución paranoide proyectada en el
inconsciente colectivo de un enemigo permanente y contrario, a la identidad imaginaria conservadora católica del ser
español.

Para comprender históricamente la guerra civil es imprescindible analizar sintéticamente el complejo proceso político,
económico y social que lo causó y permitió que se generaran las condiciones para tal desenlace bélico. El contexto será
abordado desde un modelo teórico metodológico historiográfico, que articule dos categorías en función al tiempo
cronológico, delimitado a distinguir: “...entre los orígenes estructurales a largo plazo y las causas políticas inmediatas.”
(Preston, 1978:20). Destaco la necesidad de profundizar el proceso político y social durante la Segunda República, que
nos brindará la comprensión global a las categorías analíticas de alteridad, que serán desarrolladas posteriormente y un
sintético panorama descriptivo de la internacionalización del conflicto. Utilizando el modelo estructuralista, de larga
duración enfocado a analizar la construcción del Estado moderno, se describe un comportamiento tendencial “...gradual e
inmensamente compleja de división del país en dos bloques sociales ampliamente antagónicos”. (Preston, 1978:20).

De esta manera se explica históricamente, el fenómeno recurrente dentro del periodo moderno de la guerra civil como un
fenómeno que expresa la: “…culminación de una serie de luchas desiguales entre las fuerzas de la reforma y las de la
reacción que dominaban la historia española desde 1808.” (Preston, 1978:21). Si nos enfocamos en el porqué del
conflicto, la explicación que resulta del modelo estructural exhibirá un conjunto de características recurrentes que
expresan la contradicción manifiesta por el “…frecuente desfasaje entre, la realidad social y la estructura de poder político
que la regía.” (Preston, 1978:21). Este fenómeno contradictorio se desata entre fuerzas económicas y sociales, de
relaciones dialécticas expresadas en el capitalismo liberal moderno, contra una estructura política anquilosada, no
funcional a sus intereses, y un régimen estatal conservador católico monárquico. La manera de resolución de la
contradicción estructural, se ha expresado en la culminación de situaciones coyunturales cíclicas, donde los: “…elementos
reaccionarios que han intentado utilizar el poder político y militar para retrasar el progreso social, que se han visto
inevitablemente seguidos de estallidos de fervor revolucionario.” (Preston, 1978:21).En consecuencia, en la historia
política moderna española, era frecuente la modalidad del golpe de estado como instrumento conservador de la
intervención de la corporación militar, en la esfera política pública, como una forma estratégica, por parte de la élite
dominante tradicional, cuyo interés superior era: “... detener el proceso de democracia política de masas que se había
puesto en marcha súbitamente como consecuencia de la Primera Guerra Mundial y la Revolución rusa...” (Graham,
2006:13).

A nivel de la estructura económica, en la sociedad española continuaban predominando los componentes hegemónicos de
las oligarquías agrarias financieras, frente a una débil y muy localizada élite burguesa industrial. Es particularmente aguda
la situación en la década de los treinta. Analizado desde un modelo económico del materialismo dialéctico, se describen
varios desequilibrios heredados del siglo XIX; según el historiador francés Pierre Virar, fueron estos desequilibrios
económicos los que constituyeron una serie de conflictos políticos con la finalidad de hegemonizar espacios, en
permanente disputas expresadas entre, las nuevas fuerzas de relaciones económicas capitalistas contra los: “...vestigios del
antiguo régimen agrario…” (Vilar, 1986:7).

La agricultura era el modo de producción predominante en España, que variaba según la región, determinada por las
condicionantes climáticas, geográficas y composición de suelo, que regían su forma de explotación. Su tenencia jurídica
de posesión presentaba diferentes peculiaridades de acuerdo a los procesos históricos culturales, según su identidad
regional. Sin embargo, al analizar la tenencia de tierras desde una perspectiva de análisis global, se describe un modelo
concentrado de la tenencia, ya que: “…en efecto, la mitad de la tierra era poseída por el 1% de la población y el 35%
estaba en manos de un 15% de privilegiados.” (Sanz, 2006:19). A nivel del ejército s analizándolo desde un proceso
histórico, la estructura se: “…ha forjado en las guerras civiles (guerras carlistas), y en las guerras coloniales…”(Vilar,
1986:24) en situaciones extremas, se había constituido un ejército extremadamente violento y disciplinado. Desde una
perspectiva historiográfica abocada en la política y social coyuntural, desde 1923 España está gobernada por una dictadura
militar encabezada por Primo de Rivera, que mantenía el régimen monárquico católico ultranacionalista y conservador. El
gobierno dictatorial, se vanagloriaba de lograr un régimen de orden y paz social, y como hecho destacado tuvo la
iniciativa de construir un ambicioso “…programa de grandes obras públicas, que implicaba una modernización
significativa del capitalismo español y la construcción de una infraestructura de comunicaciones…” (Preston, 1978:29).
Este proyecto político autoritario, favoreció en lo económico, a amplios sectores sociales de capas media “…se convirtió
en el mito central de la derecha reaccionaria.” (Preston, 1978:29).Esto generó, las condiciones para edificar un discurso,
por parte de las elites conservadoras, que se instaló en el imaginario colectivo de la década del treinta, cuyo interés era
construir un paralelismo asociativo entre: lo autoritario político y el progreso social económico.

Sin embargo, al principio de la década del treinta, el ciclo político de la dictadura militar se había agotado, ya que no
había conseguido establecer su objetivo principal que era: la modernización de las relaciones económicas y alcanzar una
sociedad integrada. La crisis económica global del sistema capitalista, aceleró el proceso de finalización del régimen
dictatorial militar- monárquico, debido a que las capas medias se vuelcan ideológicamente a favor del sistema
republicano, entendiendo que era un modelo favorable a sus aspiraciones de clase, y que permitirían la ansiada reforma de
las estructuras estatales. El fin del régimen, es la victoria de los miembros liberales, en unas elecciones municipales libres,
que dio paso a un gobierno de transición -Alcalá Zamora- que sustituyó la monarquía por la instalación del sistema
republicano. La segunda República, como denomina la historiografía tradicional, suele caracterizar en tres etapas el
proceso previo a la guerra civil: “…un primer bienio reformista (1931-1933); un segundo bienio rectificador (1934-1935);
y el semestre de gobierno del Frente Popular en la primera mitad de 1936” (Moradiello, 2016:31).El primer gobierno de la
república se caracterizó por estar liderado por Manuel Azaña. Era: “…una coalición de Gobierno, de grupos republicanos
de centro-izquierda, aliados con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE)…” (Graham, 2006:33).

En general, el programa político se ha caracterizado por desencadenar un ambicioso plan de reformas liberales
progresistas, tendientes a democratizar el aparato del Estado.Entre las medidas destacadas se encuentran: la secularización
del Estado con la Iglesia, centrado en un programa laico de la educación, la descentralización nacional a favor de un
estatuto de autonomía regionales y por último, la reestructuración del cuerpo militar. Este último, significaba la reducción
de los altos mandos, su trasformación ideológica, sustituyendo la concepción de ser una corporación “pretoriana del
poder”, por una fidelidad institucional al sistema republicano, con la creación de un mayor poder y control del mando
civil.La coalición creó una serie de normativas constitucionales progresistas, centradas en regularizar las relaciones en el
ámbito laboral y social, beneficiando a las mayorías populares que hasta momento estaban en una situación de
marginalidad en el sistema. Estas se expresan en un conjunto de: “…leyes de protección laboral obrera, de salario mínimo
y de jornada de trabajo máxima; la concesión del voto electoral a las mujeres; la secularización de cementerios; la
aprobación de la ley de divorcio y la implementación de la coparticipación de ambos sexos en todos los niveles
educativos.” (Moradiello, 2016:36).En consecuencia, la república representaba en el imaginario colectivo de la mayoría
urbana de este periodo, no un simple cambio de sistema político, sino que, simbolizaba una gran carga emocional y un
profundo anhelo de transformación de la vida cotidiana.Estas modificaciones que trasmutaban la política tradicional
propuesta por el: “…republicanismo «histórico» crearon un contra movimiento, sin haber establecido ninguna estrategia
para hacerle frente.” (Graham, 2006:33).

En efecto, los sectores sociales conservadores, centraron su agenda política en torno a dos ejes temáticos basados en: “…
defensa de la religión y la propiedad, «contra el socialismo», unidad de «la Patria» contra las autonomías
periféricas...”(Vilar, 1986:9).Las estrategias políticas de los sectores conservadoresse encontraban disgregadas
metodológicamente en dos tendencias: una apostaba al levantamiento militar (ejemplo sublevación militar fallida,en
agosto 1932, del general José Sanjurjo) relacionada a la elite tradicional, los denominado partidos monárquicos; la otra,
los Alfonsistas y Carlista, cuyos líderes eran José Carlos Sotelo y Manuel Fal Conde, con una fuerte raíz ideológica de
origen decimonónica, enemiga acérrima del liberalismo político, se ve expresada en el lema: “Dios, Patria y Rey”. La
estrategia de acceder al poder por vía electoral representaba la renovación ideológica de la derecha, siendo protagonizada
por dos partidos. El primero, la Confederación Española de Derechas Autonómica (CEDA), un partido moderno de masa,
conducido por Gil Roble, expresión de las élites católicas, fomentado por el episcopado romano en reacción al comunismo
internacional. Su proyecto político era: “…el mantenimiento de la unidad nacional, el respeto a la propiedad privada, y la
salvaguardia de los derechos de la religión católica.” (Moradiello, 2016:38). La segunda opción a finales de octubre 1933,
era un partido minoritario de inicio estudiantil elitista, de inspiración fascista italiana denominado Falange Española,
liderado por un joven de origen aristocrático -terrateniente, abogado José Antonio Primo de Rivera (hijo del dictador).

A su vez, las hostilidades estaban presentes también desde el espectro de la izquierda. El partido comunista presentaba
una predica discursiva radical (hasta 1934) a favor de la Revolución de octubre 1917, pero sin que se sintiera identificada
con la clase obrera y campesina. Sin embargo, la organización política de tendencia ideológica anarcosindicalista
denominada Convención Nacional de Trabajadores (CNT) después de la dictadura de Primo de Rivera, se había
convertido en una organización de masas. La CNT, era una organización de ideología anarquista, de fuerte inclinación
discursiva teórica-metodológica de Mijaíl Bakunin, que manifestaba que: “…el cambio de forma de Estado, en nada
afectaba a la lucha social por la transformación revolucionaria (la República era “tan burguesa” y represiva como la
monarquía)…” (Moradiello; 2016:38).Continuaron orientados en la estrategia de acción directa, táctica denominada por
García Oliver: “…la gimnasia revolucionaria (acciones colectivas de entrenamiento), y el movimiento pendular que,
pasando sin cesar del putsch militar al putsch revolucionario…” (Vilar, 1986:24). En su análisis de situación, tanto la
CNT como la UGT entendían que, había fracasado el gobierno republicano de coalición progresista, por sus insuficientes
logros materiales para la mayoría de la clase obrera y campesina; seguirían exigiendo un cambio estructural hacia: “… la
expropiación directa u otras medidas radicalmente redistributivas, que no fueron consideradas opciones por ninguno de
los componentes de la alianza.” (Graham, 2006:46). Las elecciones de noviembre de 1933, dieron el resultado vencedor a
la centro-derecha, denominado por la historiografía tradicional como: gobierno rectificador; conformado a través de un
juego de alianzas parlamentarias entre el Partido Radical, encabezado por el controvertido demagogo Larroux, liberal
conservador y la CEDA. La estrategia de los republicanos liberales, en formar gobierno con la derecha conservadora
radical católica, se debió a múltiples factores: desintegración y segmentación de la Izquierda republicana, la abstención de
la militancia afiliada a la CNT y en especial, a la reforma de ampliación del padrón electoral, integrando al derecho del
voto a la ciudadanía del género femenino. Por primera vez, ejercía el voto, siendo la tendencia masiva, optar por los
partidos de derecha católicos. La presidencia de Larroux, es considerada por la historiografía liberal, como un gobierno
moderado; sin embargo, ejerció una política regresiva gradualista, modificando sutilmente las legislaciones progresistas
en el ámbito laboral, beneficiando a las patronales, des-regularizandola legislación laboral vinculadas a las obligaciones y
responsabilidades patronales, favoreciendo los despidos masivos, en especial, la de los dirigentes sindicales.Suspendió el
proyecto de la reforma agraria a pedido de los sectores vinculados a la oligarquía terrateniente, junto con la disminución
tributaria, paralización progresiva de las obras públicas encabezada por el Estado, justificado por la escasez de recursos
presupuestarios. A su vez ignoró la legislación autonómica provincial y ley de secularización del Estado, lo que significó
nuevamente, el centralismo político estatal, la financiación del clero y la habilitación de la educación católica en la
enseñanza Estatal.

En la política macroeconómica se aplicó: la liberalización de la economía, agudizando el marco endémico y cíclico de la


deflación generalizada, producto de la caída de los salarios, el aumento del desempleo, el éxodo rural al espaciourbano,
resultado del aumento sustancial de la carestía y hambruna, en un contexto de crisis económica global de la década de los
treinta. Ante esta política reaccionaria, la clase obrera organizada por la CNT-FAI, responde con una serie de
movimientos insurreccionales en la región de: Andalucía, La Rioja y Extremadura, liderados por los libertarios:
Buenaventura Durruti y Francisco Ascaso. El gobierno declara la emergencia de seguridad al orden y suspensión de
derechos individuales, provocando un saldo importante de muertos y aproximadamente, seis mil detenidos. En
concordancia reaccionaria, la derecha se movilizaba unificando las acciones de la Falange y la Juntas de Ofensiva
Nacional-Sindicalista (JONS) lideradas por Ramiro Ledesma Ramos, identificada por un discurso de: “…forma utópica de
revolución nacionalista violenta. El culto a la violencia del líder falangista facilitó la desestabilización de la política de la
Segunda República.” (Preston, 1978:59).Por otra parte, el PSOE desde la derrota electoral se radicaliza su interna en dos
corrientes políticas opuestas; una liderada por Largo, fuertemente radicalizada en sus predicas discursivas a favor de la
revolución, estratégicamente pensada en el fortalecimiento de la organización sindical UGT e instrumento de disputa en
correlación de fuerza a la CNT; por otra parte, la tendencia moderada la lideraba Prieto con un discurso ideológico
reformista republicano. Dada la política restringida y reaccionaria, el PSOE y la UGT entran en conflicto a través de la
convocatoria a una huelga general campesina por aumento salarial y a favor del programa de reforma agraria y
colonización de los campesinos sin tierra. El gobierno intervino con una fuerte represión policial, con detenciones
masivas, clausura de locales y suspensión de los gobiernos municipales dirigidos por la oposición. En esta situación de
crisis provocada por los continuos enfrentamientos y agitación social, el gobierno de Larroux buscó estabilidad mediante
el fortalecimiento de su alianza con la CEDA, permitiendo la entrada de dirigentes del partido en el gabinete de gobierno.
Por su parte, la izquierda percibió la integración de los ministros de la CEDA en paralelo a un imaginario: “...consciente
de los precedentes alemán y austríaco, viendo esto como la llegada del fascismo al poder por medios legales” (Graham,
2006:65).

La respuesta inmediata de la dirigencia del PSOE en concordancia con la UGT, fue la huelga general indefinida a la que
se sumó la acción improvisada voluntarista, secesionista, de corte nacionalista catalana, liderada por la izquierda
republicana de Luis Company. Todo movimiento sublevado presentaba escasa coordinación, en concordancia fue
rápidamente disuelto y reprimido con crudeza por parte de la guardia civil y la movilización militar de las legiones
extranjeras capitaneadas por Francisco Franco. Por su parte las organizaciones federadas autonómicas de la CNT y la
región UGT buscaron establecer unión tratando de generar una revolución “…en el sentido de que la producción, los
servicios, las comunicaciones, funcionaron bajo el control de los obreros, en una dictadura de guerra matizada en sus
formas según las tendencias dominantes en los comités locales.”(Vilar, 1986:12).

Esta situación insurreccional sindical asturiana desemboco en una feroz represión militar por el gobierno. Franco fue
responsable de organizar la represión, este hecho lo trasformo en una figura pública destacada por la propaganda
conservadora quienes destacaban su grado de violencia e intransigencia hacia las organizaciones de izquierda
revolucionarias. Planifico el establecimiento del orden mediante del ejército colonial de Marruecos que se entendía“…
libre de las consideraciones humanitarias que hacían que oficiales más liberales titubeasen en utilizar todo el peso de las
Fuerzas Armadas contra civiles…” (Preston, 1978:66).

En este marco de extrema represión política desatada hacia toda la izquierda, incluida a liberales progresistas, es que a
partir de mayo 1935 dirigentes como: Manuel Azaña, comienza un periodo de negociación con la finalidad de establecer
una opción electoral: “…como el Frente Popular significaba una garantía de normas constitucionales y reforma social a
través de la legislación parlamentaria.” (Graham, 2006:72). La alianzapoli clasista, es estimulada por un minoritario, pero
disciplinado aparato vertical,el Partido comunista español (PCE) “...estaba aplicando la línea política de la Comintern...”
(Graham, 2006:68).Previa a las elecciones, el gobierno de Larroux toma una serie de decisiones políticas que favorecerán
al ejército, posterior alconflicto en la guerra civil con: “…la reorganización de los regimientos, la mecanización del
Ejército y la modernización del equipo, Gil Robles continuó las reformas de Azaña y preparó de manera eficaz al
Ejército…” (Preston, 1978:67).

La derrota electoral 1936 significó para la derecha, una postura unitaria hacia la sublevación e intervención militar con el
objetivo propuesto de poner punto final a la República. En este escenario, la CEDA dirigida por Gil Roble exhortaba a la
movilización masiva, violenta, manteniendo las consignas preelectorales: “contra la revolución y sus cómplices”,mientras
que dirigentes monárquicos del partido Renovación: CalvoSotelo incentivaba al ejército a sublevarse: “… preparándose
para un asalto violento, los carlistas almacenaban armas y entrenaban sus milicias…” (Preston, 1978:58).Por su parte la
Falange-JONS integrada en su mayoría por jóvenes de la alta burguesía tenía su protagonismo en: “…la aportación de su
vandalismo político a la creación de una espiral de tensión, cuyo continuo agravamiento finalmente desembocó en la
Guerra Civil.” (Preston, 1978:59).En paralelo la victoria del Frente Popular, los dirigentes se vieron presionados por las
clases populares movilizadas por la CNT-FAI, no conformes con la política económica, el desempleo, la lentitud de la
reforma agraria y la limitada ley de amnistía de los considerados presos políticos de los movimientos insurrectos;
continuando con su táctica: “…línea insurreccionar contra el estado y encabezó una oleada de huelgas obreras muy
intensa en toda España.”(Moradiello; 2016:51).

Asimismo, los socialistas continuaban profundamente divididos entre: la línea reformista moderada de Prieto, expresada
mayoritariamente en el PSOE y la línea táctica de Largo Caballero, combativa- sindical, manifestada en la UGT. Esta
táctica, generó una correlación de fuerzas dentro de la UGT en la búsqueda de la hegemonía por la conducción política del
sindicato entre los sectores que apoyaban a Largo Caballero con el grupo del PSOE. Esta situación de polarización social,
en constante tensión, fue insostenible para los mecanismos republicanos: “…empezó a manifestarse mediante
enfrentamientos entre escuadrones de Falange o carlistas y las milicias de los partidos y sindicatos de izquierdas…”
(Moradiello; 2016: 51).La muerte de militantes sindicales y políticos de ambos sectores era corriente, pero con el
asesinato de Calvo Sotelo,se da el punto de inflexión para que la coordinación de los dirigentes de la derecha, con parte de
la alta oficialidad, organicen el golpe militar que conlleva a la guerra civil.

Finalizando con la internacionalización de la guerra civil responde a dos fenómenos que ocurrieron simultáneamente, y
que fueron determinados por: “…la doble presencia de una analogía esencial y de una sincronía temporal, entre la crisis
bélica española y la crisis europea de la segunda mitad de los años treinta.” (Moradiello; 2016:126).El contexto europeo
posterior a la gran guerra, la coalición de potencias imperialistas anglo-francesa, había instaurado un orden mundial-
global liberal y capitalista. En este sentido,las potencias democráticas liberales diseñaron su política exterior a través de la
preocupación que le engendró la Revolución Rusa del 1917“…tanto por su naturaleza revolucionaria anti-capitalista,
como por su ascendiente en la política interior de otros estados, a través de los partidos comunistas…” (Moradiello;
2016:130).Para tal fin, crearon un organismo: Sociedad de Naciones que estructuró la: “…política de seguridad colectiva,
mediante consultas intergubernamentales, arbitraje y recursos a sanciones colectivas (económicas o militares) en caso de
agresión a cualquier país miembro” (Moradiello; 2016:130). En la década del treinta, la política implementada por este
organismo fracasó como consecuencia de la crisis del capitalismo a nivel global, paralelamente: “… provocó graves
desequilibrios en las relaciones interestatales y en la dinámica interna socio política de varias potencias” (Moradiello;
2016:129).En síntesis, el orden hegemónico estaba en crisis, los movimientos fascistas y de extrema derecha, estaban en
auge en Europa e incentivaban una política exterior imperialista agresiva; por su parte, el gobierno de Inglaterra y Francia,
atravesaban la crisis del sistema liberal económico, tratando de ejercer una política exterior de conciliación, a través de la
“no intervención” en relación a los gobiernos fascistas, mientras que no intervinieran en asuntos de su interés.Incluso, fue
tolerable con los deseos políticos expansionistas de estos gobiernos autoritarios, siempre y cuando se propagaran al este
de Europa.

Esto se explica, dado que la estrategia de no intervención, está construida sobre una fuerte convicción antisoviética,
siendo el factor clave que atravesaba su política, quedando pasibles frente a las ambiciones expansionistas de los estados
fascistas, ya que: “…existía la convicción de que el estallido de otra guerra europea solo serviría para desencadenar
nuevas revoluciones sociales y extender el comunismo…” (Moradiello; 2016:130).La clase conservadora, dirigente,
gobernante británica tendió a: “…permitir que sus prejuicios de clase prevalecieran sobre los intereses estratégicos…”
(Preston; 1978:144) en relación a la defensa del Estado naciónhipotecando la suerte del régimen republicano. Francia
interviene apenas estalla la guerra, con el envió de armamento y cierta difusión de alistamiento, dada la simpatía del
gobierno de coalición de Izquierdas, precedido por León Blum. Pero rápidamente se alinea nuevamente a la política de no
intervención directa determinada por la dependencia financiera y militar que mantenía con los Británicos y sobretodo el
“... país sufría una grave división, ya que los conservadores (...) insistían en no involucrarse en los asuntos de España”
(Payne; 2014:133).

Por su parte, la política soviética de seguridad nacional en el contexto de la década de los treinta, se organizó en base a la
búsqueda de acuerdos estratégicos con la democracia liberal occidental a través de la diplomacia, en contra de los
regímenes autoritarios de carácter fascista, en particular el nazismo. En esta negociación para alcanzar acuerdos entre las
potencias liberales en búsqueda de una estrategia de: “… seguridad colectiva anti nazi, la cual conllevaba transitoriamente
una menor insistencia en la revolución”. (Payne; 2014:141).La URSS se encontró frente a esta nueva situación
internacional que exigía una participación activa del único Estado que se auto proclamaba obrero-campesino
revolucionario; existía de este modo, una obligación simbólica,ética y moral de influir en el conflicto. Esta nueva
situación internacional trajo aparejado un profundo dilema, porque con la colaboración directa en el envió de armamento,
apoyo logístico y efectivos: “…por lógica que pudiera parecer ideológicamente, iba en contra de la diplomacia y de la
política seguridad de la URSS” (Payne; 2014:140).

En consecuencia, su participación inicial consistió en desarrollar una política propagandística de apoyo a la república
através del aparato de los diversos partidos comunistas afiliados al Komintern,para luego tomar la medida: “…
constitución de un cuerpo especial de voluntarios internacionales que habría de luchar junto a la izquierda en España.”
(Payne; 2014:140).Por último, Stalin establece relaciones diplomáticas con Madrid en agosto 1936, abriendo un canal de
cooperación militar y abastecimiento (iniciado cuando sabe que la República puede financiar a través del tesoro del banco
nacional). Esta colaboración permite: “...el fomento de los intereses estratégicos de la URSS en Europa occidental, y
beneficios colaterales en áreas como la propaganda, la movilización y el apoyo político...” (Payne; 2014:142).

El movimiento insurreccional recibió un importante apoyo militar, logístico, de equipamiento y financiación económica
principalmente de Italia, de Mussolini, al comienzo del proceso (política de propaganda ideológica del régimen) por su
intención geopolítica imperialista de competir en el Mediterráneo, siendo paulatinamente sustituido por Alemania de
Hitler.

Este último, tenía interés geopolítico en España, para lograr establecer un gobierno afín, autoritario, dependiente de la
órbita de Berlín, y lograr convenios de abastecimientos de recursos minerales (en especial el acero para su industria
armamentística). Por otro lado: “...alargar la guerra en España para que distrajera la atención de sus adversarios y los
dividiera (…) cada vez más enfrentada a Francia y el Reino Unido.” (Payne; 2014:140). Además de ser un campo de
prueba de equipamiento y táctica militares-ejemplo el bombardeo aéreo sobre la ciudad de Guernica-.

Estado de la cuestión
La intención es poder describir y analizar la fuente a través de una breve revisión de la literatura historiográfica sobre el
periodo Republicano y la Guerra Civil Española, que colabore en el análisis posterior de la fuente seleccionada. Para
lograr dicho cometido, es necesario poder definir una metodología que he aplicado no solo en la selección del material
sino en la deliberación del orden que dispondrá. Comenzaré con producciones del período de carácter general; la fuente
nos permite estudiar las diferentes dimensiones de la guerra civil dentro de un marco teórico diverso que colabora para su
análisis. Es decir, no solo las causas y consecuencias de la Guerra civil sino: planos políticos, económicos, culturales y
entender la construcción de la mentalidad del periodo. Una vez realizado dicho objetivo me centraré en profundizar y
orientar la búsqueda en relación a investigaciones históricas sobre temas específicos (a nivel de interpretaciones
históricas, no teórico) que puedan contribuir a mi trabajo de investigación en el área de la construcción de las categoría
alteridad y el conflicto político en Cataluña.

La primera obra de carácter general global es del Historiador Británico Erick Hobsbawn perteneciente a la corriente de
historia social. Su abordaje analítico realizado a través de un discursivo reflexivo, tiene la finalidad de construir de manera
sistemática generalidades sobre las sociedades modernas que ayudan al entendimiento del contexto. En su ensayo
histórico: Historia de siglo XX (2015) focaliza en el capítulo contra el enemigo común, la reconstrucción de un ambiente
ideológico polarizado que se ve en la mayor parte de los estados modernos. Siguiendo su razonamiento, determinó un
movimiento regido por dos visiones del mundo que tenían continuidad con el siglo XIX con las revoluciones liberales,
entre progreso y reacción. Es decir, entre dos, binarios con una nueva denominación adecuada a los nuevos contextos
históricos sociales: los movimientos pro-fascista y los anti-fascista. En este mismo capítulo, en la tercera sección se
cuestiona porque el internacionalismo de la guerra civil, ya que como viene proponiendo encarnaba las cuestiones
políticas y simbólicas más relevantes de las sociedades contemporáneas “… por un lado, la democracia y la revolución
social,(…)donde parecía estallar, por el otro , la alianza de una contrarrevolución o
reacción…”(Hobsbawn,2015:144) .Esto demuestra descriptivamente a través de datos facticos e interpretaciones, la
atmósfera moral que presentaban las sociedades modernas en defensa de una causa. Utilizó además como referencia en la
construcción de la categoría de análisis especifica de la alteridad asociada a la mirada internacionalista presente en texto
de Orwell.

Para una visión de larga duración centrada en el estudio de una historia nacional, se tiene en cuenta la Historia de España
perteneciente al gran historiador francés Pierre Vilar. Es una obra de tendencia historiográfica de carácter marxista,
construida sobre el análisis de las estructuras económicas e interpretaciones estudiadas sobre modelo de la lucha de clases.
En palabras del propio historiador, estas relaciones se traducen en hechos y en definitiva en formaciones sociales
expresadas en ideas políticas e instituciones. Cabe destacar el capítulo titulado: “las crisis contemporáneas” donde
reorganiza en periodos cronológicos extensos el tiempo, demostrando el carácter cíclico de las crisis. Interesa su
interpretación sobre la conformación de la república, sus luchas sociales, entre una estructura económica arcaica y su
proceso débil y lento de reformas de modernización política acorde a las relaciones económicas existentes desembocando
en la guerra civil de 1936. En particular, destaco la conformación de las diferentes clases sociales .La principal crítica, es
la manera mecanizada de analizar la estructura y las causas lineales en que se establece las crisis de guerra civiles.

En contrapartida Paúl Presto, prestigioso historiador británico, de tendencia historiografía de corte liberal republicana, en
su obra “Guerra Civil en España” (1978) describe un panorama complejo y amplio, sobre el levantamiento insurreccional
y la posterior guerra civil de 1936. Para elaborar el análisis conforma un marco teórico determinado por: “…dos distinción
fundamental entre los orígenes estructurales a largo plazo y las causas políticas inmediatas.” (Presto, 1978; 19). Su
análisis estructural de largo periodo se puede resumir que la sociedad española en el periodo moderno esta edificada sobre
la base “…de un frecuente desfase entre la realidad social y la estructura de poder político que la regia…”(Presto,
1978;19).La caracterización que realiza sobre la etapa moderna de la historia española, la describe sobre dos fuerzas
antagónicas que se manifiestan en el ámbito social, expresadas en una serie de conflictos políticos de luchas por detentar
el poder Estatal. Estas fuerzas son las siguientes, por un lado las fuerzas sociales de tendencia progresistas que presentan
un carácter político de corte liberal reformistas originadas por la nueva relación de modo de producción capitalistas que
aspiran a una modernización en el plano político. En contraposición, define el historiador, se agrupan las denominadas
fuerzas reaccionarias que tiene la particularidad de monopolizar el poder político institucional. Estaban conformadas por
la oligarquía terrateniente agraria, latifundista, de culto a lo tradicional, católica y reacia a cualquier cambio que atentara
contra su posición de privilegio social.

La violencia como forma de solucionar los conflictos políticos y sociales fue una constante por parte de las fuerzas
reaccionarias, en especial la utilización de los aparatos represivos del estado, en particular, las fuerzas corporativas
militares para mantener el orden establecido contra cualquier intento de cambio. En consecuencia, dentro de este marco
explicativo, la guerra civil de 1936 fue el resultado final de carácter reaccionario de las fuerzas sociales privilegiadas, para
impedir cualquier trasformación o cambio en la política, que atentara contra sus privilegios de su posición tradicional
económica y social.En definitiva, el trabajo de investigación apunta a que los orígenes aparentemente superficiales del
proceso de polarización de la segunda república que derribó en la guerra civil de 1936, no es más que el resultado de la
expresión social de los viejas luchas políticas, entre estas dos fuerzas estructurales antagónicas arraigadas en la sociedad
española desde por lo menos, cien años; la diferencia es que presenta un nuevo marco político social internacional y con
nuevos actores políticos en la escena nacional.

A partir de la explicación de las causas estructurales, comienza una descripción exhaustiva y sistemática de las diferentes
fuerzas que polarizaron y dividieron el panorama político de España; precede a la conformación narrativa cronológica de
hechos políticos y sociales para explicar las diferentes acciones dentro del binario en una relación de dependencia entre
acción y reacción. Particularmente nos interesa de la investigación de Preston además de elaborar el contexto, tratar de
analizar la fuente de Orwell, el capítulo VIII que corresponde a las peripecias de la zona republicana. Podemos
considerarla desde la categoría de análisis de ideología, ya que estudia cómo estaban conformadas políticamente las
organizaciones que integraban la República, sus tendencias e ideales filosóficos, su peculiar heterogeneidad y división,
sus contradicciones en el accionar como movimiento, entre otros.

En este afán de integrar visiones diferentes al análisis del contexto de la Guerra Civil Española dedicaremos espacio al
Historiador Pío Moa, en su investigación “1936: El asalto final a la República” (2005). Estructura su relato histórico con
una tendencia revisionista del pensar la historia contemporánea española, en relación a una reflexión sobre el discurso
historiográfico hegemónico de carácter de social o marxista dominante en las décadas de los setenta y ochenta. Su eje
principal está centrado en demostrar a partir de abundante documentación de fuentes políticas orgánicas e institucional (en
especial de los partidos y sindicatos que integraban el frente popular). Hay un análisis tradicional de extensas fuentes
textuales, sobre los discursos políticos e ideológicos de los principales líderes de la Izquierda en el gobierno Republicano.
Según el historiador, estaban afiliados al concepto de la revolución social, llegando incluso a estimular ofensivas
insurreccionales contra el orden republicano. Se abunda en material testimonial del descreimiento por parte de los
integrantes del gobierno del sistema liberal republicano. Su interpretación histórica se apoya teóricamente en el concepto
elaborado por el historiador Norteamericano Stanley G.Payne sobre la violencia y el terror, ejercida por las bases sociales
de la izquierda. Quienes apuntaban específicamente sobre los miembros de la patronales, la propiedad privada, las
instituciones religiosa (Iglesia Católica) y los dirigentes políticos de derecha política. Esta violencia ejercida por los
grupos de izquierda radical, generó el terror en los grupos conservadores. A su vez, los integrantes de la derecha política
percibían mensajes pocos claros y contradictorios enviados por el gobierno de Izquierda, sobre las garantías individuales
de corte liberal, considerando que el gobierno tenía intenciones ocultas. Según su pensamiento, la izquierda tenía como
objetivo: hacer la revolución e imponer un Estado Obrero al estilo de la revolución rusa de 1917.

Esto condujo por reacción, a la unificación de las diversas tendencias ideológicas de la derecha política. Entonces,
presenta al movimiento de derecha insurreccional de 1936 como los verdaderos defensores del sistema y de los valores
republicanos. Justifica su interpretación histórica a través de una constante sistematización comparada, entre las dos
administraciones de la República. Compara los discursos políticos de los dos gobiernos, las resoluciones políticas
tomadas sobre las revueltas promulgadas por las diferentes izquierdas. Reflexiona que el levantamiento de las derechas no
se levantó contra el sistema sino contra el gobierno y justificando el levantamiento, por considerarlo un gobierno
ilegitimo, permisivo a la violencia revolucionaria de los movimientos de Izquierda y no cumplidora de su contrato social,
basado en orden liberal y cumplimiento de la ley. La principal crítica es que se centra su estudio del discurso en
documentos de corte panfletario, sin realizar un análisis en el campo económico y social del periodo que atravesaban las
clases subalternas de la sociedad Española. Aporta en nuestro trabajo material al análisis de la categoría de propagada e
ideología desde una perspectiva post franquista.

La investigación plasmada en la “Historia mínima de la Guerra civil española”(2016) del historiador español, Enrique
Moradiello, catedrático y especialista en Historia contemporánea en la Universidad Extremadura plantea otra perspectiva
focalizada cronológicamente entre el surgimiento de la República, la Guerra Civil y su desenlace final en el Franquismo.
Su principal característica a la hora de construir su relato histórico, es la de generar un campo de análisis en función de
una perspectiva referencial de historia comparada. Es decir, constituye un discurso historiográfico partiendo de la
reflexión crítica descriptiva analógica entre los orígenes de la “crisis española” y “crisis general europea”; definida en el
marco temporal que corresponde entre el periodo de finalización de la primera guerra mundial (1919) y el inicio de la
segunda guerra mundial (1939).En primer lugar realiza una comparación y aplica una analogía, ya que se trata de dos
procesos diferentes. En su interpretación, destaca que se produjeron ciertas semejanzas anticipadas en el plano políticas y
sociales, durante el desarrollo de la guerra civil española y el proceso de crisis estructural global europea que determinaría
desenlazando en la segunda guerra mundial. Es decir, la crisis española tiene orígenes particulares estructurales de larga
duración (ya explicada anteriormente por historiador británico Preston que comparte Moradiello) expresadas entre las
fuerzas antagónicas, por un lado las que conformaban la facción republicana integrada por grupos reformistas y
revolucionarias, por otro lado, opuesto, las denominadas fuerzas reaccionarias conservadores representadas por el ejercito
insurgente. La particularidad del análisis de Moradiello, está dada porque el escenario del territorio español: “…parecía
reduplicar en una escala menor la creciente tensión triangular que fracturaba al conjunto de Europa con alternativas
sociopolíticas antagónicas…”(Moradiello, 2007;11). Las alternativas a la crisis eran: el socialismo real representado por
la Unión soviética, las democracias liberales principalmente las de Francia y Gran Bretaña y por último el eje revisionista
de carácter totalitario el llamado fascismo, expresado en los estados de Alemania e Italia. Es atractiva la construcción del
marco teórico fundamentado por la analogía y la sincronía, para luego realizar un análisis crítico estructural del mismo.
Estos dos enfoques son aplicados: a la crisis dentro del marco geográfico limitado del proceso nacional y la crisis regional
europeo. Los resultados interpretativos de los dos enfoques aplicados, explican el gran suceso de internacionalización.
Como se ha descrito en casi todas las publicaciones historiográficas de interés de numerosas potencias extranjeras, su
participación en la misma, sea colaborando de forma directa o indirectamente a cualquiera de dos bandos enfrentados.

Interesa destacar el análisis del capítulo V, los problemas socio políticos graves que plantea la zona republicana al inicio
del levantamiento rebelde, ya que las primeras acciones de resistencia fueron principalmente, una combinación entre las
fuerzas diezmadas del ejército profesional militar leal a la Institucionalidad de la República y la milicias populares
organizadas por sindicatos y partidos políticos de izquierda. Continúa con un estudio estricto sobre las distintas
organizaciones políticas y sindicales, que se opusieron militarmente al alzamiento a través de la descripción de las
diversas tendencias ideológicas que las conformaron. Concluye: pusieron en peligro su unidad “…entre si se luchaba por
la continuidad de la reforma democrática republicana (…) o más bien por una revolución social…”( Moradiello,
2007;96). Este capítulo nos permite comprender la delicada situación sobre el poder público y las nuevas organizaciones
armadas, de corte autonómicas comunales. Ese vacío de poder, permitió a las organizaciones de izquierda llevar a cabo
políticas radicales, como la expropiación de la tierra, experiencia de colectivización de las propiedades y modelos
organizativos auto gestionado de producción. El historiador analiza los modelos entorno a los éxitos y fracasos de las
experiencias, comparando rendimientos de productividad en la economía global de la zona republicana y la del bando
insurreccional. Las experiencias analizadas son en especial, en Cataluña.

Por otra parte, para aportar al debate específico sobre revolución o reformismo tan presente en Homenaje a Cataluña
incluyo al historiador español Víctor Sanz con su trabajo: “la revolución malograda”. Tiene la peculiaridad de licenciarse
historiador en nuestra Universidad de la República en la década de los años cincuenta. Su investigación fue realizada en el
marco de los cursos dictados en la Universidad de Venezuela. Es importante no sólo su interpretación histórica sobre el
acontecer, sino por su actitud en ser un combatiente y un activo antifascista. La obra es un sistemático análisis de las
causas subterráneas, que fueron aflorando para luego desembocar, según el historiador, en lo que constituyó un violento
enfrentamiento fratricida entre esas dos Españas; él lo considera el producto de un largo proceso histórico. Pero a su vez,
explica desde el inicio que el titulo no fue casual ya que, desde su punto de vista ocurrió algo más que una guerra civil,
había otros intereses en juego, no sólo los particulares expresados en el territorio nacional, sino relaciones e ideologías
sobre las cuestiones agrarias, sobre la tenencia de la tierra, proceso de industrialización, las aspiraciones autonómicas
regionales de los pueblos que conformaba al estado, la secularización en la enseñanza, para luego detallar los sucesos
políticos. El capítulo IV, referido a la revolución y creación de un ejército en la zona republicana, centra su análisis
principalmente en el movimiento obrero de Madrid y Barcelona; describe a las organizaciones sindicales y a los partidos
caracterizándolos, englobando los matices y discusiones ideológicas en dos polos diametralmente opuestos que tuvo que
enfrentar: la zona republicana entre revolución social o ganar la guerra contra el fascismo defendiendo la legalidad de la
república, o la socialización de los medios de producción. La principal controversia estaría dada por, el alto grado de
satisfacción expresado por el historiador sobre la resistencia heroica de las milicias en sofocar al comienzo el
levantamiento, la representación tan extrema de la ausencia o vació real del poder estatal en la zona republicana, la rápida
respuesta de las diferentes organizaciones en ocupar el espacio tradicional de poder por el poder popular, la auto-gestión
en la producción y la sobre-valoración de la colectivización en la tenencia de la tierra como modo eficiente de aumento de
la productividad.

El historiador Británico BurnerttBolloten en su ensayo: “La revolución española”, realiza un discurso historiográfico de
cierta simpatía con la teoría filo-anarco quista. Su análisis en general, se centra en tratar de corroborar con extensa
documentación, los diferentes discursos políticos, las estrategias utilizadas por parte del partido comunista en búsqueda
de la obtención hegemónica del poder desde un periodo de tiempo desde el inicio de la segunda república hasta la guerra
civil española. El capitulo XIII va en concordancia con el testimonio de Orwell, ya que describe la situación crítica
política y social por la que atravesaban las organizaciones revolucionarias dentro de la zona republicana. Narra las
diversas tendencias dentro del gobierno republicano y la imposición de una visión e interpretación hegemónica del
contexto, que entendía que ir a un movimiento restaurador del orden social liberal. En especial, este movimiento fue
dirigido y orquestado por el partido comunista español en concordancia y subordinación con la política internacional de
Moscú. Se detalla las políticas aplicadas al desmantelamiento progresivo de los comités revolucionarios por la
subordinación y progresiva sustitución por órganos centralizados de administración provincial estatal. Como consecuencia
directa, se desatan una serie de conflictos de acciones directas, entre huelgas y revueltas dentro de la zona republicana
fragmentados la unidad.

En cuanto a la historiadora Británica Helen Graham en su libro: “La república Española en Guerra”(2006) se centra en el
análisis de la estructura económica, social y cultural con un enfoque de historia global, problematiza los acontecimientos
políticos sucedidos en el periodo que nos compete. En su análisis escribió sobre la estructura económica que configuraba
la sociedad española, la caracterización en las distintas regiones, no solo a nivel cultural sino económico, donde describe
cada situación, constituyendo un modelo interpretativo, en especial sobre la región de Cataluña. Reflexiona sobre modelos
económicos dirigidos por la colectivización y las de economías libres, presenta las diferentes posiciones políticas e
ideológicas de las organizaciones resumiéndolas entre revolución social o reformismo. Detalla de manera crítica, las
estructuras organizativas autogestionarias sobre el trabajo, la forma de producción y la distribución de bienes, las medidas
económicas adoptadas por la organización en diferentes contextos a lo largo del tiempo. Interpreta que su resultado
económico fue un rotundo fracaso, ya sea, por mala gestión y deficiencia en la administración de la producción y
distribución, o por las políticas económicas orientadas dentro de pensamiento anarco sindicales propuestas por la CNT no
mejoraron la calidad de vida de la población. Sino al contrario, generaron procesos inflacionarios y desabastecimientos de
productos básicos en la población más pobre de los centros urbanos. Esta crisis económica en la zona republicana, en
especial en el cono urbano de las ciudades de Cataluña, fomentó las huelgas y enfrentamientos entre las diferentes
facciones que integraban la zona republicana. Este modelo interpretativo nos demuestra un micro clima muy tenso,
disgregante entre sus integrantes, en definitiva muy caótico de la zona republicana. Coloca en su esquema al partido
comunista, como un factor decisivo y clave para poder repensar el establecimiento del orden público y la centralidad de la
administración Republicana. Y a su vez, mejorar los aspectos económicos y sus resultados a través de una la economía
centralizada global de todas las aéreas, pero en torno a relaciones capitalistas. Crisis social y económica en el transcurso
del enfrentamiento bélico generadas por las políticas económicas alternativas fueron un factor determinante en la derrota
del gobierno Republicano.

Pierre Broué, en su artículo: “el partido comunista y el frente popular”, tiene como eje central el estudio específico del
partido comunista Español; presenta cuestiones sobre cómo pasó de ser un partido minoritario sin influencia en el campo
popular a convertirse en un importante órgano de decisiones en el estado republicano después de detonar la guerra civil.
Al principio de la década de los treinta, se presenta como una organización aislada del resto del campo popular, con una
notable radicalidad verbal en sus discursos políticos. El historiador nos describe los cambios sufridos por la organización,
hasta la conformación del frente popular, sus acuerdos programáticos, sus estrategias de alianza, sus afinidades
ideológicas con el resto de las organizaciones de izquierda realizando un estudio específico con la misma. Este contexto
complejo se debió a tres condiciones necesarias: su organización vertical y centralizada, las personalidades peculiares de
los dirigentes en la conducción y la colaboración del aparato internacional, subordinados a Moscú.En consecuencia, el
partido comunista español fue capaz de aglutinar a todas las fuerzas políticas y sindicales de tendencia anti
revolucionarias que integraron el frente popular y por otra parte, fue capaz a través de sus órganos de propaganda
internacional ser considerado en el imaginario colectivo, como el estandarte de la revolución en el frente popular. Su
principal conclusión es que, el partido comunista español en este contexto bélico compartió rasgos comunes con las
llamadas democracias populares, viendo un conjunto de similitudes, pudiendo ser considerada el primer intento
experimental de la misma.

Destaco los aportes -aunque no podré abordarlos en el trabajo monográfico por la extensión exigida- de una nueva
perspectiva analítica-género como categoría útil- en la producción historiográfica, elaborada por dos historiadoras que
detallaré a continuación:

La Historiadora Irlandesa Mary Nash en su trabajo de investigación las: “Rojas: las mujeres republicanas en la Guerra
Civil” Con el objetivo de pensar y analizar la experiencia de la mujeres y su rol en la guerra civil, Nash recurre a los
estudios sobre la historia de las mujeres en un intento de recuperar sus relatos, apelando a una metodología de la historia
de género, en busca de reflexionar sobre el rol histórico asignado. La autora plantea que la Guerra Civil trajo consigo
cambios significativos en la vida de las mujeres que conquistaron: autonomía, independencia y la posibilidad de habitar lo
público. Así, destaca el surgimiento de agrupaciones de mujeres antifascistas, a la vez que se detiene en las rupturas
ocurridas en la interna de estas organizaciones. En consecuencia, hace referencia al distanciamiento entre la AMA -que
reivindicaba un rol femenino ligado a lo reproductivo y lo ponía al servicio de ganar la guerra- y Mujeres Libres -que
buscaba revertir las estructuras sociales de género a partir de la revolución social-.

Por su parte la Historiadora francesa Maud Joly en: “Las violencias sexuadas de la Guerra Civil Española”, en su artículo
se aboca especialmente al análisis de la violencia física que, durante la guerra civil, sufrieron las mujeres republicanas.
Con esta finalidad, Maud Joly parte de un estado de la cuestión historiográfico para, más adelante, analizar y reflexionar
acerca de lo que denomina un: “espectáculo de humillación”. La violencia sistemática desplegada sobre el otro -enemigo-,
en tanta estrategia de control sobre los cuerpos, encontró en este período, en los cuerpos de las mujeres, un anclaje
particular. Es así que la autora hace referencia a la construcción de la enemiga: rol asignado a las mujeres republicanas en
tanto eran concebidas como enemigas de la moral y de la tradición, y que dio lugar a un sin fin de humillaciones,
vejaciones, mutilaciones y otras formas de violencia. En conclusión, este artículo nos permite ser una variante de
conjunción entre la categoría de análisis del género propiamente dicho y la alteridad.

Alteridad
Edificaré la categoría “alteridad” en dos bloques temáticos. El primera division, tendrá una orientación disciplinaria
antropológica, de naturaleza analítica. La fuente será trabajada desde este modelo teórico.

El segundo bloque, tiene como objetivo establecer un escenario interpretativo complejo, a través de relacionar de manera
dialéctica la categoría formada con esquemas de poder. La finalidad de la categoría construida, es comprender
históricamente la mentalidad del periodo por medio de la experiencia atestiguada de un voluntario internacional que
participó activamente en la guerra civil española, como lo fue: Orwell.

A LTERIDAD: P ERSPECTIVA A NTROPOLÓGICA

En una primera instancia, resulta necesario definir el concepto de la alteridad a través de una perspectiva teórica del área
antropológica desarrollada por el investigador mexicano Esteban Krotz, quien concibe a la categoría de la siguiente
manera: “…captar el fenómeno humano de un modo especial” (Krotz, 1999:19). Confiere una metodología de estudio,
aplicada en el relacionamiento con el otro que no conforma mi grupo, es decir, moviéndose en el campo de lo extraño, lo
ajeno, por ende, lo desconocido. En este concepto, la alteridad está vinculada inevitablemente a la experiencia de: “…
concebir a esos otros como una abstracción, como una instancia de la configuración psíquica de todo individuo, como el
Otro, el otro y otro en relación con el yo…” (Todorov, 1982:8)

En este sentido, se crea una situación particular de: “…confrontación con las hasta entonces desconocidas singularidades
de otro grupo humano (…) lenguaje, costumbres cotidianas, fiestas, ceremonias religiosas o lo que sea”. (Krotz,
1999:19).La compresión del otro, está orientada a lo opuesto, tendiente a la negación: “…con respeto a sus
particularidades individuales (…) sino como miembro de una sociedad, como portador de una cultura…” (Krotz,
1999:20).

Significa que, la condición del sujeto se basa en una tradición material y espiritual que lo constituye, que lo atraviesa y lo
integra dentro de un colectivo que también lo reconoce. En particular, la categoría tiene la condición de que: “…siempre
se entra al campo de la visión en conjunto de la otra cultura y cada elemento particular es contemplado dentro de esta
totalidad cultural…” (Krotz, 1999:20).

A tales efectos, podemos interpretar a través de este primer abordaje temático, el concepto de definir “el nosotros” frente
al otro, ya que Orwell forma parte de los miles de voluntarios internacionales que integran la milicia, que participaron
activamente del conflicto de la guerra civil española. Con los insumos conceptuales diseñados se genera un marco
analítico que tiende a avizorar el “nosotros” por medio de tres características intrínsecas que, conforman la identidad de
los voluntarios brigadistas, que tiene la particularidad de estar íntimamente relacionadas entre sí. Se advierte la dificultad
de situar límites definidos, claros, pero estas características son necesarias para conceder un orden al trabajo.
La primera característica integradora era: su concepción categórica internacional, ya que la guerra civil encarnaba las
cuestiones políticas y simbólicas más relevantes de las sociedades contemporáneas: “… por un lado, la democracia y la
revolución social, (…) donde parecía estallar, por el otro, la alianza de una contrarrevolución o reacción…” (Hobsbawn,
2015:144).Subordinado a la condición de internacional, está sin duda, su fuerte carácter o convicción política ideológica
antifascista dentro del colectivo voluntario internacional el de: “…impedir la propagación de una ideología destructiva o
corruptora, lo primero que hay que hacer es identificarla como tal.”(Tremlett, 2020:19).Esta forma de comprender el
momento histórico por parte del colectivo, es sin duda la articulación más importante de pensarse así mismo en relación
con otro colectivo, que conducirá a decidir “…empuñar las armas contra una ideología que más tarde asesinaría
sistemáticamente a más de seis millones de judíos, (...) gitanos, homosexuales, personas discapacitadas y otras, además de
provocar una guerra mundial” (Tremlett, 2020:19).

Orwell no es ajeno a esta forma de percibir el contexto geopolítico histórico que le toca vivir, sino al contrario,
diciendo:“…si me hubieran preguntado porque me uní a la milicias hubiera respondido para luchas contra el fascismo, y
si me hubieran preguntado porque luchaba… por simple decencia…” (Orwell; 2006:62).

Estas discusiones políticas tienen su interés en la agenda a nivel global, atraviesan a los individuos y pesaron sobre el
motivo por el cual se decidieron a intervenir y participar activamente en la guerra civil. El historiador británico Richard
Baxel, que realizó trabajos de investigación en relación a los voluntarios brigadistas de origen británico, sostiene en su
artículo: “El Batallón Británico de la XV Brigada Internacional”: que el interés de la mayor parte de los voluntarios
ingleses para movilizarse fue, parafraseándolo: “el desprecio de las potencias occidentales y al mantenerse al margen
frente al golpe fascistas ocurrido en España”. Si rastreamos el argumento esgrimido por Orwell sobre las dimensiones de
la cuestión en juego en el conflicto dirá lo siguiente: “…es probable que todos los antifascista de Europa sintieran
renacer sus esperanzas: por fin, aparentemente, una democracia se levantaba contra el fascismo. Durante años los países
llamados democráticos se habían sometido al fascismo reiteradamente.” (Orwell; 2006:63).

Por su parte, si se entabla una relación entre la categoría analítica internacional, articulando a su vez con el concepto
contextual de diáspora, creado por la historiadora británica Helen Graham, permitirá señalar que la mayoría de los
voluntarios que integran las milicias, se componían del estrato social perteneciente a obreros, preferentemente urbanos y
de origen europeos.La historiadora británica expone que, los voluntarios brigadistas generalmente forman parte del
movimiento estructural migratorio de exiliados, generados a posteriori de la Gran Guerra que fueron determinados: “…
por motivos económicos o para huir de la represión política, y con frecuencia por ambas razones.” (Graham, 2012:95).

Orwell forma parte de este movimiento migratorio que determinó a gran parte de la clase obrera inglesa, al enfrentar el
exilio económico varias veces según consta en su biografía, no resulta una novedad para el autor el desplazamiento por
temas de trabajo: “…había viajado a España con el proyecto de escribir artículos periodísticos, pero ingresé en la milicia
casi de inmediato, porque en esa época y en esa atmósfera parecía ser la única actitud posible.” (Orwell; 2006:18).

Al final nos muestra el interés de Orwell, por participar en el conflicto asociado claramente a la percepción de la
mentalidad internacionalista. La toma de consciencia está presente en los voluntarios, así como la intervención activa que
reviste carácter definitorio ya que:“…luchando contra los militares rebeldes y sus partidarios fascistas en España estaban
también asestando un golpe a la exclusión económica y política de todo el continente” (Graham, 2012:98).

La segunda característica, se evidencia a partir del acercamiento que tuvo Orwell con esta nueva experiencia militante
internacionalista en la guerra civil, es decir, en su relacionamiento y contacto con el otro, -en este caso un miliciano
italiano-expresando lo siguiente: “…cuando íbamos a salir, cruzó la habitación y me apretó la mano. Resulta extraño
cuanto afecto se puede sentir por un desconocido. Fue como si su espíritu y el mío hubieran logrado momentáneamente
salvar el abismo del lenguaje y la tradición y unirse en absoluta intimidad.”(Orwell; 2006:18).

Analizar este párrafo es fundamental, ya que, descubre un el elemento esencial: el carácter identitario que constituye la
razón existencial común o colectiva, el sentimiento de solidaridad presente en el grupo masivo de voluntarios, que se
integraron en un primer momento a las distintas formas de organizaciones de extranjeros que participaron activamente por
la causa Republicana. Esta característica, que constituye la identidad de los brigadistas, está escrita a lo largo de toda la
obra de “Homenaje a Cataluña”, en particular, este párrafo escogido, representan el punto central, ya que muestra ante
todo la solidaridad de clase; una idea y práctica de relacionamiento humano muy distinta al contexto histórico violento y
adverso que se vivía. Este sentimiento de solidaridad, es el punto de encuentro que tiende puentes, derribando fronteras a
las pautas nacionales, tradicionales, culturales que atraviesan a los individuos, en este caso al ser un italiano, abriendo
caminos de entendimiento, a pesar de las limitantes existentes en la cohesión colectiva.

Hay un ejercicio intelectual de apertura y compresión frente a otro distinto; esto muestra claramente el carácter
internacional y heterogéneo que configura al colectivo, retratando esta experiencia en total oposición a la doctrina fascista.
Pero a su vez, este ideal solidario que representa al colectivo, subraya intrínsecamente el motivo general por el cual los
voluntarios internacionales abrazaron la causa republicana. Estas aspiraciones cohesionan al colectivo, y la vemos
sintetizadas en:“…alguna clase de apertura social y cultural y que consideraban que la República ofrecía un futuro más
esperanzador, la posibilidad de una sociedad más abierta.”(Graham, 2012:99).

Esta aspiración e interés general está presente en Orwell, precisamente la preocupación en torno al proceso de asunción al
poder por formas autoritarias, de imposición ideológica radical por medio de la violencia, la intolerancia y la eliminación
de los diferentes. Es elocuente su apoyo a la causa republicana desde este punto de vista, reflejando la intranquilidad
presente en su pensamiento por la falta de acción y haber: “…permitido a los japoneses hacer lo que querían en
Manchuria. Hitler había subido al poder y había masacrado a sus opositores políticos de todos los colores. Mussolini
había bombardeado a los abisinios…” (Orwell; 2006:63).

Destaca la oración anterior, la violencia doctrinaria purista estructural del fascismo, amenazando a todas las tendencias
opositoras en pensamiento, como también exhibe una referencia ineludible a la violencia imperialista ejercida a otros
colectivos sociales. La solidaridad como emblema, simboliza en el imaginario colectivo de los brigadistas, un escenario
internacional integrado ya que, al combatir: “…estaban resistiendo, a la vez, muchas formas de exclusión política y social
violenta.”(Graham, 2012:101).Este esclarecimiento previo, se ajusta a la experiencia protagonizada por Orwell en la
trinchera de Aragón, cuando detalla de manera intencional el encuentro con un capitán “llamado Lewiski, pero todos lo
conocían como Benjamín, y aunque era judío-polaco hablaba perfecto francés…” (Orwell; 2006:34).En cierta medida,
exhibe a un integrante del colectivo que defiende y se solidariza con la causa republicana; ésta como forma de combatir la
marginalidad y la expulsión que impone el régimen autoritario, católico, reaccionario en su país, en este caso Polonia, en
relación a la intolerancia religiosa al ser judío. Con el voluntario italiano nombrado al principio, muestra un buen ejemplo
del contexto de regímenes autoritarios conservadores, que fueron una causa importante para que sucediera la participación
de los voluntarios que fueron expulsados de sus respectivos países. Quizás la representación más cruda sobre este asunto
escrita por Orwell se manifiesta en el contexto de los sucesos de mayo de 1937, frente a los miembros voluntarios
brigadistas internacionales que militaban en el POUM. Orwell narra que durante la represión hacia el POUM los:

“…extranjeros con historiales políticos dudosos había huido, con la policía pisándole los talones y con el temor
constante de una denuncia.la situación era peor para los italianos y alemanes, que no tenían pasaporte y para muchos de
los cuales los buscaba la policía secreta de sus propio países” (Orwell; 2006:156).

La última característica identitaria de los voluntarios internacionales, que se manifiesta entretejida con el rasgo anterior
interpretado, pero con una sutil diferencia la podemos visualizar en la expresión: “…enfrentamiento agudo entre valores y
modos de vida: una jerarquía social estricta contra formas de política más igualitarias…” (Graham, 2012: 95). Hay una
búsqueda de cambio, que identifica a los voluntarios, más allá de los matices ideológicos; la práctica permitió cruzar las
fronteras culturales: “…esto se debían en si a que las milicias eran revolucionarias…” (Orwell; 2006:117).
Revolucionarias, en el entendido del “relacionamiento con otro diverso”, que se congeniaban para enfrentar y desafiar los
modos de vida hegemónicos, de sociedades altamente jerarquizadas, manifestada en: “…la división de clase desapareció
hasta un punto que resulta casi inconcebible en la atmósfera mercantil de Inglaterra…” (Orwell; 2006:117). Las milicias
resultaron ser espacio de encuentro, de oposición al régimen social operante y ofrecieron ser en este contexto, según
sintetiza la expresión del voluntario, según percepción de Orwell haber: “…vivido en una comunidad donde la esperanza
era más normal que la apatía o el cinismo, donde la palabra camarada significaba camaradería (…). Había respirado el
aire de la igualdad” (Orwell; 2006:118). Este espacio particular, fraterno, que se entabló en el cotidiano de la lucha, logra
vencer los discursos fragmentarios y argumentales construidos desde las dirigencias políticasde las organizaciones a las
que pertenecían. En este sentido, Orwell nos narra luego de los sucesos de mayo, que sigue evidenciando la relación
fraterna, igualitaria entre los voluntarios brigadistas, a tal punto que: “…los milicianos del PSUC a quien conocí en el
frente, los comunistas de la Brigada Internacional con quienes me encontraba de tiempo en tiempo, nunca me llamaron
trotskista ni traidor…”(Orwell; 2006:78).

En síntesis, los miembros voluntarios que se unieron a las brigadas se presentaban como: uno de los fenómenos de la
internacionalización del conflicto, magnificado a su vez: “…desde el punto de vista ideológico y político como militar,
daban un aire de guerra romántica que causaba una enorme expectación.” (Alias Miranda; 2019:7)

A LTERIDAD: ABORDADA DESDE ESQUEMAS DE PODER

La categoría alteridad, desarrollada en el punto anterior se relaciona con el encuadre teórico de establecer dentro de
parámetros relativos de: “…una cultura definida exclusivamente a merced de la relación que guardan con el observador”.
(Todorov, 1982:81). Esta definición general, sintética sobre cómo se construye el discurso del conocimiento occidental,
será el principio para tratar de problematizar y describir las complejidades que se generan en este espacio de intercambio y
encuentro con el otro.

La frase anterior elaborada por el filósofo francés Todorov, permite pensar la categoría alteridad a través de modelos
interpretativos sobre relaciones de poder -incorporando una condición de análisis asociada a la dominación en referencia,
a la producción del conocimiento dentro de la cultura occidental. Entonces, resulta fundamental dimensionar la jerarquía
que adquiere la obra “Homenaje a Cataluña” como un producto de conocimiento cultural, de género literario divulgativo,
que adquirió una enorme trascendencia a nivel mundial, por distintas razones. Su importancia la centramos en que, ha sido
una obra influyente en la constitución general del discurso que se entreteje entre el imaginario y la memoria colectiva, en
el ámbito social popular.

Reflexionando al respecto, tomaremos el pensamiento del filósofo argelino Edward Said que plantea, que es inocente
pensar que la producción del conocimiento se desliga completamente del individuo, ya que, es imposible disociar la
producción con el productor intelectual del mismo.
En su ensayo, denominado: “el orientalismo” E. Said reflexiona sobre las formas culturales occidentales que, al
relacionarse con el otro, no se posicionan en una situación abierta, horizontal, hacia lo desconocido, sino que su encuentro
se establece desde un espacio interpretativo, desde su valoración subjetiva.
El conocimiento es un producto intelectual del individuo, por ende, estará atravesado y determinado en función de: “…su
circunstancia de vida, de sus compromisos (conscientes o inconscientes) con una clase, con un conjunto de creencias, con
una posición social o con una mera condición de miembro de una sociedad.” (Said; 2016:31).
La producción escrita también, va a estar determinada, ya que, considera que: “…todos los textos tienen vínculo con el
mundo y con sus circunstancias de acuerdo con unas condiciones…” (Said; 2016:48).
En el marco de esta lógica racional occidental operante, de características binarias, de oposición, que determina y
atraviesa a la categoría alteridad, es necesario describir la relación entre la noción colectiva e identificadora de lo que
denominamos “nosotros” y los” otros”, que son los que no forman parte de “nosotros”. Este conjunto de representaciones
simbólicas e ideas han sido el: “… componente principal de la cultura europea, es precisamente aquel que contribuye a
que esta cultura sea hegemónica tanto dentro, como fuera de Europa”. (Said; 2016:27).
Este imaginario identitario construido de manera artificial, arbitrario, histórico, crea una división “geográfica imaginaria”
a través de un conjunto de estrategias flexibles, elaboradas por la estructura de los grupos de interés, según Said.
Sistemáticamente desarrollan de manera progresiva, mecanismos que determinan una única posición de ventaja de la
cultura e ideas europeas, en comparación con el resto. Esta manera de ver el mundo por las clases dominantes termina por
imponer al resto de la sociedad europea, sus valores morales de superioridad, como única y legitima forma de
relacionarse, imposibilitando al individuo romper con los modelos relativos de exclusión del resto.
Dicha identidad del “nosotros” frente al resto, como he venido planteando, de ser dominante, se autoproclama como
natural y se va construyendo en base a un discurso de carácter arbitrario, jerarquizado, sin otra justificación que su propia
existencia. Su existencia está determinada en función de ejercer el poder, condicionando: “… las bases de los efectos de
sentido que fundamentan la cosmovisión vigente, unos sentidos que se han “sedimentado”, imponiendo un logo concreto a
todo lo demás de forma excluyente.” (Zarzo; 2020:131)
En definitiva, comprendemos que la relación que se establece no es dicotómica, sino al contrario la dominación, es la
proyección y construcción propia de la alteridad, que se manifiesta en la existencia de la otredad misma. Esta manera de
entender el intercambio desigual que se establece en relación al otro, encontrará su fundamento, en el ensayo lingüístico
tomada por el filosofó argelino: Jacques Derrida.
En consecuencia, el conocimiento con el otro en el imaginario europeo, se basará precisamente en una relación que se
establece siempre de superioridad, que trata de justificarse a través de construcciones históricas de discurso. Se busca
establecer un mecanismo de normalización mediante diversos dispositivos. En el ensayo nos enuncia los diferentes
mecanismos de: jerarquización autocrática, que posiciona en estado natural al lenguaje expresado en el centro de la
metrópolis colonialista, otorgándoles un sentido original, universal, unitario y, sobre todo, verdadero. Por ende, la relación
de opresión en la que se identifica el colono se establece en función: “…la identidad dominante es un efecto de sentido
que se impone ocultando su impureza”. (Zarzo; 2020:133)
La inclusión de esta teoría lingüística, se argumenta en atribuirle al lenguaje, la función de articular y estructurar nuestro
pensamiento occidental; contribuye cómo marco explicativo a reflexionar de forma profunda la mentalidad de Orwell,
como sujeto integrante de la sociedad inglesa. A través de comprender la importancia del marco explicativo de Derrida
sobre él: logo centrismo condiciona y crea el sentido de la lógica racional “…la escisión conceptual entre el “afuera” y el
“adentro” que da cobertura a otras contraposiciones como la de “ellos” frente a “nosotros” presentan fronteras totalmente
artificiales”. (Zarzo; 2020:136)
Esta construcción histórica sobre el otro, se aplica en un imaginario geográfico artificial, que va construyendo sus
identidades nacionales por medio de la lógica del logo centrismo. Pero, dentro de este esquema imaginario geopolítico,
encontramos relaciones asimétricas de poder.
No hay un intercambio de relacionamiento mutuo, horizontal, entre las regiones consideradas unitarias, al contrario,
existen las “potencias” o metrópolis europeas, que se desarrollaron sobre las naciones o comunidades periféricas, como
expondría Edward Said: “la producción del conocimiento dentro de las relaciones del capitalismo, están determinadas por
una relación directa e inseparable con otro campo de poder categórico: el Imperialismo.
Es seductor pensar que, al inicio del libro nos plantea un discurso de izquierda relativo a la unidad internacional de la
clase obrera, frente a los valores hegemónicos. Pero, a la hora de aplicarlos en la operación concreta, el discurso se asimila
más a las formas de análisis cultural comparativo, donde se establece de manera sistemática, las ventajas de ser parte de
las sociedades modernas y en especial de ser inglés. Estas apreciaciones simbólicas, de carácter arbitrarias y subjetivas
van imposibilitando la opción detener otra perspectiva, a tal punto que, nos expresa lo siguiente: “…la guerra atrae a
mucha gentuza-los ingleses constituían un grupo excepcionalmente bueno, tanto física como mentalmente” (Orwell;
2006:54).
Su carácter imperialista sigue estando presente en su lógica, tanto en el campo simbólico del discurso, conservando los
rasgos competitivos de superioridad, como en alusión con la otra potencia imperialista, como es la sociedad francesa.

Presenta una sensibilidad propia de la noción de alteridad, configurada por la cultura occidental de exclusión, de pensarse
a sí mismo como los mejores frente al resto y le sorprende que los españoles piensen: “…los franceses eran más valientes
afirmaba (…). Desde luego, manifesté mi desacuerdo, pero me explicaron que los franceses sabían más sobre el arte de
la guerra (…).El comentario resulta significativo. Un inglés se cortaría la mano antes de decir algo semejante” (Orwell;
2006:26). En general, Orwell plantea de manera genérica dos conceptos que recoge de su experiencia en relación con el
pueblo español: “…los extranjeros se sienten consternados por igual a su ineficaz, sobre todo su enloquecedora
impuntualidad.” (Orwell; 2006:26). Evidencia que forma parte, de una sociedad de relaciones capitalistas, que atravesó el
adoctrinamiento por medio de espacios de socialización educativa, quienes reglamentaron la noción del tiempo en
relación a la funcionalidad específica de las actividades. Por ende, las actividades de los individuos están organizadas de
manera funcional a las relaciones sociales en que se estructuran los modos de producción capitalistas. A tal punto, esta
forma de pensar el tiempo, está presente en la subjetividad de Orwell, que plantea: “…admiro a los españoles por no
compartir la neurosis del tiempo, típica de los hombres del norte, pero por desgracia, yo la comparto…” (Orwell;
2006:26).
En relación al concepto anterior, cabe destacar otra particularidad expuesta en su encuentro con la sociedad española,
que es la siguiente: “Para cualquier miembro de la civilización endurecida y burlona de la raza de habla inglesa, había
algo patético en la literalidad con que estos españoles idealistas se toman las gastadas frases de la revolución (…) las
canciones revolucionarias del tipo más ingenuos (…) a menudo vi milicianos casi analfabetos (...)que trabajosamente
comenzaban a cantarla... ” (Orwell; 2006:20).

Esta última frase, al interpretarla, exhibe ese rasgo típico de superioridad cultural, propia de la construcción civilizatoria
occidental; estos parámetros categóricos, jerárquicos, están presentes en la subjetividad que determina el pensamiento y
orientan una única forma del ser cultural. Él uso del lenguaje escrito adquiere dimensiones de sofisticación, siempre en
desmedro de otras formas de comunicación y expresión de entender la realidad, que terminan siendo excluyentes. Por otra
parte, hay una burla tendiente a minimizar y desprestigiar los conceptos ideológicos construidos por los milicianos
españoles, considerándolos de pensamiento lineal, primitivo e infantil, en comparación con los miembros de la sociedad
inglesa. La palabra ingenuidad, siempre está presente. En la superficie estaría asociado al asombrado o la sorpresa, pero al
articular con los conceptos teóricos desarrollados, se evidencia el prejuicio imperialista sobre la diversidad, en definitiva,
impone una sola lógica racional de comprender la realidad. Existe una constante a lo largo de todos sus capítulos: la lucha
en las trincheras que se engloba dentro de la lógica de tácticas flexibles aplicadas que es: una superioridad arbitraria
cultural, de distinciones imaginarias geográficas, de las ventajas de la propia civilización nacional dominante, sobre lo que
es conocido para un ciudadano británico.

Por tanto, no existe una estimación real del impacto del fascismo español, ya que se sigue pensándolo desde la perspectiva
de ser: estados periféricos de la escena política, inferior en táctica de la guerra moderna. Pero, cuando realiza una
descripción política presente en: “Homenaje a Cataluña”, sobre la situación de reacción de la derecha y los mandos
militares detallan lo siguiente: “Franco no era estrictamente comparado con Hitler y Mussolini. Su ascenso se debió a un
golpe militar respaldado por la aristocracia y la iglesia, en lo esencial, especialmente al comienzo, no constituyó tanto un
intento de imponer el fascismo como de restaurar el feudalismo.” (Orwell; 2006:63).

En su crítica a la situación política del levantamiento insurreccional, Orwell considera a la derecha como, siendo una
simple reacción de fuerzas conservadoras de las antiguas relaciones feudales, que no va a tener la misma eficacia a la hora
de matar, en comparación con los estados modernos alemanes e italianos. Además, plantea que, el movimiento
reaccionario liderado por Franco, no está integrado en mayor parte por la denominada burguesía, ya que se encuentra en
una fase anterior del desarrollo lineal a la sociedad liberal y apoya a la república.

Lo que significa que, hay una sobre-valoración homóloga entre los sistemas del estado moderno, relativo a su eficacia en
todos los ámbitos similares a los que hay entre Alemania e Italia con Inglaterra, apreciándose en su concepto propio de
modernidad y progreso, diciendo a modo de ejemplo más llamativo: “Los fascistas dispararon bien esta mañana; quizás
se trataba de artilleros alemanes…”(Orwell; 2006:99).Incluso a la hora de identificar en el campo de batalla, su
apreciación en el ámbito de su sensibilidad comparativa entre la idea dominante impuesta en el imaginario y la realidad
del fascismo en la guerra española, en nada se pareciera a la situación real contra el imaginario colectivo prerrogativa que
tenían los obreros ingleses. Sobre el mismo, nos planteara la siguiente afirmación: “Estos desertores eran los primeros
fascistas verdaderos que yo veía. Me sorprendió que no hubiera entre ellos y nosotros ninguna diferencia, con la
excepción que usaban overoles de color caqui. (…) en cierto modo constituía un espectáculo penoso…” (Orwell;
2006:31). Nos muestra nuevamente su visión en relación al otro, realizando comparativas discursivas, en relación a su
disciplina, logística y cuadro táctico militar, que resultan siempre beneficiosas a los estados modernos de las sociedades:
británica o alemana. Siempre describe a la sociedad española como atrasada, materialmente pobre, ignorante, tanto en el
plano ideológico de los integrantes del bando fascista. Minimiza la violencia, no los considera dignos del enfrentamiento
ideológico, proyecta que no existen motivaciones ni intereses reales por parte de gran número del integrante del ejército
derechista a diferencia de los movimientos fascistas de Gran Bretaña o Alemania.

Para finalizar, resulta interesante en Orwell la constante contradicción en su discurso, por un lado, apoya al modelo
alternativo revolucionario sindical-que denomina Anarquismo- al considerarlo un movimiento genuinamente igualitario y
justo.Pero,cuando lo analiza desde la práctica racional, que es la forma alternativa de concebir el poder y sus formas
organizativas de cara al conflicto bélico por la CNT-FAI, en su reflexión definitoria, solo hay valoraciones de desprecio,
cuando dice:“…la disolución se realizó en nombre de la eficiencia militar Nadie negaba la necesidad de una
reorganización militar a fondo”(Orwell; 2006:76).Si la frase anterior, la articulamos con el modelo analítico teórico
construido, dará evidencia que el pensamiento de Orwell presenta una clara manifestación a favor del modelo marxista,
ideología propia de las sociedades industriales. Lo considera superior en la práctica al libertario -al que define propio de
España- cuando plantea simplemente: “…Los comunistas tenía una política práctica definida, una política evidentemente
mejor desde el punto de vista del sentido común que solo tiene en cuenta el corto plazo (…) (Orwell; 2006:76).Además,
desde esta perspectiva, el sentido común- subjetividad occidental- siempre se decanta en la práctica concreta,por el
modelo económico y político homólogo al que considera progreso,que paralelamente aplicado a una lógica superlativa
presenta ciertas características que consideran de superación como: la centralización, la eficiencia productiva, la
jerarquización, estableciendo una evaluación relativa condenatoria de admiración. Esta lógica civilizatoria racional no
admite alternativa, sino que, conduce a elecciones homogéneas promocionadas, valoradas y reproducidas por el Estado
Moderno Capitalista. Orwell al pensar la política de guerra se proyecta en la del partido comunista- aunque éticamente
considera a los libertarios superiores-considera que es la correcta porque dirigen en: “… línea general-elimina el caos
revolucionario, apresura la producción, militarizar el ejercito- parece realista y eficiente.”(Orwell; 2006:82).En
resumen, Orwell dentro de la contradicción emocional utópica, demuestra siempre, una sola forma de pensar y
comprender el mundo,que es la de una lógica racional, de un integrante de la sociedad Británica.

CONFLICTO POLÍTICO EN BARCELONA


La narrativa de Orwell, en la descripción de sus experiencias como miliciano brigadista en las trincheras, presenta en el
capítulo V, una interesante ruptura de sentido y contenido que será el punto de partida del presente análisis. Hasta este
momento, el autor narra con tono anecdótico sus vivencias en la guerra; sin embargo, a lo largo de este capítulo, se enfoca
en la “situación política interna del bando gubernamental” (Orwell; 1996:61), y en los sucesos de la primavera de
Barcelona de 1937. A partir de la importancia conferida a los aspectos políticos de la guerra, el presente escrito busca
analizar los sucesos mencionados con una mirada centrada en la alteridad y atravesada por los esquemas de relaciones de
poder, que fueron teorizados por el filósofo francés Michel Foucault.

En el encuentro de estos conceptos, se pretende construir un modelo interpretativo que problematice y complejice los
acontecimientos descritos por Orwell. Resulta necesario definir algunos conceptos esenciales que contribuirán al modelo
analítico interpretativo propuesto. En primer lugar, establecer previamente ¿cómo comprende teóricamente Foucault el
término: poder?, ¿en qué consisten las relaciones que se establecen? ¿Cómo se ejerce el poder? ¿Y qué pasa cuando los
individuos ejercen su poder sobre otros?

El significado que adquiere el poder, desde la perspectiva teórica- metodológica moldeada por Foucault: “…designa
relaciones entre parejas (…) permaneciendo por el momento en términos más generales, en un conjunto de acciones que
se inducen y se encuentran formando una sucesión.” (Foucault; 1988:12). La delimitación anteriormente meditada del
poder, coloca en juego, relaciones entre individuos (o grupos) pero no cualquier relación, sino particularmente especifica,
ya que es: “… un modo de acción de algunos sobre otros.” (Foucault; 1988:14).En este sentido, el poder sólo existe en el
ejercicio del mismo ya que se comprende: “…como un modo de acción sobre las acciones de los otros, cuando se
caracterizan estas acciones por el gobierno de los hombres…” (Foucault; 1988:15).

El concepto de gobierno de los hombres, no está limitado simplemente a las estructuras políticas o de gestión, sino que,
hace referencia a una definición integral, pensada en el ejercicio del poder de: “…una manera en que unos pueden
estructurar el campo de acción de los otros.” (Foucault; 1988:17). Es decir que, la utilización de las herramientas
conceptuales elaboradas por Foucault sobre su visión del poder, nos permite evidenciar que cuando: “…hablamos de
estructura o mecanismo de poder, es solo en la medida en que suponemos que ciertas personas ejercen poder sobre otras.”
(Foucault; 1988:12). En particular, cuando describe las relaciones del poder son: “…un modo de acción que no actúa de
manera directa e inmediata sobre otros, sino que actúa sobre sus acciones: una acción sobre la acción, sobre acciones
eventuales o actuales, presentes o futuras.” (Foucault; 1988:14). En definitiva, según el filósofo francés: “…el poder es
una situación estratégica que ocurre en una sociedad determinada.” (Del Valle; 2012:156)

Esta particularidad trasfiere a la relaciones de poder su condición de “no permanentes”, “no estables” sino al contrario “…
deben ser constantemente redefinidas en cada contexto histórico a través de las (…) representaciones simbólicas y
sociales.” (Sesto; 2005:12).Conforme a esta lógica, el ejercicio del poder, presenta en su relación permanente de
existencia, dos consecuencias inalterables de relación mutua posibles: por un lado, su carácter de “sumisión” a la fuerza y
por otra parte, se manifiestan las denominadas “libertades esencialmente obstinadas”. Lo central es que, cuando se
efectúan relaciones de poder habrá en la práctica fuerzas que se contraponen a esa acción estableciendo que “…no hay
relación de poder sin resistencia, sin escapatoria o huida, sin un eventual retorno.” (Foucault; 1988:19).En tal sentido, la
resistencia tiene un rasgo particularmente activo que se enfrenta al poder y que busca liberarse del mismo, pero que a su
vez juega estratégicamente entre los límites del poder y define la subjetividad propia de la resistencia. Se otorgará un
sentido práctico que permita indicar: “…la presencia de la otredad en la mismidad como opacidad que no puede
esclarecerse, en una tensión preventiva entre fuerzas, que está signado por una continua apropiación y desapropiación de
la dominación…” (Sesto; 2005:11)

El concepto anterior limita al poder constitutivamente en dos pliegues simultáneos en sí mismo, tornando a la: “…
resistencia un elemento que lo constituye y lo hace posible, pero, por otro lado, que se contrapone al él.” (Del Valle;
2012:162). Describe en esta particular relación ejercida, un trasfondo dinámico: “…una red abierta de relaciones en
conflicto, fuerzas contrapuestas, que necesitan de esa figura del otro, para justificarse…” (Del Valle; 2012:162)
edificando una lógica propia, interesada esencialmente, en su dimensión categórica- filosófica: agonística. El poder sólo
se constituye en conflicto, en juego de lucha, por tanto, adquieren importancia las categorías de: estrategia y táctica, ya
que, conforman esta relación, que permite el funcionamiento real del poder. En síntesis, el modelo analítico de Foucault
permite desarrollar el estudio de: “… las relaciones de poder a través del enfrentamiento de las estrategias.” (Foucault;
1988:5); pero, con la advertencia de que, el ejercicio de poder de dominación, no se enmarca en: “…un hecho primero y
masivo de dominación, sino una producción de múltiples y diferentes relaciones de dominación, que pueden integrarse de
manera parcial a estrategias de conjunto” (García, 2006:73).

En su interacción del: “…conjunto de relaciones de fuerza en una sociedad dada, en un espacio y un tiempo, se conforma
el campo de la política…” (García, 2006:74). En consecuencia, la noción de política adquiere una particular característica
funcionalista de ser: “…una estrategia más o menos global, que intenta coordinar y dar un sentido a estas relaciones de
fuerza” (Del Valle; 2012:164).La estrategia política en sí, deviene y se efectúa desde “… micro prácticas, conduciendo y
codificando la red de poder a una escala macro política.” (Del Valle; 2012:164). En definitiva, para Foucault la categoría
política en su plan global: “…solo corresponde a los acontecimientos que exponen una lucha entre diferentes fuerzas,
entre el poder y la resistencia.” (Del Valle; 2012:165)

La exposición teórica anterior, tiene la importancia de brindar recursos conceptuales que permiten construir un marco
interpretativo funcional, que evidencia el objetivo inicial de la: “…lucha Inter partidaria que se desarrollaba dentro del
bando gubernamental” (Orwell; 1996:61).

La finalidad es ofrecer una alternativa al discurso historiográfico tradicional, creando un espacio reflexivo crítico que
logre desarticular una relación dialéctica binaria, mecanicista, entre revolución y contrarrevolución, aplicadas en los
denominados sucesos de mayo en Barcelona, en 1937. Esto surge a partir de la preocupación expresada por Orwell, al
descubrir el fragmentado panorama de culturas políticas que participaron en la experiencia militar; llevándolo a analizar el
complejo entramado de relaciones, que se fueron tejiendo entre ellos, con la finalidad de unirse frente a un enemigo
común: el fascismo.

Retomo la referencia inaugural de la reflexión política que, Orwell describe sobre la alianza antifascista en Cataluña,
como un: “…calidoscopio de partidos políticos y uniones gremiales, con sus cansadores nombres –P.S.U.C, P.O.U.M,
F.A.I, C.N.T, U.G.T, J.C.I, J.S.U, A.I.T- “(Orwell; 1996:62). Al principio, solamente le resultaba extraña la cantidad de
denominaciones que representaban al bando antifascista, asumía el discurso propio de los voluntarios internacionales
(anteriormente trabajado) que combatían en España. Pero, al relacionarse con la columna de militantes del POUM
(mayoritariamente catalanes) empieza a desarticular el discurso, al decir: “… ¿acaso no somos todos socialistas? Me
pareció una idiotez que hombres que se jugaban la vida por igual tuvieran partidos distintos.” (Orwell; 1996:62).

Aquí señala una característica particular de la “Alianza Antifascista” –diferente en comparación con el bando
nacionalista- es que al: “…contrario de establecer una comunidad de intereses políticos que, en realidad, corresponden a
un encuentro circunstancial.” (Ferrán; 2007:102. Este panorama complejo en la política del Bando Antifascista está
expresado de manera simbólica por Orwell, al asimilar al individuo (miliciano) dentro de un esquema de juego de poder
siendo: “… soldado contra Franco, pero también un peón en un gigantesco combate que enfrentaba a dos teorías
políticas.” (Orwell; 1996:62). En este sentido, el sujeto, según Orwell, está atravesado inevitablemente por un conjunto de
disputas que: “…Incluso si a uno no le importaban en absoluto los partidos políticos y sus posiciones ideológicas, era
demasiado evidente que ello afectaba al propio destino personal.” (Orwell; 1996:62).

A partir de este punto de inflexión crítica, manifestada en la fuente por Orwell, dividiré la categoría en dos grandes
bloques: el primero, será analizar las distintas culturas políticas que estaban en juego en Cataluña; cuáles eran sus
intereses, aspiraciones, estrategias y tácticas expresadas en el conflicto y plasmadas en la fuente. El argumento teórico
será armado a través de un modelo explicativo flexible, que articule la noción de poder de Foucault, posicionado en un
marco de relación dialéctica, con la categoría de alteridad expresada anteriormente por el filósofo Francés Tzvetan
Todorov; es así que, las ideologías forman lo identitario en la organización, es decir: “el nosotros”. Esta diferenciación lo
asociamos directamente en la práctica como: “agente de cambio”; su significante cambia y representa una fuerza
expresada a través de: “… acontecimientos, motores de la historia, y no solamente sus representaciones...” (Todorov,
1989: 17).

El segundo punto, se desarrollará desde la perspectiva teórica metodológica Foucaltiana (anteriormente argumentada).
Allí evidenciaremos los acontecimientos políticos, en clave de relaciones de fuerza; éstos, orientados a describir un
escenario político de disputa permanente, en el interior de la alianza Antifascista, exteriorizada a través del ejercicio del
poder que busca imponer: “…un determinado perfil al carácter de la lucha antifascista…” (Gallego; 2007:101) en el
Bando Republicano. El marco analítico tendrá su máxima tensión y conflicto, en la correlación de fuerzas de los
fenómenos políticos, denominados: sucesos de mayo de 1937.

En el primer bloque, resulta fundamental describir las distintas ideologías que conforman el espectro antifascista, las
organizaciones de izquierda que la integran, y que están presentes en la sociedad catalana, según Orwell. El describió el
escenario de la siguiente manera: “Desde el punto de vista de la teoría política solo importaba tres tendencias: las del
PSUC, el POUM y la CNT-FAI…” (Orwell; 1996:73). En este sentido, las tres teorías ideológicas ahí expresadas, dan
cuenta de: un panorama fragmentado y heterogéneo; es donde detalla los diversos colectivos, que van construyendo sus
identidades, a través de la manifestación de sus proyectos políticos. Importa destacar que, el proyecto político mayoritario
en Cataluña al principio de la insurrección militar fue: el sindicalismo revolucionario, promulgado por CNT-FAI. En
contraposición, existían también en la clase obrera catalana, dos proyectos políticos construidos bajo la ideología
marxista: el “…modelo de revolución democrática- popular del PSUC y la UGT, [y] (…) la propuesta de una revolución
democrática- socialista en los términos que la define el POUM…” (Ferrán; 2007:102). En palabras de Orwell, los dos
proyectos marxistas: “…superficialmente, la lucha entre los comunistas y el POUM, era una lucha táctica.” (Orwell;
1996:78).

En cambio, la CNT-FAI se caracterizaba por ser una organización de masa, mayoritaria en Cataluña. Su concepción
filosófica identitaria, en la práctica cultural, se sintetizaba en que:“…sus principios resultan más bien vagos, su odio
hacia los privilegios y la injusticia eran verdaderamente genuinos…” (Orwell; 1996:76).Esta apreciación generalizada de
Orwell sobre los afiliados a la CNT-FAI, está en sintonía con los conceptos orgánicos construidos desde su fundación en
1910;vemos allí que la directriz de acción es conducida por, los ideales románticos principistas del siglo XIX, sobre la:
“…igualdad de derechos individuales, la solidaridad humana y la más completa libertad del hombre…”(Peirats,
2006:64).El proyecto político de la CNT-FAI tiene su trayectoria en los cantones autogestionarios. Su objetivo era
encausar la lucha para: “…sustituir al capitalismo, por la acción ordenada de los sindicatos, y al Estado, por la
independencia de las colectividades sociales, políticas, éticas y económicamente libres, o solamente vinculadas por su
libre iniciativa y voluntad.” (Peirats, 2006:64).Por su parte, Orwell al definir el modelo político conducido por los
anarquistas, estima que parte de la política programática está proyectada por la CNT-FAI en Cataluña :“…1) control
directo de servicios e industrias por los trabajadores que constituyen sus plantillas, por ejemplo, en transportes, en
fábricas textiles, etcétera; 2) gobierno ejercido por comités locales y resistencia a toda forma de autoritarismo
centralizado; 3) hostilidad absoluta a la burguesía y la Iglesia.” (Orwell; 1996:76).En conclusión, CNT-FAI era una
organización cuyo esquema de ejercicio del poder proyectado era, la: “…Confederación entre una ideología apolítica y
anti estatista y las actividades sindicales cotidianas…” (Preston, 1978:172).

Por su parte, PSUC-es catalogado por Orwell- “… en realidad se refiere a la línea del partido comunista. El PSUC
(Partido Socialista Unificado de Cataluña), se había forma antes de la guerra por la fusión de diversos partidos marxista
(…) pronto se encontró bajo el control comunista y afiliado a la tercera internacional” (Orwell; 1996:73).En este detalle
escrito por él, da cuenta de la importancia de la tercera Internacional, que propiciaba un marco de centralización y unión
entre los distintos partidos comunistas nacionales, dirimiendo sus diferencias, para marcar la verticalidad de la lucha:“…
favorable a la creación del partido único del proletariado, así como del proceso de unidad obrera gestado en España tras
los sucesos de octubre de 1934 y la necesidad de crear una sólida alternativa a la hegemonía anarquista ”(Puigsech,
2009:452).

Posteriormente al establecimiento del PSUC como partido político unificado, su proyecto se inscribe en concordancia al
marco táctico normativo conducido por la Tercera Internacional Comunista -que a partir de su VII Congreso en setiembre
de 1935-promueve establecer un único modelo estratégico, generando espacios de negociación, tendientes a formular
acuerdos programáticos. Le interesa generar alianzas y, por ende, espacios de acción conjunta entre diversos sectores
sociales de amplio espectro ideológico, pero siempre bajo la premisa deenfocarse en: combatir el ascenso del fascismo en
Europa. Esto se debe a que, en su análisis del panorama político, el Fascismo era: “…identificado como el enemigo del
movimiento comunista y, por extensión, como candidato a agredir territorialmente la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas.” (Puigsech, 2009:450). A partir de esta perspectiva metodológica a nivel internacional, es que el partido
comunista español, comienza un proyecto a nivel nacional de establecimiento de alianzas políticas poli-clasistas,
denominada: Frente Popular. Proyecto político republicano, que ganó las elecciones 1936- que se caracterizó
principalmente, por ser: “…una organización de masas, para la lucha parlamentaria y extraparlamentaria de la democracia
contra el fascismo…” (Broué, 1985:23). Este modelo estratégico de frentes populares, define un proceso de: “…origen en
la alianza temporaria, que el fascismo, en cierta forma, obliga realizar entre la burguesía y los trabajadores.” (Orwell;
1996:70).Por su parte, la dirigencia de Moscú, dada la situación internacional- ver en contexto de la monografía- había
desarrollado una táctica geopolítica diferente en el ámbito europeo:“…de seguridad colectiva y estatus quo del estado
soviético a nivel mundial…” (Puigsech, 2009:450). La manera de implementarlo fue, a través de establecer verticalidad en
la conducción política, subordinando los partidos nacionales asociados, a la tercera Internacional. Con esto queremos
decir que, las relaciones de poder que se alcanzaron, se dieron en un: “…encuadramiento definitivo dentro de la estructura
del partido-estado soviético y, por lo tanto, había establecido como prioridad la obediencia absoluta a Yosef Stalin y la
subordinación a los intereses del estado soviético.” (Puigsech, 2009:450). Esta situación fue analizada por Orwell,
explicando que, la política del PSUC está subordinada a los intereses de la:“…defensa de la URSS, que depende de un
sistema de alianzas militares.” (Orwell; 1996:70).

En este marco de subordinación política, el PSCU, es lógico que, comparta el análisis elaborado por la Internacional;
apoyándose sobre la base estructural y las condiciones históricas en España, y sobre la viabilidad de desarrollar la
revolución proletaria: “…considera que no podría tener éxito antes de sobrepasar la necesaria etapa de la revolución
democrática burguesa, no completada en España, arriesgando, a repetir los años de miseria y hambre de la Rusia…”
(Sanz, 2006:78). En este sentido, Orwell se posiciona de la misma manera que el Partido, al trasmitir que:“… una
revolución en esa etapa resultaría fatal y en España no debía aspirarse al control ejercido por los trabajadores, sino a
una democracia burguesa.” (Orwell; 1996:63).Esta frase, trascripta literalmente por Orwell de un folleto del PSUC, nos
habilita a pensar la línea discursiva; no trata de demostrar la superioridad teórica, metodológica del marxismo- leninismo,
tampoco ingresa en un plano simbólico de competencia por hegemonizar a la clase obrera catalana, sino que, le interesa
focalizar sobre la disputa de posiciones: “… en el terreno del mantenimiento del orden y del mando del Gobierno, es
decir, sobre el terreno del Estado.” (Broué, 1985:23).Porque entiende en su análisis de situación que:“…en esta etapa no
luchamos por la dictadura del proletariado, luchamos por la democracia parlamentaria…” (Orwell; 1996:74).

En conclusión, su proyecto político, está firmemente relacionado a la alianza con los sectores sociales republicanos (a
pesar de que con estos difiera metodológicamente)para alcanzar los mismos objetivos definidos en: “…un acuerdo natural
sobre el programa de restauración del Estado, de normalización, de defensa de la propiedad y de la legalidad
republicana… hay esfuerzos para ganar la «respetabilidad» ante los gobiernos respecto de los bienes de los
extranjeros…”(Broué, 1985:28). En consecuencia, la estrategia desplegada, se va a focalizar en la construcción de:“…un
gobierno fuerte central (…) y en un ejército bien adiestrado y completamente militarizado bajo un mando único…”
(Orwell; 1996:74).Lo singular del proceso del partido, es que, era un miembro minoritario del Frente Popular a inicios de
la guerra civil- análisis del historiador Francés Pierre Broué- que a medida que fue progresando el conflicto, fue
adquiriendo protagonismo en la dirigencia gubernamental republicana. Es así que, fue conduciendo una política ortodoxa
a ultranza, dentro de las estructuras de la república liberal. Logra este cometido, por varios factores. Entre los que se
encuentran la adopción del:“…prestigio revolucionario de la Unión soviética (...), además disponía de fondos importantes
y, finalmente, del apoyo político y material del único gobierno susceptible de ayudar eficazmente a la defensa de la
España republicana.” (Broué, 1985:24). Estas características suscitadas en este especial contexto, delinearon su táctica en
función de: “…su posición de canal, a través del cual, circulaba toda la ayuda soviética, hasta convertirse en el árbitro de
la política republicana.” (Presto, 1978: 185). Hay reiteradas referencias vinculadas a la injusta distribución del material
bélico por parte del gobierno republicano, a lo largo de “Homenaje a Cataluña”; privilegiando a determinados sectores
sobre otros, en la alianza antifascista, demostrando que fue, una táctica en búsqueda de hegemonizar la política militar.
Sin embargo, hay un comentario directo sobre el tema: “…las armas rusas se distribuían a través del Partido Comunista
y sus partidos aliados, quienes cuidaron muy bien que sus opositores políticos prácticamente, no recibieran ninguna.”
(Orwell; 1996:69).

El Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) surge en setiembre de 1935y es delineado por Orwell de la siguiente
manera: “…era una de los muchos partidos disidentes que habían surgido muchos países durante los últimos años como
resultado a la oposición al “estalinismo” (...) Estaba constituido por ex comunistas y en parte por un partido anterior, el
Bloque de trabajadores y campesinos” (Orwell; 1996:74). Su fundación se debe a la fusión de pequeños partidos y a la
reconciliación política de: Joaquín Maurin y Andreu Nin (los dos eran ex dirigentes políticos del PCE). En rasgos
generales era: un partido minoritario, que se definía filosóficamente como: marxista- leninista, independiente de la
Tercera Internacional; ellos se consideraban como una organización: “…representante del verdadero comunismo y
proclamaban su fidelidad a las ideas de Lenin…” (Acuña, 2015:86). Esta connotación simbólica de “herederos puros del
marxismo-leninismo” se encuentra expresado por Orwell cuando, enmarca a la organización manifestando en el espacio
público: “…predicaba interminables sermones sobre la revolución y citaba a Lenin ad nauseum…” (Orwell; 1996:69).
La política estratégica implementada por el POUM consistía en, establecer un gobierno de clase, a través de: “…realizar
una alianza entre el proletariado y los campesinos en contra de la burguesía nacional dispuestos a llevar a cabo la
Revolución Democrática.” (Acuña, 2015:25).En su proyecto político ortodoxo de clase proletaria, no hay espacio hay
lugar para la burguesía ya que “…la democracia burguesa es solo otro nombre del capitalismo y lo mismo ocurre con el
fascismo, luchar contra el fascismo en nombre de la “democracia”, significa luchar contra otra forma de capitalismo…”
(Orwell; 1996:75). En la táctica bélica coincidían con el PSUC, que primero era: ganar la guerra; pero, diferían en la
forma de cómo alcanzar la victoria. En concordancia a esta orientación de definición política de las fuerzas del POUM,
Orwell nos manifiesta lo siguiente, sobre edificación de la táctica:“…la única alternativa frente al fascismo es el control
por parte de los trabajadores (…) deben aferrarse a cada milímetro ganado, si ceden al gobierno semiburgués, serán
estafados. (…) si los trabajadores no controlan las fuerzas armas las fuerzas armadas controlaran a los trabajadores. La
guerra y la revolución son inseparables.”(Orwell; 1996:75).La producción historiografía angloamericana como: Paul
Presto o Staley Payne, considera al POUM como, un partido marxista leninista filotrotkista; aunque, historiadores
contemporáneos como: Ferrán Gallego, plantean que Trotsky, no coincidía en la línea política ejercida desde la dirigencia,
manteniendo fuertes discusiones rupturistas con. Andreu Nin.
Al analizar la fuente, de este marco analítico dialéctico entre: la alteridad Todorov y los esquemas de poder de Foucault,
se obtiene una clara apreciación de los proyectos políticos de los colectivos. Centrándonos en el sentido significante de la
identidad, cada uno se torna excluyente entre el resto; porque, es en la diferencia ortodoxa cultural, desde la otredad con el
otro, que construyo mi “yo”; juega aquí un papel importante en esta relación de poder: el deseo de imponer mi cultura al
resto social. A tal punto, que desde la experiencia que narra Orwell, nos plantea que: “…desde el punto de vista filosófico,
comunismo y anarquismo, son polos opuestos, y en la práctica son, por completo inconciliables.” (Orwell; 1996:76).En
este sentido, toda la obra está atravesada en la necesidad de evidenciar la contradicción de los dos modelos, en función de
dos variables intrínsecas representadas en:“…la proposición de una nueva estructura social, el acento comunista recae
siempre en el centralismo y la eficiencia, y el acento anarquista, en la libertad y la igual”(Orwell; 1996:76).Estas
diferencias están presentes en toda la fuente y en diversos campos de acción; pero, principalmente, al tratarse las
experiencias vivenciales de Orwell en la Guerra civil, su reflexión se centra inevitablemente en las diferencias en la
estructura y organización militar. El describe que el proyecto político libertario, proponía: un modelo bélico, de milicias
orientadas a la guerra de guerrillas, una disciplina estructurada en la conciencia política de clase, ya que: “…el rasgo
esencial del sistema era la igualdad social entre oficiales y soldados (…) cada milicia era una democracia y no una
organización jerárquica.”(Orwell; 1996:41).Mientras que, el proyecto propuesto y desarrollado por el partido comunista
se basaba en: una guerra convencional. Por tanto, el ejercito que edifico en reflejo a su proyecto ideológico, se
caracterizaba- según Orwell -por ser en: “…relación con la tropa, no era exactamente la que se da en un ejército burgués,
pero si existía una jerarquización social bien definida, expresada por la diferencia en la paga y en el uniforme.”(Orwell,
2006:123).

Desde esta perspectiva analítica, para los anarquistas no hay matices diferenciales sustanciales entre: la ideología
marxista-leninista desarrollada por el PSUC o el POUM. Para los libertarios, se resumía en simples versiones homólogas
de la dictadura del proletariado -afirmando la idea Orwell- que desde el: “…punto de vista anarquista, el trokismo del
POUM, no era preferible al estalinismo de los comunistas…”(Orwell; 1996:76). Esta referencia es igualmente aplicada
cuando los marxistas-leninistas describen y valoran comparativamente a la CNT-FAI con él: “…termino anarquistas,para
designar, una multitud de individuos de opiniones diversas.”(Orwell; 1996:75). Desde la visión del POUM, favorable a la
de un pueblo obrero en armas: “…en su posición de marxista, se mostraba escéptico con respecto al anarquismo…”
(Orwell; 1996:76).Su crítica se dirigía principalmente a que: “… la actitud de la CNT, carecía de capacidad
revolucionaria, representando un verdadero despilfarró de una base militante…” (Gallego; 2007:113). Pero a su vez, entre
PSUC y el POUM, la diferencia sustancial no se encuentra en la metodología de análisis genérico, ya que habitan espacios
simbólicos de producción cultural iguales (materialismo dialectico histórico), sino, sobre en qué etapa histórica se
encontraba la república española estructuralmente, y sobre esa visión, determinar su táctica. Es por esta razón, que entre
las dos organizaciones comienza un proceso de disputa y competencia para obtener la hegemonía: “…dentro del mismo
campo de la legitimidad ideológica…” (Gallego; 2007:113). Esta se manifiesta en: la constante difusión de propaganda de
desprestigio de ambos partidos, a pesar de la diferencia sustancial, entre ambas estructuras organizativas.Es fundamental
recalcar que, el partido comunista va a desarrollar una táctica tendientea: “eliminar al enemigo interno”, según la
historiadora Helem Graham. Esta política se debe a, una traslación proyectada de la situación que ocurría en la URSS en
1936, las denominadas pulgas conducidas por el estalinismo. El PCE, por ser parte de la estructura política de la IC,
conduce toda su estrategia comunicacional a través de: construir subjetivamente como enemigo ideológico a todo sector
marxista-leninista, que discrepe con la dirigencia política y divida la supuesta unidad. Así es que se convierte
automáticamente: “…les hace el juego a los fascistas y es, de hecho, si no en la intención un traidor” (Orwell; 1996:74).
Solo en este ámbito de competencia por hegemonizar el espacio simbólico marxista-leninista, se explica la extrema
violencia la que fueron sometidos los miembros del POUM, en los sucesos de mayo de 1937.

Como segundo apartado, es imprescindible contextualizar las consecuencias de la insurrección militar de la derecha
conservadora; desde una perspectiva analítica- global- estructural: “…produjo un colapso parcial de las instituciones del
Estado, debilitando la capacidad operativa del gobierno y las fuerzas democrático-reformistas y abriendo la vía al
despliegue de un heterogéneo proceso revolucionario…” (Moradiellos, 2016:97).Es decir, cuando se origina el
levantamiento, dada sus características: “…había privado a la República de un porcentaje significativo de sus fuerzas
armadas, también dejó al régimen desprovisto de las fuerzas del orden público”(Presto, 1978: 175). En este sentido, el
gobierno republicano estaba reducido: “…su defensa nominal en manos de una multiplicidad de milicias sindicales y
partidistas improvisadas y a duras penas dirigidas por los escasos mandos militares.”(Moradiellos, 2016:97).

En Homenaje a Cataluña, se expresa que la defensa de la república contra la insurrección de derecha, fue desarrollada: “…
principalmente de la clase trabajadora, con la colaboración de parte de las fuerzas armadas…” (Orwell). La descripción
realizada por Orwell sobre la principal fuerza opositora, fue sin duda, la clase obrera, quienes, al conseguir una primera
victoria, es en Cataluña especialmente: “…el verdadero opositor a Franco no fue tanto el gobierno como si las
agrupaciones gremiales.” (Orwell; 1996:64).Las organizaciones sindicales obreras – en particular las agrupadas en la
CNT- tenían vasta experiencia de enfrentamientos con el aparato coercitivo del estado, construyendo una cultura de la
resistencia. La misma, coincidía con una estrategia política de acción directa, expresada en la huelga general, el
levantamiento de barricadas espontánea y la movilización social, todo esto, con el fin de responder al:“…deseo de
proteger a la comunidad y a la esfera pública proletaria contra el golpe militar, más que a un interés por defender a las
instituciones republicanas” (Ealham, 2005:215).En consecuencia, la victoria parcial sobre el levantamiento de la derecha
reaccionaria a manos de las organizaciones obreras, trajo aparejado, el derrumbe de los dispositivos coercitivos del
Estado; la distribución parcial de armas -obligada dada la situación sociopolítica compleja del levantamiento- por parte
del gobierno republicano a las organizaciones sociales, permitieron una serie de nuevas situaciones por: “…primera vez
disponen de la posibilidad de llevar adelante sus proyectos de manera integral” (Gallego; 2007:101). Estos proyectos
políticos presentes en la clase obrera española, son relatados por Orwell a su llegada a Cataluña, del siguiente modo: “Por
primera vez en mi vida, me encontraba en una ciudad donde la clase trabajadora llevaba las riendas. Casi todos los
edificios, cualquiera que fuera su tamaño, estaban en manos de los trabajadores y cubiertos con banderas rojas o con la
bandera roja y negra de los anarquistas; las paredes ostentaban la hoz y el martillo y las iníciales de los partidos
revolucionarios.” (Orwell; 1996:18)

En sus palabras “la atmosfera especial” experimentada en las calles de Barcelona, era sin duda un cambio radical en el
ámbito cotidiano, que se desplegaba por lo menos en: “…apariencia de triunfo proletario, que era aún mayor porque las
estructuras dominantes y los distintivos colectivos del poder y rango burgués (…), habían sido desplazados por un
conjunto nuevo de símbolos y emblemas obreros…” (Ealham, 2005:225). Hasta el lenguaje se había sustituido por
modismos de la clase obrera, según Orwell “…las formas serviles e incluso ceremoniosas del lenguaje habían
desaparecido. Nadie decía “señor” o “don” (…) todos se trataban de “camarada” y “tu”…” (Orwell; 1996:19).Esta
situación de trasformación social, que se exhibía en la esfera pública, se manifestaba por un conjunto de rituales
simbólicos, quede notaban cierta posición de hegemonía parcial, de las fuerzas sindicales revolucionarias CNT-FAI. La
importancia que adquiere la movilización y ocupación del espacio público por los obreros organizados, es significativa,
por ser un gran valor de “uso simbólico” dentro del tablero político: “…que habría de permitir negociar con los diversos
poderes que iban a coaligarse conflictivamente en el período que comenzaba.” (Gallego; 2007:105).

En el sentido pragmático, la situación de crisis del poder institucional, abierta por el levantamiento insurreccional, había
colocado a la CNT-FAI en Barcelona, en una posición táctica de supremacía, frente al resto de las fuerzas antifascistas,
debido a que: “…suya era la fuerza armada más importante, dueña de facto de las calles y de gran parte de Cataluña…”
(Ealham, 2005: 217).Orwell acentúa su narración en quien ejerce el poder, mostrando esta situación particular de
derrumbamiento de parte del aparato del Estado, lo que lo expresa: “En Cataluña, en los primeros meses, el poder estaba
por completo manejado por los anarcosindicalistas…” (Orwell; 1996:19). La organización libertaria, al enfrentarse a esta
nueva situación que lo colocaba en una posición de cierta ventaja, de dominación frente al resto de las fuerzas sociales
obreras, buscó concretar su tan ansiado proyecto político. Los libertarios dirigieron un proceso alternativo de poder,
orientado al: “…surgimiento de múltiples comités y consejos autónomos, organismos de nueva planta formados por
sindicatos y partidos de izquierda, que asumieron las funciones de dirección político-administrativa en sus respectivos
ámbitos territoriales…” (Moradiellos, 2016:99). Según la información que maneja Orwell, las estructuras de poder
legítimas republicanas, como es la Generalitat en Cataluña: “…fueron reemplazadas virtualmente durante un tiempo por
un comité de defensa antifascista compuesto principalmente por delegados de las uniones gremiales .”(Orwell;
1996:68).La particularidad de la formación del Comité: “…era más bien un gobierno y ministerio de guerra, bajo el
control de los sindicatos que, como tal, permitía a los anarquistas participar en el poder sin comprometer sus principios
anti estatales...” (Ealham, 2005: 218). La Izquierda Republicana Catalana (ERC) que gobernaba la Generalitate (antes de
la insurrección), presidida por Lluis Companys negoció con los principales dirigentes de la CNT-FAI (Ascaso, Oliver y
Durutti) para que se integraran, estableciendo una alianza materializada en una coalición antifascista. Desde la
organización sindical libertaria se aceptó, ya que, se entendía que no estaban las condiciones para imponer el comunismo
libertario. Se inauguraba: “…una fase en las que éstos pasaban a disponer de un poder de negociación y control social
mayor que la coalición antifascista” (Gallego; 2007:105). Por su parte, ERC en el fondo: “…había conseguido garantizar
en la práctica, la continuidad de un poder estatal, por más que de momento quedase situado en un segundo plano”(Presto,
1978: 177). En el plano económico, se estableció un modelo de socialización descentralizada, a través de la
colectivización, ya que: “…los campesinos se apoderaron de la tierra, los gremios se hicieron cargo de muchas fábricas
y la mayor parte del trasporte…” (Orwell; 1996:64).Este modelo económico se sustentaba en una red de “… comités que
practicaban una forma radical de democracia de barrio, inspirada en la cultura obrera de Barcelona, con énfasis en la
autosuficiencia comunitaria.” (Ealham, 2005:224). Por su parte, la hegemonía de clase obrera en la esfera pública, desató
un impulso espontáneo de violencia de clase, justificada:“…detrás de una retórica de justicia revolucionaria, se
perpetraron actos violentos de todo tipo”. (Presto, 1978: 175).Por ende, como explica Orwell:“…en los primeros meses de
la revolución, seguramente, miles de personas deliberadamente se pusieron el overol proletario y gritaron lemas
revolucionarios para salvar el pellejo.” (Orwell, 2006:126). Para hacer frente a esta compleja situación la CNT-FAI
organizó y determinó un sistema de orden del espacio público diferente, a través que denomina Orwell patrullas
gremiales.

Sin embargo a nivel nacional durante los primeros meses, la situación en el frente republicano con las milicias populares
como única alternativade combate se torna adversa ya que van perdiendo posiciones estratégicas en la reconquista del
territorio nacional. Por ende,los partidos republicanos izquierda liberal representados por Manuel Azaña, buena parte del
PSOE liderados por Prieto y el PC exigen cambios al gobierno republicano presidido por Giral .Su críticas se focalizan en
el modelo estratégico desplegado hasta el momento para enfrentar una situación bélica de singulares características de
guerra total,criticaban sobre todo el modelo de milicias ya que las consideraban no acordes a estadinámica y condiciones
que determinaba tal enfrentamiento. Por lo tanto,varios sectores de la sociedad exigían cambios en especial en relación a
establecer una economía de guerra que implicaba el “…aumentar las horas de trabajo para incrementar la productividad
industrial; reducir los salarios para rebajar los costes dadas las condiciones de escasez de materias; proscribir las huelgas y
acortar los descansos en interés de la continuidad de la producción bélica a ritmos intensos…” (Moradiellos, 2016:105).
Aplicar estas medidas iba en contra de los intereses del modelo político desarrollado por CNT-FAI y la forma de ejercicio
del poder no correspondía a tales exigencias acusado además este modelo económico según el historiador Víctor Sanz por
una inmigración masiva que escapaba de la guerra y de la represión del bando nacionalista a los espacios controlados por
la república.En octubre de 1936, para hacer frente a esta situación en Cataluña, la Generalitate se decretó la
colectivización y sindicalización obligatoria, conllevo un fenómeno de aumento exponencial de gran parte de la sociedad
Catalana a afiliarse al PSUC Y UGT, convirtiéndose en un refugio -según el historiador norteamericano S.Payne- de
“… gran afluencia para la clase media (…) trabajadores y pequeña burguesía comerciantes, empleados y los campesinos
más acomodados.”(Orwell; 1996:72). El partido comunista con su estrategia de defensa de la legalidad e instituciones
republicana y la pequeña propiedad va consolidar progresivamente un aumento de apoyo popular desarrollando una
intensa campaña táctica propagandística“…conscientemente para atraerse el apoyo de los pequeños propietarios
amenazados, y emprendieron una campaña de proselitismo entre oficiales del Ejército, funcionarios estatales,
profesionales y pequeños terratenientes y empresario…” (Preston, 1978:188). El fracaso de la política económica y
militar llevada por la presidencia del gobierno republicano de Giral lo condujo a demitir y con acuerdo entre las fuerzas
sindicales -todavía una fuerza hegemónica dentro de la frente antifascista- en acuerdo con el resto de facciones
republicanas liberales asume Largo Caballero que no es de la simpatía del PCE y mucho menos de Stalin. Su gobierno se
caracterizópor fortalecer la alianza de la coalición mediante el ofreciendo cuatro cargos ministeriales a la CNT-FAI .La
incorporación se fundamentaba en la táctica “…doble objetivo era crear un frente político sólido y así implicar a los
anarquistas en la tarea de destruir los poderes revolucionarios autónomos que habían ido surgiendo…” (Presto, 1978:
187). Su gestión de gobierno se sintetiza por conducir a todas las fuerzas políticas a “…restaurar los instrumentos de
acción gubernativa en todos los ámbitos de gestión interior y exterior para no perder la guerra total declarada por un
enemigo superior en todos los frentes…” (Moradiellos, 2016:109). Orwell va a evaluar y a resumir la gestión del gobierno
de Largo Caballero como el responsable de la nueva situación de los Obreros en Cataluña ya que “…fueron obligados a
ceder en un punto tras otro. Se freno el proceso de colectivización, se eliminaron los comité locales, se disolvieron las
patrullas de trabajadores y se restablecieron, se reforzadas y muy bien armadas, las fuerzas policiales de la preeguera; el
gobierno se hizo cargo de varias industrias claves…”(Orwell; 1996:70).

A su vez el ejército popular y las Brigadas Internacionales al mando del partido comunista logran una serie de vitorias en
agosto a octubre de 1936, en la denominada resistencia frente al avance de los nacionales en Madrid. Lo que constituyó un
enorme prestigio a nivel social de apoyo y admiración -incluso por Orwell a lo largo de la obra- sobre el modelo táctico de
guerra. Esta política aplicada por PCE es exitosa ya que trasforma“…el escenario sociopolítico republicano porque su
convergencia de intereses (no identidad de propósitos) con los grupos reformistas del prietismo, del republicanismo y de
los militares profesionales supuso un creciente contrapeso al poder efectivo…”(Moradiellos, 2016:112).Este cambio en la
correlación de fuerza favorable al PCE en el gobierno republicano le permitió realizar un modificación en la política de
alianza circunstancial que se había concretado en Cataluña, entre los libertarios y la izquierda republicana catalana, ya que
la percepción de gran parte de la sociedad catalana “…también conectaba con las exigencias de un gobierno fuerte y de la
seguridad de las condiciones de la lucha antifascista que se vivían en el interior…”(Gallego; 2007:115).En consecuencia,
en un contexto global condicionado por los acontecimientos de la guerra, las nuevas políticas adoptadas por gobierno de
Largo Caballero a favor de la reconstrucción del estado republicano y en paralelo victorioso el modelomilitar -
características modernas eficiente y centralizado-difundido por el PSCU se produce paulatinamente un cambio de alianza
en Cataluña previa a los sucesos de mayo. El presidente de la Generalitate, Lluis Companys se inclina progresivamente a
entablar una relación con las posiciones del PSCU ya que entendía “…eran las que tenían más posibilidad de enlazar con
su propia base, con las necesidad de autoridad de un gobierno que se encontraba constantemente impugnado por la
concepción de poder que tenían los libertarios, y con un horizonte de triunfo…” (Gallego; 2007:115).La sustitución del
acuerdo con la CNT-FAI se realizado de manera no inmediata sino quese restablece las autoridades republicanas
progresivamente.La misma comienza en un largo proceso de renegociaciones desde setiembre -siguiendo las exigencias
del gobierno central republicano- mediante el establecimiento de un consejo representativo de partidos (excluye a los
sindicatos), posteriormente recuperación de las alcaldías municipalespara luego expulsar a Andrés Nin –dirigente del
POUM, partido miembro desde el origen del Frente Popular- del consejo en noviembre a pedido del PCE.En paralelo el
nuevo consejo catalán, depone en diciembre al frente de la responsabilidad de la política económica por Comorera
miembro del PSCU. Su gestión se caracterizó por conservaron la línea política del partido Comunista exclusivamente, es
decirdefendió una economía de mercado libre, respetando la alianza con la izquierda republicana constantemente intento
“…librarse de los comités de abastecimiento se relacionaba más con disminuir el poder político de la CNT…” (Graham,
2006: 233).

Esta definición política, genero un impacto negativo a la ya compleja situación en los sectores populares, en particular
alimponer una política económica centrada en el control de precios y mecanismos de estímulos a la producción privada
agudizo aún más “...la escasez de alimentos, la inflación, la especulación y el mercado negro emergente…” (Graham,
2006: 233). Esta situación alarmante desde diciembre de 1936, Orwell la describe crudamente en elcapítuloIX cuando da
cuenta de la carencia de alimentos, los mendigos, las largas colas para la obtención de productos básicos en los
barrios.Pero contrariamente a una situación generalizada en la sociedad nos enumera la reapertura de los negocios
elegantes, las confiterías de las ramblas, los negocios lucrativos de contrabando de cigarrillos, los prostibulos pero sobre
todo plantea “…para la clase trabajadora, los precios de los alimentos habían subido muchísimo sin un aumento
compensatorio en los salarios. Además de este encarecimiento, con frecuencia escaseaban algunos productos, afectando,
desde luego, como siempre, al pobre más que al rico.”(Orwell; 1996:126).Esta situación de crisis económica y de carencia
de subsistencia alimentaria dará origen a una serie de levantamiento, de luchas callejeras, pequeñas huelgas y
manifestaciones que darán sobrados argumentos al “…PSUC canalizar dichas protestas para fortalecer la idea de la
necesidad de un gobierno fuerte…” (Graham, 2006: 236). Por su parte, la base social mayoritaria de la CNT-FAI en
Barcelona entendió su situación crisis como “…el resultado de la normalización económica paralela al proceso de
reconstrucción de la autoridad política en la Generalitat.”(Graham, 2006: 236). Esta concepción de normalización de la
situación del régimen republicano capitalista anterior a la guerra civil es descripta por Orwell cuando detalla la nueva
configuración del orden del espacio público: “…Todos los que habían hecho dos visitas a Barcelona durante la guerra,
con intervalos de algunos meses, comentan los extraordinarios cambios que observaron en ella (…) siempre decían lo
mismo: La atmósfera revolucionaria ha desaparecido.”(Orwell, 2006:122). Relata sorprendido a regresar a Barcelona
desde las trincheras del POUM, que todo volvía a su cauce anterior “…dos hechos constituían la clave de este cambio: la
gente (…) había perdido gran interés por la guerra, y división de la sociedad entre ricos y pobres, clase alta y baja,
volvía a reinar.”(Orwell, 2006:123).

Al estudiar al PCE como fuerza política en aquel momento preciso, se describe el inicio de dos procesos paralelos, por un
lado, adquiere una posición de poder y ventaja en los órganos de decisión del gobierno republicano frente al resto de las
fuerzas antifascista -debido a su acertada política de defensa de la legitimidad republicana y conservadora economía
capitalista de mercado- y, por otro lado, su estructura interna cambia“…conjugando en la estrategia comunista con la
lógica stalinista de destrucción implacable del enemigo político y de satelización subordinada de los aliados
coyunturales.” (Moradiellos, 2016:113).

Además, en este capítulo XI atestigua la demostración de fuerza por hegemonizar el orden público, la tensión existente
sobre cual modelo dominaría “…en los suburbios de Barcelona se produjeron espontáneamente una serie de choque.
Entre la CNT y de la UGT venían asesinados unos a otros desde hacía un tiempo, los crímenes estuvieron seguidos por
gigantescos funerales provocativo; cuya finalidad era deliberada era despertar odios políticos…”(Orwell, 2006:131).
Por parte del gobierno republicano se prohíbe la conmemoración del 1 de mayo dado las confrontaciones y luchas
callejeras, recordando los viejos procedimientos de los gobiernos monárquicos.

En consecuencia se van proyectando en este escenario complejo de guerra y crisis social en Barcelona, dos grupos que
entraran en acción directa armada a enfrentarse dentro del espacio de fuerzas antifascista, en los denominados “sucesos de
mayo de 1937”. Se explican desde el modelo construido teóricamente desde una lógica de disputa entre dos proyectos
políticos antagónicos, entre un proyecto político de democracia legalista republicano encabezado por PSCU apoyado y
que conduce a los demás partidos de izquierda republicana contra el modelo social revolucionario Sindical “ …la ciudad
respiraba el clima inconfundible de la rivalidad y el odio político…”(Orwell, 2006:130). Por su parte, el POUM sigue
siendo un partido minoritario, que se encuentra en la marginalidad de la situación política, pero mantuvo una fuerte
acción permanente en busca de redirigir a su conveniencia los espacios no controlados por el PSCU, a pensar que su
modelo analítico es similar ya que coincidía en proyecto político: en la centralización de la producción y en la verticalidad
de los poderes coercitivos del Estado. Su táctica se basó siempre en “…situarse en el conflicto y no ceso, como se ha
indicado, de manifestar su solidaridad con todos los aspectos en los que el PSUC podría orientar su campaña contra la
CNT, aunque algunos de ellos pudieran entrar en contradicción con la concepción de poder propia…” (Gallego;
2007:115). En este marco de definición táctica, se explica la acción del POUM en alinearse con las bases de la CNT en los
sucesos de mayo de 1937, de tratar de encausarla y demostrando el hecho en sí, como parte del comienzo de su modelo
revolucionario democrática. En este sentido los sucesos de mayo se inician cuando se ejerce el poder por parte del
proyecto de reafirmación de la autoridad del Estado Republicano“…la causa inmediata de la fricción fue el decreto del
gobierno que exigía a los civiles, coincidente con la decisión de organizar una fuerza policial “no política” y muy bien
organizada, de las que quedarían excluidos los integrantes de las organizaciones obreras. El significado de la medida
(…) se podía prever que el próximo paso,se intentaría tomar algunas de las industrias claves que estaban en mano de la
CNT…” (Orwell; 1996:159).Los incidentes comienzan el 3 de mayo cuando las fuerzas del Orden público tratan de tomar
control sobre la central telefónica de Cataluña, rápidamente comienza a levantarse barricadas y a tomar posición “…en
líneas generales, las fuerzas de la CNT-FAI y del POUM, retenían los suburbios obreros, mientras que las fuerzas policiales
controlaban la parte central y oficial de la ciudad...”(Orwell; 1996:160). Este suceso de enfrentamientos de acción armada
entre las fuerzas de coalición en el espacio antifascista, son expresiones surgidas de la cultura propia de los obreros de los
barrios “…constituyó un acto de lucha «política» consciente, la acción directa de la CNT influyó también en formas más
amorfas de resistencia popular…” (Graham, 2006: 243). Esta concepción cultural también atraviesa a Orwell sobre la idea
de solidaridad de clase y su argumento en la participación del conflicto,“…cuando veo un obrero de carne y hueso en
conflicto con su enemigo natural, él policía, no tengo necesidad de preguntarme de qué lado estoy.”(Orwell; 1996:136).
Esta cosmovisión identitaria que reafirma al colectivo de la CNT-FAI percibe en el “… poder de las fuerzas de seguridad
encarnaba la revancha del «Estado» o, en todo caso, una forma hostil de orden...” (Graham, 2006: 243). La reacción
popular fue espontánea aplicando las prácticas de protestas tradicionales de resistencia local que habían adquirido y
asimilado a base de la experiencia de lucha de años anteriores, utilizando la movilización social como su estandarte, ya
que tenía un gran valor simbólico al igual que“…las barricadas eran una afirmación del espíritu de solidaridad y de la
autonomía comunitaria de los barrios...” (Ealham, 2005:219). Como dice Orwell sobre la apreciación de la situación
desencadenada “…Era opinión corriente en ese momento que ningún sector tenía propósitos verdaderamente
revolucionarios. Los hombres que estaban detrás de la barricada eran obreros de la CNT, y quizás algunos miembros de
la UGT, no intentaba derrocar al gobierno sino resistir a lo que consideraban, con o sin motivos un atropello de la
policía…” (Orwell; 1996:164). Quizás no revolucionario desde una concepción de análisis marxista en relación a la toma
del poder, pero si querían mantener su proyecto político libertario autogestionario y de libertad. Por lo tanto, las luchas
callejeras descritas por Orwell forman parte de la construcción de la identidad ideológica libertaria, hace honor a su
experiencia y su trayectoria política como integrantes de una organización sindical revolucionaria. El conflicto finalizo el
“…7 de mayo la lucha había terminado al precio de más de cuatrocientos muertos y mil heridos…”(Moradiellos,
2016:115).El enfrentamiento también exhibe las formas de poder de los anarquista, donde hay una heterogeneidad de
pensamientos y distintas tendencias estratégicas dentro de la misma organización sindical revolucionaria en el
comprendido de “…los comités superiores de la CNT-FAI, partidarios de la negociación desde el primer momento, no
tuvieron ninguna participación en la lucha...” ( Peirats, 2006: 255). Es decir, la dirigencia de la CNT consideraba
continuar por una línea política de colaboracionismo con el republicanismo por lo tanto esperaba negociar una
pacificación a través de un acuerdo no con el partido sino en el ámbito sindical con la UGT, porque lo fundamental para la
dirigencia de la CNT era continuar la guerra contra el fascismo, pensaban que una vez resuelto el asunto entre sus bases
militantes y las fuerzas del orden republicano lograrían volver a las conquistas alcanzadas al inicio de la guerra civil. Pero
no fue lo que ocurrió, lo cierto es que el proceso de desarme de la población civil se estableció a partir del 13 de mayo de
1937, implantado un nuevo decreto judicial que expresa “…como actos de adhesión a la rebelión, (…) los individuos o las
organizaciones que sin constituir fuerzas del ejército o de los demás cuerpos armados del Estado, tuviesen en su poder
armas…” (Peirats, 2006:265). Además del establecimiento del orden público legal republicano por parte de la
Generalitate, el gobierno republicano buscaba dado su modelo económico de guerra“…garantizar la disciplina laboral
posterior, tenía que ser un castigo ejemplarizante que no convirtiese en víctima a la CNT, dado que sus militantes tenían
todavía capacidad para afectar seriamente a la producción...”(Graham, 2006: 257). En cambio, los sucesos de mayo
provocaron la caída del gobierno de Largo Caballero y la asunción del poder en el partido republicano del partido
comunista, con la presidencia de Negrin. En consecuencia, se estableció el proyecto político centralizador y expulsó de
cualquier cargo y participación a la CNT, mientras que el POUM fue proscripto y tildado de traidor “…comenzó la
persecución de sus activistas, legal y también extrajudicial, como pudo verse en el caso de su líder, Andreu Nin,
brutalmente torturado y asesinado…” (Ealham, 2005:242). En definitiva, todo se resume en una mera interrogante que
marcara la posterior trayectoria política y con ella la producción literaria e intelectual de Orwell: “…el verdadero
problema consiste en determinar si los trabajadores de la CNT ganaron o perdieron en esta ocasión saliendo a la calle y
resistiendo al gobierno y al PSC. Es mera conjetura pero opino que ganaron más de lo que perdieron...” (Orwell;
1996:161).

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