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Por la presente construiré un ensayo prosopográfico exigido en el curso de Historiografía.

Para
realizarlo efectuaré una breve reseña biográfica de los intelectuales paleocristianos, manteniendo
el orden cronológico en la composición. Consecutivamente desarrollaré aspectos comunes y
singulares de los autores, consumando así con el propio ensayo.El primero de los intelectuales
exigidos es: Sexto Julio Africano. Nace aprox. en 160 d.C en la zona Aelia Capitolina; si bien se
desconoce gran parte de su vida, sabemos que fue oficial romano al servicio del emperador
Séptimo Severo y que, según la tradición, se lo considera obispo de Emaús (Palestina). Allí se
establece hasta su muerte en el año 240 d.C. Su principal obra es: “cronología”. La misma ha
llegado a nosotros solo de manera parcial, pero en síntesis su importancia radica en que: “…
establecía la medición del tiempo y fecha.” (Aurell, 2013:63).

En segundo lugar, encontramos a Eusebio de Cesárea. Nace aproximadamente en el 275 d.C, en


la región de Palestina; fue discípulo de San Panfilió. En el año 313 d.C desempeña el cargo de
obispo de Cesárea. Se destaca por su participación en los concilios de: Nicea, Tiro y Jerusalén. Se
relaciona con el emperador Constantino, a quien le dedica una biografía. En la Biografía, lo
describe como: un personaje fundamental en la supremacía hegemónica del cristianismo como
religión sobre el paganismo en el imperio Romano. Su principal obra es:la Historia Eclesiástica.
Está formada por diez libros que sintetizan los principales acontecimientos y virtudes de la
Iglesia cristiana en los primeros siglos. Se presume que falleció en el año 339 d.C.

Agustín de Hipone, nació en Tagaste en el 354 d,C, una provincia culturalmente romanizada,
ubicada al norte de África. En sus primeros años fue pagano; instruido en estudios de gramática y
retórica ejecutados en la ciudad de Cartago. Profundizó sus estudios en Roma. Gran admirador de
Cicerón, centró su estudio en el naturalismo; consagrándose a posteriori como maestro de
retórica. Se instala en Milán en el año 384 d.C, hecho importante de su vida ya que, se convierte
al cristianismo persuadido espiritualmente por el obispo Ambrosio. A raíz de su conversión, se
instaló en Hipona, creando un monasterio, para luego consagrarse como obispo. Su obra más
importante fue denominada: Ciudad de Dios. Tiene como particularidad ser un “…intento
unificar la historia del mundo, la historia de la iglesia y la historia de la salvación…” (Aurell,
2013:73). Muere en Hipona en el 430 d.C.

Paulo Orosio, nació 383 d.C, en la zona de braga Portugal. Se desempeñó como sacerdote de
Hispania. Se relacionó con intelectuales de la talla de: Jerónimo de Estridón o San Agustín. Fue
este último quien le encargó construir una historia universal, de carácter apologética, en respuesta
a los argumentos expuestos por los intelectuales paganos que justificaban la decadencia del
imperio romano por culpa del cristianismo. Son aquellas relaciones fraternas quienes lo
estimularon para realizar largos viajes alrededor distintas ciudades del Mediterráneo. Siendo
participe del concilio Diopolis desarrollado en Jerusalén a mediado del 415 d.C. Su obra célebre
fue sin duda:” Historia contra los paganos”. Su importancia está determinada por ser el primer
intelectual cristiano “... que le dio a la historia secular un propósito.” ( Aurell, 2013:72) .Falleció
alrededor del 420 d.C.

Por último, tenemos a Dionisio El Exiguo. Nace alrededor 470 d.C y fallece en el 554 d.C Fue un
monje Bizantino, que desarrolló su estudio principalmente en: las matemáticas. A principio del
siglo VI formó parte de la curia romana. Su aporte fue a nivel del plano cronológico,
estableciendo el año cero (primero en la numeración romana) con el nacimiento de Cristo. Su
trabajo simplificó el sistema de datación de acontecimientos y su modelo se impuso en Europa.

En segunda instancia para describir los aspectos similares hay que considerar que las obras tienen
diversas temáticas y que fueron producidos en contextos históricos distintos. En general,
mantienen en la estructura discursiva una subordinación del producto intelectual, en particular la
producción histórica, en función de la teología cristiana. Se describe una continuidad en el
proceso de producción de referencia, cuyo producto es la búsqueda de la verdad con los
intelectuales grecorromanos, pero con una finalidad distinta: se trata de justificar dentro de la
temporalidad, la presencia de Dios desde los orígenes. Para ello se utilizó heterogéneas fuentes
clásicas. Diferen no sólo por su contenido retórico, sino por su valoración simbólica referida a la
autoridad histórica, que se ha tomado como evidencia y prueba demostrativa, de la intervención
divina a lo largo de la historia. Construyó una nueva conciencia en relación al tiempo histórico,
fundada en una interpretación lineal del tiempo, sustituyendo a la visión cíclica que concebían los
autores clásicos. Este cambio presente en los historiadores cristianos se caracterizó por tener: “…
como eje central la totalidad del tiempo…” (Aurell, 2013:59) buscando un argumento de
legitimación al ser una religión nueva, a través del origen de la creación como modelo
incuestionable que demuestra que sus tradiciones y teología está presentes desde el origen de los
tiempos. Se describe en las obras una tendencia a la representación de carácter universal,
considerar el tiempo lineal y tender a abarcar la totalidad del tiempo de la humanidad, siendo
significativas las contribuciones de: Julio el africano y posteriormente, Dionisio el Exiguo. Sus
aportes fueron significativos en la sistematización y asimilación de cronologías diversas, en la
construcción de un sistema numérico y matemático de un carácter universal y uniforme, en
relación a la datación de los acontecimientos. Sus obras fueron catalogadas como: cronológicas,
diferenciándose del resto, por no tener interpretaciones ni análisis, quedando así al margen de la
categoría histórica, pero sus aportes fueron muy importantes, ya que utilizaron el sistema de
contabilidad de años. En general, se observa en la estructura discursiva de sus producciones, el
innegable carácter providencialista, que conforma una nueva interpretación de la historia. La
historia está determinada, determinada su existencia, los acontecimientos están subordinados a la
voluntad de Dios, quien crea un itinerario unidireccional encausado hacia la salvación. De los
autores intelectuales definidos, Agustín, Eusebio y Orosio son quienes tienen un marco
explicativo con estas connotaciones y estructura. Proponen una interpretación donde: “…la
historia tiene un principio, una dirección y un final representado por la creación, la encarnación y
el juicio final.” (Aurell, 2013:67). Las producciones intelectuales historiográficas del momento
tienen un carácter apologético, tanto sea en relación de ser un mensaje de enseñanza o de defensa
de los valores cristianos. Eusebio asocia al cristianismo con la forma de organización del
Imperio entusiasmado por la declaración de Constantino como religión oficial. Mientras San
Agustín y Orosio, separan a la religión cristiana de cualesquiera formas de gobierno de la tierra,
construyendo una lógica totalmente independiente cuya perfección es la ciudad celeste, pero se
explica por la crisis del Imperio y en singular el acontecimiento del saqueo de Roma del 410 d.C

El intelectual paleocristiano debe haber nacido posterior al siglo segundo después de Cristo;
desarrolló su vida dentro del extensísimo marco geográfico del imperio Romano. Su vida en
particular, no nos ha llegado a nosotros en su totalidad. La formación de sus primeros años,
estuvo relacionada fuertemente con la tradición de la cultura latina, educado especialmente, bajo
la disciplina de la gramática y la retórica, aprendiendo otros idiomas en especial: griego y hebreo.
Los viajes dentro del Mediterráneo fueron una constante en su vida forjando su pensamiento.
Presenció un continuo cambio de la posición cultural del cristianismo dentro del Imperio
Romano. Observando el pasaje de: no ser predominante en el imperio, a transformarse y
convertirse en la religión oficial del mismo. El intelectual paleocristiano fue: un creyente
convencido y un militante acérrimo. Formó parte de la estructura institucional de la iglesia
cristiana siendo obispo, monje o sacerdote. Fue miembro de los Concilios, siempre con el afán de
aportar a la teología ortodoxa cristiana. Construyó una mentalidad de la historia donde Dios
omnipresente ha guiando y determinando los acontecimientos de los hombres, como un itinerario
que da sentido lineal del tiempo, unidireccional. Éste representado el principio expresado en la
Creación; en un camino, como es la Encarnación de Cristo, y en un final, simbolizado en el juicio
final. Para argumentar lo anterior, construyó modelos discursivos de carácter providencialista,
apologeta de connotación universal. El intelectual paleocristiano siempre estableció a Dios como
eje central del devenir histórico enmarcado en un plan del mismo. Pensó el tiempo de manera
diferente, rompiendo la concepción cíclica, por un esquema mental lineal del tiempo histórico e
ingenió un sistema matemático. Utilizó diversas fuentes clásicas como recursos de autoridad
histórica incuestionable, no le importándole su retórica, recurriendo a ellos para legitimar y
colocar a la religión al comienzo de los tiempos, al inicio de la tradición. Sus obras fueron
pensadas para justificar y legitimar la religión cristiana y su ortodoxia frente a los infieles. Forjó
herramientas para la defensa teológica cristiana. Tuvo una vida longeva falleciendo por causas
naturales alrededor de los ochenta años.

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