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ENTREVISTAS  

Emilio Gentile  

 
Política y
 
Religión,
Política como  

Religión  

   
Primavera 2009
 

Siempre se ha dicho que la política y la


religión  no se mezclan. ¿Será porque la
humanidad ha aprendido a no mezclar
las dos o porque cada vez que lo
hacemos surgen problemas? ¿Qué
sucedió en el siglo XX que hizo de
Mussolini, Stalin, Hitler y Mao tener una 
atracción como de salvadores? En la
serie de Visión ¡Mesías! Los
Gobernantes y el Papel de la
Religión, exploramos la historia de
dichos líderes a través de siglos y
continentes. Tiempos de extrema crisis 
motivan a la gente a buscar por alguien
que les libere. Cuando la desesperación
es suficientemente grande, el buen
“El fascismo de Mussolini juicio no opera como debiera y los
fue el primer individuos que de alguna otra manera
movimiento político en no obtendrían apoyo para elevarse al
Europa en alcanzar poder, frecuentemente lo hacen con
poder y consagrar el fuertes alusiones religiosas.
culto al líder, la
sacralización  de la En la siguiente entrevista de amplio
política como nueva espectro conducida en Roma, el editor
religión”. de Visión David Hulme aborda el tema
de  política y religión—y política como
  religión—con el autor e historiador
italiano Emilio Gentile.
 

 
 

  DH     Usted ha escrito mucho sobre “la


sacralización de la política”. ¿Qué quiere
  decir con este término?
  EG      Lo que quiero decir es que
algunas entidades seculares dentro de
 
la política, como “la Patria,” “la Raza,”
  “la Revolución,” “el Proletariado,” se
convierten en un absoluto y requieren la
  obediencia de la gente que cree que
tales entidades son el dador del
 
significado a la vida, por el cual
  deberían estar dispuestos a sacrificar su
vida. En cualquier nación usted sacrifica
  su vida en tiempos de guerra para
salvar al país. De esta manera, el país
 
se convierte en un dios secular.
 
DH     Dentro del contexto de la
“Aun hoy en día, cuando sacralización de la política usted
hablamos del catolicismo también ha examinado el fenómeno del
totalitarismo en el siglo XX y desarrolló
como un tipo de base
una definición más matizada.
para la identidad
europea, o la EG      El Totalitarismo fue acuñado por
recristianización de los antifascistas entre 1923–1924 para
Europa como el Papa poder definir el método fascista político
dijo, todavía utilizamos y el sistema fascista de poder mucho
el mito de Roma como antes que el fascismo estableciera el
una clase de unidad unipartidismo dictatorial. Así que en un
común  de los sentido, el totalitarismo no es una meta
europeos”. sino un método: un partido político que
pretende ser el único legitimo para
  gobernar un país y destruir por medio
de la violencia a los otros partidos.
 
Cuando esto sucede, usted está
  confrontando un experimento político
totalitario. Por eso es que prefiero decir
  que el totalitarismo es un experimento
en la dominación política en lugar de un
 
régimen político consumado o
  perfeccionado. Así que puede decir que
el fascismo y el comunismo soviético
  utilizaron el método totalitario; Hitler
utilizó el método totalitario. Sin
 
embargo no todos ellos se dirigían hacia
  la misma meta. Es ridículo decir que
Mussolini, Stalin y Hitler iban a tener el
  mismo sistema político y las mismas
metas. Estos estaban utilizando el
  mismo método para construir diferentes
  sistemas políticos, un tipo diferente de
sociedad y hombre de acuerdo a su
  propio concepto de hombre, política y
sociedad.
 
DH     ¿Cuáles fueron los precedentes
“La sacralización de la en el desarrollo  de la religión política
política en términos de  Mussolini?
modernos es una forma
autónoma de religión EG      Desde hace tiempo existía una
basada en la política, no tradición dentro de los movimientos
en la tradicional religión socialistas en Europa de sacralizar la
estado-iglesia”. política—desde el tiempo del socialismo
utópico. En cierta manera Mussolini fue
  instruido en esta tradición. Cuando llegó
a ser el líder del Partido Socialista
  alrededor de 1912, este ya hablaba de
una esencia religiosa del socialismo y de
 
una nueva palingenesia, término
  ampliamente usado por los socialistas
franceses y los sindicalistas
  revolucionarios; significa un
renacimiento de la humanidad a través
 
de la revolución sin clases, la revolución
  proletaria.

  Cuando Mussolini se convirtió en


intervencionista en la I Guerra Mundial,
  tradujo este lenguaje de socialismo
religioso a un nacionalismo religioso. En
 
la creación del fascismo, enfatizó que no
  era un movimiento teorético o
simplemente un movimiento político.
  Era un movimiento de regeneración. La
regeneración es un concepto clave
 
dentro de cualquier tipo de religión y en
  sumo grado en las religiones de la era
pos-cristiana. También aparece en las
“Cuando lo voltea [un políticas revolucionarias. Esto ha sido
billete de dólar], ahí muy común de la política cultural en
está el lema nacional, Italia y en Europa desde la Revolución
“In God We Trust (En Francesa—ambas en derecha e
Dios Confiamos)”. Salvo izquierda. El socialismo fue una
regeneración de la humanidad a través
que no hay definición de
de la revolución proletaria. El
Dios en esta frase. ¿Es
nacionalismo fue una regeneración de la
este el Dios bíblico? ¿Es nación a través de una revolución
este el Dios musulmán? nacional. Mussolini fue capaz de
No, este es el dios de los fusionar estos dos conceptos de la
Estados Unidos de revolución, a diestra y siniestra, y
América”. construir un nuevo sentido de
regeneración por medio de la política,
 
creando al nuevo hombre. En el
  fascismo, por supuesto, no era el
hombre libre sino una clase de hombre
 
sacrificial—sacrificado para el estado.
 
El fascismo de Mussolini fue el primer
  movimiento político en Europa en
alcanzar poder y consagrar el culto al
  líder, la sacralización  de la política
como nueva religión. Esto fue mucho
 
tiempo antes de que Stalin se
  convirtiera en el carismático líder de la
Unión Soviética, lo cual sucedió hasta
  después de 1927. Así que en un sentido
fue una novedad total que en Europa
 
después de la I Guerra Mundial, en
  donde el panorama político aun estaba
dominado por las nuevas democracias,
  el líder de uno de estos estados
europeos institucionalizara un religión
 
política y pretendiera ser el salvador de
  la nación y la personificación de la
voluntad del país. Este se convirtió en el
“Es muy difícil acercarse modelo para otros líderes nacionalistas
al Monumento a Lincoln como Hitler, quien pretendía seguir la
sin dejar de tener un misma senda para obtener el poder y
sentido de religiosidad, regenerar su propia nación.
de carácter sagrado DH     ¿De modo que el totalitarismo y
circundando a Lincoln en la regeneración están en una relación
ese templo. Es un dinámica y evolutiva?
ejemplo claro de la
sacralización de la EG      Sí, el totalitarismo es un
política”. experimento de regeneración humana.
El problema es, ¿Qué clase de nuevo
  hombre? ¿Qué clase de regeneración?
Es totalmente diferente en el fascismo,
 
en el nazismo, en el comunismo, y así
  sucesivamente. La batalla era la misma,
pero la meta era muy diferente. El
 
fascismo y el nazismo estaban más
  cercanos que los otros movimientos
totalitaristas, entretanto que el
  concepto del Nuevo Hombre en la Rusia
de Stalin era totalmente diferente al
 
concepto del Nuevo Hombre en la China
  de Mao.

  Es imposible imaginar al totalitarismo


como un fenómeno estático, pues el
  proceso de regeneración es largo.
Tienes que luchar contra la naturaleza
 
humana, la cual no tiene ansias en ser
  transformada. Ahora bien, cuando tratas
con millones de personas y quieres
  formar un carácter único, es una larga
batalla. Siempre termina en fracaso
 
porque es imposible cambiar la
naturaleza humana por medio de la
“En tiempos de crisis se
política. Así que en este sentido, creo
espera de la mayoría de
que el totalitarismo está obligado a ser
los presidentes dinámico. No tiene final. No puedes
estadounidenses que decir de alguna versión de totalitarismo
sean una especie de que haya alcanzado su meta, porque
salvador”. tienes una nueva generación que
transformar. Tienes una nueva
 
generación en camino— nuevos
  nacimientos, nuevos ciudadanos,
nuevos peligros.
 
Era una obsesión en la Rusia de Stalin,
  en la Italia fascista y en la Alemania
nazi y de igual manera en la China de
 
Mao. La idea era que siempre existe la
tendencia, aun en gente regenerada, de
  aburguesarse o convertirse en
holgazanes o estáticos o contra-
 
revolucionarios. Así que tiene que
  regenerarlos, siempre por medio de la
violencia. Ese es el significado de la
  purga en Rusia, y también la adopción
del antisemitismo en Italia. No fue Hitler
 
quien impuso ley antisemita en
  Mussolini; fue Mussolini quien pensó
que la idea del antisemitismo era una
  manera de empujar Italia por una
actitud más severa hacia los
  extranjeros. Los judíos eran una minoría
  muy pequeña, pero eran considerados
totalmente diferentes a los italianos.
“Hoy por hoy mucha Fue esta una manera de tratar de
gente piensa que hay construir una nueva Italia basada en el
que unir la política y la odio a la gente distinta.
religión para salvar al DH     En los comienzos de su vida
mundo. Siempre que política, Hitler desesperadamente quería
esto pasa, puedes tener conocer a Mussolini e hizo el comentario
paz duradera, pero no de que si alguien como Il Duce
libertad, ni dignidad emergiera en Alemania, caerían
para los seres rendidos a sus pies de la manera que
humanos”. nadie cayó a los pies de Mussolini.

  EG      Al principio Mussolini era muy


escéptico de Hitler; para empezar,
estaba demasiado temeroso con la idea
de Alemania como un poder militar
renovado, porque sería una amenaza
para Italia. Mussolini había peleado
contra Austria y Alemania durante la I
Guerra Mundial. Con todo y eso, estaba
fascinado con la idea de que su
movimiento se estaba convirtiendo en
un movimiento europeo. Cuando se dio
cuenta que Hitler se estaba convirtiendo
en un líder fascista más popular que él,
entonces trató de imitar el éxito de
Hitler. Lo que era más importante para
Hitler fue que Mussolini mostró la
manera de construir un nuevo sistema
político y alcanzar el poder de una
nueva forma, ambas revolucionaria y
parlamentaria; no por medio de
levantamientos como Hitler intentó en
noviembre de 1923 y falló, sino
mezclando terror con política
parlamentaria—un nuevo método
revolucionario, no al estilo antiguo o al
estilo marxista, sino al estilo fascista.
Esto significó utilizar cualquier método
que fuera útil en imponer tu voluntad y
destruir otros partidos políticos. Hitler
tenía un buen maestro y él era un buen
alumno.

DH     Cuando Mussolini estaba a punto


de llegar al poder, visualizó un nuevo
Imperio Romano. En 1922, siete meses
antes se le pidió formar un gobierno. Y
dijo, “¡Roma es nuestro punto de
partida y punto de referencia; es
nuestro símbolo o si lo prefiere, nuestro
mito! Soñamos con la Roma Italiana—
sabia y fuerte, disciplinada e imperial.
¡Mucho del espíritu inmortal de la
antigua Roma renace en el fascismo!”
Esta idea del renacimiento de Roma ha
sido repetida por más de 1,500 años.
¿Qué hizo de su versión diferente?
EG      Bueno, primero que todo
considere que el mito de Roma ha
estado presente en la cultura Occidental
desde el Renacimiento y aun desde más
atrás; piense en el Santo Imperio
Romano de Carlomagno. También fue
transferido a los Estados Unidos. No
puede entender la tradición
estadounidense sin regresar al mito de
Roma y la antigua Grecia. Todos los
padres fundadores estadounidenses
estaban fascinados con el mito de Roma
—la republica, por supuesto, no el
imperio. La arquitectura neoclásica es
un ejemplo de la fuerte presencia del
mito de Roma en la moderna revolución
democrática. Pasó lo mismo en Francia.
Así que el mito de Roma está presente
dentro de la cultura Occidental.

Mussolini fue totalmente diferente, pues


su idea de Roma estaba conectada a la
idea de que el fascismo era una clase de
regeneración del espíritu romano en
sociedad italiana y en la nación italiana.
Solamente que la palabra clave en su
definición de Roma es el mito. No creo,
como mucha gente dice, que Mussolini
estaba realmente fascinado con la idea
de recrear el Imperio Romano. Esta no
tiene sentido. Mussolini no era tan
estúpido como para pensar que el
podría recrear el Imperio Romano.

No obstante el uso del mito de Roma


fue muy importante por dos razones:
primero, para el pueblo italiano, que 60
años después de su unificación aun
estaba formado por gente muy
diferente, y para poder unificar este
pueblo, el mito de Roma fue
considerado ser muy poderoso. Y
segundo, el uso de la tradición católica 
como manifestación del espíritu
romano. Mussolini pretendía utilizar el
catolicismo como parte de la religión
fascista diciendo que aun el catolicismo
es una manifestación histórica del
espíritu romano. Y de esta manera
Mussolini trató, no de recrear Roma,
pero de crear una nueva Roma, una
Roma de tiempos modernos, al utilizar
el mito de la grandeza romana.

Un análisis comparativo del uso del mito


romano  desde la Revolución
Norteamericana al tiempo presente es
importante, porque aun hoy en día,
cuando hablamos del catolicismo como
un tipo de base para la identidad
europea, o la recristianización de Europa
como el Papa dijo, todavía utilizamos el
mito de Roma como una tipo de unidad
común  de los europeos. Esta era una
de las ideas de Mussolini—el usar el
mito de Roma para construir una nueva
civilización europea dominada por el
fascismo. Sin embargo Hitler era un
protagonista en Europa, y estaba en
contra del legado de Roma (aún cuando
el mismo Hitler estaba fascinado con el 
mito de la grandeza romana). ¿Cómo
podría construir Mussolini una nueva
civilización con Hitler, entretanto que
Hitler y los nazis querían destruir el
legado de Roma en Alemania?

DH     En Núremberg existe un edificio a


medio terminar de la era nazi basado en
el Coliseo. Hitler lo planeo como una
monumental cámara del congreso. No
obstante usted dice que él no quería
perpetuar el mito de Roma. ¿Lo que
quiere decir es que no lo quería en
términos italianos o no quería nada que
ver con la idea de Roma?

EG      Tiene que ver con el rechazo a la


tradición de la ley romana, no con la
tradición del monumentalismo romano,
lo cual fascinaba a Hitler. Este hizo su
primera visita oficial a Roma en 1938.
Después quiso ver los monumentos
romanos en privado. Entró al Coliseo y
al Panteón  con arqueólogos germano-
italianos. Ya en el Coliseo, pregunto por
qué Mussolini no lo reconstruyó. Así que
en Berlín el gran Palacio del Congreso
tenía que parecerse al Panteón. Hitler
estaba fascinado por la arquitectura
romana, pero no por la tradición de la
ley romana ni la idea romana de
gobierno, la cual era para Mussolini uno
de los mitos fundamentales de la nueva
civilización fascista en Europa.
Recuérdese que el pueblo alemán nunca
fue conquistado por Roma. Siempre
lucharon contra los romanos y
eventualmente ganaron.

DH     ¿Que tanto dependía la


concepción de Mussolini en la imagines
imperiales romanas, símbolos y
conceptos? ¿Qué acerca de su
restauración al altar a Cesar Augusto, el
Ara Pacis?

EG      Para poder entender el uso de


antiguos monumentos por Mussolini,
tenemos que pensar en el modernista 
avant-garde en los comienzos del siglo
XX y en su interés por el uso del pasado
y lo primitivo. Estaban fascinados por
las imágenes antiguas—el uso, por
ejemplo, de estatuas africanas o
mascaras africanas para refinar un
nuevo y moderno estilo. Mussolini utilizo
materiales de la época romana para
construir un nuevo estilo, para decir que
todas estas ruinas antiguas ahora son
una parte de nuestro moderno estilo
fascista. Así que de cierta forma no
estaba respetando los antiguos
monumentos, pues los fascistas
destruyeron muchos monumentos
romanos para construirle nuevos al
fascismo.

Este eclecticismo, este sincretismo del


fascismo era típico de un movimiento
modernista político que utilizó del
pasado lo que les servía, no de manera
para restaurar el pasado como estaba
sino para crear uno nuevo, una
civilización moderna, que en términos
del fascismo fue totalitarista.

Es muy fácil  demostrar que no hay


conexión entre la antigua Roma y la
Roma fascista. La Roma antigua nunca
fue racista, nunca fue unipartidista, y
ciertamente nunca pretendió ser un
movimiento regenerativo para reunificar
toda la Europa bajo el estandarte del
gobierno de un solo partido. Los
ciudadanos romanos estaban siempre
bajo el gobierno del emperador, pero el
emperador nunca fue el líder de un
partido político y nunca pretendió ser un
romano “puro”  o establecer una ley
racista o antisemita.

DH     Las propias convicciones


religiosas de Mussolini, fueron en
realidad acalladas. ¿Entonces como
puede usted explicar su uso del
simbolismo religioso? Uno de sus
primeros decretos como líder nacional
fue restaurar el crucifijo en todos los
salones.

EG      Aquí una comparación puede ser


útil. Mussolini hizo lo mismo que Hitler
después de 1933. Ambos dijeron que
iban a defender al catolicismo y al
cristianismo porque eran considerados
parte de una tradición nacional, y la
tradición religiosa es un elemento que
une los pueblos. Aunque por supuesto,
Mussolini y Hitler no pretendían
restaurar el espíritu puro del Evangelio.
No estaban promocionando a Dios ni a
Cristo; estaban utilizando a Cristo y a
Dios para establecer su propio gobierno.
Fueron muy realistas en ver a la iglesia
como una institución importante, la cual
no era fácil de combatir; un poder para
ser confrontado, sin embargo un poder
que podría ser un aliado en la lucha por
monopolizar el poder. Mussolini tuvo
éxito, aun cuando la lucha estuvo
siempre presente. Después del
Concordato en 1929, existía una 
permanente batalla clandestina entre la
iglesia y el régimen fascista, la cual
surgió a finales de 1930 cuando uno de
los líderes más apologéticos de la iglesia
en la época de Mussolini, el Cardenal
Shuster de Milán, en un discurso secreto
dijo a los obispos de su iglesia que
ahora en Italia estaban confrontando un
estado pagano, un estado totalitario. El
cardenal concluyó que, el Concordato
estaba totalmente destruido.

Así que la relación entre Mussolini y la


iglesia Católica no era fijo. El 
Concordato por sí solo no definía nada.
Era una confrontación permanente.
Mussolini estaba tratando de utilizar el
catolicismo para imponer un gobierno
fascista al permear el catolicismo con
fascismo. De igual manera la iglesia
trato de catolizar al fascismo, pero al
final ambos fallaron.

DH     ¿En verdad es cosa del pasado  la


era de los Dictadores del siglo XX?

EG      Obviamente la era de los


Dictadores, comúnmente conocida como
el periodo entre las dos guerras
mundiales y el Imperio Soviético en la
Europa Occidental, cuando los
dictadores eran la estructura
permanente del sistema político, ya
pasó. Aunque no creo que la era de la 
Dictadura haya pasado, pues aun
tenemos regímenes unipartidistas en
varios países del África y Asia bajo
gobierno comunista.  

La Era de los Dictadores está


relacionada a un periodo cuando
existían dos fenómenos importantes.
Uno  de ellos a consecuencia de la I
Guerra Mundial; cuatro grandes
imperios antiguos fueron destruidos y
nuevas republicas democráticas y
constitucionales emergieron. Sin
embargo, después de dos o tres años, la
mayoría de esas republicas terminaron
en dictaduras. En un sentido, la
dictadura fue una clase de respuestas a
la crisis democrática después de la I
Guerra Mundial y después de la gran
crisis económica de 1929.

Por lo menos en Europa, ya no estamos


confrontados con el peligro de la
dictadura. Hay algunos individuos que
se convertirían en dictadores, pero no
veo las condiciones para transformar la
presente crisis de la democracia en una
nueva dictadura unipartidista. Si es que
surge alguna dictadura en el futuro,
quizás sería una totalmente nueva.
Aunque es muy difícil de entender cómo
se impondría esta nueva dictadura.
Quizás tendría una fachada muy
democrática. Casi ni lo habríamos de
notar. Aunque no habrá regímenes
unipartidistas. Los partidos políticos en
Europa, los países occidentales, ya no
podrán formar regímenes unipartidistas.
Será absolutamente rechazado. A lo
mejor una nueva dictadura será lo que 
yo llamo una democracia recitativa, una
forma de democracia sin sustancia.

DH     ¿Cree que la sacralización de la


política pueda prolongarse dentro del
siglo XXI?

EG      Esta ha estado presente en


tiempos modernos desde las
revoluciones norteamericana y francesa.
Necesitamos distinguirla de cualquier
tipo de religión politizada en tiempos
antiguos y presentes.

En la monarquía egipcia, el faraón era


un dios, o el hijo de un dios, o
personificaba un dios. En el Imperio
Romano, después de la cristianización,
el emperador en cierto modo era
consagrado por la iglesia. También los
monarcas europeos siempre fueron
consagrados por la religión institucional.
Esto no es sacralización de la política en
el sentido de que la política se convierta
en religión. Es la politización de una
religión—el uso de la religión para
santificar monarcas en términos de los
dioses tradicionales, o del Dios de la
biblia. En el periodo después de la
revolución francesa y norteamericana,
tiene usted la entidad secular de la
nación. La nación no es una persona, ni
la iglesia la consagra. Esta es
consagrada porque es una nueva
entidad secular que ahora transfiere el
significado de la vida. La sacralización
de la política es política convirtiéndose
en religión, independiente de la iglesia
tradicional. No fue el Papa quien
consagró a Hitler como líder;   así como
también no fue el Papa quien consagró
a Napoleón (y me estoy refiriendo a
algo más que el hecho de que Napoleón
tomo del Papa la corona y se la puso el
mismo en la cabeza). La sacralización
de la política en términos modernos es
una forma autónoma de religión basada
en la política, no en la tradicional
religión estado-iglesia.

DH     Sin embargo esta trae los


símbolos y atavíos de la religión a lo que
la gente está acostumbrada.

EG      Esta forma de religión, en ambos


países occidentales y  orientales, está
basada en respetar el catolicismo o al
cristianismo tradicional, así como
Mussolini y Hitler lo hicieron. Aun
considerando a Stalin y a Mao, el común
denominador, la gramática de la religión
política, se asemeja a un arquetipo de la
biblia: pueblo escogido, el Libro, el líder
carismático, la Tierra Prometida, y así
sucesivamente. Por miles de siglos, la
policía siempre ha sido influenciada,
condicionada y definida en términos de
religiosidad. De acuerdo a la tradición
cristiana y católica, aun en países
orientales, muchos eruditos definen al
marxismo como una clase de
secularización de la teología cristiana, o
teodicea cristiana, o providencia
cristiana. Así que, el uso de la
fraseología religiosa en tiempos
modernos por los políticos es la manera
de dirigirse al pueblo en lenguaje
moderno, solo que utilizando metáfora
religiosa.

DH     Usted ha comentado de la
sacralización de la política en referencia
a los Estados Unidos.

EG      Sí. Tome un billete de un dólar 


como punto de partida. Cuando lo
voltea, ahí está el lema nacional, “In
God We Trust (En Dios Confiamos)”.
Salvo que en esta frase no hay
definición de Dios. ¿Es este el Dios
bíblico? ¿Es este el Dios musulmán? No,
este es el dios de los Estados Unidos.

Después tenemos el símbolo del Gran


Sello, la pirámide, el ojo de Dios encima
del triangulo sagrado, y dos frases en
latín del poeta romano Virgilio: Novus
Ordo Seclorum (“Nuevo Orden de los
Siglos [o de las Eras]”) y Annuit Coeptis
(“Aprobó las Cosas que Inició”). Esto es
típico de la profecía romana de la venida
del salvador. El nacimiento de los
Estados unidos de América fue
comparado al nacimiento de Cristo.
Ambos eventos fueron para salvar a la
humanidad. De manera que estos son
elementos religiosos, que no están
ligados al Dios de la biblia, al cristiano o
al Dios musulmán; estos están
relacionados a la entidad
estadounidense, a la nación
estadounidense, a la republica
estadounidense.

También puede verse estos simbolismos


en monumentos estadounidenses. Es
muy difícil acercarse al Monumento a
Lincoln sin dejar de tener un sentido de
religiosidad, de carácter sagrado
circundando a Lincoln en ese templo. Es
un ejemplo claro de la sacralización de
la política, pues Lincoln no era un hijo
enviado por Dios, era un figura política.
Sin embargo este monumento hoy en
día representa el espíritu santo del
salvador del país y el gran libertador de
los esclavos. Así que en un sentido,
Lincoln sigue estando como un teólogo
griego de la religión civil
estadounidense, así como muchos
eruditos de la nación lo definen.

DH     Usted ha escrito acerca del


Presidente Bush y su versión de la
religión civil en God’s Democracy. ¿Qué
anticipa del Presidente Obama?

EG      En tiempos de crisis se espera de


la mayoría de los presidentes
estadounidenses que sean una especie
de salvador. Abraham Lincoln, Wilson
durante la I Guerra Mundial, Roosevelt
después de la crisis de 1929,
Eisenhower en la II Guerra Mundial,
Reagan, y así sucesivamente. Los
presidentes estadounidenses son muy
diferentes a los otros presidentes de las
democracias occidentales, además de
rodearles una clase de aura religiosa.
Obama es considerado ser uno de los
salvadores de la decadente imagen
estadounidense en el mundo y de la
crisis en los Estados Unidos. Él es un
tipo de “nacido de nuevo”
estadounidense además de ser muy
excepcional, pues no nació en la
plataforma continental norteamericana,
sino en Hawái y él es el primer
presidente afroamericano de los Estados
Unidos. Es una clase de Nuevo Hombre
trayendo un mensaje diferente.
Representa una nueva generación de
ideales estadounidense. Después del
fracasado intento de Bush por construir
una nueva ciudad en la colina a través
de la guerra contra el terrorismo, pienso
que Obama aun está obligado a pelear
esa guerra, pero en términos diferentes
y con metas diferentes. Obama ha sido
presentado al público estadounidense
como una clase de nuevo Cristo para
salvar al nuevo Estados Unidos—no en
términos triunfales, pero con una
humilde actitud religiosa, diciendo,
tenemos que trabajar juntos para
construir una ciudad en la colina. Bush
diría, ya estamos en la ciudad sobre la
colina, y tenemos que defenderla
porque somos justos, somos buenos y el
mundo está contra nosotros. Por lo
tanto creo que en el caso de Obama, es
un rejuvenecimiento de la religión civil
en términos muy diferentes.

DH     La idea de que la humanidad


pudiera sucumbir ante otro falso mesías
de la proporción de Mussolini, Hitler o
Stalin es muy preocupante. Aun así
continúa sucediendo. ¿Qué deberíamos
de esperar?

EG      Como historiador, soy un profeta


del pasado, no del futuro. Sin embargo
creo nos estamos adentramos a un
periodo muy largo de crisis debido a la
modernidad. No creo en el
posmodernismo; aun estamos en la
modernidad. La modernidad es un
periodo de conflicto permanente entre lo
antiguo y lo nuevo. En la modernidad
siempre tienes lo nuevo, y lo viejo
“nuevo” se convierte en viejo, así que el
conflicto es permanente. Después tienes
el suceso de la globalización, lo cual es
un proceso irreversible, junto con la
necesidad de la identidad, que quizás es
una necesidad humana acercándose
hacia una nueva clase de nacionalismo.
Agregado a esto tenemos el
resurgimiento de la religión tradicional,
cual no es sacralización de la política,
pero una clase de politización de religión
tradicional en términos muy extremos,
así como en el caso del islamismo de Al
Qaeda  utilizando el terror como método
indispensable para alcanzar poder
dándole una clase de nueva autoridad
divina en el mundo.

Creo que este es un periodo muy


peligroso, pues cada vez que la política
se alía, fusiona o se confunde con la
religión para imponer una nueva regla
en la vida del hombre, la libertad se
pone en riesgo. Ambas expresan las
necesidades humanas. Sin embargo
cuando la política y la religión unen sus
fuerzas, existe siempre el peligro a la
dignidad y libertad humana. Hoy por
hoy mucha gente piensa que hay que
unir la política y la religión para salvar
al mundo. Siempre que esto pasa,
puedes tener paz duradera, pero no
libertad, ni dignidad para los seres
humanos. Esta no es my profecía, pero
mi temor por el futuro observando las
experiencias del pasado.

OBRAS SELECIONADAS DE EMILIO


GENTILE:

1 El Culto del Littorio: La sacralización


de la Política  en la Italia Fascista
(2007).  2 The Struggle for Modernity:
Nationalism, Futurism, and Fascism
(2003).  3 The Origins of Fascist
Ideology, 1918–1925 (2005).  4 Politics
as Religion (2001, 2006).  5 La Grande
Italia (1997, 2009).

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