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Nada

CARMEN LAFORET
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Índice

1- Introducción

2- Contexto histórico y social de la posguerra.

3- Literatura de posguerra.

4- Estructura de la novela.

5- Técnicas narrativas.

6- Personajes.

7- Temas.

8- Espacio y tiempo.

9- Estilo y lenguaje.

1. Introducción
Nada, primera novela de Carmen Laforet (1921-2004), obtuvo en 1944 el
Premio Nadal, uno de los premios más prestigiosos de la literatura en España y que
tiene como objetivo descubrir nuevos talentos.
Laforet, nacida en Barcelona, ganó el premio con veinticuatro años y
posteriormente publicó otras obras como: La isla y los demonios (1952), La mujer
nueva (1955), La insolación (1966) y Al volver la esquina que se publicó de manera
póstuma en 2004.
Con Nada dio un impulso a la creación literaria de la posguerra y dio paso a
la novela existencial que se explicará más adelante.
El relato en primera persona de la protagonista, Andrea, abarca desde su
llegada en octubre de 1939 a Barcelona para estudiar filosofía hasta septiembre de
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1940. Allí se alojará en casa de unos familiares y podrá comparar el mundo cerrado
y opresivo de esa casa con el mundo liberador y juvenil de la universidad.
Es una novela de maduración que tiene cierto carácter autobiográfico y
existencialista y con la que la autora recrea perfectamente el ambiente social de la
época, en la que todavía se percibían los ecos de la Guerra Civil y de la violencia
vivida anteriormente.

2. Contexto histórico y social de la posguerra (1939-1975)


Aunque Carmen Laforet escribió Nada pocos años después de terminar la
guerra, es interesante analizar cómo evolucionó la situación del país a lo largo de la
dictadura franquista para entender también las características de la narrativa
producida en esas décadas.

Años 40: La Guerra Civil sumió al país en una situación desesperada tanto
económicamente (destrucción, hambre, cartillas de racionamiento, paro…) como
socialmente (cárcel para los vencidos, rencor, represión, venganzas). Fueron años
oscuros y duros en los que España permaneció aislada del resto de países del
mundo que se enfrentaban mientras tanto en la II Guerra Mundial.

Años 50: En esta década se comenzó a dar una apertura del régimen
franquista que trajo consigo ciertos cambios socioeconómicos al país, como la
incorporación de España a la ONU en 1955. Por otra parte, fue entonces cuando se
produjeron migraciones del campo a la ciudad, lo que provocó el nacimiento de
barrios obreros y suburbios, ambientes ampliamente retratados en la literatura del
momento.

Años 60: Se dio una mayor presencia de España en el ámbito europeo e


internacional. Por otra parte, la industrialización y el desarrollo del turismo hicieron
que se diera un desarrollo económico considerable y que se incrementara el
contacto con el exterior y que se flexibilizara el control de la censura.
Por lo tanto, Carmen Laforet escribió Nada en un contexto en el que las
terribles consecuencias de la Guerra estaban todavía muy presentes en una
sociedad que a duras penas lograba sobrevivir en ese ambiente de pobreza y
represión característicos de la Dictadura.
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3. Literatura de posguerra

La Guerra Civil supuso una ruptura profunda y evidente con las tendencias
culturales innovadoras impulsadas antes de la misma por autores como Unamuno o
Valle-Inclán o por las corrientes europeas y ni siquiera las propuestas novecentistas1
tuvieron continuadores en los años de posguerra.

Por otra parte, el panorama cultural español de la posguerra estuvo


condicionado por una serie de circunstancias como las siguientes:

1. Aislamiento: Las fronteras se cerraron y se aisló al país de toda influencia


que pudiera ser nociva para el orden político establecido por la dictadura y
se instauró un fuerte control y censura de las publicaciones.
2. Exilio: Muchos de los intelectuales españoles partidarios de la República
tuvieron que marchar del país una vez que el bando nacional resultó
vencedor y la contienda terminó. Eso provocó que un gran número de
escritores españoles siguiera creando desde países como Francia, México o
Estados Unidos. Entres estos autores del exilio se encuentran Ramón
J.Sender, Max Aub, Rosa Chacel o Francisco Ayala y en sus producciones se
encuentran la nostalgia de España y la desazón por la derrota republicana,
aunque también integran en sus novelas escenarios, estilos y costumbres de
los lugares desde los que escribían.
3. Carencia de referentes: A pesar de que Juan Ramón Jiménez seguía siendo
un modelo literario vivo para los escritores jóvenes españoles, la realidad es
que estos se quedaron sin referentes literarios puesto que la Generación del
27, que se hallaba en plena madurez creativa cuando la Guerra estalló, se
deshizo con el asesinato de Federico García Lorca y el exilio de Salinas,
Cernuda, Guillén o Alberti.
4. Escasa producción literaria: El hecho de que hubiera muy poca producción
literaria nacional favoreció el auge de las traducciones de autores poco
comprometidos para llenar el hueco editorial.

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Dentro de este panorama, surgirán nuevas y numerosas tendencias


novelísticas entre las que destacan dos por encima del resto por lo que supusieron
de novedad y de reflejo de la inquietud y angustia que se vivía en el momento:

1. Novela Existencialista
Esta corriente se inicia con la novela Nada de Carmen Laforet en 1945 y se
caracteriza por reflejar la angustia existencial, la tristeza y la frustración de
las vidas cotidianas. Este enfoque existencial, propio de los periodos de
posguerra, hace que las novelas de este período giren en torno a la
amargura de las vidas cotidianas, la inadaptación, la muerte y la frustración.
Los personajes se adaptarán a estos temas de manera que los protagonistas
serán seres marginados socialmente, angustiados y/o desarraigados.
Las causas de esta amargura vital se encuentran en la sociedad de la España
de los años cuarenta, marcada por la pobreza, la incultura, la violencia, la
persecución política y la falta de libertades.

2. Novela Tremendista
La novela La familia de Pascual Duarte publicada en 1942 por Camilo José Cela
inaugura esta corriente literaria novedosa en la literatura al ofrecer una agria
visión de los aspectos más míseros y brutales de la realidad. La obra triunfó
rápidamente y la fórmula propuesta, consistente en desquiciar la realidad en
un sentido violento y en presentar sistemáticamente hechos desagradables e
incluso repulsivos, fue muy imitada.

Junto con estas dos corrientes dominantes coexistieron otras, mucho menos
relevantes como: la Novela Triunfalista, que defendía los valores propios del
bando vencedor de la Guerra y justificaba esta y sus consecuencias; la Novela
Psicológica, basada en el análisis del carácter y del comportamiento de los
personajes; la Novela Poética, en la que lo importante no es la historia narrada
sino el estilo y la Novela Simbólica, en la que los personajes funcionan como
símbolos de ideas o conflictos)

En la década de los 50, la presión que ejercía la censura sobre los escritores
se relajó y este hecho permitió la aparición de novelas en las que la denuncia de la
pobreza, la persecución y la injusticia social se convirtieron en los temas
predominantes.
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Por otra parte, a principios de la década de los 60 se produjo un nuevo


cambio en la novela española que trajo consigo la experimentación técnica que
alejaba a las novelas de la tradición realista del siglo XIX en consonancia con lo que
estaba ocurriendo en la literatura europea y en la hispanoamericana en particular.
Esta nueva corriente experimental se dio hasta más o menos 1975, año en el
que, junto con el fin de la dictadura, se empezará a entender la novela de múltiples
formas diferentes que traerán, a su vez, nuevos subgéneros narrativos a la
literatura.

Análisis de la obra

4. Estructura
La novela está compuesta por 25 capítulos que se organizan en tres
partes que corresponden, a su vez, con la división que se puede hacer de la novela
atendiendo a la evolución que vive Andrea, su protagonista, y los diferentes estados
emocionales que va viviendo:

La primera parte abarca de los capítulos I al IX y en ellos se desarrolla el


inicio de la etapa en Barcelona de Andrea y se centra en su experiencia en la casa de
Aribau. De todas las situaciones desagradables, violentas e incluso repulsivas que
esta va descubriendo tiene especial interés la relación entre la muchacha y su tía
Angustias. Andrea sufre su extrema vigilancia, su postura amenazante, la falta de
libertad para descubrir la ciudad y para descubrir la vida. Al concluir la primera
parte, Angustias se va de la casa de Aribau porque ha determinado ser monja e
ingresar en un convento; esto supondrá para Andrea el principio de la posibilidad
de vivir libremente.

La segunda parte abarca de los capítulos X al XVIII y en ellos Andrea


puede salir libremente del piso de Aribau y comienza sus experiencias en torno al
ambiente de la universidad. El descubrimiento de la amistad con Ena y las vivencias
en un mundo, el de Ena y su familia, tan opuesto a la calle de Aribau, lleno de
comodidad, felicidad y sin aparentes contratiempos aportará ilusión y positividad a
la vida de la joven. Esa situación confortable se desvanece cuando Andrea
comprueba que hay un punto de encuentro de ambos espacios (Aribau y el mundo
exterior) a través de su amiga Ena y la relación que entabla con su tío Román. Este
hecho será decisivo para marcar una evolución de la protagonista que despertará
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en gran parte de la actitud de inocencia e ilusión en las que estaba y también


influirá en el desenlace de la historia.

La tercera parte abarca de los capítulos XIX al XXV y en ella Andrea


afronta la vida con otra actitud, que se aprecia en una cierta seguridad, frialdad
también, cuando es confidente de la madre de Ena, quien le cuenta su relación con
Román en el pasado y su angustia ante una posible relación de este con su propia
hija. Andrea promete su ayuda para evitar esa relación. En ocasiones la joven
muestra un cansancio ante la vida, que en la calle de Aribau se ensombrece más
por el suicidio de Román y la decadencia y locura persistentes en la casa. Todas
estas experiencias contribuirán a la decisión final de abandonar Barcelona al ser
invitada por Ena y su familia para trasladarse a Madrid.

5. Técnicas narrativas

Nada está narrada por Andrea, su protagonista, lo que hace que sea una
novela narrada en primera persona y en la que prevalece el punto de vista de esta
protagonista-testigo que cuenta aquello que vivió y observó durante su año en
Barcelona.

Es un relato esencialmente lineal, aunque observemos alguna analepsis


(saltos al pasado o ‘flashbacks’) en los momentos en los que Andrea recuerda su
estancia en Barcelona y también prolepsis (saltos al futuro) cuando la narradora
habla desde su momento presente, en el futuro de los acontecimientos narrados.

Por otra parte, es una novela circular que comienza con la llegada de Andrea
a Barcelona cargada con su pesada maleta y termina con la salida de la calle de
Aribau con la vieja y pesada maleta; el hecho de cargar con esa maleta para volver a
iniciar de nuevo otro viaje, que la llevará a Madrid, para seguir con su experiencia
vital, con su aprendizaje es la idea que hace que la historia parezca cerrarse de la
misma manera que empezó.

Para terminar, es una novela cuyo final es abierto, es decir, el lector no tiene
la posibilidad de conocer lo que le aconteció a Andrea una vez marchó de la casa de
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la calle Aribau al igual que no sabe nada del momento presente en el quela
narradora cuenta su historia.

Hay un capítulo especial en la novela, es el capítulo nº IV, Andrea se


encuentra agotada físicamente y comienza a oír la conversación de la abuela y
Gloria como un fondo adormecedor. Ante los lectores aparece un texto dialogado,
al estilo dramático, donde los dos personajes conversan mientras Andrea asiste al
mismo como mera espectadora, adormecida por la fiebre.

6. Personajes

En esta novela destacan más los personajes femeninos y aparecen


retratados con mayor detalle. Además es apreciable el distanciamiento generacional
entre dos grupos de personajes: los adultos, que han vivido la guerra civil, son
personajes marcados por el enfrentamiento bélico y representan el fracaso, la
incomunicación y las consecuencias de la violencia vivida; los jóvenes, por su parte,
aparecen retratados con una mayor ilusión y una visión más esperanzadora de la
vida.
Aparecen personajes vinculados a diferentes grupos sociales, en la casa de
Aribau nos encontramos con esa burguesía media que tras la guerra vive la miseria
y decadencia. En el entorno de la universidad aparecen personajes vinculados a la
burguesía que no se ha empobrecido económicamente. En su recorrido por el
barrio chino de Barcelona también aparecerán personajes pertenecientes a clases
bajas.

ANDREA. Protagonista femenina. Tiene un aspecto humilde. El personaje dice


de sí misma que es “delgada” y va “pobremente vestida”. Son rasgos de su carácter
la melancolía, el pesimismo y además también refleja, sobre todo al principio, la
introversión propia de la adolescencia. Se aprecia su rebeldía, la búsqueda de
protección, su visión idealista y romántica del amor. No demuestra interés por su
aspecto exterior (exceptuando en la fiesta de Pons), se dice en la novela que es
diferente al resto de las mujeres (en opinión de Pons).

LA ABUELA. Aparece descrita en el primer capítulo” Y en primer término la


mancha blanquinegra de una viejecita decrépita, en camisón, con una toquilla echada
sobre los hombros (…) aquella infeliz viejecilla conservaba una sonrisa de bondad tan
dulce, que tuve la seguridad de que era mi abuela.” Decrépita, pequeña, consumida,
con signos de demencia, de senilidad, protectora, bondadosa. Sus propias hijas la
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acusarán (al final del capítulo XXIII) de humillación y desprecio hacia ellas y de
preferencia por los hijos varones; le echan la culpa de que ellos hayan dilapidado la
herencia e incluso del suicidio de Román. Ha ejercido una excesiva protección con
los que sentía más desgraciados. Su hijo, Juan, la maldice.

ROMÁN. Tío de Andrea, hermano de Juan y de Angustias. Vive en la casa de la


calle de Aribau, en una especie de buhardilla, en la parte de arriba, donde habita
con cierta independencia frente al resto de la casa y desde donde ejerce ese deseo
de control y manipulación absolutos sobre los demás. Contrabandista, arrogante,
sádico y violento, con tendencia a aprovecharse de los demás y a manipular. En el
pasado mantuvo una relación sentimental con Margarita, la madre de Ena, quien
será la amiga más íntima de Andrea y también se relacionó con Gloria (quien
después se casará con Juan, hermano de Román).Al final, su perturbación mental lo
conducirá al suicidio. Paradójicamente tiene una faceta llena de atractivo, simpatía…
Denunciado por Gloria y defendido por Antonia, la criada de la casa de Aribau. Vive
de un modo bohemio, independiente. Es un absoluto individualista.

ANGUSTIAS. Tía de Andrea. Amargada, beata, autoritaria. Quiere controlar


todos los movimientos de Andrea, especialmente desde un punto de vista moral, y
por supuesto desde su moral conservadora. Su relación con un hombre casado,
Sanz, y la imposibilidad de esa relación la llevarán a tomar la decisión de ingresar en
un convento de clausura.

JUAN. Tío de Andrea. Artista fracasado, pintor. Tipo violento, irascible,


irritable, lleno de amargura, inseguridad y altibajos emocionales y conductuales.
Sabedor de la relación mantenida entre Gloria, su esposa, y Román focaliza toda su
violencia en su mujer. Practica la violencia, el insulto y las amenazas. Refleja
inestabilidad y perturbación, así como inferioridad hacia su hermano, ya que este
tiene más aptitudes artísticas, en el fondo siente envidia y admiración. Es un
personaje vencido, incapaz de conseguir, ni siquiera, el sustento económico de su
familia.

GLORIA. Es la esposa de Juan y víctima de su violencia. Su personalidad oscila


entre la ingenuidad y la provocación, le gusta jugar a la seducción. Ella es la que
mantiene a su marido e hijo. Insegura, vanidosa, vulgar; se refleja en especial, la
última característica, en el uso coloquial del lenguaje: vocativos, oraciones
exclamativas e interrogativas, frases sin acabar. Además, es desinhibida y deseosa
de libertad. En el pasado mantuvo relación con Román, el que es su cuñado.
Empatiza con Andrea por ese deseo que ambas tienen de sentirse independientes.
ANTONIA. Es la criada de la casa de Aribau. Va vestida de negro, fiel servidora de
Román, acompañada del perro, también negro, Trueno. Defenderá a Román frente
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a la acusación que sobre él ha vertido Gloría. Espía para Román, es cómplice de sus
misteriosas salidas.

ENA. Amiga de Andrea, compañera de la Universidad, pertenece a la burguesía que


no se ha empobrecido en la guerra. Hay una relación de gran amistad entre las dos
jóvenes. Personaje de gran atractivo Capítulo V “Ella constituía algo así como un
centro atractivo en nuestras conversaciones(…) Su malicia y su inteligencia eran
proverbiales(…) Ena tenía una agradable y sensual cara, en la que relucían unos ojos
terribles(…) aspecto juvenil de su cuerpo y de su cabello rubio…” Se aprecia la diferencia
de posición económica, pero eso no impide el gran cariño y amistad ,que se detiene
cuando Ena comienza su aproximación a Román. Este hecho también distanciará a
Ena de Jaime, su prometido, aunque finalmente se restaurarán las relaciones. Ena
es el único personaje del espacio estudiantil que posee un vínculo con la casa de
Aribau, debido a que su madre, Margarita, en el pasado mantuvo una relación con
Román y Ena deseosa de conocer al que fuera novio de su madre se acercará a la
casa.

MARGARITA. La madre de Ena. Tuvo una relación con Román en el pasado. Ella
misma le hablará a Andrea de esa historia, de su difícil relación, de la deslealtad de
Román, de su mezquindad y tendencia a la manipulación y utilización de los demás.
Ha sido una víctima emocional que después rehízo su vida y afectividad tras casarse
y tener a Ena y después a sus hijos más pequeños. Las confesiones de Margarita
provocan en Andrea vergüenza y repulsión.

7. Temas

Nada es una novela de las que se denominan de aprendizaje puesto que su


protagonista es una joven que se abre paso en la vida adulta lo que supone para
ella una gran crisis de crecimiento. En esta lucha por crear su propia identidad,
temas como la rebeldía unida al deseo de libertad serán fundamentales. Sin
embargo, si hay un tema que caracteriza a esta novela es el del vacío existencial
que vive Andrea y que se relaciona con la búsqueda de un sentido para la vida al
que tantas veces hace mención en la novela.

Precisamente este tema es el que da su título a la novela y el hilo conductor


de la misma: la nada es lo que Andrea experimenta a menudo durante el año que
pasa en Barcelona y de hecho, su relato termina con la siguiente sentencia: “de la
casa de Aribau no me llevaba nada”, haciendo alusión al sinsentido de todo lo que
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había vivido, a pesar desde que su perspectiva de narradora deja también abierta la
posibilidad de haber aprendido algo con todo ello.

Hay, también, otros temas que aparecen tratados, aunque de manera menos
importante, como son las consecuencias de la guerra o la esperanza y las ganas de
vivir que Andrea no termina de perder del todo, a pesar de las circunstancias.

8. Espacio y tiempo

La historia se desarrolla en Barcelona, en un año situado en el pasado de la


Andrea narradora del que poco más se sabe.

Dentro de la ciudad, hay que distinguir el espacio de la casa familiar de la


calle Aribau que es la casa de su familia materna donde viven la abuela y los tíos de
Andrea (Angustias, Román y Juan junto con su mujer, Gloria, y el hijo de ambos)
además de la criada y los animales entre los que destaca Trueno, el perro de
Román. Esta casa supone un espacio tenebroso, lúgubre, polvoriento y en plena
decadencia que asusta a Andrea en un primer momento y que, más tarde,
supondrá para ella un lugar de represión y violencia. La familia, en otra época, había
pertenecido a la burguesía media, pero en el momento en el que Andrea llega a
estudiar a la ciudad, estaba totalmente empobrecida como consecuencia de la
guerra civil. Hay algún estudioso que ve en esa casa el símbolo de la degradación de
un país devastado por el conflicto bélico, y espejo de la represión, brutalidad y
escasez de valores éticos.

En las calles de Barcelona, sin embargo, Andrea encuentra la libertad que


ansiaba al llegar a la ciudad y que su familia no le permite. En sus paseos por la
ciudad, conocerá diferentes espacios como la universidad, la zona alta en la que
viven Ena y su familia o el barrio chino al que Angustias le prohibía ir por lo que son
también la manera de que la protagonista descubra diferentes grupos sociales
como los estudiantes e intelectuales, las clases acomodadas y también los lugares
más oscuros del barrio chino donde se dan cita maleantes y personajes marginales
y de clases bajas.

Respecto al tiempo, la novela transcurre durante un año de la vida de


Andrea que coincide con los primeros años de la posguerra y que conforma el
tiempo interno de la obra (en la misma se menciona el paso y llegada de las
estaciones). Respecto al tiempo externo, hay, en la novela, referencias a la guerra
civil, que se presenta cercana en el recuerdo, también a la confrontación, hipocresía
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moral, violencia, miseria, pobreza, hambre, racionamiento… que son rasgos de ese
periodo de la historia.

9. Estilo y lenguaje.

El estilo narrativo tiene que ver con la manera en la que el novelista


construye su historia así como con el uso que hace del lenguaje y los recursos
literarios. En el caso de Nada, Carmen Laforet utiliza de manera bastante recurrente
descripciones y diálogos directos entre los personajes. En un momento, incluso, el
texto toma la forma de un texto dramático (teatral) que refuerza esa idea de una
narradora observadora que se ha mencionado anteriormente. Los personajes se
expresan de manera espontánea y natural y su uso del lenguaje se adecua a las
características de los mismos, como cuando Gloria emplea un registro más coloquial
que el que emplean otros personajes como Angustias o Ena. Esta naturalidad de los
diálogos se aprecia en el uso de elipsis, vocativos o frases hechas propios del
lenguaje oral.

A pesar de que Nada es una novela que se centra, principalmente, en dotar


de un aire realista a los acontecimientos que recoge, es verdad que también
contiene rasgos propios del impresionismo y expresionismo que explicaremos a
continuación:

El estilo impresionista tiene que ver con el hecho de que la narración se


haga desde el punto de vista de Andrea. Durante el relato continuamente nos está
transmitiendo las sensaciones e impresiones que le producen aquello que observa
y, por lo tanto, todo lo que en él se narra está hecho desde la subjetividad de su
protagonista y narradora. Por esta razón, será común en el texto el empleo de
modalizadores como el uso de la primera persona, de adjetivos valorativos,
recursos literarios y verbos que expresan el parecer. Contribuyen también a crear
este ambiente impresionista, la descripción de los olores que impregnan los
espacios en los que habita Andrea.

El estilo expresionista, por su parte, aparece en el relato cuando describe a


los personajes deformando sus rasgos. El uso de la hipérbole, la cosificación y la
animalización son rasgos que se utilizan para deformar y degradar a los personajes,
especialmente a los habitantes de la casa familiar.
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El tremendismo del que se ha hablado en el apartado del contexto literario,


también se aprecia en Nada, sobre todo en las escenas que ocurren en la casa de la
calle Aribau donde la violencia, tanto física como verbal es tan común.

10. Referencias

● https://aprenderlenguaesfacil.com/category/nada/

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