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Mentalización.

Revista De Psicoanálisis Y Psicoterapia, abril 2017 1


Una perspectiva general de las contribuciones clave de Joseph Sandler al


psicoanálisis teórico y clínico
Peter Fonagy

Joseph Sandler desempeñó un papel fundamental en lo que Ogden (1992) ha denominado la “revolución
silenciosa” en la teoría psicoanalítica durante las últimas décadas. Sus logros reflejaban su capacidad de com-
binar la habilidad para la investigación empírica con el más alto orden de comprensión de la teoría psicoana-
lítica. Desde el marco de referencia más tradicional adquirido mediante su formación analítica, Sandler evo-
lucionó gradualmente hacia una integración compleja de la psicología del yo y la teoría de las relaciones obje-
tales que ha llegado a ser cada vez más importante. Mediante este proceso, Sandler pretendía mantener la
teoría vinculada a la actividad clínica. Mientras que la mayoría de analistas aceptan de boquilla la íntima rela-
ción entre teoría y práctica, Sandler, utilizando como marco de trabajo el Índex Psicoanalítico de Hampstead,
investigó la aplicabilidad de los conceptos psicoanalíticos al marco clínico. Esto resultó en reconceptualiza-
ciones de algunos de los principios fundamentales del psicoanálisis. Su formación como psicólogo experi-
mental le dio una nueva perspectiva sobre los conceptos tradicionales, que él reforzó y modificó sobre la base
de la investigación empírica. Su inmersión en el desarrollo de niños en el Centro Anna Freud también influ-
yó en su desarrollo intelectual.

Revisar adecuadamente las contribuciones psicoanalíticas de Sandler requiere una capacidad para
moldear y sintetizar conceptos psicoanalíticos que probablemente sólo poseía el propio Sandler.
Aquí destacamos algunas de las contribuciones más importantes para animar a los lectores a seguir
explorando por sí mismos.

La representación y los afectos Ψ


Sandler, 1962). El concepto de Sandler del
mundo representacional tiene sus raíces,
El mundo representacional entre otros, en el trabajo de Piaget (1936,
El nuevo concepto psicoanalítico más 1937), en el concepto de autorrepresentación
importante introducido por Sandler es su de Jacobson (1953a, 1954a, b, c), y la noción
marco de referencia para el mundo represen- de esquema corporal de Head (1926). El
tacional. Descrito plenamente en un artículo mundo representacional pertenece a una
escrito junto con Bernard Rosenblatt (Sand- familia de modelos psicológicos que adquirió
ler y Rosenblatt, 1962), el mundo representa- relevancia con la revolución cognitiva en la
cional había sido previamente el trasfondo psicología, estimulada por la analogía entre
para su artículo de 1960 sobre el superyó la mente humana y los ordenadores digitales,
(Sandler, 1960c), así como para otros (p. ej. mucho después de la adopción del concepto
por parte de Sandler. El uso de la idea de
representación mental en la ciencia cogniti-
va ha guiado a los psicólogos de orientación
psicodinámica, así como a los psicoanalistas,
Artículo previamente publicado en español: Aperturas
Ψ
a adoptar la noción de Sandler como marco
Psicoanalíticas. Revista Internacional de Psicoanálisis.
referencial dominante para la conceptualiza-
Agradecemos su permiso para esta republicación.
Traducción: Marta Gonzaqlez Baz; Revisión: Raquel ción de la representación interna de las rela-
Morató ciones objetales (p. ej. Bowlby, 1973, 1980;

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Kernberg, 1976; Stolorow y Atwood, 1979; nizan los contenidos del mundo representa-
Stern, 1985; Blatt y Behrends, 1987; Horo- cional (p. ej. la proyección modifica la forma
witz, 1991; Westen, 1991). de la representación de objeto para hacer que
El modelo de trabajo interno de Sandler se parezca a la autorrepresentación incons-
antecede a la formulación de Bowlby pero se ciente). De forma similar, el narcisismo pri-
parece a ella en cierto modo. Ambos tienen mario es la catexis libidinal de la autorrepre-
una deuda intelectual con la revolución cog- sentación; el amor de objeto es la transferen-
nitiva en la psicología al principio de la dé- cia de esta catexis a la representación del
cada de los 60 (Gardner, 1985). Ambos con- objeto. El narcisismo secundario es la retira-
sideran que las representaciones de relación da de la catexis libidinal de la representación
consisten “en esencia, en un conjunto de de objeto a la autorrepresentación.
expectativas relativas a la apariencia y las En sus primeros artículos, Sandler no
actividades de la madre” (Sandler, 1960c, p. veía inconsistencia entre la noción de mundo
147). En la explicación de Sandler (1962), las representacional y la metapsicología freudia-
representaciones del self y el otro tienen una na clásica. Pero su desarrollo meticuloso,
“forma”; también tienen un componente sistemático del marco del mundo representa-
afectivo crítico que ayuda a organizar e inte- cional sería la piedra angular de la “revolu-
grar las sensaciones y percepciones que sur- ción silenciosa” en el pensamiento psicoana-
gen de la experiencia interpersonal. Una vez lítico. No fue el primero en alinear implíci-
que se forma una autorrepresentación, pue- tamente el psicoanálisis con los descubri-
den establecerse las representaciones de ob- mientos de otras ciencias de la mente (p. ej.
jeto. La metáfora de Sandler vincula el mode- Jacobson, 1964), pero sí fue el primero en
lo representacional con la teoría estructural: hacerlo ofreciendo una conceptualización
el yo es el teatro y las representaciones son abarcativa alternativa del psicoanálisis, sin
los personajes en el escenario. Nos damos afirmar simultáneamente haber reinventado
cuenta de que los personajes representan el la disciplina completa. Este equilibrio de in-
drama, pero permanecemos felizmente igno- novación radical vestida de innovación mi-
rantes del attrezzo necesario que se requiere nimalista fue el sello de la brillante contribu-
para montar la obra. ción de Sandler.
Esta idea permitió a Sandler diferenciar
algunos conceptos psicoanalíticos básicos. El concepto de los estados de sentimiento
Por ejemplo, en la introyección existe un Sandler revisó la teoría psicoanalítica
cambio en el estatus de las representaciones ubicando los estados de sentimiento, en lu-
parentales que no implica un cambio en la gar de la energía psíquica, en el centro de la
autorrepresentación. En la incorporación, teoría psicoanalítica de la motivación. En un
por otra parte, la autorrepresentación cam- capítulo sobre el papel del afecto en la teoría
bia para parecerse a la imagen percibida del psicoanalítica, Sandler (1972a) afirmaba
objeto. La identificación es una fusión pasa- inequívocamente que “si bien los impulsos,
jera de las representaciones del self y el obje- necesidades, fuerzas emocionales y otras in-
to y que preserva sus fronteras y distinción. fluencias que emergen de dentro del cuerpo
Un deseo instintivo puede verse como una son enormemente importantes para deter-
modificación momentánea en la representa- minar la conducta, desde el punto de vista
ción del self y del objeto; el conflicto puede del funcionamiento psicológico ejercen su
resultar en la exclusión de la conciencia de efecto mediante cambios en el sentimiento”
estas representaciones. Las defensas reorga-

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(p. 296). Sandler vio todo el contexto idea- cambio hubo varias figuras importantes del
cional del campo de la experiencia incrusta- mundo de la psicopatología infantil (Spitz,
do en una matriz de estados de sentimiento 1965; Emde, 1980a, b), de la ciencia cognitiva
que otorga dirección a todas las adaptacio- (Rosenblatt y Tickstun, 1970, 1977; Peter-
nes. freund, 1971), así como pioneros en el traba-
Este énfasis en los estados de sentimiento jo psicoanalítico con los pacientes más gra-
creó un puente entre las teorías pulsionales ves del trastorno de la personalidad adulta
clásicas y las teorías de relaciones objetales. (Kernberg, 1975, 1976; Masterson, 1985).
La suposición de Sandler de que los estados Sandler fue único en su capacidad para man-
de sentimiento son experiencias subjetivas tener un contacto incesante con el trabajo de
que representan un estado del self en rela- Freud y un compromiso con el manteni-
ción con otra persona fue clave. Muchos au- miento de los componentes clave de la “vie-
tores creativos que han contribuido al estu- ja” metapsicología para los que era todavía
dio de las relaciones objetales, especialmente útil y productivo.
de las interacciones tempranas madre-
infante, han hecho extensivo el uso del mo- El superyó, el ideal del yo y el self ideal
delo de Sandler (p. ej. Stern, 1985; Emde, En un trabajo crucial y bien conocido,
1988), como una alternativa a las explicacio- Sandler (1960c) revisó radicalmente el con-
nes escasamente adecuadas de la teoría pul- cepto del superyó. Introdujo el “esquema de
sional. superyó preautónomo”, alterando las formu-
En 1978, Sandler dio una conferencia so- laciones freudianas clásicas del superyó y las
bre los deseos inconscientes y las relaciones nociones kleinianas (p. ej. Klein, 1927, 1933,
humanas, haciendo explícita su convicción 1958), para explicar cómo los niños preedí-
de que el deseo es la unidad básica del dis- picos pueden desarrollar una conducta moral
curso psicoanalítico, mientras que los instin- relacionada con el objeto. Y lo que es más
tos y las pulsiones son tendencias psicológi- importante, mostró que el superyó contiene
cas básicas. En artículos posteriores (p. ej. aspectos aprobadores y permisivos así como
Sandler y Sandler, 1978), se hizo explícita la prohibitivos, dándole al niño un sentimiento
ruptura con la teoría pulsional clásica. Sand- de fondo de ser amado. La estructuralización
ler esbozó la progresión histórica de sus del superyó permanece asociada con el com-
ideas en un artículo publicado en 1985 en plejo de Edipo e implica la capacidad para
Nueva York (Sandler, 1989). Para Sandler, invocar estos estados afectivos sin la supervi-
los afectos conducían a los deseos, que a su sión del objeto parental.
vez conducían a las acciones, y podían con- Como parte del procesamiento del mate-
siderarse en la raíz del conflicto. Un aban- rial clínico en el Índex Hampstead, Sandler,
dono importante de los aspectos más meca- junto con Alex Holder y Dale Meers (Sand-
nicistas de la tradición de la psicología del yo ler, Holder y Meers, 1963) reveló importan-
estaba ahora en camino, un proceso que tes ambigüedades en el concepto del ideal del
culminó en su rechazo definitivo a esta tradi- yo (p. ej. una conciencia, una autorrepresen-
ción (Schafer, 1976, 1978). Si bien Sandler tación ideal, unos introyectos parentales
fue quizá uno de los primeros en centrarse ideales). Aplicando el modelo al mundo re-
en la teoría de la motivación basándose en presentacional, sugerían que el ideal del yo
los estados de sentimiento en lugar del de las era una versión del self que tenía la forma
pulsiones, no fue en absoluto el único. Entre deseada del self. Esta representación surgía
aquellos que también contribuyeron a este

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como un compromiso entre la gratificación producirse a continuación cuando el indivi-


instintiva deseada y la necesidad del niño de duo no responde al dolor psíquico con una
obtener el amor y la aprobación de las figu- descarga adecuada de agresión. La respuesta
ras parentales o sus introyectos. La discre- adaptativa es la individuación, un proceso de
pancia entre el self y la autorrepresentación elaboración que implica abandonar la perse-
ideal se consideró como inversamente pro- cución de estados ideales perdidos y adoptar
porcional a la autoestima. La vergüenza, por otros nuevos en sintonía con la realidad, así
ejemplo, podría surgir de una falla “para es- como con los estados internos. Este proceso
tar a la altura de los estándares ideales” tiene lugar a lo largo de la vida, pero es evo-
(Sandler y col., 1963, p. 157), mientras que la lutivamente típico de estados concretos de-
culpa surgiría de una diferencia percibida terminados por la biología y la cultura.
entre el self ideal y el self dictado por los in- La respuesta depresiva –capitulación
troyectos. frente al dolor- es lo opuesto a la individua-
ción. No es adaptativa en tanto que puede
Dolor y depresión aliviar el dolor psíquico a causa de la inhibi-
En dos artículos, Sandler y Joffe (Joffe y ción asociada, pero “no está encaminada a la
Sandler, 1965; Sandler y Joffe, 1965a, b) re- recuperación” (Joffe y Sandler, 1965, p. 423).
consideraban la depresión desde una pers- La depresión es, por tanto, una vía final co-
pectiva del mundo representacional. Soste- mún a un amplio rango de influencias que
nían que el término previamente había sido puede incluir factores constitucionales así
usado de modo impreciso, sin distinguir en- como ambientales e intrapsíquicos.
tre los estados de infelicidad, sufrimiento
(dolor) y depresión como respuestas afecti- El trasfondo de la seguridad
vas. Sostenían que el dolor psíquico puede En una presentación de 1959, Sandler
entenderse como la discrepancia entre el (1960a) introdujo el trasfondo de la seguri-
estado real del self y un ideal basado en re- dad, un concepto revolucionario que ubicaba
cuerdos o fantasías. Esta discrepancia se con- al yo en un marco positivo de intentar ma-
sideraba común a todas las formas de displa- ximizar la seguridad más que evitar la angus-
cer, incluyendo la ansiedad. La agresión era tia. Aunque Sandler reconoció la comple-
una respuesta normal a dicha inconsistencia. mentariedad inversa de la angustia y la segu-
El individuo desarrolla gradualmente ridad, mostró que la persecución de la segu-
una apreciación de la realidad que supone ridad es un constructo dominante, compati-
renunciar a estados de satisfacción previa- ble con la teoría de los instintos, que tiene la
mente disfrutados y abandonar las experien- capacidad de organizar las defensas, percep-
cias mágicas y omnipotentes –lo óptimo es ciones y fantasías. Además, Sandler reafirmó
que lo hagan con el mínimo dolor. Abando- el estatus de las pulsiones instintivas como
nar estados ideales puede ser más análogo al “motivadores primarios de conducta” (p.
proceso de duelo que a la depresión. Sin em- 365). Sin embargo, este concepto proporcio-
bargo, los estados ideales de bienestar impli- nó un marco motivacional mucho mejor ar-
can representaciones objetales mentales. La ticulado con la tradición de las relaciones
pérdida del objeto puede ser traducida de objetales interpersonales que un simple mo-
modo útil entonces como la pérdida de un delo de la teoría pulsional.
estado del self para el que el objeto era Los patrones de percepción pueden re-
vehículo. Las respuestas depresivas pueden presentar la seguridad, de modo que el éxito

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puede percibirse como una amenaza, y el periencia intrapsíquica de estar abrumado o


fracaso puede llegar a estar vinculado con los como una categoría concreta de aconteci-
sentimientos de familiaridad y seguridad. mientos externos. En un importante avance
Así, el sentimiento de seguridad puede inva- teórico, especificó que las secuelas patológi-
lidar el displacer en términos de dolor y su- cas del trauma no dependen de la experien-
frimiento. El concepto aparentemente simple cia inicial de indefensión por parte del niño
de seguridad, ha demostrado ser esencial no frente al acontecimiento, sino más bien de la
sólo para la elaboración de la teoría de las condición postraumática del niño. Sugería
relaciones objetales de Sandler, sino también que las secuelas clínicas del trauma pueden
en otras áreas. Por ejemplo, en un artículo deberse a la continua tensión del yo, deter-
posterior, Joffe y Sandler (1968) lo aplicaron minado principalmente por el grado de con-
a la autonomía, que se consideraba un reflejo flicto interno que permanece tras el trauma,
del rango de estrategias disponible para paralizando el crecimiento de la personali-
mantener el sentimiento básico de seguridad dad y conduciendo al desarrollo de patología
de cara a las amenazas de disrupción por borderline, delincuente o psicótica.
parte de las pulsiones, el superyó o el mundo
externo. El modelo psicoanalítico básico
El concepto de seguridad de Sandler re- El trabajo de Sandler y Joffe culminó en
cuerda al instinto de aferramiento de Her- un artículo (Sandler y Joffe, 1969) sobre el
mann (1923) y a la noción de base segura de modelo psicoanalítico básico en el que intro-
Bowlby (1973), pero para estos autores, la ducían numerosas distinciones cruciales para
seguridad era una fuerza biológicai, mientras la psicología psicoanalítica. Tal vez la más
que para Sandler era algo distinto y carecía importante fue la distinción entre los cam-
de la excitación normalmente asociada a la pos vivencial y no vivencial de la teorización
gratificación de las pulsiones. De hecho, psicoanalítica. Mientras que el primero se
Sandler (1989) se opuso a ambos, demos- refería al modelo representacional de Sandler
trando que la urgencia para obtener el sen- y Joffe, el último conllevaba mecanismos,
timiento de bienestar y seguridad debería ser estructuras y aparatos. Lo no vivencial es
más fuerte que la gratificación instintiva de inherentemente no consciente, aunque no
mantener a ésta última bajo vigilancia cuan- está reprimido ni inhibido dinámicamente.
do su expresión implica peligro. La seguri- La distinción entre una fantasía (consciente
dad es el ejemplo más radical de la reelabo- o inconsciente) y la función organizada que
ración de Sandler de la motivación en térmi- la apuntala (el fantaseo) sigue siendo un
nos de estados de sentimiento en lugar de ejemplo evocador.
pulsiones. El modelo deja claro que la experiencia
no es el agente del cambio; el cambio es pro-
Una teoría del trauma vocado por estructuras en el campo no vi-
Sandler (1967) revisó el concepto impul- vencial, que ocasiona los correspondientes
sado en parte por la dificultad de definir el cambios en el vivencial. Así, la autorrepre-
trauma en términos absolutos como una ex- sentación no puede ser un agente, sino que
es una entidad que determina como se com-

portan los mecanismos de la mente. Este ar-

tículo ubicaba el modelo de Sandler en una
i posición relativamente clara vis-a-vis la dico-
Sandler (1995) integró sus explicaciones con las de la
teoría del apego y la investigación.

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tomía de Greenberg y Mitchell (1983) entre tación mental. Hemos utilizado la metáfora
pulsiones y modelos relacionales. El modelo de un instrumento musical: la melodía es la
de Sandler ubicaba las formulaciones rela- representación mental, el instrumento es el
cionales dentro del marco de una psicología proceso mental. Los cambios en el proceso
estructural, si bien es cierto que considera- mental son no vivenciales por definición. Las
blemente modificada de la de Freud, Hart- alteraciones en la forma general, cualidad,
mann, Kris, Loewenstein y Rapaport. Aun- coherencia e integridad de categorías concre-
que modificando la teoría estructural, Sand- tas de representaciones mentales se aprecian,
ler rechazó abandonar la ambición del psi- por ejemplo, aquellas asociadas con el afecto,
coanálisis como una psicología general de las percepciones del objeto, los contenidos de
estructuras y procesos mentales básicos. la mente en el self y el otro. Estos cambios no
En artículos posteriores, Sandler utilizó vivenciales son difíciles de lograr, pero tal
ampliamente esta importante distinción. Por vez son más duraderos, y se vinculan con el
ejemplo, en un artículo sobre “La estructura constructo tradicional del cambio estructu-
de los objetos internos y las relaciones obje- ral.
tales internas”, Sandler (1990) dejó clara su
visión de los objetos internos como “estruc- Representaciones de relaciones objetales,
turas” dentro del campo no vivencial, si bien pasadas y presentes
construidas fuera de la experiencia subjetiva,
consciente o inconsciente. Una vez creadas, Realización y sensibilidad de rol
dichas estructuras no vivenciales pueden
Un concepto clave en la segunda fase de
modificar la experiencia subjetiva, incluyen-
la obra de Sandler fue la realización en el
do la experiencia que el niño tiene de los
sentido de “hacer real” o “realizar una ac-
objetos reales. La distinción entre los campos
ción”. Sandler (1976b) rastreó las raíces de la
vivencial y no vivencial siguió siendo un in-
realización hasta el capítulo 7 de la Interpre-
terés clave para Sandler. En su último artícu-
tación de los Sueños, de Freud (1900), que
lo, presentado con ocasión del 80 cumplea-
discutía el cumplimiento de deseo en la fan-
ños de Hanna Segal, discutía el intento de la
tasía como una repetición de la percepción
Dra. Segal de vincular el modelo del lenguaje
vinculada con la satisfacción de la necesidad.
de Chomsky a la noción de fantasía incons-
Sandler sugería que el sueño proporciona
ciente. Sandler fue rápido en señalar que la
satisfacción porque el que sueña observa su
estructura profunda de lo inconsciente era
propio sueño, logrando así una identidad de
inherentemente no vivencial. Desde una
percepción.
perspectiva algo diferente, he avanzado con
La idea de la realización fue utilizada de
mis colegas una noción de que puede enten-
una manera excelente en un artículo sobre la
derse que el cambio psíquico sucede a dos
sensibilidad de rol que aparecía más o menos
niveles. Los cambios relativamente rápidos
en la misma época (Sandler, 1976a). En este
eran cambios de representación mental,
trabajo tan influyente, Sandler mostraba có-
cambios en la forma de la autorrepresenta-
mo los pacientes crean relaciones de rol al
ción, la representación del otro o los vínculos
desear realizar una fantasía inconsciente. Se
entre ambos. Esto se corresponde con el
lanzan junto con el analista a una relación
campo vivencial de Sandler. El cambio psí-
específica que realiza una variedad de nece-
quico también se produce al nivel de proceso
sidades y defensas inconscientes. Los pacien-
mental. Los procesos mentales son los meca-
tes intentan actuar sobre el mundo externo y
nismos psicológicos que generan la represen-

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llevar a cabo cambios que lo vuelvan con- Las relaciones abiertas son derivativas de
forme a una fantasía inconsciente. Sandler relaciones de rol subyacentes a la fantasía de
(1976a) sugirió que los analistas deberían deseo. Puesto que estas representaciones se
permitirse una “sensibilidad libre flotante” refuerzan durante el desarrollo, la personali-
por medio de la cual acepten –al menos en dad se forma y el individuo se vuelve cada
parte- y reflexionen sobre el papel que se les vez más inflexible en los roles demandados
ha asignado y hagan buen uso de él para por el self y los otros. Los rasgos de carácter
comprender a sus pacientes. Es de vital im- pueden, entonces, entenderse como estructu-
portancia que una parte de la mente del pa- ras sensibles al rol bien establecidas que rea-
ciente esté dedicada a examinar y compren- lizan una representación deseada de una re-
der la situación total analista-paciente por- lación, que a su vez deriva de una que existe
que es la relación de rol total que representa en la fantasía inconsciente (Sandler, 1981).
una igualdad de percepción con la fantasía Las estructuras psicológicas que repre-
inconsciente. La contratransferencia, enton- sentan estas relaciones deseadas no son sim-
ces, debe ser comprendida como parte de plemente percepciones de las interacciones
este proceso, que se extiende más allá de los entre el niño y las figuras parentales. Las
límites de la situación clínica y refleja el fun- percepciones de estas relaciones están sujetas
cionamiento normal de la mente inconscien- a transformaciones defensivas que resultan
te. de la necesidad del yo de gratificar los deseos
inconscientes y sin embargo defenderse de
Relaciones objetales internas ellos. La modificación defensiva se produce
En un artículo fundamental junto con en respuesta a la representación mental in-
Anne-Marie Sandler (1978), Joseph Sandler trapsíquica subyacente. Puesto que las es-
demostró el inmenso valor heurístico de su tructuras que incorporan el self y la repre-
noción ampliada de la motivación. El marco sentación interna están determinadas en par-
de referencia proporcionado por la represen- te por la vida de fantasía del niño, el objeto,
tación y el concepto de igualdad de percep- tal como está representado en la mente del
ción ofreció una nueva e ingeniosa teoría de niño, es una distorsión derivada en ocasiones
representaciones de objeto interno. Mostró casi totalmente de las construcciones de la
cómo las fantasías de deseo se representan fantasía. La imagen del objeto puede estar
como interacciones entre el self y el objeto, distorsionada de modo que represente aspec-
siendo el principal objetivo provocar un tos escindidos de la imagen del self incons-
“buen” estado afectivo primario al tiempo ciente que normalmente provocaría un afec-
que se distancia de otro malo. Así el objeto to displacentero (p. ej. sentimientos de culpa
desempeña un papel importante como el self o vergüenza). Así, la relación manifiesta que
en la representación mental que incorpora el emerge en el encuadre psicoanalítico (o en
deseo. Las relaciones objetales son, por tanto, los encuentros cotidianos) es con más fre-
la satisfacción no sólo de deseos instintivos, cuencia una versión altamente disimulada de
sino también de las necesidades de seguri- la fantasía inconsciente –originalmente re-
dad, reaseguramiento y afirmación. Dichas presentada en términos de relación- más que
necesidades acompañan la realización de una una simple repetición de patrones internali-
relación ideal de la infancia, si bien es cierto zados de relaciones interpersonales. Sin em-
que muy disimulada en ocasiones. bargo, el patrón internalizado resultante
puede servir para crear la ilusión inconscien-
te de que el objeto amado se halla presente.

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La utilidad reseñable de este marco de defensiva de disociar aspectos indeseados del


trabajo está bien ilustrada por su potencial self al tiempo que mantiene la ilusión de
para ofrecer una explicación satisfactoria de controlarlos mediante el control del objeto.
algunos de los aspectos más desconcertantes Este concepto también puede ilustrarse
de la conducta humana. Muchos “diálogos”, dentro del contexto de la transmisión de una
como Sandler (1990) los denominó, entre el generación a otra de representaciones evi-
self y el objeto son extremadamente doloro- dentes en la infancia (Fraiberg, Adelson y
sos y sin embargo paradójicamente retenidos Shapiro, 1975; Sandler, 1994). La interacción
por los pacientes. Él señalaba que proporcio- de la madre con su hijo se basa en sus repre-
nan seguridad puesto que permiten al pa- sentaciones de relaciones de apego pasadas.
ciente continuar sintiendo la presencia del En dichos encuentros, la madre puede modi-
objeto. Son necesarios, aun cuando sean per- ficar la representación de su hijo, haciéndola
secutorios o provoquen culpa, puesto que en idéntica a un aspecto indeseado de sí misma.
la fantasía el objeto interno puede continuar, Puede entonces manipular al infante para
mediante esta presencia, funcionando como que se comporte de forma consistente con su
la personificación de aspectos inaceptables representación distorsionada. Naturalmente,
de la representación del self, favoreciendo así este proceso funciona en ambos sentidos; los
la experiencia de seguridad global del indivi- infantes pueden, a veces, verse obligados a
duo en términos de economía mental del distorsionar la representación de sus cuida-
afecto. Además, su continuidad puede fo- dores para vérselas con un afecto inmaneja-
mentar la seguridad gracias a la mera fami- ble y provocar reacciones conductuales en
liaridad de su presencia. los adultos que confirmen la certeza de su
representación mental. El modelo es básica-
Identificación proyectiva mente dinámico, en tanto que lo que el niño
La formulación de Sandler (1987) de siente como inmanejable no es absoluto sino,
identificación proyectiva era un intento es- más bien, fuertemente dependiente de lo que
pecialmente útil de vincular la noción klei- se percibe que el cuidador siente como in-
niana dominante con el sofisticado punto de manejable e inaceptable en el niño. Gra-
vista representacional ahora generalmente dualmente, mediante este proceso, la auto-
adoptado por la mayoría de los teóricos. rrepresentación del niño puede parecerse
Sandler veía las observaciones clínicas en las cada vez más a la del cuidador. El proceso
cuales el psicoanalista parece estar sintiendo dialéctico que tiene lugar intrapsíquicamente
algo que sería más adecuado atribuir al pa- entre la autorrepresentación y las represen-
ciente como una fantasía de deseo (anhelan- taciones del otro (dentro del marco de la
te) del paciente que incluía al analista. La representación de las interacciones entre
fantasía implicaba la modificación de la re- ambas) avanza en un conjunto isomorfo de
presentación del objeto en la mente del pa- representaciones en los dos individuos.
ciente de modo que contuviese (contenga) Hemos encontrado que el modelo de
aspectos no deseados de la autorrepresenta- identificación proyectiva de Sandler es
ción. Para realizar la fantasía, el paciente enormemente valioso para comprender el
intenta que la conducta del analista se adecue apego desorganizado. Sandler no distingue
a la representación distorsionada. Conservar entre identificaciones proyectivas en las que
los límites entre el self y el objeto es esencial esté puesta en acto la representación interna
para que el mecanismo satisfaga su función de una relación y una situación más primiti-
va en la que una parte indeseada del self se

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percib(a)e como más fuera que dentro. En (Sandler, Holder y Dare, 1972, 1973a, b, c,
otra parte hemos sugerido que un modelo 1975, 1976; Sandler, Dare y Holder, 1972b,
dialéctico de autodesarrollo, en el que el self 1974, 1978, 1982; Sandler, 1974). Este trabajo
se considere modelado por el otro especula- culminó en un importante artículo de Sand-
rizante (Davidson, 1980; Cavell, 1994) gene- ler y Sandler (1984) que destacaba las incon-
ra inevitablemente una estructura del self sistencias que habían surgido como conse-
desorganizada, fragmentada, cuando el otro cuencia directa del uso concurrente de estos
es menos que perfecto para reflejar el (en el marcos incompatibles.
reflejo del) self. Como este suele ser el caso Sandler y Sandler (1984) propusieron un
casi de forma invariable, es inconcebible que marco de referencia mucho más coherente
la estructura del self sea (debiera ser) impe- para distinguir dos aspectos del funciona-
cable. Generalmente se acepta que cuando la miento inconsciente. El primer sistema o
especularización es imperfecta es el otro el “caja” consiste en “aquellas reacciones infan-
que se internaliza (se introyecta) en el self, tiles, deseos infantiles, o fantasías de deseo
sin embargo se experimenta (llega a ser sen- (anhelantes) que se desarrollan al principio
tido) como parte del self (Winnicott, 1956; de la vida y son resultado de todas las trans-
Jacobson, 1964). La externalización de esta formaciones que las actividades defensivas y
parte extraña del yo mediante la identifica- los procesos modificadores han ocasionado
ción proyectiva es reaseguradora (reasegu- durante ese periodo” (p. 418). Este sistema es
rante) porque la parte escindida del self pue- el niño dentro del adulto, primitivo en tér-
de percibirse estando fuera en el objeto con- minos de estructura mental pero ni mucho
trolado y empujado a comportarse en línea menos restringido a los impulsos sexuales y
con la proyección buscada (Fonagy y col., agresivos. Sandler y Sandler (1987) conside-
2002). En este contexto, lo más crucial para ran que el sistema está compuesto de fanta-
la relación que se crea mediante la identifica- sías inconscientes con aspectos de cumpli-
ción proyectiva es el sentimiento de seguri- miento (satisfacción) de deseos, solución de
dad que puede proporcionar la experiencia problemas, reaseguradores (reasegurantes) y
de ver la parte perturbadora de uno mismo defensivos. En realidad, incorpora el yo del
fuera en lugar de dentro. Hemos sugerido niño pequeño así como la formación del su-
que cuando más desorganizada sea la rela- peryó de los primeros años. Desde el punto
ción temprana de apego, más fragmentada de vista de la sofisticación cognitiva, las re-
será la estructura del self y más la identifica- presentaciones dentro de esta estructura son
ción (función) proyectiva servirá como una menos elaboradas y están dominadas por las
simple función de evacuación en lugar de teorías de la infancia. El sistema, nunca di-
servir a la creación de una relación de rol en rectamente accesible a la conciencia, es esen-
la que se externalice la relación self-otro. cialmente inmodificable. Lo modificable, sin
embargo, es cómo la mente adulta acomoda
El modelo de las tres cajas los derivados del pasado inconsciente.
En una serie de artículos eruditos publi- El segundo sistema o “caja” también es
cada en los años 70, Sandler y sus colabora- inconsciente; las representaciones que con-
dores (principalmente Alex Holder y Chris tiene pueden estar más o menos sujetas a la
Dare) hicieron el intento más coherente de la censura. Es equivalente al yo inconsciente de
historia de la disciplina por cristalizar los Freud, pero también contiene representacio-
marcos de referencia del psicoanálisis clásico nes inconscientes normalmente asignadas al
superyó. Difiere del primer sistema en que

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está orientado al presente más que al pasado. der vencer al segundo censor proporcionan-
Los compromisos resolutivos del conflicto se do una atmósfera de tolerancia que debilite
crean dentro de él, facilitando la adaptación la inhibición basada en la vergüenza, el bo-
intrapsíquica; el más importante de estos chorno y la humillación. Las interpretacio-
compromisos es la creación y modificación nes, incluso en un contexto transferencial,
de fantasías y pensamientos inconscientes que intentan acceder inmediatamente a las
actuales. Mientras que los estímulos internos fantasías putativas, perentorias, o encarar
aplicados al primer sistema pueden desenca- directamente al niño de dentro, sin encarar
denar la fantasía inconsciente pasada, el se- primero los derivados de aquellas en el se-
gundo sistema implica la constante modifi- gundo sistema confunden inevitablemente
cación de las representaciones de las interac- las dos formas del inconsciente y reducen el
ciones del self y el objeto que son menos pe- impacto de la intervención.
rentorias y perturbadoras que los productos
mentales del primer sistema. Está más impli- Fantasía inconsciente
cado cognitivamente y menos estrechamente Sandler distinguió primero entre fanta-
vinculado a representaciones de la realidad sías que son descriptivamente inconscientes
del momento actual. También comparte la y fantasías que emergen como consecuencia
propiedad de los sistemas inconscientes de del acto de la represión y por tanto pueden
tolerar las contradicciones. ser denominadas dinámicamente inconscien-
La naturaleza del segundo censor, en la tes en un trabajo anterior sobre la metapsico-
frontera entre el segundo y el tercer sistema, logía de la fantasía (Sandler y Nagera, 1963).
difiere cualitativamente de la que se halla en Las fantasías que se originan en el sistema
la frontera entre el primero y el segundo. inconsciente proporcionan el contenido
Mientras que éste último puede concebirse ideacional (ideativo) de los deseos insatisfe-
como análogo a la barrera de la represión de chos pero no constituyen el cumplimiento de
Freud, el primero está principalmente orien- (la satisfacción del) deseo; en cambio, repre-
tado hacia evitar la vergüenza, el bochorno y sentan la experiencia gratificante. Por el con-
la humillación. El tercer sistema es conscien- trario, las fantasías preconscientes son inten-
te y sólo irracional en la medida en que pue- tos de cumplimiento de (satisfacción del)
de ser autorizado por la convención social. deseo o son derivados de las fantasías de
La importancia clínica de esta distinción cumplimiento de (satisfacción del) deseo.
es evidente por sí misma. La primera caja es Las fantasías preconscientes pueden, por
una continuación del pasado en el presente. supuesto, reflejar el fracaso del cumplimien-
Carece del conocimiento de la necesidad de to de (la satisfacción del) deseo en tanto que
adaptación porque se basa en aspectos infan- incorporan derivados defensivamente modi-
tiles del self del niño. La segunda caja es el ficados. Lo dinámicamente inconsciente ac-
inconsciente presente, consistente en las túa como fuente de lo preconsciente o des-
adaptaciones de aquí y ahora a los conflictos criptivamente inconsciente, luchando por la
y ansiedades desencadenados en la primera conciencia para lograr la identidad de la per-
caja. De este modelo se deduce que el mate- cepción.
rial de esta parte de la mente es más proba- El artículo de Sandler y Nagera también
blemente accesible a la interpretación de distinguía entre la fantasía consciente (o en-
modo que debe ser considerado apropiado soñaciones diurnas mediante las cuales la
para la intervención -sobre todo porque la relajación del testeo de la realidad creaba una
autoridad del analista lo posiciona para po-

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situación de cumplimiento de (satisfacción gen en las capas más profundas del incons-
del) deseo en la imaginación de la que se sa- ciente presente amenazan el equilibrio actual
be que no es real); la fantasía preconsciente, del individuo. Estas fantasías se preservan
descriptivamente inconsciente (ensoñaciones dinámicamente de la conciencia por el juicio
diurnas no conscientes); y fantasía incons- social internalizado del segundo censor.
ciente (fantasías preconscientes reprimidas Como reacción al daño narcisista, por ejem-
que, una vez reprimidas, funcionan como plo, las fantasías omnipotentes grandiosas
recuerdos de gratificación, mereciendo el ayudan a restaurar el equilibrio pero se vuel-
nombre de “fantasía” sólo en tanto son fuen- ven inconsistentes con los pensamientos
te de fantasías conscientes o preconscientes). más maduros del niño de modo que se man-
El proceso de fantaseo inconsciente se consi- tienen fuera de la conciencia; si se les permi-
deró como una función del yo ubicada en el te entrar, se modifican ampliamente (se ha-
yo no consciente y que implicaba tanto for- cen plausibles mediante la racionalización).
mas infantiles (infantiloides) de pensamiento Las fantasías inconscientes modificadas por
como otras más maduras -es decir, un conti- la actividad defensiva se ven gratificadas por
nuo movimiento de “avance-retroceso” den- hacer la realidad consistente con ellas me-
tro del sistema preconsciente. Sandler, en un diante la externalización (realización) y ha-
capítulo sobre fantasías sexuales de 1975 y en ciendo dichas acciones plausibles mediante
el importante artículo de 1983 sobre los la racionalización. Los fenómenos psicóticos
vínculos entre la teoría y la práctica psicoa- tienen una función de equilibrio (reequili-
nalíticas, reforzó la importancia de recono- brante) similar pero sacrifican la plausibili-
cer que no todas las fantasías inconscientes dad social.
de cumplimiento de (satisfacción del) deseo
podían rastrearse hasta los instintos agresi- Conceptos clínicos
vos o sexuales; más bien, algunas pueden
estar cumpliendo deseos de seguridad, pro- Transferencia
tegiendo contra las amenazas a la autoestima
En una perspicaz monografía junto con
que suponen los sentimientos de culpa y ver-
Chris Dare y Alex Holder basada en una se-
güenza o incluso del mundo externo.
rie de artículos publicados en el British Jour-
Con el desarrollo del modelo de las tres
nal of Psychiatry en la década de los 70,
cajas, la noción de fantasía inconsciente po-
Sandler examinó cuidadosamente muchos
dría ser más elaborada (Sandler y Sandler,
conceptos clínicos psicoanalíticos funda-
1986). Las fantasías inconscientes de la se-
mentales (Sandler, Dare y Holder, 1973).
gunda caja (el inconsciente presente) funcio-
Una productiva colaboración con Ursula
nan de forma adaptativa implicando cons-
Dreher tuvo como resultado una nueva edi-
tantes modificaciones de las representaciones
ción de este texto enormemente utilizado.
del self y el objeto, restaurando así el equili-
Muchos de los conceptos merecen ser pre-
brio del individuo una y otra vez, de forma
sentados aquí, pero a causa de las limitacio-
muy parecida a como un giroscopio estabili-
nes espaciales me concentraré sólo en un par
za un objeto físico mediante fuerzas centrí-
de temas.
fugas y centrípetas. Las urgencias perentorias
En un artículo de 1969 junto con colegas
y las fantasías del inconsciente pasado per-
del Centro Anna Freud, Sandler revisó el
turban el equilibrio mental pero son elabo-
concepto de transferencia (Sandler y col.,
radas en el segundo sistema para restaurar la
1969). El artículo contrastaba las transferen-
homeostasis. Los deseos e impulsos que sur-

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cias en la situación analítica con las transfe- de interés infantil (una figura parental om-
rencias en la vida cotidiana, ilustrando los nipotente o una peligrosa y persecutoria). La
problemas que pueden surgir al (de) aplicar reconstrucción, si bien frecuentemente con-
un marco de referencia metapsicológico a un fundida con la construcción, proporciona
concepto clínico. El uso clínico y técnico del una perspectiva temporal redescubriendo el
término cubre un amplio espectro de expe- estado de las cosas del pasado histórico.
riencias, todas las cuales se refieren a las re- La distinción entre el inconsciente pre-
laciones objetales en general. Sandler y sus sente y pasado también ayudó a la compren-
colegas identificaron numerosos fenómenos sión de la transferencia (Sandler y Sandler,
que presentaban dimensiones de transferen- 1984). Las fantasías de transferencia incons-
cia que deberían distinguirse por razones cientes son parte del inconsciente presente
tanto técnicas como conceptuales (p. ej. el con su objetivo de restaurar el equilibrio psí-
desplazamiento de deseos, conflictos o reac- quico manipulando las representaciones de
ciones a los otros, la externalización de par- self y de objeto. Se mantienen fuera de la
tes del sistema representacional, transferen- conciencia y se expresan de forma desplaza-
cias de carácter, la denominada relación real da porque violan los principios del segundo
y la alianza terapéutica). Reformularon la censor, protegiendo la conciencia de la ver-
cuestión de lo que es transferencia pregun- güenza y la humillación. Sandler y Sandler
tando “¿Qué dimensiones de la relación en- (1987) señalan que el esfuerzo constante por
tran en la situación analítica especial y artifi- parte del paciente por realizar las fantasías de
cial y cómo son las implicadas en el proceso deseo en el (anhelantes del) inconsciente
del tratamiento?” (p. 643). Así, la repetición presente convierte al análisis de la transfe-
de relaciones pasadas con defensas contra rencia en la ruta más convincente para la
ellas es sólo una dimensión de un fenómeno elucidación del inconsciente presente. La
complejo. estratificación jerárquica de fantasías incons-
La elaboración del modelo de relaciones cientes en la segunda “caja” implica que la
objetales internas llevó a Sandler (1990) a interpretación de la transferencia debería ser
reformular el concepto de transferencia. tan cercana como fuera posible al conflicto
Consideró que los pacientes gratificaban, central actual y a la resistencia inmediata del
mediante la realización en la situación analí- paciente. El presente siempre debería ser
tica, sus fantasías de deseo (anhelantes) in- interpretado antes que el pasado. El pasado
conscientes, por medio de una identidad de sólo debería ser traído a primer plano para
percepción disfrazada (Sandler, 1976b, iluminar lo que está sucediendo actualmente.
1990). El reconocimiento de estas relaciones Dentro de este marco, se considera que
objetales internas en la transferencia no analista y paciente están creando conjunta-
constituye una percepción del analista, sino mente un modelo ampliado del self y del
más bien una construcción, un marco im- mundo del paciente. Como resultado, el pa-
puesto al material que trae el paciente. ciente adquiere una perspectiva sobre la par-
Sandler elaboró más aún la importancia te infantil (infantiloide) del self, que frecuen-
de esta distinción. Las construcciones relati- temente se repudia pero se hace aceptable en
vas al mundo interno del paciente pertene- el contexto clínico gracias a la actitud tole-
cen a un estado actual de las cosas, no a los rante del analista.
recuerdos, aun cuando ese estado de las co-
sas esté marcado por aspectos infantiles (in-
fantiloides) e implique claramente un objeto

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Contratransferencia y las vicisitudes de la Regresión


culpa Las contribuciones de Sandler tienen una
En un artículo que integra su obra con fuerte orientación evolutiva. En ningún sitio
las relaciones objetales internas y el incons- queda esto tan claro como en sus artículos
ciente pasado y presente, Sandler y Sandler sobre regresión. El primero (Sandler y Joffe,
(1987) presentaron una descripción breve 1965b) trataba los fenómenos obsesivos en
pero enormemente sofisticada del papel de la los niños y evocaba el concepto de la función
culpa en el trabajo psicoanalítico. Distin- de la regresión de aspectos del yo (p. 145).
guían la culpa accesible a la interpretación, Este modelo sugería que los modos concretos
considerada parte del inconsciente presente, de funcionamiento del yo pueden estar aso-
de la culpa hipotética primitiva incorporada ciados con grados variados de placer, crean-
en las fantasías arcaicas del inconsciente pa- do así el potencial para volver a ese modo de
sado que no puede percibirse, sólo concebir- funcionamiento de un modo análogo a la
se y ser reconstruida. regresión pulsional. Los niños obsesivos ma-
Los Sandler apuntan numerosas manio- nifiestan un “estilo particular de las funcio-
bras para protegerse de la influencia desesta- nes perceptivas y cognitivas del yo” que indi-
bilizadora de la culpa. Todas ellas pretenden ca la fijación del yo en el segundo y tercer
modificar la representación de la interacción año de vida (p. 436). En los artículos de
entre el self y el objeto (la fantasía incons- Sandler sobre depresión e individuación
ciente) para reestablecer la homeostasis. (Joffe y Sandler, 1965; Sandler y Joffe, 1965a,
Pueden incluir sentimientos reales de culpa a b), la regresión es descrita como una res-
causa de algo más que la fuente original. En puesta a la frustración y el sufrimiento que
las reacciones masoquistas, la culpa es expia- surge de la necesidad de abandonar los esta-
da dirigiendo la agresión y el sadismo contra dos ideales tempranos mágicos y omnipoten-
uno mismo. La sensibilidad de rol puede tes en favor de una apreciación de la reali-
desempeñar un papel provocando la crítica dad; intenta evitar la indefensión y su posible
de (a) los otros cuando la fantasía incons- secuela, la respuesta depresiva. Los modos de
ciente del self como reprochado o desprecia- funcionamiento del yo pueden producir sen-
do por el introyecto, se filtra sin que el pa- timientos de seguridad y dominio y por tanto
ciente se dé cuenta. El analista debe tener ejercer (como) un (tirón de) retroceso brus-
conciencia contratransferencial de los senti- co como lo hacen las fijaciones libidinales.
mientos críticos hacia el paciente. A veces, la Sandler y Joffe (1967) fueron los prime-
fantasía modificada puede mitigar la culpa ros en reconocer plenamente las importantes
modificando la fantasía de modo que descri- implicaciones teóricas de la noción de Freud
ba la crítica injusta; el paciente puede reali- (1933) de persistencia cuando enfatizaban
zar esta fantasía provocando acusaciones que
injustas, que dan lugar al sentimiento de sen-
tirse con derecho y a la autojustificación. Las estructuras [psicológicas] no se pier-
Todas estas puestas en acto pueden ser com- den nunca en el curso normal de los acon-
prendidas por el analista pero no percibidas tecimientos, sino que se van creando nue-
por el paciente sin la correspondiente inter- vas estructuras auxiliares de complejidad
pretación. creciente, que se sobreimponen a las viejas
en el curso del desarrollo. La organización
emergente más compleja no sólo debe

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proveer unos medios efectivos para la des- autoprotectoras. Así, la regresión benigna o
carga y el control, sino también incluir sis- la relajación controlada de la función anti-
temas de inhibición dirigidos contra la rregresiva es un agente crucial del cambio
utilización de las estructuras más antiguas terapéutico.
[p. 264].
Contribución a la epistemología
En opinión de Sandler, entonces, la re- Casi todas las contribuciones de Sandler
gresión es una desinhibición dentro de la podrían considerarse contribuciones episte-
estructura más antigua en lugar de ser un mológicas. Su principal objetivo parece ha-
movimiento real de inversión o retroceso a ber sido despojar el psicoanálisis de las con-
esa estructura. La noción de persistencia fusiones conceptuales, la circularidad y la
continuó ocupando una posición central en reificación. El patrón de su obra ha sido ex-
el pensamiento de Sandler. Por ejemplo, en plorar la historia de un término o concepto
su discurso presidencial para el Congreso de en el psicoanálisis, luego elaborar los múlti-
la Asociación Psicoanalítica Internacional, ples, y frecuentemente incompatibles (entre
Sandler (1993) apuntó a la identificación sí,) significados vinculados al término. Tras
primaria que invariablemente caracteriza las analizar los cambios históricos en la termi-
percepciones interpersonales. Si observamos nología, explica cómo surgieron las concep-
a alguien tropezando en el cordón (pisando ciones erróneas o se combinaron discusiones
el freno), automáticamente nos endereza- a distintos niveles de abstracción. Luego, con
mos, lo que demuestra la presencia continua unas mínimas suposiciones, propone un
de modos primitivos de pensamiento que modelo muy económico que abarca los múl-
pueden ser incorporados en un proceso de tiples usos de los variados significados del
empatía mucho más elaborado. constructo en escrutinio. Un buen ejemplo
En 1994, Sandler y Sandler ampliaron la de este enfoque lo hallamos en su artículo
noción de persistencia aplicando la distin- con Christopher Dare sobre el concepto psi-
ción entre inconsciente pasado y presente al coanalítico de oralidad (Sandler y Dare,
fenómeno de la regresión. Como se observó 1970).
clínicamente, la regresión (es decir, la regre- Tal vez fue la experiencia de Sandler en
sión manifiesta) no es volver atrás en el la Clínica Hampstead, así como su evolución
tiempo sino, más bien, relajar el rol antirre- intelectual en la agitación teórica de la So-
gresivo del yo. Esta función antirregresiva, ciedad Psicoanalítica Británica, lo que lo
que paraliza al individuo funcionando a un condujo al importante insight de que mucho
nivel evolutivo inferior (usando estructuras del desarrollo teórico psicoanalítico está pre-
que han persistido a lo largo del desarrollo) cedido por las teorías parciales inconscien-
es crucial para el fenómeno de la resistencia temente construidas que evolucionan en las
en el psicoanálisis clínico. Así, puede consi- mentes de los analistas con experiencia
derarse que el psicoanálisis permite al pa- mientras luchan por desarrollar modelos
ciente relajar el funcionamiento antirregresi- mentales de las mentes de sus pacientes. En
vo en beneficio del análisis. Permitirse tole- su artículo, frecuentemente citado, sobre las
rar conscientemente deseos inconscientes relaciones entre el concepto y la práctica en
previamente intolerables, lo sitúa a uno para psicoanálisis (Sandler, 1983), señaló la nece-
hallar mejores soluciones o compromisos sidad de dichas prototeorías, así como de la
ante los conflictos entre las fantasías de de- presencia simultánea de construcciones teó-
seo (deseantes) y las motivaciones defensivas

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ricas preconscientes incompatibles en la Su concepto de la sensibilidad de rol fue


mente de muchos analistas. La evidencia de coherente con su opinión de que el mundo
dicha heterogeneidad en los modelos menta- interno implica representaciones internas del
les de los analistas puede encontrarse fácil- self y el objeto, las acciones entre ambos y los
mente en la multiplicidad de usos de los con- afectos que conllevan esas acciones. El mode-
ceptos psicoanalíticos, cuyo significado no lo de “tres cajas” en la estructura psíquica,
puede derivarse sin considerar también su enfatizando la importancia de distinguir el
contexto clínico. La correspondencia entre la inconsciente presente del pasado, dio lugar a
“teoría oficial” y dichas intuiciones tentativas la fructífera reexaminación de otros concep-
determina la probabilidad de su emergencia tos metapsicológicos y clínicos, incluyendo la
en la conciencia. La contribución de Sandler transferencia y la contratransferencia. Fi-
es un tributo a la tolerancia de la ambigüe- nalmente, Sandler fue crucial para formar un
dad requerida de los teóricos como él que cuadro de investigadores analíticos cuyas
hicieron contribuciones esenciales explican- contribuciones estaban comenzando a influir
do estas ideas que, aunque generalmente las en las ideas analíticas. Fue una fuerza que
sostengamos, permanecen inaccesibles a la tendió puentes en psicoanálisis, intentando
mayoría de nosotros. encontrar las vinculaciones inherentes entre
Sandler fue uno de los, desgraciadamente ideas aparentemente opuestas, y ayudando a
escasos, psicoanalistas plenamente compro- salvar la distancia entre los psicólogos del yo
metido con la importancia de la investiga- americanos y los kleinianos y los teóricos de
ción que complementa al trabajo clínico. relaciones objetales británicos. Tal vez una
Fundamentalmente, era un empírico. Veía la valoración más radical de su implicación le
teoría psicoanalítica como un marco de refe- hubiera atribuido la preparación del campo
rencia que podía aplicarse a las observacio- teórico para la emergencia de la teoría rela-
nes “sea en el diagnóstico, la terapia, la edu- cional psicoanalítica.
cación o la investigación” (Sandler, 1960b, p. No puede haber una evaluación comple-
128; Sandler, 1962). Reconoció el papel de ta de la contribución de Joseph Sandler sin
los escenarios distintos al consultorio como mencionar a su esposa, Anne-Marie. Por
un modo de testar las suposiciones psicoana- supuesto, muchos de los artículos clave con-
líticas: “los psicoanalistas están constante- taron con su autoría conjunta, incluyendo el
mente haciendo suposiciones psicoanalíticas, modelo de las “tres cajas” (Sandler y Sandler,
y cualquier luz que pueda arrojarse sobre 1983), el libro sobre relaciones objetales
estas suposiciones, sea en el consultorio o en (Sandler y Sandler, 1998), el artículo sobre la
el laboratorio, debe ser de inmenso valor” memoria (Sandler y Sandler, 1997), etc. La
(Sandler, 1960b, p. 150). descripción caricaturesca de su sociedad co-
mo la del teórico (JS) y la clínica (AMS) está
Conclusión en realidad muy lejos de la verdad. Ambos
estaban firmemente asentados en la práctica
Sandler desarrolló una psicología de sen- y en la teoría. Anne-Marie contribuyó al
timientos, representaciones internas y adap- timbre profundamente evolutivo de su mo-
tación estrechamente vinculada a las conduc- delo de relaciones objetales y a la perspectiva
tas del par analítico en la situación analítica. humanista, casi relacional, muy centrada en
Además de contribuir a nuestra opinión la transferencia, que tan bien representa su
cambiante sobre la teoría psicoanalítica, trabajo clínico. Su perspectiva, teñida por su
también influyó en la técnica psicoanalítica. formación como estudiante de Jean Piaget y

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su entusiasmo continuo por (con) el análisis coanalíticas en la misma plataforma intelec-


de(l) niños, añadió realismo a las especula- tual por primera vez desde la muerte de
ciones evolutivas y una cimentación en la Freud. De repente había lugar para las ideas
descripción de los encuentros interpersona- kleinianas de identificación proyectiva, las
les que es relativamente rara en los escritos ideas de la escuela independiente británica
psicoanalíticos. del entorno de apoyo, los conceptos norte-
Joseph Sandler fue un revolucionario si- americanos de las relaciones objetales y los
lencioso, pero revolucionario al fin y al cabo. de la psicología del yo. Tal vez con la impor-
Al comienzo de su carrera, el psicoanálisis tante excepción del psicoanálisis francés, la
estaba dominado por una teoría insostenible teoría de las relaciones objetales tal como la
de los afectos, las relaciones y el trabajo clí- formuló Sandler podría ofrecer un camino
nico. Sistematizando el conocimiento dispo- común para todo el psicoanálisis anglosajón.
nible y examinándolo en relación con las Un indicador de su éxito es que Sandler es tal
observaciones clínicas, Sandler derivó un vez el único psicoanalista citado de forma
nuevo modelo que a aquellos que trabajaban regular por los autores kleinianos británicos
con él les pareció poco más que una reafir- y por los freudianos norteamericanos, así
mación coherente de ideas existentes. Sin como por otros grupos. La revolución psi-
embargo trasladar el psicoanálisis al nivel de coanalítica actual, que puso de nuevo bajo el
representación y reconceptualizar la motiva- foco el enfoque interpersonalista de Sullivan,
ción como organizada por un deseo de segu- sería inconcebible sin el trabajo preparatorio
ridad en lugar de reducción de la angustia o realizado por el cambio de énfasis de Sandler
la tensión, creó un entorno profundamente de las pulsiones al afecto, del yo y el mundo
diferente para los desarrollos de la teoría y la externo al self y el objeto, y de la experiencia
práctica. En concreto, comprender las rela- infantil reprimida al inconsciente presente
ciones actuales, por confusas, desadaptativas Sandler ha sido el conductor (conducto) de
o perversas que sean, como motivadas por la los residuos del psicoanálisis de principio del
experiencia de seguridad que el patrón de siglo XX al psicoanálisis del siglo XXI. Mere-
dicha relación puede producir, ha permitido ce nuestra gratitud, no simplemente por sus
considera la relación real que existe entre masivas contribuciones intelectuales, sino
paciente y analista como el principal organi- también por la posibilidad que creó de que
zador del pensamiento terapéutico. Este todos nosotros hiciéramos las nuestras.
avance unió a la mayoría de las escuelas psi-

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Mentalización. Revista De Psicoanálisis Y Psicoterapia, abril 2017 17

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