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036, en:
http://www.aperturas.org/articulos.php?id=0000662
Internalización
Incorporación
Freud introduce el término en 1915 al revisar su escrito “Tres ensayos para una
teoría de la sexualidad” y al hablar de la las organizaciones pregenitales de la vida
sexual siendo la primera de ellas la etapa oral o canibálica y en la que la actividad
sexual está fundida con la nutrición pues el único fin es incorporar el objeto.
Después lo utiliza en” Duelo y melancolía” para referirse al primer modelo de
identificación o prototipo de procesos de identificación posteriores. Se refiere pues
a un modo de identificación primordial previa a toda diferenciación y alude a la
meta de la pulsión oral.
Introyección
Identificación
Para Freud, la identificación no es una mera imitación histérica sino que expresa
un “igual que” a modo de reivindicación etiológica que permanece en el
inconsciente.
- la resolución del complejo de Edipo, ya que las catexis sobre los padres son
abandonadas y sustituidas por identificaciones
“La misma ansiedad, sin embargo, si alcanza un cierto máximo, los fuerza a
subordinarse como autómatas a la voluntad del agresor, a adivinar cada uno
de sus deseos y gratificarlos; completamente inconscientes de sí mismos, se
identifican con el agresor… A través de la identificación, o digamos, de la
introyección del agresor, éste desaparece como parte de la realidad externa y
se transforma en intra - en lugar de extra- psíquico...
Externalización
Proyección
J. Sandler recupera los distintos empleos que Freud hizo de la proyección en
tanto que tendencia a buscar causas externas, o como forma de defenderse de
algo intolerable, o bien como un traslado. Aunque inicialmente lo reconoció como
“un mecanismo a los fines de la defensa“, después lo consideró definitivamente
una defensa en sí misma.
Identificación proyectiva
Una segunda fase en los últimos años, en la que los analistas kleinianos vienen
hablando de la identificación proyectiva como un mecanismo central en
la contratransferencia (M Klein nunca la consideró más que como un estorbo).
Refleja, entonces, relaciones objetales infantiles en tanto que fantasías acerca del
analista. De este modo, se pueden detectar, analizándolas, percepciones
distorsionadas desde las que hace sentir al terapeuta estados emocionales o se le
hace actuar. Paula Heimann (1950) contempló la contratransferencia del analista
como “un instrumento de investigación del inconsciente del paciente… parte
esencial de la relación analítica, una creación del paciente, una parte de su
personalidad”. En esta misma línea, Racker (1948) liga la respuesta del analista a
la identificación proyectiva y la considera el proceso normal de la
contratransferencia pues es a través de ella como el paciente consigue que el
analista se identifique con el objeto con el que el paciente le identifica.
Conclusiones
Sandler hace una serie de comentarios propios sobre la identificación proyectiva.
Así, comenta que, partiendo de la importancia de la teoría kleiniana sobre
desarrollo infantil temprano, las relaciones objetales y la importancia de todo ello
en el posterior funcionamiento adulto, discrepa sin embargo del hecho de que
aceptar la idea de la identificación proyectiva, obligue a aceptar una teoría del
desarrollo en su totalidad. Aceptando la definición keiniana, para Sandler, se trata
de un mecanismo de regulación de los estados emocionales inconscientes
separándolo de las fantasías (metáforas en muchos casos) que Klein y sus
seguidores le asociaron. Este mecanismo incluye cambios y desplazamientos en
la representación mental, en la fantasía. Desempeña un papel definitivo tanto en el
desarrollo como en la situación analítica. Ha dado una nueva dimensión a la
transferencia, no pudiendo considerarse ésta una mera repetición, sino un reflejo
de fantasías sobre la relación con el analista. Reflejo creado en el presente por
identificación proyectiva y mecanismos parecidos.
Los kleinianos han resaltado siempre el elemento de control de los objetos que la
identificación proyectiva proporciona. Sandler considera que es un aspecto
central, una ilusión inconsciente de estar controlando el aspecto no deseado y
proyectado del self. Como un vivir a través de otra persona, como una renuncia
altruista que diría Anna Freud. Pero además la proyección de partes indeseables,
como la culpa por angustias persecutorias internas, consigue poderosos refuerzos
narcisistas al obtener una doble ganancia: identificarse con la parte idealizada del
superyó perseguidor, además de librarse de lo no deseado. Esto supone una
fuerte motivación para controlar al objeto en el que se ha colocado la
identificación proyectiva.
Sandler acepta la expresión kleiniana “dentro del objeto” aunque sin que implique
invariablemente que la identificación proyectiva quede vinculada a fantasías de
invadir o de entrar. Sí implica un forzamiento, ya que, en tanto mecanismo de
defensa, trata de reducir la ansiedad manteniendo el aspecto proyectado fuera y
resistiéndose en el análisis a volver a aceptarlo como aspecto de la propia
representación.
Fonagy P. "An overview of Joseph Sandler's key contributions to theoretical and clinical
psychoanalysis".Aperturas Psicoanaliticas nº 25 (www.aperturas.org)
Mitchell S. (1993) Conceptos relacionales en psicoanálisis, una integración. México D.F: Siglo XXI.