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Tales de Mileto vivió entre el año 624 y el año 546 a C 

y es considerado uno de los matemáticos más importantes, a la vez que un


importante representante de la filosofía occidental. La enseñanza más importante que nos trajo es el  razonamiento deductivo para
el desarrollo de las matemáticas,  así como de la filosofía. Sus teorías son, hoy en día, ampliamente utilizadas en el mundo de la
ingeniería así como del estudio de la geometría en las matemáticas.

Este filósofo demostró que no era necesario entender el mundo a través de la mitología, sino que era más importante estudiar el
mundo tal como lo vemos a través del estudio de los fenómenos físicos. Esta idea representa un cambio notable respecto a la
antigüedad.

En Jonia, situada en la costa egea de Anatolia, se encuentra la próspera ciudad de Mileto, cruce de civilizaciones de tres
continentes y capital de gran número de colonias distribuidas en torno al Mar Negro. En ella surge la denominada Escuela de
Mileto, donde se inician la filosofía y la matemática griegas, y cuyas figuras más ilustres son Thales y sus sucesores Anaximandro y
Anaxímenes.

Tales, de ascendencia fenicia, hijo de Examio y Cleobulina, vino al mundo en aquella ciudad.

El interés de Tales por la ciencia posiblemente se originara en sus contactos comerciales con Egipto y Mesopotamia, fruto de los
cuales llegó a conocer en buena medida la matemática y la astronomía babilónicas; además, resulta probado que viajó a Egipto y
permaneció allí algún tiempo, en el que se inició en los misterios de su religión y aprendió lo que pudo de su geometría, cuyos
contenidos trasladaría luego a Grecia

Filosofía

Se considera a Tales de Mileto como el primer filósofo de Occidente por haber sido quien intentó la primera explicación racional a
distintos fenómenos del mundo de la que se tiene constancia en la historia de la cultura occidental. En su tiempo predominaban
aún las concepciones míticas, pero Tales buscaba una explicación racional, lo que se conoce como «el paso del mito al logos»,
donde la palabra griega logos alude en este contexto a «razón», uno de sus significados en castellanoLa filosofía de Tales de
Mileto no se conoce de primera mano, pues no ha sobrevivido ningún escrito de Tales (de hecho, ni siquiera es seguro que haya
escrito algo). Las afirmaciones registradas que se le atribuyen probablemente hayan llegado a los transmisores por segunda mano
o incluso por tradición oral; entre las ideas que se le atribuyen, no es posible establecer a ciencia cierta cuánto es realmente de lo
que Tales dijo como tampoco si Tales se expresó en los mismos términos en que sus ideas se han transmitido. En cuanto a su
filosofía, contamos con el importante aporte de Aristóteles, el cual, en su descripción, diferencia los dichos atribuibles con alguna
certeza al mismo Tales («Tales dijo que...») de los hechos dudosos («dicen que Tales dijo que...») y de sus propias opiniones
(«quizá Tales quiso decir que...»). Aristóteles lo considera, en su relato de las ideas metafísicas (Metafísica, libro A) como el
primero que se dedicó a investigar las primeras causas y los primeros principios, señalándolo así como el primer filósofo y fundador
de la filosofía natural.

Desde la perspectiva crítica, desde la cual tratamos de interpretar a Tales, lo específico de su pensamiento y por lo que lo
valoramos, no es haber concebido la realidad como un todo sino concebir la unidad de esa realidad según lo que hemos
denominado la racionalidad en sentido estricto (propia de la ciencia y de la filosofía). Según la racionalidad en sentido estricto, las
ideas presentes en el relato mítico comienzan a organizarse de tal modo que las operaciones, —que en el mito van ligadas a
sujetos insustituibles (los dioses)— en el logos, están asociadas a sujetos (humanos) en tanto son sustituibles unos por otros; y las
relaciones —organizadas en el mito como relaciones personales, como relaciones de parentesco— aparecen ahora como
relaciones necesarias que se establecen entre los fenómenos, como leyes que pueden ser descubiertas por el logos.
Para Tales de Mileto, el arjé es el agua: todo nace del agua, la cual es el elemento básico del que están hechas todas las cosas.
Aunque tampoco conocemos con certeza las razones que le llevaron a establecer el agua como arjé, sus comentaristas coinciden
en aventurar algunas. El agua es la materia que se encuentra en mayor cantidad, rodea la tierra y corre a través de los continentes;
impregna la atmósfera en forma de vapor, que es aire, nubes y éter, y del agua se forman los cuerpos sólidos al condensarse; por
carecer de determinaciones (estado, forma, color, olor), es apta para determinarse. El agua, por otra parte, es condición necesaria
de lo vivo: hace germinar las semillas y es imprescindible para las plantas y los animales, hasta el punto de que la vida no es
posible sin ella. La Tierra, para Tales, era un disco plano que flota en un océano infinito, cubierto por la semiesfera celeste.

La existencia de un primer principio fue asumida por los filósofos posteriores, a pesar de que, no aceptasen que el agua fuera tal
elemento. Lo importante de la tesis de Tales es la consideración de que todos los seres se constituyen a partir de un principio, sea
el agua, sea cualquier otro. Y el hecho de buscarlo de una forma racional, de extraerlo de una serie de observaciones y
deducciones, es lo que ha valido a Tales el título de «padre de la filosofía». La cuestión del arjé, en efecto, seguiría siendo tratada
no sólo por sus discípulos de la escuela de Mileto (Anaximandro y Anaxímenes), sino también por otros destacados pensadores de
la floreciente filosofía griega, como Pitágoras, Jenófanes de Colofón, Parménides, Heráclito, Empédocles, Anaxágoras, Leucipo o
Demócrito, hasta convertirse en uno de los motivos centrales de la filosofía presocrática, es decir, de la anterior a Sócrates.

Para calibrar la importancia de la aportación de Tales debe tenerse en cuenta, además, que la noción misma de arjé envuelve una
serie de consecuencias que irían explicitándose a lo largo del periodo presocrático y en las que reconocemos temas fundamentales
de la filosofía occidental. Así, por un lado, la existencia de un principio constitutivo común implica que la multiplicidad de seres que
observamos en la naturaleza es sólo aparente; en consecuencia, el testimonio de los sentidos no es fiable. Por otra parte, tal
principio constitutivo es una esencia inmutable y eterna, propiedades que no se manifiestan en la continua transformación de los
seres individuales y que sólo pueden ser aprehendidas por la razón, único instrumento que permite discernir lo verdadero de lo
aparente.

Astronomía

Se podría comenzar la descripción de sus relaciones con la astronomía trayendo a colación una anécdota, bien sabida, que nos
presenta a Tales como un observador de estrellas, y que nos relata Diógenes Laercio: “Dícese que un día, por estar mirando las
estrellas y observándolas, cayó en un pozo y que la gente se burlaba de él diciendo que mal podría conocer las cosas del cielo
quien no acertaba a ver siquiera dónde pisaba”. Aunque su contribución más célebre en este campo es, sin duda, la predicción de
un eclipse solar, posiblemente el 28 de mayo de 585 a.C., coincidiendo con una batalla entre medos y lidios, que finalmente detuvo
el fenómeno celeste y condujo a la paz. En todo caso, hay que precisar que Tales ignoraba la causa de los eclipses, debido a una
particular concepción del sistema solar y a una falta de conocimientos técnicos y de una base sólida de observaciones, por lo que
su pronóstico tuvo que realizarse con la ayuda de tablas empíricas procedentes de los babilonios.

Entre otras aportaciones, Eudemo le atribuye el descubrimiento de que “el periodo del Sol con respecto a los solsticios no siempre
es el mismo”, lo que se supone significa que advirtió la desigualdad de la duración de las cuatro estaciones astronómicas (parece
ser que basa su argumento en los escritos Sobre los solsticios y Sobre los equinoccios del propio Tales, según Diógenes Laercio.
Asimismo se cree que conocía la división del año solar en 365 días, Calímaco le reconoce como el descubridor de la Osa Menor,
etc.

Tales en cuanto al resto de sus facetas prácticas, se pueden destacar que dirigió una escuela de naútica en Mileto y que
probablemente escribiera el manual Astronomía naútica (otros se lo asignan a Foco de Samos), en el que se encuentran distintas
propuestas naúticas, como la navegación por la Osa Menor para llegar al polo, en vez de la costumbre griega de hacerlo por la Osa
Mayor. Igualmente se le atribuyen otras aptitudes y contribuciones, como su competencia en las obras hidraúlicas o el
descubrimiento de atracción de los imanes y de la electricidad estática al observar que el ámbar frotado con un paño atraía
pequeños objetos.
Matemáticas

Teorema de Tales  de los triángulos semejantes .

Asimismo es muy conocida la leyenda acerca de un método de comparación de sombras que Tales habría utilizado para medir la
altura de las piramides egipcias : el milesio se percató de que se podría saber la altura exacta de las pirámides midiendo la sombra
de estas en el momento del día en que su sombra era más o menos de igual tamaño que su cuerpo. Este método fue aplicado
luego a otros fines prácticos de la navegación

.Teorema de Tales del angulo inscrito

Se supone además que Tales conocía ya muchas de las bases de la geometria como el hecho de que cualquier diametro de
un circulo  lo dividiría en partes idénticas, que un triángulo isósceles tiene por fuerza dos ángulos iguales en su base o las
propiedades relacionales entre los ángulos que se forman al cortar dos paralelas por una tercera línea recta.

Los egipcios habían aplicado algunos de estos conocimientos para la división y parcelación de sus terrenos. Esta necesidad surgió
a raíz de que el Nilo, con sus constantes crecidas, borraba las líneas divisorias de los campos de cultivo, por lo que era necesaria
una manera de medir de nuevo el terreno. Mas, según los pocos datos con los que se cuenta, Tales se habría dedicado en Grecia
mucho menos al espacio (a las superficies) y mucho más a las líneas y a las curvas, alcanzando así su geometría un mayor grado
de complejidad y abstracción.

Filosofo: Ulrico Zuingli

La biografía

Nació el 1 de enero de 1484 en Wildhaus, Sankt Gallen. Falleció en Kappel am Albis, Suiza, el 11 de octubre de 1531. Hijo de
Johann Ulrich Zwingli y Margaretha Zwingli. Procedente de una familia de labradores acomodados, estudió en la universidad de
Viena en 1499 y más tarde se inscribió en la Universidad de Basilea, donde hizo un posgrado en 1504 y un doctorado en teología
1506. Allí estudió griego y hebreo siguió la carrera eclesiástica y se hizo cura (1506) y capellán castrense (1513).

En 1516 obtuvo la versión latina del Nuevo Testamento que Erasmo había realizado a partir del original griego. Basándose en los
escritos atacó en sus sermones ciertas enseñanzas y prácticas de la Iglesia, como la veneración de santos y reliquias, las
promesas de curaciones milagrosas y los abusos originados por la práctica de las indulgencias. Fue destinado como predicador a
la catedral de Zúrich en 1518, es allí donde comienza a criticar directamente a Roma, a las costumbres o al papa, debido a su
alejamiento de la palabra de Dios, además que se negó a enseñar la biblia en latín.

El papa Adriano VI le prohibió predicar y pidió al Consejo de Zurich que le condenaron como hereje, por lo cual fue convocado a
varios debates públicos o “disputas” en los cuales se enfrentaba a teólogos católicos, sin embargo, al no poder a probar que él
estaba equivocado, el Consejo adjudicó a Zuinglio la victoria dialéctica y éste pudo seguir predicando libremente, esto marcaría su
rompimiento completo con Roma.

En enero de 1523 compareció ante el Consejo y reivindicó la supremacía de las Sagradas Escrituras sobre el dogma de la Iglesia,
atacó el culto a las imágenes, a las reliquias y a los santos y se opuso a la concepción sacramental de la Eucaristía y al celibato.

En 1524 contrajo matrimonio con Anna Reinhardt, viuda con quien había estado viviendo de forma pública con anterioridad.
Tuvieron cuatro hijos, Wilhelm, Ulrich, Regula y Anna.

Filosofía de Ulrico Zuinglio.

El líder de la reforma protestante en Suiza, fue el fundador de la Iglesia Reformada Suiza, estudiando las Sagradas Escrituras
desde un punto de vista fuertemente influenciado por el Humanismo. Es importante recalcar que a diferencia de Lutero que
alcanzó la verdad del evangelio a través de su necesidad de liberarse de la culpa o la condenación, Zuinglio lo hizo a través de su
hambre por el conocimiento de las escrituras y las consecuencias de formar parte de la milicia del papa.

En una época en que los sacerdotes no estaban familiarizados con la Palabra de Dios, Zuinglio destacó por su amor y su
conocimiento en las escrituras, con lo cual entendió los grandes errores de la iglesia Romana, la falsedad necesidad de muchas
tradiciones y el pecado de la idolatría. Observado siempre las mismas prácticas. Como otros humanistas, leyó a Erasmo,
aprendiendo de él que la fuente de la doctrina era la Biblia y no la Iglesia. Cuando pudo leer el Nuevo Testamento en el original en
1516, gracias a Erasmo, bebió la verdad de la fuente misma, en lugar de las corrientes más o menos fiables de la tradición.

Ya después de los acontecimientos de Lutero, se hizo más evidente su alejamiento con la doctrina católica, no se pusieron de
acuerdo en todos los puntos en discusión, siendo precisamente la Cena del Señor el punto en conflicto

Inició su propia reforma de manera independiente, adoptó posiciones muy radicales, convirtió la biblia la base de la iglesia, eliminó
los altares e imágenes en los templos, eliminó el celibato e incluso tomó esposa, además en una ocasión rompió el ayuno de
cuaresma comiendo salchichas en público, logró proscribir la tradicional exportación de mercenarios suizos a los ejércitos
europeos. Exaltó la Biblia por encima de la Iglesia como la guía para la verdad y a Jesucristo por encima de la Virgen María, como
intercesor ante el Padre. Al hacer esto, actuaba de forma independiente a Lutero. Zuinglio siempre pretendió ser ignorante de lo
que Lutero escribió, siendo su constante orgullo que él había comenzado la Reforma en Suiza, independientemente de Lutero.

Separación creciente de la Iglesia católica.

Zuinglio desempeñó su cargo de cura-predicador desde 1519 a 1522, reteniendo hasta el fin de su vida la predicación en la
catedral. Su fama se esparció por toda la Suiza alemana y el sur de Alemania. Sus sermones impresos eran largos, discursivos y
aburridos, aunque claros y simples en estilo, perdiéndose su viveza en el proceso de desarrollo. Cuando la peste se desató en
Zurich en 1520, Zwinglio trabajó activamente entre su pueblo, hasta el punto de quedar él mismo infectado y estar a las puertas de
la muerte. Usó su posición obtenida por su devoción e independencia para hacer avanzar la Reforma, pero muy cautamente y
atacando lo externo al principio. Mostraba que ayunar en Cuaresma no tenía apoyo bíblico, lo cual fue aprovechado por los que
querían buenas comidas todo el año; los diezmos tenían base eclesiástica y secular, pero no bíblica, siendo su enseñanza
aplaudida por los que pagaban impuestos y gemían bajo ellos. Tuvo algo que decir sobre la manera correcta de ayudar a los
mendigos, que eran considerados por la gente piadosa como medios de devoción para ir al cielo.
Relación directa del alma humana con Dios.

En Dios está en paz y reposo, Dios es el descanso de su alma, Dios es su Uno y su Todo, Dios es el incomparable y supremo Bien,
el único originador exclusivo y otorgador de la salvación; al agarrarse a Dios le es imposible dejarlo, a Dios, de quien es
instrumento, entregándose sin condición. Dios es, por tanto, el verdadero objeto de la fe, porque creer no es otra cosa que confiar
sólo en Dios, tener a Dios; y todo el reposo que pertenece a la fe cristiana —incluso Cristo y la redención a través de él, incluso la
palabra de Dios y los medios de gracia en la Iglesia sin excepción- se encuentran en una capacidad auxiliar a la relación inmediata
y exclusiva en la que el cristiano se encuentra con Dios. La entera seguridad del alma está en confiar íntimamente en Dios y esta
es la fe de que todo tiene su existencia sólo a través de Dios

La Reforma en Zúrich no afectó, sin embargo, solamente a la religión, sino que, al igual que en otros movimientos reformistas de la
época, se trataba de una serie de medidas de regulación social con las que el Concejo pretendía organizar el sistema escolar, el
matrimonio, las costumbres, etc. Zuinglio publica en 1525 su confesión de fe (De la verdadera y la falsa religión). Su teología,
coincidente con la de Lutero en muchos aspectos básicos, opera de una manera más radical en otros, como puede ser la cuestión
de la eucaristía, al rechazar Zuinglio la presencia real de Cristo en la comunión. A partir de 1525, la Reforma en Zúrich se completa:

• Se administra la Eucaristía bajo las dos especies,

• Se suprime la misa,

• Se eliminan las imágenes de las iglesias,

• Se decreta la supresión del celibato sacerdotal,

• Se establece y regula una beneficencia para los pobres, financiada con los fondos obtenidos de la secularización de
bienes eclesiásticos.

Importante en la teología de Zuinglio es también su concepción de las relaciones entre el poder laico y el religioso, pues mientras
considera que es derecho y obligación del poder terrenal organizar la Iglesia y la sociedad, admite por otro lado la posibilidad de
derrocar al grupo gobernante si este no se comporta de manera apropiada a las enseñanzas del Evangelio.

Teología de Zuinglio

La piedra angular de la teología de Zuinglio es la Biblia. Zuinglio apeló constantemente a la Escritura en sus escritos. Puso la
autoridad de la misma sobre otras fuentes, tales como los concilios ecuménicos o los Padres de la Iglesia.Los principios que
guiaron las interpretaciones de Zuinglio se derivan de su educación humanística y de su entendimiento, a la luz de la Reforma, de
la Biblia.3 Modificando una interpretación literal de un pasaje, ponía atención al contexto inmediato y trataba de entender el
propósito subyacente detrás del mismo. Zuinglio rechazaba la palabra sacramento en el modo que se empleaba popularmente en
su tiempo. Para la gente común, la palabra significaba alguna forma de acción santa en la cual había un poder inherente para
liberar la conciencia de pecado. Para Zuinglio, un sacramento era una ceremonia de iniciación o una promesa, señalando que la
palabra se derivaba de sacramentum, que significa un juramento.5 En sus primeros escritos sobre el bautismo, hizo notar que el
bautismo era un ejemplo de tal compromiso o promesa. Cuestionó a los católicos acusándolos de superstición al atribuirle al agua
del bautismo un cierto poder para limpiar los pecados. Posteriormente, en su conflicto con los Anabaptistas, defendió la práctica del
bautismo de infantes, señalando que no había ninguna ley que prohibiera dicha práctica. Argumentaba que el bautismo era un
símbolo de un pacto con Dios, por lo tanto reemplazaba la circuncisión del Antiguo Testamento.

Zuinglio abordaba la cuestión de la Eucaristía de manera similar al bautismo. Durante el primer debate de Zúrich en 1523, negó
que ocurriera un verdadero sacrificio durante la misa, argumentando que Cristo hizo el sacrificio una sola vez y para toda la
eternidad. En consecuencia, la Eucaristía era “un memorial del sacrificio”. Siguiendo con este argumento, desarrolló aún más su
punto de vista, llegando a la conclusión de que se deben interpretar como “significa” las palabras de la institución, siendo el texto
clave Juan 6:63, “Es el espíritu el que da vida, la carne para nada aprovecha”. El enfoque racional de Zuinglio y el uso de la
Escritura para entender el significado de la Eucaristía fue una razón por la que no pudo llegar a un consenso con Lutero.

Sus principales obras y contribuciones

“La claridad y verdad de la Palabra de Dios"

En el año 1522 todavía existían, en Zürich, algunos conventos entre ellos el de las monjas dominicas en Oetenbach. El Consejo de
la ciudad solicitó a Zuinglio que predicase en dicho convento, con objeto de que las monjas conociesen el evangelio. El Reformador
publicó el 6 de septiembre de 1522 en forma de sermón “La claridad y verdad de la Palabra de Dios”, aunque en forma algo
ampliada, dividiéndolo en tres partes: 1) «Sobre la firmeza, la seguridad y el poder de la Palabra de Dios»; 2) «Sobre la claridad de
la Palabra de Dios»; 3) «Resumen».

“Las 67 tesis2

Al inicio del año 1523, para sus debates públicos con las autoridades católicas, Zuinglio escribió «Los sesenta y siete artículos». La
breve introducción y conclusión del documento revelan el profundo respeto de Zuinglio por la autoridad de la Palabra de Dios y su
firme creencia del estatus único de la Biblia como la sola revelación de las buenas noticias de salvación en Jesucristo y de la
voluntad de Dios para el pueblo cristiano. La introducción dice: Acerca de los artículos y opiniones que siguen, yo, Ulrico Zuinglio,
confieso haber predicado en la digna ciudad de Zúrich basado en las Escrituras las cuales son inspiradas por Dios… y en aquello
que no he entendido correctamente las Escrituras, estoy dispuesto a ser mejor enseñado, pero únicamente por dichas Escrituras.

Entre los 67 artículos encontramos las siguientes afirmaciones:

«Cristo es la cabeza del género humano y la Iglesia su esposa».

«El sacerdote solo puede aconsejar, pero únicamente Dios es capaz de perdonar los pecados».

«La Biblia es la única fuente de autoridad para la iglesia; toda tradición, todo concilio y todo pronunciamiento papal debe ser
juzgado a la luz de la Biblia».

«Jesucristo es la sola cabeza de la Iglesia y su único sacerdote eterno; el papado no tiene autoridad absoluta sobre la iglesia».

«La misa no es un sacrificio; es más bien un recordatorio del sacrificio completado de Cristo en el Calvario».
«Las peregrinaciones y otras obras supuestamente meritorias perjudican puesto que dan solamente una falsa seguridad de
salvación».

“De la verdadera y la falsa religión”

Zuinglio publica en 1525 su confesión de fe. Su teología, coincidente con la de Lutero en muchos aspectos básicos, opera de una
manera más radical en otros, como puede ser la cuestión de la eucaristía, al rechazar Zuinglio la presencial real de Cristo en la
comunión. En forma de un comentario a los pasajes de la Sagrada Escritura habla de la definición de la religión, de Dios, del
hombre, de la religión cristiana, del Evangelio, de la penitencia, de la ley, del pecado, de la autoridad de las llaves, de la Iglesia, de
los sacramentos (bautismo, eucaristía), de la confesión, de los demás sacramentos, del matrimonio, de los votos, de la invocación
de los santos, del mérito, de la oración, del purgatorio, de la magistratura, de los escándalos, de las estatuas y de las imágenes. El
punto de vista es fuertemente crítico y polémico. La obra es interesante como expresión de la original y fuerte personalidad del
reformador de Zúrich.

Históricamente es sobre todo importante por la exposición de la doctrina sobre los sacramentos, que, como es sabido, es más
radical que la de los otros reformadores. El autor polemiza no sólo contra el concepto sacramental romano, sino también contra la
idea luterana de una convalidación de la fe por medio de los sacramentos. Si, en efecto, la validez de los sacramentos depende de
la fe, es absurdo pensar que ésta sea tan poco consciente de sí misma que necesite la confirmación de un signo ceremonial. Pero
los sacramentos son «ceremonias mediante las cuales el hombre demuestra a la Iglesia que es un candidato o un soldado de
Cristo, y confirman más bien a la Iglesia que a ti mismo en tu fe». Tratando de la eucaristía, el autor comenta las palabras de Cristo
(Juan 6; 64): «El espíritu es el que da vida, la carne no sirve para nada. Mis palabras son espíritu y vida».

Otro de los grandes legados de Zuinglio fue haber traducido la Biblia en forma conjunta con Leo Jud. Esta versión se conoce hoy
día como «La Biblia de Zúrich».

PARMÉNIDES DE ELEA. ¿Quién fue Parménides?

Parménides de Elea fue un filósofo griego. Nació entre el 530 a. C. y el 515 a. C. en la ciudad de Elea, colonia griega de Magna
Grecia (sur de Italia). Su padre fue Pires, y perteneció a una familia rica y noble. Parménides participó en el gobierno de su ciudad
siendo legislador, organizándola y dándole un código de leyes admirables. Primero fue alumno de Jenófanes, pero después de un
tiempo dejó de seguirlo, asociándose luego con un pitagórico, Aminias, al que prefirió como maestro.

Fue caracterizado como un hombre venerado y terrible, y lo más importante es que lo reconoció como padre espiritual. Su prestigio
se justificó desde que Parménides sostuvo, y fue el primero, la superioridad de la interpretación racional del mundo y negó la
veracidad de las percepciones sensibles: ver, oír o sentir esto no produce certezas, sino sólo creencias y opiniones.

Pensamiento de Parménides: El pensamiento que Parménides propuso y afirma la existencia del ser como algo único e inmutable;
es decir, rechaza por completo el cambio o el movimiento de las cosas. Para él, no puede haber multiplicidad del ser, pues esto
implica el devenir, lo que se trata de una simple ilusión. La verdad se basa en la razón y solo si esta vía se cumple de manera
correcta, algo se toma como cierto. Por otro lado, en la opinión se usan los sentidos, los cuales crean una ilusión de cambio y
multiplicidad; por esto, lo que se encuentra por medio de la opinión no es más que un tipo de engaño.

A partir de la definición del “Ser” planteada en el pensamiento de Parménides, este concluye que el No-ser es algo impensable. Sus
palabras fueron “el ser es entero, es decir, no puede ser divisible, lo que excluye la multiplicidad. Para admitir la división del ser
tendríamos que reconocer la existencia del vacío, del no ser, lo cual es imposible”. En este sentido, la unidad es verdad, lo que
existe; mientras aquello que implica multiplicidad es una opinión, una ilusión. El ser existe el no ser, es irreal

Escuela eleática “La escuela eleática fue una corriente griega de filosofía que se desarrolló aproximadamente a partir del siglo VI
a.C.,. cuyo nombre en sí provenía de la ciudad griega de Elea, lugar donde nacieron los filósofos que representan este movimiento,
Parménides y Zenón. Situada al sur de Italia, y la cual fue fundada por los griegos en torno al año 540 a.C.,.” Actualmente la ciudad
se llama “Velia” que es una antigua ciudad en la Campania, Italia. Los eleáticos sostienen, como sus fundamentos esenciales, que
las cosas sensibles son una sustancia única e inmutable. Para los eleáticos la naturaleza es el objeto universal del que se ocupa la
filosofía.

Su aporte consiste: Los argumentos de Zenón dieron un poderoso impulso al desarrollo de las matemáticas, de la lógica y, lo que
es más significativo especialmente, a la dialéctica, ya que revelaron las contradicciones envueltas en los conceptos científicos
fundamentales acerca del espacio, la multiplicidad y el movimiento. En haber colocado frente a frente el ser y el no-ser, la unidad y
la pluralidad, el conocimiento racional y el sensitivo, la verdad y la opinión, el mundo y las cosas.

El descalificar por completo el testimonio de los sentidos que atestiguan la existencia de las cosas particulares y del movimiento.
En aceptar solamente el testimonio de la razón. Las tesis fundamentales de esta escuela son las siguientes:

El instrumento para llegar al conocimiento del ser es la razón; la razón nos muestra el ser como uno, inmóvil e inmutable; los
sentidos nos presentan una realidad ilusoria al mostrarnos multiplicidad y cambio.

Por su tratamiento abstracto y formal del ser, es habitual considerar a Parménides, más que a los anteriores presocráticos, como el
fundador de la ontología, aunque este título no se encuentre en su filosofía.

Zenón demostró las tesis de su maestro Parménides mediante paradojas o aporías que llevaban al absurdo las creencias
contrarias a las de Parménides, es decir las creencias en la existencia de multiplicidad y de cambio en el espacio y el tiempo; por
ello se le considera el fundador de la dialéctica griega

Obra de Parménides

Parménides escribió una sola obra: titulada Sobre la naturaleza. Un poema filosófico en verso épico del cual nos han llegado
únicamente algunos fragmentos conservados en citas de otros autores. Por lo que podemos deducir a partir de los testimonios
conservados, que el poema de Parménides representa una revelación divina dividida en dos partes: La primera parte de este
poema es un mito en el que Parménides relata cómo es conducido hasta la Diosa de la Verdad,

Parménides describe el viaje que hace «el hombre que sabe»: un viaje en carro, tirado por un par de yeguas, y conducido por las
Helíades. El camino por el que es conducido, alejado del camino usual de los mortales, es la ruta de la noche y el día, camino que
está interrumpido por un inmenso portal de piedra, cuya guardiana es Dice (es, en la mitología griega, la personificación de la
justicia en el mundo humano). Las hijas del Sol la persuaden, y esta abre la puerta para que pase el carro. El narrador es recibido
por una diosa, cuyo discurso, que comienza en el verso 24, es el contenido del resto del poema. Esta le indica, en primer término,
que no ha sido enviado por un destino funesto, sino por el derecho y la justicia. En virtud de ello, sigue, es necesario que conozca
todas las cosas, tanto «el corazón inconmovible de la verdad persuasiva» como «las opiniones de los mortales», porque, a pesar
de que en estas «no hay convicción verdadera», sin embargo han gozado de prestigio.
Allí la diosa habla de dos «vías de indagación que se pueden pensar». La primera es nombrada de la siguiente manera: «qué es, y
también, no puede ser que no sea»; la segunda: «que no es, y también, es preciso que no sea». La primera vía es la «de la
persuasión», que «acompaña a la verdad», mientras que la segunda es «completamente inescrutable» o «impracticable», puesto
que «lo que no es» no se puede conocer ni expresar.

Por todo esto podemos decir que el tema original de su filosofía es la contraposición entre la verdad y la apariencia. “solo dos
caminos de investigación se pueden concebir”. El uno consiste en que el ser es y no puede no ser; este es el camino de la
persuasión, puesto que la acompaña la verdad. El otro, que el ser no es y es necesario que no sea; este es un sendero en el cual
nadie puede persuadirse de nada. Por eso solo hay un camino para el discurso: que el ser es. Y este camino no puede ser seguido
más que por la razón, puesto que los sentidos se detienen en las apariencias, y pretenden atestiguamos el nacer, el perecer, el
mudar de las cosas, es decir, a la vez su ser y su no ser. En el camino de la apariencia es como si los hombres tuvieran dos
cabezas, una que ver el ser y otra que ve el no ser.

Este filósofo definió al ser, otorgándole las siguientes características Parménides también afirmó que el no ser nunca es pensable.
El definió al sr y le dio características “El ser es entero, es decir no puede ser divisible, lo que excluye la multiplicidad. Para admitir
la división del ser tendríamos que reconocer la existencia del vacío, es decir, del no ser, lo cual es imposible”.

Entonces Parménides dice : El Ser Es inmutable, eterno, indivisible, homogéneo e inmóvil, no tiene principio ni fin. El Ser no Es
mayor ni menor, Es idéntico a sí mismo.

Su doctrina se basa en la afirmación de que el Ser Es, que representa una verdad metafísica y lógica según las interpretaciones
históricas; y en la identificación entre el Ser y el pensar. El Ser es increado, imperecedero, no fue ni será porque Es entero en el
instante presente, uno y continuo, no aumenta ni disminuye porque Es completo y está lleno.

Unidad: el ser es uno, no puede ser distinto a esto, de lo contrario deja de llamarse “ser”.

Indivisibilidad: esta característica está relacionada con la anterior, el ser es indivisible y compacto.

Finito: una idea que, posiblemente, tomó de Pitágoras, es que el ser es determinado, finito y esférico. Es decir limitado tanto en su
ser como en su hacer y padecer.

Inmutable: no existe el cambio, por lo tanto si el ser cambia o se mueve deja de Ser.

Ingénito: el ser no puede ser destruido ni engendrado, pues si esto pasara sería creado por un No-ser y tal cosa no existe.

Otro pensamiento:

Parménides considera que todo está compuesto por dos elementos, lo caliente y lo frío y de esta mezcla, presente en los miembros
de los hombres, depende la inteligencia, de estos la naturaleza de cada miembro u órgano lo que en estos percibe.
La forma de la Tierra

Algunos autores atribuyen a Parménides ser uno de los primeros pensadores en sostener la idea de que la Tierra tiene forma
esférica y que se encuentra situada en el centro. Sin embargo, estudios aseguran que fueron otros filósofos quienes tuvieron la
idea por primera vez y que Parménides sólo siguió las líneas generales de la descripción.

Para la creación de sus ideas o pensamientos, Parménides utilizó como guía los testimonios de Pitágoras, lo que podría indicar que
siguió las ideas planteadas por dicho filósofo sobre la forma de la tierra para escribir sobre ello en su obra.

APORTES CIENTÍFICOS:

Inicio de la indagación científica.

Parménides es el primer pensador en darle importancia a la investigación metódica y racional. Expone que para llegar al
conocimiento de un fenómeno existen dos caminos: la verdad y la opinión. Se deben considerar ambos para postular cuestiones
con rigor científico real.

Para Parménides el ente es uno e inmóvil, no hay naturaleza, y la física debe ser suprimida sin preámbulos. Con estos aportes
Parménides sistematiza, por primera vez, la filosofía occidental, haciendo sus primeras reflexiones metafísicas a partir del ser.

Este pensador introduce también la deducción lógica para explicar conceptualmente la realidad a partir de la sola razón, sin apelar
en modo alguno a los sentidos. Luego vendría Aristóteles con su obra el Organon para instaurar la lógica como una ciencia formal.
Parménides fue el primero en sostener la superioridad de la interpretación racional del mundo y en negar la veracidad de las
percepciones sensibles. Claro, esto en desacuerdo y en confrontación con el pensamiento de Heráclito, quien exalta el devenir. Tal
problema continuó sin solución hasta la llegada de Platón y Aristóteles, siendo éste último quien lo resolvió con la teoría del acto y
la potencia. Parménides expone su doctrina, la afirmación del ser y el rechazo del devenir, del cambio. El ser es uno, y la
afirmación de la multiplicidad que implica el devenir, y el devenir mismo, no pasan de ser meras ilusiones: “Ver, oír o sentir no
producen certezas, sino solo creencias y opiniones”.

Es con ello, que Parménides valida la importancia de la investigación metódica y racional para verdaderamente tener la certeza de
los fenómenos y postular cuestiones con verdadero rigor científicoExpone su doctrina a partir del reconocimiento de dos caminos
para acceder al conocimiento: la vía de la verdad y la vía de la opinión. Sólo el primero de ellos es un camino transitable, siendo el
segundo objeto de continuas contradicciones y apariencia de conocimiento. Parménides también afirmó que el no ser nunca es
pensable El fijismo de Parménides se explicó de esta manera: “El ser es entero, es decir no puede ser divisible, lo que excluye la
multiplicidad. Para admitir la división del ser tendríamos que reconocer la existencia del vacío, es decir, del no ser, lo cual es
imposible”.

La continuidad del ser se impone necesariamente, y con ello su unidad. Igualmente, ha de ser limitado, es decir, mantenerse dentro
de unos límites que lo encierran por todos lados. El ser es inmóvil, pues, de lo visto anteriormente queda claro que no puede llegar
a ser, ni perecer, ni cambiar de lugar, para lo que sería necesario afirmar la existencia del no ser, del vacío, lo cual resulta
contradictorio. El universo es, en esencia y en su mayor amplitud, una unidad inmutable infinita en tiempo y en espacio, que está
más allá de la cognición misma, proporcionada por los propios sentidos. Mantenía, a su vez, que nada podía ser afirmado como tal
excepto lo que “realmente era”.

Conclusión: el pensamiento filosófico de Parménides, expuesto en su obra Sobre la naturaleza puede resumirse en una serie de
premisas:

• La realidad es única, y de ella no puede surgir la multiplicidad.

• Negación del cambio. El cambio y el movimiento no pueden existir, son simples ilusiones.

• Primacía de la verdad (o razón) sobre la opinión (o sentidos). La realidad se relaciona con la razón.

• El primer principio no es otro que el Ser: Lo que es, es. Lo que no es, no es.

Parménides es considerado como el primer metafísico y fundador de la ontología, por ser el primero que sitúa al ser o al ente como
principio. Su poema supone, además, un uso de la dialéctica y de la deducción lógica totalmente novedosa en su época.

Hasta la filosofía de Parménides, la pregunta fundamental de la filosofía era sobre el origen del universo. Él es el primero en situar
al Ser como objeto principal del pensamiento filosófico. Este hecho tendrá una gran influencia en la filosofía desarrollada
posteriormente en Grecia y en la historia de la filosofía.

Heráclito de Efeso
Heráclito es el último y más famoso de estos primitivos filósofos era más joven que Pitágoras y jenofanes de quien dicen que
recibió influencias , también lo nombran como el contradictor de Parménides .este nació en el año 535 a. C. fue un filósofo griego
presocrático nativo de Éfeso, ciudad de Jonia, en la costa occidental del Asia Menor (en la actual Turquía y luego parte del Imperio
persa).

Nació en el seno de una familia noble de la gran metrópolis, pero evitó su vida privilegiada ya que Por herencia le pertenecía el
cargo de sacerdote al servicio de Deméter eleusina, convirtiéndose en un filósofo ermitaño autodidacta. En esta misma ciudad
existía el gran templo de la diosa de la fertilidad artemisa, Heráclito denuncio que el culto que en él se realizaba era como susurrar
chismorreos a una cosa vacía y ofrecer sacrificios para limpiar el pecado es como limpiar el barro con barro. Visitaba el templo de
vez en cuando para jugar dados con los niños que allí Vivian.

Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso debido a la naturaleza oracular y paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón
debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona aunque a hasta ahora no existen antecedentes históricos confiables que
respalden el carácter pesimista y tristón de Heráclito.

Para el final de su vida, este se retiró de la civilización a los bosques y allí se alimentaba de hierbas y plantas, por lo que
prontamente enfermó de hidropesía, un padecimiento que consistía en la acumulación de líquido, en algún tejido o cavidad.

Por este motivo regresó a la ciudad, en donde les preguntaba a los médicos sí podrían de la lluvia hacer sequía, pero estos no lo
lograban entender. Por lo que se enterró en estiércol, ya que este suponía que, con el calor, se absorbería la humedad, pero esto
solo aceleró el fatídico final. Heráclito, fallece hacia el año 484 a.C. se cree que, a causa de un edema, él tampoco permanecería,
su cadáver se convirtió en polvo, el líquido de su cuerpo se evaporo y el vapor lo hizo parte de las nubes, se precipitó como lluvia,
fue arrastrado de ríos al mar, y volvió a evaporar, esto es una muestra de que todo permanece en constante cambio.

Los caracteres de cada filosofía son determinados por la naturaleza de sus problemas y en esta la filosofía presocrática está
dominada por el problema cosmológico ve al hombre como parte o elemento de la naturaleza y no como parte de un problema
específico.

Los presocráticos concebían el principal objeto de sus investigaciones filosóficas como compuestos de los elementos sensoriales:
tierra, agua, fuego, aire y demás elementos. Para toda la filosofía natural de los presocráticos es característica la dialéctica de los
elementos lo que alcanzan singular brillantez en Demócrito y Heráclito.

Las filosofías presocráticas tienen como tarea rastrear y reconocer la unidad que hace un mundo, la sustancia para ellos la materia
de la que todas las cosas se componen. La investigación que se encamina al mundo objetivo está necesariamente conexionada
con la del mundo propio del hombre esta conexión resulta en Heráclito cuando plantea el problema del mundo físico unificándolo
con el problema del yo.

Heráclito ha sido visto de diversas maneras como un “monista material o un filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un
metafísico, o principalmente un pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador convencional o un
revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un
oscurantista anti-intelectual”.

El punto de partida de él es la comprobación del incesante devenir de las cosas, según él, el mundo es un flujo perpetuo por ello
decía que “no es posible meterse dos veces al mismo rio ni tocar dos veces una sustancia mortal en el mismo estado”. Heráclito
creía que el mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos (“palabra”, “razón” o “discurso”). También creía que el
cosmos era una transmutación de fuego o la sustancia los mismo son el principio del mundo , en su doctrina el fuego pierde todo
carácter corpóreo es un principio activo inteligente y creador, cita “ este mundo que es el mismo para todos no ha sido creado por
ninguno, sino que fue, es y será eternamente vivo que se enciende según un orden regular y se apaga según un orden también”.

Los fundamentos de una teoría de la naturaleza son presentados por Heráclito como resultado de una sabiduría difícil e ignorada
por muchos hombres, él se lamenta de que los hombres a pesar de haber escuchado el logos se olvidan de ella, tanto que no
saben que hacen despiertos como tampoco saben que hacen dormidos.

El Logos es la palabra, la reflexión, la razón, estas eran las características que Heráclito le plasmaba al Logos, cuando también
pedía que no solo prestaran atención a las palabras que él decía, sino que también prestaran atención a lo que conlleva el Logos,
era incomprensible para el hombre, a pesar de siempre estar presente. Para Heráclito, a pesar de que todo fluía, también poseía
un orden específico que seguir, y el Logos era parte de ese camino a seguir. Permitía que existieran y fueran posibles las
relaciones entre la naturaleza, los elementos de esta, el alma, etc. Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada
uno y hay posibilidad en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio. Teólogos durante los siglos han identificado el
Logos de Heráclito con Dios.

Heráclito es un filósofo de la investigación con el alcanza por primera vez conciencia la investigación de la naturaleza y de sus
supuestos. La misma naturaleza que le exige la investigación en torno a ella se le abre el más vasto del horizonte, si no esperas no
hallas lo inesperado dice. Para este la investigación tiene condiciones:

• La primera es la observación del hombre así mismo, luego la investigación al mundo natural que está condicionada por la
luz que el hombre puede lanzar sus propio ser.

• La segunda y la fundamental es la comunicación entre los hombres y el pensamiento es común a todos, es así como el
hombre como hombre debe dirigir la investigación hacia sí mismo y a todo aquello que lo vincula a los demás.

DOCTRINAS

Heráclito es conocido como “el Oscuro”, por su expresión lapidaria y enigmática sostuvo que el fundamento de todo está en el
cambio incesante. El ente deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa.
Es común incluirlo entre los primeros filósofos físicos que pensaban que el mundo procedía de un principio natural (como el agua
para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes ), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este principio es el
fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una metáfora. El principio del fuego refiere al movimiento y cambio
constante en el que se encuentra el mundo. Esta permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La
contradicción está en el origen de todas las cosas.

Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos,
pues el fuego solo se mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia. Algunos autores como
Aristóteles, interpretaron el fuego de Heráclito como el padre de la realidad, siendo eterno donde todas las cosas son mutaciones
del fuego. Sin embargo, la lectura monista del fuego es difícil por su doctrina del cambio. El fuego es más un símbolo del cambio.
Proporciona un estándar de valor para otras cosas, pero no es idéntico a ellos. Dijo que tanto Dios como el fuego son “querer y
excederse”. Por “Dios”, Heráclito no declaraba la versión cristiana de un solo Dios como motor inmóvil de todas las cosas, Dios
como Creador, porque el universo es eterno, “siempre fue y será”; pero lo divino se opone a lo humano; lo inmortal frente a lo
mortal, lo cíclico frente a lo transitorio. Podría decirse que es más preciso hablar de “lo Divino” y no de “Dios”.
Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica e indagadora. La mera acumulación de saberes no
forma al verdadero sabio, porque para Heráclito lo sabio es uno y una sola cosa, esto es, la teoría de los opuestos, interpretación
que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien dialéctico. Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas opuestas
son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo. “La discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de
concordancia, armonía y unidad de las propias cosas. El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y
los asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer…) que dan sentido y riqueza a la existencia. En una metáfora y
uno de los primeros usos de una fuerza en la historia de la filosofía, Heráclito compara la unión de los opuestos con un arco o lira
ensartada en forma por un equilibrio de la tensión de la cuerda

La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas, haciendo que exista una identidad o una idea
universal concreta basada en la diferencia.

Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su filosofía se basa en la tesis del flujo universal de
los seres: todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: La guerra es el padre de todas las cosas

En las aportaciones de Heráclito para la guerra, a nivel filosófico y político, era un acontecimiento fundamental para continuar el
orden cósmico natural, al dar desarrollo a este tema, reflejaba otros conceptos anteriormente dados por él, como el de la dualidad y
la oposición. Gracias a la guerra, el hombre podía saber si era superior, si poseía las características necesarias para ser
considerado así, un ser capaz de dirigir, de ser jefe, o si simplemente estaría condenado para ser todo lo contrario, un esclavo.

De esta manera se desarrolló lo que serían los ideales éticos que debía poseer el hombre, es decir las conductas o acciones que
debía tener el hombre para continuar con la vida individual en la sociedad, para posteriormente esta ideología de Heráclito ser
tomada por otros filósofos, y darle estudio y reflexión al campo ético.

A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen,
sino que forman una unidad armónica. Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea el fuego, como él mismo lo adelanta
en sus fragmentos. La historiografía filosófica impuso un Heráclito con un primitivo empirismo al sostener la evidencia del cambio
experimentado por los sentidos. Sin embargo, Heráclito advirtió que la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los
hombres que tienen almas bárbaras. El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía omnipresente tal como se
encarna en la variedad de la percepción.

Obras

Su principal obra se tituló “De la naturaleza” esta obra se dividía en tres partes o tres secciones importantes, que eran el universo,
la política y la teología, pero lo que hemos podido ver nosotros ha llegado de forma fragmentada, en citas, referencias o
comentarios de otros autores. Estos fragmentos, permiten observar, sin embargo, un pensamiento completo, y que a su vez
demuestra que su estilo fue oracular, es decir que, algo dicho por algún ser superior en conocimiento. Por lo que surgió la idea de
que posiblemente Heráclito, no escribió ningún libro, si no que todas las enseñanzas las dio de manera oral, y que sus sucesores
se encargaron de recoger todos los datos fundamentales. Por lo que así, resulta un poco más complicado descifrar su
pensamiento.

La obra de Heráclito se considera aforística, es decir, que todo lo expresado allí pretende tener un principio breve y preciso, lógico y
de apariencia cerrada. Todas sus creencias provienen de la escuela jónica de la filosofía griega En otra de las obras de Heráclito,
fue bastante crítico en cuanto a las ceremonias religiosas llevadas a cabo en su época. Sin embargo, su pensamiento ha logrado
permanecer a lo largo de la historia, mucho más de 2500 años, pues esto se debe a su creencia en el no ser de las cosas, en el
devenir, en la constante lucha que los opuestos mantenían.

En la visión cósmica de Heráclito, solamente existía el movimiento constante de las cosas, aunque sin ninguna referencia sensible,
él al igual que muchos pensadores de la época, era materialista, pero también creía en diversos dioses, hecho que actualmente se
considera contradictorio. Parménides contradice todo lo que Heráclito pensaba, ya que este niega el movimiento, pero al igual que
Heráclito sin ninguna referencia sensible, por lo que si pensarlo, concuerdan

Frases: A continuación, se dan a conocer algunas de las frases célebres que Heráclito tuvo la oportunidad de decir mientras estuvo
en vida:

• El sol es nuevo cada día.

• No hay nada permanente excepto el cambio.

• No puedes pisar dos veces el mismo río, porque no es el mismo río y él no es el mismo hombre.

• El carácter es el destino.

• Los grandes resultados requieren grandes ambiciones.

• Nada resiste excepto el cambio.


• Mucho aprendizaje no enseña el entendimiento.

• El tiempo es un juego jugado muy bien por los niños.

• Ojos y oídos son malos testigos para las personas si tienen almas incultas.

• ¿Cómo te puedes ocultar de lo que nunca desaparece?

• Nuestra envidia siempre dura más que la felicidad de aquellos a los que envidiamos.

• La abundancia de conocimiento no enseña a los hombres a ser sabios.

• El pensamiento es una enfermedad sagrada y la vista es engañosa.

• Ha de luchar el pueblo por su ley, igual que por su muralla.


• El buen carácter no se forma en una semana o un mes. Se crea poco a poco, día a día. Se requiere un esfuerzo paciente
para desarrollar un buen carácter.

• Todos tienen la posibilidad de ser sabios, pero sus contemporáneos viven como adormecidos.

• Dios es día y noche, invierno y verano, guerra y paz, saciedad y hambre.

• Los hombres despiertos no tienen más que un mundo, pero los hombres dormidos tienen cada uno su mundo.

• Los perros ladran a lo que no entienden.

• Todas las leyes humanas se alimentan de la ley divina.

• No está bien ocultar la propia ignorancia, sino descubrirla y ponerle remedio.


• La vida tiene el nombre de vida, pero en realidad es muerte.

• Los que buscan oro excavan mucha tierra y encuentran poco.

• Hay que seguir lo que es común, pero si bien el logos es común, la mayor parte de los hombres viven como si tuviesen
una sabiduría privada.

• Los que duermen son obreros y artesanos de lo que ocurre en el cosmos.

• Una vez nacidos, quieren vivir y alcanzar su destino, pero más bien descansar, así que dejan tras de sí para que
alcancen su destino.

• Es necesario saber que la guerra es común y la justicia discordia, y que todo sucede según discordia y necesidad.

• Los que aman la sabiduría deben investigar muchas cosas.

• Inmortales, los mortales; mortales, los inmortales; viviendo unos la muerte de aquéllos, muriendo los otros la vida de
aquéllos.
• No vayamos conjeturando azarosamente sobre los temas más importantes.

• A todo hombre le es concedido conocerse a sí mismo y meditar sabiamente.

• Es necesario que los filósofos se informen de muchísimas cosas.

• Los hombres intentan purificarse manchándose de sangre. Es como si, después de haberse manchado con barro,
quisieran limpiarse con barro.

• Son distintas la aguas que cubren a los que entran al mismo río.

• No encontrarás los confines del alma ni aun recorriendo todos los caminos; tal es su profundidad.

• Lo contrapuesto concuerda, y de los discordantes se forma la más bella armonía, y todo se engendra por la discordia.
• La enfermedad hace buena y agradable la salud, el hambre a la saciedad, el trabajo al reposo.

• Este cosmos, que es el mismo para todos, no ha sido hecho por ninguno de los dioses ni de los hombres, sino que
siempre fue, es y será un fuego eterno y vivo que se enciende y se apaga obedeciendo a medida.

• Una vez nacidos, quieren vivir y alcanzar su destino, pero más bien descansar, así que dejan tras de sí para que
alcancen su destino.

• Es prudente escuchar al logos, no a mí, y reconocer que todas las cosas son uno.

• Lo sabio es la meta del alma humana y, a medida que se avanza en sus conocimientos, va alejando a su vez el horizonte
de lo desconocido.

• No hagas reír hasta el punto de dar motivo a la risa.

• Porque sin fuerzas de colisión no hay movimientos y no hay realidad.

• Los médicos cortan, queman, torturan. Y haciendo a los enfermos un bien, que más parece mal, exigen una recompensa
que casi no merecen.
• El modo de ser humano no comporta capacidad de juicio; el divino sí la comporta.

• La guerra es el padre y el rey de todas las cosas.

• Ningún hombre se para en el mismo río dos veces, pues nunca es el mismo río y nunca es el mismo hombre.

• Incluso un alma sumergida en un profundo sueño trabaja duro y ayuda para hacer algo en el mundo.

• De cada cien hombres, 10 ni siquiera deberían estar allí, 8 son sólo carne de cañón, nueve son los verdaderos
luchadores y somos afortunados de tenerlos, pues ellos darán batalla; ah, pero uno, uno es un guerrero; y él traerá de
vuelta a los demás.

• La sabiduría es hablar con la verdad y actuar en pos de ella.

• El carácter de un hombre es su destino.


• Somos más nosotros mismos cuando asumimos la seriedad con la que el niño juega.

• Si no esperas lo inesperado nunca lo encontrarás.

• Los hombres que desean saber del mundo deben aprender de él en detalle.

• Es difícil contener el deseo del corazón, ya que, cualquiera que sea el precio, lo paga con pedazos del alma.

• Hacer lo mismo una y otra y otra vez no es sólo aburrimiento, es ser controlado por lo que haces en lugar de controlar lo
que haces.

• ¿Cómo puedes esconderte de aquello que nunca se marcha?

• Es en el cambio que encontramos el propósito.

• Permítete a ti mismo pensar únicamente esos pensamientos que se atañen a tus principios y traen consigo la luz del día.
• De las diferencias nacen las más hermosas armonías.

• Todas las cosas fluyen, y ese flujo está sujeto a una corriente unificadora o principio racional.

• LOGOS, la armonía oculta detrás de todos los cambios.

• El contenido de tu carácter es tu elección.

• Día tras día, lo que elijes, lo que piensas y lo que haces; es en lo que te conviertes.

• Sin injusticia, la palabra justicia significaría ¿qué?

• ¿Qué son los hombres? Dioses mortales.

• El camino hacia arriba y el camino hacia abajo, son el mismo.


• Tener todo lo que quieres no es bueno. Las enfermedades hacen que la salud sepa mejor.

• Incluso aquello que los de más grande reputación por saberlo todo defienden, no son más que opiniones.

Filósofo Anaxímenes

Anaxímenes nació en torno al 585 a.C. en la ciudad de Mileto y murió sobre el año 525 a.C.

Como buen filósofo de aquel tiempo, fue también matemático y astrónomo.

Siguiendo la línea de su maestro Anaximandro y Tales, Anaxímenes se centra en buscar el arjé o principio de todas las cosas, el
principio y sustancia de todas las cosas va a estar en el aire.

Para Anaxímenes, el aire era la substancia básica y originaria del mundo. Ese aire cambia por condensación y por rarefacción.
Anaxímenes escogió el aire como principio originario, (arjé) de donde procede todo, debido a que podía convertirse en cualquiera
de los otros elementos del mundo, como mar o tierra, sin perder su propia naturaleza. Simplemente se condensaba o se rarificaba
pero conservando siempre su identidad. Con este planteamiento, Anaxímenes creía resolver las objecciones que Anaximandro
había hecho a Tales y que le había impulsado a postular como principio originario a algo indefinido.
Anaxímenes representa un paso atrás frente a Anaximandro al proponer como arjé a algo sensible (aire), aunque, por otro lado,
singifica un progreso ya que con Anaximandro la unidad de lo indefinido estaría en entredicho a partir de su posición frente a la
separación de los contrarios. Lo que sucede es que, después de haber analizado el pensamiento de Anaximandro, la realidad
parece ser distinta: hemos visto, por un lado, que es muy posible que Anaximandro se representara lo ápeiron (aún siendo
indefinible) como una realidad sensible, con lo que Anaxímenes no representaría un paso atrás frente a él; por otro lado, la
separación de los contrarios no surge a partir de lo indefinido mismo, sino a partir de un vórtice que es realmente la causa de la
aparición de los elementos. De este modo, la unidad de lo apeiron parece quedar salvada. Por lo tanto, Anaxímenes, tampoco
representaría una paso adelante.

¿Cuál era la naturaleza del aire, según Anaxímenes?

Entre las caracterísiticas esenciales que Anaxímenes atribuía al aire serían de destacar las siguientes:

El aire tenía una extensión indefinida y, por ello, sería algo que circunda todas las cosas. Anaxímenes el aire tiene el significado de
Pneuma, es decir, aire-aliento, con lo que el alma estaría emparentado con esta concepción. Por todo ello, parece que para
Anaxímenes aer no era sinónimo de neblina sino, como supuso Heráclito, aire invisible atmosférico.

Este aire invisible atmosférico adoptaría, sin dejar de ser aire, diferentes formas según sea aire rarificado o aire condensado.

El aire es la única causa material del movimiento. No haría falta postular más ya que defendía que el principio originario (ser con
vida, eterno, inmortal y gobernador del mundo) podía cambiar en lo que quisiera y cuando quisiera.

Anaxímenes parece creer tambien en formas básicas que derivan de aire, como el fuego, el viento y las nubes, y que las cosas se
componían de tales elementos. Si ello fuera cierto, entonces, Anaxímenes, defendería la existencia de distintos elementos que
componen los objetos.
El aire tiene carácter divino, es decir, es inmortal y eterno. Incluso los dioses procedían de ese aire primigenio. En este sentido,
Anaxímenes, sería un precursor de Jenófanes y de Heráclito en su crítica a los dioses tradicionales. El carácter divino del aire hace
que su poder penetre completamente los cuerpos lo que nos recuerda al pensamiento de los estoicos. Incluso algunos autores
(como Burnet) identifican a los dioses de Anaxímenes con los mundos innumerables, aunque existen muy pocas informaciones al
respecto.

¿Por qué Anaxímenes escoge como principio originario el aire y no otro de los elementos (agua, fuego, tierra)?

Es importante notar que Anaxímenes compara el aire cósmico con el pneuma (aliento), al que, tradicionalmente, se le considera
como sinónimo de alma-aliento (psyjé) dadora de vida. En este sentido, parece que Anaxímenes consideró el aire como el aliento
del mundo y, en consecuencia, como su fuente eterna y divina.

Por otro lado, le parecia tambien que el aire poseía alguna característica de lo ápeiron (indefinido) de Anaximandro. Y es que el
aire parece no estar caracterizado por ningún opuesto en particular, lo que le convertiría en algo cercano a lo indefinido. Además, el
aire tenía la ventaja, frente a los otros elementos, de ocupar una vasta región del universo.

El aire, mediante los procesos de rarefacción y condensación se transforma en todas las demás cosas, siendo imperecedero.

Anaxímenes pensaba que asi como nuestra alma, que es aire, nos mantiene unidos, de la misma manera el viento (o aliento)
envuelve todo el mundo.

Esta sustancia, afirmaba, se transforma en las demás cosas a través de la rarefacción y la condensación. La rarefacción genera el
fuego, mientras que la condensación, el viento, las nubes, el agua, la tierra y las piedras; a partir de estas sustancias, se crean el
resto de las cosas.

Una dilatación, o reducción de la presión y la densidad de un medio a medida que las moléculas son desplazadas por una onda P.
A medida que las ondas P atraviesan la Tierra, ésta experimenta fenómenos de compresión y expansión.

Ofrece además un mecanismo de explicación de la generación de las cosas a partir de otro elemento distinto de ellas: la
condensación y la rarefacción. Por condensación del aire, dice Anaxímenes, se forman las nubes; si las nubes se condensan, se
forma el agua; la condensación del agua da lugar a la constitución de la tierra, y la condensación de la tierra da lugar a la
constitución de las piedras y los minerales. El proceso inverso lo representa la rarefacción: piedra, tierra, agua, nubes, aire y, por
último, la rarefacción del aire produciría el fuego.
Ahora bien, de lo que que no hay duda, es que Anaxímenes se planteó el problema de la unidad del Arjé. Observó que los cuerpos,
al calentarse se dilatan, y, al enfriarse se contraen. Ello le llevó a concluir que este par de opuestos no eran tal sino una misma
cualidad que se manifiesta distintamente según las condiciones. Pues bien, estas observaciones le llevaron a pensar que el aire al
dilatarse (rarefacción) produce lo caliente (fuego) y al condensarse (condensación) produce agua y tierra, y, todo, ello sin dejar de
ser aire. De este modo creía superar las críticas que Anaximandro había dirigido a Tales y, con ello, poder proponer de nuevo como
principio originario a uno de los cuatro elementos visibles de la naturaleza.

Mediante los procesos de condensación, el aire formaba los cuerpos celestiales como nubes; estas, el agua, y una combinación de
todo formaba la tierra. El proceso contrario, la rarefacción, permitía originar el fuego a partir del mismo aire.

Con su teoría de la condensación y la rarefacción el aire, Anaxímenes, abandona la tesis de Anaximandro acerca de la presencia
de opuestos y contrarios dentro del mundo y, por ello, no hace referencia a las ideas de injusticia y retribución en el mundo natural.
De todos modos, curiosamente, creó un nueva pareja de opuestos, como son, lo raro y lo denso.

Por condensación del aire, dice Anaxímenes, se forman las nubes; si las nubes se condensan, se forma el agua; la condensación
del agua da lugar a la constitución de la tierra, y la condensación de la tierra da lugar a la constitución de las piedras y los
minerales.
COSMOGONIA DE ANAXIMENES

La concepción de Anaxímenes, sobre la formación del mundo, podría resumirse del modo siguiente:

Explica la formación del mundo, claro está, a partir de la existencia del aire indiferenciado.

La tierra (de la que hablaremos en la cosmología) nace de la condensación de una parte del aire primigenio indefinidamente
extenso. No sugiere ninguna razón que explique esa condensación inicial, salvo, tal vez, la del movimiento eterno que expresaría la
capacidad de la materia substancial originaria y divina de iniciar un cambio allí donde quisiera.

Por su parte los cuerpos celestes nacen, en cierto sentido, a partir de la tierra, en tanto en cuanto proceden del vapor húmedo
exhalado o que se evapora de ella (de sus partes húmedas). Al rarificarse se convierte en fuego, del que e En relación con los
fenómenos metereológicos, Anaxímenes, afirma, del mismo modo que Anaximandro, que los truenos y relámpagos tienen su origen
en el viento. Las nubes, la lluvia y el granizo se deberían a la condensación de aire. Aristóteles nos describe detalladamente cómo
Anaxímenes explicaba el origen de los terremotos y en donde, curisamente, el aire no desempeñaba función alguna. Están
compuestos los cuerpos celestes.
COSMOLOGÍA DE ANAXÍMENES

Sus ideas sobre la estructura del mundo podrían resumirse, tambien, del modo siguiente:

Anaxímenes pensaba que la tierra era ancha, plana y poco profunda – semejante a una mesa – y que estaba sostenida sobre el
aire, al modo en que las hojas flotan sobre tal aire. Esta idea era una adaptación a la teoría de Tales de que la tierra flotaba sobre
el agua. Aristóteles sugiere que la causa que explica que el aire pudiera actúar como soporte residiría en el el aire, situado bajo la
tierra, estaría comprimido y no podría escaparse. Pero no parece ser esta la idea de Anaxímenes para el cual el aire circundante
era absolutamente ilimitado, lo que parece implicar que si sostenía la tierra ello se debía a su indefinida profundidad. No hay que
olvidar que Teofrasto utiliza el término epojeiszai: cabalga sobre el aire. Al mismo tiempo la tierra estaría en reposo porque el aire lo
cubre como una tapadera. Esta expresión es una modificacón de la referencia platonica en el Fedón en donde un físico anónimo
afirma que puso como soporte la tierra, semejante a una artesa, el aire debajo de ella.

Los cuerpos celestes surgirían a partir del vapor que procedía de la tierra el cual acabaría por convertirse en fuego por un
proceso de rarefacción. Al igual que la tierra, cabalgan sobre el aire. Sin embargo, puesto que los cuerpos celestes se componen
de fuego, y éste es más difuso que el aire, existe una dificultad que no parece haber tenido en cuenta Anaxímenes, cuando hace
descansar a tales cuerpos, formados de fuego, sobre el aire.

Los movimientos del sol y de los cuerpos celestes se deben a los vientos (aire ligeramente condensado). Sin embago, cuando
afirma que los astra (que podrían significar, o bien todos los cuerpos celestes, las estrellas fijas y los planetas, o solamente
estrellas fijas) están prendidos, como si fueran clavos, de la superficie externa y cristalina de los cielos, y no flotan libremente; es
evidente que esta concepción unicamente podría aplicarse a las estrellas fijas ya que el concepto de una superficie sólida externa
de los cielos, es algo ajeno a su cosmología. Aecio afirma que Empédocles decía que las estrellas fijas estaban atadas al cristalino
cielo, mientras que los planetas estaban libres. Es muy posible que esta concepción (propia de Empédocles) fuera transmitida
erroneamente a Anaxímenes. Esta suposición se vería refrendada por algunos textos, en donde se hace referencia a que el sol es
plano como una hoja y, por lo tanto, flotante y no clavado al cristalino cielo.

Además, según Anaxímenes, los cuerpos celestes no pasarían por debajo de la tierra ( como sucedía en las imágenes
prefilosóficas del cosmos, en donde, el sol, al menos, flotaba en torno al río océano en dirección norte) sino que se mueven a su
alrededor, como un gorro de fieltro que gira alrededor de nuestra cabeza.

Anaxímenes pareció defender tambien la imagen ingenua de que son las partes más altas de la tierra las que nos ocultan el sol.
Y es que si el sol no pasa por debajo de la tierra, como parece que defendía, entonces se hacía necesario explicar porque no es
visible por la noche.

Ahora bien, ¿a qué se refiere cuando habla de las partes más altas? ¿a las montañas del norte, las míticas montañas ripeas o la
inclinación de la tierra sobre su eje horizontal? Esta última es la explicación de Anaxágoras, Leucipo o Diógenes, influenciados por
la cosmología de Anaxímenes. Partiendo de esta teoría, el sol las estrellas girarían sober la semiesfera pasando por el borde norte
superior de la tierra, pero no por debajo de su eje horizontal. No parece ser este el pensamiento de Anaxímenes. Aristóteles
sostiene que muchos de los astrónomos antiguos sostuvieron la teoría de las partes más altas, y que relacionaban estas partes
más altas con la elevación de la tierra por el norte, con lo que se estarían refiriendo a las cadenas montañosas de dicha zona. En
resumidas cuentas, en este punto, Anaxímenes, parece que aceptó la concepción ingenua del mundo purificándola unicamente en
sus detalles mitológicos más obvios como era la del cuenco dorado del sol.

Existen textos que nos transmiten la idea de que Anaxímenes postuló la existencia de cuerpos celestes invisibles para explicar
los eclipses. Por su parte, Diógenes de Apolonia postuló tambien la existencia de dichos cuerpos para explicar la existencia de
meteoritos como el caido en Egospótamo en el 467 a de Cristo. Es muy posible que la confusión proceda de aquí, aunque lo cierto
es que Diógenes no se refiere a los eclipses sino a los meteoritos.
Ahora bien, si todo lo dicho es correcto:

¿Cómo interpretar la expresión atribuida a Anaximenes anteriormente acerca de que el aire es como el alma que mantiene unido
todo el cosmos?

Una posible interpretación: el aire (aliento) rodea el mundo entero de la misma manera que nuestra alma, que tambien es aliento,
gobierna y mantiene unido nuestro cuerpo.

Otra interpretación defiende que, en vez de aer (aire), Anaxímenes pudo haber usado el término pneuma

Sería el principio vital o motriz del hombre. Tambien se manifestaría en el mundo exterior bajo la forma de viento. En definitiva, el
principio vital del mundo exterior sería pneuma lo que implicaría que el viento-aliento-aire serían sinónimo de vida y ésta sería la
causa motriz y substancia de la todas las cosas.
En consecuencia, la concepción de Anaxímenes acerca del aire como principio originario se podría RESUMIR de este modo: el
principio originario es el aire. Este actua en el universo de un modo parecido al pneuma (aliento-vida) en relación con el cuerpo. Del
mismo modo que el pneuma posee (ejei) el cuerpo para darle vida y gobernarlo, así tambien el aire (aliento del mundo) posee (ejei)
a éste para darle vida y gobernarlo. No hay que olvidar que los milesios consideraban al universo como un ser vivo, como una
especie de enorme organismo animal. En este sentido, la mención del alma, como aliento (pneuma), es muy importante ya que es
la primera manifestación de orden psicológico que se nos ha transmitido dentro del campo de los presocráticos, y ello, a pesar de
que la concepción del alma como aliento (pneuma) pertenecía a una vieja tradición popular.

Existía tambien una tradición popular que consideraba que el alma estaba compuesta de aire y que llenaba también el cielo exterior
de que el hombre y el mundo exterior están hechos del mismo material y se comportan de acuerdo a cánones semejantes.

CALVINISMO

Fue un sistema doctrinal basado en las enseñanzas de Juan Calvino quien nació en 1509 y murió en 1564. Calvino fue un teólogo
muy influyente en la reforma protestante.

Los calvinistas ponen énfasis en la autoridad de Dios y no en la Iglesia. Es una doctrina religiosa protestante que afirma la
soberanía, gracia y trascendencia de Dios, la predestinación, el pecado original y la autoridad de los textos bíblicos, pero rechaza el
resto de la tradición eclesiástica.

¿Qué ideas defiende la doctrina calvinista?


El calvinismo enfatizo la soberanía de Dios, la Biblia como única regla de fe. La doctrina de la predestinación y la justificación solo
por la fe. Solo algunos hombres están predestinados por Dios para alcanzar la salvación ya que su fe renacerá por el Espíritu
Santo, mientras todos los demás serán condenados.

¿Qué ideas plantea Juan Calvino en su reforma protestante?

Calvino también pensaba que no debían existir ni sacerdotes ni obispos y que los jefes religiosos debían ser pastores elegidos por
la Congregación, pera la teoría religiosa más importantes que Calvino predico, producto de su libre examen e interpretación de la
Biblia, es la predestinación.

Dentro de sus principios está el de declarar una creencia absoluta en Dios y su soberanía.

Igualmente, a diferencia de la religión católica, para el Calvinismo, la salvación no es el resultado de la acumulación de obras
buenas por parte del hombre, sino que se consigue simplemente por la fe en la gracia divida de Dios.

Así mismo, el Calvinismo asume que Dios es soberano, omnipotente, y tiene competencia en todos los ámbitos de la vida humana,
es decir en el plano físico, intelectual, emocional y económico, tanto en la Tierra como en el Cielo. De esta forma, el plan de Dios se
trabaja en todos los aspectos de la vida.

En sintonía con lo anterior, de acuerdo al Calvinismo, el hombre depende totalmente de Dios, así mismo todo rincón de su vida, al
tiempo que se trabaja la fe y a Dios en cada momento, desde las cosas triviales de la vida, hasta el hecho de comulgar.

Así mismo, el Calvinismo se caracteriza por tener una base teológica, basada en cinco grandes preceptos, que son conocidos
como los “Cinco Puntos del Calvinismo”. De acuerdo a la Historia de la religión, estos principios son basados en la respuesta de
Sínodo de Dort a la Protesta Arminiana. Estos preceptos calvinistas serían los siguientes:
La depravación total del hombre: según esta religión protestante, motivo del pecado original de Hombre, cada persona sobre la
tierra vive esclavizada por el pecado. Es decir, que naturalmente las personas no están preparadas o dispuestas a Amar a Dios,
prefiriendo el bien egoísta y personal, y siendo incapaces de escoger por voluntad propia el seguir a Dios.

Elección incondicional: debido a esto, ninguna persona cuenta con el mérito suficiente para ser salvada por Dios, sino que éste en
ejercicio de su Señorío y Misericordia escoge quién será salvo.

Expiación limitada: igualmente, el Calvinismo sostiene dentro de sus preceptos de fe que Dios escogió antes de la creación del
mundo a los que serían salvos, enviando a Cristo para salvar sólo a estos elegidos, por lo que la expiación de la culpa no fue ni
será para todos, de acuerdo a esta fe protestante.

Gracia irresistible: así mismo, el Calvinismo pregona que la salvación de un individuo se realiza a través de la Santísima Trinidad,
donde cada una de las tres personas divinas cumple con una misión. De esta forma, Dios (padre) eligió antes de la fundación del
mundo a los salvos; por su parte Cristo (hijo) vino al mundo a materializar esta salvación, y el Espíritu Santo, el cual es el
encargado de convocar y preservar a los santos, escogidos desde el principio por el Padre. En este sentido, el Calvinismo dice que
el hecho de la salvación no podrá ser evadida por la persona elegida por Dios desde el principio de los tiempos, quien en algún
momento de su vida será tocado por la misión salvadora de Jesucristo, lo cual activará su fe, y lo hará ceñirse al camino de Dios.

Preservación de los Santos: por otra parte, el Calvinismo afirma que si un elegido ha recibido el llamado del Espíritu Santo, la fe
despertará en él, y no podrá renunciar a ella. Así mismo, esta fe indica que si Dios escogió a un santo, nada podrá estar contra su
voluntad, por lo que esta persona no se perderá, sino que se mantendrá bajo la sombra de la fe, pues ha sido la decisión de Dios
desde los inicios del mundo. Bajo la lógica de la teología calvinista, Dios cumplirá su propósito sin que haya lugar a falla.

PLATÓN

Arístocles de Atenas, apodado Platón («el de anchas espaldas»), nace, probablemente, el año 428-427 a.C. en Atenas, o quizás en
Aegina. Pertenecía a una familia noble. Su padre, Aristón, se proclamaba descendiente del rey Codro, el último rey de Atenas. Su
madre Períctiona, descendía de la familia de Solón, el antiguo legislador griego. Era además hermana de Cármides y prima de
Critias, dos de los treinta tiranos que protagonizaron un golpe de estado oligárquico el año 404. Platón tuvo dos hermanos, Glaucón
y Adimanto, y una hermana, Potone. A la muerte de Aristón, Períctina se casó con su tío Pirilampo, amigo y partidario prominente
de Pericles, con quien tuvo otro hijo, Antifón.

Platón tuvo una educación esmerada en todos los ámbitos del conocimiento. Es posible que se iniciara en la filosofía con las
enseñanzas del heracliteano Cratilo. A los veinte años (407) tiene lugar el encuentro con Sócrates: acontecimiento decisivo para
Platón. Sócrates contaba entonces 63 años y se convertirá en su único maestro hasta su muerte. Platón abandonó su inicial
vocación política y sus aficiones literarias por la filosofía, atraído por Sócrates: fue su discípulo desde los veinte años y se enfrentó
abiertamente a los sofistas Tras la condena a muerte de Sócrates (399 a. C.), huyó de Atenas y se apartó completamente de la vida
pública; no obstante, los temas políticos ocuparon siempre un lugar central en su pensamiento, y llegó a concebir un modelo ideal
de Estado.

Viajó por Oriente y el sur de Italia, donde entró en contacto con los discípulos de Pitágoras; tras una negativa experiencia en
Siracusa como asesor en la corte del rey Dionisio I el Viejo, pasó algún tiempo prisionero de unos piratas, hasta que fue rescatado
y pudo regresar a Atenas. Allí fundó en el año 387 una escuela de filosofía, situada en las afueras de la ciudad, junto al jardín
dedicado al héroe Academo, de donde procede el nombre de Academia. La Academia de Platón, una especie de secta de sabios
organizada con sus reglamentos, contaba con una residencia de estudiantes, biblioteca, aulas y seminarios especializados, y fue el
precedente y modelo de las modernas instituciones universitarias.

En ella se estudiaba y se investigaba sobre todo tipo de asuntos, dado que la filosofía englobaba la totalidad del saber, hasta que
paulatinamente fueron apareciendo (en la propia Academia) las disciplinas especializadas que darían lugar a ramas diferenciadas
del saber, como la lógica, la ética o la física. Pervivió más de novecientos años y en ella se educaron personajes de importancia
tan fundamental como su discípulo Aristóteles.

Platón murió a los 80 años de edad, dedicándose en sus últimos años de vida a impartir enseñanzas en la Academia de su ciudad
natal. Tras su muerte, dicha institución estuvo al cargo de su sobrino Espeusipo. Durante varios siglos, la “Antigua Academia” fue
abandonando el platonismo, dando un giro filosófico hacia el escepticismo en la “Nueva Academia” (hasta que Justiniano la mandó
cerrar en el 529 d. C.),

Obras de Platón
A diferencia de Sócrates, que no dejó obra escrita, los trabajos de Platón se han conservado casi completos. La mayor parte están
escritos en forma dialogada; de hecho, Platón fue el primer autor que utilizó el diálogo para exponer un pensamiento filosófico, y tal
forma constituía ya por sí misma un elemento cultural nuevo: la contraposición de distintos puntos de vista y la caracterización
psicológica de los interlocutores fueron indicadores de una nueva cultura en la que ya no tenía cabida la expresión poética u
oracular, sino el debate para establecer un conocimiento cuya legitimación residía en el libre intercambio de puntos de vista y no en
la simple enunciación.

Los veintiséis diálogos platónicos probadamente auténticos pueden clasificarse en tres grupos. Los diálogos del llamado período
socrático (396-388),que revelan claramente la influencia de los métodos de Sócrates y se distinguen por el predominio del
elemento mímico-dramático: comienzan abruptamente, sin preámbulos preparatorios.

Dentro de los diálogos del siguiente período, llamado constructivo o de transición ,se toca el tema de la inmortalidad del alma, el
amor; La República, el texto platónico más sistemático, fruto de largos años de trabajo, que presenta tres líneas principales de
argumentación (ético-política, estético-mística y metafísica) combinadas en un todo; estos diálogos, en los que se muestra en su
apogeo la fuerza expresiva de Platón, no son ensayos filosóficos propiamente dichos, sino obras literarias que tratan temas
filosóficos, y por ello no se limitan a un solo tema o asunto.

Los diálogos del período tardío o revisionista, por último, fueron escritos a partir del momento de la fundación de la Academia. Si
bien carecen de los méritos dramáticos y literarios que caracterizaron a los diálogos precedentes, presentan en cambio una mayor
sutileza y madurez de juicio, ya que en ellos se expresa más el pensador decidido a presentar la definitiva exposición de su
pensamiento filosófico que el artista. Intenta adaptar más a la realidad su doctrina del Estado ideal, tomando como referencia las
constituciones y legislaciones de varias ciudades griegas.

La filosofía

El conjunto de la obra de Platón, cuya producción abarcó más de cincuenta años, ha permitido formular un juicio bastante seguro
sobre la evolución de su pensamiento. De las obras de juventud consagradas a las investigaciones morales (siguiendo el método
socrático) o a la defensa de la memoria de Sócrates, pasó Platón a desarrollar sus ideas filosóficas y políticas en los diálogos
constructivos o sistemáticos,

Es posible que el pensamiento platónico tuviese una amplia gama de elementos teológicos o religiosos. Esta religión fue
seguramente adoptada de Sócrates y debe tener relación con el juicio (debido a que en la exposición de motivos al castigo se
encuentran el corromper a la juventud y la asebeia. Traer nuevos dioses y negar los ya existentes).

En cuanto al conocimiento Platón distingue varios grados, Él diferenciaba entre: doxa y episteme.

Doxa (opinión o aparición) la percepción del mundo sensible, camino entre lo verdadero y la ignorancia. Ya que no posee
verdadera entidad, tampoco puede haber auténtico conocimiento sino mera opinión. A su vez la opinión tiene dos modos: divide en
creencias y conocimiento de la apariencia o imaginación.

Episteme (ciencia) es el verdadero conocimiento, que viene de la verdadera realidad inmutable de las Ideas. Tiene como objeto la
realidad inteligible, el ser perfecto e inmutable: las ideas.

Todo ello se resuelve en un verdadero sistema filosófico de gran alcance ético basado en la teoría de las Ideas.

El mito de la caverna es una alegoría expresada en el libro VII de la Republica de Platón, se trata de un diálogo escrito por Platón,
en el que su maestro Sócrates y su hermano Glaucón hablan sobre cómo afecta el conocimiento y la educación filosófica a la
sociedad y los individuos.

En este diálogo, Sócrates pide a Glaucón que imagine a un grupo de prisioneros que se encuentran encadenados desde su
infancia detrás de un muro, dentro de una caverna. Allí, un fuego ilumina al otro lado del muro, y los prisioneros ven las sombras
proyectadas por objetos que se encuentran sobre este muro, los cuales son manipulados por otras personas que pasan por detrás.
Sócrates dice a Glaucón que los prisioneros creen que aquello que observan es el mundo real, sin darse cuenta de que son solo
las apariencias de las sombras de esos objetos.

Más adelante, uno de los prisioneros consigue liberarse de sus cadenas y comienza a ascender. Este observa la luz del fuego más
allá del muro, cuyo resplandor le ciega y casi le hace volver a la oscuridad.

Poco a poco, el hombre liberado se acostumbra a la luz del fuego y, con cierta dificultad, decide avanzar. Sócrates propone que
este es un primer paso en la adquisición de conocimiento. Después, el hombre sale al exterior, en donde observa primero los
reflejos y sombras de las cosas y las personas, para luego verlas directamente.

Finalmente, el hombre observa a las estrellas, a la luna y al sol. Sócrates sugiere que el hombre aquí razona de forma tal que
concibe a ese mundo exterior (mundo de las ideas), como un mundo superior. El hombre, entonces, regresa para compartir esto
con los prisioneros en la caverna, ya que siente que debe ayudarles a ascender al mundo real.

Cuando regresa a la caverna por los otros prisioneros, el hombre no puede ver bien, porque se ha acostumbrado a la luz exterior.
Los prisioneros piensan que el viaje le ha dañado y no desean acompañarle fuera. Platón, a través de Sócrates, afirma que estos
prisioneros harían lo posible por evitar dicha travesía, llegando a matar incluso a quien se atreviera a intentar liberarlos.

Platón crea el mito de la caverna para mostrar en sentido figurativo que nos encontramos encadenados dentro de una caverna,
desde que nacemos, y cómo las sombras que vemos reflejadas en la pared componen aquello que consideramos real.

Platón (428 a. de C.-347 a. de C.) también usa esta alegoría para explicar cómo es para el filósofo y maestro guiar a las personas
al conocimiento (educación), intentando liberarlas de las ataduras de la realidad de la caverna. Según este filósofo, la gente llega a
sentirse cómoda en su ignorancia y puede oponerse, incluso violentamente, a quienes intentan ayudarles a cambiar.
La importancia general de la obra República radica en la exposición de conceptos y teorías que nos llevan a los cuestionamientos
sobre el origen del conocimiento, el problema de la representación de las cosas y la naturaleza de la propia realidad.

Análisis del mito de la caverna de Platón

La teoría de las ideas de Platón se basa en dos conceptos contrapuestos:

• El mundo sensible, cuya experiencia se vive mediante los sentidos. Son múltiples, corruptibles y mutables.

• El mundo inteligible o el mundo de las ideas, cuya experiencia es cosechada mediante el conocimiento, la realidad y el
sentido de la vida. Siendo únicas, eternas e inmutables.

El mito de la caverna es una alegoría que abarca varios elementos que comporta la teoría de las ideas de Platón y un análisis
dividido en 3 dimensiones:

• La dimensión antropológica (naturaleza humana),

• La dimensión ontológica (del ser) y epistemológica (del conocimiento) y,


• La dimensión moral (valorización de la sociedad) y política (forma de gobernar).

Dimensión antropológica

En Platón, cuerpo y alma corresponden a dos dimensiones diferentes. Por un lado, el cuerpo está inmerso en el mundo sensible,
que es corruptible y cambiante, mientras que, por otro lado, el alma está unida al mundo de las ideas, que es perfecto e inmutable.

En el mito de la caverna, la dimensión antropológica se refiere a la condición del ser humano, y su forma de conocer. Esa
dimensión está representada en la naturaleza del prisionero y su cuerpo, su relación con la caverna (mundo sensible), así como en
el mundo exterior y la liberación de su alma (mundo de las ideas).

Dimensión ontológica y epistemológica

La dimensión ontológica se refiere a la naturaleza del ser, a las cosas que conocemos y la dimensión epistemológica se refiere a la
naturaleza, origen y validez del conocimiento.

Dimensión epistemológica Dimensión ontológica

Mundo sensible (interior de la caverna) Opinión (doxa):


• Conjetura (eikasía): son las sombras que los prisioneros observan.

• Creencia (pistis): todo objeto, incluyendo a los prisioneros, dentro de la caverna.

Todo aquello percibido como “real” dentro de la caverna no es más que una imagen o reflejo:

• El fuego es una representación del sol, y refleja las sombras.

• Estatuas y otros objetos.

Mundo de las ideas (exterior de la caverna) Conocimiento verdadero (episteme):

• Conocimiento discursivo (dianoia): el prisionero liberado observa reflejos de las cosas en el exterior.

• Conocimiento intelectual real (noesis): el prisionero liberado observa directamente al sol y los objetos exteriores.
Son todos los objetos que el prisionero liberado observa:

• Sombras y reflejos en el exterior son como el pensamiento matemático.

• El mundo natural y los hombres representan a las ideas.

• El sol es el nivel más alto, la idea del Bien.

Dimensión moral y política

Para Platón, el mundo de las ideas es donde el alma del hombre encuentra el conocimiento. Ya que el prisionero liberado presencia
el mundo ideal, al ascender y experimentar el exterior de la caverna, este siente el deber de compartir lo vivido. Aquí el sol es una
metáfora de la idea del Bien, la cual es la idea más pura de todas.

La caverna es la prisión de la apariencia, de lo puramente sensible, de reflejos e imágenes, mientras que el mundo ideal y la idea
del Bien son el verdadero conocimiento. El preso liberado, que ahora es como el filósofo, no puede continuar con un conocimiento
basado en la opinión (doxa) derivada de las percepciones.

El retorno del preso liberado es un ejemplo del filósofo que ayuda a los otros a alcanzar el conocimiento real. Este ha visto
directamente al sol (el Bien) y es como un político preparado para ser quien gobierne con justicia. La democracia del pueblo, en
Platón, es similar a lo que acontece dentro de la caverna, ya que las personas habitan en un mundo sensible y deben ser guiadas
por el filósofo-político o filósofo-rey.

El cumplimiento del destino de liberar necesita de la dialéctica o de la filosofía, pero crea un conflicto en relación con la moralidad
sobre esta situación. El riesgo que corre el preso liberado es como el trágico fin de Sócrates, al ser sentenciado a muerte por el
tribunal ateniense, por insurgir a la juventud ateniense y no respetar los dioses tradicionales. ¿Es viable morir por el deber?

Teoría del conocimiento y el mito de la caverna

En la República, en los capítulos VI y VII (con la analogía o símil de la línea y la alegoría de la caverna) Platón señala que el origen
del conocimiento real se desprende de las ideas.

Sin embargo, el mundo físico, visible o sensible, es un mundo de conocimiento limitado, de opinión. El mito de la caverna expresa
la dualidad yacente entre el conocimiento aparente (interior de la caverna) y el conocimiento puro y real (exterior de la caverna).

Ello se traduce en un dualismo epistemológico y otro ontológico:

• Por un lado, el conocimiento del mundo de las ideas, compuesto por el conocimiento intelectual y el conocimiento
discursivo.
• Por otro lado, el conocimiento del mundo sensible, basado en la opinión, y que está compuesto por la conjetura y la
creencia.

La epistemología de Platón (su concepción sobre el conocimiento) va de la mano con su ontología (el ser real de las cosas), siendo
que todo aquello que se encuentra en el mundo físico es una copia de una idea inmaterial, que se encuentra en el mundo de las
ideas

La teoría de las Ideas o “topus urano”

La doctrina de las Ideas se fundamenta en la asunción de que más allá del mundo de los objetos físicos existe lo que Platón llama
el mundo inteligible (cósmos noetós). Tal mundo es un reino espiritual constituido por una pluralidad de ideas, como la idea de
Belleza o la de Justicia. Las ideas son perfectas, eternas e inmutables; son también inmateriales, simples e indivisibles.

El mundo de las Ideas posee un orden jerárquico; la idea que se encuentra en el nivel más alto es la del Bien, que ilumina a todas
las demás, comunicándoles su perfección y realidad. Le siguen en esta jerarquía (aunque Platón vacila a veces en su descripción)
las ideas de Justicia, de Belleza, de Ser y de Uno. A continuación, las que expresan elementos polares, como Idéntico-Diverso o
Movimiento-Reposo; luego las ideas de los Números o matemáticas, y finalmente las de los seres que integran el mundo material.
El mundo de las Ideas, aprehensible sólo por la mente, es eterno e inmutable. Cada idea del mundo inteligible es el modelo de una
categoría particular de cosas del mundo sensible (cósmos aiszetós), es decir, del universo o mundo material en que vivimos,
constituido por una pluralidad de seres cuyas propiedades son opuestas a las de las Ideas: son cambiantes, imperfectas,
perecederas. En el mundo inteligible residen las ideas de Piedra, Árbol, Color, Belleza o Justicia; y las cosas del mundo sensible
son sólo imitación (mímesis) o participación de tales ideas, es decir, copias imperfectas de estas ideas perfectas.

El alma

Existe pues un mundo inteligible, el de las Ideas, que posibilita el conocimiento, y un mundo sensible, el nuestro. Esa misma
dualidad se da en el ser humano. El hombre es un compuesto de dos realidades distintas unidas accidentalmente: el cuerpo mortal
(relacionado con el mundo sensible) y el alma inmortal (perteneciente al mundo de las Ideas, que contempló antes de unirse al
cuerpo). El cuerpo, formado con materia, es imperfecto y mutable; es, en definitiva, igual de despreciable que todo lo material. De
hecho, la abismal diferencia entre el nulo valor del cuerpo y el altísimo del alma lleva a Platón a afirmar (en el Alcibíades) que “el
hombre es su alma”.

Frente a la tosca materialidad del cuerpo, el alma es espiritual, simple e indivisible. Por ello mismo es eterna e inmortal, ya que la
destrucción o la muerte de algo consiste en la separación de sus componentes. Las diversas funciones del alma confluyen en sus
tres aspectos: el alma racional (lógos) se sitúa en el cerebro y dota al hombre de sus facultades intelectuales; del alma pasional o
irascible (zimós), ubicada en el pecho, dependen las pasiones y sentimientos; y de la concupiscible (epizimía), en el vientre,
proceden los bajos instintos y los deseos puramente animales.

Platón explicó el origen del alma mediante el mito del carro alado, que se encuentra en el Fedro. Las almas residen desde la
eternidad en un lugar celeste, donde son felices contemplando las Ideas; marchan en procesión, cada una de ellas sobre un carro
conducido por un auriga y tirado por dos caballos alados, uno blanco y otro negro. En un momento dado el caballo negro se
desboca, el carro se sale del camino y el alma cae al mundo sensible. Es decir, las almas se encarnaron en cuerpos del mundo
sensible por una falta de su aspecto concupiscible (el caballo negro; el blanco representa el pasional o irascible), que la razón (el
auriga) no pudo evitar.

El alma, pues, se halla encarnada en el cuerpo por una falta cometida; de ahí que el cuerpo sea como la cárcel del alma. La unión
de alma y cuerpo es accidental (el lugar natural del alma es el mundo de las Ideas) e incómoda. El alma se ve obligada a regir el
cuerpo como el jinete al caballo, o como el piloto a la nave. Sin embargo, su aspiración es liberarse del cuerpo, y para ello deberá
aplicar sus esfuerzos a purificarse. Las almas que logren tal purificación regresarán al mundo de las Ideas tras la muerte del
cuerpo; las que no, irán a la región infernal del Hades, donde, tras un período de tormentos (específicos para cada alma según las
faltas cometidas), se les permitirá elegir un nuevo cuerpo en el que reencarnarse.

Ética y política

Practicar la virtud significa, ante todo, practicar la virtud de la justicia (dikaiosíne), compendio armónico de las tres virtudes
particulares que corresponden a los tres componentes del alma: la sabiduría (sofía) es la virtud propia de la razón; la fortaleza
(andreía) de la voluntad ha de modular el alma pasional o irascible hacia los afectos nobles; y la templanza (sofrosíne) ha de
imponerse sobre los apetitos del alma concupiscible. El hombre sabio será, para Platón, aquel que consiga vincularse a las ideas a
través del conocimiento, acto intelectual (y no de los sentidos) por el cual el alma recuerda el mundo de las Ideas del cual procede.

Sin embargo, la completa realización de este ideal humano sólo puede darse en la vida social de la comunidad política, donde el
Estado da armonía y consistencia a las virtudes individuales. El Estado ideal de Platón sería una República formada por tres clases
de ciudadanos (el pueblo, los guerreros y los filósofos), cada una con su misión específica y sus virtudes características, en
correspondencia con los aspectos del alma humana: los filósofos serían los llamados a gobernar la comunidad, por poseer la virtud
de la sabiduría; los guerreros velarían por el orden y la defensa, apoyándose en la virtud de la fortaleza; y el pueblo trabajaría en
actividades productivas, cultivando la templanza. De este forma la virtud suprema, la justicia, podría llegar a caracterizar al conjunto
de la sociedad.

Las dos clases superiores vivirían en un régimen comunitario donde todo (bienes, hijos y mujeres) pertenecería al Estado, dejando
para el pueblo llano instituciones como la familia y la propiedad privada; al carecer de ellas las clases dirigentes, se evitaría su
corrupción, ya que no podrían ni necesitarían obtener riquezas, ni tendrían familiares a los que favorecer; tal esquema (y otros
aspectos de sus concepciones) fue revisado en Las leyes, obra de vejez en la que desaparecen estas restricciones. El Estado se
encargaría de la educación y de la selección de los individuos (en función de su capacidad y sus virtudes) para destinarlos a cada
clase. La justicia se lograría colectivamente cuando cada individuo se integrase plenamente en su papel, subordinando sus
intereses a los del Estado.

Teorizó también sobre las distintas formas de gobierno, que según Platón se suceden en un orden cíclico en el que cada sistema
es peor que el anterior. La monarquía o la aristocracia (gobierno de un solo hombre excepcionalmente dotado o de una minoría
sabia y virtuosa, que aspira solamente al bien común) es para el filósofo la mejor forma de gobierno. De la monarquía se pasa a la
timocracia cuando el estamento militar, en lugar de proteger a la sociedad, usa la fuerza para obtener el poder. En la oligarquía,
una minoría de ricos gobierna a un pueblo empobrecido. El descontento lleva a la democracia o gobierno del pueblo, de la que
tiene Platón un pésimo concepto: se elige como gobernantes a los más ineptos y reina la anarquía. Finalmente, la tiranía,
encabezada por un demagogo que suprime toda libertad, restaura el orden; es la peor de las formas de gobierno.
Platón intentó plasmar en la práctica sus ideas filosóficas, aceptando acompañar a su discípulo Dión como preceptor y asesor del
joven rey Dionisio II de Siracusa, hijo de aquel Dionisio I el Viejo al que ya había aconsejado en vano antes de fundar la Academia;
con el hijo, el choque entre el pensamiento idealista del filósofo y la cruda realidad de la política hizo fracasar de nuevo el
experimento por dos veces (367 y 361 a. C.).

PARMÉNIDES DE ELEA.

¿Quién fue Parménides?

Parménides de Elea fue un filósofo griego. Nació entre el 530 a. C. y el 515 a. C. en la ciudad de Elea, colonia griega de Magna
Grecia (sur de Italia). Su padre fue Pires, y perteneció a una familia rica y noble.

Parménides participó en el gobierno de su ciudad siendo legislador, organizándola y dándole un código de leyes admirables.
Primero fue alumno de Jenófanes, pero después de un tiempo dejó de seguirlo, asociándose luego con un pitagórico, Aminias, al
que prefirió como maestro.

Fue caracterizado como un hombre venerado y terrible, y lo más importante es que lo reconoció como padre espiritual. Su prestigio
se justificó desde que Parménides sostuvo, y fue el primero, la superioridad de la interpretación racional del mundo y negó la
veracidad de las percepciones sensibles: ver, oír o sentir esto no produce certezas, sino sólo creencias y opiniones.

Pensamiento de Parménides:

El pensamiento que Parménides propuso y afirma la existencia del ser como algo único e inmutable; es decir, rechaza por completo
el cambio o el movimiento de las cosas. Para él, no puede haber multiplicidad del ser, pues esto implica el devenir, lo que se trata
de una simple ilusión.

La verdad se basa en la razón y solo si esta vía se cumple de manera correcta, algo se toma como cierto. Por otro lado, en la
opinión se usan los sentidos, los cuales crean una ilusión de cambio y multiplicidad; por esto, lo que se encuentra por medio de la
opinión no es más que un tipo de engaño.

A partir de la definición del “Ser” planteada en el pensamiento de Parménides, este concluye que el No-ser es algo impensable. Sus
palabras fueron “el ser es entero, es decir, no puede ser divisible, lo que excluye la multiplicidad. Para admitir la división del ser
tendríamos que reconocer la existencia del vacío, del no ser, lo cual es imposible”.

En este sentido, la unidad es verdad, lo que existe; mientras aquello que implica

Multiplicidad es una opinión, una ilusión. El ser existe el no ser, es irreal


Escuela eleática

“La escuela eleática fue una corriente griega de filosofía que se desarrolló aproximadamente a partir del siglo VI a.C.,. cuyo nombre
en sí provenía de la ciudad griega de Elea, lugar donde nacieron los filósofos que representan este movimiento, Parménides y
Zenón. Situada al sur de Italia, y la cual fue fundada por los griegos en torno al año 540 a.C.,.”

Actualmente la ciudad se llama “Velia” que es una antigua ciudad en la Campania, Italia.

Los eleáticos sostienen, como sus fundamentos esenciales, que las cosas sensibles son una sustancia única e inmutable. Para los
eleáticos la naturaleza es el objeto universal del que se ocupa la filosofía.

Su aporte consiste:

Los argumentos de Zenón dieron un poderoso impulso al desarrollo de las matemáticas, de la lógica y, lo que es más significativo
especialmente, a la dialéctica, ya que revelaron las contradicciones envueltas en los conceptos científicos fundamentales acerca
del espacio, la multiplicidad y el movimiento.

En haber colocado frente a frente el ser y el no-ser, la unidad y la pluralidad, el conocimiento racional y el sensitivo, la verdad y la
opinión, el mundo y las cosas.

El descalificar por completo el testimonio de los sentidos que atestiguan la existencia de las cosas particulares y del movimiento.
En aceptar solamente el testimonio de la razón.

Las tesis fundamentales de esta escuela son las siguientes:

El instrumento para llegar al conocimiento del ser es la razón; la razón nos muestra el ser como uno, inmóvil e inmutable; los
sentidos nos presentan una realidad ilusoria al mostrarnos multiplicidad y cambio.

Por su tratamiento abstracto y formal del ser, es habitual considerar a Parménides, más que a los anteriores presocráticos, como el
fundador de la ontología, aunque este título no se encuentre en su filosofía.

Zenón demostró las tesis de su maestro Parménides mediante paradojas o aporías que llevaban al absurdo las creencias
contrarias a las de Parménides, es decir las creencias en la existencia de multiplicidad y de cambio en el espacio y el tiempo; por
ello se le considera el fundador de la dialéctica griega

Obra de Parménides

Parménides escribió una sola obra: titulada Sobre la naturaleza. Un poema filosófico en verso épico del cual nos han llegado
únicamente algunos fragmentos conservados en citas de otros autores. Por lo que podemos deducir a partir de los testimonios
conservados, que el poema de Parménides representa una revelación divina dividida en dos partes:

La primera parte de este poema es un mito en el que Parménides relata cómo es conducido hasta la Diosa de la Verdad,
Parménides describe el viaje que hace «el hombre que sabe»: un viaje en carro, tirado por un par de yeguas, y conducido por las
Helíades. El camino por el que es conducido, alejado del camino usual de los mortales, es la ruta de la noche y el día, camino que
está interrumpido por un inmenso portal de piedra, cuya guardiana es Dice (es, en la mitología griega, la personificación de la
justicia en el mundo humano). Las hijas del Sol la persuaden, y esta abre la puerta para que pase el carro. El narrador es recibido
por una diosa, cuyo discurso, que comienza en el verso 24, es el contenido del resto del poema. Esta le indica, en primer término,
que no ha sido enviado por un destino funesto, sino por el derecho y la justicia. En virtud de ello, sigue, es necesario que conozca
todas las cosas, tanto «el corazón inconmovible de la verdad persuasiva» como «las opiniones de los mortales», porque, a pesar
de que en estas «no hay convicción verdadera», sin embargo han gozado de prestigio.

Allí la diosa habla de dos «vías de indagación que se pueden pensar». La primera es nombrada de la siguiente manera: «qué es, y
también, no puede ser que no sea»; la segunda: «que no es, y también, es preciso que no sea». La primera vía es la «de la
persuasión», que «acompaña a la verdad», mientras que la segunda es «completamente inescrutable» o «impracticable», puesto
que «lo que no es» no se puede conocer ni expresar.

Por todo esto podemos decir que el tema original de su filosofía es la contraposición entre la verdad y la apariencia. “solo dos
caminos de investigación se pueden concebir”. El uno consiste en que el ser es y no puede no ser; este es el camino de la
persuasión, puesto que la acompaña la verdad. El otro, que el ser no es y es necesario que no sea; este es un sendero en el cual
nadie puede persuadirse de nada. Por eso solo hay un camino para el discurso: que el ser es. Y este camino no puede ser seguido
más que por la razón, puesto que los sentidos se detienen en las apariencias, y pretenden atestiguamos el nacer, el perecer, el
mudar de las cosas, es decir, a la vez su ser y su no ser. En el camino de la apariencia es como si los hombres tuvieran dos
cabezas, una que ver el ser y otra que ve el no ser.

Este filósofo definió al ser, otorgándole las siguientes características:

Parménides también afirmó que el no ser nunca es pensable. El definió al sr y le dio características “El ser es entero, es decir no
puede ser divisible, lo que excluye la multiplicidad. Para admitir la división del ser tendríamos que reconocer la existencia del vacío,
es decir, del no ser, lo cual es imposible”.

Entonces Parménides dice :


El Ser Es inmutable, eterno, indivisible, homogéneo e inmóvil, no tiene principio ni fin. El Ser no Es mayor ni menor, Es idéntico a sí
mismo.

Su doctrina se basa en la afirmación de que el Ser Es, que representa una verdad

Metafísica y lógica según las interpretaciones históricas; y en la identificación entre el Ser y el pensar.

El Ser es increado, imperecedero, no fue ni será porque Es entero en el instante presente, uno y continuo, no aumenta ni
disminuye porque Es completo y está lleno.

Unidad: el ser es uno, no puede ser distinto a esto, de lo contrario deja de llamarse

“ser”.

• Indivisibilidad: esta característica está relacionada con la anterior, el ser es indivisible y compacto.

• Finito: una idea que, posiblemente, tomó de Pitágoras, es que el ser es determinado, finito y esférico. Es decir limitado
tanto en su ser como en su hacer y padecer.

• Inmutable: no existe el cambio, por lo tanto si el ser cambia o se mueve deja de Ser.

• Ingénito: el ser no puede ser destruido ni engendrado, pues si esto pasara sería creado por un No-ser y tal cosa no
existe.
Otro pensamiento: Parménides considera que todo está compuesto por dos elementos, lo caliente y lo frío y de esta mezcla,
presente en los miembros de los hombres, depende la inteligencia, de estos la naturaleza de cada miembro u órgano lo que en
estos percibe.

La forma de la Tierra: Algunos autores atribuyen a Parménides ser uno de los primeros pensadores en sostener la idea de que la
Tierra tiene forma esférica y que se encuentra situada en el centro. Sin embargo, estudios aseguran que fueron otros filósofos
quienes tuvieron la idea por primera vez y que Parménides sólo siguió las líneas generales de la descripción. Para la creación de
sus ideas o pensamientos, Parménides utilizó como guía los testimonios de Pitágoras, lo que podría indicar que siguió las ideas
planteadas por dicho filósofo sobre la forma de la tierra para escribir sobre ello en su obra.

APORTES CIENTÍFICOS: Parménides es el primer pensador en darle importancia a la investigación metódica y racional. Expone
que para llegar al conocimiento de un fenómeno existen dos caminos: la verdad y la opinión. Se deben considerar ambos para
postular cuestiones con rigor científico real.

Para Parménides el ente es uno e inmóvil, no hay naturaleza, y la física debe ser suprimida sin preámbulos. Con estos aportes
Parménides sistematiza, por primera vez, la filosofía occidental, haciendo sus primeras reflexiones metafísicas a partir del ser. Este
pensador introduce también la deducción lógica para explicar conceptualmente la realidad a partir de la sola razón, sin apelar en
modo alguno a los sentidos. Luego vendría Aristóteles con su obra el Organon para instaurar la lógica como una ciencia formal.

Parménides fue el primero en sostener la superioridad de la interpretación racional del mundo y en negar la veracidad de las
percepciones sensibles. Claro, esto en desacuerdo y en confrontación con el pensamiento de Heráclito, quien exalta el devenir. Tal
problema continuó sin solución hasta la llegada de Platón y Aristóteles, siendo éste último quien lo resolvió con la teoría del acto y
la potencia.

Parménides expone su doctrina, la afirmación del ser y el rechazo del devenir, del cambio. El ser es uno, y la afirmación de la
multiplicidad que implica el devenir, y el devenir mismo, no pasan de ser meras ilusiones: “Ver, oír o sentir no producen certezas,
sino solo creencias y opiniones”. Es con ello, que Parménides valida la importancia de la investigación metódica y racional para
verdaderamente tener la certeza de los fenómenos y postular cuestiones con verdadero rigor científico.

Expone su doctrina a partir del reconocimiento de dos caminos para acceder al conocimiento: la vía de la verdad y la vía de la
opinión. Sólo el primero de ellos es un camino transitable, siendo el segundo objeto de continuas contradicciones y apariencia de
conocimiento. Parménides también afirmó que el no ser nunca es pensable El fijismo de Parménides se explicó de esta manera: “El
ser es entero, es decir no puede ser divisible, lo que excluye la multiplicidad. Para admitir la división del ser tendríamos que
reconocer la existencia del vacío, es decir, del no ser, lo cual es imposible”.

La continuidad del ser se impone necesariamente, y con ello su unidad. Igualmente, ha de ser limitado, es decir, mantenerse dentro
de unos límites que lo encierran por todos lados. El ser es inmóvil, pues, de lo visto anteriormente queda claro que no puede llegar
a ser, ni perecer, ni cambiar de lugar, para lo que sería necesario afirmar la existencia del no ser, del vacío, lo cual resulta
contradictorio. El universo es, en esencia y en su mayor amplitud, una unidad inmutable infinita en tiempo y en espacio, que está
más allá de la cognición misma, proporcionada por los propios sentidos. Mantenía, a su vez, que nada podía ser afirmado como tal
excepto lo que “realmente era”.

Conclusión:El pensamiento filosófico de Parménides, expuesto en su obra Sobre la naturaleza puede resumirse en una serie de
premisas:
• La realidad es única, y de ella no puede surgir la multiplicidad.

• Negación del cambio. El cambio y el movimiento no pueden existir, son simples ilusiones.

• Primacía de la verdad (o razón) sobre la opinión (o sentidos).

• La realidad se relaciona con la razón. El primer principio no es otro que el Ser: Lo que es, es. Lo que no es, no es.

Parménides es considerado como el primer metafísico y fundador de la ontología, por ser el primero que sitúa al ser o al ente como
principio. Su poema supone, además, un uso de la dialéctica y de la deducción lógica totalmente novedosa en su época. Hasta la
filosofía de Parménides, la pregunta fundamental de la filosofía era sobre el origen del universo. Él es el primero en situar al Ser
como objeto principal del pensamiento filosófico. Este hecho tendrá una gran influencia en la filosofía desarrollada posteriormente
en Grecia y en la historia de la filosofía.

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