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EL CONCEPTO DE ARCHIPIELAGO: UNA APROXIMACION AL ESTUDIO DE LA MOVILIDAD DE LA

POBLACIÓN Y A LA CONSTRUCCION DE LUGARES Y ESPACIOS DE VIDAD. – ANDRÉ QUESNEL.

José de Jesús Maldonado Espinoza.

La movilidad laboral se encuentra determinada por las estructuras y la localización de los


mercados de trabajo. Por lo siguiente es necesario que se entienda el problema de la movilidad en
el contexto de mundialización, de la integración regional, (la Unión Europea, el Tratado de libre
comercio de América del norte, El mercado común del sur, etc.) y de la estructuración del mercado
de trabajo en el mundo.

La estructuración del mercado de trabajo en el mundo, de alguna u otra manera exige, un retorno
sobre los paradigmas y la fragmentación de las dimensiones de la movilidad operada por una
aproximación estricta economicista y a dos diferentes escalas; Ya sea la Macro de los marxistas
frente a la escala Micro de los neoclásicos. Esto da paso a un entendimiento de las implicaciones
migratorias de la división social del trabajo y de las implicaciones estructurales a largo plazo de la
migración internacional.

La gran variedad de estudios migratorios laborales que se realizaron de los años 60´s hasta los 80
´s, se han centrado condiciones y los determinantes de la inserción en ciudades; en los años
siguientes, los estudios sobre las migraciones temporales y circulares, se han basado en referencia
a los lugares de salida y llegada, y anteriormente se han centrado sobre las redes sociales
migratorias y sus espacios reticulares, particularmente sobre los actores transnacionales.

La perspectiva que sostiene la contextualización o la aproximación histórico-estructural de la


construcción de los espacios migratorios en el marco del avance de los sistemas de explotación
con producción dirigida para el mercado y de la división del trabajo internacional que va de la
mano con lo anterior ¿porque? Pues, esto va depender de los espacios migratorios que sirven hoy
en como punto referencial a la recomposición y la intensificación de lis intercambios migratorios.

Los trabajos en el marco histórico-estructural permiten sobrepasar las descripciones morfológicas


de los movimientos migratorios o las binarias más frecuentes (Rural-urbana, temporales-
definitivas, internas-externas), al cuestionar que la migración no es más que solo un producto de la
puesta en valor y de la explotación de las zonas de renta, y al considerar, por tanto, que es mejor
analizarla no como si fuera un cambio de lugar, sino como un proceso que implica la movilización
de la fuerza de trabajo.

La construcción de los espacios migratorios entre las entidades de las zonas secas en México y las
Zonas agrícolas de Estados unidos durante el programa Bracero (1942-1964). El programa Bracero
no afecto más que ciertos estados de la zona tropical seca del centro-oeste, del oeste y del sur de
México. Son efecto las condiciones ecológicas de producción agrícola las que permiten estos
movimientos organizados de manera fluctuante, con duraciones relativamente cortas, donde el
retorno permanece inscrito en el movimiento. Para el caso de las regiones tropicales húmedas del
golfo y el sur-este permanecen al margen de este espacio migratorio hasta fines de los años 80.

Debido a las políticas de integración regional del TLC, las zonas tropicales húmedas son a su vez
afectadas, y la duración de la ausencia será más largas, y por su puesto la retención de una parte
de los flujos más importantes.
La articulación de las actividades económicas a través del desplazamiento de la población se
considerada como constituyente de un sistema migratorio en referencia a la organización
económica donde ellos tiene lugar, un ejemplo de esto es, la economía agrícola de las zonas secas
de México descritas en los párrafos anteriores. Se revela que este sistema se dirige hacia la
entropía máxima, con la necesidad de ampliar la zona de reclutamiento de la mano de obra. Esta
es la manera en la que se ve así a los actores de la migración abrir nuevos espacios desde antiguos
lugares de asentamiento, generando nuevos espacios desde los antiguos lugares de asentamiento,
generando nuevas formas migratorias que se yuxtaponen a las viejas.

Señalar la importancia de la dinámica de poblamiento sobre el territorio de los países durante la


transición demográfica en comparación con la migración internacional pues cuando hay una
retribución de un crecimiento como este por ejemplo (México pasa de 50 a 100 millones de
habitantes en los últimos 30 años frente a poco más de 10 millones de inmigrados a Estados
Unidos), la localización y estructura de poblamiento de los asentamientos se han trastocado de
manera continua, producto de los procesos concomitantes de concentración, polarización y
dispersión de la población.

Existen estudios a la fecha, que integran en su aproximación la multi-localización de las actividades


sociales y económicas , tanto de los grupos como de los individuos, alrededor de esta noción de
circulación entre diferentes lugares, insistiendo sobre las modalidades o los modos de ocupación
así como de apropiación de los distintos lugares. Para esto se hace un reconocimiento de las
diásporas de ciertas formas de movilidad, como son: (espacios migratorios, campos migratorios,
territorios de la movilidad, territorios circulatorios, instalación en la movilidad y de la movilidad.)

Actualmente la ciudad es vista como la construcción de espacios de socialización en nichos


urbanos, los cuales a nivel de grupo pueden construir, paradójicamente, un punto de apoyo para
la instalar su movilidad e instalarse en la movilidad.

Al identificar los determinantes de escala, que en otras palabras son, los elementos de la
movilidad que sostienen las lógicas propias de cada uno de los niveles considerados. En los cuales
se consideran tres niveles denominados como: macro, maso, micro; con estos se habla del
contexto histórico y económico de la movilidad y de las migraciones laborales, el nivel institucional
comunitario y familiar, por último el nivel individual.

Lo que da paso a restituir la inscripción de un conjunto socioeconómico en la construcción de los


espacios migratorios a nivel nacional en el curso de las diferentes transiciones económicas y
demográficas es la contextualización del nivel regional. Así como los estudios la contextualización
del nivel institucional y local que permiten un posicionamiento del migrante en una relación
contractual con un conjunto más grande como la familia extensa, la comunidad, etcétera y
permite llevar el análisis en este nivel en términos de riesgos, compromisos, obligaciones y
deberes (hablamos de un contrato migratorio). Todo esto es posible por los estudios que se
realizan en el marco de la nueva economía institucional, en lo que respecta a las migraciones.

La identificación de perfiles migrantes, su inscripción en los lugares-mercados de trabajo, y en las


estrategias de sobrevivencia o patrimonialización, nos conduce a tomar en cuenta las relaciones
contractuales que se establecen entre los individuos a tomar en cuenta las relaciones
contractuales que se están estableciendo entre los individuos y las instituciones sociales de sus
pertenencia, en primer lugar a la familia y el grupo doméstico.

El proyecto migratorio en relación con la localidad y con la familia, permite abordar la autonomía
del migrante en términos de deberes y obligaciones. A la par de esta idea esta noción permite la
identificación de las familias que han recurrido a la migración para su reproducción material y
social, exigiendo así la puesta en marcha de dispositivos de control y gestión de la movilidad de sus
miembros.

Las migraciones de poblamiento o de colonización agrícola han dado paso a las migraciones tanto
de las zonas de explotación de productos para el mercado como a las metrópolis urbanas con
temporalidades variables. La des-territorialización de las actividades económicas de las más
jóvenes generaciones de estas sociedades se están acentuando en el tiempo, llevando a una
diversidad de movimientos migratorios, con temporalidades y modalidades diferenciadas.

Los movimientos migratorios nos invitan de una forma a reconsiderar las relaciones de movilidad-
territorio, para esto es necesario no solamente volver a introducir la cuestiones relacionadas con
el espacialidad de la movilidad, que de manera conceptual se conoce como Campo migratorio
(Simón, 1995), si no también restituir tanto las relación sociales que crean por y en los lugares
vividos, así como los intercambios que se perpetúan respecto al lugar de origen y con otros
actores de diferentes lugares.

Los territorios del Archipiélago son esos territorios-piraguas metafóricamente hablando, estos
designan a la vez un espacio, sus rutas y las gentes que lo habitan. Cada lugar es un nudo, una red
más o menos estable que existe sino por una relación estructural que relaciona cada nudo con
otros lugares, cita de Bonnemaison.

El archipiélago aparece entonces no como un dato morfológico, resultado de una polarización y


dispersión de los actores, otra vez organizados bajo la base de una comunidad territorial de
interés, sino más bien como una organización a particularmente, los encargados de las
instituciones deben poner en marcha nuevas formas de relaciones entre sus diferentes miembros
con el fin de garantizar una control, una captación y una perennizarían de los recueros generados
por los actores en el exterior de los lugares de origen o de cada lugar (cada una de las islas del
archipiélago) en los que han vivido. Según Veltz cada archipiélago entra en el juego económico
como matriz de organización y de interacción social.

La figura del archipiélago se ve como una propuesta para una herramienta de análisis que va a
permitir poner en evidencia los dispositivos colectivos implementados a nivel de lugares y
territorios, ¿por quienes? Por los actores institucionales y los individuos, que son las nuevas
generaciones, y dependerá de la manera en que estos se inscriben en el corto o largo plazo, entre
el anclaje o la desvinculación y desafiliación.

La restauración de los espacios económicos y la transición demográfica, dentro del contexto de la


integración regional y mundialización han provocado una intensificación y diversificación de la
movilidad laboral. Los desplazamientos de trabajo cuestionan, a través de las instituciones
familiares, locales y regionales.
Lo que los desplazamientos dieron paso a una renovación de los sistemas y espacios migratorios
inscritos en largo plazo y esto genera otras formas de desplazamiento. Dichos desplazamientos
contribuyen a la creación de nuevos asentamientos humanos, que son generalmente precarios,
inestables, pero con el tiempo terminan por acoplarse en los asentamientos más antiguos o por
conforman sus márgenes (Periferia).

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