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DERECHO CANÓNICO. TEMA 12.

LAS LIBERTADES
COLECTIVAS.

1. - LAS LIBERTADES COLECTIVAS.

2. - DERECHO COMPARADO.

2.1. TEXTOS INTERNACIONALES.


2.2. CONSTITUCIONES EUROPEAS.
2.2.1. Libertad de reunion.
2.2.2. Libertad de asociación.

3. - DERECHO ESPAÑOL.

3.1. LA LIBERTAD DE REUNION Y MANIFESTACIÓN.


3.2. EL DERECHO DE ASOCIACIÓN. LAS ASOCIACIONES
IDEOLOGÍCAS.
DERECHO CANÓNICO. TEMA 12.

LAS LIBERTADES COLECTIVAS.


1. LAS LIBERTADES COLECTIVAS

La revolución liberal proclama las libertades individuales, y como una garantía de la


autonomía individual decreta la abolición de todos los cuerpos intermedios entre el individuo y el
Estado.

En Francia, las agrupaciones más significativas: las corporaciones y las congregaciones son
abolidas en 1791 (Ley Chapelier) y en 1790 y 1792.

La Declaración de Derechos de 1789 no reconoce ninguna libertad colectiva; es más, el


Código Penal, en su Art. 291, las prohíbe.

Lo mismo ocurrirá en España, donde el Código Penal del año 1822 prohibirá todo tipo de
asociación.

La Constitución de 1869 será la primera que reconozca el derecho de reunión y el derecho


de asociación, prohibiendo la adopción de cualquier medida preventiva que limite el ejercicio de los
derechos y libertades—incluidas las colectivas- que hayan sido reconocidas en dicha Constitución.

Existe en este caso una diferencia importante con el régimen jurídico francés, que a pesar
de los cambios sufridos a lo largo del siglo xix, han mantenido cii vigor en todos los supuestos el
Art. 291 del Código Penal.

Ni la Constitución de 1848, que reconoce por breve tiempo, hasta 1851, el derecho dc
asociación, ni la Ley de 1901, por la que se reconocerán las libertades colectivas en Francia, van
acompañadas de la de rogación dcl Art. 291 dcl Código, que quedará a disposición del Gobierno
para ejercer un control policial del ejercicio de estos derechos colectivos.

A pesar de una legislación favorable a las asociaciones, el sistema preventivo y la


prohibición subsisten como un título del derecho común. El Art. 291 del Código Penal permanece
en vigor, por 1<) que el Gobierno es libre de usar o no las armas que tiene en su poder, permitiendo
instaurar un régimen arbitrario

Únicamente hay un campo en el que los medios políticos entienden que no se puede
conceder al Gobierno este poder arbitrario en el ámbito religioso.

En España, la Constitución de 1876 reconoce el derecho de reunirse pacíficamente, así


como el de asociarse para los fines de la vida humana R La Ley de 15 dc junio de 1880, sobre el
derecho de reunión, y la Ley de 30 Junio de 1887 suponen una consagración de estos derechos de
libertad colectiva que, constituyen un reconocimiento temprano, dentro del Derecho comparado, de
las libertades públicas colectivas en el Derecho español.

2. - DERECHO COMPARADO

2.1. - TEXTOS INTERNACIONALES.

La Declaración Universal de Derechos Humanos consagra el derecho a la libertad de


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reunión y asociación pacíficas, así como el derecho a no ser obligado a pertenecer a una asociación

El Convenio Europeo de Derechos Humanos reitera el derecho de toda persona a la libertad


de reunión pacífica y a la libertad de asociación, incluido el derecho de fundar con otros sindicatos
y de afiliarse a los mismos para la defensa dc sus intereses.

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos reconoce igualmente los derechos de


reunión y asociación se reconoce el derecho de reunión pacífica.

Entre los documentos regionales cabe destacar la Convención americana dc Derechos


humanos, firmada cl 22 dc noviembre dc 1969 en San José de Costa Rica, que además de reconocer
cl derecho de reunión pacífica y sin armas, reconoce el derecho de todas las personas a «asociarse
libremente con fines ideológicos, religiosos, políticos, económicos. laborales, sociales, culturales,
deportivos o dc cualquier otra índole”.

Finalmente, la Declaración dcl Parlamento Europeo sobre los Derechos y Libertades


fundamentales 3 reconoce el derecho de toda persona a participar en reuniones y manifestaciones,
así como cl derecho a la libertad de asociación, incluido el derecho a fundar con otras personas
partidos políticos y sindicatos y a afiliarse en ellos.

Asimismo, se garantiza que no podrá obligarse a nadie, en su vida privada, a revelar su


pertenencia a una asociación, a no ser que ésta sea ilegal.

Ambos derechos son, igualmente, reconocidos en el Proyecto de Constitución de la Unión


Europea

2.2. CONSTITUCIONES EUROPEAS.

Los documentos expuestos permiten comprobar que los recelos decimonónicos sobre las
libertades colectivas no sólo han sido superados, sino que se han convertido en paradigma de los
derechos y libertades.

El reconocimiento de estos derechos lo vamos a encontrar recogido expresamente en las


Constituciones de los Estados miembros de la Unión Europea, salvo Francia e Inglaterra.

2. 2.1. Libertad de reunión

El reconocimiento constitucional del derecho dc reunión por los trece Estados de la Unión
Europea mencionados difiere ligeramente en cuanto a algunos aspectos del derecho de reunión, que
podemos sistematizar en el siguiente cuadro.

a) Reconocimiento constitucional del derecho de reunión y remisión a la ley ordinaria


para su regulación

Se acogen a esta fórmula las Constituciones de Austria, Finlandia e Irlanda.

b) Reconocimiento constitucional del derecho de reunión pacífica y sin armas, con


restricciones por ley en reuniones al aire libre

Se pueden encuadrar bajo esta rúbrica las Constituciones de Alemania, Bélgica,


Dinamarca, España, Grecia, Italia, Países Bajos y Portugal.
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Constituye un lugar común en todas ellas la calificación de la reunión como pacífica


y sin armas. Sólo este tipo de reuniones gozan del amparo constitucional.
Constituye otra nota común de estas Constituciones la distinción entre reuniones en
lugares cerrados y reuniones al aire libre.

c) Reconocimiento constitucional del derecho de reunión con fines determinados

La Constitución de Suecia no sigue ni el criterio tradicional de reconocer la libertad


de reunión pacífica y sin armas ni tampoco el más genérico de libertad de reunión.

Muy al contrario, y vinculando la libertad de reunión a la libertad de expresión,


reconoce «la libertad dc reunión, es decir, la libertad de organizar reuniones con fines
informativos para la expresión de opiniones o con finalidad similar para presentar obras
de arte, así como de asistir a dichas reuniones»

Se reconoce, asimismo, la libertad de manifestación.

2.2.2. Libertad de asociación

Todas las Constituciones de los Estados miembros de la Unión Europea, salvo Gran Bretaña
y Francia, reconocen expresamente el derecho de asociación.

Son características comunes a las distintas regulaciones constitucionales la libertad de


creación de asociaciones, sin necesidad de autorización previa, y la exigencia de que tengan fines
lícitos.
La disolución de las asociaciones sólo podrá realizarse mediante sentencia judicial.

3. - DERECHO ESPAÑOL

La Constitución española reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas, así como el
de manifestación; al mismo tiempo reconoce el derecho de asociación, prohibiendo los que
persigan fines o utilicen medios tipificados como delitos, las asociaciones secretas y las de caráctcr
paramilitar

El reconocimiento del derecho de asociación con carácter general en el Art. 22 no excluye


que la Constitución reconozca de manera expresa algunos tipos de asociaciones. Así merecen
relevancia constitucional:

- los partidos políticos,


- los sindicatos de trabajadores y a las asociaciones empresariales
- las comunidades ideológicas y religiosas

Junto a estas tres organizaciones, exponentes principales de las llamadas organizaciones


ideológicas o de tendencia, la Constitución se refiere también a otras asociaciones, como son los
colegios profesionales, las organizaciones de consumidores y usuarios y las organizaciones
profesionales.

Una primera nota distintiva entre algunas de estas asociaciones y el derecho de asociación,
regulado en el Art. 22, se refiere a la estructura interna dc las asociaciones. Los partidos políticos,
los sindicatos dc trabajadores y las asociaciones empresariales, los colegios profesionales y las
organizaciones profesionales deberán adecuar su estructura interna y su funcionamiento a los
principios democráticos.
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Se trata de un requisito que no se exige a las asociaciones de derecho común, previstas en el


Art. 22 de la Constitución, ni a otras asociaciones, como las comunidades religiosas, previstas en el
Art. 16 de la Constitución. Tampoco es aplicable, en principio y por exigencia constitucional, a las
organizaciones de comunidades y usuarios.

Otra modalidad constitucional la constituye el reconocimiento del derecho de fundación


para fines de interés general, que se regulará por ley.

La regulación mediante legislación ordinaria del derecho de reunión se ha producido por


Ley Orgánica /1983, de 15 de julio, del derecho de reunión.

El derecho de asociación continúa rigiéndose por la Ley de Asociaciones preconstitucional


dc 24 dc diciembre de 1964, parcialmente derogada por estar en contradicción con lo dispuesto en
la Constitución.

Antes de entrar a analizar cada una de las libertades colectivas conviene advertir que
estamos en presencia de derechos de libertad de titularidad individual que se ejercen
colectivamente.

La libertad de reunión es una manifestación colectiva de la libertad de expresión ejercitada a


través de una asociación transitoria de personas que opera a modo dc técnica instrumental puesta al
servicio del intercambio o exposición de ideas, la defensa de intereses o la publicidad de problemas
y reivindicaciones.

Otra característica de estas libertades colectivas es lo que BURDEAIJ ha denominado la


socialización de las libertades.

En las democracias modernas, el rol del individuo no se concibe más que a través de
organismos de todas clases que le envuelven, le sostienen y, llegado el caso, le protegen. Estos
organismos son grupos, sindicatos, asociaciones que dan a conocer las aspiraciones de la
colectividad. Ellos son los que enriquecen y transforman la idea de derecho, y es finalmente en
ellos en los que la libertad encuentra su fundamento y su empleo.

3. 1. LIBERTAD DE REUNION Y MANIFESTACIÓN.

3. 1.1. Concepto

La libertad de reunión se entiende, a efectos legales, como «la concurrencia concertada y


temporal de más de veinte personas con finalidad determinada».

Quedan excluidas del régimen legal dcl derecho de reunión las siguientes reuniones:

a) Las que celebren las personas físicas en sus propios domicilios;


b) Las que celebren las personas físicas en los locales públicos o privados por
razones familiares o de amistad;
c) Las que se celebren los partidos políticos, sindicatos, organizaciones
empresariales, sociedades civiles y mercantiles, asociaciones, corporaciones,
fundaciones, cooperativas, comunidades de propietarios y demás entidades
legalmente constituidas en lugares cerrados, para sus propios fines y mediante
convocatoria que alcance exclusivamente a sus miembros o a otras personas
nominalmente invitadas;
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d) Las que celebren los profesionales con sus clientes en lugares cerrados para los
fines propios de su profesión;
e) Las la que se celebren en unidades, buques y recintos militares, a las que se
refieren las Reales Ordenanzas de las Fuerzas Armadas, que se regirán por su
legislación específica.

La jurisprudencia constitucional define el derecho de reunión como una manifestación


colectiva de la libertad de expresión ejercitada a través de una asociación transitoria y señala como
elementos configuradores de este derecho los siguientes:

 subjetivo, es decir, una agrupación de personas


 temporal, es decir, una duración transitoria;
 finalístico: licitud de la finalidad, y
 real u objetivo: el lugar de la celebración.

3.1.2. Reuniones en lugares cerrados

Una reunión pacífica y sin armas realizada en lugar cerrado goza de la máxima libertad, no
siendo necesaria ni la autorización previa ni siquiera la comunicación previa a la autoridad.

La innecesariedad de la autorización previa no impide, sin embargo, que los promotores


comuniquen a la autoridad gubernativa la celebración de la reunión y soliciten la presencia de
delegados de dicha autoridad.

La misión de la autoridad gubernativa y de sus delegados será proteger las reuniones y


manifestaciones frente a quienes trataren de impedir, perturbar o menoscabar el lícito ejercicio de
este derecho

Los promotores y convocantes de la reunión, que deberán ser personas que se encuentren en
el pleno ejercicio de sus derechos civiles.

Las reuniones tipificadas como ilícitas por las leyes penales no gozarán del amparo
constitucional y legal, pudiendo ser suspendidas o, en su caso, disueltas por la autoridad
gubernativa.

3.1.3. Reuniones en lugares de tránsito público y manifestaciones

Esta clase dc reuniones, singularizadas por el lugar en que se celebran—lugar de tránsito


público—, configura una regulación específica en la que se deberá conciliar el derecho de reunión,
la libertad dc circulación y cl mantenimiento del orden público.

Esta especialidad motiva que esta clase dc reuniones y manifestaciones requiera la


comunicación previa a la autoridad gubernativa, indicando, entre otros datos, el “itinerario
proyectado’ cuando se prevea la circulación por las vías públicas, así como las medidas dc
seguridad previstas o que se soliciten de la autoridad gubernativa.

La autoridad gubernativa podrá prohibir la reunión o manifestación o, en su caso, proponer


la modificación del lugar, fecha, itinerario o duración, siempre que considere que existen razones
fundadas dc que pueden producirse alteraciones del orden público, con peligro para personas o
bienes. La resolución deberá ser motivada.

Contra la resolución de la autoridad gubernativa cabe la interposición dc un recurso


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contencioso-administrativo ante la Audiencia competente, que tramitará el recurso de acuerdo con


lo establecido en el Art. 7.6 de la Ley 62/1978, de protección jurisdiccional de los derechos
fundamentales de las personas.

3. 2. EL DERECHO DE ASOCIACIÓN. LAS ASOCIACIONES IDEOLOGÍCAS.

3. 2.1. Régimen jurídico

El derecho dc asociación aparece reconocido y regulado en el Art. 22 de la Constitución.

En su apartado 1, el texto constitucional se limita a reconocer el derecho de asociación. Los


apartados 2 al 5 establecen un régimen mínimo dcl derecho de asociación, en el que se determinan
qué asociaciones son ilegales o están prohibidas; la exigencia de la mscripción registrala loS solos
efectos de publicidad, y la garantía de que las asociaciones sólo podrán ser disueltas mediante
resolución judicial motivada.

Según la jurisprudencia del TC, «las previsiones contenidas en los apartados 2 y siguientes
del Art. 22, en tanto que garantía común del derecho de asociación, son aplicables a todo tipo de
asociaciones, incluidos los partidos políticos».

La conclusión inmediata que se puede alcanzar de la doctrina citada es que el Art. 22 de la


Constitución contiene una garantía común, un régimen común y mínimo para un género que es cl
derecho de asociación, e l cual es compatible con modalidades específicas a las cuales es aplicable
el régimen común del Art. 22 y el régimen especial de cada modalidad singular.

3. 2.2. Dimensiones de la libertad de asociación

La jurisprudencia constitucional ha explicitado también cuatro dimensiones de la libertad de


asociación:
a) la libertad de creación de asociaciones y de adscripción a las ya creadas
b) la libertad de no asociarse y de dejar de pertenecer a las mismas;
c) la libertad de organización y funcionamiento internas sin injerencias públicas;
d) un haz de facultades de los asociados frente a las asociaciones a las que pertenecen

a) La libertad de creación de asociaciones

El constituyente reconoce el derecho de creación de asociaciones, un derecho constitucional


inmediato que no requiere su regulación legal para el ejercicio de este derecho, pero que, en
cualquier caso, puede ser objeto de regulación por el legislador ordinario.

Compete al legislador estatal establecer los requisitos mínimos indispensables,

La Constitución, por su parte, establece, como un aspecto de ese régimen común mínimo,
que «las asociaciones constituidas al amparo de este artículo deberán inscribirse a los solos efectos
de publicidad».

La vigente Ley dc Asociaciones, que como ya hemos dicho es preconstitucional, dispone


que: «la libertad de asociación se ejercerá jurídicamente mediante acta en que conste el propósito
de varias personas naturales que, con capacidad de obrar, acuerden voluntariamente servir un fin
determinado y lícito según sus Estatutos».
La creación de una Asociación lleva aparejada la obligación de su inscripción en el
correspondiente Registro. El Art. 5 establece la existencia de un Registro Nacional de Asociaciones
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y de un Registro Provincial. Y el Art. 3.6 dispone que cuando la asociación cumpla los requisitos
legales y sus fines no puedan considerarse como ilícitos o indeterminados, «la autoridad
gubernativa no podrá denegar el reconocimiento de la Asociación».

La vigencia de una ley preconstitucional en un tema tan central en la regulación de los


derechos fundamentales y las libertades públicas como es la libertad de asociación ha obligado a la
jurisprudencia constitucional a sentar una doctrina interpretativa de esta libertad a la luz dc la Cons-
titución que resulta imprescindible para exponer cl régimen jurídico dc las asociaciones. Siguiendo
esta doctrina, vamos a establecer algunos principios básicos en esta materia:

1) El acto de creación de una asociación es un acto de libertad cuyo ejercicio reside en


las libertades individuales ejercidas colectivamente.
2) El acto constitutivo de la asociación es una consecuencia dcl poder de
autodeterminación de una libertad colectiva.
3) La actuación del Registro debe limitarse a una verificación formal y reglada de las
condiciones o requisitos exigidos legalmente..

Estos principios son plenamente aplicables a aquellas modalidades específicas dc asociación


previstas en la Constitución y reguladas por ley especial

En relación con las organizaciones o asociaciones ideológicas más significativas: partidos


políticos, sindicatos y asociaciones religiosas, cada una de ellas está regulada por una ley especial,
y en todos los casos la inscripción registral comporta la atribución automática de la personalidad
jurídica.

El encargado del Registro tampoco está facultado para realizar una verificación sustancial o
de fondo —control material— del carácter político o sindical de estas asociaciones. Únicamente
está facultado —si observa indicios de ilicitud penal o de no conformidad a Derecho— para remitir
los Estatutos a la autoridad judicial.

La conclusión que podemos extraer de cuanto se ha dicho se puede resumir en el principio


de que la creación de una asociación es un acto de voluntad de los promotores en el ejercicio de una
libertad colectiva reconocida por la Constitución.

La exigencia constitutiva de la inscripción registral no limita ni condiciona la autonomía de


la voluntad fundacional ni el carácter constitutivo de la misma, pues únicamente tiene un carácter
declarativo «a los solos efectos de publicidad».

Este principio es aplicable a las diversas modalidades especiales de asociaciones y, en


concreto, a los partidos políticos, los sindicatos y las comunidades religiosas. El hecho de que se les
atribuya personalidad jurídica por el mero trámite de la inscripción no modifica el carácter
meramente declarativo de la inscripción registral, ni tampoco le otorga una facultad constitutiva
que en absoluto goza del amparo de la Constitución, de la ley ni de la jurisprudencia constitucional.

b) La libertad de asociarse o de no asociarse

Aunque el Art. 22 CE no se refiera expresamente a la dimensión o manifestación negativa


dc la libertad de asociación, la jurisprudencia constitucional no ha dudado en proclamar que la no
obligatoriedad de asociarse es correlativa al derecho mismo de asociación.

El derecho a no asociarse no es exclusivo de las asociaciones privadas, sino que también


está vigente en las asociaciones públicas de tipo corporativo y de creación legal. Existen, sin
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embargo, excepciones justificadas que pueden permitir la imposición obligatoria de la asociación.

La afiliación forzosa ha de contar con una base directa o indirecta en los mandatos consti-
tucionales, de forma que esa limitación de la libertad del individuo solo será admisible cuando
venga determinada tanto por la relevancia del fin público como por la imposibilidad o al menos
dificultad de obtener tal fin sin recurrir a la adscripción forzada a un ente corporativo» ~.

e) La libertad de organización y funcionamiento internos

El derecho de asociación reconocido en cl Art. 22 de la CE comprende no sólo el derecho a


asociarse, sino también a establecer la propia organización dcl ente creado por el acto asociativo
dentro dcl marco de la Constitución y de las leyes que, respetando el contenido esencial dc tal
derecho, lo desarrollen o lo regulen.

Este derecho de autoorganización comprende las tres dimensiones de la autonomía:

1. autonormación;
2. autogobierno;
3. autarquía.

La primera de las facultades permite la regulación o formación de la Organización y


funcionamiento a través de los Estatutos, con el Único límite de su adecuación a la Constitución y a
las leyes.

Según la legislación vigente, los Estatutos deben regular al menos los siguientes aspectos:
denominación, fines, ámbito territorial, órganos directivos y forma de administración,
procedimiento de admisión y pérdida dc la condición dc socio, derechos y deberes de los mismos,
patrimonio fundacional y aplicación del patrimonio en caso dc disolución.

La facultad dc autogobierno atribuye a la asociación, dc acuerdo con lo que se disponga en


los Estatutos, la elección o designación dc los órganos de gobierno y, en su caso, su cese.

La autarquía expresa la facultad de gobierno y administración de la propia asociación.

d) Los derechos de los asociados

La asociación tiene como fundamento la libre voluntad de los socios de unirse y permanecer
unidos para cumplir los fines sociales, y quienes ingresan en ella se entiende que conocen y aceptan
un bloque de normas estatutarias a las que quedan sometidos.

Y en cuanto a la organización, crea no sólo un vínculo jurídico entre los socios, sino
también una solidaridad moral basada en la confianza recíproca y en la adhesión a los fines
asociativos; no puede descartarse que los estatutos puedan establecer como causa de expulsión una
conducta que la propia asociación, cuya voluntad se expresa por los acuerdos de sus órganos
rectores, valore como lesiva para los intereses sociales.

3. 2.3. Las asociaciones ideológicas

Ciertamente, la libertad de asociación puede ejercerse con fines diversos, pero no cabe la
menor duda que entre ellos tienen una relevancia especial aquellos que se inspiran y persiguen fines
ideológicos concretos.
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Los partidos políticos expresan el pluralismo político y concurren a la formación y


manifestación de la voluntad popular, siendo el instrumento fundamental para la participación
política, ofreciendo a los ciudadanos una pluralidad dc opciones ideológicas.

También los sindicatos aunque tengan como finalidad inmediata la defensa y promoción de
los Intereses económicos y sociales, tienen una inspiración ideológica que los diferencia entre sí.

Las comunidades religiosas reconocidas en la Constitución están encuadradas en el precepto


que garantiza la libertad ideológica o religiosa de los individuos o comunidades, siendo expresión
precisamente de esa libertad garantizada constitucionalmente.

Junto a estas tres manifestaciones más significativas de asociaciones ideológicas hay que
añadir otras entidades asociativas que participan también de este carácter ideológico, aunque sus
fines sean diversos.

Así, se reconoce también a las empresas informativas la posibilidad de dotarse de una


ideología.

El legislador ordinario ha reconocido también el carácter ideológico de los centros docentes


privados, autorizándoles a definir y hacer público el ideario dcl Centro en el acto de constitución
del mismo.

La ideología, en primer lugar, constituye un elemento identificador de la asociación; la


creación de una asociación ideológica supone establecer unas señas dc identidad que comprometen
a la asociación y precisan erga omnes la naturaleza de los servicios o bienes que puede prestar y los
que no cabe esperar de acuerdo con su ideología.

Esta identidad de la asociación compromete a la asociación ante sus propios socios, sus
trabajadores y sus usuarios.

A su vez, una asociación cuya ideología esté tipificada como delictiva significa que es
ilegal. Igualmente, aquellas asociaciones cuya ideología sea de carácter secreto o de naturaleza
paramilitar están prohibidas por la misma Constitución.

Todo ello significa que la ley debe favorecer la publicidad de la identidad ideológica de las
asociaciones. La publicidad de esta identidad constituye una garantía dc seguridad jurídica para
terceros.

No obstante lo dicho, lo cierto es que el ordenamiento jurídico español únicamente autoriza


expresamente la identificación ideológica de la asociación o empresa en dos casos concretos:

a) a propósito dc las entidades religiosas


b) en los centros privados,

¿La mención expresa por parte del legislador de la facultad de definir y explicitar la
identidad ideológica, en estos dos supuestos, excluye la posibilidad de disfrutar dc esa facultad en
el supuesto de las restantes asociaciones ideológicas?

En principio, la respuesta debería ser negativa, pues la naturaleza de estas asociaciones


implica necesariamente la existencia de un contenido y de unos fines ideológicos que la propia
jurisprudencia ha reconocido en numerosas ocasiones.

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